Palabras del presidente Uribe en el congreso de Fedelonjas realizado
en Cartagena
Agosto
21 de 2007 (Cartagena-Bolívar)
“Después de las muy esperanzadoras palabras del doctor Rafael Hoyos, especialmente sobre Cartagena, de las generosas y siempre optimistas palabras del doctor Mutis (Sergio, presidente de Fedelonjas) sobre el país, y de esta muy aguda intervención del doctor (Luis Fernando) Correa Bahamón, permítanme hacer unos comentarios sobre el modelo colombiano, sobre los objetivos de Gobierno, sobre el tema de turismo, la vivienda social, la renovación urbana, el nuevo papel del Fondo del Ahorro, las dificultades y retos de infraestructura, la relación inflación – tasas de interés, nuevas oportunidades colombianas como la capitalización de Ecopetrol, que tiene relación con todo ello.
Es muy importante hablar del modelo, en esta difícil situación de la región latinoamericana. Lo que se daba por descontado, que era la confianza en todos los países del sector privado, se ha puesto en entredicho.
La razón de que en algunos países de la región se avance hacia el estatismo, obliga a hacer un replanteamiento del modelo, para poder fortalecer la confianza inversionista.
Colombia no ha estado ni el desmantelamiento del Estado ni en el estatismo. Nosotros hemos reformado a la fecha 419 entidades del Estado, pero no hemos desmontado el Estado.
Aspiramos que nuestro mejor legado en materia fiscal sea la reforma del Estado. Esa reforma hasta ahora le ha ahorrado al presupuesto nacional un punto del PIB (Producto Interno Bruto) por año, y ha permitido que se mejore mucho el valor patrimonial de las entidades estatales, su eficiencia, su transparencia, su gobierno. Toda entidad que se reforma es una entidad que se libera de clientelismo.
Empezamos con Telecom, hoy una empresa de gran prosperidad, Colombia Telecomunicaciones. Y hoy estamos llegando a la capitalización de Ecopetrol, que empieza el 27 de agosto. Y estamos iniciando todo el proceso de reforma de las clínicas del Seguro Social en el país.
Colombia tampoco está en el estatismo. Y esto como concepto político hay que repetirlo en todas partes, para que la inversión privada nacional e internacional sepa que puede tener toda la confianza en el modelo colombiano. Un modelo de pleno espacio a la inversión privada con responsabilidad social.
¿Cómo entendemos la responsabilidad social? Reflejada en tres áreas: transparencia en las relaciones del inversionista con el Estado, transparencia en los planes de ordenamiento territorial en este sector, transparencia en las licencias, transparencia en las licencias de construcción, en las licencias ambientales, en otros sectores, transparencia en la adjudicación de contratos, de concesiones, en todos, transparencia en las disputas.
Segunda expresión de la responsabilidad social: solidaridad con las comunidades del vecindario. No se puede hacer desarrollo inmobiliario maltratando el espacio público. No se puede hacer desarrollo inmobiliario, dejando a la comunidad del vecindario sin sus caminos tradicionales, dejando a la comunidad del vecindario sin senderos, dejando a la comunidad sin parques.
No se puede extraer el carbón del Cesar, afectando la salud de los moradores de los pueblos del Cesar, por no pavimentar las carreteras por parte de las empresas extractoras, especialmente en los trayectos que cruzan cascos urbanos, que antes eran cascos urbanos solitarios, hoy son cascos urbanos por donde pasan 600 tractomulas al día, levantando una polvareda que tiene que respirar los ciudadanos.
Toda la actividad privada necesita, como una expresión de la responsabilidad social, solidaridad con las comunidades del vecindario, y en las relaciones laborales. Es bien importante repetirlo en el continente, en este momento político del continente. Ni relaciones laborales de capitalismo salvaje, ni relaciones laborales de odio de clases. Necesitamos relaciones laborales fraternas, cristianas.
En ese modelo, Colombia está trabajando cinco elementos: seguridad, respeto a las libertades, cohesión social, transparencia -el sábado tuvimos el primer Consejo Comunitario de Regalías, después de que cambiamos todos los contratos de interventorías de regalías, para hacer un control de opinión permanentemente, con el esquema de interventores visibles, a cómo se gasta cada peso de regalías en las regiones que reciben regalías; primero lo hicimos en el municipio de Castilla la Nueva, en el Meta, y vamos a seguir en todas las regiones- y respeto, el otro elemento es respeto a un Estado conformado de instituciones independientes, pero que también tienen que colaborar armónicamente para el cumplimiento de los fines superiores.
Tenemos tres principales objetivos de Gobierno: consolidar la Seguridad Democrática, consolidar la confianza inversionista y cumplir las metas sociales. Van de la mano, sin seguridad, sin voluntad política férrea en materia de seguridad no hay confianza inversionista.
Si no hay inversión, la política social se reduce a un discurso demagógico, y mientras más se habla de política social más se empobrece el país.
En ausencia de inversión, lo único que se hace de política social es repartir miseria, es agitar demagogia, es crear más frustración.
Confianza inversionista derivada de la seguridad, y entre ambas, presupuestos necesarios para una política social, que finalmente las legitima a ambas.
La política social, en la medida que Cartagena empiece a recibir el pago a 42 mil Familias en Acción que hemos vinculado, del millón y medio del país, pues esas familias de los sectores más pobres de la ciudad, que tienen ya ese subsidio para la educación y para la nutrición, tienen que empezar a legitimar lo que es la política de seguridad y la política de confianza inversionista.
En materia de confianza inversionista hemos avanzado bastante. Hace cinco años el país por cada 100 pesos que producía invertía entre 12 y 15, hoy está invirtiendo entre 25 y 27. Este es el tercer año de alta tasa de inversión.
Hace cinco años de cada 100 pesos que producíamos, el sector privado invertía 6 y medio, hoy está invirtiendo entre 19 y 21. Eso hay que sostenerlo.
¿De qué depende la confianza inversionista? Del modelo, de la seguridad, de la salud fiscal de la Nación; depende de la tributación, de la seguridad jurídica, de las oportunidades que tengan los colombianos en el país y en el extranjero, por eso los acuerdos de comercio.
Por supuesto en seguridad hemos avanzado, pero nos falta mucho, es una tarea de todos los días.
El terrorismo es como una maleza innoble: hay que estarla combatiendo con mucha eficacia y con toda la determinación permanentemente, porque se recupera muy fácil. Hay que persistir
Acabamos de aprobar una nueva ley para la seguridad. La ley que le da a la Policía instrumentos bien importantes para enfrentar problemas de seguridad cotidiana: robo de vehículos, robo de motos; para enfrentar el tema del hurto a residencias, hurto a personas, hurto a comercio. Y aspiramos que en todos estos rubros de seguridad podamos mostrar mejores resultados que, sin ser óptimos, se han venido dando ya en el país en el tema de tránsito por las carreteras, en el tema de piratería, en el tema de secuestro, en el tema de homicidios.
Esa confianza inversionista depende también de la salud fiscal de la Nación. Cuando empezó el Gobierno, el déficit consolidado estaba en el 4.2 (por ciento), este año debe ser del 0.7 (por ciento).
La gran preocupación ha sido el déficit del Gobierno Nacional Central. Si sumamos lo que había inicialmente, más lo que pasó con el agotamiento de las reservas del Seguro (Social), al Seguro hay que trasladarle anualmente ya, entre 4.8 billones (de pesos) y 5.10 (billones)-y llegará a 5.5- para que le cumpla a los pensionados, y eso ha venido haciendo nuestro Gobierno.
Entes él (el Seguro Social) tenía con sus reservas, pero se había advertido que el país estaba en un proceso de agotamiento de reservas del Seguro, se demoraron las leyes, nosotros apenas pudimos hacer esa reforma constitucional hace tres años, que elimina los regímenes especiales de pensiones.
Con todo eso, el déficit del Gobierno Nacional Central era del 7 y medio (por ciento), esperamos que se sitúe este año alrededor del 3 y medio.
Por primera vez empezamos a tener en el Gobierno Nacional Central un superávit primario, esto es, un pequeño superávit, al restarle a los ingresos ordinarios de la Nación los gastos ordinarios, sin incluir los pagos financieros.
Ese era el déficit más preocupante. Uno se preguntaba: bueno está bien que para servir deuda nos haga falta dinero, pero los ingresos ordinarios deben atender los gastos ordinarios. Hemos superado ese déficit, ya empezamos a construir allí un superávit.
El endeudamiento de la Nación llegó a estar en el 50 por ciento. Por cada 100 pesos que teníamos, debíamos 50. Hoy estamos en el 28 (por ciento), ojalá lo podamos estabilizar alrededor del 25 (por ciento).
Salud fiscal de la Nación. Los departamentos y los municipios han mejorado enormemente. En este gobierno, gracias a todos esos factores y también a factores locales como la Ley 617 de la anterior administración presidencial, los departamentos han visto crecer sus ingresos en un 13 - 14 por ciento por encima de inflación, los municipios en un 34 por ciento por encima de inflación.
Solamente Bogotá -y es importante doctor Mutis que conozcan este dato, porque usted que preside la Cámara de Comercio de Bogotá, la junta directiva- solamente Bogotá en este Gobierno ha crecido sus ingresos en un 40 por ciento real, los ingresos locales de Bogotá.
Yo diría que, sin que ninguna entidad del país pueda decir que está boyante en exceso, con excepción de dos departamentos y de algunas ciudades, la situación territorial ha mejorado mucho en la Nación.
Otro tema bien importante para la confianza inversionista es el tema tributario. El país era muy opuesto a que se utilizara el instrumento tributario para favorecer inversiones.
Qué difícil fue para nuestro Gobierno introducir los incentivos de la reforma tributaria del 2002. Por unos pocos votos logramos pasarlos como incentivos transitorios, y qué difícil fue convertirlos en incentivos permanentes en la reforma tributaria de 2006.
Hoy el país cuenta con un conjunto de incentivos de gran importancia, pero miren lo que hemos hecho: nosotros no le hemos apostado a la reducción general y aguda de tasas de contribución, sino al estímulo a la inversión.
Vamos a hacer, está ya aprobado en la ley, está en pleno proceso, una reducción de las tarifas de renta del 38 y medio (por ciento) al 33, es moderada, pero lo más importante es que estimulamos la inversión.
No se le puede dar el mismo tratamiento al contribuyente que no invierte, que el tratamiento que se le da al contribuyente que sí invierte.
Un criterio social, creo yo moderno, para estimular el empleo de buena calidad, es estimular la inversión. En una economía abierta, a mi juicio, los únicos estímulos que finalmente generan empleo, son los estímulos a la inversión.
Y tenemos unos específicos y otros generales. Específicos: hotelería, cultivos de tardío rendimiento, madera, biocombustibles, en lo cual el país tiene enormes posibilidades.
Tema específico de la hotelería: la reforma define, durante 30 años, los nuevos hoteles, tienen inversión total de impuesto de renta y complementarios. Creo que ese es un gran paso. Hoy somos competitivos frente a cualquier sitio del mundo en esa materia.
Un hotel antiguo, que se remodele, se hace una regla de tres muy fácil, se establece una proporcionalidad: se define cuánto representa el costo de la remodelación en el valor total del activo, y la utilidad correspondiente, proporcional al porcentaje que represente el costo de la remodelación sobre el valor total de activo, es utilidad exenta durante 30 años. Eso es bien importante.
Y se corrigió algo: en nuestra reforma de 2002 nos quedó incompleto, porque se cobraba en cabeza del accionista cuando se repartía la utilidad. Ahora lo dijo claramente la reforma de 2006. O sea que queda en firme la exención de la utilidad, así posteriormente se reparta entre los accionistas.
Y el mismo estímulo, pero ese sí permanente a las empresas de turismo ecológico -cuando yo veía en la presentación formidable y tan amable del doctor Correa Bahamón, la menciona en temas como Tayrona, temas turísticos, etcétera- la inversión para las empresas de turismo ecológico es permanente, es algo bien importante en nuestro país hoy.
Además ya nosotros hemos adjudicado concesiones turísticas en cinco parques nacionales: Amacayacu en el Amazonas, la Isla de Gorgona en el Pacífico, Tayrona, el Parque de los Nevados. ¿Vamos en el cuatro, Juan?
Está abierta la licitación Otún – Quimbaya. Y esas empresas son unas empresas totalmente exentas de impuestos.
¿Qué queremos hacer allí en esa parte tributaria? Y se va a considerar en un Conpes el 27 de agosto, y creo que la argumentación que ha traído el doctor Correa Bahamón nos ayuda. Vamos a presentar un proyecto de ley, para introducir los estímulos requeridos para que sectores internacionales, como jubilados, traigan sus capitales a invertir en Colombia. El Gobierno va considerar el Conpes el 27 de agosto, para presentar en la primera quincena de septiembre el proyecto de ley.
Yo pediría a Fedelonjas que nos ayudara en ese proyecto, en el Congreso de la República. Tiene que ser un gran paso en este proceso de incentivar la inversión en nuestro país.
Entonces tenemos atractivos específicos y atractivos generales. Un atractivo general, bien importante: hoy toda inversión que se hace en Colombia tiene un 40 por ciento de deducción tributaria.
Cartagena, sin contar lo inmobiliario -a lo cual se refirió el doctor (Luis Rafael) Hoyos García, está invirtiendo 4 mil millones de dólares en el área de Mamonal.
La asociación Ecopetrol - Glencore, en la refinería está invirtiendo 2 mil millones de dólares, y el sector privado industrial otros 2 mil millones de dólares.
Esa inversión, más la inversión inmobiliaria, la inversión de los supermercados, toda tiene un 40 por ciento de deducción estatal ¿Cuánto vale un Carrefour que se construya en Cartagena? ¿Cuánto cuesta? Pónganle 20 mil millones. La deducción tributaria es de 8 mil millones, y multiplicado por una tasa de renta un poquito del 30, el Estado aporta 2.400 – 2.500 millones. Y eso es para cualquier inversión hoy en Colombia.
Yo creo que eso nos ayuda mucho, y eso empieza a explicar, combinado todo, el modelo, la voluntad política de Seguridad Democrática, el apoyo popular a la Seguridad Democrática que no puede desfallecer, es lo único que la hace sostenible en el largo plazo. El tema fiscal, el tema tributario, es lo que va ayudando a que florezcan todas esas inversiones.
Viene el tema de seguridad jurídica. Nosotros ya tenemos la ley que nos autoriza firmar los pactos de estabilidad con el sector privado. Aspiro que en noviembre el Ministro de Comercio pueda dar la buena noticia del número de pactos de estabilidad celebrados en el año con el sector privado.
Y el tema de las Zonas Francas Especiales. La nueva ley de zonas francas ya no exige que sean para exportar, la producción es para el mercado nacional, puede ser, o para exportar, indistintamente.
La diferencia es que lo que se interna en el país para el mercado nacional paga IVA y arancel, lo que se exporte no. Pero para el mercado nacional o para el mercado internacional la tarifa de renta es igual, 15 por ciento. Es una tarifa muy baja, teniendo en cuenta que en Colombia los dividendos no pagan acciones.
Entonces, todo este estímulo a la inversión por la vía de la exención de renta, o de la tarifa de renta, es un estímulo que se suma a la exención de dividendos en Colombia.
Una zona franca se establece hoy fácil en Colombia. Los inversionistas no tienen que ubicarse al interior de los perímetros de las zonas francas tradicionales. Se incluyó en la ley lo que se llama el concepto de monousuario: un inversionista individualmente puede pedir: “considérenme Zona Franca en esta parte del país”. Si él llena unos requisitos, por ejemplo una inversión no inferior a 26 millones, o una creación de 600 empleos.
En el caso de que sea por ejemplo una zona franca para producción de biocombustibles, los empleos de la planta industrial se pueden sumar a los de los campos agrícolas que van a alimentar esa planta industrial en biocombustibles. Esa zona franca no paga sino un 15 por ciento de renta. Eso la hace muy competitiva en el mundo entero.
Pero miren lo importante. El año que crezca, el inversionista, además del beneficio de no pagar sino el 15 por ciento de renta, el inversionista tiene derecho a la deducción del 40 (por ciento). O sea que los estímulos no son excluyentes, son convergentes.
Y algo bien importante: si el inversionista no alcanza a hacer la deducción el primer año, puede convertirla en un crédito fiscal y utilizarla en el número subsiguiente de años, cuantos años requiere. A semejanza de lo que hicimos en pérdidas.
Antes la ley exigía absolver las pérdidas en 5 – 8 años, ahora eso se convierte en un crédito fiscal que se puede utilizar indefinidamente. Pienso que todo esto es bien útil para estimular la inversión en nuestro país.
Permítanme referir dos o tres temas de turismo. Yo veo con optimismo el florecimiento de la hotelería en Colombia, el florecimiento de los parques de diversiones, el florecimiento de las fincas-hoteles, no solamente en el Quindío, Risaralda, lo veo también en los Llanos Orientales. Lo que se ha hecho en infraestructura amigable con el medio ambiente, por ejemplo, en el Parque Tayrona es excelente.
Como lo decía el doctor Correa, nosotros recibimos el país con 536 mil pasajeros que llegaban al año -estoy contando internacionales, turistas extranjeros llegando al país vía aérea- este año puede ser un año de millón 300 mil, pero estamos con todo el entusiasmo procurando que sean más y más.
Por ejemplo en líneas aéreas, que no es fácil en Colombia, uno quisiera abrir plenamente, pero esto siempre necesita restricciones, porque por ejemplo, la hermana Panamá tiene un aeropuerto que lo han tratado de convertir en el centro de recepción y distribución más importante del Continente, y ha avanzado enormemente, y han dado allí para ello todas las libertades.
¿Cuál es la diferencia? Que ellos no tienen dependencia en transporte aéreo interno, nosotros sí. Entonces nosotros tenemos que ser cuidadosos, porque si nos excedemos en liberalidades para el transporte aéreo internacional, podemos afectar el transporte aéreo interno. Quebramos una compañía, y esa compañía nos afecta el transporte aéreo interno, del cual Colombia es tan dependiente. Sin embargo, estamos haciendo todos los esfuerzos para incorporar más aerolíneas, para que se modernicen las aerolíneas.
Yo creo que si comparamos la situación del transporte aéreo de Colombia hoy con hace cinco años, la situación financiera de las empresas, el número de aviones, la edad de los aviones, la calidad de los aviones y los prospectos, las compras de las empresas, yo creo que la situación ha mejorado mucho, pero indudablemente que nos falta mucho. A mí me llaman los compatriotas a decirme: “Presidente no hay tiquetes a Europa, que hemos querido traer turistas de tal parte, no hay cupos, etcétera”.
Ahí vamos viendo cómo todos los días estamos ajustando a ver cómo -sin cometer imprudencias que quiebren a nuestros operadores internos-, logramos ir abriendo esto.
Es bien importante también lo que empieza a suceder en cruceros. Se habían ido. Yo creo que este año esta ciudad recibe unos 118 mil turistas, que desembarcan de los cruceros. Yo creo que el año entrante va a ser más de 200 mil. Confío al fin del Gobierno que esta ciudad esté recibiendo 300 mil turistas al año, que desembarcan de los cruceros. La semana pasada vino uno japonés, desembarcaron mil personas.
¿Cuánto crees Alcalde (de Cartagena, Nicolás Curi) que deja a la ciudad cada una de esas personas? 100 dólares, en promedio por persona, quedan en los taxistas, en los restaurantes, en las joyerías, en la economía informal. Esa es una plática que tiene un impacto muy importante sobre la economía, pero ya empiezan a llegar a Santa Marta. ‘Royal Caribean’ me promete para el año entrante 64 cruceros más, reanudó el año pasado y para el año entrante 64 más, 32 más en Cartagena, 16 en Santa Marta, 16 en San Andrés.
Y a partir de noviembre del año entrante, diciembre del año entrante, Cartagena es puerto de partida de cruceros internacionales, la decisión recientemente comunicada por ‘Royal Caribean’. Yo confío que esto nos sale bien en cuanto al turismo.
Vivienda de interés social. Yo creo que el crecimiento del presupuesto nacional en vivienda de interés social nos va mostrando que hoy la disponibilidad de presupuesto es un problema que empieza a ser menor y el mayor obstáculo es el tema de terrenos y de infraestructura.
La norma del Plan Nacional de Desarrollo a la cual se referirá ampliamente en su intervención de cierre de esta Asamblea el Ministro Juan Lozano, ya mencionada por el doctor Sergio Mutis, es bien importante.
Yo quiero insistirles a ustedes sobre el tema de la renovación urbana. Mi preocupación es que algunos instrumentos tributarios que hemos introducido en este Gobierno no se han utilizado.
Nosotros creamos la exención a los fondos de capital. Yo todavía no veo los primeros resultados de grandes proyectos construidos por fondos.
Creamos la exención a la renovación urbana y todavía no se da. El país todo necesita renovación urbana para hacer vivienda social. Mire, si uno sigue sin renovación urbana qué vamos a lograr, una gran urbe desordenada y de mala calidad de vida, entre Girardot, pasando por Bogotá, llegando a Tunja y a Sogamoso. Una gran urbe con mala calidad de vida entre Cartagena, Barranquilla y Santa Marta, visionando esto a largo plazo.
Concentrémoslo un poquito en Bogotá, hay que preservar la sabana, esa civilización se instaló allá a diferencia de otras. El resto de América Latina tiene las zonas productivas todas volcadas sobre el mar y eso nos ha causado muchas dificultades en Colombia. Una cosa es hablar de infraestructura en Chile, tienen a Santiago a 120 kilómetros del mar y pare de contar, nosotros tenemos unos retos de infraestructura bien grades, Bogotá a mil kilómetros del mar por aquí y a 600 por Buenaventura, pero tiene su razón de ser, eso climas andinos, la sabana más importante a esa altura sobre el nivel del mar de todo el Continente, etcétera. ¿Vamos a acabarla?
Y no nos quedemos solamente en el tema ambiental, veamos otros costos. Seguir ampliado esos perímetros urbanos implica no solamente destruir la sabana, tierras agrícolas en muchas ciudades colombianas como Cali, sino que implica unas inversiones cuantiosísimas en extensión de servicios públicos, y después sostenerlos.
Y después en transporte. ¿Cuánto cuesta? ¿Cuánto cuesta el transporte público, la instalación y la operación en esas ciudades que van extendiendo tanto los perímetros?
Nosotros creemos que hay que hacer renovación urbana en todo el país. Esa renovación urbana debe llevar a acuerdos de ustedes con los Alcaldes, para comprar zonas y demolerlas. Y a nivel de superficie, espacio público, recreación y enseguida construcciones en altura.
Hace pocos días ví en Medellín unos edificios de ocho pisos para vivienda social, pero ellos aprovecharon que estaban en pendiente, puestos ahí casi en un paralelo con la cordillera, pusieron la escala en el piso cuarto, el acceso a tierra, superficie, entonces de ahí bajaban al menos cuatro o subían al más cuatro.
Una cosa excelente, con salones comunales que hoy hay que pensarle a vivienda social. Yo les decía allá: Mire, en el tamaño de estos apartamentos no piensen en tener el computador en cada apartamento, pero si tienen que tener un salón para que todo el mundo esté conectado. Uno no puede tener ahí sin conectividad a los muchachos que están en el colegio o que están en la universidad y a los profesionales. Yo creo que es posible, yo creo que es un gran reto del país.
Y miren lo que hay: Ustedes por ejemplo, hacen un fondo y dicen: “vamos a comprar una zona de Bogotá, la vamos a demoler y vamos a construir allí, a nivel de superficie, un buen espacio público, y enseguida en altura vamos a hacer vivienda social o tal clase de vivienda”.
Quienes aporten las propiedades que allí tienen a ese fondo, una vez les liquidan la utilidad del fondo, es utilidad exenta. Mi ruego es: aprovechemos.
Yo le he pedido al Ministro Juan Lozano, y él lo va anunciar aquí, que se le de un puntaje mayor a los proyectos en altura para vivienda social. Yo creo que, ¿Cuando lo van a anunciar Juan?
Ministro Juan Lozano: Si quiere ya mismo, Presidente. La resolución establece un 20 por ciento de calificación adicional para los proyectos de vivienda de interés social que estén todos en altura, y gradualmente hasta un cinco por ciento, dependiendo del porcentaje que tenga en altura el proyecto correspondiente.
Es decir, entre un cinco y un 20 por ciento de calificación para estimular la vivienda social. Una altura con las especificaciones que usted ha señalado.
Buen espacio superficial para los habitantes, que garanticen su calidad de vida, y unas condiciones básicas para conectividad y para manejo de las actividades comunitarias.
Presidente Álvaro Uribe: Es un gran ruego. Yo asumiría hoy el compromiso del Gobierno para que esté esa resolución. El compromiso del Gobierno de presentar el proyecto de ley para estimular que vengan los capitales de los jubilados del mundo a establecerse aquí, y les pediría a ustedes, adelantar los proyectos de renovación urbana. Es bien importante hacerlo.
En materia de financiación. Yo creo que el ingreso del Fondo Nacional de Ahorro al mercado informal es bien importante. La nueva ley vincula al Fondo Nacional del Ahorro. Ahora está vinculando a las 78 mil colombianas que son madres de hogares comunitarios, y en un año empiezan a recibir su crédito. Tengo confianza que allí vamos a tener un instrumento de financiación de la vivienda social adicional, bien importante.
Y los incentivos que ustedes pidieron el año pasado que se preservaran en la ley, se preservaron toditos.
A mi me gustó la discusión del año pasado, porque cuando empezamos a introducir esos incentivos en el 2002, yo sentía toda la oposición de la academia económica, toda la oposición de muchos sectores políticos, y los sectores inversionistas relativamente silenciosos.
Creo que el debate el año pasado fue muy útil, porque el país sintió la voz de los sectores reales de la economía que decían: “estos estímulos son importantes, déjenlos” Entonces esos estímulos de vivienda quedan todos vigentes y a eso se suma el Fondo del Ahorro.
Ustedes me preguntarán a mí: Presidente, ¿en infraestructura? Si el país tiene un cuello de botella en infraestructura y les voy a confesar que ha pasado.
Lo primero, culpas, disculpas y enseguida compromisos. Culpas, disculpas. Nosotros llegamos con miedo por la situación fiscal de la Nación. A finales de agosto, principios de septiembre de 2002, el Ministro (de Hacienda) Roberto Junguito llegó al Consejo de Ministro y me dijo: “Presidente, no hay con qué pagar los soldados. Necesito congelar gasto por un billón. Y ¿Qué se le ocurre a usted para que financiemos la seguridad?”
Se congeló el gasto público en un billón y tuvimos que derramar el impuesto a la Seguridad Ddemocrática. Nosotros con miedo.
Segundo, todos los proyectos de infraestructura del país estaban en pleito, todas las concesiones viales en pleito. Hemos superado todos los pleitos, no ha sido fácil arreglarlos.
¿Qué nos falta por superar? En concesiones viales solamente Commsa, Bogotá – río Magdalena. Ya se arregló con los ingenieros, con las firmas, se consiguió con el gobierno español, ya el Procurador dio concepto favorable. Para que quede en firme nos falta el concepto favorable del Tribunal Administrativo de Cundinamarca.
Pero cuando les digo todas las concesiones viales con reclamos: Santa Marta - Paraguachón con reclamos, las tres de Medellín, paralizada la Autopista del Café por pleito, los concesionarios no quería recibir Bogotá – Villavicencio por pleito, eso lo costó al Estado 60 mil millones, en fin.
Aeropuertos en pleito, el de Cali en pleito; ferrocarriles en pleito, arreglamos el ferrocarril del Atlántico, va tener la segunda línea, nos falta el ferrocarril del Pacífico, porque al ferrocarril del Pacífico este Gobierno le invirtió 148 millones de dólares, porque encontramos un contrato de concesión, lo respetamos, lo honramos. Los contratistas se comprometían a reparar la línea y a operarlo, repararon la línea, ahora dicen que no es factible operarlo, estamos en ese pleito, vamos a ver cómo lo resolvemos.
Encontramos otro problema en este capítulo que yo llamo de culpas, disculpas: estábamos sin proyectos, y la ingeniería sin maquinaria.
Hace poco fui a ver esa gran obra que estamos haciendo en La Guajira, el embalse del río Ranchería, para irrigar en La Guajira 18 mil hectáreas y para darle acueducto a todos esos municipios, y vi una maquinaria fabulosa, y le pregunté a la firma: bueno, ya sí estamos muy adelantados, ahora sí entusiasma ver la obra, ¿pero por qué estuvimos los primeros meses tan lentos? Me dijeron: “Presidente no teníamos maquinaria, tuvimos que importar”.
Entonces empezamos nosotros a adjudicar todas las obras y el país sin maquinaria, y las firmas en una situación financiera bastante difícil, momento todavía difícil.
Hoy no se consigue un albañil en el país, ni una volqueta disponible, ni un cargador, ni una retroexcavadora. Allí hay unas realidades que me hacen pensar a mí que algo está pasando para bien en algunos sectores de la economía en materia de empleo.
Compromisos: nosotros vamos a terminar el Plan 2.500. Hoy estamos llegando a 1.400 kilómetros pavimentados en el Plan 2.500.
Crítica, algunos me dice: “Presidente, pero es que ahí hay mucha conexión de municipios, no son todas vías de competitividad”. Es cierto, ahí tenemos vías de competitividad, indudablemente competitivas para el país, esa vía Granada - San José del Guaviare, 130 kilómetros, la estamos pavimentando en su totalidad, eso se está convirtiendo ya en un corredor de palma africana.
La vía Puerto López - Puerto Gaitán, también contratada la pavimentación total. Las vías de aquí de La Mojana, 40 años el país hablando de La Mojana, todo eso en proceso, pero reconozco, hay mucho enlace a municipio. También he dicho: yo no podía llegar hace cinco años a esos municipios solamente con soldados, y el desplazamiento no lo produce solamente la violencia, el desplazamiento también coproduce la falta de vías de comunicación, la falta de servicios públicos, la falta de calidad de carreteras. Primer compromiso, terminarlo (el Plan 2.500).
Segundo compromiso: le tenemos que entregar a los municipios 140 millones de pesos por año, promedio, para la sostenibilidad de sus vías. Es muy poquito y mucho, porque son 1.099 municipios.
Tercer compromiso: avalarle un crédito de mil millones de dólares a los departamentos. Se lo estamos consiguiendo a 25 años de plazo, cinco de periodo de gracia, para que ellos sigan en la pavimentación de vías departamentales, la Nación solamente avala. Y dedicar todos, todos los esfuerzos de la Nación, a los corredores de competitividad y comercio exterior.
Voy a referirme a algunos de ellos. Yo aspiro dejar en su totalidad contratado, y bien avanzado en la ejecución, de todo el corredor Bogotá - Buenaventura, doble calzada, túnel de La Línea, que deberíamos llamarlo ‘Túnel del Segundo Centenario’.
El trayecto Bogotá – Girardot - San Rafael, ya bastante adelantada la ejecución, tiene partes donde se ve la carretera, parte donde no se ve. Partes donde no se ve pero que va avanzando satisfactoriamente: parte de la variante de Melgar no se ve, el túnel ya tiene mil metros perforados, la variante Fusagasuga debe estar en tres meses.
Acabamos de contratar el trayecto San Rafael, que es entre Flandes y El Espinal, San Rafael – Ibagué - Cajamarca, está contratado, debe empezar la ejecución en poco tiempo. Hemos hecho varios de los viaductos de la loma, del túnel básico llevamos 6 mil metros perforados, son 8.500 – 8.600, en este momento en Internet están ya exhibidos los prepliegos de condiciones para contratar el resto del túnel, con doble calzada hasta Armenia, hasta Calarcá.
En la malla vial vallecaucana, vamos bien, en lo que es después de superar ese pleito en la Autopista del Café, vamos bien hoy ¿Algunos de ustedes son de Pereira, Manizales? Ya empezamos a construir ahí un pedazo muy sensible que es el puente del Boquerón, pero eso se demora 18 meses, ya se ve la obra, y nos falta ahí una financiación grande que estamos buscando arbitrarla para completar la variante sur - sur en Pereira. He visto bastante avanzado la nueva concesión, que es la de Cerritos - La Victoria, y tenemos ya contratados unos tramos básicos de Buga a Buenaventura. Se acaba de abrir la licitación para otro de esos tramos, y terminamos una carretera que nos costó 160 mil millones, que es la vía alterna interna en Buenaventura.
Yo aspiro que esos 600 kilómetros de doble calzada queden contratados en su totalidad y bien avanzados.
El corredor Bogotá - Santa Marta: aspiro lo mismo. Terminado este pleito de Commsa, confiamos en el visto bueno del Tribunal de Cundinamarca, después que nos ha dado el visto bueno el Procurador, estamos preparando con el Banco Mundial la licitación, con el Banco Mundial estamos en la estructuración de la concesión.
Queda una doble calzada Bogotá - río Magdalena, parte en viaductos, por el cañón del Río Negro y doble calzada hasta Santa Marta. Queda contratada en su totalidad.
Costa Caribe colombiana. En este momento hay las siguientes concesiones contratadas: las dobles calzadas y la variante a Santa Marta, en su totalidad contratada, se le delegó al departamento, la Nación le hace un aporte muy grande en dinero, está iniciada la obra.
Próxima a iniciar obra, hace cinco meses se contrató, ya hizo el cierre financiero, concesión Córdoba – Sucre, doble calzada Montería – Cereté – Cienaga, mejoramiento a La Apartada, doble calzada con variante Sincelejo - Corozal, etcétera.
Recientemente adjudicada, Cartagena – Barranquilla, Ruta Caribe. Una doble calzada que sale del aeropuerto de Barranquilla – Palmar de Varela, gira Sabanalarga, viene a Cartagena por La Cordialidad, pasa a la Cruz del Viso. Ya está adjudicada.
Y quiero anunciar hoy una nueva decisión, después de mucha polémica. Se va hacer también por concesión la conexión por aquí por la carretera el mar, de la entrada a Cartagena, desde la cabecera del aeropuerto, abrazando todo lo que es Crespo, al puente por donde se entra al puente Romero Aguirre.
Todavía tengo disidentes en ese proyecto, pero como no hay proyectos que den plena felicidad, tratando de conciliar todo y después de ver dificultades y posibilidades, se define lo siguiente: hacerlo por la orilla del mar, pero de la siguiente manera: doble calzada, y dentro de las calzadas viales de automotores y el mar, dos senderos, uno de peatones y otro de bicicletas, con el puente o los puentes peatonales que se requieran allí.
Eso para pasar de la zona residencial, que seguramente va ser hotelera, al mar. Yo creo que nos queda parecido a lo que hemos hecho en la Ciénaga de la Virgen, que si bien no comprende todo el trayecto, yo si creo que es muy bueno, que es muy generoso en espacio para ciclistas y en espacio para peatones. Yo creo que apenas se vean aquí los espacios para las bicicletas y los peatones, la ciudad va quedar tranquila.
Estamos en todo este tema de infraestructura, confío que pasando esta mala época de la contratación, enseguida vamos a sufrir mucho con la construcción.
El aeropuerto de Bogotá con esa concesión se convierta en uno de los más importantes del continente, que lo es hoy por su tráfico.
La concesión, que va a invertir 600 millones de dólares, aspira a convertir el aeropuerto de Bogotá en un aeropuerto de ocho millones de pasajeros a 20 millones de pasajeros, y un crecimiento enorme en carga. Adicionalmente, el aeropuerto de Bogotá debe quedar con un plan de desarrollo futuro de gran importancia. No solamente de hacer estas obras sino visionar el futuro.
Y eso implica un alto costo fiscal, ¿por qué?, porque el aeropuerto de Bogotá es el aeropuerto rentable de Colombia. Toda la platica que producía la tomaba el Estado para sostener los otros aeropuertos. Ahora, el 56 por ciento de lo que produce el aeropuerto, ya no entra al Estado para sostener los otros aeropuertos, sino a la fiducia de la concesión, para invertirlo en el desarrollo del aeropuerto. Yo creo que eso le va a ayudar muchísimo al país.
Y quiero referirme a otro tema bien importante, que es el tema de los Transmilenios. La Nación financia el 70 por ciento de los Transmilenios en todo el país.
Yo veía, Chile un país que admiramos tanto, que va tan adelante, pero su problema hoy es un Transmilenio en Santiago para complementar el Metro. Nosotros estamos haciendo 9 Transmilenios en 9 ciudades colombianas, empezando por Bogotá, que ha pasado en este Gobierno de 34 kilómetros a casi 90. Y está financiada la etapa que viene, ya la tenemos financiada.
Cali, que debe entrar en servicio el año entrante; Pereira que ya entró en servicio; Cartagena ya había construido parte, ahora está iniciando un nuevo trayecto. Todos en construcción: Barranquilla, Bucaramanga, Área Metropolitana. Hay otras 10 ciudades en fila que ha incluido eso en el Plan de Desarrollo.
El tema de infraestructura en Colombia exige que en el Estado nos movamos más, pero no es fácil, no es fácil por las distancias al mar, lo quebrado, etcétera. Una ventaja del país, que es ser un país de ciudades, también se convierte en una mayor exigencia para atender la infraestructura en todas esas ciudades.
Puertos. Hemos hecho ya la renegociación en muchos de los puertos colombianos, hemos extendido los periodos de concesión, contra compromisos muy importantes de inversiones, que creo que le van a ir superando al país esos cuellos de botella.
A mi me gusta mucho haber escuchado aquí la presentación sobre el tema de las hipotecas de los Estados Unidos. A mi me preguntan ¿nos va a afectar eso en Colombia?, tenemos que ser prudentes, hacerle un seguimiento juicioso al tema.
Pero yo quiero darle optimismo a mis compatriotas, por lo siguiente: en crisis anteriores, extranjeras, la economía colombiana estaba menos bien preparada, hoy está más preparada. Hoy está más preparada para asimilar con menos trauma, lo que llaman los economistas los choques internacionales de la economía.
¿Por qué está mejor preparado? En la última crisis la economía colombiana venía en déficit ascendente, y en endeudamiento ascendente. Hoy viene en déficit descendente y en endeudamiento descendente. En la última crisis no había confianza en la inversión en la economía colombiana, hoy tiene unas tasas de inversión del 27 (por ciento).
Creo que desde el punto de vista de los proyectos de construcción en Colombia, hoy hay dos cosas bien importantes: primero, esta es una economía que afortunadamente ya empieza a mostrar muy poca dependencia del narcotráfico. Yo pregunto, de quién son todos estos edificios de Cartagena, estos hoteles, pregunto en mi ciudad, en todo el país, y gente muy seria me dice, de dineros limpios, de dineros serios.
Además, si bien falta mucho promover inversión extranjera, pienso que está llegando bastante. Cuando empezó nuestro Gobierno llegaban 700 millones de dólares, llevamos ya tres años, 4.500 (millones), 8.000, 6.000. Yo creo que este año puede ser un año de más de 8 mil millones, de acuerdo con lo que registró el primer semestre, identificada, ya no la ve uno solamente en petróleo, petróleo y gas, carbón, minería, en el sector de los almacenes de cadena, empieza a verla uno en el sector hotelero, empieza a verla uno en los biocombustibles, en la madera.
O sea que es un país con un flujo de inversión extranjera más alto, un país que empieza a tener ya una economía del narcotráfico mucho, mucho menos influyente en el comportamiento general de la economía.
Y me parece que en el sector de la construcción han tomado la precaución de promover todos esos proyectos -es la respuesta que muchos de ustedes me dan- vendiéndolos en planos. Yo creo que hay menos riesgos.
Mi recomendación es: miremos con cuidado la crisis que se ha generado en los Estados Unidos, pero confiemos en que lo nuestro está hoy en una condición más saludable para resistir los impactos de las crisis internacionales.
Nosotros habíamos logrado bajar la inflación del ocho y medio (por ciento), en nuestro Gobierno, al 4.42 (por ciento) el año pasado. Este año hemos tenido un rebrote, ¿por qué? porque tuvimos una sequía de tres meses, muy intensa, porque Venezuela es una bomba de succión, entonces, la leche, la carne, tuvimos que restringir, no parar, porque uno a un país que le está pidiendo un acuerdo de comercio no le puede parar exportaciones, pero sí tuvimos que restringir, por ejemplo, ponerle unas limitaciones a la carne.
Porque la agricultura en el mundo se ha encarecido, por el florecimiento de los biocombustibles. El maíz se está dedicando en muy buena proporción en el mundo entero a producir etanol. Entonces eso ha llevado a que la tonelada de maíz que valía 120 dólares, esté valiendo 180 - 200 dólares. Pero creo que los últimos dos meses fueron menos preocupantes.
Yo confiaría que el indicador de inflación de agosto tranquilice. Porque eso está relacionado con el celo del Banco de la República, que se traduce en tasas de interés.
Mi tesis ha sido: es mejor un prudente ajuste de tasas de interés a tiempo, que no hacerlo llegar a un colapso. Pero el ajuste tiene que ser prudente, tampoco puede ser un ajuste extremo que nos pare la economía, porque eso nos produce el colapso. He ahí la gran dificultad, graduar las tasas de interés en una línea que evite el colapso temprano o el colapso tarde.
¿Cuándo se da el colapso temprano? Cuando son demasiado bajas, hay una explosión de endeudamiento, la gente no es capaz de pagar, y se afectó todo el mundo.
¿Cuando se da el colapso de más largo plazo? Cuando el Banco las encarece excesivamente y para toda la economía. Yo creo que ponerlas en un justo punto, no dejemos que haya aquí una explosión sin cuidado de la gente en materia de créditos, pero tampoco tranquemos la economía, imponiéndole unas tasas de interés bien altas.
El Banco de la República manifiesta sus preocupaciones por el consumo, pero hay consumos muy buenos. Yo veo con mucho entusiasmo que ha crecido el consumo de alimentos en Colombia, quiere decir que le estamos llegando en ingreso a los sectores populares. Los sectores pudientes no aumentan el consumo de alimento, viven a dieta, no le echan una yuca más ni un ñame más al sancocho.
Toda cifra de consumo de alimentos que crece es un indicador de que crecen los sectores populares.
Yo hago esta cuenta: millón y medio de Familias en Acción, 42 mil en Cartagena, que se pagan cada dos meses, y eso sí que lo va a sentir la economía del país de octubre de este año en adelante, eso es billón trescientos mil millones al año. Cartagena 40 mil millones al año, le llega a las familias más pobres, a condición de que los hijos estén en el colegio y bien nutridos. Esas familias reciben esa platica y no la llevan a cuentas de ahorros ni la mandan al extranjero, se la gastan en vestuario, calzado, alimentación, y hay es donde se hace ese empalme entre la política social y la dinamización de la economía. Yo confió que eso nos tiene que mantener unas dinámicas sanas de la economía.
Pero vamos a ayudar a otra cosa. Pienso que los colombianos debemos asimilar la capitalización de Ecopetrol, no solamente como un gran camino para que esa empresa, al tener un 80 por ciento de capital privado de una oportunidad de que los colombianos sean mas propietarios, también ayudará eso a que la empresa disponga de capital propio para mayor búsqueda de petróleo y gas, y para sus proyectos de biocombustible, y para esta refinería. Las inversiones en la refinería de Barranca y en esta refinería de Cartagena son muy altas.
Cuando esas empresas se vuelven mixtas se acaba el clientelismo, a mi nadie me volvió a pedir un puesto en Telecom, y el sindicato de Telecom decía: “hombre Presidente, no nos eche toda la culpa a nosotros”. Y tenía toda la razón. “Cuando nosotros le proponíamos a los gerentes pliegos laborales, ellos por no pelear con nosotros nos decían sí a todo”. Y los gobiernos mandaban gente de empleada a Telecom, a que completará o mejorará la jubilación.
Todo eso contribuyo a esa crisis de Telecom. Y entonces dice el sindicato -y lo decía con toda razón- entonces los gerentes hacían eso, se ganaban un aplauso, no enfrentaban los debates y se aplicaba la norma “el que viene detrás que arreé
Hoy nadie me pide un puesto en Telecom, porque le digo “vaya pídaselo al socio”. Todavía me piden puestos en la junta directiva de Ecopetrol, hecha esa transformación ¿quien va a pedir puestos en Ecopetrol?
Aquí ya entregamos a una fundación religiosa el manejo de la clínica del Seguro Social en Cartagena, con un gran éxito en el manejo y en la atención a los usuarios. El principio de esa reforma: se acabó el clientelismo. Yo tengo confianza en eso.
Pero ¿a qué va a contribuir la capitalización de Ecopetrol?, que quiero invitarlos a todos ustedes: Va a contribuir a fomentar el ahorro colombiano, yo creo que el Banco de la República debería leer eso como una medida anticonsumo, antigasto. Los colombianos yo creo que se van a entusiasmar a hacer ahorros, a privarse de gastos, para comprar acciones de Ecopetrol.
Y ese es el tercer pedido que les quiero hacer.
Ayúdeme en esta asamblea y en todas las lonjas del país, a promover que todos los compatriotas compren acciones de Ecopetrol. La acción cuesta mil 400 pesos. Casi no quisiera irme de aquí sin venderle un paquetico a cada uno de ustedes.
Hay que comprar mil acciones, 1 millón 400 mil pesos, se paga una cuota inicial del 15 por ciento, creo que es 210 mil pesos, el 85 por ciento restante lo financia Ecopetrol a 12 meses, sin interés, garantía en la misma acción, porque algunos colombianos han dicho ¿qué tengo que hacer para el crédito?, no garantía en la misma acción.
Yo pienso que es muy bueno, y desde el punto de vista macro económico hay que dar una lectura de que es un camino de ahorro en contra del consumismo, si lo hubiera. Eso va a forzar a los colombianos a ahorrar.
¿Y por qué lo relaciono con este tema de ustedes? Porque el Gobierno va alegar ante el Banco de la República “entiendan este esfuerzo, si la gente va tener ese atractivo de inversión va haber menos atractivo por el consumismo, entonces como debe haber menos atractivo por el consumismo, debe haber menos temor a la inflación. Entonces, debe haber menos preocupación del Banco de la República, menos interés del Banco de la República en seguir elevando las tasas de interés. Yo creo que la inversión de los colombianos en Ecopetrol, en alguna forma tiene que ser una señal que se de en favor del ahorro, en contra del consumismo, y por ende en contra de subir las tasas de interés.
El país es un país muy abierto en visas. La política nuestra ha sido, denle visas a todo el mundo. Alguna vez un país vecino me dijo que le iba a poner visa a los colombianos, que si nosotros lo haríamos con ellos también, les dije: no, si ustedes le ponen visa a los colombianos, quitan la mejor fuente de turismo que ustedes tienen. Pero así les pongan visa a los colombianos, nosotros no le ponemos visa al país de ustedes. Y eso les frenó esa idea, de ponerles visa a los colombianos.
Quitamos la visa a los chinos, la tuvimos que regresar por unos problemas, porque estaban llegando aquí para irse a otras partes y empezamos a tener dificultades. Pero le oí decir al doctor Correa, que hay un problema de visas para inversionistas, ¿cuál es?, a ver cómo lo corregimos. Voy a llamar enseguida al Ministerio de Relaciones (Exteriores) a ver qué pasa con eso, a ver cómo lo resolvemos.
¿No sé si hay alguna pregunta, alguna preocupación de ustedes?”
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