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Palabras del presidente Uribe en la ceremonia de inicio de la obra de la Planta de alcohol carburante de remolacha azucarera, en Tuta (Boyacá)
Noviembre 05 de 2007 (Bogotá D.C.)

 

“Su Majestad, muchas gracias por esta visita. Nos honra inmensamente a los colombianos. Permítame expresar la gratitud de los colombianos, del Gobierno, por el apoyo permanente que recibimos del Reino de Suecia, de su Gobierno.

En momentos difíciles de la Patria colombiana, Suecia ha estado permanentemente ayudando. Muchas gracias.

Hace algunos años, si nos hubieran preguntado por la posibilidad de su presencia aquí, habríamos dudado. Es casi un sueño. Qué bueno tenerla, cómo nos anima, cómo nos anima a consolidar la seguridad, a consolidar la confianza inversionista, a cumplir las metas sociales.

Como nos anima en este empeño de producción de energía limpia, que es reivindicación del campo colombiano, generación de empleo con afiliación a la seguridad social. Mil gracias, Su Majestad.

Quiero agradecer inmensamente al señor Gobernador de Boyacá, un gran líder de esta tierra, un hombre con gran visión de progreso, al Alcalde de Tuta. Esforzado Alcalde de este, su municipio, le debe este gran experimento a Colombia.

Quiero agradecer a todos los empresarios. Muchas, muchas gracias a Jan Öhrvall, de Anditec. Estamos muy agradecidos por este esfuerzo, pero también por la oferta que ustedes le hacen al país de pequeñas plantas.

En este país donde tenemos cultivos dispersos. Yo le mostraba desde el helicóptero a Su Majestad la Reina Silvia como, este altiplano, el más grande, el más fértil, el más bello de toda la Cordillera de los Andes, es un altiplano de pequeños propietarios.

En un país que tenemos bien dispersas estas producciones, las pequeñas plantas son muy importantes. En diciembre, el Ministerio de Agricultura inaugurará otras dos pequeñas plantas experimentales. Y la nueva tecnología que ustedes nos están ofreciendo nos ayuda muchísimo.

Quiero expresar toda nuestra gratitud al doctor Ariel Pinzón, por su gran esfuerzo, el esfuerzo de Maquiltec, para sacar esto adelante.

Toda nuestra gratitud a los empresarios británicos y chilenos por su confianza también en Colombia.

Y miramos con mucha ilusión este proyecto, proyecto que tiene que ayudarle a Boyacá a buscar alternativas para el campo.

El año pasado, Majestad, primero una sequía, después un invierno desastroso, disminuyeron mucho la oferta de papa y el precio se subió enormemente. Pero los agricultores no se favorecieron porque no tenían papa para vender.

Este año, como lo apreció desde el helicóptero, esto está hecho un oasis, lleno de papa. Excelentes cosechas, pero los precios muy bajos. Por eso es bien importante esta alternativa de agricultura energética, que además es agricultura limpia, que además es energía limpia.

Una contribución de Colombia en la lucha contra el calentamiento global y que va a redimir este campo boyacense.

En 18 meses esta planta debe de estar lista y debe alimentarse de 8 mil hectáreas, que tienen que hacer muchas más, para poder estar rotando los cultivos.

Esto va ayudar muchísimo porque quienes están instalando la planta tienen es asociar en el sistema de producción a todos los campesinos dueños. Aquí nadie tiene que desprenderse de la propiedad de su tierra. Se mantiene la propiedad en cabeza de los pequeños propietarios, se incrementa la productividad, se mejora el ingreso y se mejora el nivel de vida. Esto es muy bueno, quiera Dios que lo veamos muy rápidamente.

Majestad, esta tierra crecidamente es el altar de la Patria. Tuve la oportunidad de indicarle desde el helicóptero el sitio donde se dio esa Batalla de Boyacá que tanto nos enorgullece a los colombianos. Allí se cerró la independencia de Colombia y se abrió el camino definitivo para cerrar, después, una batalla posterior, la independencia de Venezuela. Después, en las Lomas de Pichincha, la independencia del Ecuador; después, en Bomboná y en Ayacucho, la independencia del Perú, que implicaba también la independencia definitiva del Alto Perú, que el Libertador convirtió en la República de Bolivia.

Esta tierra, que usted nos hace el inmenso honor de visitar hoy, tiene una participación muy eficaz en la independencia americana.

Es una tierra muy bella de gente muy laboriosa. Despierta mucho afecto. Además es una gente muy responsable. Aquí se trabaja de sol a sol, con gran laboriosidad. Y una ciudadanía muy transparente.

Nosotros tenemos un proyecto de crédito popular, se llama Banca de Oportunidades, procurando entregarles a los sectores populares de Colombia crédito, acceso al crédito, y este es el departamento donde mejor se comporta la cartera.

Esta es una ciudadanía que trabaja con toda la entrega y tiene un sentido de la ética que todos debemos aplaudir.

Encuentra usted un país trabajando. Con muchos problemas, pero con más optimismo. Empeñado en consolidar la Seguridad Democrática, empeñado en consolidar la confianza inversionista y en cumplir metas sociales.

Majestad, nosotros creemos que la única manera de sacar adelante un país en materia de superación de pobreza es de la mano de la prosperidad económica. Y que eso no se da si no hay seguridad.

Esto tan cerca de Bogotá, un oasis de paz, se había deteriorado mucho. Los grupos terroristas habían incursionado a este departamento. Se había afectado mucho el turismo, la producción. El esfuerzo de los policías y los soldados de Colombia, el apoyo del pueblo, ha permitido que paulatinamente vayamos recuperando la seguridad. No hemos ganado todavía, pero vamos ganando. Y hay toda la firme voluntad de perseverar para ganar finalmente.

Se ha recuperado la confianza inversionista. De cada 100 dólares que este país producía hace 5 años, invertía 12; hoy invierte 26. El sector privado invierte hoy 20, con responsabilidad social.

Eso nos ha permitido muchas transformaciones en la Empresa de Energía de este departamento. En una empresa metalúrgica, aquí cerca, Paz del Río, que es corazón de este departamento. Creímos que había que cerrarla, pero nos empeñamos en recuperarla.

Primero hubo un gran acuerdo con los trabajadores. Yo les hablaba, ayer por la mañana, a unos congresistas de los Estados Unidos sobre ese acuerdo. Yo hablaba a los delegados del Parlamento Europeo -y qué bueno que Su Majestad recuerde Paz del Río en Boyacá y sé que la señora Embajadora conoce bien el tema- una empresa de casi 3 mil trabajadores, de casi 3 mil jubilados, al borde del cierre. Después de muchas discusiones logramos un acuerdo. Los trabajadores redujeron los costos, pero se convirtieron en copropietarios.

Ayudó también la evolución del precio mundial del acero. Finalmente, vinieron, gracias a la confianza inversionista, la seguridad, inversionistas brasileros. Una empresa que producía 300 mil toneladas de productos metalúrgicos, en un año estará produciendo un millón.

Esta es una tierra con un suelo muy rico y con un subsuelo muy rico. Una tierra muy rica también en carbones coquizables. Ya se está pensando en un ferrocarril que venga del Río Magdalena acá, para apoyar mucho la industria metalúrgica, para apoyar mucho los carbones coquizables y, además, para apoyar mucho este tipo de industrias.

Nosotros, Majestad, llegamos a tener un 60 por ciento de pobreza. La medición del año pasado dio el 45. Muy alta. La tendencia es buena, pero no estamos contentos. Aspiramos en el 2010 que esa pobreza no esté por encima del 35. Estos proyectos ayudan a esa meta.

Hoy llegó a tener, por el temor de la gente, desempleo rondando el 20 por ciento. Todavía tenemos el 10.6. La tendencia es buena, pero todavía hay mucho desempleo, mucho subempleo. Estamos trabajando para que el año 2010 el subempleo no supere el 7, no supere el 8.

Tenemos unas metas sociales muy exigentes: plena cobertura en educación, en salud; un gran avance en el tema, un programa muy bello, Su Majestad lo conoce muy bien en el Brasil, semejante. El nuestro es Familias en Acción, ya hemos logrado millón y medio, pero ayer hicimos el compromiso en la ciudad de Manizales, para el 2009 de tener 3 millones de Familias en Acción, para cubrir todo el sector más pobre de la sociedad colombiana.

Para que este país le muestre al mundo que se puede trabajar simultáneamente por la seguridad, por la confianza inversionista, por la superación de pobreza y por la construcción de equidad.

Este proyecto lo queremos apoyar con todas las herramientas del Estado. Quiero ofrecerles lo siguiente: yo sé que ustedes estaban pendientes, señores empresarios, del decreto de zonas francas, que ya se ha expedido.

El señor Ministro de Comercio, quien con el Ministro de Hacienda es el responsable del tema, anticipa hoy por mi conducto que este proyecto clasifica, cumple sobradamente los requisitos. Cuenten con la aprobación como proyecto de zona franca.

¿Qué ventajas tiene esto? Pagan apenas 15 por ciento de impuesto de renta y no tienen que pagar para la importación de las maquinarias ni impuesto de valor agregado ni arancel. Eso ayuda mucho. Y como ya nos va la dicha, que va a hacer muy barata y muy buena la tecnología Sueca, les queda más barata sin IVA y sin arancel. Así que no hay disculpa.

Majestad, espero que les dé una llamadita por teléfono, periódicamente, y les pregunte en qué va el proyecto. Y espero que dentro de año y medio, Su Majestad y el Rey Carlos Gustavo nos acompañen a inaugurarla, ya en producción. ¿Ustedes la van a invitar para que venga a la inauguración? No nos podemos quedar en la primera piedra, sino en las 10 mil hectáreas iniciales de remolacha tropical.

Bueno, y hágale un seguimiento Majestad. Esteme preguntando a mí cómo va la doble calzada, que ahora le mostré en el helicóptero, para que sea más cómodo el viaje y cómo va el proyecto de crecimiento de la producción metalúrgica y mi idea del ferrocarril.

Conviértase, Majestad, ya que nos hizo el honor de venir aquí, en una vigilante, en una fiscalizadora para que saquemos adelante estos proyectos por esta gran tierra. Un inmenso honor que su Majestad esté hoy en este Tuta, en este Boyacá, altar de la Patria y una gran ilusión.

Quisiera que cuando Su Majestad coloque esa primera piedra, entráramos en un sueño, nos despertara y ya viéramos aquí la producción de 300 mil litros diarios de carburante y, además, esas 10 mil hectáreas de remolacha tropical rotando para bien de los boyacenses. Ojalá eso sea muy rápido doctor Ariel.

Entonces, como ahora me dijo que necesitaba esta aprobación, cuente, en dos semanas, con la aprobación de la zona franca.

Muchas gracias Majestad y muchas gracias a todos los que han hecho posible esta gran ilusión para Tuta, para Boyacá y para esta gran Patria colombiana que merece todos los días mejores oportunidades, para que las nuevas generaciones vivan felices en este suelo.

Muchas gracias”.

 

 
 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
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