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CONSEJO COMUNAL DE GOBIERNO # 8
Octubre 07 de 2006 (Puerto Asís – Putumayo)

Querida comunidad:

Un saludo lleno de afecto. Este Consejo Comunitario tiene hoy la grata compañía de Dan Storper, quien ha hecho una de las más notables contribuciones al Putumayo y a Colombia. Estuvo aquí muy joven, en el departamento y tiene una de las compañías de promoción de la música, más importante del mundo. Su nombre es: Putumayo World Music. Esa compañía le ha hecho un gran homenaje, una gran difusión al Putumayo en el mundo entero y acaba de entregar al mercado un nuevo CD –que lo va a ofrecer hoy acá- y con ese producto se propone ayudar a las víctimas de las minas antipersona de los grupos terroristas de Colombia.

A Dan Storper, una gratitud infinita y un aplauso, que le brindamos desde el corazón, por su solidaridad con Colombia y especialmente con el Putumayo. Su viaje a Colombia ha tenido un gran estímulo por parte de Gabriela Febres Cordero, quien ha servido a Colombia con toda la generosidad y con toda la eficacia.

Cuando Luis Alberto Moreno se desempeñaba como embajador de Colombia en Washington, Gabriela Febres Cordero inició una gran tarea para conseguir apoyo del sector privado norteamericano, a fin de poder atender a los soldados y policías que han sido afectados severamente en su fisonomía, en su integridad personal, por las acciones terroristas. Lo que ha hecho es milagroso, le debemos toda la gratitud. Le ha puesto todo el entusiasmo para que Dan Storper siga apoyando a Putumayo y a Colombia y tenía todo el interés en que Dan hiciera esta nueva visita.

Muchas gracias a Gabriela Febres Cordero por su generosidad con Colombia y por su generosidad con el Putumayo.

Solamente hay que hablar con los soldados y policías atendidos en las clínicas de los Estados Unidos, en proceso de recuperación de esas desfiguraciones a las cuales han sido sometidos por los actos terroristas. Solamente hay que ver ese progreso, esa atención que se ha conseguido, para ponderar la tarea infinita, en bien de nuestro país, de Gabriela.

Vamos a mirar hoy los temas que tiene que ver con los asuntos más acuciantes del Putumayo, es esta fase, cuando los Consejos Comunitarios están preparando lo que tiene que ser el nuevo Plan de Desarrollo.

Nosotros aspiramos que en los años que vienen, Colombia pueda reducir la pobreza al 35 por ciento. Hace cuatro años estaba en el 60 (por ciento), en septiembre del año pasado en el 51 (por ciento), en marzo de éste año en el 47 (por ciento). Planeación Nacional advierte que es posible llevarla al 39 (por ciento) dentro de cuatro años, nosotros tenemos que hacer el esfuerzo para que no se sitúe por encima del 35 (por ciento).

Un esfuerzo sumamente grande, que exige que Colombia sea exitosa en la política social y para financiarla, necesitamos un crecimiento de la economía que se consolide alrededor de 5 por ciento y que llegue al 6 por ciento.

Por supuesto, la política social la vamos a ver hoy aquí en una de sus más importantes expresiones, como son los temas de capital social que tienen que ver con educación, con salud, con vivienda, con saneamiento básico. Como es el tema de capital físico, que tiene que ver especialmente con las vías. Como son temas de gran importancia para el departamento, tal el caso de la erradicación de cultivos, de los cultivos alternativos, de las Familias Guardabosques, etcétera.

Hoy, por ejemplo, en el tema de vías vamos a escuchar al Instituto Nacional de Vías (INVÍAS) para que nos cuente cómo avanzan dos contratos de pavimentación en el Putumayo: la pavimentación de la carretera desde acá, en Puerto Asís, hasta Puerto Caicedo y la pavimentación de los kilómetros que faltan en el tramo entre Mocoa y Villa Garzón. Para que nos cuente cómo esta la financiación para pavimentar los kilómetros que quedan faltando entre Puerto Caicedo y Villa Garzón.

También el Instituto Nacional de Vías nos hablará del avance de una de las vías más importantes para la competitividad de Colombia: la vía Pasto – Mocoa. Ya se han definido los recursos para pavimentar un trayecto de gran importancia en esa vía, que es el trayecto del Encano a Santiago. Confío que rápidamente se surta el proceso de licitación, se perfeccione el contrato y empiece la obra.

Lo que es la consultoría de última fase para definir los detalles de ingeniería para la variante de San Francisco a Mocoa, también habrán de contratarse esos estudios en los próximos meses.

Creo que aquí, paso tras paso, hemos venido avanzando en infraestructura vial en el departamento del Putumayo.

Hemos seguido rigurosamente el tema de orden público, que no acostumbramos traerlo a los Consejos Comunitarios de Gobierno.

El dialogo con los habitantes del Putumayo, con sus autoridades nos indica que en términos generales ha venido mejorando el orden público. Lo hablo con la Iglesia, lo hablo con el comercio, lo hablo con los transportadores y la acción de las Fuerzas Militares y de Policía, en todo momento ha mostrado más eficacia.

LUCHA CONTRA LOS CULTIVOS ILÍCITOS

Tenemos un gran lunar, el tema de los cultivos ilícitos en los 10 kilómetros de zona de frontera con el Ecuador.

Nosotros, va a ser un año, por consideraciones de fraternidad, de solidaridad, de hermandad con la Nación ecuatoriana y con su Gobierno, aceptamos suspender las fumigaciones en una zona de 10 kilómetros a partir de la línea de frontera, hacia el territorio de Colombia. El resultado es muy preocupante.

Y tengo que expresar esta preocupación ante mis compatriotas hoy, y me propondré transmitirla al buen amigo Alfredo Palacio, Presidente de la hermana república ecuatoriana.

El terrorismo ha abusado de esta decisión y ha fortalecido la siembra en esos 10 kilómetros. Hoy hay más de 8 mil hectáreas de coca en la zona de los 10 kilómetros de frontera con el Ecuador. Avanza sin medida, sin freno. Es un desafío al mundo democrático. La están cultivando con toda la tecnología, con fertilizantes, parecería ser que allí lo que haya sea una zona de impunidad. La cultivan, como que se tratara de cultivos de alta competitividad en el sector legal de la economía agrícola.

¿Que pasa con esa coca?: alimenta el terrorismo. ¿Por qué alimenta el terrorismo?: porque las acciones violentas que se producen contra una democracia, son terrorismo.

Una cosa es la acción de movimientos insurgentes contra una dictadura que ha sido calificada benignamente en el mundo, como acción insurgente, que en alguna forma legitima esa acción de lucha contra la dictadura. Otra, muy diferente, es la acción violenta contra una democracia, contra una democracia pluralista y garantista como la nuestra.

Cuando la acción violenta se da contra una democracia, el mundo civilizado la señala como terrorismo.

Pregunto a los ingleses, a los alemanes, a los españoles a los representantes de las naciones de Europa Occidental, ¿por qué su legislación es tan severa para calificar como terrorista toda acción violenta o simplemente, la amenaza de uso de violencia por razones ideológicas, políticas? y me contestan: ‘porque en Europa tenemos un profundo respeto por la democracia pluralista y ese respeto por la democracia pluralista nos obliga a ser totalmente severos contra lo que son los atentados de la violencia, que ponen a riesgo esa democracia’.

Allá llaman terrorismo la violencia o la simple amenaza de violencia por hacer respetar su democracia. Nosotros tenemos una democracia igualmente respetable y estamos en la obligación de hacerla respetar con toda la determinación.

Si Colombia fuera una dictadura, bien podría el mundo decirle a nuestros grupos violentos, simplemente insurgentes. Pero cuando aquí hay una democracia probada, respetable, histórica, que todos los días se profundiza, esas acciones violentas, el único calificativo que pueden recibir es, el de acciones terroristas.

Y nuestra preocupación se da porque la coca, cuyos sembradíos crecen en estos 10 kilómetros de frontera, lo que hace es alimentar las finanzas de los grupos que cometen acciones terroristas.

No puedo ocultar hoy en el Putumayo, después de constatarlo con sus autoridades y con la Fuerza Pública, la preocupación del gobierno colombiano por la circunstancia de que, al haber dejado de fumigar en los 10 kilómetros contiguos a la frontera, se ha presentado este abuso del terrorismo que ya ha sembrado más de 8 mil hectáreas de coca en esa franja de frontera.

Me propongo transmitirlo al Presidente del Ecuador. Y nos proponemos estudiar, cuidadosamente, cómo proceder para eliminar totalmente la coca en esa zona de frontera. Coca que esta alimentando el terrorismo.

Y tengo que decir lo siguiente: la coca no tiene fronteras, el terrorismo tampoco.

La coca no tiene fronteras, cuando empezó el narcotráfico en Colombia, aquí se decía que el país jamás iría a ser productor, que simplemente había un negocio de tráfico y ese negocio de tráfico le traía divisas al país. A los pocos años, para sorpresa de quienes afirmaban que el país nunca sería productor, ya teníamos 5 mil hectáreas y a eso no se le presto suficiente atención y llegamos a tener 250 mil hectáreas.

Y en ese discurrir se afirmó una y otra vez, que no habría mayor problema porque en Colombia no existía consumo. Hoy tenemos más de un millón de consumidores, con el dañino impacto a la unidad de las familias, a la nueva generación, al capital social, a la integridad y a la integración de toda la ciudadanía.

Esa coca no tiene fronteras, puede invadir cualquiera de nuestros países hermanos. El terrorismo que la siembra, el terrorismo que se financia con ella, es estratégico, políticamente habilidoso. Da la sensación que no la siembran en el otro país, para engañar a ese país, a fin de que ese país presione para que el terrorismo sí la pueda sembrar en Colombia, pero en el momento que lo requieran, ya no respetarán al país vecino y empezarán a inundarlo de coca.

Esto se lo comentare al Presidente Palacio, para que lo examinen las autoridades ecuatorianas, porque Colombia, generosamente, por un gesto de hermandad con el Ecuador, para contribuir al diálogo constructivo con el Presidente Palacio y con su gobierno, aceptó abstenerse de fumigar en los 10 kilómetros de la franja de frontera.

Y el resultado es totalmente negativo: más de 8 mil hectáreas de coca, cultivadas con las técnicas de la más productiva agricultura comercial. Un desafió a la Constitución y a la Ley, a las buenas costumbres de los ciudadanos, la financiación del terrorismo en Colombia y una amenaza al hermano pueblo ecuatoriano.

En la medida que Colombia derrote la coca en esta zona de frontera, se evita el riesgo de que la coca se atreva –impulsada por el terrorismo- a inundar los pueblos hermanos.

La coca no tiene fronteras, es destructora de la ecología, es financiadora del terrorismo, es destructora de la ética, es el gran impulso a que se pierda el respeto a la Constitución, a las instituciones.

El terrorismo no tiene fronteras, el terrorismo maltrata a Colombia pero también, en el momento que les toca secuestrar en cualquiera de los países hermanos, lo hace.
El terrorismo es cínico, arrogante. El terrorismo por esa mezcla de dinero y de capacidad militar y de capacidad de derramar sangre, es totalmente irrespetuoso de las normas de los pueblos, de las fronteras de los pueblos.

Si el terrorismo se sigue fortaleciendo con el cultivo de coca, aquí en la frontera con Ecuador, para con ese fortalecimiento maltratar a Colombia, todos los días será más cerca la posibilidad de que ese terrorismo maltrate al Ecuador, como en tantas ocasiones lo ha hecho, secuestrando por parte de grupos terroristas de Colombia, a ciudadanos ecuatorianos.

Encuentro mucha preocupación en mis compatriotas nariñenses y del Putumayo. Me dicen: ‘Presidente, haga algo, esto es muy grave, se va a completar un año desde que el Gobierno accedió a suspender las fumigaciones en esos 10 kilómetros y lo que hoy padecemos es un crecimiento de la coca en esa frontera y un enseñoramiento del terrorismo, financiado por la coca’.

Hoy me permito hacer esta denuncia, de un problema que nos mortifica, porque es un problema que se ha representado en derramamiento de sangre, en atentados permanentes contra el pueblo colombiano. Es un problema que hoy golpea a Colombia y que mañana o pasado mañana, puede golpear a la hermana nación ecuatoriana.

Me propongo pues, después de haber hecho esta corroboración, de visitar personalmente el Putumayo, de saber sobre el terreno que se ha presentado esta resiembra de coca, aprovechando el terrorismo la decisión nuestra de no fumigar en los 10 kilómetros de frontera, me propongo hablar con el Presidente Palacio, examinar con nuestras Fuerzas Militares y de Policía qué debemos hacer y buscar tomar las mejores y más eficaces decisiones para liberar definitivamente esta área del flagelo de la coca, que es la fuente alimentaria del terrorismo.

MENSAJE A LOS PAÍSES VECINOS

Y quiero hacer llegar un mensaje a mis compatriotas y a todos los ciudadanos de los países vecinos: nosotros tenemos riquísimas cuencas hidrográficas, la región nuestra es una de las más ricas en biodiversidad en el mundo entero, tenemos la responsabilidad en un alto porcentaje en la cuenca amazónica, la coca es la gran enemiga de los nacimientos de agua, la coca es la gran destructora de la biodiversidad, la coca es la gran devastadora de nuestra selva, la coca es el gran enemigo de la ecología.

Recuerdo mis conversaciones con campesinos y pescadores que han vivido en las riveras del río Putumayo, algunos que llevan 40, 50 años allí, me han dicho que, cuando llegaron, el río era riquísimo en especies de pescado, que esas especies se han venido acabando, que no se acabaron por la fumigación, que se acabaron por los precursores químicos que se utilizaron durante varios lustros para procesar la coca y que fueron arrojados a los afluentes y finalmente, al río Putumayo.

No es la fumigación la que maltrata la biodiversidad, es la coca, los precursores químicos para procesarla, el procesamiento de la coca lo que primero, para producirla, destruye la selva y para procesarla, contamina totalmente las corrientes de agua dulce.

Ese daño no lo podemos permitir. Si hay algún elemento ambiental, algún valor ecológico que hay que preservar, justamente es el de evitar los cultivos de coca que tumban la selva y al mismo tiempo, acaban con la pureza de las corrientes de agua.

Ese daño se hace en Colombia y también perjudica a los países hermanos, porque estor ríos son limítrofes.

El campesino colombiano que puede pescar menos en el Putumayo, vive el mismo problema que vive el campesino ecuatoriano que también puede pescar menos en el Putumayo o el campesino peruano que también ve afectadas sus posibilidades de pesca en el río Putumayo. Porque la coca, los precursores químicos, primero han mermado los caudales, los han sedimentado y finalmente los han contaminado.

Hago un llamado a mis compatriotas del Putumayo y a nuestros hermanos de las naciones vecinas, para que adquiramos plena conciencia sobre los riesgos ecológicos que se derivan de la plaga de la coca, alimentaria del terrorismo.

Colombia está dispuesta a la paz. Hemos dicho que la política de Seguridad Democrática es un camino hacia la paz, lo hemos probado con hechos: tenemos 40 mil desmovilizados –más de 30 mil paramilitares y más de 7 mil guerrilleros-.

Si solamente comparamos el número de guerrilleros desmovilizados con los guerrilleros que se desmovilizaron en el pasado, vemos que ahora se ha desmovilizado un número casi el doble del total de guerrilleros que se desmovilizaron en el pasado.

Si en el pasado sumamos el M – 19: 280 armas entregadas, 900 personas desmovilizadas; el EPL: 2 mil desmovilizados; un pequeño grupo de la Corriente Renovación Socialista, del Quintín Name, eso escasamente llega a la mitad de lo que hemos desmovilizado en guerrilla en el gobierno nuestro. La Seguridad Democrática es camino paz.

El Gobierno ha hecho todos los esfuerzos por avanzar en el diálogo con el ELN. En los próximos días se llevara a cabo la nueva ronda de ese prediálogo, de esa fase exploratoria en La Habana, Cuba.

El Gobierno ha mostrado toda la voluntad para el acuerdo humanitario y para reiniciar un proceso de paz con las FARC. Lo que no puede el Gobierno es descuidar la Seguridad Democrática.

Lo que no puede el Gobierno es, que mientras el Gobierno y amplios sectores ciudadanos reclaman la paz, en la línea de frontera con el Ecuador haya ya 8 mil hectáreas de coca alimentando el terrorismo. ¡Eso es lo que no podemos permitir!
Y, nosotros que hemos defendido y seguiremos defendiendo, con todo el énfasis la política de Seguridad Democrática, queremos la paz. Es la razón de la política de Seguridad Democrática, pero no queremos el engaño. No puede ser que mientras se hacen declaraciones de paz, al mismo tiempo se esté inundando la franja de frontera con el Ecuador, de coca para el terrorismo.

Nosotros respetamos la democracia de todos los países vecinos, pero también pedimos a los países vecinos una reciprocidad con nuestra democracia. La gran amenaza a nuestra democracia es el terrorismo financiado por la coca. Cuando nosotros le declaramos a los países vecinos total respeto a su autonomía, al principio de su autodeterminación, al principio de su capacidad para decidir sus asuntos internos, apelando a la regla democrática, también reclamamos de los países vecinos comprensión para entender que la gran amenaza a la democracia colombiana es la coca y el terrorismo, para comprender que el Gobierno de Colombia, así como todo Gobierno, tiene que defender su democracia y la manera de defenderla es enfrentando con todo rigor la amenaza contra esa democracia, que es el terrorismo financiado por la coca.

¡Tenemos la autoridad moral para pedirlo! Miren qué ha sido el gobierno de la Seguridad Democrática: ha sido un Gobierno de libertades, un Gobierno de respeto al pluralismo.

No nos refiramos a lo que fueron los eventos electorales de 2003, cuando se probó la seguridad como instrumento de defensa de la democracia. Recordemos lo reciente: la elección el Congreso este año, la elección del Presidente de la República. ¡Elecciones amenazadas por el terrorismo y elecciones garantizadas por la Seguridad Democrática! Pudieron ser las más violentas y gracias a la Seguridad Democrática, fueron las más pacíficas en décadas en Colombia.

¡Nadie de la oposición puede levantar la mano para decir que no fue rodeado de plenas garantías! Opositores y amigos del Gobierno recorrieron el país, hicieron su campaña, gozaron plenamente de sus libertades, eso honra y legitima la Seguridad Democrática y eso nos da autoridad moral para decirle al mundo que comprenda que nosotros tenemos que defender nuestra democracia.

¡Una democracia respetable obliga al Gobierno a defenderla! ¡Una democracia respetable obliga a los países vecinos a legitimarla, no solamente con el reconocimiento formal, sino con el rechazo del terrorismo y de la coca que destruye a esa democracia!

¡Nosotros le pedimos respetuosamente a los países vecinos, que no basta con el respeto formal a nuestra democracia, se requiere también el respeto material, se requiere el respeto en la práctica, se requiere el respeto en los hechos!

¡Por eso, para que ese respeto se de, los países vecinos tiene que dimensionar, entender que lo que hay en Colombia, no es una insurgencia con una causa noble, sino un terrorismo financiado por la coca, contra una causa noble que es nuestra democracia!

Ha habido un peligro para el mundo: la dictadura. Y una manera de enfrentarlo: la noble insurgencia. En Colombia hay una causa noble, la democracia. Y un peligro: el terrorismo y la coca, por eso, el Gobierno no se puede quedar tranquilo. Cuando los altos mandos, el Ministro del Interior, varios integrantes del gabinete ministerial corroboran que en el Putumayo, las FARC han sembrado en los 10 kilómetros de frontera con el Ecuador, 8 mil hectáreas de coca para financiar el terrorismo.

Aspiro que haya una gran reflexión en nuestra opinión pública sobre este tema. Aspiro que haya una gran reflexión en el hermano pueblo ecuatoriano. Una gran reflexión en sus autoridades, encabezadas por nuestro buen amigo, el Presidente Palacio, para que en los próximos días podamos tomar las decisiones firmes que se requieren para liberar definitivamente, al Putumayo, del flagelo de la coca, de la amenaza del terrorismo. Amenaza que hoy golpea a Colombia y que mantiene sus ojos con maliciosa coquetería sobre el territorio y sobre el pueblo del Ecuador.

Es menos difícil enfrentar una amenaza de terrorismo cuando no se ha enseñoreado en el territorio propio, que cuando ya ha echado raíces en el territorio propio, por eso lo que Colombia haga hoy, para superar el terrorismo, es una defensa para que mañana el terrorismo no maltrate al Ecuador, no maltrate a nuestros vecinos.

Compatriotas del Putumayo: muchas gracias y el Gobierno hoy, como siempre, mañana, estará a todo momento con los intereses de ustedes, que son los intereses más nobles y más sentidos del pueblo colombiano.

Muchas gracias.

 
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