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Palabras del Presidente Álvaro Uribe
durante la clausura de la asamblea de la Andi

Agosto 08 de 2008 (Cartagena)
     
 

“El seguimiento que le hemos hecho a la Asamblea de la Andi muestra que todos los días se consolida como uno de los foros más respetados de la Patria. Estos tres días de deliberaciones nos han dado muchas luces a los colombianos. Muchas felicitaciones a la Andi, a su Junta, al doctor Luis Carlos Villegas, su presidente, por este gran esfuerzo.

Quiero felicitar a la Andi del futuro. Nos llena de ilusión ver los proyectos de estos jóvenes, de esa Colombia emprendedora, en un país que, en mi percepción y ya con el pelo sin tintura, es un país mucho más dado al emprendimiento que a la subalternidad laboral. Analicen. Y así lo demuestran ustedes con estos proyectos tan importantes de emprendimiento.

Quiero felicitar al doctor Guillermo Valencia Jaramillo (Presidente de la Industria de Confecciones ‘El Cid’, condecorado este viernes con la orden al mérito empresarial ‘José Gutiérrez Gómez’). He tenido el privilegio de contar con su amistad hace muchos años, y el privilegio de ver en él un gran ejemplo de patriota.

Podríamos destacar muchas cualidades del doctor Guillermo Valencia Jaramillo. Permítanme, apreciados compatriotas, mencionar una sola: emprende en todos los momentos, no se arredra ante las dificultades, no se queja.

Estaba Medellín en medio de bombas, de toda suerte dificultades de orden público, y él emprendiendo. No llegaba un visitante extranjero, y él con Colombiatex, con Inexmoda. Se han vivido años muy difíciles en materia de tasas de cambio, y nada lo ha arredrado.

A mí me ha sorprendido verlo durante tantos años, en tantos momentos difíciles, y su norma ha sido emprender por el país, sin que lo detenga obstáculo alguno. Nunca lo hemos visto quejarse, siempre lo hemos visto empujando. Muchas felicitaciones doctor Guillermo.

Primero, a ustedes, muchas gracias, por el reconocimiento a los soldados y policías de la Patria, a los comandantes, al Ministro (de Defensa, Juan Manuel Santos), a quienes lo antecedieron en la cartera de la Defensa.

Esta es una tarea en la cual tenemos que persistir todos los días, porque estos grupos son vanidosos, tienen dinero. Se parecen a la maleza de las tierras estériles, que es muy beligerante. Entonces por eso todos los días hay que combatirlos con mucha determinación.

Muchas gracias por ese apoyo a los soldados y policía de la Patria.

Los tres pilares

Quiero recordarles una cosa muy elemental: cuando nosotros en el Gobierno pensamos en Colombia, en lo que sería el vértice superior de la figurita que nos imaginamos para Colombia, escribimos la palabra confianza, y la sustentamos en tres pilares: seguridad desde la democracia. Hay que insistir mucho desde la democracia, porque la opinión internacional estaba orientada a ver en los proyectos de seguridad de América Latina, proyectos de seguridad de dictaduras, que terminaban en terrorismo de Estado.

Confianza inversionista desde la responsabilidad social. Responsabilidad social expresada en transparencia, en solidaridad con las comunidades, especialmente en temas como el medio ambiente, en fraternidad laboral, por oposición al odio de clases, por oposición al capitalismo salvaje. Y en la política social. Si esos tres pilares se fortalecen, se fortalece la confianza, y a su vez, más confianza, más fortalecimiento de esos tres pilares.

Y a su vez, tienen una gran relación horizontal. La seguridad y la inversión generan prosperidad, y esa prosperidad permite hacer política social, y a su vez la política social se convierte, y lo digo por el debate del gasto público actual, la política social finalmente es el gran legitimante de la seguridad y la inversión.

Es bien importante que los pobres sientan tempranamente que la seguridad y la inversión a ellos les llega. Por eso el afán, el celo del Gobierno, sacrificando gasto público, aplazando la llegada del equilibrio en esa política social, porque la entendemos como el gran legitimante de la seguridad y el gran legitimante de la confianza inversionista.

Desaceleración

La desaceleración. La compartimos, con preocupación, doctor Luis Carlos (Villegas, presidente de la Andi). Creo que este problema que tenemos de desaceleración, de inflación y altas tasa de interés, en Colombia puede tener un factor que nos ayude a pasar este mal momento, con dificultades muy inferiores a las que podríamos atravesar. Ese factor es la confianza inversionista.

Por eso el Gobierno quiere insistir en la necesidad de mantener y afianzar la confianza inversionista. Una cosa es un problema de desaceleración, inflación de combustibles, inflación general, inflación de alimentos, altas tasas de interés en ausencia de la inversión, y otra cosa es ese problema en confianza inversionista.

Como lo habrán visto con el Ministro de Hacienda (Óscar Iván Zuluaga) ayer, el país está en mejores condiciones para enfrentar estas dificultades, que en las condiciones de antaño. Por ejemplo, la protección de la cartera en el sector financiero ha pasado de un 36 por ciento a un 112 por ciento. Creo que eso ayuda a tener confianza.

Y no obstante las dificultades y el gasto que tenemos que mantener en seguridad, acelerar en infraestructura y acelerar en política social, el déficit y el endeudamiento siguen bajando.

Ha dicho el doctor Luis Carlos (Villegas, presidente de la Andi), que entre los factores que inciden en esta disminución de la inversión está el que los alcaldes y gobernadores apenas están empezando su periodo. Es normal. Generalmente el primer año de Gobierno es un año de poca inversión, y el último de mucha inversión.

Zonas francas

Las zonas francas. Sí, apenas se han venido aprobando los proyectos, pero ya tenemos 34. Entre 1958 y el año 2006. En el 58 – 59 se crearon. Y en el año 2006 Colombia había aprobado 11 zonas francas. Ahora tenemos 34. Aspiramos terminar el año con 50, pero esos procesos toman tiempo.

Es muy importante para eso, y ojalá tuviéramos hoy la oportunidad de referirnos al tema, mantener la estructura tributaria, que las ha creado, porque esos proyectos toman tiempo en concebirse, en financiarse, en instalarse. Y si ya aparecen voces pidiendo que se echen para atrás esos estímulos tributarios, entonces los inversionistas nos van a decir: ‘¿En qué estamos?’. Por eso hay que dar unas señales muy contundentes de estabilidad en esas normas.

Mis compañeros de Gobierno, con el liderazgo del Ministro (Luis Guillermo) Plata (de Comercio, Industria y Turismo) y mi persona, estamos haciendo todo lo posible para que el año termine con 50 zonas especiales. Creo que eso va a ayudar mucho. Confiamos que las grandes obras públicas puedan iniciarse.

Veo que el tema de energía y petróleo no lo han tocado en el Congreso.

Luis Carlos Villegas, presidente de la Andi:Sí, nos visitó el subsecretario de energía de los Estados Unidos, creo que es una de las visitas más importantes.

Presidente Álvaro Uribe:Pero le voy a echar un cañazo, porque creo que allá no hay tantos proyectos como aquí en este momento.

Creo que lo que se ha logrado en nuevos proyectos de inversión para generación de energía, en proyectos de inversión para búsqueda de petróleo, para refinación, en general para el sector de la petroquímica, creo que es muy importante para el país.

Ustedes saben que, salvo excepciones, las hidroeléctricas que se instalaron en el pasado, finalmente las tuvo que pagar la Nación. Salvo excepciones. Y eso nos llevó a que en algún momento el sector de energía representara el 27 por ciento de la deuda del país. Hoy representa el 3 (por ciento).

Pienso que el gran salto que hemos dado es el de crear una política que ha asignado proyectos que tienen la posibilidad de generar más de 4 millones de kilovatios, sin comprometer un peso del presupuesto nacional y sin comprometer endeudamiento de la Nación.

Hidroeléctricos como Amoyá (Río Amoyá), La Miel II, Sogamoso en Santander, Pescadero Ituango, El Quimbo en el Huila, Porce IV, todo se hace con esas dos características: sin comprometer un peso del presupuesto nacional, sin comprometer endeudamiento de la Nación. Creoque eso es algo nuevo para el país, que tiene que dar mucha tranquilidad.

Y a eso se le suma otros térmicos, como el de una planta asignada recientemente en Santa Marta, y otra base de carbón en Puerto Libertador.

Eso nos despeja las necesidades de generación de energía. El Ministro de Minas y Energía considera que por lo menos hasta el año 2019. Y se hace con total tranquilidad en la parte del presupuesto nacional y el endeudamiento.

Ha contribuido la confianza inversionista en el país. El esquema tributario. Porque esos proyectos de generación son proyectos que se van a instalar también bajo la modalidad de zonas francas.

Los equipos tienen un peso específico muy alto en la inversión total de esos proyectos. Y esos equipos no van a pagar IVA, ni van a pagar arancel.

Además esas empresas no van a pagar por esos proyectos, una vez estén generando, tarifas del 33, sino del 15. Y tienen la posibilidad en los acuerdos de estabilidad, en las reglas de juego, a 20 años.

Otra parte fundamental de esta política ha sido la garantía del cargo por capacidad y el sistema de las subastas.

Estos proyectos, todos, se adjudicaron en una subasta con una garantía de que megavatio instalado, se despache o no se despache, tiene un pago de 13 dólares con 99 centavos de dólar. No lo paga el presupuesto nacional. Lo paga el sistema. Es un elemento de los constitutivos de la tarifa. Pienso que es una muy buena noticia para la inversión en Colombia.

Petróleo

El otro tema bien importante para la inversión en Colombia es el de la búsqueda petróleo. El país estaba explorando 6 – 8 – 10 pozos por año. México este año explora 60. Nosotros el año pasado exploramos 76. Y este año vamos a explorar más de 100.

Recientemente el Ministerio (Minas y Energía) adjudicó ocho bloques con 12 millones de hectáreas. El país solamente tenía un 13 por ciento de su territorio explorado. Estamos avanzando velozmente en la exploración.

Y es bien importante anotar esto, porque es el país hoy más amigo de la inversión privada en hidrocarburos en América Latina. El Gobierno de México quiere desmontar el monopolio estatal, abrirle posibilidad a la inversión privada en hidrocarburos, y le ha sido imposible que su Congreso le apruebe la reforma constitucional.

Colombia parece hoy una excepción con lo que se ha hecho de vinculación del sector privado en hidrocarburos, esa vinculación de 465 mil colombianos como socios de Ecopetrol.

Entonces, desde el punto de vista político, es muy importante preguntarse qué participación tiene el Estado en una esquema de búsqueda de hidrocarburos, donde hay gran participación privada. La participación que hemos logrado para el Estado del 75 por ciento. Y unos proyectos en los cuales participa Ecopetrol, donde esa participación es mayor.

Y eso nos permite decir que estamos en los niveles de participación estatal de América Latina, pero sin hacer monopolio estatal, con una gran fortaleza de inversión del sector privado.

Allí hay otro tema bien importante: las refinerías. Quiero referirme a la de Cartagena.

Cuando empezó nuestro Gobierno, la idea era actualizar esa refinería con una inversión de 600 millones de dólares. El proceso fue bien difícil. Porque, recordará el Ministro (Roberto) Junguito, no teníamos los recursos para poder adelantar esa inversión por cuenta de Ecopetrol.

Entonces desafiando muchos antagonismos políticos, ideológicos, logramos desmembrar esa refinería de Ecopetrol y convertirla en una refinería mixta. En un proceso totalmente transparente se seleccionó a la firma suiza Glencor. Hoy es mitad Glencor, mitad Ecopetrol.

Y la inversión, inicialmente programada de 600 millones de dólares, se ha reajustado para que sea una inversión de 3 mil millones de dólares. Tres mil millones de dólares sin sacrificar Ecopetrol su inversión. Ecopetrol seguirá con el 50 por ciento, sin sacrificar su participación. Ahí vemos también una buena noticia.

Acentuar la confianza inversionista

Entonces pienso que no obstante la preocupación por esta desaceleración, hay unos temas de inversión bien importantes para el país.

Si bien en el primer trimestre, como lo anota el doctor Luis Carlos Villegas, observamos un menor crecimiento de la inversión en cifras absolutas, de todas maneras logramos sostener, en el primer trimestre, una tasa de inversión entre el 27 y el 28 por ciento.

Creo que esa es la parte buena de la noticia que nos preocupó. El esfuerzo que toca hacer es para que esa tasa de inversión, no se sitúe por debajo del 25 por ciento.

Y el informe surgido del examen de la balanza cambiaria es que, a 18 de julio, la inversión extranjera directa habría sobrepasado los 4 mil millones de dólares. ¿Cinco mil, Luis Guillermo (Plata)? ¿Lo verificó? Cinco mil noventa.

¿La proyección de ustedes, a fin de año, sigue siendo de cuánto? El Ministerio sigue con la idea de que lleguemos este año a 11 mil millones de dólares de inversión extranjera directa.

Y como hay la tesis de que el país se va a volver un país petrolero, carbonero, minero y que se va a destruir la industria manufacturera –tesis que nos preocupa mucho, porque hay que hacer un gran desarrollo en hidrocarburos, en energía, en energías alternativas, pero tenemos que cuidar, con todo el celo, la industria manufacturera–, también quiero decirles que de esta inversión, el 56 – 58 por ciento va al sector de hidrocarburos y minería. El resto está bastante distribuido en los demás sectores de la vida económica nacional.

Entonces en medio de estas dificultades que nos preocupan, y ojala pudiéramos hablar del tema tasa de cambio, del tema tasa de interés, del tema tributario, de la política social y su relación con el gasto público, del tema de infraestructura, en medio de estas dificultades que nos preocupan, creemos que las perspectivas de inversión en Colombia siguen siendo buenas. Y el afán de todos tiene que ser acentuar la confianza inversionista para pasar este mal momento de la economía con menores dificultades.

Incentivos tributarios

A principios del 2002, el sector azucarero vallecaucano nos decía. ¿Y cómo va a mezclar el país etanol a la gasolina, si no hay quién lo produzca. El esquema tributario y la garantía de precios no lo permiten? Eso nos llevó a introducir incentivos a los biocombustibles.

En los dos últimos años, la deducción general del 40 por ciento a las nuevas inversiones, ha contribuido a tener 23 billones de inversión en Colombia. Eso es bien importante.

Los puertos colombianos que estaban muy atrasados, se vienen dotando muy bien de maquinaria. Por ejemplo, las inversiones en Buenaventura, consolidando todos los puertos que están empezando a darse, son del orden de mil millones de dólares. Y a eso contribuyen los incentivos tributarios. Hoy los puertos también pueden utilizar o la deducción del 40 por ciento, o constituirse como zonas económicas especiales.

Si se constituye como zona económica especial, pueden importar todos esos equipos sin IVA, sin arancel, que tiene un peso alto en el costo de los puertos.

A simple vista, las grúas de los puertos de Cartagena, las de Buenaventura. Y eso lo han venido facilitando los incentivos tributarios.

Nosotros encontramos mucha discusión. La academia económica de Colombia, el Congreso, no eran amigos de los incentivos tributarios.

Mirábamos la teoría mundial. En el Banco Mundial, por ejemplo, en los ensayos de los economistas del Banco Mundial, uno encuentra literatura en favor de una tesis, y de la contraria.

Hay literatura que dice: la inversión no es sensible a los incentivos. La otra dice todo lo contrario.

¿Pero qué pasa, saliéndonos de la teoría en la vida práctica? Que nosotros tenemos que competir en unos casos, y en otros casos imitar países que han introducido esos incentivos.

¿Cómo hacemos desarrollos turísticos si no damos unos incentivos que compitan con Costa Rica, con República Dominicana, con Cuba?

El informe que tengo de Cuba es que se hace la inversión, y les permiten pagar cero impuesto mientras la recuperan, y después por todo concepto pagan un 30 por ciento.

Colombia, entre 2007 y 2011, esta construyendo 14 mil habitaciones hoteleras. Y en eso ha sido bien importante el incentivo.

Estos incentivos, nosotros no llegamos a ellos improvisadamente, ni por dar regalos. Llegamos a ellos mirando la necesidad de incorporarlos para incentivar la inversión en Colombia.

Tenemos incentivos generales e incentivos sectoriales, y la modalidad de las zonas económicas especiales.

Hoy hay la discusión de que habría sido mejor una rebaja más pronunciada a las tarifas generales. También está comprobado en el mundo que eso no garantiza un alto nivel de inversión.

En la época del Presidente Reagan en los Estados Unidos, la crítica llegó porque la inversión no respondió a la rebaja general de impuestos. En cambio, hay evidencias de que hay una respuesta más efectiva de la inversión, cuando los incentivos están orientados expresamente a promover la inversión.

Ahora, las economías, creo, apreciados compatriotas, hay que mirarlas por etapas. Pensaría que en esta etapa de la vida colombiana, lo que necesitamos es empujar, con la seguridad de que lo vamos a lograr, la inversión.

Puede ser que más adelante el país ya tenga un nivel de inversión, de capital físico construido, que permita bajarle los impuestos de manera general a todo el mundo. Eso se puede dar más adelante. Pero pienso que en este momento donde tenemos afán de invertir, afán de instalar capacidad, afán de construir capital físico, necesitamos promover la inversión.

Por eso la idea nuestra ha sido establecer la diferencia entre los que invierten y los que no invierten, orientando los incentivos en favor de los que invierten.

Se ha dicho que eso afecta el fisco. Puede que inicialmente sí. Pero eso tiene una tasa de reforma muy elevada.

Pienso que si este Gobierno puede dejar aprobadas 70 zonas francas, los próximos gobiernos van a cosechar los ingresos fiscales derivados de esas zonas francas.

Algunos empresarios, uno de muy grata recordación aquí, Carlos Manuel Echavarría, nos mostraba unas cifras inobjetables de cómo esos incentivos tienen una tasa de retorno muy alta. Retornan al fisco muy fácilmente. No podemos olvidar que muchas de estas fundaciones no se iban a hacer, no contábamos con ellas. Otras estaban sumamente aplastadas. Y por lo menos, los incentivos han acelerado su instalación.

Yo quería defender la necesidad de la estabilidad de esta política.

Ahora, el Gobierno acepta que no podemos lograr un sistema tributario más simple. Ustedes recordarán todos los esfuerzos, todos los intentos. Yo diría que tenemos un sistema tributario que no es simple, pero que es muy atractivo hoy para la inversión.

Hace poco uno de los consultores de todos los cambios de Irlanda, vino aquí y nos dijo que con esquemas como el de las zonas económicas especiales, la deducción general del 40 por ciento, la exención de los primeros 10 años del período productivo de los cultivos de tardío rendimiento, en un país como el nuestro, que tiene tantas posibilidades de biocombustibles, en madera, etcétera, que veía al país muy competitivo en el esquema tributario para traer inversión. Preservémoslo.

Estabilidad tributaria

El Gobierno es partidario de no tocar la legislación tributaria. El Gobierno es partidario de mostrar que vamos a ser capaces de tener estabilidad tributaria, reconociendo que no pudimos lograr la simpleza que era deseable, pero hay que dar una señal de estabilidad.

También quiero recordar que otros países que tienen una muy baja tasa de renta, tienen impuesto a los dividendos. Nosotros no. En el caso de Irlanda, con una muy baja tasa de renta, no tiene impuesto a los dividendos, pero tiene un IVA muy alto y universal.

Este Gobierno encontró que el país cobraba el IVA sobre el 37 por ciento del total de bienes y servicios. Hoy lo cobra sobre el 54 por ciento. Un esfuerzo muy grande. Y fue muy difícil en el Congreso de la República.

Laborales

Y a eso se suma el tema de los parafiscales, que necesariamente hay que conectarlo.

Apreciados compatriotas, los quiero invitar en esta materia a que no miremos el momento sino la historia. La vida me permitió a mí trabajar en la Ley 50 de 1990. Recuerden qué era hacer empresa en Colombia con la retroactividad de las cesantías. Y lo difícil de montar eso.

Y finalmente la retroactividad en las cesantías era mala para empleadores y para trabajadores. Para muchos trabajadores eso se estaba convirtiendo simplemente en un crédito de papel. Se quebraban las empresas y no honraban el pago de las cesantías. Y los empleadores no podían hacer proyecciones con alguna certeza para el largo plazo, porque era incalculable el impacto que podía tener la retroactividad de las cesantías.

Después, a esa reforma se le adicionaron otros puntos, como la eliminación de la acción de reintegro. Y después vino la reciente reforma laboral, que lideró el doctor Juan Luis Londoño, en 2002, al inicio de nuestro Gobierno.

Controvertida hasta hace muy poco. Hasta hace muy pocos días estaba el Ministro Diego Palacio, defendiéndola en la Corte Constitucional. Porque tenía un concepto de inexequibilidad de la Procuraduría General de la Nación.

Creo que sin esa reforma, el país no tendría el éxito que empieza a tener hoy en la hotelería, en los restaurantes, en los almacenes de cadena. Porque uno de los puntos de la reforma, fue justamente racionalizar los recargos. El país no tendría ese recurso tan importante que tiene hoy en el Fondo Emprender del Sena.

Pero qué reforma tan difícil. Enfrentar antagonismos ideológicos con esa reforma, es muy difícil.

Entonces diría que nosotros tenemos un esquema laboral muy equilibrado, que le da suficiente flexibilidad a los empleadores para el enganche y para el despido. Y por el otro lado, les da suficientes garantías de estabilidad a los trabajadores.

Hace dos días, estábamos, con el Congreso de la República, sancionando la ley para restringir las cooperativas de trabajo asociado, y obligarlas a cumplir todas las obligaciones laborales y prohibirles ser intermediarios laborales; la ley que nos acerca más al cumplimiento total con la OIT (Organización Internacional del Trabajo), que radica en la justicia la competencia para calificar la legalidad o la ilegalidad en el ejercicio del derecho de huelga; la misma ley que dice que cuando una huelga lleve 65 días, ya no será el Gobierno el que pueda imponer el Tribunal de Arbitramento, sino que deberá provocarse un acuerdo entre empleadores y trabajadores, para lo cual puede participar la Comisión de Concertación Laboral.

Al sancionar esas leyes, les decía a los congresistas, antier, con todo respeto: creo que es el momento de pensar en estabilidad de las normas laborales. Es mejor en el Congreso hoy atajar normas laborales, que estimular nuevas normas laborales.

A mí me preocupa mucho la existencia en el Congreso de un estatuto laboral, que es totalmente regresivo y que acabaría con las posibilidades de inversión en Colombia. Y me toca llamar la atención sobre el tema, porque conozco el proyecto.

Parafiscales

Entonces viene el pedido en algunos sectores de que eliminemos los parafiscales. Yo creo que los parafiscales no los podemos sacar del contexto del esquema laboral al que me he referido.

Después de los esfuerzos hechos en reformas laborales, veo muy difícil y además injusto, desmontar los parafiscales. Y uno se pregunta si en una economía abierta que quiere integrarse a la economía mundial, puede haber estímulos al empleo que no sean estímulos a la inversión. Creo, con todo respeto, que hoy en una economía como la colombiana, finalmente los estímulos al empleo son los estímulos a la inversión.

De lo contrario tendríamos que estimular empleo de baja productividad, en lo cual creo que no están interesados los empleadores ni los trabajadores. Para estimular empleo de buena calidad, con afiliación a la seguridad social, lo que necesitamos es estimular la inversión.

Nosotros consideramos, primero, que las reformas laborales en Colombia han constituido un paso muy importante. Segundo, que los estímulos a la inversión tienen que ser estímulos al empleo, así lo vayamos a cosechar solamente en el mediano y en el largo plazo. Y tercero, que en un país que todavía tiene tantos desequilibrios sociales, los parafiscales son de gran importancia.

Está bien que le exijamos todos los días mejor manejo al Sena, mejor manejo a Bienestar Familiar, mejor manejo a las Cajas de Compensación, pero ahí tenemos unos amortiguadores sociales de gran importancia en Colombia.

A mí me ha preocupado la pequeñísima empresa, porque la pequeñísima empresa dice: a nosotros no nos interesa los estímulos a la inversión, porque finalmente no pagamos renta, y nos pesan mucho los parafiscales.

En la ley de Cooperativas de Trabajo Asociado, acabamos de excluir de parafiscales las Cooperativas de Trabajo Asociado, con una facturación hasta de 220 millones de pesos al año. Pequeñísimas. Que la de pescadores, que tal cooperativa campesina, que tal cooperativa de enteros, etcétera.

Sé que allá hay una preocupación, con excepción de ese sector. ¿Qué pasa en un sector todavía pequeño, que tiene que pagar los parafiscales? Pero creería, respetuosamente, que dado lo que hemos hecho en materia laboral, en formento a las inversiones, nosotros debemos defender la continuidad de los parafiscales en Colombia.

El futuro de la Seguridad Democrática y de la confianza inversionista, depende del futuro de la cohesión social en Colombia.

Y esos parafiscales los crearon ustedes, empresarios, para bien de Colombia, en una muestra de fraternidad. De ustedes nacieron ideas tan importantes como las cajas de compensación, como Bienestar Familiar, como el Sena. Defendámoslos.

Ley de segunda vivienda

En materia tributaria creo que hay que hacer apenas uno o dos correctivos. Yo quiero pedirle al Congreso que aprobemos definitivamente el proyecto que estimula la construcción de segunda vivienda en Colombia.

El ministro de Hacienda ha procedido con toda la flexibilidad. Que se necesitaba disminuir el monto de exigencia de inversión, etcétera, todo eso se ha atendido. Pero no dejemos al país sin esa posibilidad.

Cuando se observan proyectos tan importantes, como los proyectos de Panamá, de República Dominicana, uno siente envidia de la buena de no contar con esos incentivos en Colombia.

Y el otro ajuste que tenemos que hacer es el que está en ese proyecto: que quede claro en las normas que los incentivos de zonas francas se excluyen con la deducción del 40 por ciento. Que se escoge lo uno o lo otro.

Por eso, mientras eso se aprueba, no hemos incorporado en los acuerdos de estabilidad, garantía con zonas francas, garantía sobre el 40 por ciento. Porque el Gobierno piensa que cuando se aprueba una zona franca, no se debe dar el otro estímulo, que es el de la deducción del 40 por ciento.

Quería hacerles esos comentarios sobre tributación y parafiscales”.

 
     
 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
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