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PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE EN CONGRESO DE DESARROLLO SOSTENIBLE
Mayo 09 de 2007 (Medellín - Antioquia)

“Me honra mucho asistir esta tarde a la Universidad de Medellín. Un foro de la democracia desde su nacimiento. Un foro de la libre cátedra y del debate desde su nacimiento. Un escenario de ciencia desde su nacimiento. Me parece bien importante, en el Congreso Internacional de Desarrollo Sostenible y Competitividad.

Quisiera hacer una introducción de la siguiente manera: primero, ¿qué pensamos que es lo fundamental en el modelo de país y de Estado que estamos trabajando? Segundo, ¿cuáles son los principales propósitos de Gobierno? Tercero, ¿cómo engranan esos propósitos de Gobierno con el desarrollo sostenible y la competitividad? Y cuarto, dedicar el mayor tiempo posible a atender las preguntas y las preocupaciones de ustedes.

Permítanme referir al modelo de sociedad que buscamos en Colombia. Una sociedad en permanente debate pluralista, pero constructivo. Uno tiene que escoger, si el debate es de antagonismos insuperables o el debate es de tesis – antítesis, con el ánimo de buscar siempre soluciones.

En mi concepto, lo que necesitan las sociedades democráticas es el debate no de antagonismos insuperables, sino el debate de ánimo constructivo para buscar soluciones.

Ese debate requiere un gran espíritu de búsqueda de ciencia, pero también un gran desprendimiento del dogmatismo.

En el ambiente universitario debe decirse que ese debate requiere que cada uno de nosotros reconozca que apenas tenemos una mínima parte de verdad, y que sólo en la discusión vamos alcanzando niveles superiores de verdad, de esa única verdad que está al alcance de los seres humanos, que es la verdad relativa.

Un debate constructivo necesita ser un debate fraterno, y eso nos conduce a otra visión de sociedad allí conectada, una sociedad sin exclusiones, pero sin odio de clases, fraterna.

Yo diría que para mi generación es tan grave haber visto la sociedad con exclusiones con las grandes masas pobres y excluidas, como también haber conocido los efectos desastrosos expresados en la violencia de la lucha violenta de clases, que se sembró teóricamente en Colombia y que hizo tanto daño a partir de los años 60, y que lo vivíamos en los claustros de todas las universidades.

En lugar de una sociedad con exclusiones, una sociedad fraterna, en lugar de una sociedad con odio de clases, una sociedad fraterna. Ni odio de clases, ni exclusiones, una sociedad fraterna.

Allí hay dos visiones complementarias de sociedad: la sociedad democrática, en permanente debate constructivo, y la sociedad fraterna.

Y eso lo podemos conectar con otra pregunta: ¿qué tipo de Estado requerimos?

Déjenme referir al Estado de derecho, déjenme referir a la división entre izquierda y derecha que se agita en América Latina, y déjenme referir al tema del Estado y la iniciativa privada.

En primer lugar, el Estado de derecho. El Estado de derecho es el gran avance de la humanidad en la construcción de democracia, porque exige, primero, que el gobernante de ejemplo en materia de sumisión a la ley.

De allí se deriva otra exigencia: que la ley no sea el capricho del gobernante, sino el producto de un proceso heterónomo externo a él; que haya independencia entre las ramas del poder público, órganos de control; y que además haya amplia participación de opinión.

En América Latina vemos hoy el problema de que en algunas partes se empieza a afectar el principio de la independencia entre ramas del poder público. Por eso es importante señalar que el Estado de derecho, el Estado de leyes, fundamento de la sociedad democrática, no puede funcionar sin esa relativa independencia entre ramas del poder público.

En América Latina se empieza a afectar el principio de que la norma debe ser externa a los caprichos del gobernante, y entonces los proceso legislativos empiezan a ser en algunas partes procesos caudillistas, donde quien regenta en determinado momento, impone la normatividad que él quiere. Eso va eliminando el principio del sometimiento del gobernante a la ley.

Y en América Latina procesos constituyentes que se hacen en nombre de la gran participación comunitaria, amenazan llegar a procesos de eliminación de formas de participación comunitaria

Es muy peligroso utilizar los procesos constituyentes con el ánimo de abrir las puertas de la participación, y permitir que después se vayan cerrando las puertas de la participación.

Una amplia participación, permanente, de la ciudadanía, es una característica esencial del Estado de derecho, que lo expresa en su mejor manifestación en Estado de opinión.

Un auténtico Estado de derecho tiene que ser un Estado de opinión, de permanente, dinámica, activa participación de opinión ciudadana.

Albert Stanley, el gran autor norteamericano sobre descentralización, que bastante la ha estudiado en los países de América Latina, sostiene, por ejemplo, que la descentralización solo funciona si hay una gran participación de opinión.

Nosotros creemos que la participación de opinión es necesaria permanentemente, en la toma de decisiones oficiales, en la ejecución de decisiones oficiales y en la vigilancia.

Por eso hemos impulsado el Estado Comunitario y el respeto a las instituciones, pero también el diálogo permanente con los compatriotas.

Se ha producido un fenómeno: unos integrantes del equipo de Gobierno más comprometidos con la Nación, y una Nación, un pueblo más consciente de las posibilidades y también de las limitaciones.

Creo que es un efecto extraordinariamente positivo de practicar el Estado Comunitario, como una forma de practicar el Estado de opinión.

Segundo punto. América Latina se debate entre lo que serían gobiernos de izquierda y gobiernos de derecha.

Yo, particularmente, creo que esa división es obsoleta, polarizante y que esa división es impráctica.

Obsoleta: tenía razón de ser, cuando en América Latina existían dictaduras y a esas dictaduras se les combatía con las tesis de izquierda provenientes de Europa Occidental.

Ahora, cuando todos los gobiernos dicen someterse a la regla democrática, esa división parece ser obsoleta, polarizante. Si a eso no se le pone cuidado, si no se respeta fraternamente en América Latina la diversidad puede haber una guerra fría por posiciones ideológicas de muy perturbadores efectos, entre la hermandad que requiere nuestros pueblos. Impráctico. Una cosa son los discursos de campaña, y las realidades de gobiernos, muchas veces diferentes.

Una periodista internacional me decía: “bueno presidente Uribe, ¿pero cómo su gobierno puede permanecer en América Latina, cuando América Latina avanza toda hacia la izquierda, y usted tiene un gobierno de derecha?. Y le dije: “¿qué es izquierda y qué es derecha? No supo contestarme.

Le dije: “bueno, entonces, dígame por qué usted califica al gobierno del presidente Lula, como de izquierda y al mío de derecha?”. No supo contestar.

Entonces uno empieza a ver que esa división no es práctica.

En defecto de ello ¿qué proponemos? Un estado con estos cinco elementos: seguridad democrática, muy distinta es la seguridad con alcance democrático, que la seguridad con criterio dictatorial. La seguridad con alcance democrático no suprime libertades, diría yo que en eso nuestro gobierno gana un gran reconocimiento internacional. La seguridad es democrática en la medida en que sea para todos los ciudadanos. Allí hacemos un gran esfuerzo para proteger por igual al empresario, al trabajador, al líder sindical, al periodista, al alcalde, a los voceros de la oposición, a los amigos de las tesis del gobierno.

El segundo valor, para una democracia moderna: las libertades. Si se afecta la libertad de prensa, si se afecta la creatividad proveniente de la libertad de iniciativa privada con responsabilidad social, se empieza a afectar la democracia.

Nos honró mucho en Cartagena, hace escasos dos meses, al reunirse allí la Sociedad Interamericana de Prensa, el reconocimiento que se le hizo a nuestro gobierno en el sentido de que cualquier crítica, que pude existir frente a nuestro gobierno, puede ser valedera, pero que ha sido un gobierno respetuoso de las libertades.

El tercer elemento es la construcción de cohesión social; el cuarto, la transparencia. Si no hay lucha por la transparencia, no hay confianza ciudadana.

Y el quinto, la aceptación de que el Estado lo deben conformar instituciones con independencia entre sí. En ausencia de ello, se pierde la posibilidad del debate permanente, de la talanquera a los excesos, que es norma fundamental de la democracia moderna.

Y miren esto cómo se relaciona: El primer elemento, la seguridad. Parecería ser un reclamo de la derecha. En alguna forma, los marxistas decían que la seguridad era un atropello a las libertades, para poder garantizar la reproducción de las condiciones de inequidad. Se decía: “la seguridad surge desde la derecha”. Y yo me pregunto: ¿puede, la presunta izquierda actuar hoy sin seguridad? La seguridad hoy es un valor democrático, necesario para todo el mundo.

Las libertades. En épocas históricas diferentes, en un caso han asignado el origen de las libertades a la derecha, y en otro caso, a la izquierda. A la derecha, una aspiración de la pequeña burguesía, para mantener unas libertades formales, que reproduzcan la explotación económica, reclamadas desde la izquierda. Si no hay libertades, es imposible que haya alternativas de poder. Todas las libertades también, son requeridas por todas las tendencias del pensamiento.

La cohesión social. Bueno, es que la izquierda es la que ha luchado por la justicia social. Entones, uno se pregunta: ¿y si la derecha es la que quiere seguridad, cómo logra que una nación valide la seguridad, si esa nación está inconforme porque no hay avances sociales?

Vemos cómo todo lo que parecían categorías, asignadas unas a la izquierda y otras a la derecha, empiezan a confluir de manera convergente, nunca excluyente, a formar lo que podríamos llamar: “el conjunto de principios de una democracia moderna”.

Y en este punto llegamos a la presente discusión en América Latina. Pensé yo que la discusión sobre el papel del Estado y la empresa privada ya era una discusión superada en América Latina, que no tendríamos que volver sobre ella. Pero estábamos equivocados. Es necesario volver sobre ella, porque mientras muchos países de América Latina, en los años noventa estuvieron en el extremo de eliminar el Estado, otros, en esta primera década de los 2000, estar en el extremo del estatismo que elimina la iniciativa privada. Una oscilación entre extremos. Colombia no ha estado en un extremo, y no estará en el otro.

Por ejemplo, nuestro Gobierno, hasta diciembre había reestructurado 340 entidades del Estado, sin eliminar el Estado. Transformamos a Telecom, la convertimos en una entidad mixta. Evitamos que se desmantelara la presencia estatal. Muchas personas me decían: “Presidente, déjela morir, eso la sustituyen las compañías privadas de celular. Contestamos: ¡no! Necesitamos ahí un operador con presencia estatal, que garantice la prestación del servicio en comunidades remotas, que compita con criterio social en el mercado, para garantizar buenas tarifas. Y que esté atento cuando haya fracasos, fallas de mercado, que por ejemplo, quiebren a operadores privados, y que dejen a la ciudadanía sin servicios.

Hoy la nación es dueña del 50 por ciento, menos una acción, de Telecom, pero, Telecom hoy tiene valor positivo. Hace cinco años, cuando era de propiedad estatal exclusiva, tenía valor negativo. Hoy está al día con los pensionados. Hasta hace tres años, se veía en serias dificultades para conseguir 400 mil millones al año y pagarle a los pensionados.

Hace tres años no tenía con qué hacer inversiones, ahora está iniciando inversiones del orden de 8 billones, que van a mejorar mucho el acceso de los colombianos a la banda ancha, el Internet, las posibilidades de conectividad de escuelas, de oficinas públicas, de bibliotecas, etcétera.

De esa manera hemos reestructurado 340 empresas del Estado hasta diciembre. Ahora estamos en la reestructuración de las clínicas del Seguro. Por ejemplo: las de Medellín, entregadas a la Universidad de Antioquia y a la gobernación. Se mantiene la presencia social, no se desmantela esa presencia, que es la razón de ser del Estado. Pero se parte de la base que es grave desmantelar el Estado, y es más grave aún, mantener el Estado controlado por burocracias ineficientes, o mantener el Estado al servicio de excesos sindicales. El Estado no puede estar al servicio de lo uno ni de lo otro, el estado tiene que estar al servicio de la comunidad.

En lugar de desmantelamiento del Estado reestructuración del Estado, pero llegamos ahora al otro extremo de América Latina al extremo de las aspiraciones estatistas, en eso tampoco esta Colombia.

Colombia tiene un Estado que da todas las garantías a la iniciativa privada, que no tiene tentaciones estatistas, pero que le exige a la empresa privada responsabilidad social y que entiende que la iniciativa privada no es un fin en si mismo sino un medio para poder cumplir metas sociales.

Ese Estado que permite la libertad de iniciativa privada le exige como contra prestación la responsabilidad social. ¿Cómo se debe expresar la responsabilidad social?, en la relación de la iniciativa privada con el Estado con las comunidades circunvecinas y con los trabajadores, con el Estado, leía hace poco el último libro de Stiglitz “Como hacer que la globalización funcione”, crítico pero al leerlo no para memorizarlo sino para razonar ayuda a preguntarse si Colombia esta incurriendo o no en esos errores, él por ejemplo señala que muchas compañías extractoras de recursos naturales no renovables se convierten en concesionarias de esas explotaciones, a través de procedimientos fraudulentos, de corrupción, en Colombia estamos poniendo todo el cuidado para que al asignar una concesión de petróleos, una concesión de carbón, una concesión de televisión, una concesión telefónica, estamos poniendo todo el cuidado para que al momento de transigir una disputa legal con un concesionario de carreteras o con un asociado en telecomunicaciones, eso se haga con transparencia.

Stiglitz en alguna manera, justifica la aparición de gobiernos en América Latina que están en la tesis del estatismo en una rabia popular generada porque empresas transnacionales entraron a esos países de manera corrupta, a acabar con los recursos naturales.

Yo creo que más importante que como diagnostico la afirmación de Stiglitz lo es como prevención, se necesita una gran transparencia en el manejo de las relaciones entre el Estado y esas grandes expresiones del capital privado.

Nosotros encontramos 21 pleitos de Telecom con los asociados, casi todas las concesiones viales en pleito empezando por las de aquí, y encontrábamos una gran dificultad, yo le decía a uno de mis compañeros de gobierno resuelvan esos pleitos, tratemos de conciliar, decían no Presidente nos morimos del temor de la Fiscalía, la Contraloría, de la Procuraduría, y encontraba además una opinión pública muy suspicaz, con la tendencia a pensar que cada vez que el Estado hacia una transacción algo corrupto sucedía por debajo de la mesa, que hemos hecho: estimular la participación de opinión pública

Esas transacciones no se han perfeccionado sino después de haber sido publicadas ampliamente. Todos los contratos nuestros los adjudicamos en audiencia pública y ahí aparece la participación de la opinión pública como garantía de transparencia y de confianza.

Responsabilidad social, una segunda manifestación en las relaciones de las empresas con las comunidades circunvecinas, en los últimos meses he ido en dos ocasiones a la Jagua de Ibirico y pienso regresar próximamente, una queja de las comunidades, un paro cívico porque las empresas carboneras estaban por ejemplo sin hacer inversiones en algunas carreteras y un pobladito pequeño cruzado por una carretera destapada, tenía que sufrir el polvorín que levantan 600 tractomulas que cruzan por allí al día.

Entonces la comunidad se sublevo y en ese momento yo me fui a la Jagua y dije una cosa es la decisión de nuestro Gobierno de acabar con los terroristas y otra cosa es la decisión de nuestro Gobierno de respetar la protesta social y se abrió un gran dialogo, y le dije a los representantes de estas compañías: ustedes no se van a encerrar con el Gobierno dentro de cuatro paredes, camine vamos a darle la cara a la comunidad y encontré la comunidad muy ofuscada y le dije todo el mundo serénese, todo el mundo enfríe la cabeza, ustedes van a decir apreciados integrantes de la comunidad todo lo que tengan que decir pero de manera respetuosa, porque esto no puede terminar aquí en una gazapera ,ni en ofensas que vienen ni en ofensas que van si no en soluciones, y ustedes gerentes tienen que prestarse para que haya un acuerdo con la comunidad y se lograron unos acuerdos que tienen que reflejar la responsabilidad social de esas empresas con las comunidades vecinas.

No me vayan a decir a mi que es responsabilidad social pasar 600 tractomulas al día cargando carbón por una calle de un pueblito destapada, produciéndole a la ciudadanía cualquier cantidad de enfermedades respiratorias, entonces la responsabilidad social es ir y arreglar esa calle y asfaltarla, la responsabilidad social es sembrar todos los árboles que se requieren en la región y la responsabilidad social es pagar la atención medica para prevenir y curar.

Y la tercera expresión de responsabilidad social, las relaciones de las empresas con los trabajadores. Nosotros hemos venido abogando por dos cosas en este frente, primero para que esas relaciones no estén jalonadas ni por el capitalismo salvaje explotador de trabajadores, ni por el odio de clases sino por un verdadero espíritu cristiano. Y segundo por crear formas participativas de trabajadores, en Paz del Río lo logramos, hace cuatro años me decían a mi: Presidente no luche por Paz del Río déjela morir, yo decía ¿cómo la dejamos morir de que vive Boyacá?, entonces empezamos un diálogo muy franco con los trabajadores, les dije mire el Gobierno no tiene manera de pagar esto y no lo podemos dejar cerrar, ustedes porque no piensan como empresarios que finalmente esta empresa es de ustedes, hagan de cuenta que ustedes no son simplemente trabajadores sino que son trabajadores-empresarios, que el sindicato en lugar de pensar en pedir y pedir, piense también en como producir, hacer el tránsito de un sindicalismo meramente reivindicación para los trabajadores a un sindicalismo con responsabilidades empresariales, participativo y finalmente después de muchas horas de discusión logramos este acuerdo, ellos desmontaban unas prestaciones y pasaron de ser dueños del ocho por ciento de la empresa al 46%, ahora eran dueños del 34, 36%.

Elegimos lo directivos democráticamente sin politiquería y junta meritocracía y nos ayudo el precio internacional del acero y una empresa que tenia valor negativo hace cuatro años hoy vale más de dos billones, allá celebre el primero de mayo, emocionado con los trabajadores y los nuevos dueños, la empresa produce hoy 360 mil toneladas de hierro acero, la inversión de los próximos dos años es una inversión que la va a llevar a producir más de un millón con un enorme beneficio para Boyacá

Y esos trabajadores tienen en las cuentas de ellos 700 mil millones. Allá fui a decirles muchachos no vayan a botar esa plata, claro que ustedes se tienen que gastar algo por ahí, el que se quiera comprar una moto quién le dice que no se la compre, o el que tenga la señora diciéndole -cómo me dicen a mí- cámbiame la nevera y la lavadora, ¿quién dice que no cambie la nevera y la lavadora?, pero guarden la gruesa esperando otra gran reforma: la capitalización de Ecopetrol.

Era intocable por razones ideológicas, se va a hacer este año, va a quedar el Estado colombiano dueño del 80 por ciento de Ecopetrol y la comunidad que invierta allí del 20 por ciento. Díganle a los papás y a las mamás de ustedes que dos pesitos que tengan por ahí debajo de la almohada los guarden para acciones de Ecopetrol.

Eso va a ser muy bueno para el país porque vamos a hacer de Ecopetrol una de las empresas más importantes del mundo, como empezamos a hacer de Paz del Río.

Pero miren cómo allí se van encontrando nuevas formas para dejar atrás los viejos obstáculos en el entendimiento entre el capital y el trabajo en Colombia. Y esto nos lleva a plantear los tres objetivos de Gobierno y dentro de ellos el tema de la competitividad y del desarrollo sostenible.

Los tres principales objetivos de este Gobierno son: consolidar la Seguridad Democrática. ¿Quiénes de ustedes estudian economía? Levanten la mano. ¿Quiénes en sus carreras diferentes a economía tienen que estudiar algunas materias de economía? Bueno, yo no estudié economía pero soy un metido en la economía, les hago esa advertencia para poderles hablar con atrevimiento intelectual.

Primer objetivo: consolidar la Seguridad Democrática, segundo objetivo: garantizar altas tasas de inversión, y tercer objetivo: cumplir nuestras metas sociales. Primero más ambiciosas que las metas sociales del milenio. Segundo, cumplirlas antes del 2015, que es la fecha propuesta por Naciones Unidas para que los países signatarios digan: venimos a dar cuentas de que ya cumplimos las metas sociales del milenio.

Me preguntarán ustedes ¿por qué en el segundo objetivo, Presidente, usted no habla de crecimiento económico sino de tasas de inversión? Por esto, porque yo creo que son más importantes las tasas de inversión que el crecimiento económico. El crecimiento económico se puede dar un año por una bonanza cafetera, pero al siguiente no darse. Se puede dar en cinco o diez años mientras se extrae el petróleo de Cupiagua, se agotó y se acabó el crecimiento, en cambio cuando hay elevadas tasas de inversión el crecimiento económico elevado se da en el largo plazo, independientemente de altibajos del petróleo, de altibajos del café, etcétera.

¿Qué hemos logrado en tasas de inversión? Esta Patria nuestra hace cuatro años tenía una tasa de inversión del 26 por ciento, es el porcentaje de flujo de inversión en un año en relación con el producto. La inversión privada hace cuatro años era del 6,5, este año pasado del 19. Y eso lo quiere todo el mundo. Cuando yo estaba de la edad de ustedes, en la Universidad de Antioquia, en la compañía del doctor Fabio Valencia, por aquí veíamos al doctor Néstor, a la generación nuestra le enseñaron marxismo, marxismo, marxismo. Yo estudiaba a Nicos Poulantzas en introducción a la teoría política y todo lo que era la lucha de clases y salía para otra clase y tenía que ver el librito verde de Altusser: ideología de aparatos ideológicos de Estado. Vea el Estado como una garantía de reproducción de la inequidad. Y llegaba a otra clase a estudiar el capitalismo, “Apropiación de la plusvalía de los trabajadores por los empresarios”. Llegaba a otra clase a decir tenemos que avanzar hacía la dictadura del proletariado y el único instrumento es la lucha violenta de clases.

En esa época nos mostraron que el mundo ya se había detenido en su evolución ideológica, que lo único posible era el socialismo como camino al comunismo, la sociedad sin Estado y la única disputa era que algunos querían el modelo cubano y otros querían el modelo de Ho Chi Minh, triunfante en Vietnam, y otros querían el modelo de Unión Soviética y otros el modelo Maoísta de China.

¿Qué iba a pensar mi generación que años después vendría la caída del muro de Berlín? Yo no habría sido capaz de anticiparla sentado en los bancos de la universidad de Antioquia en los años 70. ¿Qué iba a pensar mi generación que le tocaría asistir al colapso de Unión Soviética? Y que el control férreo de Mao Ste Tung sobre China tendría como sucesor a Den Siao Ping, que dijo China necesita inversión, nosotros no estamos interesados en un socialismo pobre, para que China tenga prosperidad hay que hacer compatible la economía centralmente planificada con la economía de mercado.

Y eso marca una visión totalmente diferente, de ese día a hoy China durante casi 20 años ha tenido tasas de inversión anuales de 50, 60, 67 mil millones de dólares. Año tras año se ha convertido en la encantación del mundo para ir a invertir allá. De los 1.200 millones de habitantes han rescatado de la pobreza 400 millones.

Vietnam. Estudiaba yo en el año 71 en la Universidad de Harward y llegó allá una misión comercial del Vietnam y yo no podía creerlo. ¿Pero cómo? Yo leía en la universidad de Antioquia a las lecturas de Ho Chi Minh, y los libros que más nos llegaban eran los libritos rojos de Mao Ste Tung de China y decía ¿pero cómo, estos vietnamitas que primero derrotaron a los franceses, derrotaron a los chinos y ahora derrotaron a los norteamericanos, y vienen a los Estados Unidos en misión comercial? Me dijeron: si, es que necesitamos que los Estados Unidos invierta en Vietnam.

¿Ustedes saben que recientemente se aprobó el tratado de comercio entre Estados Unidos y Vietnam? Yo le pregunto a veces, a quienes en nuestro país no quieren el tratado de comercio digo: pero si lo quisieron los de Ho Chi Minh de Vietnam y nosotros no lo queremos.

El mundo se ha transformado muchísimo, enormemente y las economías que van saliendo adelante le asignan mucha importancia a las tasas de inversión, para eso hay que dar confianza. Elemento clave de nuestra política es dar confianza.

Entonces el tema de las tasas de inversión sustentado en la confianza se busca de la siguiente manera: hay que dar confianza con el modelo de Estado, inversionistas del mundo inviertan en Colombia, el Estado colombiano es garantista de la inversión privada y exige responsabilidad social. Hay que dar confianza con la Seguridad Democrática y hay que crear otras condiciones, por ejemplo, con visiones de competitividad en la educación en la tributación, en la infraestructura, tema que viene dirigiendo el doctor Fabio Valencia.

Entonces el tema de educación conecta con nuestro tercer objetivo de Gobierno: el tema de las metas sociales. El tema de la infraestructura es fundamental. Yo admito a mis paisanos, cuando voy a aterrizar en Medellín, por ahí hay una tía mía que vive en Conquistadores y me dijo: “mijo no vengas tanto porque haces mucha bulla en ese avión aterrizando aquí en el Olaya”, entonces les muestro a mis compañeros de Gobierno a través de la ventanilla del avión este Valle de Aburrá, les digo: miren cómo no voy a admirar yo a mis coterráneos si en este Valle de Aburrá a 600 kilómetros del mar, en estas montañas construyeron una de las civilizaciones industriales más importantes del ontinente, hay gente muy tesonera, los paisanos nuestros, pero llega un momento en que las cosas, si no se resuelven lo derrotan a uno.

Si esta ciudad no se conecta con los puertos, a través de dobles calzadas, si no se hace toda la revolución de las comunicaciones electrónicas, no hay competitividad. Por eso nosotros tenemos que hacer el esfuerzo de mirar cómo hacemos esa doble calzada de Urabá, cómo mejoramos esa carretera a Puerto Berrio, etcétera.

Cómo este país que ha avanzado mucho en telefonía celular, logra estos índices de banda ancha, de Internet, de conectividad. Y ahora hablamos del tema de educación, y otro tema fundamental de competitividad, para el tema de tasas de inversión, la tributación.

El Gobierno nuestro tuvo una gran discusión al interior del Gobierno, con analistas y con la Academia de la Economía, sobre el impacto de los estímulos tributarios en la inversión. Algunos decían, eso no se necesita, creían que la inversión no era sensible a los estímulos tributarios. En el Gobierno nuestro se ha demostrado que esos estímulos tributarios no constituyen lo único, pero que si están acompañados de los otros elementos, son muy importantes.

¿Qué estímulos tenemos nosotros? Toda inversión que hoy se haga en Colombia tiene una deducción tributaria del 40 por ciento. Nuevo hotel que se construya en Colombia, tiene una exención tributaria de 30 años. Este año se están construyendo cinco mil habitaciones hoteleras en Colombia. Una empresa de turismo ecológico que ustedes creen aquí en San Rafael, en el río Bizcocho, en El Peñol, en cualquier parte, tiene exención tributaria permanente.

Cultivos de tardío rendimiento, programa de madera del señor Gobernador cultivos de cacao, cultivos de palma africana, tienen la madera una exención permanente. Los otros, por ejemplo la palma africana, desde el día en que empiece a producir, tiene una exención de 10 años.

En Colombia hemos hecho una cosa que yo creo importante en tributación. En los Estados Unidos hay un gran debate porque el Gobierno del presidente Bush rebajó las tarifas, entonces los críticos dicen: le están regalando utilidades a los ricos, les están perdonando impuestos a los ricos. La tesis nuestra no ha sido decirle a los ricos, vea, ahí le rebajamos las tarifas para que lleven a los bolsillos más utilidades, ha sido distinto. Nosotros le hemos dicho, si invierten que el Estado les ayuda. Invierten 100 pesos, el Estado les deduce 40. Si el Estado les deduce 40 de la renta líquida gravable, al aplicarle a esos 40 la tasa, equivale a que el Estado les da 12,8 por cada 100 que inviertan.

Yo creo que ha sido una cosa bien importante para la competitividad con responsabilidad social. En lugar de pensar en reducciones de impuestos, que se critican tanto en el mundo, por su inclinación a favorecer los ricos y garantizar la inversión, aquí lo que ha habido es estímulo a la inversión.

Hace pocos días que nos invitó el señor Alcalde, el señor Gobernador, el Gerente de Empresas Públicas, a ver empezar las obras de Porce 3, ha tenido un gran apoyo del Gobierno Nacional, les decía yo: miren, Porce 3 puede costar dos billones, cifras aproximadas, deducimos el 40 por ciento, empresas públicas es contribuyente, el 40 por ciento son 800 mil millones, a eso le aplicamos la tarifa del 32, quiere decir que empresas públicas de los impuestos, la Nación le regala más o menos 260 mil millones para apoyarla en esa obra de Porce 3. Yo creo que eso le va a ayudar mucho a Colombia, lo importante es mantener esa norma estable.

Y allí aparece otro factor que ayuda a la competitividad, la estabilidad en las reglas de juego. Porque a uno le dicen los inversionistas, bueno Presidente está bien, está bien, nos están dando esta deducción tributaria, y hasta cuándo para garantizar la estabilidad qué hemos hecho. El Congreso nos aprobó una ley que dice, que el Gobierno puede firmar pactos de estabilidad con las empresas, y eso ha atraído mucho la inversión en Colombia.

Resultados de inversión, ya les dije en tasas, veámoslos en cifras de inversión extranjera directa. Hace cuatro años le llegaban al país 700 millones de dólares al año. El año antepasado 10.400 por lo de Bavaria, el año pasado seis mil y pico de millones de dólares. Eso ya empiezan a ser sumas importantes, y eso ha sido un gran salto. Entre otras cosas nos tiene con problemas de revaluación.

Y, tenemos mucha confianza en que eso sostenido en el tiempo, acompañado de nuestro tercer objetivo que es la política social, marquen una diferencia bien, bien importante en Colombia.

Otro elemento de competitividad, el acceso a los mercados, entonces ahí aparece el Tratado de Libre Comercio. Yo no lo veo como una categoría ideológica, yo no tengo posturas ideológicas, en favor o en contra de los tratados de comercio, a mi no me interesa eso, porque lo diga el consenso de Washington o porque lo niegue otra tendencia ideológica. Creo que es bueno para Colombia sin ser la panacea, ¿por qué?, porque nos permite acceder al mercado más grande del mundo. Me pregunto, si los vietnamitas están allá, si los chinos todos los días exportan mas de Estados Unidos, el presidente Lula ya anda en esos acuerdos con Bush, para enviar desde el Brasil, etanol, alcohol carburante a los Estados Unidos, ¿por qué nosotros no?

Nosotros hemos tenido una política de relaciones exteriores prudente. Somos aliados leales de Estados Unidos y buenos hermanos latinoamericanos. Hoy el presidente Castro nos está ayudando en lo del ELN. Nosotros no hemos tenido una política internacional sesgada. Un país como Colombia con tantas dificultades necesita amistad con todos los pueblos y gobiernos del mundo.

Miren lo de Cuba. Yo estoy seguro, después de ver lo que ha hecho el Gobierno socialista que queda en el mundo, que apertura al capital privado es turismo, exploración petrolera con grandes facilidades, allá si que son baratos los impuestos. Ustedes montan un hotel en Cuba, de acuerdo con el Gobierno, y les dan un poco de años de exención, y después no tienen que pagar sino el 30.

Aquí cuando se empieza a pagar impuestos, hay que pagar industria y comercio al municipio, hay que pagar predial, hay que pagar renta al 32.

En Cuba hay un problema para la inversión, en los Estados Unidos hay una ley que se llama, la Ley Burton - Helms autoriza al Gobierno de Estados Unidos a imponerle sanciones a personas de terceros países que negocien con Cuba, puede ser quitarles la visa.

Entonces hay mucha gente que dice, yo me abstengo de invertir en Cuba, porque le temo a esta retaliación norteamericana. Si esa ley no existiera, el mismo Gobierno cubano estima, que podrían recibir cinco millones de turistas norteamericanos al año. Una isla de 11, 13 millones de habitantes, recibiendo cinco millones de turistas norteamericanos al año, eso tiene que ser importante. Si cuando llega un barquito de la Royal Caribbean, como los que empezaron a llegar ahora a Cartagena, porque se ha renovado la confianza en el país, y se bajan allí mil visitantes, y le ayudan a nuestros compatriotas de Cartagena porque van y les compran se montan en los taxis y pagan esos taxis en dólares, aunque ahora están muy desvalorizados. Almuerzan en Cartagena esa plata queda en los restaurantes, le dan propina a los meseros, van a las joyerías y compran las artesanías de Mompox, si eso se siente y se ayuda, ¿cómo será si llegaran cinco millones de turistas norteamericanos?

Entonces yo me pregunto, por qué nosotros no vamos a acceder a los mercados, y les voy a decir algo que parecería irreverente. Más importante que buscar el mercado de Estados Unidos es buscar confianza inversionista. La gente dice: ah, es que Colombia tiene acuerdo con Estados Unidos, invirtamos en Colombia. Eso atrae mucho la inversión, y eso produce un efecto dominó.

Dice Canadá, a Colombia ya existe acuerdo con Estados Unidos, yo apuro la negociación con Colombia. Dice la Unión Europea, Colombia ya hizo este acuerdo con Estados Unidos, nosotros la Unión Europea lo apuramos con Colombia.

Para nosotros la política de abrir mercados es un factor de competitividad, es un factor de construcción y atracción inversionista en Colombia.

Algún día le decía yo con amistad al presidente Chávez, le decía presidente Chávez, lo que pasa es que tu vendes petróleo, tu vendes 70 mil millones de dólares de petróleo al año, para eso no necesitas acuerdos de comercio. Los colombianos exportamos café, exportamos flores, exportamos banano, exportamos confecciones textiles. Ojala podamos exportar en el futuro productos de mayor tecnología, de mayor agregado, pero todo eso necesita acuerdos de comercio.

Por eso el tema no hay que mirarlo ideológicamente, sino que hay que respetar la diversidad.

Yo le decía al presidente Morales de Bolivia, le decía Presidente Morales, es que tú tienes un país con menos de ocho millones de habitantes, nosotros 43 millones. Tú estás lleno de gas, tiene 70 teras cúbicas como reservas probadas de gas, Colombia tiene siete. Los brasileros que tienen que comprar el gas de Bolivia al precio que tú les impongas, tu te puedes reír de los tratados. Qué hacemos nosotros con 43 millones de habitantes. Mi Dios nos dio mucha energía y muchas ganas de trabajar, pero nos ha dado el petróleo a goticas, y tenemos poco gas. Entonces nosotros tenemos que abrir mercados.

El caso chileno es importante, ese país tiene 16 millones de habitantes pero tiene más de 50 tratados de comercio. Y esos tratados de comercio suman 3.500 millones de consumidores. Los países con los cuales Chile tiene tratados de comercio, suman 3.500 millones de habitantes, que son consumidores de productos chilenos. Yo creo que Colombia con 43 millones no se puede quedar atrás, esa es la razón de los tratados de comercio. Ahora estamos haciendo todos los esfuerzos a ver cómo Estados Unidos lo aprueba.

Inclusive yo decía ahora antes de salir de Bogotá, mire: la tarea nuestra tiene que ser paciente, persuasiva, no desafiante, a ver cómo conseguimos los votos en los Estados Unidos para que lo aprueben, y cómo se culmina la aprobación en Colombia.

Yo tengo que ir humildemente allá a dar cuanta explicación, pidan, hombre que es que ustedes están asesinando trabajadores, todavía asesinan, pero cuando empezó este Gobierno, asesinaban 256 al año, hemos hecho todo el esfuerzo por protegerlos. El año antepasado 26, hay una diferencia de 200, el ideal sería poder decir cero. El año pasado hubo un recrudecimiento porque las Farc y el ELN se asesinaron mutuamente en Arauca. Entonces decían estos señores de las Farc, ah es que aquel es del ELN, mátenlo, no es que aquel es de las Farc, mátenlo.

Me preguntaban, ah es que los empresarios colombianos los asesinan, y les dije, mire: si hay una sentencia de la justicia yo la respeto, pero mi recorrido por Colombia me indica que los asesinos de los trabajadores no son las empresas, sino ese fenómeno de violencia en Colombia.

En los años 70 las guerrillas marxistas, que vivimos nosotros en la universidad pública, combinaban todas las formas de lucha, a ellos les gustaba matar y secuestrar, pero también hacer política en el movimiento sindical, y vincularse al movimiento estudiantil, y penetrar partidos políticos y penetrar el periodismo, y eso lo aprendieron a hacer los paramilitares. ¿Y qué ha pasado?, creo yo, esa falta de autoridad en Colombia permitió que ocurrieran todos esos fenómenos. Entonces, ah no a este lo mataron por ser colaborador de los paramilitares, aquel lo mataron por ser colaborador de la guerrilla, y eso causó esa tragedia que estamos buscando superar.

Nosotros estamos dándole al mundo todas las explicaciones, reconociendo lo que falta, pero también pidiendo que se reconozca lo que se ha hecho, a ver cómo le abrimos espacio a Colombia en esta comunidad internacional.

Y viene el tercer objetivo, bastante conectado con el desarrollo sostenible, el objetivo social. Nosotros encontramos esta Patria con un 60 por ciento de pobreza, el año pasado marcó el 45. Es muy alto, eso no es para cantar victoria, pero estamos haciendo todos los esfuerzos para que en el año 2010, cuando terminemos, la pobreza no esté por encima del 35, a fin de que aquellos que nos sucedan en la Presidencia, el 7 de agosto de 2019 puedan decir, la pobreza en Colombia ya está por debajo del 15.

Y tenemos unos objetivos concretos para el 2010: plena cobertura en educación básica. Primer Gobierno, creados un millón 436 mil cupos escolares, segundo Gobierno, plena cobertura en educación básica. Educación universitaria, primer Gobierno, logramos pasar del 22 al 29 por ciento de cobertura. Segundo Gobierno tenemos que llegar al 35 por ciento en cobertura.

Icetex, primer Gobierno, pasó de 500 mil millones de crédito, a 800 mil millones. Segundo Gobierno, tenemos que dejar la cartera del Icetex en dos billones y medio.

Primer Gobierno: empezamos con 60 mil usuarios de crédito, muchachos de las universidades, usuarios del Icetex, aspiramos en el 2010 que sean 360 mil.

Sena, primer Gobierno: se la quitamos a la politiquería, a los excesos sindicales, pasó de un millón de estudiantes por año a cuatro millones. De cinco millones de hora de enseñanza a 15 millones. Segundo Gobierno: tiene que tener millón doscientos mil jóvenes en ambiente virtual, tiene que convertirse en el apoyo y en el acompañamiento a los microempresarios colombianos para prepararlos, acompañarlos para acceder a créditos en Banca de Oportunidades y acompañarlos mientras deban.

Primer Gobierno: ocho millones y medio de personas adicionales en régimen subsidiado de salud. Segundo Gobierno: plena cobertura.

Primer Gobierno: Reforma de 190 hospitales públicos, segundo Gobierno reforma de todas la clínicas del Seguro Social. Yo he hablado de la cuidad porque me da pena hablar de las otras ciudades. He dicho, empecemos por mi ciudad.

Uno va por allí a ver un amigo enfermo en la Clínica de las América, una maravilla, cualquiera de esas clínicas de Medellín, las mejores del mundo. Por eso, muchos paisas que viven en otras ciudades les da un dolor en el ojo y ahí mismo arrancan a que lo vea el médico en Medellín.

Hay muchos que no se dejan operar en ninguna parte del mundo si no los operan aquí, pero va uno a visitar las clínicas del Seguro Social o iba, y los pacientes arrumados en los pasillos, eso no puede continuar.

Por eso nos hemos comprometido en eso, de dejar las Clínicas del Seguro Social en todo el país con una calidad a la altura de las mejores clínicas diferentes.

Primer gobierno: un millón 800 mil créditos populares. Segundo Gobierno: cinco millones de créditos populares a través de Banca de las Oportunidades.

Primer Gobierno: 600 mil Familias en Acción. Segundo Gobierno: millón y medio de Familias en Acción.

Antioquia, en julio, agosto con la ayuda de Dios, va a tener 160 mil Familias en Acción, familias pobres que reciben un subsidio del Estado para garantizar la educación y la nutrición de sus hijitos.

Y a todas estas entidades del Estado le hemos puesto metas. Bienestar Familiar: una meta enorme en atención de niñitos, restaurantes escolares, ancianos, -eso de niñitos lo manejan aquí en coordinación con el programa Maná de la Gobernación que es un programa de mostrar en todas las partes del país-.

Y entonces allí aparece la educación como tema fundamental de competitividad y el medio ambiente como tema fundamental de sostenibilidad.

Algunas políticas de Medio Ambiente: primero, las coberturas en agua potable y saneamiento básico. En Medellín es muy difícil hablar del tema porque la ciudad está bien dotada. Otra cosa es Quibdó, otra cosa es Sincelejo.

Muchas partes de país, en la mayoría del país, el tema de servicios públicos es muy sensible, lo que pasa es que aquí hemos tenido el privilegio del buen manejo antioqueño histórico de Empresas Públicas de Medellín.

Nosotros no alcanzamos a tener coberturas ideales para el 2010, pero vamos a avanzar mucho. El país está buscando tenerlas para el 2019, lo que exige una inversión a pesos de hoy de 30 billones, solamente en recursos adicionales para servicios públicos.

De todas maneras aquí como en todas partes hay atrasos. Uno ve en Antioquia una gran cobertura de agua potable y alcantarillado, pero no de limpieza de aguas residuales.

La ciudad de Medellín que es la más avanzada en el país, tiene la planta de Itagüí, pero todavía un gran porcentaje de las aguas residuales de la ciudad no ha sido tratado, están construyendo la otra planta, -yo creo que va a ser en Bello (Antioquia)-, eso es fundamental en el tema de desarrollo sostenible.

Segundo tema en Desarrollo Sostenible: cuidar la selva. Este país tiene el 51 por ciento del territorio todavía en selva, eso si que es bien importante.

Nuestro Gobierno ha hecho varias cosas: primero, la nueva Ley Forestal prohíbe que se corte selva, por ejemplo, para cambiar de uso del suelo, que se tumbe la selva para sembrar cultivos o para pastos para ganadería. Un gran avance.

Otro tema bien importante en Desarrollo Sostenible: las Familias Guardabosques, creemos que es un ejemplo para el mundo.

En Colombia habíamos visto la destrucción de 2 millones de hectáreas de selva por la Coca. Corte selva, siembre coca, allí ya se produce deterioro porque se afecta el equilibrio al abrirle esos espacios al bosque y se erosionan los suelos, y después agrave la situación con los precursores químicos que se vierten a las corrientes de los ríos para convertir la hoja de coca en cocaína.

Hemos hecho acuerdos con 50 mil Familias Guardabosques, familias campesinas que hoy reciben un dinero del Estado para cuidar el área libre de droga, para cuidar la recuperación de la selva, pero deberíamos llegar a 100 mil. Estamos lejos porque no hemos tenido los recursos, estamos pidiendo a Naciones Unidas y al mundo que valoren ese programa porque yo creo que es muy importante para el mundo entero.

Aquí se tumba la selva para sembrar coca, pero en otros países la tumban por otras razones y el mundo tiene que preservar el bosque tropical que queda.

Otro tema bien importante, los biocombustibles. Yo creo que eso es una gran garantía de Desarrollo Sostenible ¿por qué? Por su impacto favorable en el medio ambiente, porque es un combustible de origen de productos renovables, además, porque reactiva mucho la agricultura y da muchas posibilidades de crear empleos de buena calidad en la agricultura.

Han aparecido dos objeciones: “ah es que ustedes van a tumbar la selva para sembrar palma africana, caña, yuca, fuentes de biocombustibles, primera objeción”.

Y segunda: “ah es que van a dejar a los colombianos sin alimentos porque en lugar de sembrar maíz, plátano, yuca, de producir leche, etcétera, van a producir combustibles”.

Ni lo uno ni lo otro. Colombia tiene 44 millones de hectáreas en pastos y sabanas, de allí todo lo que uno quiera lo puede sembrar en biocombustibles sin tener que tumbar un centímetro cuadrado de selva. Ese es un gran aporte al Desarrollo Sostenible.

Colombia tiene 4,5 millones de hectáreas de agricultura, esas pueden crecer indefinidamente en las 44 millones de hectáreas de sabanas sin tumbar la selva.

Entonces esa disponibilidad de 44 millones de sabanas, de hectáreas de sabanas que hay en Colombia, permite un crecimiento de los biocombustibles al mismo tiempo que crezcan los alimentos, sin que ninguno de esos dos crecimientos afecte la selva.

Lo que está haciendo Colombia, que ya produce hoy un millón 200 mil litros de etanol al día y que hay mucha esperanza. Ojalá con la Gobernación pudiéramos rápidamente instalar la pequeña planta de alcohol carburante Vegachí, con una tecnología pequeña más costosa por unidad de producción. Pero yo sueño que este país se llene de pequeñas plantas de producción de biocombustibles, que empezáramos este año con dos pequeñas, una en la olla del Río Suárez en Santander y la otra en Vegachí, en Antioquia. Ahí puede haber una gran contribución al Desarrollo Sostenible.

Hace poco inauguramos en la Sierra Nevada un pueblo que se llama Gúnmaku, en el Lenguaje indígena quiere decir “creación”.

La idea es construir en los 360 grados de la Sierra Nevada, siete pueblos indígenas, -este fue el primero-, en concertación con ellos para que las comunidades indígenas residan allí cómodamente y sean los guardianes de la recuperación ambiental de la Sierra.

Ya construimos el primero, la meta son siete, vamos a ver cómo avanzamos en los otros, y se ha construido confianza con ellos.

Miren les cuento esto: en la cara cesarense de la Sierra Nevada hay un pueblo muy bello que se llama Nabusímake, yo fui allá hace tres años, cuatro años y hablé con los Mamos arhuacos, los noté muy recelosos.

Les dije, “Hombre ustedes por qué están tan desconfiados, las autoridades indígenas”.

Me dijeron: “Porque vea aquí primero llegaban unos tipos vestidos de verde y decían que era guerrilla, después llegaron otros vestidos de verdes, que paramilitares, y ahora llegaron otros vestidos de verde y dicen que son los soldados de Uribe”.

Entonces les dije: “No, vea, aquí nosotros no podemos permitir que a ustedes los tengan presionados ni con guerrilla ni con paramilitares, vamos a acabar a esas plagas por igual. Ustedes van a construir confianza con la Fuerza Pública”.

Y nombramos un Coronel, y le dije: “Coronel, usted quédese en la Sierra Nevada tanto tiempo como sea necesario, que todos los días las autoridades indígenas vean su cara, conviértase en un gran aliado de ellos, en un gran amigo de ellos, sea usted el vínculo permanente entre las Fuerza pública y las comunidades indígenas”.

Ahora tres años después que fuimos a inaugurar a Gúnmaku encontramos confianza construida, todavía no la hemos podido construir en el Cauca y en Nariño, ha avanzado mucho en el Norte del país, no en el sur del país. Yo creo que eso es un gran aporte al desarrollo sostenible.

Muchachos les ofrezco la palabra.

 
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