“Los colombianos nos sentimos muy felices con ustedes. La visita de ustedes es una visita de la buena esperanza, la visita de ustedes es una visita de la solidaridad, de la amistad, de la capacidad de construir un mundo con amistad, con desprendimiento, con generosidad total.
He tenido el privilegio, como lo recordara aquí Antonio Salazar, de estar cercano a ustedes a los largo de muchos años de mi carrera pública. Me emociona mucho la actividad de ustedes, las causas que ustedes emprenden, el compromiso de su vida, que es un compromiso de solidaridad y de fraternidad.
Bienvenidos en esta hora de Colombia. Encuentran un país con problemas, pero con una alegre lucha por salir adelante. Encuentran un país cuyos golpes no lo han amargado, sino que le han acrecentado la vocación de lucha, estimulada por la esperanza, la espontaneidad, y que ha sabido superar las dificultades con alegría, con tenacidad.
Encuentran un país que quiere trabajar cinco elementos fundamentales de la democracia: la seguridad para todos los ciudadanos, el respeto a las libertades, la construcción de cohesión social, el trabajo por la transparencia, el respeto a las instituciones independientes que forman el Estado, para que no haya abuso, para que no haya excesos.
Encuentran un Estado que quiere el orden, pero que no acapara la iniciativa privada. Encuentran un Estado que protege la iniciativa privada, que le da la bienvenida, que exige responsabilidad social. Encuentran un país que hoy está en ebullición, con inversiones para procurar salir adelante.
Nuestro Gobierno tiene tres objetivos especiales: consolidar la seguridad, consolidar la confianza inversionista y cumplir unas metas sociales muy exigentes, inspiradas en las metas del milenio de Naciones Unidas, pero más exigentes y que debemos cumplir, incluso en fechas anteriores a las fijadas por Naciones Unidas.
Hablamos de Seguridad Democrática, para crear un límite histórico. La nuestra no es una propuesta de seguridad para apoyar dictaduras, es para profundizar la democracia, para eliminar la dictadura del terrorismo y de las drogas ilícitas. La nuestra no es una propuesta de seguridad para eliminar el disenso, es para proteger la diversidad. La nuestra no es una propuesta de seguridad para estimular el odio, es una propuesta de seguridad para crear fraternidad, a partir de que todo el mundo pueda estar tranquilo.
Este Continente fue recorrido por la doctrina de la seguridad nacional. Hizo mucho daño, porque combatió el terrorismo con terrorismo. Nosotros combatimos el terrorismo con firmeza democrática, procurando que cada acto de autoridad legitime la autoridad por su ejercicio democrático.
Aquí asesinaban 35 mil personas al año, todavía el año pasado murieron 17 mil. Estamos haciendo un gran esfuerzo para que esa tasa se reduzca año tras año.
Aquí secuestraban 3 mil 500 personas al año. En el primer semestre de este año secuestraron 100 en comunidades remotas de Colombia. Estamos haciendo un gran esfuerzo, para que el mundo pueda ver a Colombia como un país capaz de derrotar el secuestro.
El cinco de agosto de 2002 la Gobernación de Cartagena sufrió un atentado terrorista, como muchos que sufría Colombia, esos atentados terroristas han venido disminuyendo notablemente. Esta ciudad ha recuperado su confianza, porque estos atentados terroristas han venido desapareciendo de Cartagena y de muchas ciudades y de casi todo el territorio de Colombia.
Hoy están los periodistas más tranquilos, los intelectuales más tranquilos, los amigos del Gobierno más tranquilos, los adversarios del Gobierno más tranquilos. Unos hablan con alegría de Seguridad Democrática, otros por razones de oposición al Gobierno no hablan de Seguridad Democrática, pero en su intimidad reconocen la bondad de avanzar en la seguridad.
Estamos trabajando la confianza inversionista, para nosotros es fundamental. Pudo haber crecimiento económico un día porque se descubre un pozo de petróleo, pero cuando se agote, ese crecimiento decae. Puede haber crecimiento económico un día porque sube el precio de un producto básico, cuando se normaliza, ese crecimiento decae. Para nosotros lo único que genera crecimiento sostenido, vigoroso en el largo plazo, es la confianza inversionista, es nuestro gran afán.
Hace cinco años, de cada 100 dólares que producíamos, invertíamos dos, hoy invertimos 25. Hace cinco años de cada cien dólares que producíamos, el sector privado invertía 6 y medio, hoy invierte entre 19 y 21.
El mundo empieza a mirar las posibilidades de inversión en Colombia con muy buenos ojos.
Por tercer año consecutivo vamos a tener una inversión extranjera directa superior a los 6 mil millones de dólares. Este año términos netos puede ser superior a los 8 mil millones de dólares.
Para estimular esa confianza inversionista, apelamos a nuestro modelo de Estado, donde rechazamos el estatismo, le damos toda la confianza a la inversión privada, exigiendo responsabilidad social, basada en tres premisas: responsabilidad social como expresión de transparencia en las relaciones entre el Estado y los inversionistas.
Responsabilidad social expresada con espíritu rotario. Solidaridad con las comunidades, en el entendido de que la ley es un mínimo, que la responsabilidad social no es el cumplimiento de la ley, que la responsabilidad social es esforzarse solidariamente por el bien de la comunidad más allá de la ley.
Responsabilidad social expresada en las relaciones laborales. No queremos relaciones laborales de capitalismo salvaje, tampoco de odio de clases. Procuramos relaciones laborales de fraternidad cristiana.
Estamos buscando un país sin monopolio de Estado, sin monopolio privado. Un país con una gran dinámica de emprendimiento.
Hoy, tenemos un marco tributario, con unos incentivos bastante atractivos de la inversión. Cuando ustedes vean los nuevos proyectos de Cartagena, los nuevos hoteles, todo proyecto que se instala hoy en Colombia tiene una deducción tributaria del 40 por ciento. Equivale a que de cada 100 dólares que se invierten en Colombia, el Estado aporta 12.8. Todo nuevo hotel que se construya en Colombia, tiene una exención tributaria de 30 años. Las empresas de turismo ambiental y ecológico tienen hoy exención tributaria permanente.
Tenemos sectores muy promisorios. Tenemos la gran posibilidad de ser uno de los países de mayor producción de biocombustibles, en esta hora del planeta, cuando necesitamos medidas eficaces contra el calentamiento global. En esta hora en que el petróleo a 80 dólares asusta y se requieren alternativas.
Hoy, Colombia, después de haber incursionado en el tema en los últimos cuatro años, es el segundo país de América Latina en producción de combustibles biológicos: Etanol a partir de caña de azúcar, biodiesel a partir de palma africana, con innumerables proyectos en instalación.
Tenemos 44 millones de hectáreas en sabana, donde se puede hacer un gran crecimiento de los combustibles biológicos, sin necesidad de derribar un solo milímetro cuadrado de selva. Mantenemos un 52 por ciento del territorio en selva.
Podemos hacer un gran crecimiento en la producción de combustibles biológicos, sin afectar el área para sembrar los productos garantes de la seguridad alimentaria.
Este país ha tenido una tradición de respeto a las reglas de juego. Para afianzarla, quien invierte hoy en Colombia, de acuerdo con la nueva ley, puede hacer pactos con el Estado, para que el Estado le respete la perdurabilidad de las normas tributarias bajo las cuales tomó la decisión de hacer la inversión
Estamos buscando entendernos con todos los pueblos del mundo: la Comunidad Andina hizo el acuerdo con Mercosur, hemos hecho el acuerdo con Chile, con Perú, otro hermano, estamos buscando profundizar un acuerdo para que no haya barreras de inversión entre ambos países. Confiamos en noviembre concluir nuestras negociaciones con Canadá.
En compañía de la Comunidad Andina, avanzamos hoy en un acuerdo de asociación con Europa. Aspiramos poder tener los acuerdos de protección recíproca de inversiones con China y con India.
Recientemente tuvimos el honor de firmar el acuerdo con Honduras, con El Salvador, con Guatemala.
Confiamos que la sensatez impere en el Congreso de los Estado Unidos, y que finalmente ese Congreso apruebe el tratado que ya el gobierno de Estados Unidos ha firmado con Colombia.
Es un país que tiene ventajas muy importantes: primero, una gerencia de primera calidad en el mundo. Segundo, unos sectores trabajadores de inmenso talento, de gran capacidad de asimilar nuevos conocimientos.
De pronto una anécdota, para Pedro Medina: era yo gobernador de mi Estado, de Antioquia. Aquí en el ordenamiento territorial está la nación, en las regiones los departamentos y en las localidades los municipios o distritos, e íbamos a poner a funcionar un metro, y se necesitaba con un año de antelación capacitar a los operarios de ese metro, por parte de los alemanes que lo instalaban. A los dos meses de haber empezado el proceso de instalación los operarios criollos le enseñaban a sus profesores alemanes.
Encuentran ustedes en Colombia gerencia de óptima calidad, clase trabajadora de óptima calidad y encuentran con quien asociarse. Así como encuentran muy buenos rotarios en Colombia, encuentran muy buenos empresarios, muy buenos trabajadores, encuentran con quien asociarse. Es una gran ventaja de Colombia, reconocida por quienes se han esmerado para conocer profundamente al país. Es un país diverso.
Yo porque esta noche regreso en un avión a Bogotá, a mil kilómetros de acá, a 2 mil 680 metros sobre el nivel del mar, en la sabana andina más grande y bella del continente, a esa altura sobre el nivel del mar.
¿Pero imaginan ustedes la diferencia? ¿Imaginan ustedes, cuando los conquistadores llegaban acá, y tenían que navegar el río Magdalena aguas arriba, después subir a pie, o de a caballo, desde el río Magdalena a aquella sabana?
Es un país de una diversidad increíble. Esta ciudad tan bella nada tiene que ver con otra tan bella como Bogotá, esta nada tiene que ver con otra tan bella como Cali, o como Medellín. Aquí mismo, en el Caribe, ustedes van a Barranquilla y encuentra que dentro del Caribe colombiano hay gran diversidad. Y un poquito más al norte, a Santa Marta, la ciudad de la eterna luz, “el brillo total”, como la llamara el Libertador, de espaldas a la sierra más alta del mundo, en proporción a su corta distancia sobre el mar.
Un país que tiene un millón 150 mil kilómetros cuadrados. La Costa Pacífica, las tres cordilleras en que se dividen los Andes, y el oriente colombiano, donde hay 600 mil kilómetros. En ese oriente, 350 mil (kilómetros) en selva amazónica, 250 mil en sabana, en gran parte todavía inexplotada.
Llegan ustedes a una de las ciudades más bellas del planeta, a Cartagena. Bella, llena de posibilidades y de contrastes. La violencia y los atractivos, hicieron que esta ciudad pasara de 400 mil habitantes a un millón en muy pocos años.
Colombia, por la violencia, sufrió el desplazamiento de 4 millones de ciudadanos hacia el exterior, y un desplazamiento interno de 3 millones de personas. Muchos corrieron a ubicarse en Cartagena, eso aumento los cordones de miseria, que no podemos tapar, pero que tenemos que decirle al mundo que estamos haciendo todo el esfuerzo posible para superarlos
Tenemos aquí y en todo el país, unas meta muy exigentes para llegar a la plena cobertura en educación, en salud. Estamos completando millón y medio de familias pobres que reciben un subsidio del Gobierno para garantizar la educación y la nutrición adecuada de sus hijos.
Alguien se refería a nuestro tema de Banca de Oportunidades. Hemos convocado al sector privado financiero, al sector público financiero, a las fundaciones, para superar una barrera de exclusión, para que los sectores populares de este país tengan acceso al crédito institucional.
En nuestro primer Gobierno se proveyó crédito a millón 800 mil familias microempresarias pobres. La meta en este segundo Gobierno es para cinco millones, cinco millones de familias pobres. Es una tarea en la que persistimos todos los días.
En este país hay que persistir con amor infinito, con vocación infatigable para lograr la seguridad, para lograr la confianza inversionista, para lograr las metas sociales.
No es fácil construir infraestructura en Colombia. Todos los centros productivos de nuestros países vecinos y hermanos están muy cerca del mar. Aquí tenemos unos grandes centros productivos cerca del mar, pero otros, en las cordilleras andinas, a mil kilómetros del mar, con una topografía muy difícil. Todavía tenemos mucho atraso en infraestructura, que estamos buscando superar.
Estamos construyendo en 9 ciudades, 9 Sistemas de Transporte Masivo. Hoy, si ustedes van a la Avenida Pedro de Heredia en Cartagena, encuentran un caos, porque hemos empezado ya la segunda vía del Sistema del Transporte Masivo de Cartagena, que confiamos que esté prestando servicios a finales del año 2008.
Esta ciudad celebró, hace un año, los Juegos Centroamericanos y del Caribe, con gran éxito. Se construyó una bellísima infraestructura, prevaleció el civismo. Todos los deportistas que vinieron, regresaron felices.
Este año esperamos en esta ciudad la Convención Mundial de Turismo, y haremos todo el esfuerzo para que esos convencionistas regresen felices a sus países.
Las grandes firmas de los Cruceros del Caribe han tomado la decisión ya de regresar a Cartagena. Este año Cartagena, y en menor grado Santa Marta y San Andrés, sumarán alrededor de 200 mil pasajeros que desembarcan de los cruceros. Para el año entrante esperamos cerca de 400 mil.
Hace cinco años llegaban 530 mil personas a Colombia, en vuelos internacionales. El año pasado llegaron un millón 50 mil. Esperamos que este año lleguen un millón 300 mil ciudadanos de diversos orígenes del mundo entero.
No estamos en el paraíso, pero estamos luchando para superar todas las dificultades que nos han agobiado. Este pueblo no se ha dejado agobiar, tiene toda la entereza para salir adelante.
Nos honra mucho la visita de ustedes, apreciados Rotarios, llegados de buena voluntad de tantos países hermanos y de tantos países lejanos.
Colombia tiene un inmenso vínculo con Corea, allá tuvimos nuestro Batallón Colombia, contribuyendo a que se cumpliera el pacto de paz. Permanentemente recibimos un gran reconocimiento del pueblo coreano.
Cuando ustedes regresen a sus países, nosotros queremos que regresen sintiéndose embajadores de Colombia.
Al tener el honor de llegar esta noche a participar en la sesión de apertura de esta nueva reunión del Instituto Rotario, permítanme decir que en nombre de todos los colombianos, quiero nombrarlos a todos los visitantes de países hermanos, de los más cercanos y de los más lejanos, embajadores de Colombia.
Ustedes nos hacen un inmenso honor y nos hacen una gran contribución, al visitarnos. Queremos que se sientan muy a gusto en esta tierra, y solamente les pedimos algo: que cuando salgan aquí salgan con la mente para regresar con la familia, con amigos, para difundir a Colombia.
Muchas gracias por venir, necesitamos que vengan siempre.
Que gocen a Cartagena”. |