PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE ANTE EL CONSEJO PRESIDENCIAL ANDINO
Junio 04 de 2007 (Tarija,
Bolivia)
“Mil gracias a todos ustedes y mil gracias al Presidente
Evo Morales por su hospitalidad. Todas las felicitaciones
porque para él no era fácil en las circunstancias
políticas del Continente llevar la Comunidad Andina
a este buen puerto que es el inicio de negociaciones con
la Unión Europea. Creo que deja un camino muy despejado
que, con la ayuda de Dios, vamos procurar continuar bien.
Muchas gracias, Presidente Evo Morales, por su afán
de buscar concensos a partir de la contradicción,
que es muy importante. Y muchas gracias a Tarija y a sus
autoridades por esta hospitalidad.
Qué bueno ver a Chile reintegrada a la Comunidad
Andina. Agradecer a su Gobierno, a la Presidenta Bachelet,
este gran esfuerzo que nos da nuevas energías.
Permítanme inicialmente hacer unas referencias a
Colombia. Nosotros tenemos dos realidades: una democracia
en profundización y un terrorismo en descenso. Un
país con todas las opciones políticas, con
todas las contradicciones políticas, afectado por
una violencia que hemos empezado a superar. Es importante
reiterar ante los hermanos andinos nuestra firmeza en contra
del terrorismo y nuestro compromiso interno con la profundización
de la democracia.
Hemos venido trabajando tres objetivos de Gobierno: consolidar
la seguridad con alcance democrático, consolidar la
confianza inversionista con responsabilidad social, y la
construcción de cohesión social, equidad, superación
de la pobreza. Van de la mano. Parecían excluyentes.
Por ejemplo, en Colombia se pensó durante mucho tiempo
que la seguridad y la política social eran excluyentes.
Y antes que empezaran a aceptar esa convergencia intelectuales,
escritores, el pueblo fue el que la impuso.
Hoy en todas las regiones de Colombia, en un diálogo
que este Gobierno nuestro, comunitario, ha procurado tener
de manera interrumpida con el pueblo colombiano, los ciudadanos
reclaman por igual seguridad y política social. Entienden
que sin la una, no se da la otra.
La seguridad genera confianza inversionista, confianza en
el país, confianza para residir en Colombia, confianza
para estudiar en Colombia. Le devuelve a la juventud la esperanza
de poder reencontrar en su país felicidad, la realización
de su vida espiritual, intelectual, material. Esa seguridad
democráticamente orientada genera confianza inversionista,
que con responsabilidad social tiene que proveer medios para
poder superar pobreza, para poder construir equidad.
Diría que la confianza inversionista da los recursos para hacer sostenible
la política de seguridad, y al mismo tiempo la política social
legitima la política de seguridad.
Nosotros estamos trabajando más la confianza inversionista
que el interés en unas altas tasas de crecimiento
inmediatas, porque creemos que lo único que garantiza
altas tasas de crecimiento sostenidas en una trayectoria
de largo plazo es la confianza inversionista. Confianza inversionista,
por supuesto, nacional, internacional, confianza inversionista
microempresarial, de mediana empresa, de gran empresa, todos
con responsabilidad social.
Para nosotros es muy importante el tema de la responsabilidad
social. Exigimos que se refleje en tres áreas. Primero,
en la relación de la inversión con el Estado.
Segundo, en la relación de la inversión con
las comunidades. Y tercero, en la relación de los
inversionistas con los trabajadores.
El elemento transversal tiene que ser honestidad. En la
relación de la inversión con el Estado: honestidad,
total transparencia, para adjudicar concesiones, para adjudicar
contratos. Nuestra norma es hacerlo públicamente.
Yo, por ejemplo, encontré 21 litigios en el área
de telecomunicaciones con inversionistas internacionales.
Nadie se atrevía a superarlos. Los funcionarios del
Estado, por temor a la suspicacia de la opinión pública,
por temor a los organismos de control.
¿Cómo superamos esa situación? Con
participación ciudadana. Se exigió que antes
de perfeccionar los acuerdos de transacción de esas
disputas, fueran publicados ampliamente y los conociera en
detalle la ciudadanía. Y eso disipó suspicacias,
las sustituyó por confianza y se abrieron paso.
Nosotros no permitimos hoy en el Gobierno Nacional que se
adjudique un solo contrato, una sola concesión, que
no sea en un proceso público, de amplia participación
comunitaria.
Tenemos la idea de que nuestra época necesita una
gran combinación de la democracia directa y la representativa.
Se alimentan mutuamente. Creemos que entre más participe
directamente la ciudadanía, mejor son las decisiones
que toma el Estado, más eficiente y transparente su
aplicación y, por supuesto, mejor la posibilidad de
asignar las responsabilidades políticas y también
de mejorar la distribución de los beneficios.
Transparencia es para nosotros la primera expresión
de responsabilidad social en las relaciones entre los inversionistas
y el Estado. Y la gran garantía de transparencia es
la participación de la ciudadanía.
El segundo elemento de responsabilidad es la relación
entre las empresas y las comunidades, basada en la solidaridad.
Nosotros no negociamos esa solidaridad dentro de cuatro paredes.
La exigimos en un diálogo público, permanente,
en el cual participan los inversionistas, participa el Estado
colombiano y participa la comunidad.
El más reciente caso: las empresas internacionales
que explotan carbón en el norte del país. Las
comunidades quejosas porque por unas carreteritas por las
cuales nadie transitaba hace algunos años, hoy transitan
600 camiones grandes al día transportando carbón
y levantando una polvareda en esos caminos que no tienen
pavimento y afectando la salud de nuestros conciudadanos.
Hemos exigido, de manera pública, primero que todas
esas empresas le den la cara a la comunidad. Segundo, los
acuerdos que el Gobierno jalona, que el Gobierno ayuda a
construir. Y tercero, el cumplimiento de esos acuerdos.
Y finalmente la responsabilidad social la exigimos en las
relaciones laborales. Nosotros hemos dicho que no puede haber
relaciones laborales regidas por el capitalismo salvaje.
Tenemos una legislación equilibrada entre la protección
a los trabajadores y los elementos necesarios para la confianza
a la inversión.
También hemos dicho que no podemos permitir unas
relaciones laborales jalonadas por el odio de clases. Nuestra
orientación es buscar que esas relaciones laborales
se den a través de los principios de la fraternidad
cristiana, del principio solidario de la democracia.
Para nosotros es de gran importancia este tema de la responsabilidad
social en un país que le da todas las garantías
a la inversión.
El tema de las metas sociales. La verdad es que 40 años
de una violencia profunda han afectado todo el tejido social
de la Nación. Yo encontré un desempleo por
encima del 20 por ciento, llegando al 25, y la pobreza en
el 60. Hoy desempleo está en alrededor del 11. Confiamos
rápidamente tenerlo por debajo del 10.
La mayor importancia se la asignamos a la afiliación
a la seguridad social. La pobreza que estaba en 60, en la
medición del año pasado dio el 45. Estamos
haciendo todos los esfuerzos para que en año 2010,
cuando termine el Gobierno, la podamos dejar no por encima
del 35.
Y todo ha sido una lucha difícil porque encontramos
el endeudamiento del país en el 50 por ciento del
PIB. Hoy esta en el 30, en el 32. Encontramos el déficit
del Gobierno Nacional central en el 7,5. Este año
todavía debe estar entre el 3,5 y el 4. O sea unas
limitaciones financieras y fiscales bastante severas.
Tenemos un plan social muy ambicioso. Aspiramos a cumplir
las metas sociales del Milenio antes de la fecha señalada
por Naciones Unidas. Y vamos más allá en nuestra
propuesta social.
Por ejemplo, ya estamos llegando al 5 por ciento del PIB
como inversión en educación. Cuando mi Gobierno
empezó teníamos la educación básica
en una cobertura del 84 y está en 92. La vamos a dejar
en el 100 por ciento.
Empezamos ya la escolarización de los sectores pobres
para niños menores de cinco años, la primera
educación. En la educación de primera edad
aspiramos a dejar allí 400 mil cupos iniciales, debidamente
vinculados al sistema educativo.
Tenemos hoy un instituto estatal de formación vocacional
de gran importancia, pagado con contribuciones a la nómina.
Nosotros no aceptamos la receta de desmontar los impuestos
a la nómina, porque en el caso colombiano han sido
muy importantes para revertir beneficios a los propios trabajadores
a través de tres instituciones: la formación
vocacional, las cajas de compensación familiar que
administran empleadores y trabajadores, y el Instituto de
Bienestar Familiar, fundamentalmente orientado a los beneficios
de la niñez.
En ese instituto de formación vocacional hemos pasado
de cinco millones de horas de enseñanza hace cuatro
años, a 15 millones el año pasado. De atender
un millón 100 mil estudiantes por año a atender
4 millones el año pasado. Y ahora le tenemos metas
muy exigentes, como la meta de tener un millón 200
mil estudiantes con total gratuidad en ambiente virtual.
Estamos avanzando en cobertura universitaria, en financiación
de la universidad estatal, en financiación de los
estudiantes. Yo recibí una cobertura universitaria
del 22. Esta hoy en el 29. Aspiramos dejarla en el 34. Del
2002 al 2010, la cartera de financiación de estudiantes
debe multiplicarse por seis. Y el número de estudiantes
atendidos con créditos subsidiados por el Estado en
el nivel universitario, debe también multiplicarse
por seis.
Confiamos completar ahora en agosto millón y medio
de Familias en Acción, familias desplazadas, el mayor
nivel de pobreza, recibiendo un subsidio del Estado para
garantizar la nutrición de los hijos y la educación.
Aspiramos, por ejemplo, que todas las familias que viven
en la frontera con el Ecuador y en nuestro Litoral Pacífico,
donde se da mucha pobreza, empiecen a recibir ese beneficio
ahora en agosto, con plena cobertura.
Aspiramos que el logre en el año 2010 plena cobertura
en salud. Nosotros en el primer Gobierno creamos 13 millones
de nuevos cupos en el sistema de salud, al sumar aquello
que se atiende a través de cotizaciones de empleadores
y trabajadores y lo que se atiende directamente con subsidios
del Estado.
Uno de los factores de exclusión en América
Latina ha sido el acceso al crédito. En Bolivia vemos
un caso bien iluminante. Nosotros hemos creado un esquema
que llamamos Banca de Oportunidades, en donde comprometemos
a la banca pública, a la banca privada, a las Ong’s,
a las instituciones de primer piso, de segundo piso, recursos
del presupuesto nacional, con el Estado como promotor permanente,
a facilitarles crédito a los sectores más pobres
de la Nación.
Cuando empezó nuestro Gobierno, la cartera en favor
de los pobres representaba el 1,5. La cartera total. A principios
de este año el 5,5. Aspiramos que al final del Gobierno
quede en el 7 – 8 por ciento del total de la cartera.
En el primer Gobierno logramos entregarles crédito
a un millón 800 mil familias pobres. En este segundo
Gobierno la meta es entregarle a 5 millones de familias pobres.
Tenemos, pues, un programa social bien ambicioso. ¿Y
por qué lo llevamos de la mano de la construcción
de la confianza inversionista? Nos parece que la historia
de América Latina enseña. Yo recuerdo la discusión
sobre el desarrollismo en los años sesenta. La tesis
era: empujen el crecimiento de la economía, que lo
social vendrá automáticamente. Y no llegó.
Algún país de la región tuvo tasas
de crecimiento sostenidas del 6 – 7 por ciento, y aumentos
de pobreza del 14 por ciento. Tampoco hemos creído
en el otro extremo: en el de hacerle todo el énfasis
a la distribución con descuido de las condiciones
de inversión, porque finalmente se llega solamente
a repartir pobreza.
Cuando nosotros buscamos ese equilibrio entre las metas
sociales y la confianza inversionista es para buscar un sendero
de superación de pobreza y de equidad, pero con prosperidad
y no de distribución de pobreza.
En el tema de la seguridad vamos ganando, pero no hemos
ganado todavía. Falta un largo trecho. Nosotros vemos
una gran disminución en muchos indicadores. En el
homicidio venimos de 35 mil, el año pasado 17 mil.
En el secuestro venimos de más de 3 mil y el año
pasado 370. Y en las masacres.
Vemos que ha cedido la narco-economía. Yo recorro
el país y veo que se están construyendo hoy
5 mil habitaciones hoteleras. Pregunto: ¿hay inversión
del narcotráfico? Antes era muy evidente. Hoy, si
la hay, está muy reducida y buscando todas las maneras
de esconderse.
Veo en todas las actividades productivas que hay confianza
inversionista. Y por fortuna, no se observa esa presencia
de la narco–economía en la construcción,
en la propiedad rural. Todavía tenemos unas altísimas
cifras de cultivos de coca.
Este es el tercer año en el cual hacemos un gran
esfuerzo en la erradicación manual. No es fácil
lo de los cultivos alternativos. Yo al país lo tengo
dividido mentalmente para ese efecto en dos áreas:
el país donde podemos llegar con alternativas productivas,
y el país donde no podemos llegar, porque está muy
lejos de los terminales viales, porque está en la
selva. Y allí lo que hay que hacer es proteger esa
selva.
Entonces allí la alternativa que hemos buscado es
la alternativa de Familias Guardabosques. Colombia, con un
millón 160 mil kilómetros cuadrados, todavía
tiene la mitad del territorio en selva. Un recurso para la
humanidad de esos que, en las palabras del presidente Correa,
tiene valor más no precio. Y que habrá que
buscar que el mundo lo compense.
El programa que nosotros hemos implementado allí es
el de Familias Guardabosques. Familias que estaban destruyendo
las selvas para sembrar coca. Ya con 50 mil de ellas hemos
hecho el compromiso de que se abstengan de seguir en el proceso
de siembra de coca. Que supervisen la recuperación
del bosque. Y el Estado está entregando a cada familia
dos mil dólares al año, amén de ayudar
con los diferentes programas de erradicación de pobreza.
No estamos en un punto ideal, pero vamos por un buen camino.
Tenemos problemas delicados. Por ejemplo, en este momento
el peso colombiano se ha revaluado en un 30 por ciento. Entonces
el Gobierno lucha por un control de capitales, y apenas se
puede imponer a los capitales especulativos, de corta duración.
Control impuesto. Por un control cambiario. El país
tuvo buena y mala experiencia. En una primera época
de la administración Lleras Restrepo dio muy buen
resultado. Después fue un factor de corrupción
muy difícil de manejar.
¿En la violencia de dónde venimos? Teníamos
60 mil terroristas, sumando las Farc, el Eln y los paramilitares.
Cuatro décadas de descuido.
Recuerdo el Viernes Santo de 1998, cuando se firmó el
acuerdo de Irlanda del Norte. Pregunté: ¿cuánta
gente tiene el IRA? Y me dijeron: 118. Yo comparaba: 60 mil
en Colombia.
¿Cuántos asesinatos se han presentado por
obra del IRA? Y me decían: desde 1923, tres mil 200
asesinatos. En el año 98 solamente en mi ciudad de
Medellín, cinco mil asesinatos.
En España la preocupación ha sido por 90 – 100
personas de ETA. Nosotros 60 mil.
Con una diferencia, que se manifiesta cuando uno habla con
los compañeros de Centroamérica. Por ejemplo,
con Joaquín Villalobos. Les voy a decir a los colombianos
que hoy tuve un gran ascenso en mi carrera política,
porque el Presidente Morales me dijo: “compañero”.
Me ascendió, me promovió hoy. Por supuesto,
pero el otro me gusta más, porque el uno siempre se
da y el otro no siempre.
Y veíamos el tema centroamericano. Joaquín
Villalobos, comandante del Farabundo Martí, con quien
he tenido la oportunidad de departir sobre el tema largas
horas, dice: las guerrillas centroamericanas tomaron la decisión
de negociar cuando se les acabó la financiación
externa, que no venía propiamente de Unión
Soviética ni de Cuba. Venía de las Ong’s
de Europa Occidental.
¿En Colombia de dónde proviene la financiación
de estos grupos, guerrillas y paramilitares? De la coca.
Las unas tenían una financiación que se les
cerraba cerrando una llave de afuera. Las nuestras tienen
financiación con creces del negocio del narcotráfico.
Allí hemos tenido una gran dificultad. Sin embargo,
de esos 60 mil terroristas hemos desmovilizado 43 mil. No
han prosperado los que han tratado de reincidir. Hoy, por
ejemplo, hay debate paramilitar en Colombia, pero hay cesación
de la violencia paramilitar.
El paramilitarismo allí lo crearon como una reacción
a las guerrillas, que no tenían control de parte del
Estado. Entonces las regiones colombianas quedaron entre
el poder terrorista de la guerrilla y el poder terrorista
del paramilitarismo.
Nosotros creo que tenemos la ley más importante de
paz en el mundo, por su exigencia de justicia, de verdad
y de reparación. El beneficio que concede simplemente
es una sentencia reducida. Y miren las paradojas: quienes
la critican porque la consideran blanda con el paramilitarismo,
anticipan que no será aplicable a las Farc ni al Eln,
porque las Farc y el Eln necesitarán total amnistía,
total indulto.
Entonces es una lucha difícil, pero tengo fe que
salimos adelante.
Quiero contarles a ustedes dos temas: el tema del asesinato
de líderes sindicales y el tema de la reciente liberación
que el Gobierno ha hecho de unos integrantes del las Farc.
El tema del asesinato de líderes sindicales. Hay
que preguntarse qué es lo que realmente ocurre, por
qué la impunidad y cuál es el origen.
Cuando yo llegué a la Presidencia, en ese año
inmediatamente anterior asesinaron 256 personas, sumados
profesores y líderes sindicales.
Desde la hora cero del Gobierno empezamos una protección
eficaz. Nuestra política de Seguridad es democrática.
Cuando reivindicamos el calificativo de democrática
para esa política, es porque hemos hecho todo el esfuerzo
para distinguirla en la práctica de la doctrina de
la Seguridad Nacional, de ingrata recordación.
Logramos años tras año un descenso de ese
asesinato. En el año 2005 se presentaron 25 casos.
En el año 2006 se recrudeció, se subió a
60, porque además de la lucha tradicional entre guerrilla
y paramilitares, empezaron las dos guerrillas a matarse entre
sí: Las Farc y el Eln. Entonces llegaban las Farc
a un hospital de Arauca: “Este líder sindical
es del Eln”. Y lo matan. Y llegaba el Eln a una escuela
del Cauca: “Este líder sindical es de las Farc”.
Lo asesinan.
Este año nos han asesinado dos líderes sindicales.
El uno del sindicato de prisiones. La justicia hasta ahora
ha dicho que no hay evidencia que muestre relación
de su actividad sindical con el asesinato. Y el otro, el
3 de mayo, estaba integrado en un grupo de las Farc, armado
en un grupo de las Farc, se enfrentaron al Ejército
y el Ejército dio de baja a varios integrantes de
las Farc en esa acción y murió una persona
afiliada a un sindicato el norte del país.
Y nos han asesinado en las diferentes zonas rurales de Colombia
nueve profesores. Nosotros no estamos contentos. Nosotros
quisiéramos poder decirle a la Comunidad Andina, al
mundo: ya hay cero asesinatos de líderes sindicales
en Colombia. Pero hay que preguntarse de dónde venimos.
Estamos hoy protegiendo eficazmente, protección individual,
a seis mil personas en Colombia, con protección individual.
Eso nos cuesta 40 millones de dólares este año.
Y de ellos hay 1.500 que son líderes sindicales.
¿Qué ha pasado con la impunidad? Yo he dicho
en todos los foros nacionales e internacionales que Colombia
es un país de 42 millones de habitantes. Las estadísticas
hablaban de 28 – 30 mil asesinatos al año antes
de nuestro Gobierno. Con las fosas encontradas de asesinatos
de los años 98 – 2000, eso indica que hubo años
de 35 mil asesinatos.
Inglaterra, con 60 millones de habitantes, tiene 200 homicidios
al año. No hay justicia en el mundo, con 35 mil asesinatos
en un país de 42 millones de habitantes, que derrote
la impunidad.
Sin embargo, hemos hecho todos los esfuerzos: reformamos
la Constitución, introdujimos el sistema penal acusatorio,
la oralidad, estamos reforzando la justicia en medio de nuestras
limitaciones fiscales. Ya este año se han presentado
las primeras 37 sentencias que han condenado a 59 personas
responsables de asesinatos de líderes sindicales.
Una de las discusiones que hay es que empresarios colombianos
o extranjeros residentes en Colombia han asesinado líderes
sindicales. Yo he dicho: si la justicia de Colombia o de
otro país concluye eso, el Gobierno de Colombia será el
primero en estar al lado de la justicia.
Como observador de la vida colombiana, creo que los empresarios
no han asesinado a los trabajadores, ni los trabajadores
han secuestrado a los empresarios. Ese ha sido un problema
de guerrillas y paramilitares. Y de descuido estatal.
Las guerrillas marxistas en Colombia, y era yo estudiante
universitario, aplicaron el principio de la combinación
de las diferentes formas de lucha: asesine y penetre el movimiento
estudiantil, secuestre y penetre el movimiento obrero.
Llegaron los paramilitares e hicieron lo mismo. ¿Entonces
qué pasó? Los paramilitares asesinaban a un
líder sindical acusándolo de ser colaborador
de la guerrilla. Y la guerrilla asesinaba a otro acusándolo
de ser colaborador de los paramilitares.
Nosotros reconocemos todo ese problema. Si ustedes recuerdan,
algunos países de América Latina superaron
el terrorismo cerrando las libertades, eliminando el disenso,
validando dictaduras, evitando la crítica y la supervisión
internacional. Nosotros somos un caso en el cual estamos
superando esta agresión terrorista, abiertos al mundo.
Cualquier Ong que quiera llegar a Colombia a criticar al
Gobierno de Colombia no necesita ni pedir visa. Tiene toda
la libertad.
Nosotros lo que hemos hecho en esta lucha contra el terrorismo
es proteger las libertades. Por eso he dicho a los Estados
Unidos, a la Unión Europea: hay que pensar en este
momento de Colombia, cuando está superando estas dificultades.
En Colombia nadie se atrevía a dar una declaración
contra la guerrilla o los paramilitares, por miedo. Ahora
todo el mundo declara, porque siente que el Gobierno lo protege.
Entonces hay tres integrantes del Congreso de la República
en la cárcel. Nunca se investigó la relación
de la política con la guerrilla. Hoy nuestro Gobierno
ha exigido que los paramilitares que se sometan a la Ley
de Justicia y Paz para obtener el beneficio, tienen que decir
la verdad de quiénes los apoyaron desde la política
o desde la empresa privada, etcétera. Y ojalá eso
se dé en el futuro en las negociaciones con la guerrilla,
que algún día llegarán.
¿Por qué el Gobierno ha liberado 150 integrantes
de las Farc y a Rodrigo Granda? Permítanme abusar
del tiempo de ustedes, pero a mí me parece muy importante,
hoy que Colombia vuelve a asumir la Presidencia pro témpore
de la Comunidad Andina, contarles esto. Y se los cuento,
apreciados Presidentes y delegaciones y señor ex Presidente
Borja, de la manera más cándida.
Cuando el autor norteamericano de origen asiático
que escribió “El Castro que yo conocí”,
visitó a Cuba y le preguntó al Presidente Castro.
Le dijo: “Yo tengo la idea de escribir una biografía
sobre usted”. El Presidente Castro le dijo: “Tú eres
del imperialismo, tú no eres capaz de tratarme con
objetividad”. Y el autor le contestó: “Yo
no le prometo objetividad total, pero sí la menor
subjetividad”.
Yo he querido contarles hoy esta realidad colombiana a ustedes,
con todo aprecio –ustedes son los hermanos, ustedes
en alguna forma la sufren–, con la mejor subjetividad.
Nosotros encontramos secuestrada a la doctora Ingrid Betancourt,
que también tiene nacionalidad francesa. Como candidato
a la Presidencia, yo tuve una posición muy estricta,
que la fui ablandando en aras de un acuerdo humanitario.
El año pasado llegamos a aceptar a dos delegados
europeos la propuesta de tener una zona de encuentro de 200
kilómetros con las Farc. Enormemente riesgosa, pero
en un gesto humanitario la aceptamos. Las Farc mintieron.
La Unión Europea nos dijo a nosotros: “Le hicimos
esa propuesta al Gobierno y a las Farc”. Primero las
Farc dijeron que no se la habían hecho. Después
dijo que no la aceptaba.
Lo que yo no puedo aceptar allá es la desmilitarización
que exige las Farc. El país vivió desmilitarizado
y esos vacíos los llenaron guerrilla y paramilitares.
En Colombia se habla de una zona desmilitarizada y corren
los grupos terroristas a refugiarse allí.
El Presidente Clinton decía el pasado viernes en
Nueva York que al examinar el contexto colombiano, saber
dónde está el país y de dónde
viene, que el conoció en el 2000 una Colombia en la
cual el 30 por ciento de los habitantes tenía que
vivir sin Estado –un país de 43 millones de
habitantes–, directamente presionados por dos Estados
terroristas en ascenso: guerrillas y paramilitares.
Eso lo hemos recuperado mucho. Yo temería que una
zona desmilitarizada sea un retroceso. Tampoco puedo aceptar
que un país que ha desmovilizado 43 mil de los 60
mil terroristas, haga un acuerdo con las Farc donde le permita
que salgan de la cárcel unos integrantes de las Farc
para que se reintegren a delinquir, a secuestrar y a asesinar.
Yo he dicho: con mucho gusto, yo libero gente de la cárcel,
pero con el compromiso de que no vuelvan al asesinato, no
vuelvan al secuestro.
Entonces eso no ha funcionado. Esfuerzos de todo el mundo:
dos delegados europeos permanentes, muchos ciudadanos colombianos,
etcétera.
Ahora tomé la decisión unilateral de liberar
150 personas de las Farc, como un gesto humanitario en busca
de que liberen a nuestros secuestrados. Recibí una
llamada del Presidente Sarkozy de Francia, al día
después de su elección, y me dijo: “¿Es
cierto que usted va a hacer esto?”. Y le dije: “Sí,
Presidente, como un gesto humanitario”. A la semana
me llamó y me dijo: “Por qué no me ayuda,
por qué no libera a Rodrigo Granda”. Yo no le
hice mayores preguntas. Preferí la confianza que la
curiosidad. Y le dije: “Yo voy a mirar cómo
lo puedo liberar”.
Tengo además que comentarle al Presidente Paraguayo,
porque él ha estado allí en un principio de
investigación por una supuesta vinculación
de las Farc al secuestro y posterior asesinato de la señora
Cubas en Paraguay.
Bueno, le pedí al presidente Sarkozy, le dije: “Bueno,
usted nos tiene que ayudar no solamente a liberar a Ingrid
Betancourt, sino a liberar a los otros colombianos y a los
tres norteamericanos”.
Las personas que han logrado evadir ese secuestro, uno de
ellos el señor Canciller, más de seis años
secuestrado, y otra persona que hace poco se fugó del
secuestrado, un subintendente de Policía con ocho
años y medio secuestrado, el testimonio de él
es que han sufrido tortura, hambre, encadenamiento. Que un
niñito que nació allí, su madre es Clara
Rojas, secuestrada, lo separaron de su mamá desde
los primeros meses después del nacimiento.
Realmente lo que le describen a uno es un campo de concentración.
En un país que todavía tiene 578 mil kilómetros
de selva, es muy difícil perseguir a un grupo terrorista
en esa geografía.
Entonces le dije al presidente Sarkozy: “Yo lo voy
a hacer”. Y lo hicimos. ¿Cómo les parece?
Los abogados de las Farc impedían la salida de Rodrigo
Granda de la cárcel. La logramos. Hoy hay 150 integrantes
de las Farc liberados unilateralmente por el Gobierno nuestro
y Rodrigo Granda, liberado a solicitud del presidente Sarkozy.
Incluso le acepté a Rodrigo Granda que no se desmovilice
de las Farc. Lo que se le pidió es que no vuelva al
secuestro, que no vuelva a la extorsión, que sea gestor
de paz. Y se le pidió que no vuelva a la clandestinidad,
que esté en el extranjero o en el país, pero
dándole la cara a todo el mundo. A los políticos,
a los organismos internacionales, a la prensa, a la opinión
colombiana, a la iglesia. Que haga una gestión de
pez abierta y no en la clandestinidad.
Hasta hoy no hay respuesta de las Farc. Hay unas declaraciones
muy hostiles. Pero la instrucción que he dado es:
no contestemos. Nosotros hicimos un gesto unilateral muy
grande. Que nuestro segundo aporte a ver si en algún
momento se les conmueve el corazón y liberan a los
secuestrados, sea la prudencia.
Quería contarles todo esto de Colombia, apreciados
Presidentes.
Se qué un trabajo importante del Presidente Evo Morales
en la Presidencia pro témpore de la CAN, ha sido entender
y ayudarnos a entender la necesidad de unirnos más
a través del respeto a la diversidad. Y eso es muy
importante.
Ahora que estaban conversando el Presidente Alan García
y la Presidenta (Michelle) Bachelet, el Presidente Evo Morales
al entregarme la Presidencia pro témpore me dijo:
compañero. Y yo lo resalté. Dije: Me siento
gratamente promovido.
Yo creo que ha sido un esfuerzo bello, Presidente. Yo humildemente
lo felicito, y voy a hacer todo lo posible, en medio de las
limitaciones, para contribuir con ello.
Déjenme decir una cosa atrevida: yo creo que los
ejercicios gubernamentales en las democracias, que exigen
darles seguridad a los ciudadanos, que exigen confianza inversionista,
que exigen cohesión social, que exigen respeto a las
libertades, al ejercer los gobiernos las divergencias son
menos por razones ideológicas y más por razones
de realidades.
Creo que es muy importante entenderlo. Pienso que si uno
hace una evaluación del tema, encuentra que son las
realidades la principal determinante de las divergencias,
no los dogmas ideológicos. Las afugias de los gobiernos,
la necesidad de construir consensos dentro de la democracia
a partir de la contradicción, obligan a superar los
dogmas de los discursos de campaña.
Yo mantengo una gran amista con el Presidente Chávez
y lo aprecio mucho. Yo no le reconozco esa amistad en Caracas,
allá no es gracia, sino cuando voy a Estados Unidos,
donde tratan de indisponerme con el Presidente Chávez.
Yo siempre digo: es gran amigo y lo aprecio y cualquier diferencia
la manejo con él cara a cara.
Y hago una comparación: las cosas hay que decirlas
en el momento indicado. ¿Para qué le digo eso
en Caracas? Yo se lo digo es en Washington. ¿Para
qué le digo yo a mi señora cuando estamos solos
que está muy bonita, que la quiero mucho? La gracia
es decirle que está muy bella cuando me ve rodeado
de quinceañeras, y ella llega y le digo: ¡cómo
estás de bella!
He tenido muchas largas conversaciones con el Presidente
Chávez, y aprecio esos diálogos. Le decía:
mira, Hugo, es que tú tienes esa enorme cantidad de
petróleo y gas. Tú no necesitas acceso a mercados.
Una situación privilegiada como la de Venezuela, lo
que ofrezcas de petróleo te lo arrebata el mundo,
en las condiciones que tú quieras. Pero mira esta
situación de Colombia.
Y un día le decía al Presidente Morales: Colombia,
con 42 millones de habitantes, tiene siete teras cúbicas
de gas. Bolivia por fortuna tiene reservas probadas superiores
a 70 (teras cúbicas), Venezuela tiene 270 – 280
(teras cúbicas).
Nosotros producimos el mismo petróleo que la hermana
Ecuador, pero Ecuador en ascenso, nosotros en descenso, con
el grave riesgo de perder en tres años la capacidad
de exportar y en cinco años la autosuficiencia.
Entonces uno empieza a ver realidades en todo, que son las
mayores determinantes de las divergencias.
Yo creo que si nosotros aceptamos, más que el respeto
a la divergencia, también el respeto a las realidades
diferentes, eso nos ayuda mucho a consolidarnos, aceptando
esas diferencias y procurando cómo se respetan de
verdad. Esto es: el respeto a la diferencia no es abusar
de la diferencia. Yo creo que allí podemos ir saliendo
adelante.
Ahora, tenemos muchos retos: el reto de esta negociación
que hoy se ha lanzado con la Unión Europea. Yo confío
que nos salga bien y confío en esa noción pluralista
tan importante de la Unión Europea, para que en el
curso de las negociaciones comprendan nuestras diferencias.
Unos países andinos pueden ir más profundamente
en unos capítulos. Otros no.
Creo que con realismo, con sinceridad, con fraternidad,
eso se puede ir manejando.
Creo que en estos años hemos avanzado en la integración
de la Comunidad Andina con Mercosur. En el 2002 era imposible.
No había interés en Mercosur, y por lo menos
en Colombia no había la mínima venial de interés.
Lo logramos. Y yo no me opondría, en el momento en
que ustedes lo tuvieran a bien, que profundizáramos
esa integración Comunidad Andina – Mercosur.
Se creó la Comunidad Suramericana, que va teniendo
forma. Hoy nos ha entregado un documento bien importante
de pilares sólidos, el señor ex Presidente
Borja.
Creo que hay perspectivas bien importantes para que como
Comunidad Andina nos integremos más y más en
la idea de tener una Latinoamérica con una integración
sólida. Ojalá algún día pudiéramos
llegar a la moneda única, pasando por otros estadios.
Por el estadio de tener unos indicadores macroeconómicos
dentro de unos rangos, unas tasas de cambio dentro de unos
rangos, unos déficit dentro de unos rangos, unos endeudamientos
dentro de unos rangos. Ojalá pudiéramos avanzar
hacia allá. Ojalá lo pudiéramos hacer
en la Comunidad Andina.
El reingreso de Chile, lo decía en ausencia de la
Presidenta Bachelet, ha sido de gran importancia. Además
nos da mucha fuerza, Presidenta Bachelet. Yo se lo reconozco
humildemente. Nosotros llegamos más sólidos
a Europa después del ingreso de Chile a la Comunidad
Andina, que si no lo tuviéramos.
Tenemos un reto inmediato. El 30 de junio vencen las preferencias
en los Estados Unidos. Hay que asegurar que en estas dos
semanas las renueven.
Por ejemplo, comprendo el pensamiento del Presidente Correa
y el pensamiento del Presidente Morales, que por circunstancias
respetables y que yo no puedo entrar a discutir, dicen: no
hacemos TLC con Estados Unidos, los que hemos firmado Perú y
Colombia.
Creo que hay que pedirle a los Estados Unidos: hombre, miren,
ustedes han dado hoy muy buenas razones, despéjenle
en materia de acceso al mercado norteamericano el camino
a Ecuador y a Bolivia, preferencias no con esos tiempos tan
cortos, con esos períodos tan precarios. Y a Colombia
y Perú extiéndanlas como puente, mientras logramos
la aprobación y la implementación de los dos
tratados.
A mí me parece de la mayor importancia el reingreso
de Venezuela a la Comunidad Andina. Busquémoslo.
Yo me atrevería a pedirle al doctor Freddy que, en
consulta con los diferentes presidentes, tuviéramos
una aproximación al Gobierno del Presidente Chávez
a preguntarle qué norma especial quiere usted para
salvar los principios de Venezuela, que se incorpore en la
Comunidad Andina, en las relaciones del resto de países
de la Comunidad Andina con Venezuela.
Abrir ese espacio. Que no sea una sola invitación
de palabra, sino la oferta de mirar una norma que salve el
actual pensamiento de Venezuela sobre el manejo del comercio
internacional, para que se reintegre a la Comunidad Andina,
cómoda. Que no sienta que tiene que quebrar su pensamiento
político y económico del momento.
Me parece de la mayor importancia pensar en esta integración
más allá del comercio. Nosotros compartimos
con usted, Presidente Correa, que el comercio como la inversión
no son fines en sí mismos. Tienen que ser caminos
de superación de pobreza, de construcción de
equidad. Nosotros creemos que la integración tiene
que ser mucho más global. A mí me parece de
la mayor importancia que en la Comunidad Andina nos comprometamos
a ser periódicas rendiciones de cuentas sobre el avance
en lo social, sobre el tema ambiental, sobre el tema de corrupción.
Algo que nos ha faltado es sentarnos un día entero
a que cada uno de nosotros escuche el informe de los otros
países sobre qué están haciendo en materia
ambiental, social, lucha contra la corrupción, y que
vayamos enriqueciendo la normativa andina con eso. Y que
nos comprometamos todos a dar pasos en esa materia y a dejarnos
evaluar. Nosotros, si nos comprometemos con el tema social,
ambiental, de lucha contra la corrupción, deberíamos
dar rendiciones de cuentas al interior de la Comunidad Andina.
Esos son algunos de los retos que veo, muy apreciados Presidentes
y delegados. Les tomé mucho tiempo para contarles
eso que estamos viviendo en Colombia, pero creo que el primer
deber es contarlo en casa. Entonces a algunos de ustedes
se los había contado y a otros no había podido.
Y vamos a ver cómo hacemos el mejor trabajo por la
Comunidad Andina, ahora que corresponde a Colombia este turno
de la Presidencia Pro Témpore.
Muchas gracias, Presidente Morales, y ojalá esto
nos salga bien. A todos muchas gracias y avancemos con toda
la agenda prevista”. |