“Quiero felicitarlos por su interés en un programa tan importante para el país entero. Quiero felicitar a la Directora de Bienestar por una tarea articulada, pragmática, que va produciendo resultados; al Alcalde de Medellín, por su tarea educadora; al señor Gobernador. Cuando los escuchaba, y ahora escuchaba al Gobernador le decía a la Ministra: ‘un discurso muy bien articulado, profundo en el tema’. Y me dijo: ‘No es un discurso, es una tarea. Es la forma como trabaja’.
A mí como antioqueño me enorgullece mucho eso y los felicito de todo corazón, porque es un buen ejemplo al país que están dando desde acá. A ellos, un aplauso.
A ver Gobernador, yo ya no puedo hacer comparaciones con los hijos míos sino con la expectativa de mis nietos. Pero hay veces cuando uno piensa en esta Patria, que tanto amamos, y le hacen preguntas que lo ponen a reflexionar, me dicen: ‘Bueno Presidente, ¿y este esfuerzo para qué y aquel otro y este otro riesgo y aquella controversia?’ Yo le reduzco todo a una idea: el afán de que las nuevas generaciones puedan vivir felices en Colombia. Ese es mi gran sueño. Mi generación no ha vivido un día completo de paz en Colombia. La gran ambición es que las nuevas generaciones puedan vivir felices en esta Patria. Y la política de educación de educación de primera infancia es una gran contribuyente a ese propósito.
Déjenme introducir con lo siguiente, tres objetivos tiene el Gobierno: consolidar la política de seguridad, consolidar la política de confianza inversionista y avanzar en la política social. Ninguna de las tres se puede ignorar.
Cuando uno mira la historia de Colombia se pregunta: ‘¿Qué ha sido más determinante: la pobreza de la violencia o la violencia de la pobreza? Yo he sido una especie de blasfemo, de disidente en el tema. Y seguiré siéndolo. Porque he notado una tendencia de sectores académicos a hacer presentar la pobreza como causa determinante de la violencia.
Observando uno rigurosamente los últimos 45 años de la historia de Colombia, ha sido la violencia la gran determinante de la pobreza. Ahuyentó la inversión, le afectó considerablemente al país todas las posibilidades de desarrollo. En una democracia, mientras haya inversión, todo el mundo exige política social. Pero se necesita que se dé esa inversión.
Era yo estudiante universitario aquí, yo me formé en la universidad de Antioquia, y discutíamos profundamente en los años 70 el tema. Todas las acciones violentas trataban de ser justificadas en hechos sociales. Yo creo que fueron más producidas por la ideología que por los hechos sociales; y en lugar de remediar lo que se proponían remediar, lo empeoraron. Hablaron de resolverle problemas sociales al país y qué hicieron, cuál fue el resultado: más desempleo, más pobreza, más inequidad. Tres millones de desplazados al interior de Colombia, cuatro millones de desplazados hacia afuera. Eso hay que tenerlo en cuenta.
Era yo estudiante de la universidad y nos llegó allá un panfletico un día de las Farc. Decía que el día que en Colombia se pudiera elegir directamente a los alcaldes y a los gobernadores cesaría la violencia. El país se demoró 100 años en el debate de la elección popular de alcaldes, se aprobó, más en el de gobernadores, se vino a probar un poquito más tarde, en la Constitución del 91. Se aprobaron todos los mecanismos democráticos de participación directa.
Este es un país de una democracia muy rica. Miren ustedes el número de candidatos, las opciones, ahora que estamos en vísperas electorales, las garantías efectivas a todo, las libertades de que gozan, hoy gracias a la Seguridad Democrática menos interferidos por el terrorismo, más libres. Una democracia muy rica.
¿Qué pasó a medida que se venían profundizando? La violencia quiso acabarla. Todos esos grupos terroristas, primero guerrilla y después guerrilla y paramilitares, y todos financiados por el narcotráfico, la emprendieron contra esa democracia.
Y cuando uno va a hablar de estos temas sociales en el país no puede ignorar dos temas: la seguridad y la confianza inversionista.
Ustedes integran un auditorio muy joven. Y a mí, que se me acabó la tintura de este pelo, me aparece la obligación de contarles con la mayor franqueza mi juicio de valor, lo que he observado a lo largo de mi vida, en la vida colombiana.
Miren, yo le preguntaba al doctor Ricardo Sierra: ‘¿Han tenido las cajas de compensación un periodo de mayor vigor en la afiliación de empresas y trabajadores que ahora?’ Y me decía: ‘No’.
Le he preguntado a muchos economistas: ‘¿Ha tenido Colombia un periodo de mayor estabilidad en el crecimiento de la inversión que ahora?’ Me dicen: ‘No’.
Yo veo las finanzas de los departamentos y municipios. En este Gobierno, los ingresos de los departamentos han crecido por encima de inflación en un 14 por ciento. Los de los municipios, en un 34. Bogotá, en un 40; Medellín 28 ó 32.
Entonces, eso posibilita que existiendo buenos alcaldes y buenos gobernadores, se den esos esfuerzos en educación y en política social. De lo contrario qué podrían hacer. Un gran programa, pero sin recursos.
¿Y qué ha contribuido a generar ese mejoramiento de los ingresos? Un país que tiene más confianza, porque está en un camino de Seguridad Democrática y está en un camino de estimular la inversión con responsabilidad social.
Yo veo todas estas inversiones de Medellín, las veo en Cartagena, las veo en la Colombia rural, las veo en Bogotá. Vengo de Pereira, y en las calles de Pereira, ahora, armé un conversatorio corto, con algunos ciudadanos, y me decía, gente de la calle, me decía: ‘Presidente, sentimos una economía totalmente tonificada en Pereira: mejores oportunidades de empleo, de afiliación a la Seguridad Social, una ciudad creciendo vigorosamente, y sí ya, sin estar sustentado eso en recursos de narcotráfico’.
Entonces, no se puede prescindir del tema seguridad, del tema de confianza inversionista. La seguridad es una fuente de recursos y un valor democrático. Y la seguridad nace de la autoridad. Yo pasé como disidente, durante muchos años, en esta ciudad. Decían: ‘No vayan a dejar entrar a Uribe a la Comuna 13. Ese tipo es muy mano dura, es muy guerrero y se nos complica más eso allá’.
Gracias a Dios me pude ganar la Presidencia en el año 2002, porque a los 15 días estaban los soldados y los policías en la Comuna 13, enfrentando todos esos bandidos que tenían allí maltratada a la comunidad.
Eso, es una circunstancia que no podemos ignorar. Ahora, por supuesto, la política social se convierte en un validador de la política de seguridad; en un legitimante de la misma; en un factor que la hace sostenible en el largo plazo.
No olvidemos el tema de política de seguridad y de confianza inversionista como presupuestos para poder adelantar una política social profunda.
Entremos en la Política Social y en el tema educativo. Déjenme, entonces… ¿Hay madres cabeza de familia aquí presentes? ¿Madres comunitarias de Bienestar Familiar? Levanten la mano las madres comunitarias. Ahora les voy a hacer unas preguntitas, aprovechando que aquí está la Directora de Bienestar Familiar”. |