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PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE DURANTE CELEBRACIÓN DEL DÍA DEL TRABAJO
Mayo 01 de 2007 (Belencito - Boyacá)

“Quiero dar los agradecimientos a todos ustedes por su gran tarea en el proceso de sacar adelante a Paz del Río, una empresa de la patria que es una necesidad de los trabajadores, de los pensionados, una esperanza de las nuevas generaciones y una esperanza de la prosperidad de la Nación.

Agradezco inmensamente a los trabajadores y a los pensionados por aquellos acuerdos que logramos al inicio del Gobierno, que buscaban hacer el tránsito de un sindicalismo de reivindicación a un sindicalismo con vocación gerencial, participativo, empresarial, de gran visión de futuro. Desde el fondo de mi corazón, doy un aplauso a los trabajadores y pensionados porque se pusieron a la vanguardia, con sus acciones, en el pensamiento social de la Nación.

Quiero agradecer inmensamente a los directivos de la empresa, a quienes han estado en la junta, encabezados hoy por los doctores Andrés Obregón y Carlos Quintero. A quienes han estado en la administración. A su magnífico gerente, el doctor Luis Guillermo Parra Dussán.

Quiero agradecer a mis compañeros en el Gobierno. A José Roberto Arango, a Cecilia Álvarez Correa, a los Ministros Consejeros. Quiero agradecer a Andrés Flórez, presidente de Fogafin. Quiero agradecer a todos aquellos que han hecho posible el resurgir de la empresa. El permanente interés de los alcaldes de Boyacá, de los parlamentarios. Quiero agradecer la colaboración muy eficaz, discreta, con mucha responsabilidad del Gobernador de Boyacá, Jorge Eduardo Londoño Ulloa.

Vengo a dar los agradecimientos a todos, en este Día del Trabajo. Ningún escenario mejor para reunirnos en este Primero de Mayo que aquí, al constatar sobre la práctica un nuevo modelo de organización social, un nuevo modelo de entendimiento empresarial, un nuevo modelo de relación de trabajadores y empresa.

Y vengo a agradecer a la empresa Votorantim de Brasil su confianza en Colombia, su confianza en Acerías Paz del Río, su confianza en este grupo, mis compatriotas, los trabajadores y los pensionados de Boyacá.

Llegan ustedes, señores de Votorantim, a un país que le ha dicho al mundo que es un país que le da toda la confianza a la inversión privada y que le exige toda la responsabilidad social.

Ustedes llegan a un país que los rodea de confianza y a un país que tiene toda la esperanza en la manera como ustedes cumplirán la responsabilidad social.

Responsabilidad social que la entendemos expresada en unas relaciones transparentes con el Estado, como transparente fue la subasta.

Responsabilidad social que la entendemos expresada en unas relaciones solidarias con las comunidades circundantes. Responsabilidad social que la entendemos expresada en las relaciones con los trabajadores.

Colombia le quiere decir hoy al mundo que no participamos de unas relaciones con los trabajadores de explotación, de unas relaciones con los trabajadores de capitalismo salvaje, que no participamos de unas relaciones con los trabajadores inhumanas.

También le queremos decir al mundo que no participamos de unas relaciones con los trabajadores de odio de clases. Esos extremos, el del capitalismo salvaje, y el otro extremo, el del odio de clases, le han hecho mucho daño a la armonía en los pueblos, a la armonía que surge primero entre trabajadores y empresarios.

Para nosotros las relaciones entre trabajadores y empresarios tienen que ser unas relaciones dirigidas por una concepción cristiana, fraterna, de la vida, de la responsabilidad de cada uno con la comunidad.

Relaciones cristianas fraternas, en lugar de relaciones de capitalismo salvaje. Relaciones cristianas fraternas, en lugar de animar el odio de clases.

Vienen ustedes, señores empresarios, a un país que genera hoy mucha confianza. ¿Por qué genera mucha confianza? Primero por su modelo de Estado, bien importante de repetir en América Latina.

Nosotros no participamos de la idea de eliminar el Estado ni tampoco participamos de la idea del estatismo.

Nosotros hemos dicho que necesitamos un Estado garante de lo social y al mismo tiempo un Estado que le dé todas las garantías a la inversión privada, para que cumpla la finalidad social de nuestra Constitución.

Llegan ustedes a un país en el cual hay tres objetivos fundamentales de gobierno: consolidar la seguridad, consolidar la inversión y cumplir las metas sociales.

Consolidar la Seguridad Democrática, garantizar que el país tenga altas tasas de inversión y cumplir las metas sociales, son objetivos que van de la mano.

Entre cada dos de ellos tienen una relación recíproca y entre los tres una relación transitiva.

Si hay seguridad, hay confianza inversionista. Si hay confianza inversionista, se consolida y se hace factible el mantenimiento de la seguridad. Si hay confianza inversionista, se garantiza el cumplimiento de las metas sociales. Y si se cumplen las metas sociales, se legitima la razón de ser de la inversión.

Si hay seguridad, entonces se cumplen las metas sociales. Y si se cumplen las metas sociales, en el corazón del pueblo se entiende por qué se necesita la seguridad.

Además hemos querido estimular la confianza inversionista con nuestras normas tributarias.

Hoy ustedes deben estar preparados, deben saber que las grandes inversiones que van a hacer en Boyacá para multiplicar por tres la producción de esta empresa, están ampliamente apoyadas por el marco tributario de Colombia.

Esas inversiones tienen un 40 por ciento de deducción tributaria. Eso equivale a que el Estado les apoyará con el 12,8 de esas inversiones.

Además se han dado en la legislación tributaria todos los plazos para poder utilizar esos créditos tributarios. No tienen que hacerlo con el primer año de las inversiones. En cualquier año subsiguiente.

Y el Congreso de la República ha aprobado una ley que le permite al Gobierno firmar pactos de estabilidad en las reglas de juego con los inversionistas.

Queremos convertir a Colombia en un país que brille en el mundo por la confianza inversionista y por la responsabilidad social, reflejada en el bienestar de los sectores de trabajadores.

Y nos reunimos en este Primero de Mayo para decir a los trabajadores que tenemos muchos problemas, pero que vamos por buen camino.

Cuando este Gobierno empezó, Colombia había tenido años en los cuales asesinaban, 126, 168, 200 integrantes de las organizaciones de trabajadores por año. Todavía no hemos llegado a cero, como quisiéramos decirle al mundo. Pero este año ha muerto asesinado un trabajador sindicalizado del Inpec. Y todo indica que no fue por razones relacionadas con su tarea sindical.

Estamos haciendo todo el esfuerzo para proteger eficazmente a los trabajadores de la Patria. Colombia tiene hoy más de 6 mil personas individualmente protegidas por el Estado. Entre ellos muchos líderes de los trabajadores. Eso le cuesta al Estado 76 mil millones al año.

Hace pocos días examinaba con algunos interlocutores internacionales el caso del homicidio y veíamos cómo nuestra Patria ha pasado de asesinar 68 ciudadanos por cada 100 mil habitantes antes de este Gobierno, a 38 el año pasado. Todavía es muy alta, pero venimos en una tendencia positiva.

Y por supuesto, lo importante de destacar es que la protección a los trabajadores ha sido eficaz, porque mientras la tasa de asesinatos de la población todavía está en 38 por cada 100 mil, el año pasado fue de 2,5 por cada 100 mil trabajadores afiliados a organizaciones sindicales.

Pero el Gobierno no está contento. Todo lo que tengamos que hacer para proteger eficazmente a los trabajadores, queremos hacerlo. Por eso nuestra seguridad es democrática.

Hemos venido impulsando la justicia, con los cambios constitucionales y legales, con el presupuesto, con la adopción de la oralidad, con la inclusión del sistema penal acusatorio, para que en Colombia no haya impunidad.

No teníamos al inicio de nuestro Gobierno una sola sentencia que condenara a los responsables de asesinatos contra líderes de trabajadores. Hoy hay 37 sentencias que condenan a más de 57 responsables por el asesinato de líderes de los trabajadores.

Tenemos el doble propósito de eliminar totalmente el asesinato de trabajadores y de eliminar totalmente la impunidad.

Y vengo a Paz del Río a decirles a los trabajadores de mi patria que hemos hecho el esfuerzo de aumentar el salario mínimo por encima de la inflación en los últimos años.

En los últimos cinco años, el acumulado de salario mínimo sobrepasa en 9,5 puntos el acumulado de inflación. Allí hay una gran ganancia para los trabajadores de nuestra patria.

Por supuesto, es más todo lo que falta.

Se ha reducido el desempleo, pero no lo suficiente. Y tenemos que apurar para reducirlo más significativamente.

Sin embargo, permítanme decir que hay cifras importantes de afiliación de los trabajadores a la seguridad social. No me voy a referir a las cifras desde que empezó el Gobierno. Solamente a las del último año.

Hubo 590 mil trabajadores más afiliados a riesgos profesionales, 693 mil trabajadores más afiliados a pensiones. Un millón 111 mil trabajadores más al régimen contributivo de salud, 474 mil trabajadores más a las cajas de compensación.

Si bien la informalidad sigue siendo lo que domina en Colombia, en este Gobierno la formalidad ha aumentado en un 22 por ciento.

Pero no estamos contentos. No estamos contentos con la manera como se utiliza en Colombia el empleo temporal.

Hace un año vine a Paz del Río a decir desde aquí a los colombianos que no pueden utilizarse trabajadores temporales para eludir prestaciones o para eludir afiliación a la seguridad social.

Hace un año vine a Paz del Río a decir desde aquí a los colombianos que no puede apelarse a trabajadores temporales para sustituir aquellos trabajadores que por la naturaleza de su oficio deben estar vinculados mediante contratos de término indefinido a las empresas.

El tema no se ha corregido, pero se han puesto bases. Hemos dictado dos decretos: un decreto que impide a las cooperativas de trabajo asociado ser intermediarias laborales. Y otro decreto firmado ayer, el decreto que crea los organismos necesarios para garantizar el trabajo decente en la administración pública.

Sobre las cooperativas. El origen de las cooperativas es un origen cristiano, un origen fraterno, un origen de solidaridad. Por eso pugna con la razón de ser de las cooperativas apelar al esquema cooperativo para eludir prestaciones, para deprimir salarios, para afectar los ingresos de los trabajadores.

Está bien que haya cooperativas de trabajo asociado, donde sean los mismos asociados los que se den su estatuto laboral, donde sean los entes de la cooperativa los que ejerzan la tarea disciplinaria sobre los asociados, los que definan el salario, los que definan las obligaciones de los asalariados, de los asociados.

Lo que no está bien es que se utilice el esquema cooperativo simplemente para ser intermediario de trabajadores, para enviar trabajadores a que dependan no de la cooperativa sino de terceros y que les depriman los salarios y les eludan la afiliación a la seguridad social.

Por eso, dictado el decreto que prohíbe a estas cooperativas ser intermediarios laborales, el Gobierno se empeñará este año en hacerlo cumplir.

Ya han sido canceladas muchas cooperativas por ser simples intermediarios laborales. Y si nos tocare, estamos dispuestos a ampliar la nómina de inspectores del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, no solamente para garantizar, con toda la eficacia, que no se utilice el cooperativismo para eludir los derechos de los trabajadores, sino también para garantizar, con toda la eficacia, que en Colombia se cumpla rigurosamente con la letra de las disposiciones laborales, que son disposiciones de armonía social.

Vengo a Paz del Río, en un momento en el cual hay mucha confianza inversionista en Colombia, pero que también hay inquietudes.

Por ejemplo, la inquietud sobre el Acuerdo de Comercio con los Estados Unidos. No es el único ni es la panacea, pero es una necesidad acceder a ese mercado.

Además es de justicia. Cuando nosotros comparamos cuánto le vende Colombia a Estados Unidos y cuánto le vende Estados Unidos a Colombia, llegamos a la conclusión que al restar petróleo, es más lo que ellos nos venden que lo que nosotros les vendemos. Y al restar carbón, se aumenta mucho esa diferencia en favor de los Estados Unidos.

Abrir ese mercado para nosotros colocar allí nuestros productos, es un principio de equidad en las relaciones entre Colombia y los Estados Unidos.

Pero además es una necesidad, porque este país nuestro, que produce poco en petróleo, tiene un porvenir en productos muy competidos en los mercados internacionales que necesitan acceso a mercados.

Y veamos la relación entre el TLC y el tema laboral.

Primero: los empleos donde se da rigurosamente afiliación a la seguridad social son los empleos de las empresas exportadoras. Nada mejor para la afiliación a los trabajadores a la seguridad social que estimular las actividades exportadoras.

Y es también allí donde se da, de manera seria, comprometida, la contratación colectiva. Contratación colectiva que hemos venido defendiendo en toda nuestra patria.

Hemos dicho que tratados de libre comercio como el que se suscribe con los Estados Unidos, son garantistas de los trabajadores. Garantizan afiliación a la seguridad social, garantizan el cumplimiento de las normas laborales y, por supuesto, traen un nuevo vigilante.

Cada vez que un país hace un acuerdo de comercio, la otra parte se convierte en vigilante del cumplimiento de sus normas laborales, porque nadie va a permitir que a su mercado lo inunden con productos que se producen violando las normas laborales o, por ejemplo, violando las normas de protección del menor.

Nadie va a permitir que con trabajo de niños, violatorio de la ley, un país vaya a inundar a otro con sus mercancías, con sus bienes.

Debemos entender, en este Primero de Mayo, que la suscripción de los acuerdos de comercio, se sustituye en un paso garantista de los derechos de los trabajadores, del derecho de los niños a estudiar y a formarse, del derecho de los niños a no ser forzados al trabajo en temprana edad.

Y todo esto hay que repetirlo en este Primero de Mayo en Colombia y hay que repetirlo ante la comunidad internacional.

El Tratado con los Estados Unidos es conveniente como un elemento adicional de garantías para los derechos de los trabajadores. Es conveniente para que se dé inversión en Colombia. Es conveniente para atender al equilibrio en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Colombia, hoy ampliamente ventajosa para los Estados Unidos.

Y no es el único. A lo largo de este Gobierno impulsamos el acuerdo entre la Comunidad Andina y Mercosur, que tanto ha estimulado inversión del Brasil en países como Colombia.

Estamos iniciando negociaciones con la Unión Europea. Incursionamos en el Plan Panamá- Puebla. Hemos firmado el acuerdo de comercio con Chile. Estamos próximos a firmar el acuerdo de comercio con tres países centroamericanos. Nos aprestamos a tener acuerdos de comercio y de protección de inversiones con Asia. Confiamos tener rápidamente un acuerdo de protección de inversiones con China.

Cuarenta y tres millones de ciudadanos que tiene la patria, para poder tener empleos de buena calidad, afiliados a la seguridad social, requieren esos 43 millones de habitantes de la patria tener la posibilidad de trabajar para surtir todos los mercados del mundo. Por eso los acuerdos de comercio que estamos defendiendo.

No los defendemos como una categoría ideológica del libre comercio. Los defendemos como una herramienta necesaria para generar empleo en Colombia de buena calidad, con afiliación a la seguridad social.

Por supuesto, hay temas que nos preocupan. Nos preocupan brotes inflacionarios, que ojalá con las medidas tomadas por el emisor, oportunamente se puedan conjurar. Nos preocupa la tasa de cambio. Una revaluación que afecta muchísimo a sectores exportadores.

Había tomado la decisión de no referirme en público al tema, por el debido respeto a la independencia del emisor, del Banco Central, con cuyas autoridades mantengo un permanente y constructivo diálogo.

Pero en este Primero de Mayo, aquí en Paz del Río tengo que decir al oído de todos mis compatriotas que esta revaluación es dañina para el empleo, es dañina para el ingreso de los trabajadores.

Cuando las empresas exportadoras se afecten porque pierden valor sus ingresos, tratan de hacer ajustes disminuyendo la nómina de los trabajadores o estancando los salarios o evitando los pagos a la seguridad social o entrando en mora con el régimen contributivo de salud.

Por eso necesitamos hacer todos los esfuerzos para lograr una tasa de cambio estable y competitiva.

Lo que tenemos ahora es una tasa de cambio en picada y totalmente dañina a los intereses de los exportadores, de los empresarios y de los trabajadores. Es muy distinto a tener una tasa de cambio estable y competitiva.

Colombia le da todas las garantías a la inversión, pero Colombia no puede permitir que la especulación afecte a las empresas y a los trabajadores.

Quiero pedirle al equipo económico del Gobierno, desde Paz del Río, en este Primero de Mayo, que encuentre con el Banco de la República, respetando la independencia del Banco de la República, las medidas que se requieran para poder tener una tasa de cambio que permita a nuestras exportaciones ser competitivas, que permita a nuestros exportadores ser generadores de buenos empleos, afiliados a la seguridad social.

Creo que hay que dar una señal clara. Este país da todas las garantías a la inversión productiva: que venga toda la inversión extranjera directa, pero esa señal clara también tiene que ser contundente para frenar la llegada de capitales especulativos, que vienen a hacer negocios y utilidades de corto plazo y a afectar los intereses de nuestros empresarios y de nuestros trabajadores.

Por eso hay que decir con claridad: bienvenida la inversión extranjera directa, pero no bienvenida la inversión especulativa.

Hay que pedir con claridad al Banco Central, sin temor, que se tomen todos los controles para frenar la llegada de capital especulativo.

Que no vengan a decir que qué miedo que el Presidente de la República está pidiendo control de capitales, que eso desvaloriza los TES, que eso aumenta las tasas de interés.

No. Lo que estamos pidiendo es que se le dé toda la garantía a la inversión extranjera directa, pero que se frene el capital especulativo con las medidas que se requieran. Porque lo que le puede hacer daño a los TES, lo que le puede hacer daño a las tasas de interés, es permitir que el capital especulativo siga destruyendo las exportaciones, siga destruyendo el empleo productivo, empiece a minar la cartera del sistema financiero colocada en las entidades exportadoras.

Y me dicen: Presidente, no hable de controles de capitales, que eso le hace daño a la Bolsa.

Mi respuesta es: Nosotros tenemos que hablar de estímulo a los capitales que llegan a hacer inversiones en Colombia, como este capital de la empresa Votorantim, pero tenemos que hablar de freno a los capitales que vienen a hacer especulación en Colombia.

Lo peor que le puede pasar a la Bolsa de Valores de Colombia es que el capital especulativo primero afecte las exportaciones, haga crecer el desempleo, deteriore la cartera, después afecte los ingresos fiscales del estado, obligue al Estado a aumentar en endeudamiento, obligue al Estado a tener mayor déficit, obligue al Estado a hacer menos política social.

Es preferible hacer este ajuste a tiempo, que tener vivir las consecuencias que pueden darse en el mediano plazo si no se tiene el valor de corregir a tiempo lo que está sucediendo, si no se tiene el valor de ponerles freno a los capitales especulativos.

Bienvenidos los capitales productivos a Colombia, pero a los capitales especulativos les queremos decir: cuando a nosotros nos ponen a escoger entre un libre mercado que deje que los capitales especulativos hagan su agosto, se llenen de utilidades en el corto plazo, cuando nos ponen a escoger entre un libre mercado en favor de los capitales especulativos o unos instrumentos de control para evitar que sean arruinados los trabajadores de las empresas exportadoras, la escogencia nuestra hace mucho rato se ha dado.

Colombia tiene que defender a sus trabajadores, a sus empresas exportadoras. Colombia tiene que defender la competitividad de su tasa de cambio. Colombia no puede seguir, en las autoridades económicas, sean del Gobierno o del Banco de la República, permitiendo que nuestros trabajadores y nuestros empresarios sean derrotados por la voracidad especulativa del mercado.

Entonces es preciso hacer esta afirmación aquí en Paz del Río, cuando celebramos el éxito de la inversión productiva. Pero sea la oportunidad también para rechazar el daño que a Colombia le hace la inversión especulativa.

Quisiera abrir un diálogo con ustedes, pero la necesidad de regresar de Belencito al aeropuerto El Dorado para cumplir compromisos esta noche en la capital de los Estados Unidos, me impiden hoy adelantar ese diálogo.

Muchas gracias a los pensionados. Muchas gracias, doctor Édgar (Angarita, presidente de los pensionados profesionales de Paz del Río), a usted y a todos los pensionados.

Muchas gracias, Fernando (Bayona, presidente del Sindicato de Trabajadores de Acerías Paz del Río), a usted y a todos los trabajadores.

Muchas gracias, Roque. Van a tener mucho éxito.

Muchas gracias, doctor Luis Guillermo (Parra, presidente de Acerías Paz del Río).

Muchas gracias a la junta.

Muchas gracias, distinguidos amigos de Votorantim. Esta patria colombiana es la patria de ustedes. Estaremos atentos a apoyar todas las inversiones.

Apreciados trabajadores, vengo a dejarles una propuesta: cuiden esa platica. Aquí tienen dos fortunas. La fortuna de que está sólida la fuente de empleo. Y va a crecer. Esta empresa la van a pasar en dos años de 300 mil toneladas por año de producción, a más de un millón. Esta va a ser una de las empresas más importantes del mundo. La fuente de empleo y de ingresos está protegida. Y la platica que ustedes acaban de obtener de la venta, cuídenla.

Déjenme aprovechar la amistad de ustedes. Déjenme apelar a esos cuatro años, casi cinco años, en los que ustedes han trabajado tan cercanamente con mis compañeros de Gobierno, como José Roberto Arango y Cecilia Álvarez y en alguna forma conmigo, para hacerles una invitación: guarden la mayor parte de esa platica.

Dejen que aquí vendrá el Ministro de Minas, la Gerencia de Ecopetrol, a invitarlos a que inviertan buena parte de esa platica en acciones de Ecopetrol, para volver a Ecopetrol una de las empresas de petróleo, de hidrocarburos, ahora también de combustibles biológicos, en una de las empresas más importantes del mundo.

No vayan a meter la platica por ahí en una empresa donde les exijan a ustedes toda clase de prebendas sindicales y toda clase de clientelismo político. ¡Cuidado, cuidado!

Alguien me decía: es que quieren comprar una electrificadota. Dejen que la compre otro. ¿Para qué van a meter la plata allá ustedes? ¿Para que todo el mundo les pida prestaciones sociales, convenciones colectivas impagables y todo el mundo vaya a pedirles puesto, y tengan que volver esa empresa un clientelismo y esa empresa termine arruinada? Metan la platica donde ustedes no tengan la responsabilidad de administrar, pero sí la de vigilar.

Si a ustedes los ponen a administrar, no aguantan las presiones clientelitas. Si a ustedes los ponen a administrar directamente, no aguantan las presiones reivindicatorias. Si llevan la platica a una buena empresa, manejada independientemente, pero ustedes con toda la capacidad de actuar en la junta y de vigilar, esa platica prospera.

Es un consejo de sentido común, un consejo de economía de tienda, pero es un consejo que les doy con todo el afecto. Espero que dentro de unos días, apenas avance ese proceso, vengan aquí el Ministro de Minas, los consultores de Ecopetrol y Ecopetrol, a invitarlos a ustedes a que trasladen parte de esa platica, que no es poquita, a acciones de Ecopetrol.

Mi señora me decía: No les vas a decir que se gasten toda la plata en Ecopetrol, porque las señoras de los trabajadores querrán gastarse en mejoras de la casa, y los que no tienen comprar una casita, etcétera. Algo tienen que gastar ustedes. Gástense la menuda. Guarden la gruesa para Ecopetrol. Porque ya con ustedes, con sus directivos, con Votorantim, garantizan hacer de Paz de Río una de las empresas más importantes del mundo. Ahora demos el otro pasito: con ustedes vamos a hacer de Ecopetrol una de las empresas más importantes del mundo.

Muchas gracias. Muchos éxitos”.

 
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