Palabras del Presidente en el inicio de las obras de construcción de la
Plaza de la Libertad

 
 
Noviembre 22 de 2007 (Medellín)
 
 

“Gobernador, muchas felicitaciones por esta iniciativa. Usted nos ha cautivado mucho la atención al describirla esta tarde. Una magnífica idea para desarrollar este espacio público, y para hacerlo amable con la naturaleza y para construir de él, un centro de estímulo al capital social de Antioquia. Muchas felicitaciones.

Qué bueno ver que se va hacer algo tan importante en un sitio que estaba bastante presionado y al mismo tiempo bastante subutilizado. Y me gusta mucho que el tema de las exenciones tributarias al turismo ayude a facilitar el interés de los concesionarios para construir y operar la torre hotelera. Bien necesaria aquí, como quiera que enfrente está el Centro de Convenciones.

Quiero recordar -para ayudar a avivar ese interés- que es una exención tributaria de 30 años en renta, lo que hace a Colombia bien competitivo en esa materia.

Hoy se están construyendo 5.000 habitaciones hoteleras en el país y se avizora un gran futuro, y ha crecido mucho el turismo. En el 2002 entraron a Colombia 530 mil visitantes internacionales por avión. Este año pueden entrar un millón 300 mil. Vamos a ver cómo se comporta diciembre.

Y además, ya han empezado a tocar las ciudades del Caribe, los cruceros del Caribe, lo que nos puede traer el año entrante unos 300 mil visitantes por esa vía, por la vía de los cruceros.

Además, quiero felicitarlo Gobernador, a usted y al Alcalde de Medellín, por la distinción, el reconocimiento que se les ha hecho, para distinguirlo a usted (Aníbal Gaviria) como el mejor Gobernador de este período, y al doctor Sergio Fajardo, como el mejor Alcalde de este período.

Los felicito de todo corazón. Eso pone muy en alto el nombre de Antioquia, el nombre de Medellín, el nombre de nuestra gente. Me siento muy, muy contento, y es un punto de referencia para todos aquellos que llegan, a fin de que se mantenga siempre en ascenso el ritmo de nuestra tierra.

Usted generosamente ha hecho unas referencias a algunos acontecimientos recientes. Y quisiera yo, de manera sucinta, decirles coterráneos, que hemos procurado hacer todos los esfuerzos en aras del acuerdo humanitario. Infructuosos.

Primero tuvimos un delegado de las Naciones Unidas durante más de dos años y medio. Autorizamos la facilitación de la Iglesia Católica, autorizamos la facilitación de los ex presidentes Alfonso López Michelsen -que en paz descanse- y Ernesto Samper Pizano,

Antes de hacer efectiva la extradición de ‘Simón Trinidad’ y de la señora ‘Sonia’, ofrecimos que de liberarse a los secuestrados, el Gobierno cancelaría esas extradiciones.

Hace dos largos años liberamos 27 personas de las Farc, unilateralmente. Hace poco ordenamos liberar 150, no fácil porque tenemos restricciones no solamente de conveniencia, sino también jurídicas, como quiera que la Corte Suprema ha revocado cuatro de las muchas resoluciones de indulto.

A raíz de un pedido del Presidente Sarkozy de Francia, procedimos a liberar a Rodrigo Granda, también con dificultades legales. Hemos hecho todos los esfuerzos, y no hemos obtenido una sola respuesta positiva.

Me voy a referir a un hecho triste para todos, que conmigo se comporta como un factor de tristeza hasta el sepulcro: la muerte del gobernador Guillermo Gaviria, del ex gobernador y ex ministro Gilberto Echeverri, de los oficiales y suboficiales que los acompañaban.

Ese día yo fui hasta las selvas del Murrí, acompañado por la entonces ministra de la Defensa, la doctora Martha Lucía Ramírez, y por los Altos Mandos.

En la noche llegué al hospital en Medellín, donde se atendía a los dos sobrevivientes, conversé largamente con ellos, me contaron las condiciones deplorables del cautiverio y me dijeron que tanto el gobernador Guillermo Gaviria como el doctor Gilberto Echeverri, ex ministro, le habían dicho al comandante de la agrupación terrorista que los tenía secuestrados: “cómo proceden así con nosotros, si nosotros estábamos buscando el diálogo y la paz. Nosotros hemos sido los interlocutores de ustedes para la construcción de la paz”.

¿Qué contestaron estos individuos? “Ustedes no han sido nuestros interlocutores, ni son nuestros amigos. Ustedes son nuestros idiotas útiles”.

Eso no es gratuito. Eso ha sido producto de una doctrina de odio del marxismo, de una doctrina de odio de quienes han creído en la destrucción de la democracia, en la instauración de la dictadura, en la eliminación de las libertades.

Por eso estos individuos, hasta ahora, no se conoce a quien respetan. Y paradójicamente, parecería que irrespetan más a quienes les hacen más concesiones en nombre de la paz.

No contentos con ese asesinato, la otra respuesta que nos han dado es el asesinato de los diputados vallecaucanos. Cuando dieron esa noticia, en ese amanecer en Europa, cuando ya estaba de día en Europa y aquí había pasado algo la medianoche. Fue inmensa mi preocupación, porque aparecía que habían muerto los diputados en un enfrentamiento con el Ejército. Mentiras, no hubo enfrentamiento con el Ejército, los mató las propias Farc.

Y detalles del asesinato de nuestros coterráneos en el Murrí. Estos señores de las Farc, estos terroristas, cuando sintieron los helicópteros volando la selva del Murrí, salieron corriendo, y como no llegaban los soldados, se regresaron y asesinaron a nuestros coterráneos. Ahí no hubo tampoco combate. Allí sí había un intento de rescate, que no lo hicimos, no lo teníamos previsto, no teníamos la ubicación con los diputados.

Cómo mintieron en el caso de los diputados, y han sido incapaces de sostener su mentira. Porque algo ha buscado el Gobierno, que es hablarle con toda franqueza a nuestra Patria.

Hemos hecho esfuerzos que para muchos colombianos implican riesgo político. Me dicen:”Presidente, pero usted hace ese esfuerzo, los liberan, el triunfo va a ser de tendencias políticas distintas a la suya, ¿qué puede pasar en el 2010?”

Y yo he contestado, contesté durante todos estos días: “en un lado de la balanza está el acuerdo humanitario, y del otro lado de la balanza el no al riesgo político”.

Yo he preferido correr todo el riesgo político, tomar la decisión que para muchos colombianos entraña riesgo político, y no frenar el acuerdo humanitario. En aras de la sinceridad en la búsqueda del acuerdo humanitario, no calculamos lo que para muchos compatriotas era riesgo político.

Pensamos que estábamos adoptando un camino, donde trabajaba una persona que las Farc dicen respetar, y que a nadie distinto en el mundo que esa persona, le podían negar la petición de entregar los secuestrados.

Yo me dije “si no los entregan en este caso, si no los entregan aquí, entonces es que no los van a entregar”.

Y, ¿qué me ha preocupado? Me ha preocupado la práctica de las Farc de combinación de las diferentes formas de lucha. Ahora lo estaban haciendo. Mientras abusando del acuerdo humanitario obtenían protagonismo político, en el proceso electoral reciente, de los 12 candidatos asesinados en un proceso electoral sin paramilitarismo, un gran avance para Colombia, está ya probado que las Farc asesinó 12 personas.

Estaban haciendo protagonismo político en el exterior, y aquí asesinando candidatos.

Esta semana hacían protagonismo político en el exterior, y aquí intentaban asesinar al Gobernador del Cauca.

Yo me preguntaba esta semana, analizando ese atentado contra el Gobernador del Cauca ¿en qué país del mundo permitirían eso? En es momento dije yo: “¿será que he aflojado la Seguridad Democrática?, ¿será que se me perdió la mano firme? Eso no lo permitiría ningún país en el mundo.

Y eso de la combinación de las formas de lucha se remonta mucho tiempo atrás. Era yo estudiante de la Universidad de Antioquia, y las guerrillas hablaban de la combinación de las formas de lucha. Entonces asesinaban y penetraban el movimiento obrero, y sectores del periodismo y de la política. Y avanzaban en su poder terrorista.

Y esas mismas guerrillas engendran la reacción cruel del paramilitarismo, que entra a competir con ellas en acciones terroristas.

Entonces los paramilitares empiezan a matar a un sindicalista, otro, el de más allá, acusándolo de ser colaboradores de la guerrilla. Y la guerrilla a tomar venganza, empieza también a asesinar dirigentes sindicales, acusándolos de ser cómplices de los paramilitares.

El problema que hemos procurado resolver, uno de los tantos que hemos procurado resolver -y estamos avanzando con nuestra política de Seguridad Democrática- el problema que tanto nos cobran en Estados Unidos, que paradójicamente se lo cobran al Gobierno que lo está resolviendo, y que lo invocan hoy contra el Gobierno que lo está resolviendo, como uno de los obstáculos para la aprobación del TLC.

Y otra experiencia amarga de la combinación de las diferentes formas de lucha: el caso de la Unión Patriótica.

Yo creo que en ese exterminio de la Unión Patriótica -un episodio que ensombrece la historia democrática de nuestro país- concurren muchos elementos, quiero destacar dos: la guerrilla y la Unión Patriótica estuvieron mezcladas en muchos sujetos. Combinaban las formas de lucha.

El señor ‘Iván Márquez’ era Representante (a la Cámara) por la Unión Patriótica, pero seguía en la guerrilla. El señor Braulio Herrera era senador o representante por la Unión Patriótica y seguía en la guerrilla. No separaron actividades. El terrorismo y la política no se pueden mezclar. O se está en una cosa o se está en otra.

Las únicas armas válidas en el ejercicio de la noble actividad de la política, son los argumentos. Esa combinación de formas de lucha hizo mucho daño.

Y ahora que hay esa reclamación internacional, tan difícil de atender para el país, por el exterminio de la Unión Patriótica, hay que recordarle a analistas, a jueces nacionales e internacionales, cómo en esa época se practicó la combinación de las formas de lucha, y eso se convirtió en concausa eficiente del asesinato de integrantes de la Unión Patriótica. A lo cual concurrió también la falta de eficacia en el servicio público de seguridad, a cargo del Estado.

Por eso a mí me preocupa mucho que la búsqueda del acuerdo humanitario se utilice por la guerrilla para varias cosas: para hacer protagonismo político, y al mismo tiempo seguir asesinando aquí, combinar las formas de lucha. Y que eso nos lleve a una confusión.

Algo ha tenido claro el país en los últimos años, que es la conveniencia en la Seguridad Democrática, que yo creo que a pesar de que no hemos ganado totalmente, se percibe en todas partes.

Me da mucho temor que ese abuso de la guerrilla, abuso con facilitadores, abuso con la generosidad de mucha gente que interpone sus buenos oficios, abuso con el dolor de las familias, abuso con la comunidad nacional angustiada, deseosa de tener los secuestrados de regreso a casa, ese abuso con la comunidad internacional solidaria, con el dolor de las familias de los secuestrados; ese abuso de la guerrilla con todos estos factores, se convierta en un tránsito que no podemos permitir. En el tránsito de una conciencia colectiva de Seguridad Democrática, que ayuda a este tipo de obras, a una conciencia colectiva de confusión babilónica, en la cual no se sepa si estamos por la seguridad, o si estamos por la abdicación ante el terrorismo. Esa confusión hay que evitarla.

El acuerdo humanitario resuelve un problema, pero no resuelve el secuestro. El secuestro no lo resuelve sino la Seguridad Democrática. Por eso hay que hacer todos los esfuerzos para el acuerdo humanitario, pero sin afectar la Seguridad Democrática.

Y yo veo que el tiempo corre, el tiempo corre en el ejercicio del Gobierno. Vamos a seguir haciendo todos los esfuerzos por la liberación de los secuestrados.

Quiera Dios que encontremos un camino de acuerdo humanitario que no afecte la autonomía de la institucionalidad democrática de la nación, y que no afecte la conciencia colectiva de la Seguridad Democrática.

Quiera Dios que encontremos un camino de acuerdo humanitario efectivo, que sea un camino para la paz, no un paso atrás para derogar la Seguridad Democrática.

Ojalá lo podamos encontrar, y reitero esta convicción ante todos los compatriotas, esta tarde, desde la ciudad de Medellín.

Gobernador, Antioquia ha tenido la fortuna de tener en usted un gobernador de excelencia, un gran equipo. En nombre de mis compañeros del Gobierno Nacional lo felicito a usted, a su equipo de colaboradores, y felicito con todo afecto y admiración a su señora, que ha sido un gran coequipera en esta tarea.

Usted le ha cumplido muy bien a Antioquia. Nos honra mucho.

Coterráneos, estas obras necesitan buenos gobiernos. Y estas obras necesitan unas cositas, que giran alrededor de la palabra confianza. Una de esas cositas se llama Seguridad Democrática, la otra se llama Confianza Inversionista.

En el lenguaje político siempre se habla de lo social. En ocasiones se cumple, en ocasiones lo social queda en la demagogia.

Cuando no hay prosperidad económica, lo social se frustra. El discurso social sin prosperidad económica, genera ilusiones electorales y después frustraciones colectivas.

Por eso hay que llevar de la mano la prosperidad social de la prosperidad económica. Hay que soportarlas en la confianza, en la Seguridad Democrática, para que esa conciencia de un país que quiere salir adelante, todos los días se cimenté más.

Lo felicito de todo corazón Gobernador, y nos hemos sentido muy honrados de acompañarlo aquí, en este momento, donde usted ha perfeccionado el contrato de la obra y se ha sembrado ese cedro caoba que recordará un buen momento de inspiración de una muy buena gobernación, presidida por usted.

Felicitaciones a todos ustedes coterráneos”.
 
Imprimir