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Palabras del Presidente Uribe en el Primer Encuentro Internacional de Responsabilidad Social Empresarial ‘ComprometRSE’, en Cartagena

Abril 04 de 2008 (Cartagena - Bolívar)
 

“Para este Gobierno ha sido muy grato el trabajo con las Cámaras de Comercio de Colombia. Un trabajo práctico. Por ejemplo, los Consultorios Empresariales en muchas ciudades colombianas, que bastante han ayudado.

De esos Consultorios Empresariales han salido tesis como la de reducir las retenciones, la de agilizar los procesos aduaneros, la de incluir los estímulos tributarios.

Con las Cámaras de Comercio también hemos avanzado en programas comunitarios de asignación de créditos. Confío que este año, con la coordinación de las Cámaras y la doctora Alicia Arango (Secretaria Privada) y el Viceministro (de Desarrollo Empresarial) Sergio Díazgranados podamos avanzar nuevamente en los Consultorios Empresariales, con énfasis en la asignación de créditos a los pequeños empresarios.

Porque al gran empresario que va bien le mandan el crédito por teléfono, no tiene problema. Los consultorios de crédito en las diferentes ciudades de Colombia, con las Cámaras de Comercio, han sido muy útiles para poder ayudar a los pequeños empresarios a sortear barreras para poder acceder al crédito.

Mis compañeros de Gobierno y yo tenemos un profundo respeto y una profunda gratitud por las Cámaras de Comercio de la Patria. Sea esta la oportunidad para reiterarles a ustedes ese sentimiento.

Quiero felicitarlos por el tema de esta reunión: la Responsabilidad Social. Permítame, antes de invitarlos a un diálogo sobre el tema, contarles, de manera muy elemental, lo que sigue pensando este Gobierno.

Nosotros nos imaginamos a Colombia como una casita, donde tenemos que caber todos, y cuya construcción hay que estarla mejorando permanentemente.

Aquí arriba esta la palabra clave, en el techo de esta casita, la palabra ‘Confianza’. Es lo que queremos. Que Colombia tenga un techo que nos albergue a todos con confianza. Confianza para vivir, para estudiar, para invertir, para trabajar en Colombia. Confianza.

Y esa casita tiene tres soportes: la seguridad desde la democracia. Es bien importante compañeros, compatriotas. Cuando uno conversa con los europeos, ellos todavía tienen la noción de una América Latina de dictaduras, donde en nombre de la seguridad se censuraba la prensa, se excluía el disenso, se eliminaba el pluralismo.

La nuestra es seguridad desde la democracia, seguridad desde las libertades, seguridad desde el pluralismo, seguridad con un gran énfasis en derechos humanos.

El segundo pilar es confianza inversionista desde la responsabilidad social. Ahora, más adelante, permítanme referir a las posibilidades que hay para invertir en Colombia y qué entiende el Gobierno en el esquema de esta casita por responsabilidad social.

Y el tercer pilar es la construcción de cohesión social, de equidad social, desde las libertades. El techo y los tres pilares tienen varias relaciones. Hay confianza si funcionan bien los tres pilares; si no, se derrumba el techo. Y a su vez, la confianza tiene que fortalecer los tres pilares, crear mucho entusiasmo para que los colombianos insistamos en los tres pilares.

Diría yo que hay una relación mutuamente determinante, pero el determinante mayor son los tres pilares: su acción determinante sobre la confianza y, a su vez, la confianza ejerce una acción de replica que fortalece esos determinantes.

Entonces, hay una relación vertical, pero también la hay horizontal. Estos tres pilares están enlazados entre si. Es como cuando uno va a construir una casa en una finca y entonces el maestro de obra le dice: hay que prevenirse contra los temblores, hay que amarrarla. Entonces, uno hace unos morteritos y va amarrando los pilares y quedan amarrados en toda dirección: este con este, este con este, este con este; bien amarrados. Si hay seguridad, si hay un presupuesto necesario para confianza inversionista.

¿Por qué digo que uno? Es presupuesto necesario, es condición necesaria, pero no lo único. Porque si además de la seguridad no hay buen manejo macroeconómico, por ejemplo. Sí, la seguridad genera inversión, pero si no se da un buen manejo macroeconómico, estímulos -a lo que me voy a referir-, la inversión no florece tanto como podría.

La seguridad y la inversión, a su vez, crean las posibilidades para poder invertir en lo social. Reivindicar a Cartagena en lo social, eso no es un cuento de discurso. Es un cuento de voluntad política, de visión, de recursos. La señora Alcaldesa (Judith Pinedo) tiene la visión, tiene la voluntad política, pero necesita los recursos.

Reparar una vivienda social nos cuesta 20 millones. Una Familia en Acción en Cartagena tiene 43 mil, nos cuesta casi un millón de pesos al año, y así, sucesivamente.

Cuando el discurso social no está acompañado por los recursos que se generan por la seguridad y por la inversión, ese discurso social fracasa. Simplemente es incendiario; crea mucho entusiasmo electoral y después mucha frustración en los resultados. A su vez, si se da lo social, la gente dice ‘se justifica este esfuerzo en seguridad, se justifica este esfuerzo en confianza inversionista’. El resultado social va legitimando la seguridad y va legitimando la confianza inversionista.

Ahora, eso no se consigue de la noche a la mañana. Al medio día de hoy me preguntaba un muchacho en la Universidad Javeriana: ‘Presidente, ¿pero por qué con un crecimiento del 7,5 por ciento el año pasado, todavía tenemos tanto problema social’.

Le decía: ‘Mira, China empezó la apertura de Den Xiaoping hace 17 ó 20 años. Y desde ese año, ininterrumpidamente, capta entre 50 y 70 mil millones de dólares de inversión internacional al año. Han reivindicado 400 millones de ciudadanos, pero tienen 1.200.

Esto también necesita una política a largo plazo. Esto es producto de un esfuerzo continuado. No se produce por milagro. O sea que hay que tener mucha claridad en la visión, no renunciar a la visión, pero también mucha persistencia.

Detengamos en el segundo pilar: la inversión. Posibilidades y el requisito. El requisito es la responsabilidad social. ¿Qué posibilita la inversión? La posibilitan varios puntos. Voy hacer un resumen, ojalá breve, de esos puntos.

Reforma del Estado

Primero, el concepto que sigue teniendo el Estado colombiano. Nosotros reformamos el Estado, pero no lo eliminamos. Nosotros le damos toda la confianza a la inversión privada, doméstica o internacional. Toda la confianza. Eso es oportuno resaltarlo, porque en América Latina, en algunos países, hay una nueva moda de estatismo: quieren que todo lo maneje el Estado. El Estado está introduciendo unas nuevas rigideces sobre la economía, que prácticamente le está cercenando el espacio, se lo está recortando.

Repetir que en Colombia la inversión privada, doméstica e internacional, tiene toda la oportunidad es una necesidad, hoy, en la situación política de América Latina.

La persistencia en la Seguridad Democrática genera inversión. La gente que va a invertir piensa mucho más en la voluntad del pueblo y del Gobierno, en materia de seguridad, que en los resultados.
La ciudadanía dice: ‘Bueno, si el Gobierno y el pueblo tienen voluntad, los resultados van llegando. Winston Churchill decía que el éxito es ir de fracaso en fracaso hasta conseguirlo. Yo creo que es la mejor gráfica de la perseverancia. Las dificultades no pueden hacer desistir; las dificultades lo tienen que obligar a uno a persistir. Es bien importante que se perciba la continuada voluntad popular y gubernamental de avanzar en seguridad.

Saneamiento de la Nación

El saneamiento macroeconómico de la Nación. Sin eso no se puede hablar. Cuando nosotros empezamos el Gobierno, el país tenía un endeudamiento del 48 ó 50 por ciento. De cada 100 pesos que producíamos debíamos 48 ó 50; hoy debemos 23, 28 y todavía es muy alto. Si bien hemos rebajado 20 ó 22 puntos, 28 todavía es muy alto.

El déficit. Les voy a contar esto: La doble calzada Bogotá-Santa Marta -que con la ayuda de Dios, su licitación se abre a final de este año; está en toda la etapa de estructuración-, puede costar 2.500 millones de dólares.

Solamente este año, el Gobierno Nacional le tiene que trasladar más de 3.000 millones de dólares al Instituto Colombiano de los Seguros Sociales para pagar pensiones. Solamente este año.
Este año, el Gobierno Nacional tiene que trasladar al Instituto de los Seguros Sociales 6 billones 400 mil millones para pagar pensiones, en un solo año. Más de lo que vale construir esa doble calzada de Bogotá-Santa Marta.

Esa es una de las explicaciones de un déficit alto que tiene la Nación, que considerado ese aspecto del Seguro Social, era del 7 y medio cuando empezó el Gobierno, hoy es del 3,3. ¿Qué quiere decir eso? Cuando empezó el Gobierno, de cada 100 pesos que producíamos, al presupuesto central de la Nación le faltaban 7 y medio. Hoy le faltan 3,3. Una situación todavía bastante difícil.

Sanear esas tendencias es un requisito para que haya confianza en el país. Un país que no muestra voluntad para sanear malos indicadores macroeconómicos es un país que genera mucha desconfianza.

Para eso se han hecho muchas reformas. La reforma administrativa, que ha tenido que confrontar muchos radicalismos ideológicos que se oponían a ella.

Lo primero que reformamos fue Telecom ¿Qué tal que no lo hubiéramos hecho? Se iba a perder la empresa, se iba a perder una gran posibilidad de inversión, nos íbamos a quedar sin los recursos para pagar esos 500 mil millones que valen las pensiones al año.

La última reforma fue en Ecopetrol. Ahora estamos reformando las clínicas del Seguro Social. La Enrique de la Vega de aquí ya reformada. Yo creo que un cambio total, Alcaldesa y Gobernador, en favor de usuarios, pacientes, enfermeras, médicos. Ya no la administra el viejo clientelismo, no la administran los excesos sindicales. La administra la comunidad de hermanos de San Juan de Dios.

Los excesos sindicales, la politiquería le han hecho mucho daño a la administración pública colombiana.

Tampoco nos podemos ir al otro extremo, muy de moda, de las cooperativas de trabajo asociado, porque maltratan los derechos de los trabajadores. Yo creo que hay que lograr un equilibrio, un gran equilibrio, entre el bienestar de los trabajadores y la sostenibilidad de las empresas. Ahora, en el tema de requisitos de responsabilidad social, me referiré a eso.

La reforma del Estado puede ser, doctor Eugenio (Marulanda), el legado fiscal más importante de este Gobierno. Hoy representa un ahorro de 6 puntos del PIB (Producto Interno Bruto). Vamos a seguir con la reforma de todas esas clínicas del Seguro Social y de todas las entidades del Estado, hasta el último día de Gobierno, con la ayuda de Dios.

Transferencias

La reciente reforma de transferencias. Todo el mundo quería más, es un país muy descentralizado. Para que ustedes tengan idea de lo descentralizado que es Colombia, recuerden esto: en Colombia, más de 51 por ciento de todo el gasto de Estado lo hacen las regiones. Es un país altamente descentralizado.

¿Qué estuvimos buscando?: unas transferencias a las regiones que estimularan la descentralización, pero sin exponer la Nación a la quiebra. Ese fue otro paso importante. Y faltan otros pasos en los cuales estamos trabajando.

La orientación de la tributación. En Colombia no se incurrió en la tesis de muchos países de bajar las tarifas drásticamente para todo el mundo. Estaban aquí y las bajaron aquí, para todo el mundo. No.

En Colombia lo que hemos hecho es decir: si usted invierte, se favorece; si no invierte, sigue pagando lo mismo. Por eso, hemos dado unas deducciones: toda inversión que se hace ahora en Colombia tiene una deducción del 40 por ciento. Unos estímulos: un hotel nuevo que se construye en Colombia tiene una exención del impuesto nacional de renta de 30 años. Las empresas de turismo ecológico, la producción de biocombustibles.

Hay las nuevas zonas francas especiales, las zonas económicas especiales. Yo creo que allí hay un gran estimulo a la inversión en Colombia. Se pueden constituir en cualquier sitio del país. Ya no se necesita una ley que diga: ‘se autorizan zonas especiales en Buenaventura o en Cúcuta o en Valledupar o en Ipiales, como ocurrió en el país’. Ahora, cualquier sitio del país puede albergar una zona económica especial.

Segundo, puede estar constituida por una o varias empresas. Tercero, puede producir o prestar servicios para el extranjero o para la comunidad doméstica. Cuarto, con esos requisitos, las empresas que estén allí no tienen que pagar IVA ni arancel por los bienes de capital y las materias primas. Quinto, mientras la tasa de renta ordinaria este año va a ser del 34 -vamos a llegar al 33, pero como es gradual, yo creo que todavía no hemos llegado-, la de las zonas francas es del 15. Eso va a ayudar muchísimo.

Y puede haber zonas francas hospitalarias. Ayer que hablábamos con el Congreso Nacional de Clínicas y Hospitales veíamos como pueden darse zonas francas hospitalarias.

Y algo bien importante, le preguntan a uno: ‘Bueno, ¿y eso tan bueno cuánto dura?’ Hay una ley que nos autoriza hoy, a firmar pactos de estabilidad con los inversionistas a 20 años.

Entonces, un inversionista empieza esas inversiones, tiene derecho a reclamarle al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo el contrato mediante el cual esas condiciones tributarias, bajo las cuales creó la empresa, se garantiza que no se le modificarán para afectarlo en los próximos 20 años.

Todo esto ha ayudado, todo esto ha ayudado muchísimo. El país, hace 6 años, de cada 100 pesos que producía invertía 12. Fuimos avanzando: 15, 19, 22, 25. El año pasado 28 y medio de tasa de inversión. Es lo que tenemos que bregar a sostener.

En un año de dificultades de la economía como este, en el mundo entero, el gran esfuerzo nuestro para que a Colombia la golpeen lo menos posible esas dificultades, es sostener esa tasa de inversión; que requiere confianza.

Ahora, ¿nosotros vemos la inversión como un fin? No, como un medio. Como un medio para poder financiar la política social, para poder construir cohesión social, superar pobreza, generar empleo de alta calidad, con afiliación a la seguridad social.

Responsabilidad social

¿Y cuales son los requisitos para esa inversión? Uno solo, responsabilidad social. ¿Cómo la entiende el Gobierno? El Gobierno entiende la responsabilidad social expresada en tres áreas: primero, transparencia; segundo, solidaridad con la comunidad, y tercero, fraternidad laboral.

Transparencia: transparencia en la relaciones entre los inversionistas y el Estado en los contratos, transparencia en la tributación, transparencia en los mecanismos para resolver disputas. Transparencia.

Si ustedes leen la historia de América Latina, América Latina ha tenido muchas conflagraciones políticas por falta de transparencia. Países donde han derrocado los gobiernos, con un costo muy alto, porque los gobiernos manejaban corruptamente la asignación de contratos de hidrocarburos, de minerales, etc. La transparencia es fundamental.

En las relaciones con el Estado, la transparencia es un imperativo sin la cual no se puede decir que haya responsabilidad social del inversionista.

Segundo, la solidaridad con la comunidad. Especialmente en materias ambientales. Más allá de lo que dice la ley. La responsabilidad social no está consagrada en la Ley. Es una obligación más allá de la Ley que se podría decir extra o ultralegal; que es un aporte adicional que se le exige a la comunidad, más allá de la Ley, para poder construir armonía social.

Responsabilidad social de la inversión con las comunidades, especialmente en materias ambientales. Creo que es bien importante el tema de, por ejemplo, la explotación de los recursos naturales.

Colombia empieza a ser uno de los países del mundo de mayor producción de carbón al año, básicamente teniendo como centros de producción el Cesar y La Guajira. Y allí se necesita una responsabilidad en materia ambiental más allá de lo que obligaban los contratos.

El año pasado, por esta época, hubo una gran protesta social en la Jagua de Ibirico. La ciudadanía protestando porque se sentían muy maltratados en materia ambiental, de suministro de servicios públicos, etc.

¿Cual es la idea del Gobierno? Y la ilustro con este ejemplo: buscar acuerdos para la responsabilidad social.

En la historia de América Latina era frecuente encontrar que ante una protesta de esta naturaleza, los gobiernos podían encontrar una de dos soluciones: o decirle al Ejercito: ‘vaya y acalle esa protesta’. Nosotros no lo hicimos. Uno tiene que distinguir entre la violencia delincuencial y la protesta social.

La otra opción sería decir: ‘Bueno, que esos inversionistas se vayan de Colombia. Exprópienles esas minas, confísquelas, que se vayan’. Tampoco lo hicimos.

¿Qué hemos hecho para buscar esos acuerdos? Trabajo comunitario. En la Jagua, el año pasado realizamos 3 reuniones comunitarias, con autoridades regionales, la comunidad en pleno, sin restricciones, empresarios y Gobierno Nacional. Y se lograron acuerdos como estos: los empresarios, por ejemplo, se comprometieron a que… Allá hay pequeños poblados, por donde pasaba un vehículo al día. Una carretita destapada, un pequeño poblado. Hoy un poblado de esos, por la misma carreterita, ve cruzar 600 tractomulas al día, con carbón. Seiscientas. Cuando está lloviendo, esas 600 tractomulas condenan a la ciudadanía a respirar pantano. Y cuando hay época seca, a respirara polvorín.

¿Qué se esta haciendo? Se están pavimentando, por cuenta de las compañías, los tramos de las carreteras, inicialmente, en la parte que corresponde a esos poblados. Eso no estaba en el contrato ni en la Ley -es ultralegal, extralegal, pero hay que atenderlo.

Ahora, a medida que se va avanzando en responsabilidad social, la Ley también puede recoger esas responsabilidades.

Ahora en las nuevas licencias, que son resoluciones con fuerza legal, para las nuevas minas del Cesar, se les va a exigir a los inversionistas que cumplan con todas esas obligaciones.

Otro caso de responsabilidad social: el tema Banca de Oportunidades. Es un sistema en el cual tenemos un compromiso de muchos bancos del sector privado, de los bancos públicos, de los de primero o de segundo piso, del Fondo de Garantías del Gobierno y Bancoldex, donde nos hemos comprometido a entregar en este gobierno 5 millones de créditos populares. A enero, iban 2 millones doscientos mil.

Los bancos no tienen la obligación. Aquí no la hemos impuesto, por norma legal. Pero los hemos vinculado, vía convocatoria de responsabilidad social, a cumplir esa tarea. Y todos los días se les puya para cumplirla.

Además, el Gobierno ha creado unas condiciones, como la reglamentación, la supervisión, la colocación de recursos a través de la banca de segundo piso del Gobierno, Bancoldex, para fortalecer todas las fundaciones que están trabajando crédito popular, el Fondo de Garantías, etcétera.

Hay allí algunos casos de responsabilidad social con las comunidades. Un banco no debe pensar solamente en los cuenta-habientes, sino en esos sectores comunitarios que no son cuenta-habientes y cómo podemos avanzar con el tema de Banca de Oportunidades con el crédito, para que todos esos compatriotas que no han accedido al crédito institucional puedan llegar a él.

Allí hay un tema de responsabilidad social, una obligación social no consagrada en la Ley, más allá de la Ley.

Ahora, esto es bueno mirarlo a nivel de tamaño de empresas. Por eso, quisiera enseguida escuchar algunas preguntas de ustedes y algunos ejemplos que me den de lo que se está haciendo en esa materia.

En eso de asignación de crédito popular han ayudado mucho las Cámaras de Comercio en todo el país.

Otro tema de responsabilidad social, el tercero, es relaciones laborales fraternas. Hay que poner muchísimo cuidado en eso.

Han hecho mucho daño las relaciones laborales de capitalismo salvaje y el otro extremo, las de odio de clases. Creo que hay que descartarlas ambas y trabajar por relaciones laborales fraternas.

Medir la fraternidad es algo muy de la conciencia de cada ciudadano, de la conciencia del grupo empresarial y del grupo de trabajadores. Pero se necesitan en el país relaciones laborales fraternas: ni de odio de clases ni de capitalismo salvaje. Tenemos que abogar por ello en todas partes.

Una de las cosas que a mí me preocupa en materia laboral es que el país ha hecho un tránsito del viejo sindicalismo a las cooperativas de trabajo asociado. Y si bien había muchos problemas con el viejo sindicalismo, hay mucho abuso con las cooperativas de trabajo asociado.

Yo creo que tenemos que buscar cómo superamos ese abuso, porque de lo contrario, la inconformidad popular derrotará esas cooperativas de trabajo asociado. Tenemos que buscar allí una salida, un equilibrio en nombre de la responsabilidad social.

El primero de mayo, en Bogotá y Medellín, vamos a analizar unos acuerdos de empleadores con sindicatos para hacer contratos sindicales.

Ahora, en la responsabilidad social es bien importante un concepto moderno de sindicalismo. No el viejo concepto de sindicalismo reivindicatorio o político, sino un nuevo concepto de sindicalismo participante. Lo logramos aplicar en Paz del Río. Se los explico:

Muchos de ustedes recordarán que cuando este Gobierno asumió, Paz del Río estaba muerta, como para morirse estaba Telecom. Y hemos salido adelante.

¿Qué hicimos con Paz del Río? Les dijimos a los trabajadores: ‘Bueno, ustedes tienen que reducir la carga prestacional para que la empresa salga adelante y el Gobierno facilita que ustedes participen como copropietarios; subieron hasta el 45 por ciento, como copropietarios.

Nos comprometimos a que la Gerencia y la Junta Directiva se escogerían por meritocracia. Nos ayudó también el precio internacional del acero y del hierro, que se subieron mucho. Ese conjunto de factores salvaron la empresa. Hoy es una empresa próspera, garantizada la fuente de empleo en Boyacá, garantizado el pago a los pensionados.

Una empresa que no valía nada hace cinco años, cuando este Gobierno empezó, los trabajadores, el año pasado, resolvieron venderle su parte a Votorantim, de Brasil. Y en ese momento la empresa valió, en proporción, a dos billones de pesos. Que no valía nada.

Y ahora está haciendo unas inversiones grandísimas que le van a permitir pasar de producir 300 mil toneladas de productos de material de hierro y acero al año, a producir más de un millón de toneladas. Y está también trabajando con otras empresas y con el Gobierno a ver si del río Magdalena, por el Carare, subimos a Boyacá y Cundinamarca un ferrocarril.

Entonces, es fundamental también para la responsabilidad social, un gran criterio fraterno de empleadores y un gran criterio gerencial de trabajadores. Cada uno de los dos tiene que pensar en función de sí mismo y del otro: el trabajador tiene que pensar como trabajador y suponer que fuera empresario; y el empresario tiene que pensar como empresario y suponer que fuera trabajador.

Yo creo que ese es un elemento fundamental para que haya esa responsabilidad social, medida en fraternidad en las relaciones laborales.

Los oigo, apreciados compatriotas. Y los felicito por este gran esfuerzo que han hecho de convocar a este tema.

Cuéntenme experiencias de responsabilidad social en pequeña empresa y dificultades para ello".

 

 
 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
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