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II FORO DE LA MICROEMPRESA “ CÓMO ENFRENTAR LOS NUEVOS DESAFÍOS”
Febrero 09 de 2007 (Barranquilla – Atlántico)

Compatriotas:

En primer lugar, permítanme dar desde Barranquilla un saludo muy respetuoso a todos los periodistas de Colombia en su día. Ha sido Colombia un país caracterizado por un gran florecimiento del periodismo, desde los albores de la Independencia, y por un gran respeto de la opinión al periodismo.

Nuestro Gobierno, con la política de Seguridad Democrática, ha querido devolverle todas las condiciones al periodismo libre. Condiciones para su ejercicio que se habían perdido en muchas regiones de la Patria, en unas por la presión guerrillera y en otras por la presión paramilitar, y en muchas por la presión concurrente de unos y otros.

Hubo momentos, en años anteriores, donde no sólo los periodistas habían perdido su libertad, estaban amordazados por las presiones del terrorismo, sino que eran asesinados en cantidades. Años de asesinar en Colombia 25 periodistas.

Todavía nos asesinan periodistas. Pero nuestra voluntad es que esta Patria le pueda decir al mundo que no hay periodistas amenazados y que no hay periodistas asesinados.

Nuestra seguridad es democrática, para establecer la diferencia con otros proyectos de seguridad del continente, que se pusieron al servicio de dictaduras, del cercenamiento de las libertades, de la censura de prensa, de la eliminación del disenso.

La nuestra es todo lo contrario: la nuestra está al servicio de la libertad, es apoyo al periodismo libre, es garantía para el disenso.

Este es un país de controversia, en medio de un ambiente democrático donde todos hoy gozan de la decisión estatal de proteger a todos los ciudadanos con eficacia en la seguridad.

A los periodistas de la Patria, por ello, los mejores votos, para que en el ejercicio de esa difícil profesión sigan dando brillo y buen nombre a este país de libertades que es Colombia.

Muy apreciados amigos que nos reunimos hoy, convocados por la Corporación del Desarrollo de la Microempresa: la doctora María Lucía Castrillón (gerente de la Corporación), nos ha destacado la importancia de la microempresa en Colombia. Representa en 92 por ciento de las organizaciones empresariales del país y es responsable del 51 por ciento del empleo.

¿Por qué la importancia que nuestro Gobierno le asigna al microcrédito? Por varias razones.

Nosotros no creemos que solamente se pueda impulsar el crecimiento de la economía y quedarse a esperas de que la superación de la pobreza llegue espontáneamente. América Latina lo probó durante años, y eso no sirvió. En el Brasil, en los años sesenta, hubo años de crecimiento de la economía del 14 por ciento y de aumento masivo de la pobreza.

Tampoco creemos en el otro extremo: en aquello de hacer un gran esfuerzo por la distribución y darle la espalda al crecimiento. Cuando se le da la espalda al crecimiento, la distribución fracasa, porque solamente distribuye pobreza.

Nuestro esfuerzo se orienta para llevar de la mano el crecimiento, la superación de la pobreza y la construcción de equidad.

Las metas de largo y de mediano plazo que se ha impuesto el país, son metas muy exigentes. Y aquí juega un papel muy importante la microempresa. Veamos por qué juega un papel muy importante en el crecimiento y por qué juega un papel muy importante en la superación de la pobreza y en la distribución.

En el crecimiento: el crecimiento moderno exige la desagregación, en fases, de los procesos productivos y de servicios en casi todas las actividades. Esa desagregación le da, en la cadena que concluye con cualquier producto o con cualquier servicio, un protagonismo esencial a la microempresa. Esto es: los bienes y servicios más sofisticados que se ofrecen hoy en el mundo, generalmente son producto de la desagregación de procesos. Y la microempresa juega un papel muy importante al desagregar esos procesos en cada una de sus fases.

Es imposible entender hoy que haya una gran empresa que no esté apoyada, en la parte de insumos y de provisiones por la microempresa, o que no esté apoyada en la parte de distribución por la microempresa. Es imposible pensar hoy en un gran producto en el mundo, que no sea el resultado de una cadena bien importante de participación de microempresas.

Nosotros encontramos en la microempresa el mejor vehículo para lograr que rápidamente se encuentren la oferta y la demanda.

Cuando sale adelante una microempresa, inmediatamente esa microempresa aumenta la oferta, inmediatamente esa microempresa también estabiliza el ingreso de la familia, genera empleos adicionales.

Es imposible encontrar una actividad donde más rápidamente se tonifique la economía del lado de la oferta y se tonifique la economía del lado de la demanda, que la microempresa. Tan pronto como se tonifica a través de una microempresa la economía del lado de la oferta, tan pronto se tonifica del lado de la demanda.

Desde el punto de vista social, la microempresa, casi que como la educación, abre las oportunidades de ascenso social, de movilidad social. ¿Por qué? Porque la microempresa rompe las relaciones tradicionales de capital y de trabajo, y permite unificar en el microempresario y en su familia las dos condiciones, y permite avanzar casi que sin frenos, sin techo, sin límite, en lo que es la escala de la movilidad social.

La microempresa rompe con la reproducción de condiciones de inequidad, con la reproducción de condiciones de pobreza. Eso ayuda inmensamente desde el punto de vista social.

Nosotros nos hemos propuesto unas metas de crecimiento económico muy ambiciosas, pero no como un fin en sí mismo, sino como un medio para lograr unas metas muy ambiciosas de reducción de pobreza.

Hace cuatro años teníamos la pobreza casi en el 60, ahora oscila alrededor del 45 – 50, y la meta es que en el 2010 la hayamos reducido a no más del 35 por ciento, para que nuestros sucesores puedan cumplir la meta de largo plazo y en el 2019 la pobreza no esté por encima del 15 por ciento en nuestro país. Y en ello es fundamental el apoyo a este instrumento.

En el Gobierno anterior le dimos un gran crecimiento al microcrédito. Su cartera pasó de 730 mil millones a 3 billones (de pesos). Fueron beneficiados un millón 800 mil microempresarios. Eso nos animó a dar un segundo paso en materia de fortalecimiento de microcrédito, alrededor de la Banca de Oportunidades.

Ahora aspiramos que en este cuatrienio no les lleguemos a millón 800 mil microempresarios, sino a 5 millones de microempresarios. Y que la cartera de la microempresa todos los días crezca, como proporción a la cartera total.

Por supuesto, esto exige definiciones y esfuerzos sostenidos. Muchos compatriotas me preguntan: ¿por qué la Banca de Oportunidades no es un nuevo banco? Y si no es un nuevo banco, ¿entonces qué es la Banca de Oportunidades? Y quiero repetir hoy, ante tan importante concurrencia en Barranquilla, estas respuestas:

La Banca de Oportunidades no es un nuevo banco, porque un nuevo banco no alcanza un cubrimiento veloz de la geografía colombiana, como el que podemos lograr con la Banca de Oportunidades. El Banco del Café, que se acaba de vender, tenía menos de 300 oficinas. El Banco Agrario no tiene 700. Muchos bancos privados comerciales se han retirado de muchas ciudades y de muchos municipios.

En un país con 43 millones de habitantes, un millón 164 mil kilómetros, 1.098 cabeceras municipales, no podemos pretender que la tarea la jalone especialmente un banco. Por eso desistimos de hacer, como expresión de la Banca de Oportunidades, un nuevo banco.

¿Entonces qué es la Banca de las Oportunidades? Es un sistema que pretende congregar a todos los agentes que intervienen en el tema en una red sincronizada de colocación de crédito popular en todo el país. ¿Por qué todos los agentes? Porque es algo que tiene que aprovechar Colombia.

Hace poco hablaba con el profesor (Muhammad) Yunus, premio Nobel de la Paz. Me explicaba su experiencia, como todos ustedes la conocen, sobre el Banco de los Pobres de su país. Nosotros le explicábamos la idea que tenemos de nuestra Banca de Oportunidades. Él nos hacía comentarios y nos decía que lo que encontraba en Colombia es que aquí hay una institucionalidad que no tenía Bangladesh cuando él empezó el Banco de los Pobres, y que aquí hay una institucionalidad que no tienen otros países de América Latina que están tratando de hacer una revolución de microcrédito.

Y uno se pone a ver cuál es la institucionalidad que existe en Colombia, que marca la diferencia con lo que era el Blangladesh del inicio del Banco de los Pobres del profesor Yunus, y que marca la diferencia con otros países de América Latina.

Y la institucionalidad que encontramos en Colombia es bien rica, bien importante, bien diversa. Encontramos sector financiero público y privado. Encontramos una inmensa red de fundaciones sin ánimo de lucro, especializadas en el tema del microcrédito. Encontramos una gran red de capacitación y de acompañamiento. El Sena se ha convertido en el instrumento de formación vocacional más importante de América Latina. No lo hay hoy en América Latina. Y además tenemos algo muy importante: el Fondo Nacional de Garantías y los Fondos Regionales de Garantías. Esto es: tiene Colombia una institucionalidad que no puede desaprovechar.

La existencia de esa institucionalidad nos da a nosotros la ventaja para poder arrancar con la Banca de Oportunidades, como un sistema que vincule a todos los actores. Y ha causado muchas dificultades a otros países que han querido hacer lo mismo, porque carecen de esa institucionalidad.

Un país grande de la región quiso hace dos años emprender un programa de microcrédito ambicioso, como el nuestro, y rápidamente no pudo, porque le faltaba el Fondo Nacional de Garantías. En otros no tienen la red de fundaciones privadas que hay en Colombia, sin animo de lucro, al servicio del microcrédito. Y en otros no tienen las organizaciones de capacitación, las organizaciones de acompañamiento.

¿Qué papel debe jugar el tema de los Fondos? Lo que parecería ser hoy una realidad es que el tema de recursos es el menos importante. Lo que más se necesita son los proyectos, la capacitación, el acompañamiento.

En materia de recursos, nosotros vemos que hay una abundante oferta en todas las instituciones colombianas. Y que, además, ha venido creciendo con mucho vigor el redescuento de recursos que las organizaciones bancarias del Gobierno les hacen a los organismos privados de colocación de crédito popular.

La cartera que tiene hoy Bancoldex, entidad a la que hace cuatro años le asignamos la tarea de ser el fondo de redescuento de la microempresa, es una cartera que ha crecido mucho, y de manera muy sana. Eso intentó hacerlo el IFI, nosotros al principio del Gobierno le dimos mucha fuerza al IFI, pero los resultados no fueron los mejores.

Hoy vemos que en todo el país ha venido creciendo el tema del redescuento de Bancoldex a las diferentes organizaciones.

El tema de recursos: ¿qué problema hemos encontrado? Hemos encontrado que el crecimiento del microcrédito en Colombia ha sido, regionalmente, desigual. Mientras hay unas ciudades en las que ha crecido muy bien, se encuentra que en los municipios de ese departamento todavía el crecimiento es un crecimiento muy leve. Hay regiones enteras con una gran dinámica de microcrédito, y hay otras regiones muy rezagadas. Ahora nos proponemos llegarles con mucha fortaleza a las regiones más rezagadas.

¿Cómo entendemos las diferentes etapas que se deben cumplir en el sistema de Banca de Oportunidades?

Hace una semana estuvimos lanzando el sistema aquí en Barranquilla. No hay cosa más importante que aprender con ejemplos. Entonces hemos evitado el lanzamiento teórico de Banca de Oportunidades, y lo estamos haciendo, en las ciudades colombianas, como se hizo en Barranquilla hace una semana y como lo vamos a hacer ahora en la tarde en Montería, ya con ejemplos concretos.

La semana anterior se entregó aquí una buena cantidad de créditos a dos grupos: al grupo de tenderos, que históricamente han dependido del crédito de la usura y que empiezan a formalizarse, y a un grupo muy vulnerable socialmente, que es el grupo de madres cabeza de familia vinculadas al programa de Familias en Acción.
Esta tarde, en Montería, vamos a empezar Banca de Oportunidades entregándoles crédito a mototaxistas, entregándoles crédito a Familias en Acción y entregándoles crédito a discapacitados.

En Medellín empezamos el programa Banca de Oportunidades entregándoles crédito a egresados universitarios. En todas partes queremos estimular la Banca de Oportunidades entregándoles crédito a egresados universitarios y a egresados del Sena. En Nariño empezamos Banca de Oportunidades con créditos para artesanos.

Pues bien, ¿cómo vemos que debe proceder el mecanismo?

Primero, hay que escoger grupos, ojalá organizados socialmente, con dos características: o que sean vulnerables o que, por diferentes razones, no tengan facilidades de acceder al crédito. Ejemplos de unos y de otros: grupos vulnerables, madres cabeza de familia de los estratos uno y dos. Ejemplo de grupos con dificultades de acceder al crédito: el egresado universitario, el egresado del Sena. No necesariamente está en los sectores vulnerables, pero le dicen: usted es muy joven, usted no tiene experiencia, a usted no le podemos prestar.

Y en ambos buscamos una meta inmediata: que los colombianos se puedan desvincular de la usura. La semana pasada comparábamos aquí, en Barranquilla, el costo de acceso al crédito en la Banca de Oportunidades, que empezaba a atender los tenderos, contra el costo que venían pagando en el sistema de usura. Y la diferencia es una diferencia monumental.

Creemos que el sistema de Banca de Oportunidades sí funciona, y tenemos que hacer todo el esfuerzo para que funcione. Entregar cinco millones de microcréditos no es una tarea fácil. Con mucho esfuerzo en el anterior Gobierno entregamos un millón 800 mil microcréditos.

La meta que nos hemos puesto es muy elevada. Si eso funciona, tiene que convertirse en un gran elemento de dinamización de la economía, tiene que convertirse en un gran elemento para liberar a los colombianos de la esclavitud de la usura, tiene que convertirse en un gran elemento de crecimiento, de estabilización, primero y segundo, de crecimiento de los ingresos de la familia, y tiene que convertirse en un gran elemento de movilidad social, que es una característica fundamental de la democracia.

Primera etapa: seleccionar grupos vulnerables o grupos con dificultad de acceso al crédito, preferiblemente socialmente organizados. Confío que esta tarde encontremos en Barranquilla, en Montería, que al haber seleccionado los primeros mototaxistas para recibir el crédito, hagan parte de una organización.

¿Por qué nos interesa mucho que las personas estén organizadas en alguna asociación? Porque la organización ayuda a que las personas tengan más sentido de responsabilidad social, más sentido de cumplimiento. Por ejemplo: hay más probabilidades de que una Familia en Acción sea bien cumplida con el crédito, cuando esa Familia en Acción participa en una asociación, que cuando esa Familia en Acción procede solitariamente.

Y ahí viene la pregunta: ¿quién los escoge? Cuando lanzamos el programa en el sur de Bogotá, el grupo de Familias en Acción fue escogido por Acción Social de la Presidencia. Pero es apenas un ejemplo. Tantas organizaciones como hay en Colombia, pueden escoger los grupos a favorecer con el crédito de Banca de Oportunidades. Una alcaldía, una gobernación, el Sena, una universidad, una escuela, los gremios populares, los gremios de la producción y de los servicios, Undeco (que es la Unión Nacional de Tenderos en Barranquilla), en fin. Hay muchas. Eso es una cosa bien importante en Colombia. Aquí hay mucha institución que puede participar en todas las etapas del proceso. Las fundaciones establecidas en Colombia para el microcrédito.

Lo segundo: hay que darles una somera capacitación. ¿Quién les dio esa capacitación en Bogotá? ¿Quién la dio en Barranquilla? ¿Quién la está dando para los que van a recibir esta tarde el crédito en Montería? Básicamente el Sena. Aquí en Barranquilla ayudaron Undeco y Fenalco. Pero no son los únicos que pueden dar esa capacitación. Muchas fundaciones de ustedes pueden dar esa capacitación. El sistema está abierto.

Tercero: ya se ha escogido el beneficiario del crédito, ya se le ha dado una capacitación básica, viene el tercer paso: presentarlo a la institución que le va a hacer el crédito. Ahí se necesita que la institución lo acompañe. Pero ese acompañamiento no quiere decir que la institución lo vaya a avalar. La institución no le otorga fianza. La institución simplemente lo acompaña. Eso se convierte en una garantía operativa. Si el alcalde es banquero y el viceministro es microempresario, si el microempresario llega a donde el banquero solo, seguramente le abren las puertas con mucha más dificultad, de la dificultad con que le abren las puertas si llega acompañado, por ejemplo, de la Fundación Mario Santodomingo, o de Actuar, o del Sena. El acompañamiento es fundamental.

Entonces he venido despejando esta duda –y mañana voy a insistir mucho en el tema en la Unión (Nariño), aquí está doña Gloria, yo la saludé ahora, que ha sido fundamental en el crédito en Nariño, en el microcrédito en Nariño–: hay que hacer la claridad de que el acompañamiento al microempresario para acudir a la entidad bancaria, no significa fianza al microempresario. Simplemente un acompañamiento que abre puertas.

¿Quién da la fianza? Estamos pidiendo que a la madre cabeza de familia de estratos 1 y 2 no se le exija fiador. La fianza la puede dar el Fondo Nacional de Garantías, los Fondos Regionales de Garantías. Habrá que buscar el esquema de fianzas solidarias.

Ya la persona recibió el crédito. Es muy importante garantizarle a la entidad financiera que la persona va a estar acompañada por la entidad que la presentó al banco, mientras la persona deba, que el proyecto va a estar, va a tener un seguimiento de esa entidad. Entonces, en nuestro ejemplo, si el Sena acompañó al viceministro microempresario, para obtener el crédito del alcalde, el Sena va a acompañar al viceministro microempresario mientras deba.

Anunciarle eso a la entidad financiera le da confianza. Por supuesto, se convierte en una garantía de que un negocio bien acompañado es un negocio que tiene más probabilidad de salir exitoso, que un negocio que no está bien acompañado o que no tiene compañía. Y esa garantía es buena para el microempresario, para su familia, para los trabajadores, y es buena para la entidad financiera.

Y aquí vienen dos preguntas: ¿cuál es el tipo de microempresa que queremos y quién va a pagar esas diferentes tareas: selección, capacitación, acompañamiento?

Para responder a la primera pregunta, Colombia no se puede quedar en la microempresa básica, de almohadas, colchones, empanadas. Colombia tiene que visualizar la microempresa en la escalera del avance tecnológico. Hay que buscar estimular a los microempresarios a agregar valor. Yo creo que es una premisa fundamental de este proyecto.

Lo segundo: yo sé que las actividades de selección, de capacitación y de acompañamiento cuestan. Entonces el Gobierno Nacional ha dispuesto de 120 mil millones, que están en el presupuesto nacional, para apoyar el programa. Hemos autorizado que parte de esos recursos se gasten pagándoles a las instituciones que seleccionen, capaciten y acompañen a los microempresarios. El Gobierno Nacional es consciente de que esas tareas tienen un costo, y de que ese costo hay que absorberlo.

También hemos aceptado lo siguiente: que se certifiquen las tasas de usura de manera diferencial. Yo prefiero que haya mucho más crédito popular en Colombia, a que, por mantener un discurso frente a tasas de usura, evitemos el crecimiento del crédito popular.

Se han tomado las siguientes decisiones con la Superintendencia: que la certificación que se ha hecho ahora de microcrédito, tenga una duración de no menos de un año, para darle tranquilidad al sistema. Y ya ellos estudiarán cómo manejan las otras dos otras certificaciones, que no tienen que ver con el microcrédito: la certificación de crédito comercial y la certificación de crédito preferencial. Pero que la de microcrédito tenga estabilidad por lo menos de un año.

En todas las discusiones con algunas de las fundaciones y con muchos de los bancos, me han dicho: bueno, es que la tasa de usura estaba antes en el 22. Eso, más la comisión, no nos alcanza. Con eso no somos capaces de prestar, de llegar a los sectores más urgidos de crédito, que son los que necesitan las menores cantidades.

Alguien me ha dicho: yo con eso no soy capaz de bajarme de créditos de un millón 300 mil. Otros me han dicho: yo con eso no soy capaz de bajarme de créditos de un millón.

Entonces se ha tomado la siguiente decisión: La ley nos impide eliminar la comisión. Estaba en el siete y medio. Va a quedar una suma módica de comisión más honorarios. Yo espero que eso ya esté definido de aquí a la semana entrante. O sea que tendrían la tasa del 32 y una suma módica de comisión más honorarios.
¿ Que eso es caro frente al crédito de la gran empresa? Por supuesto que lo es. Porque esto implica unos costos adicionales, que también vamos a ayudar a sufragarlos con cargo al presupuesto de Banca de Oportunidades. Pero eso es mucho mejor para los compatriotas que seguir dependiendo de la usura, o que seguir sin tener oportunidades.

Y esto está todo relacionado con el tema de formalización de la economía, y uno de sus supuestos, que es bancarización. Nosotros no tenemos un empeño caprichoso en formalizar la economía, pero sí tenemos el interés en que demos saltos hacia la formalización de la economía, porque entendemos que la formalización de la economía es prosperidad en la pequeña empresa, y que la formalización de la economía tiene como principal indicador la afiliación de los trabajadores a la seguridad social.

Cuando tengo la oportunidad de discutir con algunos compatriotas sobre la formalización de la economía, la primera pregunta que suelo hacerles es: veamos cómo ha evolucionado la afiliación de los trabajadores a la seguridad social. Ese es el gran indicativo que nos dice si se está formalizando o no la economía.

El año pasado, en promedio, afiliación a las cajas de compensación, al régimen contributivo de salud, a riesgos profesionales, a pensiones, hubo 550 mil trabajadores más afiliados. Eso es un gran crecimiento, en un país que para mantener la tasa de desempleo inmodificada, debe generar por año 300 – 350 mil empleos. El año pasado, 550 mil trabajadores fueron afiliados a la seguridad social.

Para no referirnos al gran crecimiento que registraron las cajas de compensación. Nuestro gerente me decía al entrar al recinto que el año pasado esta caja de compensación tuvo un crecimiento de afiliación de más del 19 por ciento. Le dije: hay que repetirlo. Y me dice: muy difícil.

Ahí le mandé un memorandito a la doctora Alicia a ver cómo hacemos, con el Ministro de Protección, un recorrido por el país, comprometiendo gremios en la generación de empleo y en la afiliación a la seguridad social.

Pero creo que viene una cosa muy buena, y en la institucionalidad colombiana las cajas son fundamentales: en mayo, todos los colombianos empleadores deberán realizar ya solamente una única declaración parafiscal y de seguridad social y un único pago. En ese proceso hemos venido. Objetivos: simplificar trámites y evitar evasión.

Hoy un colombiano empleador tiene que hacer mínimo cuatro pagos: un pago a las EPS, por régimen contributivo, que puede derivarse en tantos cuantas EPS se afilien a los trabajadores de esa empresa. Un segundo pago a pensiones, que en principio puede dividirse en dos: a prima media y a capitalización individual, y que puede a su vez subdividirse en tantos cuantos fondos de pensiones hayan escogido los trabajadores de esa empresa. Un tercer pago a riesgos profesionales, que compromete solamente un pago. Y un cuarto pago que agrupa Sena, Bienestar y Cajas de Compensación. Eso se va a reducir a uno. Menos trámites y menos evasión.

¿Y por qué hay evasión? Porque si el trabajador está afiliado a un fondo de pensiones, el trabajador vigila de que no le evadan, que coticen de acuerdo con el salario que gana. Pero no tiene la misma vigilancia frente al régimen contributivo de salud. Porque, por solidaridad, en el régimen contributivo de salud le tienen que prestar el mismo plan al trabajador del salario mínimo, que al trabajador del mayor salario base de cotización.

Entonces confiamos que estas medidas, que van a simplificar, nos van a ayudar mucho en el control de evasión.

Y hay empresas que tienen los trabajadores al día en riesgos profesionales, pero no los tienen al día en régimen contributivo, no los tienen al día en Pensiones. Aquí, como no hay sino un solo pago, los tendrán que tener al día frente a todos los riesgos. Confiamos que eso ayude muchísimo.

Y ha habido unos estímulos para ese proceso de formalización de la economía. Los estímulos tributarios de Colombia son muy importantes, y veámoslos desde la perspectiva del crecimiento y de la formalización de la economía.

Nuestra reciente reforma tributaria no solamente ha reducido la tasa de renta, que se situará en el 32 –33, no solamente ha definido que se desmonte paulatinamente el impuesto de timbre, que se disminuya la renta presuntiva, sino que convierte en permanente en el tiempo una deducción del 40 por ciento a las nuevas inversiones empresariales. Y una empresa nueva que nace en Colombia, en virtud de la última reforma tributaria, tiene una deducción del 40 por ciento. Eso vuelve a Colombia muy competitiva.

Y miren lo importante: eso es un estímulo al crecimiento, no a la apropiación de utilidades. Cuando yo comparo esto con la legislación tributaria de los Estados Unidos, en los Estados Unidos la rebaja general de impuestos ha permitido que allá haya más apropiación de utilidades. Aquí no se ha hecho una rebaja general de impuestos, sino que se han introducido unos estímulos a la reinversión. Entonces el que quiera beneficiarse de esos estímulos, tiene que invertir, para crecer y para generar más empleo. Yo creo que esto es bien importante.

Se ha alegado mucho que impuestos, como el del cuatro por mil, frenan la bancarización.

La reforma tributaria tomó dos decisiones: primero, los contribuyentes colombianos de renta podrán deducir de sus ingresos gravables un punto de los cuatro puntos del cuatro por mil. Segundo, contribuyentes y no contribuyentes.

Porque me dicen: bueno, está bien, esa deducción les ayuda a los que declaran y contribuyen, pero no les ayuda a los que no declaran y no contribuyen, que son los de menos nivel de ingresos.

Aquí viene la respuesta para ellos, bien importante este punto: la reforma define que cualquier cuenta de ahorro, de cualquier colombiano, no paga el cuatro por mil durante los primeros siete millones de pesos de movimientos mensuales en esa cuenta. Entonces eso nos ayuda a la bancarización, y nos ayuda a estimular todo este proceso de formalización de la economía.

Vamos a trabajar con todas las instituciones que podamos. Todas las oficiales tienen que trabajar, y queremos convocar a todas las privadas. Colombia, de manera silenciosa, ha hecho una gran tarea en la Consejería de la Mujer, a cargo de la doctora Marta Lucía Vásquez Zawadzky. Esa gran orientación al crédito de la mujer tiene que tener un gran respaldo en esa Consejería.

Queremos poner el Fondo del Ahorro también al servicio de la Banca de Oportunidades. Está próxima a salir la reglamentación de la nueva ley. La nueva ley autoriza al Fondo del Ahorro a vincular trabajadores independientes de cualquier nivel, convertirlos en ahorradores y prestarles. Hasta ahí hay un cambio legal, pero no hay novedad. ¿En que consiste la novedad? El Fondo del Ahorro no les va a exigir a los trabajadores independientes determinado monto de ahorro para prestarles, sino que va a hacer énfasis en el número de semanas durante las cuales tienen que ahorrar. El Fondo del Ahorro va a demostrar que es más necesario el hábito de ahorro, que la cuantía de ahorro.

Entonces la reglamentación dispondrá que el Fondo del Ahorro le prestará a una persona, cuando esa apersona haya acumulado no tanto dinero ahorrado, sino tantas semanas de ahorro. Porque del hábito del ahorro, se puede inferir el grado de cumplimiento. Tenemos mucha, mucha esperanza en ello.

He recibido una muy amable carta de ustedes, en la cual me recuerdan el Conpes sobre microcrédito. Me dice el señor viceministro que lo están preparando. Y me dicen que es muy importante el tema de proyectos, que esto no se vaya solamente al crédito de consumo sino a proyectos importantes, con lo cual yo estoy de acuerdo. Y que no sean proyectos para microempresas que estén trabajando en lo básico, sino que agreguen valor.

Entonces yo creo que la respuesta tiene que ser la que se ha comentado en algunos foros: que la junta de Banca de Oportunidades autorice que parte de esos 120 mil millones del presupuesto de este año, se gaste pagándoles a las instituciones, debidamente acreditadas, tareas que ellas tengan que cumplir en capacitación, en selección, en preparación de proyectos, en acompañamiento a microempresarios. Ojalá tuviéramos rápidamente los primeros convenios.

El doctor (Carlos) Moya, el director de la Banca de Oportunidades, nos está esperando en Montería. No sé si ya hay algunos convenios con algunas fundaciones para poder remunerarles los costos de capacitación y de acompañamientos.

Sergio Díaz-Granados, viceministro de Desarrollo Empresarial: Ya tenemos un borrador de convenio para conocimiento de la junta directiva de Corpomixta (Corporación para el Desarrollo de la Microempresa) con Banca de las Oportunidades, para definir ese acceso, y además seguir extendiendo la red de instituciones y darle cubrimiento nacional en el apoyo a los microempresarios.

Presidente de la República: Muy bien. Yo hasta aquí es lo que tenía que decirles. Me parece muy importante poder escuchar unos minutos sus interrogantes, sus preocupaciones.

Muchas gracias.

 
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