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Palabras del presidente Uribe en la conmemoración de los 50 años de
Comfenalco Antioquia
Agosto 28 de 2007 (Bogotá D.C. - Cundinamarca)

“Acudo esta noche con mucho entusiasmo a vincularme a este homenaje que se rinde a Comfenalco Antioquia en sus 50 años. Y con reflexiones, apreciados coterráneos. ¿Qué habría sido del país en estos 50 años de Guerra Fría, de guerrillas, de narcotráfico, de paramilitarismo, de un mundo que quiso hacer de América Latina una conflagración hacia la dictadura del proletariado y hacer de Colombia camino de ejemplo en América Latina para ese propósito? ¿Qué habría sido de nuestro país de no haber contado con las Cajas de Compensación Familiar?

Me parece  que cuando se quiso desbancar al Estado democrático y sustituirlo por la dictadura del proletariado, las Cajas de Compensación afianzaron la democracia. Es claro que cuando se quiso incentivar un enfrentamiento profundo de clases, las Cajas de Compensación unieron, en propósitos, en responsabilidades de administración y deferencia, a empresarios y trabajadores. Evitaron que prosperará el odio de clases, cimentaron la fraternidad.

Por eso todo nuestro compromiso con las Cajas de Compensación, por lo que han representado y representan para el presente y para el futuro del país. He podido trabajar muy cerca de ellas en mí ya larga carrera pública, y en todo momento en el que el país necesita una solución social, es menester pensar en las Cajas de Compensación.

Tienen una gran característica, tienen la eficiencia propia del sector privado, y además resuelven los problemas generales de la sociedad, que es la tarea esencial del sector público. En lugar del antagonismo, exigen la presencia fraterna y solidaria de empleadores y de trabajadores.

Y qué magníficos resultados los de Comfenalco Antioquia. Pero cómo ha trascendido mucho más allá de prestarle servicio a las empresas afiliadas y a los trabajadores afiliados. Los testimonios que esta noche hemos escuchado del Alcalde de Medellín, del Gobernador de Antioquia, el balance magnífico que acabamos de escuchar al doctor Sierra Caro, nuestra muestran cómo Comfenalco es ejemplo de más responsabilidad social a partir de la responsabilidad social.

Nosotros, que en este debate de América Latina hemos venido diciendo que Colombia reforma el Estado pero no lo desmonta, que Colombia no entra en la etapa del estatismo, que Colombia le da todo el espacio a la inversión privada con responsabilidad social, hemos agregado que la responsabilidad social se traduce también en transparencia entre los inversionistas y el Estado, en solidaridad de todas las instituciones con las comunidades, y en relaciones laborales fraternas, nunca de odio de clases, nunca de capitalismo salvaje.

Y cómo se presenta de bien la responsabilidad social de Comfenalco contribuyendo en todas esas áreas. Podría haberse quedado simplemente afiliando empresas, prestando servicios directamente a las nóminas de trabajadores de esas empresas, pagando el subsidio monetario y prestando algunos servicios complementarios. Pero ha trascendido.

Comfenalco Antioquia es muy significativa para las empresas afiliadas y para los trabajadores afiliados y para toda la comunidad. Sus beneficios los siente la comunidad en todas sus acciones. Un millón de afiliados a la salud, lo que hemos visto en vivienda, en recreación. Ahora una creciente incursión en el área educativa.

Comfenalco Antioquia es responsabilidad social de la responsabilidad social. Responsabilidad social en el cumplimiento de su objeto principal, y responsabilidad social que llamaríamos ultra, mucho más allá de su inicial objeto, que de suyo ya es de responsabilidad social.

Quiero hacer un homenaje a la Caja, a todas sus empresas, a todos los trabajadores, a su Consejo Directivo y al doctor Ricardo Sierra Caro. En mi larga carrera política he conocido mucho liderazgo político con retórica social inmensa, pero también con poca realización social. He conocido mucho liderazgo con utopías, sin capacidad de concretar en lo social. El doctor Sierra Caro es un líder excepcional: parco, pero realizador.

Su discurso social son sus realizaciones. Ha sido un realizador social, no un demagogo social. Quiero rendirle un homenaje muy sentido a quien ha dedicado tantos años de su vida a servir bien a una institución que distingue a Colombia en el mundo: la institución de las cajas de compensación familiar.

Y permítanme referir al punto de por qué el Gobierno Nacional se opone a que se desmonte la parafiscalidad.

Recomiendan algunos que debemos desmontarla porque es costosa, que se necesita desmontarla para que Colombia cree más empleo. Uno no puede olvidar la historia. El país ha hecho en los últimos años unas reformas laborales profundas, generadoras de mucha controversia. Yo, que las he vivido, he medido la profundidad de esa controversia.

La Ley 50 de 1990, que sustituyó el viejo régimen de retroactividad de las cesantías por el actual, afiliación a los fondos, liquidación anual, seguro para los trabajadores y transparente para las empresas.

El anterior era de utopías para los trabajadores. Lo vimos en tantas empresas quebradas de la época, que no alcanzaron a honrar las sumas que tenían los trabajadores causadas y no consolidadas en materia de cesantías. El actual sistema es seguro. El anterior no era transparente para los empresarios. Era imposible proyectar costos laborales. Generaba pánico para el empleo. El actual, con la liquidación anual, permite a los empresarios proyectarse de manera transparente en el largo plazo.

Recuerden ustedes cómo se condenaba a la empresa privada colombiana a desaparecer, de haber continuado la retroactividad de las cesantías. Qué difícil ese desmonte. Recuerden ustedes la acción de reintegro en favor de trabajadores despedidos con más de 10 años. Cómo se eliminó. Y además los ajustes que hicimos que 2002. Los ajustes que hicimos al contrato de aprendizaje, a los recargos.

Creo que esto nos permitió lograr una legislación laboral equilibrada, con suficiente flexibilidad y suficiente estabilidad.

Ahora que veo los debates laborales para reformar las legislaciones europeas, a fin de garantizarles crecimiento continuado a las economías europeas, digo: nosotros nos anticipamos. La nuestra está bien equilibrada.

Cuando veo las contradicciones insalvables en algunos países de América Latina, que han puesto a riesgo sus democracias y que todos los días profundizan allí polarizaciones, veo que la nuestra es equilibrada.

Estas reformas costaron muchas dificultades. Nos han puesto en un buen punto de equilibrio. Pero necesitamos proteger lo social.

Entonces cuando uno dice: Colombia no puede eliminar el Sena, no puede eliminar las Cajas, no puede eliminar el ICBF, le contestan: es que el desmonte de la cotización no los elimina. El presupuesto los sostendría.

Un presupuesto todavía deficitario nos llevaría a que en pocos años, con la misma tesis que sustenta la proposición de desmontar la parafiscalidad, se diga que como el presupuesto no es capaz de sostener a las Cajas, al Sena y al Bienestar Familiar, entonces estas instituciones se deben liquidar.

Temo que de desmontarse la parafiscalidad, sea el principio de liquidación de estas instituciones. Que las necesitamos, en un país que debe impulsar la empresa privada con todo el vigor, pero con conciencia de que hay mucha pobreza que debemos superar y mucha inequidad que debemos reversar y que debemos convertir en un camino de construcción de equidad, al cual ayudan estas instituciones.

Y cómo mejoran. Veo hoy los balances del Sena, de Bienestar Familiar, de las Cajas de Compensación. Y lo vemos en casos particulares, en cada región, en cada departamento. Y cómo mejoran estas instituciones.

¿Y qué piensa el Gobierno del empleo? Creo, apreciados coterráneos y compatriotas, que depende de muchas variables, y que las cotizaciones no son obstáculo.

En lo laboral pienso que hoy Colombia debe concluir que tiene una legislación laboral que estimula el empleo, con equilibrio, como lo expliqué.

El empleo depende también de que persistamos en la seguridad democrática, que nos da tantas dificultades. Por ejemplo, he estado angustiado en estos días porque se repitió un secuestro en la carretera entre Mutatá y Chigorodó, porque nos secuestraron a dos señores en Cangrejo–Altamira, porque nos secuestraron a un cafetero el domingo en Salgar.
Hay que estar en esa batalla permanente. No podemos decaer en materia de seguridad, hasta que derrotemos el terrorismo. La lucha por la seguridad es lucha por el empleo.

Cuando en América Latina, en muchas países, se ahuyenta a la empresa privada en nombre del estatismo, y Colombia la atrae construyendo confianza inversionista, como hemos construido, eso es camino hacia el empleo.

No podemos olvidar que hace cinco años en este país, de 100 pesos que se producían, se invertían 12. Hoy se invierten 27. De cada 100 pesos que se producían, el sector privado invertía 6,5. Hoy entre 19 y 21.

Recibíamos 700 millones de dólares al año en inversión extranjera directa. Solamente en el primer semestre de este año, 4.200 millones de dólares.

Veo, por ejemplo, el caso de las empresas que han recibido inversión extranjera directa. Están creciendo, mejorando mucho su competitividad. El éxito de Medellín hay que atribuirlo a muchas concausas. 

Creo también que la inversión que ha llegado a empresas antioqueñas, inversión proveniente del extranjero, ha hecho que ese dinero que han recibido socios antioqueños al quedarse en la cuidad, gracias en la confianza en Colombia, en el departamento y en la ciudad, ha ayudado mucho a tonificar la economía y a crear empleo.

Hemos tenido recientes dificultades en el área de confecciones, en el área de otras actividades exportadoras por la revaluación. Al entrar ahora aquí, me decían que las ayudas del Gobierno se han sentido, han sido eficaces.

Pero miren las paradojas: a pesar de esta revaluación, hoy hay sectores donde es muy difícil encontrar un trabajador. Muy difícil encontrar un albañil, muy difícil encontrar un tornero, muy difícil encontrar un instalador de energía, muy difícil encontrar un operador de volqueta, de retroexcavadora. Y no lo creía. Me lo dijo la Andi esta semana.

Hoy es muy difícil encontrar a una señora que maneje máquinas importantes, sofisticadas, del sector de confecciones. Sector que debería ser el más golpeado por la revaluación.

Creo que hay que tener fe en los que se está haciendo. Seguir, pero no cometer errores sociales, como el error que cometeríamos al poner a riesgo el subsidio familiar, la institucionalidad de las Cajas.

Se genera empleo, con los acuerdos de comercio que estamos buscando. Se genera empleo en el largo plazo, con una revolución educativa permanente. Se genere empleo con inversión.

Discrepo de los economistas que piensan que los estímulos al capital son diferentes de los estímulos al empleo. Esa tesis era válida para las economías cerradas, donde la política al interior de un país podía decir: con esto estimulo el capital y con aquello, que es diferente, estimulo el empleo.

Hoy, cuando hay que buscar empleos con alta productividad, con alta competitividad, que lleguen a tener total afiliación a la seguridad social, empleos de muy buena calidad, lo único que finalmente los genera es el estímulo a la inversión.

¿Qué he dicho a los que proponen eliminar las cotizaciones? Deténgase un poquito. Este Gobierno ha introducido un conjunto de estímulos a la inversión que no había en el país. Muy difíciles, porque aquí había aversión en la academia económica a esos estímulos.

Les voy a citar algunos.

Hoy los hoteles que se construyen en Colombia tienen una exención durante  e 30 años. Las empresas de turismo ecológico tienen una exención permanente. 

Un hotel antiguo que se remodela, la parte de la renta, proporcional a lo que representa el costo de la remodelación en la inversión total del hotel, esa parte proporcional es ingreso exento.

Los biocombustibles no tienen impuesto de IVA ni impuesto global al patrimonio. Los cultivos de tardío rendimiento: madera, caucho, palma africana, todos tienen exención de impuestos durantes largos períodos, una vez iniciada la etapa productiva.

Toda inversión que hoy se hace en Colombia tiene una deducción del 40 por ciento.

El día que con el señor Gerente de Empresas Públicas, el señor Alcalde, señor Gobernador, me invitaron a empezar las obras de Porce III, les hacía esta cuenta: esas obras valen dos billones. La exención del 40 por ciento vale 800 mil millones. Y el aporte del Gobierno Nacional puede ser, gracias a esa deducción, del orden de 270 mil millones.

Hoy están inaugurando en la ciudad ese conjunto tan bello: San Fernando. Toda inversión que allí se ha hecho, tiene un deducción tributaria del 40 por ciento.

Entonces he hecho este planteamiento: si hemos introducido esos estímulos, que finalmente tienen que ayudarnos a generar empleo, ¿para qué vamos a poner a riesgo el sistema de las Cajas de Compensación, del Sena y de Bienestar Familiar? Hay que defenderlo.

Cada vez que empieza un Gobierno, que empieza un Congreso, que se habla de leyes sociales o tributarias, lo primero que se quiere es desmontar el sistema de las cotizaciones. Hay que defenderlo y hay muy buenas razones para hacerlo.

Uno de los mecanismos adoptados por el Gobierno para defenderlo es el formulario único, que nos está produciendo muy buen resultado. Antes, hasta hace poco, los empleadores colombianos mínimo tenían que hacer cuatro  declaraciones y cuatro pagos. Con un alto costo en transacciones, complejidad, mucho trámite y un alto riesgo de evasión.

¿Cuáles eran esos pagos? Había que hacerle un pago a las EPS, Régimen Contributivo de Salud. Ese pago a las EPS podría convertirse en tantos cuántas EPS afiliarían a los trabajadores de la empresa.

Un segundo pago en Riesgos Profesionales, generalmente uno por empresa.

Un tercer pago en pensiones, que podría convertirse en tantos, cuántas administradoras de Fondos de Pensiones afiliaran a los trabajadores de la empresa.

Y uno cuarto para las Cajas, para el Sena y para Bienestar Familiar.

Trámites y riego de evasión. ¿Por qué riesgo de evasión? Porque los declaraban en salud, pero no los declaraban en lo otro. O en pensiones los declaraban por lo que efectivamente ganaban, pero en salud les escondían parte del salario.

En pensiones, por lo que efectivamente ganaban, por el celo del trabajador, en el sistema de capitalización, a que no le evadan, ya que el ahorro es variable fundamental para determinar el valor de la pensión.

En salud, como hay solidaridad y le tienen que dar el mismo plan obligatorio al trabajador de salario mínimo que al gerente de muchos salarios mínimos, pues no hay esta atención para evitar la evasión.

¿Qué paso dimos, que exigió mucho? un solo formulario, una sola declaración, un solo pago. Ahí vamos avanzando. Ya el 90 por ciento de los recaudos  provienen de ese formulario único, de los recaudos. Todavía es un bajo porcentaje de contribuyentes. 

Y algo bien importante. El paso siguiente es consolidar que todo el mundo haga esa declaración por el sistema electrónico. Pienso que eso va a simplificar mucho trámite.

Y ya están  mejorando inmensamente los ingresos de las Cajas. Este año las Cajas han a filiado, de enero a la fecha, 600 mil trabajadores colombianos. Creo que es un extraordinario crecimiento.

Tenemos mucha fe en todo lo de las Cajas. Yo tengo inmensa ilusión de que le van a ayudar mucho al país en la revolución educativa, que le han ayudado, pero ahora con otro pasito: ahora al incursionar las Cajas en la  formación técnica y tecnológica, con una advertencia: muchacho que se gradué hoy de técnico o de tecnólogo en Colombia, puede, cursando los créditos que hagan falta, acceder al grado de educación superior.

Lo que la señora Ministra ha llamado la “educación por ciclos”, que tiene que eliminar en Colombia la aversión hacia las técnicas y hacia las tecnologías.

Sé que el balance que va a presentar Comfenalco en los próximos años en materia de educación técnica y tecnológica, va a ser magnífico.

Permítanme terminar con dos cuñas.

Tenemos toda la ilusión en la reforma de nuestro Estado. Hemos reformado 419 entidades, pero las queremos reformar todas. Eso le ha ahorrado un punto del PIB al Estado, ha dado tranquilidad a los trabajadores y a los pensionados. ¿Qué sería de Telecom si no la hubiéramos reformado? No tenía con qué pagarle a los pensionados y hoy está al día con ellos. Era una incertidumbre frente a la nómina activa y hoy hay total estabilidad.

No tenía con qué invertir en Colombia. Ahora que necesitamos desatrasarnos en banda ancha y en conectividad a internet, ya cuenta con ocho billones para invertirlos. ¿Qué sería del país si no hubiéramos hecho la reforma?

Pero falta mucho. En las clínicas del Seguro Social apenas hemos reformado hasta ahora la de Cartagena, la de Santa Marta y la primera etapa de la reforma en Medellín, con la Gobernación y la Universidad de Antioquia.

Estamos empezando en este momento la reforma de las clínicas del Seguro en Bogotá. Una tarea muy exigente de las últimas 72 horas. Y las vamos a reformar todas.

Y tenemos que reformar la EPS. Creo que uno tiene que pensar el Estado no en favor de la politiquería ni de los excesos sindicales, sino de la comunidad. Hay que superar esos viejos dogmas ideológicos, en función de servir mejor a la comunidad. Uno no puede sostener una EPS del Seguro Social por un dogma ideológico, cuando deja morir a la gente. Creo que la decisión tomada es correcta: liquidar la vieja EPS del Seguro y crear una nueva, que nos llena de ilusión, una sociedad entre el Estado y las Cajas de Compensación.

Creo que esa es la garantía de que los colombianos tendrán un afiliador, una entidad a la cual afiliarse, de naturaleza totalmente social. Comfenalco es una de las seis cajas invitadas. ¿Por qué? No ha habido discriminación. Simplemente se seleccionó aquellas que ya estaban en el sistema de salud, en el sistema contributivo de salud.

Y mi cuña es: pedirle muy comedidamente al Consejo de Comfenalco, a ver si en la reunión próxima a tener mañana (doctor Ricardo: siempre que usted me ha invitado a mí, he venido con la ponchera, desde que era senador de la República, y hoy no podía ser la excepción, siempre he venido a pedirle alguna cosita), hoy les vengo a pedir a ver cómo el Consejo ya aprueba, esta es la aprobación final, para que arranquemos con esa EPS, que la están esperando los colombianos para afiliarse.

¿No les parece a ustedes muy interesante que nuestros compatriotas se puedan afiliar a una EPS de las cajas de compensación, con Comfenalco de socio? ¿Ustedes dudarían en afiliarse? Dígame alguno de ustedes que dude en afiliarse. ¿Entonces por qué va a dudar el Consejo Directivo en aprobarlas?

Y una segunda cuñita: ayúdenme, coterráneos, a que lo de Ecopetrol sea un éxito.

Hace cinco años, si me hubieran preguntado: ¿se va a hacer la reforma laboral y pensional de Ecopetrol?, les habría dicho: “La intentaremos”. Se logró. Si me hubieran preguntado: ¿va a haber posibilidades de participar en la propiedad de Ecopetrol?, les había dicho: “No creo por esos antagonismos ideológicos que lo impedían”. Los hemos superado, lo hemos logrado.

Vamos a hacer de Ecopetrol una de las empresas más importantes del mundo.

Petrobrás, la petrolera brasilera, era chiquitica. Cuando la convirtieron en mixta, empezó el camino que la tiene convertida hoy en una de las empresas más importantes del mundo.

Nosotros estamos invitando a los colombianos a capitalizar a Ecopetrol en un 20 por ciento. No la vendemos sino que la crecemos. El Estado mantiene lo mismo que hoy tiene. Lo que pasa es que al entrar los particulares con un 20 por ciento, la empresa crece más. Eso es bien importante.

¿Para dónde va esa platica? Esa platica no se la va a gastar el Gobierno. Es capital de la empresa. ¿En qué se invierte? En búsqueda de petróleo, de gas, en explotación, en refinería. Y en una revolución que Colombia apenas está empezando, que va a ser la gran revolución del campo: la producción de biocombustibles.

Ya la empresa tiene la primera sociedad para producir biodiesel en Barranca, el año entrante empieza, y viene una muy importante para producir etanol.

Y me preguntarán ustedes: ¿y eso es difícil de comprar? No. Miren: una acción vale 1.400 pesos, hay que comprar acciones por un millón cuatrocientos. Ecopetrol fía el 85 por ciento. Ese crédito no tiene interés. No se respalda sino en la misma acción. No hay que ir allá con garantías ni con fiador. Y se puede juntar un grupito para comprar ese paquete mínimo de un millón 400 mil.

Algo muy importante: las empresas que hemos convertido en mixtas, se sanean de clientelismo. A mí me decía el sindicato de Telecom, me decía: hombre, Presidente, no nos echen toda la culpa a nosotros, nosotros les pedíamos a los gobiernos, pero era que los gobiernos nos daban. No se atrevían a pelear con nosotros, sino que nos concedían todo, para no volverse impopulares.

Uno en la vida pública tiene que correr riesgos. Y eso de pronto se mueren de rabia con uno y hay momentos muy difíciles. Pero hay que correr riesgos, por el bien público. Y me decían: y allá mandaban mucha persona a completar la jubilación o a mejorarla. Clientelismo. Hoy a mí nadie me pide un puesto en Telecom. El que me lo pida, le digo: vaya hable con los socios.

Todavía me piden puestos en la Junta de Ecopetrol. Ahora le digo: aspiramos a tener 200 mil socios en estas cinco semanas, primera etapa de capitalización. Y veo que de este salón van a salir muchos.

Apenas me pidan un renglón en la Junta Directiva de Ecopetrol, les digo: ya no puedo, vayan hablen con los 200 mil socios.

Eso puede ser formidable para que este país avance en capitalización social, en el concepto de un país de propietarios.

Doctor Ricardo: muchas felicitaciones. Usted es un líder social pragmático, metedor de goles.

Y a la familia de Comfenalco, muchas gracias, por lo que han hecho por Antioquia y por Colombia”.

     
 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
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