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CONSEJO COMUNAL DE GOBIERNO # 11
Temático – Desarrollo Empresarial

Octubre 28 de 2006 (Barranquilla - Atlántico)

Compatriotas:

Un saludo muy afectuoso a todos ustedes. Realizamos hoy un nuevo Consejo Temático, en esta serie que hemos venido llevando a cabo para alimentar lo que habrá de ser el Plan de Desarrollo.

Estoy seguro que para el Gobierno Nacional, el ejercicio de los Consejos Comunitarios Temáticos especializados, ha sido y es muy útil para enriquecer las ideas iniciales sobre el Plan de Desarrollo, lo mismo que para el Honorable Congreso de la República, que tendrá la responsabilidad del estudio y decisión final sobre el Plan de Desarrollo.

Nos reunimos hoy en la ciudad de Barranquilla para examinar un tema fundamental del desarrollo económico y social de la Nación: el comercio.

Vamos a aprovechar este Consejo Comunitario para avanzar sobre este tema y también para tener unas mesas paralelas sobre asuntos de gran interés local.

Insertemos el tema que nos ocupa, el del comercio, en la Visión que está trabajando el Gobierno.

Nosotros tenemos un concepto de competitividad y de crecimiento económico, como medios para el desarrollo social de la Nación.

Nuestra gran aspiración es la reducción de pobreza y la construcción de equidad.

Hace cuatro años la pobreza estaba casi en el 60 por ciento. Hace un año en el 51 por ciento. La meta es que el 20 de julio de 2010, en las vísperas de la finalización del Gobierno, cuando cumpla evaluar metas parciales de la Visión Colombia Segundo Centenario al 7 de agosto 2019, la meta es que ese 20 de julio podamos decir que la pobreza se ha reducido al 35 por ciento.

Planeación Nacional ha expresado que en el cuatrienio es difícil ponerla por debajo del 39. Pero vamos a hacer todos los esfuerzos, a recorrer el kilómetro adicional para lograr situarla en el 35, a fin de que aquellos gobiernos que nos sucedan puedan cumplir la meta de que el 7 de agosto de 2019 la pobreza no supere el 15 por ciento.

Esa tarea hay que acompañarla de una tarea de construcción de equidad. Por primera vez en muchos años el Coeficiente Gini, que mide la distribución del ingreso, empieza a mostrar leves signos de mejoría en Colombia.

Por eso nosotros queremos y necesitamos llegar a un crecimiento económico sostenido del 6 por ciento. No fácil. Ha sido muy difícil llegar al 5 por ciento. Difícil sostenerlo y, por supuesto, llegar al 6 por ciento, y sostenerlo.

Hay un aspecto positivo y un riesgo. El aspecto positivo: la confianza en Colombia. El riesgo: la falta de hallazgos petroleros.

Diríamos que Colombia empieza a tener una bonanza de confianza. El país tuvo bonanzas puntuales. El país tuvo bonanzas cafeteras, puntuales y transitorias. Bonanzas cuando se hallaron pozos de petróleo, como Caño Limón, Cupiagua, Cusiana. Una bonanza de inversión cuando el país abrió el espacio a la inversión privada para la telefonía móvil. Una bonanza de inversión cuando el país abrió los espacios para la televisión privada. Ahora parecería ser que no tenemos una bonanza específica de inversión, ni furtiva, sino general y con alientos de largo plazo.

¿Por qué lo digo? Porque vemos un crecimiento económico sustentado en inversión en todos los sectores. Eso es muy importante. Por el tratamiento que hemos recibido en los mercados financieros: hace pocas semanas el país colocó 1.000 millones de dólares en el mercado de Nueva Cork, a un plazo de 31 años y una tasa de 7,44.

Una bonanza de confianza en el ritmo de inversión: este año la inversión privada está creciendo al 32 por ciento. El año pasado la inversión extranjera directa en Colombia, neta, superó los 5 mil millones de dólares. Hace cuatro años estaba en 700. Yo creo que este año, por las cifras que hemos venido viendo con el Banco de la República, vamos a lograr la misma cifra neta de inversión extranjera directa del año pasado.

Las cifras del comercio, que veíamos esta semana, ¿por casualidad las tienes aquí, Cecilia? Que Cecilia Álvarez pudiera leer allí, ayudara alguien que tuviera un micrófono, y aquí está Guillermo Botero Nieto, presidente de FENALCO. Léete algunas de las cifras que registró el comercio esta semana, y al final resaltando la cifra de consumo de alimentos.

Cecilia Álvarez, consejera económica de la Presidencia: En agosto del 2006 las ventas reales minoristas aumentaron 14,76 comparado con el mismo mes del año anterior.

Presidente de la República: Ventas reales minoristas: 14,76.

Consejera económica de la Presidencia: Los principales grupos de mercancías están: alimentos y bebidas no alcohólicas: crecimiento del 7,22 por ciento.

La cifra de empleo: en agosto del 2006, el empleo del comercio minorista creció el 4,43 por ciento, comparado con agosto del 2005.

Año corrido, entre enero y agosto del 2006, las ventas reales del comercio minorista crecieron el 12,95 por ciento.

Entre enero y agosto de 2006, los grupos de mercancías que registraron los principales crecimientos en ventas reales fueron: muebles y equipos para oficina, vehículos automotores, motocicletas, muebles y electrodomésticos.

De enero a agosto del 2006, el empleo asociado al comercio minorista, creció el 4,51 por ciento.

Presidente de la República: Yo destacaría aquí el crecimiento de alimentos. Ya llevamos varios meses de un crecimiento real de alimentos, tonificante, importante.

Y eso es lo que nos dice qué está pasando en los sectores más pobres de la Nación.

Porque el aumento de consumo de alimentos no se registra en los sectores más pudientes, que viven a dieta: no se comen un sancocho más, no le mezclan un ñame más a la sopa.

Creo que es bien importante lo que viene pasando en el país en materia de consumo de alimentos, que demuestra que, en medio de todas las dificultades, se empieza a recuperar la capacidad adquisitiva de los sectores más vulnerables.

Pero esto hay que consolidarlo. Tiene riesgos. El país todavía no ha podido recuperar el grado de inversión. Si no lo recupera, la confianza en el país puede volverse a deteriorar. Nos están dando un margen de espera.

El país todavía tiene un alto déficit en el Gobierno Nacional central. Tenemos una carga pensional muy alta. El país debe 142 billones. Si bien se ha hecho un gran esfuerzo y como porcentaje la deuda pública se ha reducido del 48 al 33 por ciento, el endeudamiento neto de la Nación de todas maneras es muy alto, del 33 por ciento, y es muy alta la cifra absoluta, de más o menos 142 billones.

Hemos reformado 293 entidades del Estado, pero todavía faltan muchas. Apenas estamos empezando a reformar las clínicas del Seguro Social.

De ahí la importancia del conjunto de reformas que están a consideración del Congreso. Yo miro con optimismo que la aprobación de esas reformas puede consolidar una tendencia de confianza en Colombia.

Ahora este crecimiento de la economía colombiana es valioso, porque no se sustenta en loterías, sino en un gran esfuerzo de todos los sectores de la economía.

Colombia, por ejemplo, no es la gran beneficiaria suramericana de todo ese auge de la economía china. Uno ve que Brasil le exporta a China 10 mil millones de dólares al año, con una gran participación de carne, ganado vacuno, con una gran participación de soya.

La economía peruana, la economía chilena, se favorecen ampliamente del auge chino, gracias a que son economías altamente exportadoras de los minerales demandados por China.

Colombia tiene apenas pequeñas cantidades de esos minerales. Le exporta a China unos 250 – 300 millones de dólares al año. Es productora en mínima cantidad de soya y tenemos la vulnerabilidad del petróleo.

No obstante que hace cuatro años exploraba el país diez pozos por año y este año exploramos entre 47 y 50, aún no se dan los hallazgos de petróleo que necesitamos para despejar los nubarrones en ese frente tan sensible de la economía.

¿Y por qué lo económico? Porque para nosotros no son válidos ningunos de los dos extremos que quisieron conducir a América Latina. Ni el extremo brasilero de los 60, que solamente se preocupaba por el crecimiento y hacía caso omiso de la superación de pobreza y de la equidad, aquel modelo que se llamaba ‘desarrollismo’, y que justamente por no haberse dado por generación espontánea, como sus mentores lo esperaban, el impacto sobre la pobreza, entonces cayó en desgracia.

Tampoco participamos del concepto totalmente contrario que quiso liderar América Latina de que lo importante era la inversión social, con el burocratismo, excesos sindicales, que simplemente condujo a que se tratara de hacer equidad distribuyendo pobreza.

Nosotros creemos en un sólido crecimiento a la economía, vigoroso y sostenido en el tiempo, que sea capaz de ir acompañado de superación de pobreza y de construcción de equidad.

Hoy nos reunimos para examinar uno de los temas más importantes en esa dirección. En esa dirección necesitamos trabajar el capital social, el capital físico, el comercio exterior, el buen manejo de la economía.

En el capital social tenemos unas metas muy ambiciosas en educación, en financiación de la economía popular, en salud, en saneamiento básico, en vivienda.

En capital físico unas metas muy ambiciosas de infraestructura.

El Gobernador, el Ministro del Transporte (Andrés Uriel Gallego), van a presentar en algún momento de los inicios del Consejo un plan de infraestructura bien importante para el Caribe Colombiano y para la ciudad de Barranquilla.

En el manejo macroeconómico tenemos toda la esperanza puesta en las aprobaciones en el Congreso de la República al conjunto de leyes que están en trámite.

Y el tema del comercio exterior para nosotros no es un elemento ideológico, es un elemento práctico, es un elemento de inserción de Colombia en la economía mundial.

Si hay alguna ciudad que enseñe en esta materia es Barranquilla. Como lo expresa su gran historiador Eduardo Posada Carbó, esta ciudad estuvo conectada con el mundo desde los orígenes, y en más o menos debida forma con el interior del país apenas en los años 1950.

Tal vez esa circunstancia histórica que la llevó a conectarse primero más activamente con el resto del mundo que con el resto del país, haya creado las fundaciones en el espíritu del pueblo atlanticense para ser el pueblo con más visión cosmopolita de Colombia.

Por eso es bien importante haber escogido la ciudad de Barranquilla como sede de este Consejo Comunitario de Comercio. Porque aquí no se entiende la internacionalización de la economía como una amenaza a la economía colombiana, sino como una gran posibilidad.

Barranquilla entiende que la internacionalización de la economía no se puede frenar por razones ideológicas, cuando lo que tenemos que hacer es utilizarla para buscar mercados que les den mejores oportunidades a los trabajadores colombianos. Le asignamos, pues, mucha importancia a lo que podamos hacer en esta materia.

Vamos a tener las siguientes reuniones paralelas. Miguel, por qué no nos cuenta cuáles son las reuniones paralelas programadas.

Miguel Peñaloza, asesor presidencial para las Regiones: Sí, Presidente, muchas gracias. Con el Gobernador se acordaron una serie de problemas locales y va a haber una sala de educación, una sala de transporte, una sala de agua y saneamiento básico, una sala de agricultura, y la sala que usted propuso para todos los consejos del DANE.

Presidente de la República: ¿Va a haber una presentación del Subdirector del DANE aquí sobre las cifras que presenta el DANE para el departamento del Atlántico?

Asesor presidencial para las Regiones: Sí. Hay una regional total del departamento, pero además tiene todas las cifras para que los alcaldes de los municipios puedan conocer casos particulares.

Presidente de la República: Usted me dice que los comunicadores de Barranquilla están preguntando sobre la reacción del Gobierno acerca del comunicado. Entonces una reacción, queridos amigos de los medios de comunicación. Cuando estén listos me dicen. ¿Están listos, muchachos?

Los colombianos necesitamos hechos demostrativos de buena fe. Hechos demostrativos de buena fe. Esa es mi reacción.

Permítanme hacer unos comentarios sobre los sucesos de la Universidad del Atlántico.

Convocados por sus congresistas, con un gran interés del entonces senador José Name Terán, con permanente preocupación del Gobernador y del Alcalde, el Gobierno Nacional acudió en el último año y medio en innumerables ocasiones a Barranquilla, a buscar superar la crisis de la Universidad del Atlántico.

En campaña se puso en duda la voluntad del Gobierno Nacional de mantenerla abierta. Por razones electorales se acusó al Gobierno Nacional de que quería cerrarla. Los hechos han demostrado nuestra voluntad de mantenerla abierta, de mantener esa posibilidad de universidad pública a los estudiantes atlanticenses.

Pero nosotros teníamos que escoger uno de dos caminos: no reformarla, inyectarle unos dineros, hacer un gran esfuerzo presupuestal, y por falta de reformarla después asistir de nuevo a una reaparición de crisis. El otro camino: reestructurarla para garantizar su sostenibilidad futura. Este es el segundo camino que hemos escogido.

Como expresé el 7 de agosto, apreciados compatriotas, nosotros tenemos un concepto del patrimonio público: no compartimos la idea que hizo carrera en algunas décadas en América Latina, mediante la cual se oponían a la reforma de los patrimonios públicos, se permitía que la politiquería y los excesos sindicales estuvieran apoderados de los patrimonios públicos, en nombre de tesis sociales se evitaba la reforma y todo condujo a que por falta de reformas, por politiquería y excesos sindicales, esos patrimonios públicos terminaran en la ruina.

Tampoco compartimos el extremo opuesto de desmantelar el Estado, como ocurrió especialmente en la década de los 90 en muchos países de América Latina.

Nuestro concepto es un Estado al servicio de la comunidad, sostenible.

Por eso en lugar de cerrar los hospitales del Atlántico, cofinanciamos a la Gobernación para la reforma de la red hospitalaria del Atlántico, que tiene hoy aspectos que enorgullecen a Colombia, como es la transformación del antiguo Hospital Universitario de Barranquilla, que era un desastre y hoy es una maravilla.

Hemos transformado 293 empresas del Estado, y confiamos que dentro de no muchos meses los colombianos empiecen a percibir los resultados de la transformación de las clínicas del Seguro Social.

Y lo mismo necesitamos en las universidades públicas. Hay unas sumamente bien transformadas, otras que les falta la transformación.

La Universidad del Atlántico era insostenible con sus costos, con los cuestionamientos a su sistema de pensiones. Muy costosa para prestar muy pocos servicios. Muy costosa para atender un número reducido de estudiantes.

Entonces nos hemos propuesto reestructurarla.

Reitero hoy ante ustedes, compatriotas atlanticenses, toda la voluntad del Gobierno Nacional para que la Universidad del Atlántico salga adelante.

En los últimos días se giraron 30 mil millones del presupuesto nacional para apoyar el proceso. Estamos en la gestión de un nuevo crédito de 20 mil millones, y confiamos acordar las garantías rápidamente con el Gobernador.

Tenemos toda la voluntad, pero hay que reestructurarla. Si no la reestructuramos, esa es platica perdida. Si no la reestructuramos, eso es como pretender curar un cáncer con un Mejoral. Hay que reestructurarla para poderle dar sostenibilidad en el tiempo.

He dicho esta semana a la Ministra (de Educación, Cecilia María Vélez) y a la Rectora encargada, Ana Sofía (Mesa), que el Presidente de la República lo que hace es reiterar el respaldo a las decisiones de reestructuración.

Ninguna amenaza nos puede frenar esa reestructuración, porque de esa reestructuración depende el futuro de la universidad y las posibilidades de miles de familias que tienen en la universidad la única opción para sus hijos.

Yo soy hijo de la universidad pública. La hemos fortalecido mucho en nuestros años de Gobierno. Pero lo que no podemos permitir es una universidad pública derrochadora de recursos, y no podemos permitir una universidad pública violenta.

Qué tal una universidad pública derrochando recursos en pensiones ilegales, mientras no atiende a un suficiente número de estudiantes pobres. Esa no es la universidad pública que queremos.

Qué tal una universidad pública acabando con las vidas de los muchachos, acabando con los semestres de los muchachos por estar en violencia.

La universidad es caja de resonancia de los problemas de la sociedad. Yo entiendo que la universidad tiene que hacerle eco a los problemas sociales. En una Nación con pobreza, con inequidad, la universidad tiene que ser crítica. Si no es crítica, no cumple otra misión esencial, cual es la misión de ser científica.

La necesitamos reestructurar para que sea masiva. Estimulamos la universidad crítica y la universidad científica, pero eso se contrapone a la universidad violenta.

¡Sí a la universidad pública de masas, sí a la universidad pública científica, sí a la universidad pública crítica, no a la universidad pública violenta!

He pedido a las Fuerzas Militares y de Policía que están en la ciudad de Barranquilla, que hagan todas las investigaciones, todos los esfuerzos, para llevar a la cárcel a la totalidad de los infiltrados violentos que están en la Universidad del Atlántico.

He pedido que cuantas veces tenga que entrar la Policía a la Universidad del Atlántico para evitar que destruyan los edificios, para proteger la administración y a los estudiantes, lo haga.

¿Qué es eso de que no pueda entrar la policía a la Universidad del Atlántico, pero allá sí hacen de las suyas los terroristas?

Nosotros creemos en la universidad pública libre, crítica, científica, pero no en la universidad pública amedrentada por terroristas.

Para que esto no quede en privado, General (Rafael) Parra y Coronel (Álvaro) Caro, cuantas veces haya que entrar a la universidad a sacar terroristas, entren. Con toda la prudencia, pero con toda la firmeza.

Que la universidad viva en un ambiente de libertad, en un ambiente de ciencia, en un ambiente de crítica, pero no en un ambiente de terror.

Y para que ustedes no tengan ningún tropiezo, yo, que tengo la responsabilidad constitucional mayor del orden público, quería reiterarles estas instrucciones aquí, de cara a mis conciudadanos de Barranquilla. Ayúdenos a garantizar esa universidad.

Una vez escuchemos al Gobernador y al Alcalde, entonces entramos con los temas específicos del Consejo y con las mesas paralelas.

Ofrezco la palabra a nuestro gobernador anfitrión, Carlos Rodado Noriega.

Muchas gracias.

 
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