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Palabras del presidente Uribe en firma de TLC entre Colombia y el Triángulo Norte de Centroamérica
Agosto 09 de 2007 (Bogotá - Cundinamarca)

“Nos ilusiona mucho este acto. Sentimos gran admiración por el proceso centroamericano y gran atracción por vincular a nuestra patria colombiana más estrechamente al proceso centroamericano.

Sentimos gran admiración por unas naciones que hace poco, que parece ayer, el mundo creía que estaban sumergidas en unas crisis insuperables, que las han superado. Que han construido la paz, consolidado sus democracias, abierto sus economías al mundo, y que están en una época de prosperidad, de atracción de inversiones, de fortaleza institucional.

Parece que fue ayer que la guerrilla salvadoreña daba la impresión ante el mundo de querer demoler la democracia, y hoy cómo está de floreciente esa democracia. Parece que fue ayer que no se le veía salida a las dificultades de Guatemala, y hoy cómo florece la democracia de Guatemala. Parece que fue ayer que Honduras tenía que vivir los estragos derivados de las conflagraciones del vecindario, además de los estragos de la naturaleza como el huracán Match, y hoy cómo se consolida la democracia de Honduras en una gran prosperidad.

Cuando vemos esos procesos evolutivos, pensamos en lo nuestro. Cuando preguntamos a compatriotas que asistieron a esos procesos, como el ex presidente Belisario Betancur, el doctor Augusto Ramírez, ex Ministro de Estado, nos llenamos de ilusión de que Colombia pueda rápidamente dejar atrás la larga pesadilla del terrorismo.

Una diferencia: esas guerrillas centroamericanas se financiaron con dineros provenientes del extranjero. Cuentan los historiadores que vivieron el proceso y después lo escribieron, que la guerrilla salvadoreña tomó la decisión de negociar el día que llegó a la conclusión de que no podía avanzar en lo militar, y además cuando había perdido la financiación que le llegaba no de la antigua Unión Soviética, no de la China de Mao Tse Tung, no de Vietnam, no de Cuba, sino de ong’s de Europa Occidental.

La diferencia es que los grupos nuestros evolucionaron de la insurgencia al terrorismo y se ha financiado con esa plaga de nuestra época, que son las drogas ilícitas. Por eso aquí, profundizando las libertades democráticas, buscamos derrotar definitivamente el terrorismo y su fuente alimentaria, las drogas ilícitas.

En este punto último tenemos un compromiso solidario con ustedes, con sus pueblos, señores Presidentes: la derrota de las drogas, que también quisieran hacer daño en los países que ustedes presiden.

Admiramos mucho este veloz tránsito de Centroamérica. La integración. La llegada del estancamiento a una visión posmoderna, la capacidad de superar los dogmatismos del debate político e integrarse sin prejuicios ideológicos a las grandes corrientes de la economía mundial. Qué ejemplo tan importante nos han dado. Ustedes han preferido la prosperidad y la equidad, que el estancamiento en el trasnochado debate ideológico.

Tenemos inmensa gratitud por la manera como siempre han acogido a Colombia. El Gobernador de Antioquia, en las bellas palabras que acabamos de escucharle, se refería a Porfirio. El único dictador popular que tuvo la República, el General Melo, también emigró a esas tierras donde tuvo toda la hospitalidad. Y aquí aprendimos todos de niños a recitar a Porfirio y también a Rubén Darío.

En todas las épocas hemos tenido en los países centroamericanos, en El Salvador, en Guatemala, en Honduras, toda la hospitalidad. Los colombianos sentimos afecto por nuestros compatriotas hondureños, salvadoreños y de Guatemala. Sentimos una gran identidad con los pueblos que ustedes presiden, señores Presidentes.

Ha sido muy ilusionante para la administración que presido, haber iniciado nuestra política internacional con la integración al Plan Panamá Puebla.

Quiero hoy, en medio de mis coterráneos, los paisanos de esta patria chica y los compatriotas de otras regiones de Colombia, expresar nuestra gratitud a los países que ustedes representan, por la manera espontánea, abierta, como se cursó el proceso de admisión de Colombia en el Plan Panamá Puebla. Muchas gracias señores Presidentes. Esa es una integración llamada a producir excelentes frutos para las nuevas generaciones.

Quiero agradecer inmensamente a ustedes la solidaridad sin cálculo en la lucha de Colombia por recuperar la seguridad. Jamás podré olvidar que mientras mis compatriotas de Bogotá lloraban sin rendirse por el carrobomba de las Farc contra el Club del Nogal, los Presidentes centroamericanos acudieron solícitos a Panamá a firmar una declaración de rechazo al terrorismo, de apoyo al pueblo y al Gobierno de Colombia en la lucha contra el terrorismo, y fueron líderes en la Organización de Estados Americanos para que allí se produjera también idéntica condena.

Lo hacen ustedes con todo el valor civil, sin reservas. Ustedes conocen qué es el terrorismo y ustedes conocen qué es la democracia, y por eso nos han comprendido y nos han apoyado.

Estamos muy honrados y muy ilusionados de que el país pertenezca al Plan Panamá Puebla. Y es increíble que cuando en febrero de 2006 planteábamos en San Salvador, en ciudad de Guatemala, en Tegucigalpa, este tratado, hoy nuestros ministros lo estén firmando. Muchas gracias, señores Presidentes. La voluntad política permitió tenerlo rápidamente.

No era comprensible que mientras Centroamérica había logrado el Cafta con los Estados Unidos, nosotros hemos firmado un tratado todavía no ratificado por el Congreso Norteamericano, nuestros países se dieran la espalda. Tiene toda la lógica económica, social y política esta integración.

Colombia se ha aproximado a ella como un puente entre Suramérica y Centroamérica. Y estamos seguros que la Comunidad Andina se fortalecerá con ustedes, y que este tratado se fortalecerá con otros países centroamericanos y con otros países suramericanos. Es un punto de referencia para que vayan llegando todos nuestros hermanos del continente.

Planteamos hace año y medio un tratado con equidad y con factibilidad. La equidad se derivó del reconocimiento de las asimetrías. El sector privado colombiano en algún momento me decía: bueno, pero es que Colombia tendrá que desgravar muchas de sus partidas arancelarias de inmediato y los países signatarios: Honduras, El Salvador y Guatemala, lo harán en diez años. Yo contestaba: la única manera de avanzar en estos procesos es con hermandad. Hermandad obliga a expresar solidaridades. Y una de las maneras como se expresan en estos tratados, es a través del reconocimiento de las asimetrías.

La factibilidad se deriva de las circunstancia de haber entendido que hay renglones de la economía que todavía no pueden estar en el tratado. Pero también tuvieron los ministros una gran visión al incluir la cláusula evolutiva, que permitirá que aquellos renglones de la economía excluidos, después de los dos años iniciales de aplicación del tratado, paulatinamente se puedan agregar. Me parece que es bastante novedoso.

El tratado nos ayuda mucho en la inversión. Nosotros en Colombia estamos, señores Presidentes, trabajando tres objetivos: la consolidación de la seguridad, la consolidación de la confianza inversionista y el cumplimiento de las metas sociales. Están indisolublemente unidos.

Colombia ha comprobado que en la medida en que hay voluntad política para rescatar la seguridad, fluye la inversión. Y con la una y con la otra, se va abriendo el camino para la inversión social, que ayude a construir equidad y a superar la pobreza.

Ustedes empiezan a recibir unos flujos muy importantes de inversión gracias al TLC con los estados Unidos, que en buena hora lo negociaron ustedes y lo aprobaron.

Colombia ha mejorado los flujos de inversión en los últimos años: cuando nuestro Gobierno empezó, la inversión como porcentaje del Producto Interno Bruto, estaba en el 12 por ciento y ahora oscila entre el 25 y el 27. La del sector privado estaba en el 6,5 y ahora oscila entre el 19 y el 21. Ese tratado nos va ha ayudar mucho.

El señor Gobernador traía unas cifras bien importantes: uno de los bancos más importantes de Colombia ha hecho una de las inversiones de empresa colombiana en la historia más cuantiosas en la comunidad internacional, cuando el Banco de Colombia ha invertido 900 millones de dólares en el Banco Agrícola de Centroamérica.

Dentro de pocos días asistiremos a la colocación de la primera piedra para la construcción de un hotel de 250 habitaciones, de una cadena que en el país se propone construir el grupo Poma de El Salvador.

Este tratado nos facilita mucho esas corrientes de inversión, que no son un fin en sí mismas. Son un medio para generar empleo de alta calidad con afiliación a la seguridad social para superar pobreza, para construir equidad.

Este tratado anima más aquello que se buscó con nuestra llegada al Plan Panamá Puebla: la interconexión eléctrica. Dios quiera que no termine el año 2009 sin tener la línea ya inaugurada.

Este tratado nos anima a todos los procesos de cooperación. Tenemos en los países que ustedes presiden y en esta Colombia, escasez de petróleo, pero tenemos muchas posibilidades en biocombustibles.

Hemos venido trabajando para un desarrollo común, para que las experiencias que ustedes tengan a nosotros nos sirvan, para que las experiencias que nosotros tengamos a ustedes les sirvan.

De acuerdo con lo convenido en el Plan Panamá Puebla, con el liderazgo de nuestro Ministerio de Agricultura, nos proponemos instalar dos pequeñas plantas experimentales de producción de biocombustibles en Centroamérica.

Y le he pedido al ministro de Agricultura (Andrés Felipe Arias) que busquemos un patrocinio, puede ser del Banco de Colombia y el grupo Poma.

Dígale al Banco de Colombia que le encime un poquito a la inversión que hizo allá en el Banco Agrícola. Dígale al Grupo Poma que si el hotel le va a costar equis, que le cueste equis más una fracción y le encime un poquito, para que nos patrocinen la tercera planta de biocombustibles, porque el Presidente de El Salvador me ha dicho que en las dos iniciales, de acuerdo con los ejecutivos del Plan Panamá Puebla, se definieron otros sitos, y que él también la necesita en El Salvador, y yo no le puedo decir que no.

Muy bonitas las silletas, pero al Presidente de El Salvador no lo voy a despachar sólo con las silletas. Entonces me tiene que ayudar, Ministro, en eso. Hágale dos llamaditas ahora, una al Grupo Poma y otra al Banco de Colombia, para que nos patrocinen esa planta experimental allí, y la hacemos. Y aquí veo que Taca también nos quiere ayudar. Responsabilidad social: es muy bello, qué bueno. Esa planta patrocinada por fulano, perano, sutano. Nos va a ayudar muchísimo.

Muchas gracias, señores Presidentes. Muchas gracias, señor Gobernador y coterráneos, por tanta hospitalidad. Muchas gracias a quienes han impulsado esta tarea. A los ministros de Economía y Comercio, al Alto Comisionado para la Competitividad, a los equipos negociadores. Creo que ha sido hecha con realismo, visión de futuro, sin forzar circunstancias, rápidamente. Qué bueno. Eso se los queremos agradecer y lo queremos aplaudir.

Se puso el Gobernador ahora a citar a Porfirio. Firmar este tratado, particularmente me emociona mucho, porque es empezar Colombia a contagiarse de ese espíritu integracionista y de apertura de economía mundial, del cual está dando ejemplo Centroamérica.

Firmar este tratado es como sentirse en un día fértil de aquellos que dijera Porfirio: “Hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles, como en abril el campo que tiembla de pasión. Bajo el influjo próvido de espirituales lluvias, la tierra está brotando florestas de ilusión”.

Hoy brotan florestas de ilusión con esta integración, señores Presidentes. Muchas gracias.

     
 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
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