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Palabras del Presidente Uribe en inicio de la construcción
de zona franca de Acoplásticos
Noviembre 26 de 2007 (Cartagena - Bolívar)
 

“Celebro inmensamente estos avances para Cartagena, para el país, para la generación de empleo de buena calidad, para la superación de la pobreza, para la construcción de equidad.

Primero que todo, déjenme dar una felicitación muy grande a todos ustedes, a Acoplásticos, por este magnífico diseño. Aplaudir desde el fondo del corazón la tarea del gremio, una tarea tesonera del doctor Garay (Carlos Alberto, presidente de Acoplásticos) durante tantos años, y se refleja hoy en estos éxitos.

Venir aquí hoy es muy grato. Antes de llegar a este sitio, el ex ministro Orlando Cabrales nos mostró todo el avance en la ampliación de Propilco.

Entusiasma muchísimo, las nuevas inversiones, la utilización de la ley, del Decreto de zonas francas, etcétera. Sabemos de la nueva industria de dulces de nuestros compatriotas de Manizales, aquí instalada, también una gran contribución a la generación de empleo en Cartagena, generación de empleo formal, con afiliación a la seguridad social.

Y estos 10 proyectos que aquí empiezan, que me contaba el doctor Garay, durante la etapa de construcción van a generar cinco mil empleos, y una vez estén construidos, solamente la planta, en empleos directos, 1.200 de alta calidad, más todo el impacto en la industria del plástico. O sea que esto lo miramos con mucho, con mucho optimismo.

Permítanme compatriotas, referirme a algunos elementos, muy simples, pero muy importantes de la visión de Colombia, del Gobierno actual de Colombia, sobre el papel del Estado, el papel del sector privado, nuestros principales objetivos de Gobierno.

El Estado colombiano es un Estado que se ha venido reformando, pero no entra en el estatismo. Nosotros hemos reformado 415 entidades del Estado y queremos seguir reformando el Estado hasta el último día de Gobierno.

La primera reforma fue la de Colombia Telecomunicaciones (Telecom), la última la de Ecopetrol, ahora estamos en la reforma del Seguro Social, la liquidación de la EPS, la generación de la nueva EPS, la reforma de todas las clínicas del seguro Social.

Eso nos ha ayudado a tener unas instituciones estatales más comprometidas con la comunidad, ajenas al clientelismo, y unas entidades estatales más transparentes, que creen valor, no destruyan valor, que le aporten a la productividad, no que deterioren la productividad y la competitividad del país.

Ese conjunto de reformas nos ha permitido tener, hasta ahora, un ahorro del 1 por ciento del PIB.

¿Ustedes se imaginan qué hubiera sido de este país, si el gerente de Telecom tuviera que ir hoy a pedirle 500 mil millones (de pesos) al año al Ministro de Hacienda para poder pagar las pensiones de Telecom? Esto sería un desastre.

La empresa no tenía con qué pagar las pensiones, está al día en pensiones; tenía incertidumbre para mantener la nómina activa, hoy tiene total certeza; tenía un patrimonio negativo, hoy tiene un patrimonio positivo y una gran proyección; no tenía con qué invertir, hoy tiene 8 billones, está invirtiendo para ayudar a que el país salga adelante en el sector de las telecomunicaciones.

Reforma de Ecopetrol

Hace cinco años empezaba yo con mis compatriotas de Cartagena a analizar el tema de la refinería de Ecopetrol. Qué difícil. Discusión tras discusión en el Consejo de Ministros, que valía 600 millones de dólares, que no hay con que hacerla, que Hacienda no le podía permitir dado el déficit del endeudamiento, a Ecopetrol, al Ministerio de Minas, hacer esa inversión porque no había cupo fiscal, que si la hacía entonces el presupuesto nacional no recibía esos dineros de Ecopetrol y se quebraba.

¡Qué dificultades!

Que el sindicato no dejaba que la refinería se desprendiera de la parte central de la compañía, y se constituyera una empresa mixta.

Y hemos venido resolviendo esos problemas.

Este país fue presa de radicalismos ideológicos, hay que seguir derrotándolos. Esos radicalismos ideológicos impedían todas estas reformas. Si fuera por esos radicalismos ideológicos, no habríamos podido hacer la reforma de Telecom. Si fuera por esos radicalismos ideológicos, no habríamos podido hacer la reforma de Ecopetrol, tan importante para este desarrollo.

Si fuera por esos radicalismos ideológicos no podríamos promover la inversión privada, porque todo incentivo tributario que se da, ellos lo asimilan no como tiene que asimilarse, como una posibilidad para crear empleo de alta calidad, sino que simplemente lo demeritan, diciendo que es un regalo del Gobierno a los ricos.

Cuando nosotros comenzamos el Gobierno, los radicalismos ideológicos no nos dejaban buscar inversión privada para la refinería de Ecopetrol.

A mí me preguntaban muchos colombianos: “¿van a hacer la reforma laboral y pensional en Ecopetrol?”. Dije sí, la vamos a hacer. Qué dificultad, cuatro años de un conflicto laboral para conseguirla.

Después me preguntaban: “¿van a capitalizar a Ecopetrol?”. Hace cinco años yo habría dicho: “quien sabe, los radicalismos ideológicos no dejan”. Pero lo fuimos logrando, logramos separar la refinería de la matriz de Ecopetrol, vincular el socio privado.

Yo creo que para Cartagena, para el país, es muy interesante saber que una inversión inicial de 600 millones de dólares, es una inversión hoy asegurada de 2 mil millones de dólares, en plena marcha, no obstante que este año no se ve obra, porque eso ha estado en la parte de estudios, es una inversión en plena marcha.

Y gracias al fortalecimiento que hemos logrado en Ecopetrol, Ecopetrol mantiene su participación inicial en esa refinería. Esto es muy bueno.

Como es muy bueno para el país saber que pudimos abrir ese proceso de capitalización, que entraron 500 mil colombianos como accionistas a Ecopetrol, una muestra de confianza en el país. Más seis millones de trabajadores vinculados a los fondos de pensiones.

Cuando un país está en una crisis y empieza a recuperar confianza, experiencias en el mundo han mostrado que primero se obtiene la confianza de la comunidad internacional y después de la comunidad local.

Lo que acaba de ocurrir en Ecopetrol es muy bueno, porque es una muestra de confianza de los colombianos en su propio país.

He preguntado yo a los expertos en la actividad bursátil del país, y me cuentan que la oportunidad que más socios haya tenido una empresa, que recuerda Colombia, es en algún momento de Bavaria, que tuvo 140 mil accionistas. Entrar ahora esta cantidad de accionistas a Ecopetrol, es una gran muestra de confianza en el país, y le da fortaleza.

Y todo fueron accionistas en primera ronda, accionistas nacionales.

Ecopetrol pasa de invertir hace cinco años 500 mil (de pesos) al año, el año entrante va a invertir 4 billones. Perdón, va a invertir 4 mil millones de dólares. Es otra cosa.

Eso es un gran avance, le da una gran fortaleza, nos da tranquilidad. No solamente estamos abiertos a la inversión extranjera, a la nacional, privada, para que vengan a buscar petróleo y gas, sino que hoy tenemos una gran fortaleza, una gran capacidad de inversión en Ecopetrol, que va muy importante para esta cadena productiva que nos congrega hoy en Cartagena.

Y esa reforma del Estado también trae unas consecuencias en el Gobierno, en las empresas.

Cuando estábamos en la reforma de Telecom, se me acercaba el sindicato, en discusiones en la Presidencia y me decían: “Presidente ¿usted por qué le asigna toda la culpa al sindicato? Nosotros presentábamos pliegos de peticiones, y los gobiernos nos concedían esos pliegos de peticiones. Los gerentes no querían problemas con nosotros, sino pasar tranquilos e irse.
Además, la empresa siempre la engrosaron burocráticamente desde los gobiernos, porque mandaban personas allí a completar el periodo de jubilación o a mejorar la jubilación”.

Razón tenían

Hoy, además de todo lo que se ha ganado en patrimonio, en pago de pensiones, en capacidad de inversión, en esa empresa no hay clientelismo. Ya nadie volvió a pedir un puesto clientelista, politiquero, para entrar a Telecom.

Y lo mismo ocurre con Ecopetrol, y con toda empresa del Estado que uno va reformando.

Reforma uno la clínica del Seguro Social en Cartagena, entregada en operación a la Fundación San Juan de Dios, ya nadie pide un puesto clientelista en esa clínica.

Y lo mismo estamos haciendo en todas las clínicas del Seguro Social en el país, paulatinamente.

La reforma del Estado gana mucho en transparencia, en buen Gobierno, y nos permite definir para quién es el Estado: ¿para la politiquería?, ¿para los privilegios extremistas?, ¿o para servirle a la comunidad? Esa es una reflexión bien importante que le pido a mis compatriotas que hagan permanentemente.

Ni estatismo, ni desmantelamiento del Estado

Ahora, nosotros no estamos desmantelando el Estado, lo reformamos, pero tampoco estamos en el estatismo.

A mí me ha preocupado mucho la nueva tendencia estatista de América Latina, porque los procesos históricos enseñan. América Latina ya vivió periodos de estatismo, de los cuales se cosecharon solamente fracasos.

Colombia tiene un Estado serio, que le da todas las garantías al sector privado, pero que no hace estatismo.

En este país hay toda la confianza para invertir, lo que exige nuestro Estado es que esa inversión se haga con responsabilidad social. Responsabilidad social que miramos en tres áreas: primero, en la transparencia en la relaciones entre los inversionistas y el Estado. Transparencia para adjudicar contratos, transparencia para adjudicar concesiones, transparencia para la tributación, transparencia para superar disputas.

Segundo, responsabilidad social y solidaridad con las comunidades. Guarden esto en la mente, porque esta invitación aquí les va a costar una platica, pero es muy oportuno porque es sumársela a estos proyectos.

Estos proyectos tan importantes, sumarles un costico adicional, eso no vale la pena, mejor guarden eso de la responsabilidad social reflejada en solidaridad con las comunidades.

Y finalmente responsabilidad social reflejada en buenas relaciones laborales, fraternas. Relaciones laborales fraternas, no relaciones laborales de odio de clases. Relaciones laborales fraternas, no relaciones laborales de capitalismo salvaje.

Valores de una democracia

En este contexto, nosotros en lugar de la vieja división que todos los días se quiere revivir entre izquierda y derecha en América Latina, estamos trabajando cinco valores que constituyen una democracia moderna, que la prefiguran: Seguridad Democrática, respeto a las libertades, construcción de cohesión social, construcción de transparencia como factor de confianza, y respeto a un Estado compuesto de instituciones independientes, que tienen el deber de colaborar armónicamente para los fines superiores de la sociedad.

Y en ese esquema de valores, tenemos tres objetivos fundamentales de gobierno: consolidar la Seguridad Democrática, consolidar la confianza inversionista y cumplir las metas sociales.

Van de la mano, apreciados compatriotas. Si no hay Seguridad Democrática no hay confianza inversionista, y sin las dos, no se dan los presupuestos para poder financiar lo social.

La prosperidad social hay llevarla de la mano de la prosperidad económica. América Latina nos ha demostrado también en su historia, que cuando sólo se habla de prosperidad económica -como ocurrió en algunos países en la década de los sesenta, en el desarrollismo- hubo crecimientos de la economía muy fuertes, se deprimió más el tejido social y eso estancó los crecimientos de la economía.

Y cuando se habla solamente de la prosperidad social, como ocurrió en algunos momentos posteriores de América Latina, y se descuidó la prosperidad económica, el discurso social creó ilusiones electorales y después trajo fusiones, antagonismos profundos en las comunidades.

Para nosotros, y ahora que estamos en este tema de la diversidad política en América Latina, hay que insistir, y cada uno de nosotros tiene que ser un multiplicador de esa idea: hay que llevar de la mano la prosperidad social de la prosperidad económica, son inseparables.

Y a su vez la prosperidad social legitima la confianza inversionista y legitima la Seguridad Democrática.

En materia de confianza inversionista, hemos avanzado mucho, lo muestran estos proyectos de hoy.

Me sorprendió gratamente lo que nos contaba el ex ministro, el doctor Orlando Cabrales, sobre la ampliación de Propilco.

Es excelente contar con socios como el que vincula Ecopetrol a esta refinería. Es una bendición para el país que empiecen hoy estas 10 empresas aquí. Es una bendición para el país que se haya construido esta fábrica de dulces, sucursal de la de Manizales.

Hace cinco años, de cada 100 pesos que producíamos, Colombia invertía entre 12 y 15 (pesos). Hoy entre 26 y 28 (pesos).

Solamente un país en el continente nos gana en tasa de inversión, y allí la hace toda el Estado. Lo importante del nuestro es que tenemos ya una tasa de inversión significativa, superior al 25 por ciento, y de esos 25 puntos, 19 - 21 están a cargo del sector privado.

La inversión privada ha venido en los últimos años en Colombia creciendo un 25, un 30 por ciento. Hay que hacer el esfuerzo de que no se nos caiga la tasa de inversión por debajo del 25, y que la inversión ojala crezca, año tras año, en un 25, en un 30 por ciento.

A eso contribuye la Seguridad Democrática, el concepto de Estado. Un Estado garantista para la inversión privada, un Estado garantista para las libertades, un Estado garantista para el emprendimiento, un Estado que exige responsabilidad social.

Quien cumpla responsabilidad social tiene todo el espacio para darle rienda libre a su creatividad, a su emprendimiento, con la protección de ese Estado.

Para la confianza inversionista es importante la salud fiscal de la Nación. Hemos avanzado en reducción del endeudamiento, del déficit, que va a ser grande.

Yo cuando veo las huelgas de Francia, ahora digo: bueno, pero si esas son las reformas que nosotros ahora hemos introducido, la reforma del Estado, la reforma constitucional que eliminó los privilegios pensionales, todavía tenemos unos años de transición difíciles, unas contingencias costosas, pero hemos hechos unas reformas bien importantes, como la última reforma de transferencias.

No era fácil para el Congreso de la República aprobarla en medio de un debate de elecciones regionales. Es mucho más fácil decir: denle a las regiones lo mismo de la Constitución del 91. Ese es un discurso político muy efectista. Un referendo contra la reforma constitucional del Gobierno. Ese es un discurso muy efectista. Pero habríamos quebrado al país, habríamos quebrado la Nación.

La descentralización hay que promoverla, sin afectar la salud fiscal del ente central. Además, cuando se quiebra la Nación, también esa quiebra se lleva de calle a las regiones y frustra la descentralización.

Incentivos tributarios

Hemos utilizado el incentivo tributario para promover la inversión. Difícil en Colombia. Leo muchos economistas que dicen que esos incentivos no se necesitaban, que aquí les estamos dando regalos a los ricos. Yo creo que sí se necesitaban. La respuesta la tenemos a la vista.

Por ejemplo, un nuevo hotel que se construye en Colombia tiene hoy 30 años de exención tributaria. Un hotel que se remodele o se amplié, la parte de los ingresos gravables derivados de esa nueva inversión, la parte proporcional, tiene también esa inversión tributaria.

Unos incentivos bien importantes en el sector de los cultivos de tardío rendimiento, de los combustibles alternativos.

Toda inversión que se hace hoy en Colombia tiene una deducción del 40 por ciento. Eso es bien significativo, quiere decir que de 100 pesos que se invierten, el Estado la aporta al inversionista 12.8.

Y la ley de zonas francas, que ha tenido en el Ministro Plata un gran impulsor. Esa ley, el decreto, nos permite lo siguiente: Teníamos la vieja legislación de zonas francas, condenada a desaparecer por la Organización Mundial de Comercio. La nueva legislación, es una legislación aprobada por la Organización Mundial de Comercio, no tiene ese riesgo.

Segundo, la nueva legislación de zonas francas, permite que el beneficio se obtenga independientemente de que la empresa produzca para el mercado interno, o para el mercado externo. Eso también es bien importante resaltarlo.

Tercero, hay unos requisitos de inversión y unos requisitos de empleo.

Cuarto, ¿cuáles son los beneficios? Los bienes de capital que tenga que invertir esa empresa, la maquinaria que tenga que traer etcétera, entran al país libres de IVA, y libres de arancel. Yo creo que ahí hay un estímulo más o menos del 20 por ciento del costo. E instalada la empresa, aquello que exporte en los insumos no paga IVA, y lo que interne en el país paga IVA en los insumos, nunca en la maquinaria. Y además, la tarifa de renta es del 15 por ciento.

Me decía ahora el doctor Garay que conoce proyectos que va a presentar el sector privado por 5 mil millones de dólares. Los que tiene registrados el ministro Plata, de estudio, valen unos 2 mil millones de dólares.

Y hoy los colombianos no necesitan, para tener zona franca, ubicarse en un sitio especial. Se constituyó, se introdujeron en la ley dos figuras: libertad de ubicación y la figura del monousuario. Una zona franca puede tener hoy varios inversionistas o un solo inversionista. Ahí hay un gran avance en el país,

Muchos colombianos me preguntan: “bueno Presidente, ¿y de una vez por qué no bajan la tarifa al 15 por ciento para todo el mundo? Yo tengo una duda: a mí me parece que es mas importante estimular a quien invierte y crece, garantiza empleo de buena calidad, que rebajarle la tarifa a todo el mundo. Yo creo que rebajarle la tarifa a todo el mundo es incurrir en un error que teníamos con las altas tarifas, es incurrir en el mismo error, es darle el mismo tratamiento al que crece, que al que no crece.

Por eso el Gobierno ha sido cuidadoso en crear un incentivo para el que crece. No el estímulo general que se extienda también al que no crece.

Yo les pido reflexionar sobre eso.

Me preguntan: “¿y qué pasa con las viejas empresas?”. Las viejas empresas se pueden convertir en zonas francas, con dos condiciones: que hagan una inversión de 150 millones de dólares y que dupliquen su renta líquida gravable, para no afectar el recaudo del Estado.

Y entonces me preguntan: “bueno, pero una pequeña empresa no puede invertir 150 millones de dólares ¿qué puede hacer?”. Muy fácil, puede constituirse -no relocalizarse, porque sería una trampa- constituir una sucursal, obtener otro NIT (Número de Identificación Tributaria) y ubicarse en cualquier zona franca, cumpliendo unos requisitos que no son muy exigentes, de empleo y de inversión.

Y eso le ayuda a una pequeña empresa a tener el beneficio con su sucursal, el beneficio de zona franca.

Y a eso se suma lo que generosamente mencionó el doctor Garay, que es la ley que permite que el Gobierno Nacional celebre pactos de estabilidad a 20 años, con los nuevos inversionistas.

Esto nos tiene que ayudar mucho, yo lo miro con confianza.

Aquí van a invertir 150 millones de dólares en estas empresas. Cierren los ojos y súmenle a eso inversión un costico. Esta ciudad tiene 40 mil tugurios. Eso hay que resolverlo.

Ahora estamos entregando, vamos a entregar en los próximos días unas 3 mil viviendas, y vamos a financiar con subsidios del Estado otras 4 mil. Eso implica un alto costo, pero es una solución muy pequeña.

Ciénaga de la Virgen

Por qué no nos ayudan, y en esa zona de la Ciénaga de la Virgen, donde hicimos esa gran obra de defensa -que es la primera obra de la perimetral de la Ciénaga de la Virgen, que evita que siga la invasión y que siga la inundación, porque allí hay una pelea de los ciudadanos contra el espejo de agua y una pelea de la creciente contra la invasión ciudadana- por qué no nos ayudan, y sin que el Estado intervenga, el Estado simplemente promueve, con fundaciones como las que tienen aquí en Cartagena, todo inversionista se compromete a arreglar unas casitas allí, para que le vayamos quitando a la ciudad ese factor que tanto daño le hace, esa mancha tugurial.

Nosotros ya hemos logrado en Cartagena 42 mil familias en el programa Familias en Acción. La semana pasada estuve -creo que el domingo, ayer hizo una semana- en la Ciénaga de la Virgen, con una delegación del Congreso de los Estado Unidos. Les mostramos la obra, les mostramos las cosas buenas, como la avenida perimetral.

Solamente en la Ciénaga de la Virgen tenemos 13 mil familias en Familias en Acción. Son familias pobres que están recibiendo un subsidio para la educación, la salud y la nutrición de los hijos. Condicionado, porque si no muestran certificado de que los hijos están estudiando, si no los llevan a unas pruebas de crecimiento, no se les paga el subsidio.

Y eso cuesta, más o menos, entre 700 mil y un millón por familia al año. En Cartagena 42 mil (millones). Se imaginarán ustedes cuánto le sirve eso también a la economía local, porque estos ciudadanos van a recibir 40 mil millones al año en Cartagena. Ese dinero no lo ahorran, sino que lo gastan en vestuario, en calzado, en alimentación, en medicina.

Y además, esas familias allá las tenemos casi todas con el régimen subsidiado de salud.

En esa parte hemos avanzado. Cuál es hoy lo más dramático: el tema de vivienda.

Entonces, le decía yo a nuestro compatriota de Manizales: “bueno fabrica tan bonita, hágale un ajustico contable, le apareció un extracosto, arréglenos unas casitas en la Cienaga de la Virgen”.

Propilco, esa ampliación tan grande: otras casitas en la Ciénaga de la Virgen. Las diez fabricas que se van a construir hoy aquí, que valen 150 millones de dólares: otras casitas en la Ciénaga de la Virgen.

Porque nos tenemos que defender, y no nos defendemos sino con resultados, los discursos duran muy poquito. Hay que mostrar es resultados, y es muy importante avanzar en resultados en seguridad, avanzar en resultados en confianza inversionista y en resultados sociales”.

 
 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
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