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Palabras del Presidente Uribe en aniversario de la
Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen)

Diciembre 05 de 2007 (Bogotá D.C.)
 

“Quiero felicitar al gremio por estos 10 años, en una etapa bien importante de Colombia, en un gesto de fe en Colombia. Y expresar la complacencia por su consolidación gremial, en buena hora encomendada a la competencia profesional y a los valores éticos y patrióticos de la doctora María Zulema Vélez.

Acolgen, como los gremios colombianos, tiene una característica bien importante. Los gremios de Colombia han sido referentes morales, han sido referentes de Patria, han luchado siempre por los intereses superiores de la Nación, y no se han quedado en la corta visión de los intereses exclusivos del gremio.

Permítanme hacer unas referencias a unos puntos elementales de nuestro modelo político, a tres objetivos de Gobierno, unas referencias a algunos puntos que ya comentó el señor ministro de Minas (Hernán Mejía), y por supuesto no puedo ignorar en este auditorio un tema que nos golpea a los colombianos, cual es la necesidad de que los secuestrados recuperen su libertad.

En América Latina pensamos que las libertades, la inversión privada, estaban aseguradas. Eso lo tomábamos por ganado. No es así. La evolución política de América Latina ha demostrado que esos temas en muchas partes están entre interrogantes. Y Colombia no se salva del asedio. Por eso es muy importante todos los días repetir qué pensamos en Colombia del Estado, y qué pensamos del sector privado.

Nosotros creemos en un Estado garante de lo social, en un Estado atento a la equidad, en un Estado que defienda temas como el medio ambiente. Nosotros creemos en un Estado eficiente, con gran participación de la comunidad, al servicio de la comunidad, pero no creemos en el estatismo.

Nosotros creemos que hay que repetir hasta la saciedad que este es un país que le da todo el espacio al sector privado, exigiéndole por supuesto responsabilidad social, que la entendemos traducida en tres áreas: responsabilidad social como transparencia, en las relaciones entre los inversionistas y el Estado, transparencia en la contratación, en las concesiones, en la aplicación de las regulaciones, en la modificación de las regulaciones, transparencia para resolver las disputas. En la tributación transparente.

Responsabilidad social expresada en la solidaridad con las comunidades, especialmente en materia medioambiental. Responsabilidad social en las relaciones laborales, no relaciones laborales de capitalismo salvaje, no relaciones laborales de odio de clases, no relaciones laborales de burocratismo ineficiente. Relaciones laborales de equidad, relaciones laborales fraternas. Por ello estamos abogando en Colombia.

Pensamos que en lugar de la discusión entre izquierda y derecha, en nuestro concepto obsoleta, polarizante, debemos hablar es del compromiso con una democracia moderna. Una democracia de seguridad, una democracia de libertades, una democracia de cohesión social, una democracia de transparencia, una democracia de respeto a un Estado, de instituciones de origen democrático, independiente, todas sometidas al orden jurídico, pero todas obligadas a la colaboración armónica por los fines superiores de la sociedad.

Nosotros creemos en la necesidad de que los colombianos todos los días reflexionemos más sobre la necesidad de proyectar en este país la Seguridad Democrática como un valor democrático, como una fuente de recursos.

De proyectar la confianza inversionista como un camino de expansión económica para poder generar prosperidad social, de proyectar el apego a nuestras libertades, amenazadas en otras partes. Y no faltan quienes quieren contagiar esas amenazas aquí. Y trabajando en ello, nos proponemos en lo que nos queda de Gobierno hacer todo el esfuerzo para consolidar la Seguridad Democrática, para consolidar la confianza inversionista y para avanzar en el tema de la cohesión social.

Van de la mano. Sin seguridad es imposible que haya confianza inversionista, sin ambas es imposible que fluyan los recursos para poder atender los requisitos muy cuantiosos de la cohesión social. Y sin cohesión social avanzando, es imposible legitimar la Seguridad Democrática y la confianza inversionista. Pensamos nosotros, apreciados compatriotas, que la prosperidad social tiene que ir de la mano de la prosperidad económica. Los extremos que ha vivido el continente nos dan luces, las equivocaciones que ha vivido el continente nos enseñan.

Los mayores aquí podemos recordar las épocas del desarrollismo en los años 60, cuando solamente había interés en algunos países en la prosperidad económica, se pensaba que la social llegaría como consecuencia no buscada.

Hubo años de crecimientos muy importantes de la economía. ¿En qué momentos se detuvieron? Cuando fueron acompañados de mayor pobreza, cuando se negó la incorporación de grandes mayorías excluidas a las corrientes dinámicas de la economía, y eso estancó la prosperidad económica.

Pero también hubo años en los cuales solamente se habló de prosperidad social. Un discurso social de gran capacidad de convocatoria electoral, unos incumplimientos sociales que generaron desilusión, frustración, odio, colapsos democráticos.

Nosotros creemos que necesitamos llevar de la mano la prosperidad social de la prosperidad económica. Y que en lugar del estatismo, requerimos estimular la iniciativa, el emprendimiento de los particulares con responsabilidad social, ojalá sin monopolios de Estado, sin monopolios privados, con una gran dinámica de emprendimiento.
América Latina ha conocido el estatismo, sabe qué es eso. El estatismo brasilero de 1930 desembocó después en el desarrollismo, en grandes inequidades. El estatismo boliviano de 1950, de 1952, también llevó a fracasos, para no hablar del estatismo peruano del general Velasco Alvarado, otro ejemplo de fracasos estatistas en América Latina.

Iniciativa privada, creatividad, emprendimiento con responsabilidad social.

La confianza inversionista ha mejorado en el país. Hace cinco años, de cada 100 pesos que producíamos, 12 –15 se invertían. Hoy 26 – 28.

No nos gana en tasa de inversión sino un país de América Latina en este momento. Pero allí toda la inversión está a cargo del Estado. En Colombia, de esos 26 – 28 puntos de tasa de inversión, 19 – 21 corresponden a los particulares. Esto denota una gran confianza en nuestro país.

Yo creo que el esfuerzo que tenemos que hacer es el de sostener una tasa de inversión, que ojalá no llegue a caerse por debajo del 25. Eso es lo que nos puede poner a salvo frente a dificultades de la economía internacional, que hoy ya no solamente se vislumbran sino que se están resintiendo en muchas economías, como en amplios sectores de los Estados Unidos.

Para esa confianza inversionista, el Gobierno trabaja primero el modelo de Estado, garantista de la inversión privada; segundo, la persistencia en la seguridad democrática; tercero, la búsqueda de la salud fiscal de la Nación.

Por eso reformas tan importantes como la reforma a las transferencias, estimular la descentralización, pero sin arruinar a la Nación. Reformas no fáciles de aprobar.

La reforma a las pensiones. Cuando veo las huelgas en Francia, que obligaron al Presidente Chirac a echar para atrás unas proposiciones de reformas, huelgas en Francia que ahora resiste el Presidente Sarkozy para sacar adelante reformas como la eliminación de los privilegios pensionales, nosotros ya hemos hecho la mayor parte de esa tarea.

La reforma más cara, más sentida para nosotros, es la reforma administrativa. Nos está ahorrando hasta el momento un punto del PIB. Hemos reformado 415 entidades del Estado, y aspiramos reformarlas todas.

Empezamos por Telecom, hace poco Ecopetrol. Ahora, en una nueva etapa, las electrificadoras. Estamos reformando las clínicas de Seguro Social: ya reformada la de Santa Marta, reformada la de Cartagena, la primera etapa de reformas en Medellín y en pleno proceso de reformas aquí en Bogotá, creando la nueva EPS, una asociación entre el Estado y las cajas de Compensación para sustituir la del Seguro Social y pasar del desgreño administrativo a la eficiencia social.

Esas reformas, que implican un gran esfuerzo político, son muy útiles. ¿Qué le hubiera pasado al país si no hace la reforma de Telecom? ¿Ustedes se imaginan al Ministro de Hacienda dándole una cita al gerente de Telecom para discutir con él cómo le entregaría del fisco 500 mil millones al año para pagar pensiones?

Creo que es de gran importancia saber que pasamos de una Telecom a una Colombia Telecomunicaciones que implicó autosuficiencia para pagar pensiones, construcción y no destrucción de valor, presente y porvenir patrimonial y capacidad de inversión.

No teníamos capacidad de inversión. Hoy hay una muy importante capacidad de inversión, que se suma a la que tiene el sector privado, a la que ofrecen los otros actores que están en el sistema.

Creo que la reforma de Ecopetrol es muy significativa. Significa que los colombianos hemos tenido confianza en nuestro país. Muchos países que han empezado el proceso de construir confianza, primero la han construido en la comunidad internacional y después internamente. A mí me ha sorprendido gratamente registrar que el interés de los colombianos en participar en la capitalización de Ecopetrol es una clarísima demostración de que nuestros compatriotas hoy tienen confianza en nuestra patria.

Hace cinco años, cuando empezábamos la reforma pensional y laboral de Ecopetrol, que implicó un conflicto laboral sin antecedentes en la empresa de más de tres años, yo no habría sido capaz de comprometerme con la capitalización.

Veíamos unos obstáculos casi infranqueables, constituidos por los radicalismos ideológicos que han impedido esas reformas. Creo que lo hecho también demuestra que el país, por fortuna, está superando esos radicalismos ideológicos.

Y crece enormemente la capacidad de inversión de Ecopetrol. Y todas estas reformas garantizan buen gobierno, son pasos muy eficaces contra el clientelismo, contra el derroche de recursos.

Yo no me canso de repetirles a mis compatriotas la experiencia que viví en la reforma de Telecom con la organización sindical. Me dijeron: “Presidente, es que ustedes nos asignan toda la culpa a los trabajadores, recuerde que nosotros presentábamos los pliegos de peticiones laborales y los Gobiernos los concedían. Preferían concedernos todo, que tener que afrontar el desgaste de negarnos algo”. Y agregaba el sindicato: “Allá mandaban a Telecom a personas a completar el período a jubilarse o a mejorar la jubilación”.

Eso se acabó. Hoy nadie pide un puesto clientelista en Telecom. A mí hasta hace pocos todavía me pedían, por razones políticas, de presión política, puestos en la junta directiva de Ecopetrol. Eso se acaba con la reforma. Ahora el que me pida un puesto por presión política, le digo: ¿Ya se consiguió el visto bueno de los otros 520 mil accionistas?

Creo que esta reforma en 415 entidades del Estado es una reforma que sanea mucho las costumbres de la política, y que pone al Estado más al servicio de la comunidad que al servicio de la politiquería, que al servicio de los privilegios sindicales. Esa reforma construye confianza inversionista, contribuye a la salud fiscal de la Nación.

Salud fiscal que todavía está delicada, porque si bien hemos reducido mucho el déficit y el déficit del Gobierno Nacional Central, todavía es muy alto. Si nosotros sumamos en el 2002 el déficit reconocido en el Gobierno Nacional Central, más lo que nos está costando, año tras año, trasladarle del presupuesto de la Nación al Seguro Social, para que el Seguro pueda pagarles a 600 mil pensionados, ese déficit del Gobierno Nacional Central estaba en el siete y medio (7,5). El año pasado terminó por encima del cuatro, y este año puede terminar entre 3,3 y 3,7. Todavía es muy alto.

El superávit que hemos conseguido en el balance primario del Gobierno Nacional Central todavía es pequeño. Y tenemos serias dificultades, tenemos contingencias graves, tenemos un costo muy alto de la atención a los desplazados: solamente en vivienda nos están faltando hoy 160 mil subsidios no apropiados en los presupuestos para atender los requerimientos de los desplazados. Eso vale 1 billón 600 mil millones.

Tenemos un costo muy alto en reinserción, tenemos un costo muy alto en otras contingencias: demandas contra la Nación, en víctimas. Hasta ahora han aparecido 87 mil víctimas, y apenas empiezan a aparecer las de la guerrilla. Y en lugar de dejar que todo eso se vaya a demandas judiciales, que pueden primero demorarse muchísimo en entregar resultados para las víctimas y arruinar la Nación, nada buenas, para nadie buenas, el Gobierno está pensando en un decreto que reglamente procesos administrativos de conciliación con las víctimas, para la reparación integral y para la indemnización pecuniaria.

Este año le tenemos que trasladar al Seguro Social 5 billones. Eso equivale más o menos a lo que costaría hacer la doble calzada Bogotá- Santa Marta. Entonces tenemos que ser muy cuidadosos en el tema fiscal financiero de la Nación.

Un país que pasó en poco tiempo de un endeudamiento del 14 –16 del PIB a uno de 50. Se ha rebajado al 28, pero todavía necesitamos bajarlo más, y no fácil, con las presiones de gasto y con las presiones de inversión.

Para crear confianza inversionista, hemos utilizado el instrumento tributario, no fácil, nosotros encontramos mucha resistencia política y en grupos de estudiosos a la idea de utilizar el instrumento tributario para fomentar inversión.

Gracias al Congreso, esta noche representado aquí por el senador Manuel Guillermo Mora, por los representantes Fuad Rapag y por el doctor Darío Bustillo, gracias al Congreso se han podido aprobar en Colombia unos incentivos tributarios bien importantes.

Uno, todavía de pocos resultados: hoy están exentos los ingresos que obtengan las empresas generadoras con base en energía eólica.

Hoy hay grandes estímulos para los combustibles biológicos, para los cultivos de tardío rendimiento, para la hotelería.

Hoy toda inversión que se hace en Colombia tiene una deducción del 40 por ciento. Me parece a mí que es fundamental para el sector que ustedes representan, dado que es un sector intensivo en capital.

Eso equivale a un aporte del Estado de 12,8 pesos por cada 100 que ustedes inviertan, que en las sumas de inversión que ustedes tienen que manejar eso es muy grande.

Hoy tenemos las zonas francas especiales, que apenas empiezan, porque hace poco se dictó el decreto que las reglamenta.

Las zonas francas especiales permiten unos beneficios para quien produzca para el mercado doméstico o para el mercado internacional, cumpliendo unos requisitos de inversión y de empleo.

En el empleo, empleo estable, bien remunerado, formal, con afiliación a la seguridad social, sin intermediarios, empleo directo, con contrato a término indefinido.

Y quienes quieran proceder como zona franca, pueden hacerlo como monousuarios, no tienen que necesariamente vincularse a las zonas francas establecidas o que se establezcan. Pueden pedir reunión de los requisitos, el tratamiento de zona franca para su propia empresa.

Las empresas viejas se pueden convertir en zona franca. ¿Cómo? Con una inversión de 150 millones de dólares y duplicando la renta líquida gravable.

Y me preguntarán ustedes: ¿y una empresa pequeña que no puede hacer esa inversión? Puede crear una sucursal en zona franca.

Entonces por la vieja pagará la tarifa tributaria ordinaria. Por la sucursal que cree en zona franca, pagará la tarifa tributaria del 15 por ciento, que es el primer beneficio: una tarifa de renta del 15 por ciento.

Y no se paga IVA ni se paga arancel por la importación de bienes de capital, bienes intermedios, materias primas. Salvo en materias primas que se dediquen a producir para el mercado nacional, en esa paga el IVA. Pero por los bienes de capital no se paga IVA, independientemente del destino de la producción al mercado nacional o al mercado internacional.

Y a esto se suma, para tener confianza inversionista, el tema de los acuerdos de estabilidad. Este Congreso nos aprobó la ley que nos permite firmar los pactos de estabilidad. Ya se adelantan bastantes en el Ministerio de Industria.

Quería invitarlos a ustedes a pensar que Colombia tiene hoy un esquema tributario atractivo para la inversión.

Reconozco que nosotros no pudimos –y no vamos a insistir más, porque al país hay que darle una señal de estabilidad tributaria–, tener un sistema tributario simple, como habríamos querido. Pero sí le pido al país que todos entendamos que el esquema tributario logrado hoy estimula mucho la inversión, nos hace competitivos en materia de inversión. Y soy partidario de no seguirlo reformado, de darle estabilidad.

Cuando el presidente Alan García asumió el año pasado en el Perú, le preguntaron si, dada su oposición al Gobierno que sucedió, iba a introducir una reforma tributaria. Dijo que no, que el Perú necesitaba una gran señal de estabilidad tributaria.

Creo que la necesita Colombia. Lo que estamos haciendo ahora es complementando esa reforma. Y se está tramitando en el Congreso de la República otro incentivo para los proyectos que en Colombia desarrollen oferta de segunda vivienda a jubilados de la comunidad internacional, que eso en algunos países está atrayendo mucha inversión y Colombia no se puede quedar atrás en esa materia.

Para construir reforma inversionista estamos en los tratados de comercio, además del firmado con Estados Unidos. Ustedes conocen las dificultades que estamos enfrentando para la ratificación en el Congreso norteamericano. Está el acuerdo que hicimos en este Gobierno Comunidad Andina-Mercosur, el acuerdo con Chile, ahora estamos en el acuerdo con Perú para profundizar el tema de inversión más allá de lo que nos vincula de la Comunidad Andina, estamos negociando el acuerdo con Canadá, estamos negociando el acuerdo con la Unión Europea, y estamos negociando acuerdos de desmonte de la doble tributación con muchos países.

Me parece que para este sector es bien importante el tema de la internacionalización. Lo que hemos hecho con Venezuela en gas. Me parece que es bien importante la tercera línea hacia el Ecuador, que ya entró en los últimos días a prestar servicio. Me parece que es bien importante la interconexión con Centroamérica.

Uno de los pasos que consideramos trascendentes en nuestra política internacional, es haber vinculado a Colombia al Plan Panamá-Puebla. Y eso nos abrió el camino para poder tener esa interconexión con Centroamérica. No ha faltado dificultades. Primero creímos que iba a estar para el 2008, no se ha podido empezar, ahora ya me dicen que ni para el 2009 ni para el 2010. Ha habido dificultades, hubo dificultades con el cambio de Gobierno de Panamá, sobre el tema de regulación. Pero es primera prioridad del Gobierno. Creo que todo eso tiene que estimular mucho la confianza para inversiones de generación en Colombia.

Confianza inversionista

Yo pienso mucho el país en términos políticos, porque hay valores políticos que hay que proyectar a futuro.

Miren: en todas las campañas políticas que he estado desde niño, y tengo 55 años, siempre he oído hablar del discurso social, pero solamente a dos presidentes de Colombia les oí hablar de seguridad.

El tema de seguridad y el tema de confianza inversionista no importaban en el discurso político. A mí me parece que es muy importante vincular el tema de seguridad y el tema de confianza inversionista al discurso político, para que este país salga adelante.

Por eso hay que insistir en ese tema de confianza inversionista y en ese tema de seguridad.

Tengo confianza que dificultades que tenemos, por ejemplo, en reservas de petróleo, de gas, las podamos superar. La confianza que se ha venido creando en el país, decisiones muy particulares sobre el sector, por ejemplo las medidas que tomamos al principio de Gobierno sobre regalías, etcétera, sobre darles más libertad a los inversionistas, no forzarlos a asociarse con Ecopetrol, etcétera, todo eso ha ayudado, la seguridad democrática, para que el país pase de explorar, si la memoria no me falla, diez pozos que se exploraron en el 2002, a explorar 78 este año. Y con una continuidad en la dinámica exploratoria, tenemos que encontrar petróleo y tenemos que encontrar gas.

Fue desafortunada la noticia del primer pozo que se exploró en la concesión Tayrona. Esa concesión es muy grande y es apenas el primero. Los esfuerzos de Petrobras empezaron a producir resultados ya cuando se había acumulado un buen tiempo desde que Petrobras inició una gran dinámica en busca de petróleo.

Nosotros tenemos que persistir. El país por fortuna tiene grandes posibilidades, la posibilidad hidroeléctrica, a que se refería el Ministro. Tiene el tema del carbón. Yo creo mucho en los combustibles biológicos, el país tiene 43 millones de hectáreas de sabana, con condiciones para palma africana, para otras fuentes de energía biológicas, el país tiene mucho más donde sembrar caña de azúcar. Y nosotros podemos crecer muchísimo la oferta de combustibles biológicos con dos requisitos: sin tocar un milímetro cuadrado de selva y sin afectar la seguridad alimentaria.

Este país todavía conserva 578 mil kilómetros cuadrados de selva, que hay que protegerlos, pero tenemos 43 millones de hectáreas de sabanas, que nos dan la posibilidad de crecer mucho la oferta de combustibles biológicos sin tocar la selva y sin afectar la seguridad alimentaria.

El tema del acuerdo humanitario

Quiero contarles a ustedes lo que muchos me han oído, todos los esfuerzos que se han hecho, y expresarles que sí hemos hecho enormes esfuerzos.
Cuando gané la elección presidencial en el 2002, había dicho a mis compatriotas que no haría un intercambio humanitario, a no ser que empezara un nuevo proceso de paz con cese de hostilidades.

Conversé con el Secretario General de las Naciones Unidas, con el Gobierno de Francia, con los familiares de los secuestrados, con la Iglesia Católica, y acepté buscar el acuerdo humanitario sin la exigencia de un nuevo proceso de paz. Fue lo primero.

Después tuvimos, durante dos años y medio, un facilitador de Naciones Unidas. Muchos de ustedes lo recuerdan, él hablaba aquí todos los días en los medios de comunicación, James Lemoine.

Se aceptó la facilitación del señor ex presidente Alfonso López, que en paz descanse, del señor ex presidente Ernesto Samper, del doctor Álvaro Leyva. Hemos tenido la facilitación permanente de dos delegados de Francia, de España y de Suiza. Todo eso ha sido infructuoso.

Nosotros aceptamos, primero, una zona de encuentro propuesta por los europeos en la cordillera central vallecaucana, sin personas armadas.

Las Farc primero dijo que no le habían propuesto eso. Mintió. Y después las Farc dijo que no aceptaban. A nosotros nos propuso la Unión Europea unos sitios alternativos allí, y los aceptamos.

Después nos propusieron liberar un corredor militar, que porque las Farc habían prometido a los delegados europeos que entrarían a liberar a una persona, como muestra de buena fe. Abrimos ese corredor. Y a los cuatro o cinco días dijeron los europeos: no, las Farc nos engañó, nos dijo que era una equivocación.

Hemos hecho todos los esfuerzos. Hemos liberado primero a 27 personas de las Farc. Después ordenamos liberar a 150. Por petición del señor Presidente Sarkozy, liberamos de la cárcel a Rodrigo Granda. No fácil. Es que el Presidente de Colombia no es omnipotente. Este es un país de leyes, no de caprichos. Y el Presidente de Colombia tiene que cumplir las leyes. Sabe nuestro Presidente del Consejo de Estado que en Colombia no tiene el Presidente la discrecionalidad que muchos creen puede tener para liberar a un preso o para liberar a otro.

Hemos hecho todos esos esfuerzos. Resultados: nos asesinaron al grupo de secuestrados donde estaban el doctor Gilberto Echeverri, ex Ministro de Defensa; el gobernador de Antioquia, el doctor Guillermo Gaviria, y oficiales del Ejército. Nos asesinaron a los 11 diputados.

Y quiero referirme a los dos temas.

Cuando asesinaron al doctor Gilberto Echeverri, ex Ministro; al gobernador de Antioquia y a unos oficiales del Ejército, los altos mandos, la doctora Martha Lucía Ramírez, entonces Ministra de Defensa, y mi persona, fuimos allá a la selva del Murrí. Una selva tupida, de árboles de 40 metros, que no dejan ver el suelo y del suelo difícilmente se ve la luz del cielo, en loma, en esas lomas que van bajando de la cordillera occidental antioqueña al Chocó.

Cuando trajimos dos heridos, porque hubo sobrevivientes, al Hospital de Medellín, hablé con ellos. Oficiales del Ejército que estaban con leismaniasis. Me contaron esto, que tengo que contárselo a todos mis compatriotas y pedir que lo difundan, porque es muy importante saber frente a quién estamos. Me contaron esto: que en varias ocasiones el ex ministro Gilberto Echeverri y el Gobernador trataron de hablar con los captores de las Farc, con los secuestradores. Dijeron: “Pero, ¿cómo nos secuestraron, si nosotros estábamos en una caminata de paz? Nosotros somos los amigos de ustedes, nosotros estábamos buscando el diálogo”.

¿Qué les contestaron estos bandidos de las Farc? “Ustedes no son nuestros amigos, ustedes son nuestros enemigos de clase, nuestros idiotas útiles”.

Y yo, que estudié en la universidad pública de los 70, que conocí que en los dos primeros años de Derecho enseñaron fue marxismo; que la teoría del conocimiento ya no era Platón y Aristóteles, sino el tratamiento correcto de las contradicciones de Mao Tse Tung; que la introducción a la ciencia política ya no eran Aristóteles ni San Agustín sino Hegel y Poulantzas; que en el curso más avanzado el texto básico era ‘Ideología y Aparatos Ideológicos de Estado’, de Althusser; que los textos en introducción a la economía eran ‘Infraestructura y Superestructura’ sobre cómo la plusvalía la capta el capital injustamente, porque toda la produce la fuerza de trabajo, yo sé qué es eso.

Y yo, que vi cómo impulsaban la combinación de las formas de lucha, con lo cual las guerrillas marxistas vincularon al movimiento obrero, por combinar todas las formas de lucha (después aparecieron los paramilitares, y eso fue lo que produjo el asesinato de líderes sindicales, que hoy nos cobran el Congreso de los Estados Unidos); nosotros, que vivimos la idea de que solamente podía haber un modelo de Estado, la dictadura del proletariado, y una forma de hacer política, la lucha de clases, uno entiende lo que le pasó en ese cautiverio a Gilberto Echeverri y al gobernador Guillermo Gaviria.

Y miren esto: allá no hubo combate. El testimonio de los sobrevivientes, que yo lo recibí. Los helicópteros estaban –como además se lo dije al país con toda franqueza, porque jamás le he mentido al país–, nosotros estábamos buscando rescatarlos. Nosotros íbamos en procura de rescatarlos. Como no pasó con los diputados, porque ni sabíamos dónde estaban.

Los helicópteros sobrevolaban esa selva, los guerrilleros se dieron cuenta y salieron corriendo. No llegaban nuestros soldados y los guerrilleros se devolvieron y mataron a los cautivos tirados en el suelo. Así asesinaron a esos compatriotas.

¿Y qué pasó con los diputados? Toda esa parafernalia en Europa, al amanecer del día cuando dieron la noticia. La noticia era que habían muerto en un combate entre la guerrilla y el Ejército. Mentiras.

Yo llamé al Ministro de Defensa y a los altos mandos y les dije: “Nuestra norma ha sido decir la verdad, en los momentos favorables y en los momentos de dificultad. Hablar con incurable buena fe de nuestros errores y vicisitudes”.

Y nos demoramos para hablarle al país, porque pedí a las Fuerzas Militares que miraran cuidadosamente si en esos sitios donde se anunciaba que estaban muertos los diputados, había habido en esos días combates. Toda la mañana revisaron eso, y a las 11:00 de la mañana me dijeron: “Presidente, le aseguramos que no los hubo”. Por eso se le dijo al país la realidad de las cosas al mediodía.

Y estos bandidos insistiendo en que había sido un combate con el Ejército. Dios premia la buena fe. Ahí acaba de decir la Fiscalía General de la Nación que a los diputados los mataron indefensos, en el suelo. A algunos de ellos a corta distancia, lo que se conoce con el nombre de un procedimiento a quemarropa. Les cambiaron el vestido después de asesinados y los trasladaron de sitio.

Es muy importante que se compare un terrorismo mentiroso, con un Gobierno diáfano, para lo que está pasando hoy y para lo que viene. Esas son las respuestas que hemos tenido.

Y se ha hablado entonces también de que el Gobierno ha frustrado procesos. Otra mentira. El año pasado se dijo en París que la bomba contra la Universidad Militar la había puesto el Ejército, por orden del Presidente de la República, el Presidente Uribe, para poder frustrar el acuerdo humanitario que avanzaba con la guerrilla.

Entonces con esa diplomacia histórica que ha tenido la guerrilla, en Europa (porque allá muy fácilmente algunos viven alabando a la guerrilla y condenando al Gobierno democrático) acaba de saberse, por fortuna, lo que nosotros conocimos. Nosotros supimos en las siguientes horas, por inteligencia militar, que habían sido las Farc. Por eso lo denunciamos.

Acaba de comprobar la Fiscalía que lo hizo las Farc, a través de una señora que se infiltró y participó en altos estudios que ofrece la Universidad Militar. Las Farc fue la de ese asesinato.

Algunos colombianos me dicen: “¿Y la zona de despeje, Presidente?”. Quiero recordarle al país esto: hay muchos secuestrados que están secuestrados desde antes del Gobierno del presidente Pastrana. Se suponía que la zona de despeje, que duró casi cuatro años, era una causa eficiente para liberarlos. Y no los liberaron. Hay que tener en cuenta eso.

Tuvieron una zona de despeje cuatro años, de 42 mil kilómetros, y no liberaron a los secuestrados. ¿Por qué lo digo? Porque hoy veo que algunas personas, por intereses políticos, que en los últimos meses no habían hablado de zona de despeje, quieren aprovechar hoy del dolor de los colombianos para revivir la presión por zona de despeje.

Entonces le va a tocar al Gobierno hacer una pedagogía, mantener un diálogo con todos los compatriotas, para decir por qué no zona de despeje.

Nosotros no podemos permitir una zona de despeje que nos venga a afectar la Seguridad Democrática. Uno la receta, pero no la quiere donde vive. Hay que ir a hablar con los ciudadanos de Pradera y Florida, a ver si quieren zona de despeje.

El país vivió despejado muchos años. El país lo que necesita es que no haya terroristas y que todos los ciudadanos estén eficazmente protegidos por las Fuerzas Armadas de la Nación. Una zona de despeje para que la guerrilla busque, encuentre un sitio para eludir la Seguridad Democrática. Una zona de despeje para crear confusión.

Esta patria nuestra ha logrado un gran intangible: es creer que podemos resolver el terrorismo gracias a la Seguridad Democrática. No podemos dejar que eso que está claro en la conciencia de las mayorías colombianas, se confunda ahora, con todo lo que se deriva de una zona de despeje.

El otro punto ha sido el que los guerrilleros que lleguen a salir de la cárcel, que no puedan volver a delinquir. ¿Qué tal soltar a guerrilleros de la cárcel para entregárselos a las Farc, para que salgan a asesinar y a secuestrar, cuando hay 1.700 compatriotas de la Fuerza Pública en los pabellones de sanidad de los hospitales de Policía y Ejército con mutilaciones de las minas antipersonas, que han colocado muchos de los que están presos hoy, que tendríamos que liberar?

Pruebas y mediación

El tema de las pruebas. El tema de la mediación del Presidente Chávez.

Esta mañana me decía una señora del Congreso, muy crítica de mi Gobierno: “Presidente, es que usted no ha hecho lo suficiente. ¿Y por qué permitió que entrara el Presidente Chávez?”. Le dije: “Señora, justamente para hacer lo suficiente”.

Yo pensé, de muy buena fe, que por muchas razones políticas que analicé cuidadosamente, el Presidente Chávez podría ser la única persona a quien la guerrilla le entregara los secuestrados.

Entonces por eso dije: “Aquí hay que escoger entre dos opciones. O nos ponemos en el cálculo político y decimos: no permitimos esto. O de verdad estamos con el sentimiento humanitario de buscar la liberación de los secuestrados y permitimos esta mediación”. Escogimos la segunda opción. Y por eso se permitió la mediación.

Y el tema de las pruebas de supervivencia. Este Gobierno le ha hablado siempre al país con la verdad. Las pruebas se las decomisó el Ejército a las Farc el jueves de la semana pasada, en un operativo al que en las últimas horas ayudó la Fiscalía.

A mí me llamó el señor Fiscal antes de las 7:00 de la noche a decirme que las tenía. Yo vine a los Premios Portafolio. Cuando salí de los Premios Portafolio, me dijeron: “Son creíbles”. Me fui a la Presidencia, nos reunimos con los altos mandos, con la Fiscalía, con algunos compañeros de gobierno.

¿Cuál fue la instrucción? La de siempre: “Eso revelémoslo ya, todito”. Aquí no puede haber dilación ni manipulación. ¿Un Gobierno amigo de las Farc qué habría podido hacer? Vea, entreguen la carta de doctora Ingrid, una parte, para demostrar que está viva. Otra parte no la entreguen y no muestren las fotos, porque las fotos prueban que la guerrilla es tan torturadora como Hitler.

¿Qué habría podido hacer nuestro Gobierno de decir: hombre, guarden eso, no lo revelen hasta el lunes o martes por razones políticas? ¿Qué habría podido hacer nuestro Gobierno? Decir: miren, ahí hay unas pruebas que son dañinas al Presidente de la República porque lo presionan. No las revelen. El Gobierno nuestro, ajeno al cálculo político, dijo: que se muestre todo esto sin dilación y sin filtrarlo, sin manipularlo. De esa manera se procedió.

Hay personas que han dicho que yo tenía las pruebas y que me las guardé para terminar la mediación internacional, y que vine a presentar las pruebas solamente después de que se le había puesto final a la mediación internacional.

¿Qué sigue? Les quiero contar esto: comprendo que las obligaciones de Estado, en un Estado Social de Derecho, incluyen obligaciones humanitarias. Además yo no soy contrario a las obligaciones humanitarias, porque soy demócrata, integrante de una familia que ha padecido la violencia, como la mayoría de mis compatriotas, y además cristiano.

Por eso he liberado a 175 personas de las Farc. Por eso acepté mediaciones, a pesar de preocupaciones políticas que muchos advertían. Nosotros queremos buscar las soluciones humanitarias. Pero también comprendo que en las obligaciones que impone el Estado, entre ellas está lo humanitario, pero adicionalmente está el tema de garantizar la seguridad en los ciudadanos.

Entonces cuando pongo unos inamovibles, no es por capricho, sino pensando en la seguridad de los ciudadanos.

A mí me da mucho temor de que una solución humanitaria no bien concebida, determine un recrudecimiento del secuestro. Este caso de las Farc hay que compararlo con Hitler, con los campos de concentración de Hitler. ¿Qué diferencia hay entre la actitud terrorista de las Farc y Hitler?

Recordemos la historia: cuando se apaciguaba a Hitler, crecía la fiera y aumentaba la tortura en los campos de concentración. Eso empezó a disminuir cuando Europa lo enfrentó. Aquí hemos avanzado mucho en la lucha contra el secuestro, que es un interés general de los colombianos. No vamos a retroceder, porque aquí el apaciguamiento lo que hizo fue crecer el secuestro.

La zona de despeje no resolvió el secuestro, lo estimuló. Yo tengo que cuidar eso, apreciados compatriotas. Entiendo que las obligaciones de Estado imponen obligaciones humanitarias y también la obligación de garantizarles a los ciudadanos ese bien superior que es la paz.

Nosotros estamos buscando el intercambio humanitario. El Gobierno está dispuesto a liberar a unos guerrilleros. Hoy se está redactando un decreto que se va a consultar ampliamente, para tener el marco jurídico para poderlos liberar. Tengo que advertir ante mis compatriotas: yo exigiría compromiso individual de cada uno de los que salga de la cárcel de no incorporarse al asesinato, al secuestro.

Está el Gobierno dispuesto a reunirse con las Farc de inmediato, a mirar ese tema de ese intercambio humanitario.

En una conversación extensa el pasado sábado con el Presidente Sarkozy, hablamos con él sobre cómo avanzar en un esquema. Creemos que en esto es bueno tener el apoyo de Francia, como se los expresamos al Presidente Sarkozy el pasado sábado. El apoyo exclusivo de Francia es muy importante, a ver cómo logramos ese intercambio humanitario.

Ahora, otro tema: si las Farc, por respeto, por consideración al Presidente Hugo Chávez, le entregan los secuestrados, el Gobierno de Colombia viene diciendo desde hace días: bienvenido, porque necesitamos es que los liberen.

Les pido a todos mis compatriotas que nos ayuden en el Gobierno a ver cómo podemos avanzar en el tema de ese intercambio humanitario. Les pido a todos mis compatriotas que el dolor por estas revelaciones, por estas nuevas pruebas de tortura, que nos duelen pero no nos extrañan –no tienen por qué extrañarnos porque conocemos a los torturadores–, que el dolor, no dejemos que algunos políticos lo aprovechen para presionarnos a cometer errores.

Que me pidan a mí esfuerzos humanitarios, estoy dispuesto a hacerlos, pero sin cometer errores que se constituyan en un paso atrás en materia de seguridad democrática en nuestro país.

He pedido al Comisionado de Paz que, con un equipo de Gobierno, se reúna desde mañana con todo el país: con las fuerzas de la política, con las fuerzas gremiales, con las fuerzas sindicales, con la Iglesia, con las diferentes organizaciones religiosas, con las diferentes ramas del poder público, para examinar con ellos esta idea del intercambio humanitario y para recibir luces que nos quieran dar los compatriotas.

El momento es de mucho dolor. Tenemos que hacer todos los esfuerzos a ver cómo liberamos a los compatriotas secuestrados, pero con el buen cuidado de que no nos falle la memoria. Durante 50 años hemos sufrido la tortura del secuestro de los terroristas. Por primera vez llevamos un período sostenido de cinco años combatiéndolos. Y a pesar de que falta mucho, hemos avanzado. Creo que eso es lo que no se puede poner a riesgo apreciados, compatriotas.

Tengo mucha fe en el tema de las subastas de energía. Ojalá eso nos dé muy buenos resultados, y estamos a la expectativa. Lo único que me chocó de la intervención muy práctica del ministro Hernán Martínez es que dijo que para el año entrante. Creí que la iban a abrir para este diciembre. ¿Este diciembre? Entonces la próxima vez diga eso, porque eso es lo que me deja tranquilo.

Aquí esta nuestro matriarcado del Ministerio del Medio Ambiente. Ahora se quedan con ella celebrando estos 10 años y viendo a ver cómo vamos a garantizar que todos estos proyectos sean amistosos con el medio ambiente, respetuosos con el medio ambiente, pero que necesitamos instalarlos rapidito, para que este país pueda generar empleos y de buena calidad.

Doctora María Zulema, Doctor Wilson, muy distinguidos integrantes del gremio, muchas felicitaciones y que todos inviertan mucho en favor de Colombia. Muchas gracias.


 
 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
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