PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN LOS 50 AÑOS DEL SENA
Junio 19 de 2007 (Cartagena)
“Me van a perdonar los distinguidos visitantes internacionales
que antes de referirme al tema que nos convoca, me refiera
a una publicación aparecida en las últimas
horas en nuestro país. Y lo hago porque me sentiría
muy mal, de acuerdo con mi manera de ver y vivir la vida,
si entrara a referirme al tema del Servicio Nacional de Aprendizaje
sin enfrentar este tema que ha aparecido en una revista.
Creo que la responsabilidad pública impide al Presidente
eludir estos temas, impide al Presidente no referirse a ellos
en la primera oportunidad que tenga de sus intervenciones
públicas.
¿Quién da estas declaraciones a una revista
nacional? Las da una persona que está fugitiva. El
informe de la Policía es que se encuentra en México.
Esa persona fue incluida por el Gobierno colombiano en la
lista de los trece narcotraficantes más buscados.
Fue incluida creo que en 2005. Y esa persona, todo indica,
está fugitiva y clandestina en México.
¿Por qué fue incluida en la lista de los trece
narcotraficantes más buscados? Porque el Alto Comisionado
para la Paz, doctor Luis Carlos Restrepo, en el proceso de
negociación con las autodefensas ilegales, conoció sobre
esta persona, fue informado de que es una persona de alta
peligrosidad, un capo con toda la capacidad criminal y con
todo el dinero. El Comisionado puso esto en conocimiento
de la Policía, y a consecuencia de ello la Policía
lo vinculó a la lista de los trece narcotraficantes
más buscados.
Voy a referirme a continuación a lo que dice esta
persona y voy a hacer unos comentarios sobre mi carrera política
y estos temas.
No he leído la publicación. El informe que
me dan es que entre las cosas que dice, dice las siguientes:
primero, que estuvo en Ralito. El Comisionado me ha dicho
esta mañana (él está en Cuba, en el
proceso con el Eln), que esta persona nunca estuvo en la
mesa de negociación. Si estuvo en Ralito, clandestino,
el Comisionado no conoció de ello. Tan pronto como
el Comisionado supo de las condiciones criminales de esta
persona, lo informó a la Policía. Y por eso
fue incluido en la lista de los trece narcotraficantes más
buscados.
Dice esta persona que en la ciudad de Medellín se
movilizaron por su cuenta más o menos cinco mil votantes
en 2002, en favor de mi candidatura. He hablado con quienes
dirigieron la campaña en la ciudad de Medellín.
Allí hubo una votación espontánea, en
todas las comunas de la ciudad. Se obtuvo una gran votación,
sin antecedentes. Una gran victoria, sin antecedentes, sólo
superada en la elección de 2006.
Es una infamia que el voto generoso, espontáneo,
de mis paisanos, ahora cinco mil de esos votos trate de capitalizarlos
alguien fugitivo de la justicia. Espero que lo que me han
informado a mí quienes dirigieron la campaña
allí, lo conozca el país. De esa persona no
se conocía nada en ese momento. No se conoció que
estuviera en la campaña. Allí brotaban los
votos con toda espontaneidad.
Dice esta persona que al parecer los paramilitares dirigidos
por Salvatore Mancuso le entregaron un dinero a mí campaña.
No se compromete a decir si llegó o no a mi campaña.
Dice también que al parecer Salvatore Mancuso invirtió en
mi campaña dos millones de dólares en Córdoba.
Sobre el primer tema: primero, la campaña mía
fue gerenciada por una persona que tiene todo el rigor gerencial
y todo el rigor ético: el doctor Fabio Echeverri.
Se tomaron todas las medidas para evitar que entraran dineros
de criminales de origen dudoso. Se sacaron los avisos públicos
pertinentes anunciando que el único que podía
recibir dinero para la campaña era el doctor Fabio
Echeverri. Se verificó con la famosa Lista Clinton
que quienes originaban fondos para la campaña no tuvieran
problemas con la justicia. Esa campaña tuvo cualquier
cantidad de controles previos y posteriores. Una campaña
ejemplarmente administrada, ejemplarmente protegida.
Sobre los supuestos dos millones de dólares para
financiar la campaña en Córdoba, por Dios,
yo me preguntaba: ¿con dos millones de dólares
cuántos votos habrían salido? En 2002 yo saqué unos
votos muy pequeños allí y fui totalmente derrotado.
Pero, además, si mis opositores me cuestionaron con
cualquier cantidad de infamias, ¿qué tal que
hubieran aparecido dos millones de dólares allí de
origen ilícito para apoyar mi campaña? Eso
no habría tenido manera de ser ocultado. Habría
brotado como brota la mala hierba. Se habría conocido
totalmente y le habría dado una munición muy
importante a mis opositores en mi contra.
Varios antecedentes sobre eso: primero, mis campañas
han sido manejadas con toda pulcritud. Mi carrera política
no empezó ayer. Mis campañas al Senado de la
República fueron gerenciadas con toda pulcritud por
el doctor José Roberto Arango, y en una ocasión
en Bogotá por el ex ministro Roberto Arenas Bonilla.
Mi campaña a la Gobernación de Antioquia en
1994 fue gerenciada con toda pulcritud por los doctores Luis
Esteban Echavarría y Guillermo Gómez del Barco.
Recuerdo que me dijeron: “Mire, Álvaro (era
1994, hay que mirar las circunstancias tan difíciles
que vivía el país en ese momento), nos ha llegado
un cheque a la campaña que puede representar el 15 – 20
por ciento de toda la financiación. Plata muy necesaria,
pero tenemos dudas sobre el cheque”. Les dije: “Señores, ¿tienen
plenas pruebas o dudas?”. Y me dijeron: “Dudas”.
Y les dije: “Como dijera Santa Teresa, en la duda,
abstente”. Les dije: “Prefiero perder la Gobernación
de Antioquia, que financiarla con dineros mal habidos. Devuelvan
ese cheque. Eso sí no lo devuelvan sino la noche anterior
a las elecciones, para que no se lo vayan a dar a una persona,
que me combata y me derrote con esa plata”. Ahí está el
testimonio de estos dos señores.
Yo soy un combatiente de la democracia, padre de familia.
Yo he dado esta carrera política porque tengo amor
por mi Patria. Yo no he sido un aprovechado del poder. Yo
no habría buscado la Presidencia de la República
con dineros ilícitos, ni con dineros ilícitos
habría permanecido en la Presidencia de la República.
Se lo quiero decir con toda claridad al país.
Déjenme decir otra cosa muy clara: a mis campañas
nunca les ha faltado dinero. El problema de mis campañas
no ha sido dinero. Los colombianos de bien han sido generosos
en exceso para financiar mis campañas. Aquí ha
habido todas las talanqueras para evitar el dinero ilícito,
toda la convicción para evitar el dinero ilícito,
toda la gerencia para evitar el dinero ilícito, y
además nunca ha habido la tentación ni la necesidad
de financiar estas campañas con el dinero ilícito.
Quiero dejarlo absolutamente claro.
Hace más o menos quince meses, la misma publicación
sacó el testimonio de una persona que está en
la cárcel, que decía que había habido
un fraude en mi favor de 300 mil votos. Así como hoy,
se pidió la investigación. La Fiscalía
precluyó. Dijo que no había la más mínima
prueba de que se hubiera presentado un fraude.
Y yo he sido un combatiente de la democracia, pero con toda
la transparencia, con las cartas sobre la mesa. Esta es una
carrera política larga.
Y finalmente sobre el tema quiero decir: muchos colombianos,
por la desinstitucionalización del país, tuvieron
que pedirle en una época permiso al narcotráfico
para adelantar sus campañas. Yo no estuve allí.
Muchos colombianos tuvieron que pedirles en otra época
permiso a las guerrillas para adelantar sus campañas.
Yo no estuve allí. Llevo 17 atentados por combatirlas.
Muchos colombianos tuvieron que pedirle permiso al paramilitarismo
para adelantar sus campañas. Yo no estuve allí.
Mi camino ha sido únicamente el camino institucional.
Y lo tengo que repetir una y otra vez, no por cargos de
conciencia sino por el temor de que estas publicaciones,
de testimonios de delincuentes que no concurren a la justicia
sino que están en la clandestinidad y fugitivos, le
hagan daño especialmente en la arena internacional
a nuestro país. Tengo protección de la Fuerza
Pública desde 1988, cuando intentó secuestrarme
el Epl. En todos los ataques que he recibido de la subversión
contra mi vida, jamás he acudido a buscar la protección
paramilitar. Me he protegido solamente con tres guardianes:
Nuestro Señor Jesucristo, la Fuerza Pública
colombiana y mi capacidad de combate.
Y quiero decir, para que se sepa de una vez por todas: de
haber sido yo paramilitar, de no haber escogido el camino
institucional para derrotar el terrorismo guerrillero, de
haber sido paramilitar, no habría sido paramilitar
de corbata sino de vestido de dril en el monte. No habría
sido un paramilitar de cafetería, no habría
sido paramilitar de oficina, sino que habría sido
paramilitar con el fusil al hombro en el monte.
Aquí hay cuestiones del carácter de los hombres
que es bueno cotejarlas frente a las acusaciones cobardes
de la delincuencia.
Ahora, yo sí me pregunto: ¿Por qué nuestra
Policía y la Policía mexicana no capturan estos
bandidos y por qué a ellos sí pueden llegar
los medios de comunicación?
Y me preocupa mucho tener que estar dando estas aclaraciones,
pero esta mañana cuando venía para acá dije:
no soy capaz, por razones de carácter, de empezar
a hablar del Sena sin referirme a este tema. Tengo que referirme
a este tema, así haya allí un 80 por ciento
de visitantes internacionales, porque me preocupa que si
el Presidente de Colombia no enfrenta con severidad estos
temas, entonces se afecte la credibilidad internacional de
Colombia, un país que hoy está superando esta
tragedia del terrorismo.
Hace cinco años, apreciados visitantes, muy seguramente
no podríamos estar en este congreso. Dos días
antes de mi posesión presidencial, en agosto de 2002,
aquí a dos cuadras en la Gobernación de Bolívar
(y nos campaña el Gobernador), estalló un artefacto
terrorista de alto poder.
Uno suponía que esta ciudad era la ciudad menos afectada
por el terrorismo, y estuvo tan afectada a pesar de que se
veía comparativamente menos afectada que el resto
del país. Estuvo tan afectada que aquí llegaron
miles de familias desplazadas. Aquí dejó de
venir el turismo del interior del país por las carreteras,
aquí se frenaron los cruceros del Caribe que ahora
se han reanudado, y aquí también se afectaron
porque dejaron de llegar muchos vuelos internacionales que
traían turistas.
Ahora que estamos superando esta larga tragedia del terrorismo,
aparecen estos debates. Pero, con la ayuda de Dios, con un
recorrido transparente en nuestra carrera política,
los enfrentaremos. Y para que las cosas queden claras, les
digo a mis compatriotas que estas mortificaciones no nos
van a sacar de la tarea de trabajar todos los días
por el bien de Colombia.
Entonces refirámonos a nuestro Estado, a nuestro
Gobierno y a esa gran institución que es el Sena.
Primero, América Latina, en anteriores décadas,
estuvo en la idea de desmantelar el Gobierno. Cuando no funcionó la
apertura de capitales, cuando hubo duda sobre la apertura
de mercados, se dijo que el gran obstáculo era el
Gobierno y muchos países se dieron a la tarea de desmontarlo.
Muchachos (periodistas), como veo que están saliendo
a la carrera a mandar los reportes, digan que el Presidente
se quedó hablando del Sena, porque el Presidente no
va a dejar de trabajar por el país. Ahora sí que
vamos a trabajar con ganas. Y que salgan los delincuentes
a la calle, porque de aquí a octubre no vamos a abandonar
un momento la plaza pública colombiana.
Entonces, mientras América Latina estuvo en el desmonte
del Estado en unas décadas, Colombia ha sido muy cuidadosa.
Aquí se ha reestructurado el Estado pero no se ha
desmontado. Don Carlos recordará que una de las advertencias
que se le hacían al electorado colombiano en el 2002,
era que no votara por mí porque acabaría con
el Sena. Lo que hicimos, acompañados inicialmente
por ese gran ministro de Protección Social, Juan Luis
Londoño (Nuestro Señor sabrá por qué nos
lo quitó cuando más lo necesitábamos),
con Darío Montoya, lo que hicimos fue reestructurar
al Sena.
Sí acabamos en el Sena la politiquería. Acabamos
en el Sena el desgreño y acabamos en el Sena la pereza,
para que se convirtiera en una institución motivo
orgullo de los colombianos y de la comunidad latinoamericana.
En nuestro Gobierno hemos reestructurado cerca de 400 entidades
del Estado, pero no hemos desmantelado el Estado. Es muy
importante tener en cuenta eso.
Decía allá que me refería al tema,
pero también al Sena. Uno tiene que hacer estas explicaciones,
pero la agenda nuestra no la va a poner la delincuencia.
De ninguna manera.
Después América Latina dio un giro y ahora
uno ve en muchos países dos problemas en América
Latina. Un problema en América Latina es un problema
de duda sobre la inversión privada, y otro problema
en América Latina es una tentación de estatismo.
Veo esas dos dificultades en América Latina. Nosotros
no estamos ni en el estatismo ni generando dudas frente a
la inversión privada.
Somos plenamente conscientes de la necesidad del Estado
como garante de unos bienes que él solamente puede
proveer, y también como garante de todos los espacios
que necesita la inversión privada. Es un país
abierto hoy a la inversión privada, plenamente, con
responsabilidad social. Esa es la condición.
¿Y la responsabilidad social la garantiza quién?
El Estado. Y vemos que se expresa en tres áreas: primero,
en las relaciones de los inversionistas con el Estado. Segundo,
en las relaciones de los inversionistas con la comunidad
del vecindario. Y tercero, en las relaciones laborales.
En las relaciones de los inversionistas con el Estado, transparencia.
Total transparencia para asignar contratos del Estado. Total
transparencia para asignar concesiones para explotar recursos
no renovables. Transparencia en la tributación.
Por ejemplo, en nuestro Gobierno todos los contratos del
Estado se adjudican en audiencia pública. Las disputas
entre competidores por un contrato del Estado se surten en
una audiencia pública, en muchos casos televisada
y en vivo.
Segundo, en nuestro Gobierno, transacciones entre los inversionistas
particulares y el Estado, que han sido muchas, de pleitos
que encontramos, no se perfeccionan hasta que la opinión
pública conoce los detalles de esa transacción.
Le hemos dado una creciente participación a la opinión
pública, como quiera que pensamos que el más
efectivo control es el control ciudadano, la mayor garantía
de transparencia.
Nuestro país tiene, como en todos los Estados de
Derecho, el control político a través del Legislativo;
los controles fiscales, las contralorías; los controles
administrativos, las procuradurías; los controles
penales, la Fiscalía. Todos los controles. Pero además
hemos crecido la participación del control de opinión,
que es más importante para garantizar la transparencia
en la asignación de los recursos públicos.
Segundo, la responsabilidad social en nuestro país
se expresa en las relaciones de los inversionistas con las
comunidades. Tenemos un caso reciente: las comunidades del área
carbonífera en el departamento del Cesar se quejan
de que las compañías internacionales que explotan
carbón no han tomado todavía todas la medidas,
por ejemplo, para poner a las comunidades a salvo del riesgo
de enfermedades por la contaminación que se da con
el carbón y con el tránsito de vehículos
pesados por carreteras no pavimentadas, donde se levanta
una polvareda. ¿Qué ha hecho el Gobierno? Ni
hostilidad con la inversión privada ni indiferencia
frente a las quejas de la comunidad.
Y hemos juntado a los inversionistas en carbón a
las comunidades, y hemos logrado acuerdos, públicamente,
para que se respeten todas las normas ambientales, para que
se pavimenten por cuenta de esos inversionistas los tramos
de vías por donde transitan 600 ó 700 vehículos
al día, tramos que coinciden con cascos urbanos, donde
vehículos pesados que llevan muchas toneladas de carbón,
transitando el uno detrás del otro, levantan una polvareda
que contamina y le crea riesgos de salud a la ciudadanía.
Y hacemos seguimientos a esos acuerdos. Y cuando hay cumplimiento,
aplaudimos. Cuando no hay cumplimiento, demandamos que haya
desatraso y que se cumpla lo acordado. La solidaridad de
los inversionistas con las comunidades del vecindario, es
un imperativo de responsabilidad social.
Y el tercer punto en el cual se expresa la responsabilidad
social, es en las relaciones laborales: ni relaciones laborales
de capitalismo salvaje ni relaciones laborales de odio de
clases. Nosotros estimulamos unas relaciones laborales cristianas,
fraternas, solidarias. El Sena es la mejor expresión
de la solidaridad en las relaciones laborales de Colombia.
Venimos trabajando tres objetivos de Gobierno: consolidar
la Seguridad Democrática, consolidar la confianza
inversionista y cumplir nuestras metas sociales. Van de la
mano. Sin seguridad, no hay inversión. Sin inversión,
la única posibilidad de construir equidad es con reparto
de miseria.
Nosotros creemos que la confianza inversionista que se deriva
de la seguridad y del buen manejo macroeconómico,
es un camino para sostener en el largo plazo altas tasas
de inversión que, con responsabilidad social, tienen
que servir de medio para superar pobreza y para construir
equidad.
Queremos cumplir las metas del Milenio antes de las fechas
señaladas por Naciones Unidas, y nuestro programa
social es mucho más ambicioso.
El cumplimiento de metas sociales legitima la inversión
y legitima la política de seguridad, y hay intangibles
importantes. Antes de empezar este Gobierno, distinguidos
visitantes, había una contradicción en Colombia.
Muchos decían: aquí no necesitamos la guerra
de Uribe, necesitamos es política social. Eso todavía
lo dicen en ciertos niveles intelectuales, pero en la base
del pueblo colombiano se reclama por igual autoridad e inversión
social.
Yo voy a los barrios más pobres de Cartagena, donde
estamos haciendo un gran esfuerzo, y mis compatriotas más
pobres son los primeros en reclamarme. Sí, me reclaman
todos los programas sociales: Familias en Acción,
Sena, Bienestar Familiar. Pero me dicen: Presidente, más
Policía, defiéndanos, protéjanos, evitemos
la inseguridad. Creo que es un intangible muy importante
que ha logrado Colombia en estos años: la aceptación
popular de que hay que llevar de la mano la seguridad, el
orden, el respeto a la ley, con la construcción de
una sociedad con cohesión social, en camino de superar
la pobreza, de construir equidad.
Y la confianza inversionista se ha dado. Además de
la seguridad, hemos orientado la tributación, no para
que los ricos tengan más utilidades para el bolsillo
sino para estimular la inversión. Aquí hay
deducciones muy importantes a la inversión. Y producen
sus resultados.
Hoy, por ejemplo, el periódico El Universal, de Cartagena,
cita tres nuevas inversiones de gran transcendencia en el área
de Mamonal, de esta ciudad. Me decía el Gerente del
Banco de la República, en una larga conversación
el pasado sábado, que este país está completando
tres años de altas tasas de inversión que no
conocía. Yo tengo fe que eso, bien orientado, nos
tenga que ayudar a resolver problemas de empleo, problemas
de pobreza, y a construir equidad.
Nuestra política social es una política muy
ambiciosa. Nosotros teníamos niveles de desempleo
que iban para el 25 por ciento. Logramos parar esa fuerza
inercial. Sigue muy alto. Está entre el 11 y el 12.
Pero veo que paulatinamente va bajando.
Ha crecido muchísimo la afiliación a la seguridad
social, como lo muestran los mismos recaudos del Sena. Eso
es algo bien importante.
La pobreza había tocado el 60. Todavía está muy
alta. La medición del año pasado dio el 45.
Ustedes visitan todavía las zonas pobres de Cartagena,
y a pesar de los esfuerzos que estamos haciendo en vivienda
social, en infraestructura –como la vía perimetral
de la Ciénaga de la Virgen–, todavía
ven zonas con toda la pobreza. Pero ahí estamos, trabajando
todos los días, con toda la determinación.
Confiamos que al final de este Gobierno la pobreza no supere
el 35, para que quienes nos sucedan en la Presidencia de
la República puedan en el año 2019 mostrar
que Colombia cumplió el objetivo para el Segundo Centenario
de la Independencia de una pobreza no superior al 15 por
ciento.
Por primera vez, el Coeficiente Gini, que muestra equidad
y que ha sido críticamente negativo para Colombia,
empieza ya a mostrar una tendencia inversa. El país
ha empezado a construir más equidad.
Nuestro modelo social tiene un punto fundamental: la Revolución
Educativa. Nosotros encontramos la cobertura en educación
básica en el 87. La subimos al 92. Aspiramos a llevarla
al ciento por ciento.
Encontramos la cobertura universitaria en el 22. La hemos
subido al 28. Aspiramos llevarla al 34.
En este Gobierno, 400 mil niñitos pobres, por primera
vez, menores de cinco años, ingresarán a educación
para la primera infancia.
Y se han producido hechos muy importantes como Familias
en Acción. Cuando llegué a la Presidencia,
mi antecesor había puesto a funcionar un programa
con 220 mil familias, temporal. Lo convertimos en permanente.
En agosto estamos llegando a millón y medio de Familias
en Acción, familias pobres que reciben un subsidio
del Estado, no un subsidio lastimero, asistencial, sino estructural.
Es un subsidio condicionado a la nutrición de sus
hijitos, que hay que estarla midiendo permanentemente, y
a que sus hijitos asistan al aparato escolar. Eso es de gran
importancia.
Me decía el Alcalde que el acuerdo que ha logrado
con nuestra agencia de protección social es para tener
aquí en la ciudad de Cartagena 50 mil Familias en
Acción. A mí sí que me que parece importante
esa combinación: que lleguen los turistas, que haya
seguridad, que construyan las nuevas factorías en
Mamonal y que la gente pobre empiece a recibir esos subsidios
para la educación y la nutrición de sus hijitos.
Buscar oportunidades por toda parte.
Pero el punto del Sena es fundamental, distinguidos visitantes.
A mí me parece muy completa la exposición del
doctor Darío Montoya.
Pasamos de un millón 100 mil estudiantes al año.
Este año vamos a tener 4 millones 493 mil. Pasamos
de 5 millones de horas de enseñanza al año
(tal vez le faltó eso, y le puse mucha atención
a pesar de que yo tenía que pensar en lo otro), a
15 millones de horas de enseñanza.
Y eso sí que es importante decirlo, porque recuerdo
que algún crítico me dijo: “Presidente, ¿para
qué hablan del crecimiento de estudiantes si disminuyeron
la intensidad de los cursos?”. En el consolidado pasamos
de 5 millones de horas de enseñanza, a 15 millones
de horas de enseñanza.
Y se han dado pasos muy importantes. El Sena es hoy columna
vertebral de la educación por ciclos en Colombia.
En este país había una gran aversión
a estudiar carreras intermedias, técnicas o tecnológicas.
Teníamos el problema de muchos países de la
región: mientras los países industrializados
tienen un profesional por cada diez técnicos o tecnólogos,
en muchos países de la región, incluido Colombia,
era al revés: teníamos un técnico o
un tecnólogo por cada 10 profesionales.
¿Cómo hemos roto esa aversión? Adoptando,
como punto medular de nuestra política educativa,
la educación por ciclos.
Líder, el Sena. Un muchacho que se gradúa
hoy en el Sena de técnico o tecnólogo, puede
ir después a una universidad, completar allí los
créditos y acceder al grado de educación superior.
Nuestra idea es que los muchachos, en todas las edades, se
formen para seguir estudiando y trabajar al mismo tiempo.
Creo que en las sociedades que necesitan desperezarse y trabajar
más, es necesario crear la mentalidad de estudiar
y trabajar toda la vida. Y a eso ayuda esta concepción.
El Sena va a llegar en este cuatrienio a 250 mil técnicos
y tecnólogos. Todo el que se gradúe como técnico
o tecnólogo, puede después, en el momento que
quiera pasar a una universidad, completar los créditos
que le hagan falta y acceder al grado de educación
superior.
Además se está dando un gran salto en materia
virtual. Ahí lo vimos. Cuando nosotros llegamos el
Sena no tenía estudiantes en ambiente virtual. Este
año va a completar un millón 200 mil estudiantes
en ambiente virtual.
Hay unas zonas del país remotas, con muchas dificultades,
y con muchas dificultades de llegarle con los instrumentos
convencionales. Yo veo toda nuestra costa Pacífica.
Uno de nuestros empeños es rescatarla. Y allí vemos
que esta formación hay que darla básicamente
en ambiente virtual.
En agosto el Sena tendrá un equipo técnico
para formación virtual, con una transmisión
con velocidad de televisión. Porque cuando empezábamos
la formación virtual, veíamos eso todavía
con poca fuerza, en cámara lenta. Lo que ha hecho
ahora el Sena le permitirá en agosto dar instrucción
virtual con velocidad de televisión. A través
de teleconferencias, pero con velocidad de televisión.
O sea que eso facilita mucho que se concentren los estudiantes
y que aprovechen al máximo la formación virtual,
porque con rezagos tecnológicos, con atrasos, con
esa formación, con la teleconferencia en cámara
lenta, es muy difícil para el estudiante. No es atractivo,
la gente se distrae, no le gana la confianza ni todo el interés.
Con lo que tendrá el Sena desde agosto, lo veo muy
promisorio.
¿Qué hemos hecho en materia de financiación?
Eso es muy importante, por el debate. Porque todavía
se dice en Colombia, y recientemente nos volvieron a sugerir,
que para generar empleo hay que acabar parafiscalidades,
como la parafiscalidad que financia al Sena. El Gobierno
ha dicho: no. Entonces me voy a referir a ese tema que creo
que es bien importante.
Nosotros hemos fortalecido la financiación de esta
entidad. No solamente el mejoramiento de la economía
ha robustecido las finanzas de Sena, sino los procedimientos
administrativos que hemos utilizado.
En Colombia, apreciados visitantes, lo empleadores tenían que cumplir
mensualmente con cuatro pagos como mínimo, lo que era mucho trámite
e invitación a la evasión.
Un pago para el Sena, las cajas de compensación y
Bienestar Familiar.
Un segundo pago para el seguro de salud, que aquí lo
llamamos régimen contributivo, que podía convertirse
en tantos cuántas empresas afiliadoras afiliaran a
los trabajadores de esa empresa.
Un tercer pago para el riesgo pensional, que podía
convertirse en tantos cuántas entidades pensionales
afiliaran a los trabajadores de esa empresa.
Y un cuarto para riesgos profesionales.
Entonces mucho trámite para el empleador y mucho
estímulo a la evasión. Un empleador podía
estar al día en pensiones, declarar en pensiones de
acuerdo con el salario devengado por el trabajador, pero
en materia del Sena subdeclarar o no declarar.
¿En que ha consistido el cambio? En que no haya sino
una declaración y un pago. Y que se tenga que llegar
a ello para hacerlo vía electrónica, con una
base de datos nacional. Entonces simplifica la vida de los
empleadores y evita evasión. Porque entonces el trabajador
que aparezca allí, como base para pagarle al Sena,
es el mismo que sirve de base para pagarle al servicio de
salud, etcétera. Confío muchísimo en
eso.
Y ha aparecido un debate. Nos dicen: bueno, para generar
empleo, el Gobierno lo que tiene que hacer es estimular el
empleo y eliminar los parafiscales. Eliminar Sena, Bienestar
y cajas de compensación. El Gobierno ha dicho que
no.
Y en estas semanas, cuando tengo una serie de reuniones
con los gremios y con los sectores sociales, voy a defender
esta tesis. Yo pregunto: “Bueno, si acabamos esta parafiscalidad, ¿quién
financia al Sena, a Bienestar Familiar y a las cajas?”.
Dicen: “Pues, el presupuesto”. Y yo temo que
más adelante digan: “No, como hay déficit,
no podemos financiar eso”. Y que estas entidades se
marchiten. Entonces por eso nosotros defendemos la idea de
seguir con esta parafiscalidad.
También me han dicho: “Bueno, Presidente, pero
es que usted ha creado deducciones a las inversiones de la
capital. Elimínelas. Y más que dar esas deducciones
a las inversiones de capital, quite el pago de la parafiscalidad”.
Las deducciones a las inversiones de capital en Colombia
que se reconocen este año, inversiones hechas el año
pasado, no exceden el billón. Y las que reconozcamos
el año entrante de inversiones hechas este año,
no deben exceder billón y medio. Estos nueve puntos
parafiscales del Sena, cajas y Bienestar valen casi seis
billones. Entonces no sería comparable lo uno con
lo otro.
Pero además he llamado la atención de los
economistas sobre lo siguiente: en nuestra época,
la nuestra tiene que ser una economía abierta, porque
este país produce muy poco petróleo y tiene
muy poco gas.
Yo le decía al Presidente (Evo) Morales la semana
pasada en Bolivia: Mire, Presidente, las diferencias, más
que ideológicas, son impuestas por las realidades.
La hermana Bolivia tiene ocho millones de habitantes, el
mismo territorio que Colombia, que tiene 43, pero haya tienen
70 teras de reservas de gas y acá una décima
parte: siete.
Le decía una vez al Presidente (Hugo) Chávez:
Venezuela tiene las mayores reservas de petróleo del
mundo. Colombia apenas produce una sexta parte de lo que
produce Venezuela al día. Allá tienen 26 millones
de habitantes y aquí 42. Las reservas de Colombia
son declinantes.
Nosotros no podemos decirle al mundo: aquí tienen
toda esta oferta de petróleo porque no lo tenemos.
Lo que nosotros producimos hay que venderlo en los mercados
internacionales, con acuerdos de mercados. Por eso esta economía
tiene que ser abierta. Y ahí viene un tema filosófico.
La globalización tiene sentido si hay mejora social,
si es un medio para eliminar pobreza y construir equidad.
De lo contrario, no tiene sentido. Quien aspire a estar en
la globalización, no puede aspirar a tener éxito
en la globalización con salarios deprimidos.
A nosotros no nos interesa ser competitivos con salarios
deprimidos. Nosotros buscamos los mercados internacionales
para generar empleo exportador, con afiliación en
la seguridad social, empleo de buena calidad, empleo estable,
empleo digno. No nos interesa ser competitivos con salarios
deprimidos.
Y en esa dirección finalmente los únicos estímulos
que sirven a la creación de empleo son los estímulos
a las inversiones de capital con responsabilidad social.
¿Para qué estimula uno hoy el empleo para
que en lugar de utilizar maquinaria para hacer autopistas,
las hagan con pico y placa? ¿O para que cada bus tenga
una persona que cobre a la entrada? No. ¿O para qué vamos
a estimular el empleo para que las nuevas generaciones, los
hijos de las personas que cortan caña en el Valle
del Cauca, también tengan que cortar caña?
Si queremos educarlos, es para que ellos no tengan que cortar
caña.
Ojalá esta fuera la última generación
de cortadores de caña en el Valle del Cauca. Y ojalá pudiéramos
tener un ascenso en la escala tecnológica y en la
educación, para que los hijos de los actuales cortacañas
no tengan que ser cortacañas.
Y entonces lo que nosotros queremos es eso. Y por eso a
mí me parece que la receta de eliminar estos parafiscales
no contribuye a empleo de nueva calidad, per se. Y sí nos
genera el alto riesgo de desfinanciar entidades como el Sena.
En cambio, estimular la inversión de capital con responsabilidad
social nos puede llevar a tener empleos de buena calidad,
con afiliación a la seguridad social.
Ahora, ¿qué vamos a hacer? Estamos en un problema
de revaluación. A mí me pasó una cosa.
Para los visitantes internacionales, yo vengo de una región
donde somos exageraditos por optimistas, pero no mentirosos.
Cuando empezó el Gobierno, yo iba a Nueva York a ver
allá banqueros con cara lánguida. Y los del
Banco Mundial me decían: No, Colombia perdió la
viabilidad, etcétera. A rogarles por unas refinanciaciones.
Ahora llego allá y tengo que espantar la plata que
se quiere venir para Colombia. Todo el mundo con cheques,
que quieren invertir tanto en Colombia. Y tanto y tanto y
tanto.
Llevamos tres años con una inversión extranjera
directa por encima de 6 mil millones de dólares al
año. Eso no lo conocía Colombia. Además,
cuando empezó el Gobierno la tasa de inversión
en Colombia era del 12. El año pasado del 26. La tasa
de inversión privada era del 6,5. El año pasado
del 19. Entonces creo que es lo que tenemos que seguir buscando.
Pero eso nos ha creado reevaluación.
¿Qué vamos a hacer? Esta semana debo regresar
a Cartagena a la convención bancaria. Vamos a expedir
el decreto para apoyar con recursos a las empresas que están
sufriendo por revaluación, pero para salvar el empleo.
Creo que nos vamos a gastar alrededor de 280 millones, 300
millones de dólares, para apoyar a estas empresas,
pero para salvar el empleo.
La condición va a ser: el Gobierno les da unos apoyos,
pero ustedes tienen que demostrar que sus trabajadores siguen
en nómina y que siguen afiliados al Sena, a las cajas
de compensación y al Bienestar Familiar. Creo que
eso les gusta a Don Carlos y a las centrales obreras. Y les
gusta a los gremios, que tienen toda la responsabilidad social.
Entonces un gran apoyo, un esfuerzo fiscal grande, pero
para salvar el empleo, afiliado a instituciones como el Sena,
las cajas y Bienestar Familiar.
Aspiro, Gobernador y Alcalde, que el viernes, cuando tengo
que regresar a Cartagena, podamos ya haber expedido ese decreto,
que les dé confianza a los empleadores y que les dé confianza
a los trabajadores colombianos.
Pero también hay que decir cosas como ésta:
yo fui a comprar un tractor para una empresa agropecuaria,
hace un año. La señora mía dice: “No,
es que tú para tener cosas viejas, estás solo.
La nevera de la casa lleva 29 años, la lavadora 29
años, la licuadora 29 años, y eso lleva el
tractor de la finca”.
Entonces ahora le dije: “Por lo menos, mija, voy a
cambiar el tractor”. El año pasado un tractor
viejo que necesitaba cambiarlo, me costaba 130 millones.
Para dar ejemplo, nunca utilizaría yo los estímulos
del Estado, que hoy son muy generosos en Colombia para estimular
la inversión.
El mismo tractor ahora, por esta reevaluación, lo
compré en 87. Y me han dicho todos los empresarios
colombianos que hay una gran posibilidad de reequipar el
país. Hay que aprovechar.
Y entonces como yo no soy amigo de la revaluación,
pero como hay muchos economistas amigos de la revaluación,
les he dicho: “Así como se supone que ha traído
tantos beneficios, entonces ahora déjenme gastar una
plata grande para evitar los maleficios, para evitar que
nos haga daño en el empleo”. Y lo vamos a hacer.
Lo vamos a hacer esta semana. Tengan la certeza. Porque
si no lo hacemos, se puede perjudicar el Sena. Lo primero
que hace el empleador en una crisis es dejar de pagarles
a estas instituciones. O empezar a despachar nómina
y a acortar nómina. Se afectan los trabajadores y
se afectan estas empresas.
Quiero felicitar, muy de corazón, al doctor Rodolfo
Martínez Tono, a don Carlos Bedoya, a Juan Alfredo
Pinto. Esta institución no tendrá con qué pagarle,
y el país, al doctor Rodolfo Martínez Tono.
Yo tuve el privilegio de ser compañero en el Senado
de la República de quien era el Ministro, gran amigo
del doctor Rodolfo, quien lo nombró, cartagenero,
el doctor Raymundo Emiliani Román.
Y hablamos muchísimo sobre el Sena, sobre esos años
de gestación, la idea original. En Colombia, cuando
se habla del Sena, se asocia con esos 20 años de Rodolfo
Martínez Tono. Un gran esfuerzo. Un gran transparencia,
una gran legitimación de esta entidad, que nos honra
mucho a los colombianos.
Y quiero felicitar a don Carlos Bedoya, líder sindical,
por su realismo, por su espíritu constructivo, porque
aquí no ha llegado el odio de clases sino la fraternidad
cristiana. Aquí se ha buscado responsabilidad social
sin eliminar la inversión. Muchas gracias a don Carlos,
por servirle tanto a la institución, en nombre de
los trabajadores colombianos.
Quiero felicitar a los gremios, que reciben esta distinción
hoy en cabeza del doctor Juan Alfredo Pinto, Presidente de
las pequeñas empresas.
Apreciados visitantes internacionales: este país
que ha sufrido mucho, tiene muchas cosas buenas: tiene unos
gremios no egoístas, tiene unos gremios que no tienen
voracidad utilitarista sino responsabilidad con los intereses
generales de la Patria. Y creo que eso se muestra en su presencia
en el Sena, en las cajas de compensación, en Bienestar
Familiar. A ellos también nuestra felicitación
y muchas gracias.
Y quiero felicitar a todos los funcionarios del Sena. A
todos. A los 21 mil instructores. A todos los funcionarios,
por esta gran labor. Eso sí: están acreditados.
Y cuando uno se acredita en Colombia no es para bañarse
en laureles sino para trabajar más. Se encartaron.
Y por supuesto, quiero felicitar al doctor Darío
Montoya, que ha hecho una gran tarea.
Creo que los colombianos, dentro de muchos años,
porque espero que al doctor Darío Montoya lo preserven
ahí muchos años, van a recordar dos figuras
al frente del Sena: Rodolfo Martínez Tono y Darío
Montoya.
Y a todos ustedes, apreciados visitantes, muchas gracias.
Hace cinco años en Colombia no había debate,
pero había bombas. Al único que se le decía
paramilitar, era a mí. Me lo decían mis oponentes
políticos, porque no se atrevían a decirles “paramilitares” a
los paramilitares.
Y hoy está desmantelado el paramilitarismo, debilitada
la guerrilla, debilitada la narco-economía.
Hace cinco años había un edificio nuevo por
ahí, o hace siete años, y uno preguntaba: “¿Quién
lo está haciendo?”. Y le decían: “La
plata del narcotráfico, la plata del narcotráfico”.
Hoy vengo a Cartagena, y pregunto: “¿Quién
está haciendo ese edificio, aquel otro y aquel otro?” Economía
sana, plata transparente.
Iba a las regiones agrícolas, y decía: “¿Quién
compró esa finca?”. Y me decían: “Un
mafioso, un duro de Cali, un duro de Medellín”.
Hoy me dicen: “No, aquí hay recuperación
de la actividad productiva, está trabajando la plata
sana”.
Ustedes encuentran un país con muchos problemas,
pero con toda la voluntad de salir adelante. Les tocan debates.
Debates, sí. Este país vive en permanente debate,
pero es un país que va progresando. Un país
más agitado en el debate, pero más tranquilo
en materia de terrorismo.
A todos, muchas gracias”. |