Palabras del Presidente Uribe en conmemoración de la
Batalla de Boyacá y del Día del Ejército
 
Agosto 07 de 2008 (Bogotá)
 
 

“Compatriotas, nos reunimos en este 7 de agosto para celebrar un aniversario más de la Independencia, de nuestro Ejército, para pensar con afecto ilimitado en la Patria.

La epopeya del campo de Boyacá quisiera revivirse ahora en las nuevas victorias del Ejército.

Cuando condecorábamos hoy, a tantos integrantes del Ejército, nos parecía ver allí los dignos sucesores de aquellos que ganaron el campo de Boyacá.

Me parecía ver allí, los herederos de quienes acompañaron al Libertador. Los herederos de (Carlos) Soublette, aquellos continuadores de la lealtad a la Patria, herederos del niño Pedro Pascasio Martínez Rojas, quien no aceptó las monedas que le ofrecieron para entregar, para liberar a (José María) Barreiro.

Y las batallas recientes que viene ganando nuestro Ejército, nos dan hoy mucha felicidad para rememorar el campo de Boyacá.

Esta mañana, en la Escuela de Caballería, nos reuníamos con muchos niños, hijos oficiales de las fuerzas, y asistíamos a un espectáculo ecuestre muy bello.
El cuerpo de Policía montada hizo una presentación bellísima, lo mismo el Ejército.

Hay que hacer de las fiestas patrias, más que ceremonias, verdaderas fiestas.

Lo del 20 de Julio de este año fue muy bello, y con la ayuda de Dios, el 20 de julio del año entrante, el último antes de Bicentenario, y el 7 de agosto, tendrán que ser una fiesta en toda la Patria.

Desde ya vamos a preparar un gran recorrido entre Tame – Hato Corozal, por el Páramo de Pisba, para llegar al Pantano de Vargas y para llegar a Boyacá. Y entonces, escenificar sobre los sitios toda la epopeya de la Patria.

Uno de los ejércitos más respetados

Hemos condecorado hoy a nuestros altos comandantes, por todos los servicios prestados. Por octava vez, al comandante del Ejército, General Mario Montoya.
Hemos condecorado a los oficiales, a los suboficiales, a los soldados que han ganado las batallas recientes, que posicionan a nuestro Ejército como uno de los ejércitos más respetado del mundo.

Hemos condecorado aquellos compatriotas de nuestro Ejército que desfilaron aquí en su silla de ruedas, mutilados por las minas antipersonal del terrorismo. Los hemos condecorado con inmensa admiración por todos, sabiendo que la felicidad que empieza a respirar la Patria también le ha costado mucho dolor a nuestro Ejército.

Nuestros soldados y nuestros policías, en enorme cantidad, han padecido las minas antipersonal, han padecido el terrorismo.

Hacer dos días, en un atentado terrorista a un helicóptero de instrucción, en el área del Cerro de El Paso, en el Tolima, fueron asesinados el Teniente Coronel Carlos Gutiérrez Zuluaga, el Subteniente Nicolás Bedoya González, y el alumno William Zambrano Triana.

Nos causó particular tristeza.

Menos de 48 horas antes, cuando inspeccionábamos con el Ministro de Transporte la construcción de la doble calzada de Bogotá a Buenaventura, el avance del Túnel de Boquerón y el avance del Túnel de La Línea, cuyo túnel básico ya pudimos pasar de un lado a otro, nos encontramos con el señor Coronel Carlos Gutiérrez Zuluaga, nos saludo con su gran calidez. Fue durante mucho tiempo piloto del helicóptero presidencial.

¡Cómo nos duele la muerte de los soldados y policías de la Patria!

Compatriotas, esta tarea es difícil. Por darnos la tranquilidad han muerto muchos soldados y policías de la Patria.

Otros, como lo vimos hoy nuevamente, en estas sillas de ruedas, han sido mutilados, y con gran coraje, con una gran fortaleza anímica, se recuperan siempre con el ánimo de servir a la Patria.

Nuestros soldados, nuestras Fuerzas Armadas, son eje fundamental de la política de Seguridad Democrática.

Los tres pilares

Cuando imaginamos Colombia, la imaginamos en una figura como esta. Y aquí arriba escribimos una palabrita: confianza. Confianza para vivir en Colombia, confianza para trabajar en Colombia, confianza para realizar la vida en lo material, en lo intelectual, en lo espiritual, en nuestra Patria.

Hace algunos años asistía yo a las universidades, y les preguntaba a los estudiantes si ellos alguna vez habían pensado en abandonar el país sin tiquete de regreso. Y me golpeaba muy hondamente constatar que la mayoría respondían diciendo que sí. Se habían desprendido del país. Había una especie de desarraigo.

Pero hoy vemos una Patria más feliz, con más confianza, y en buena parte lo debemos al heroísmo de nuestros soldados y policías. Por la felicidad de la Patria, a ellos un aplauso desde el corazón.

Ayer me preguntaba una periodista internacional: “¿Y cuándo se resolverá definitivamente esto?”. Le dije: “yo no le se el cuando, pero sí le se decir, distinguida periodista, que hay con quien. Está el heroísmo y la capacidad de nuestra Fuerza Pública para logarlo”.


Y cuando escribimos en el vértice superior de la imaginación de la Patria, la palabra confianza, la soportamos en tres pilares: seguridad desde la democracia, inversión desde la responsabilidad social y construcción de política social.

Si esos tres pilares funcionan hay más confianza, y si hay más confianza, esos tres pilares se fortalecen más. Hay una gran relación en lo vertical y también en lo horizontal

Si hay seguridad, hay inversión, y si esa inversión se acompaña de responsabilidad social, entonces tenemos que mejorar la superación de la pobreza y tenemos que avanzar en la construcción de una Patria más equitativa.

Queremos avanzar en todo ello.

Política social

En nuestra política social estamos haciendo un inmenso esfuerzo, para que rápidamente tengamos plena cobertura en educación básica en Colombia.

Cuando empezó nuestro Gobierno, la cobertura estaba en el 78 (por ciento). Hoy está en el 94. Aspiramos que 2010 sea un año de ciento por ciento de cobertura en educación básica.

Estamos empezando apenas a trabajar en educación de primera infancia. Confiamos tener rápidamente escolarizados los primeros 400 mil niñitos de los sectores más pobres de la Patria, niñitos en edad inferior a cinco años.

¿Por qué nuestra insistencia en política social? Porque la política social en la medida que avance, se constituye en el gran legitimante del esfuerzo de los soldados y policías. Se constituye en el gran legitimante de la seguridad y también de la inversión.

Cuando empezó nuestro Gobierno, la cobertura universitaria era del 22 por ciento. Hoy es del 29. Confiamos que en 2010, la cobertura universitaria sea del 34 (por ciento).

En 2002 el Sena capacitaba millón 100 mil estudiantes por año. Este año capacitará cinco millones y medio. Está avanzando hacia la enseñanza masiva del inglés, en cursos gratuitos que se dictan a través de Internet. La mayoría de los profesores son profesores que están en San Andrés: nuestros compatriotas raizales que tienen dos lenguas maternas, el español y el inglés.

Hemos avanzando en nutrición. Hemos pasado en Bienestar Familiar de atender tres millones y hoy atendemos seis millones.

Pero, adicionalmente, tenemos Familias en Acción con otros tres millones de niños, millón y medio de Familias en Acción. Las familias más pobres, que están recibiendo un subsidio para garantizar la educación de sus hijitos. Eso no es un regalo, ellos tienen que acreditar que los hijitos están asistiendo al colegio y que se están sometiendo a las pruebas médicas de nutrición.

¿Por qué ello? Para que esos padres y esas mamas puedan garantizar la educación de sus hijitos, porque cuando uno garantiza la educación de sus hijitos, uno ejerce el derecho de lograr que sus hijos sean mejores que uno, que es la aspiración de toda mamá, la aspiración de todo papá.

Si no hay educación, serán condenados los pobres a seguir pobres, y eso se excluye con la democracia. Con educación, los pobres jamás serán condenados nuevamente a ser pobres.

La educación abre los corredores de movilidad social de la democracia. Por eso nuestra insistencia en programas como Familias en Acción.

Con la ayuda de Dios, el año entrante los soldados y policías de Colombia, en los campos y ciudades, ya no se encontrarán con millón y medio de Familias en Acción, sino con tres millones de Familias en Acción. Los más pobres de la Patria, ayudados por el Estado para construir una comunidad armónica, unos colombianos felices, una Patria que viva siempre con las mejores ilusiones, con las mejores expectativas

Queremos llegar rápidamente a plena cobertura en salud. Cuando empezó nuestro Gobierno teníamos 23 millones de colombianos con seguro en salud, hoy tenemos casi 38 millones, pero nos falta.

Son 44 millones 600 mil colombianos el total de los habitantes de la Patria. Tenemos que hacer la tarea, para que en 2010 por lo menos los estratos 1, 2 y 3 todos tengan cobertura de salud, todos tengan el seguro de salud.

He querido hablar de política social hoy aquí, en este aniversario de nuestro Ejército, porque comprendo que la labor heroica de nuestro Ejército se facilita, en la medida que la labor social del Estado le llegue de manera concreta a los colombianos más pobres, para que esta Patria, así como hoy está viendo la posibilidad de salir de la violencia, también empiece a ver la luz, la posibilidad de salir de la pobreza. Que esta Patria también empiece a sentir la expectativa de que de verdad vamos a construir equidad.

Por eso nos esforzamos. Cuando los lunes acudimos con el señor Ministro (de Defensa), los altos mandos, a los Consejos de Seguridad en las regiones, los sábados a los Consejos Comunitarios que empiezan con Banca de Oportunidades, cada sábado.

En esto hay que (poner en práctica), en política social, como en la política de orden público, aquella norma que a mí me enseñaron y que trato de transmitirla a mis compatriotas: persistir, insistir, resistir, para nunca desistir.

Hay que persistir en la política de seguridad y hay que persistir en la política social.

Cada sábado persistimos en Banca de Oportunidades, y a mí algunos colombianos me dicen: “Presidente, usted sí que es cansón. Cada ocho días les pregunta lo mismo: y usted le debe al gota a gota, y usted le va a pagar al gota a gota, y a usted ya le habían prestado, y a usted por qué no le habían prestado, y usted va a pagar a tiempo, y a usted lo puede acompañar la Policía a la casa de empeño para que saque las alhajas y pague de una vez”.

Y me llama una tía de Medellín y me dice: “pero por qué repetís eso Álvaro, cada ocho días”. Y le digo: tía porque así como todos los lunes hay que repetir en las regiones que hay que derrotar a los bandidos, todos los sábados hay que repetir en las regiones que hay que hacer política social en favor de los pobres.

Es el único camino: persistir, proceder con toda la devoción. Recuerden, la constancia vence lo que la dicha no alcanza.

Y esas operaciones del Ejército, las que hoy recordaban. Esta mañana yo le decía: “Ministro ¿cómo ponemos este potrico?”. Estábamos allí en un acto con los niños, amable, calido, en la Escuela de Caballería. Y él me decía: Operación Fénix.

General Padilla, ¿cómo ponemos este potrico? Y usted me decía: Operación Jaque. General Montoya ¿cómo ponemos este potrico? Y me decía: tal operación y tal otra.

Esas operaciones se han conseguido no por milagro. El de arriba ayuda, pero el de arriba ayuda cuando ve que en nuestros soldados y policías hay devoción, constancia, espíritu de sacrificio. Y eso mismo hay que hacerlo en la vida económica y en la vida social de la nación.

Nosotros aspiramos que en este Gobierno, cinco millones de familias pobres accedan al crédito, para que vayamos, vayamos acompañando la política de seguridad con la política social.

Tenemos dificultades de la economía. Caras las tasas de interés, una inflación mundial, altos los precios de los alimentos, el precio del petróleo, pero con la ayuda de Dios, en la medida que haya confianza inversionista en Colombia, esto lo vamos a superar.

Señor Ministro y señores generales: hace dos días, al revisar la cuenta cambiaria, veíamos que a 18 de julio Colombia registraba una inversión extranjera directa este año de más de 4 mil millones de dólares. Puede que tengamos un año -en medio de las dificultades de la economía mundial- de más de 10 mil millones de dólares de inversión extranjera directa. Eso nunca lo había visto el país. Si persistimos en eso vamos a tener empleo de buena calidad, con afiliación a la seguridad social, una Patria más amable, con mejores oportunidades.

Eso se da porque hay seguridad. Eso se da por que hay confianza en nuestra democracia. La inversión llega, para generar empleo de buena calidad, porque hay confianza en nuestros soldados y policías. Cuando la seguridad no funciona, la inversión no aparece. Cuando la seguridad es efectiva, la inversión llega.

Un Ejército de moda en el mundo

El Ejército nuestro es un Ejército victorioso. En el mundo entero piensan hoy en el Ejército de Colombia. En una época pensaban en el ejército de Napoleón. En otra época pensaban en el ejército de Lenin, en el ejército de Stalin, en el ejército de los aliados.

Hoy el ejército de moda en el mundo es el Ejército de Colombia.

Ahora, cuando condecorábamos a los pilotos de los helicópteros, apellido Hernández el uno, todos criollos, decía yo: ah equivocados aquellos analistas que analizan con rabia, diciendo que esa operación la hizo una transnacional. Claro la han hecho una trasnacionales de allí de Peque y de Titiribí y de Girardot. Esos pilotos, todos criollos.

No hay unos pilotos en el mundo con más puntería, que los pilotos de las Fuerzas Armadas de Colombia. Eso que quede claro.

Ni hay en el mundo un Ejército con más creatividad, que el Ejército de Colombia.

Cuando nos fueron a explicar la Operación Jaque, ví unas señoras virtuosas de aquí de la provincia cundinamarquesa. Quien las ve. Me saludaron allá en un tonito el más humilde del mundo. ¿Saben qué hacen? Tienen una inteligencia enorme, hablan con una voz delgadita, son así chiquitas como yo, más delgaditas, y hay que verles la simpleza. Esas compatriotas de la provincia cundinamarquesa, han manejado la inteligencia en estas operaciones.

¡A esta gran inteligencia de nuestros soldados y policías, hay que darle un aplauso muy grande!

Los triunfos no se pueden empañar

Toda victoria nos tiene que enseñar a mejorar. Toda derrota es una trinchera para salir adelante, como lo dijera el Libertador. Pero toda victoria no nos puede envanecer, nos tiene que mantener fresca la capacidad de análisis, aguda la capacidad de auto crítica, tenemos que mejorar.

Estos grandes triunfos no se pueden empañar, de ninguna manera.

Permítanme decir lo siguiente: una cosa es el error y otra cosa es el engaño. Uno entiende que hay errores, y que la gente procede por miedo, y que de pronto en la estrategia y la táctica la gente se excede, para tener más precauciones, pero cuando -y eso lo hemos perdonado, se lo hemos dicho al mundo y lo hemos perdonado- pero cuando hay la obligación de hacer una investigación, esa investigación no puede decir mentiras.

Así como los errores, además cuando se confiesan hay que perdonarlos, las mentiras en las investigaciones se vuelven imperdonables.

Quiero decirle al Ejército más acreditado del mundo hoy, que cada uno de nosotros los que tenemos responsabilidades con ese Ejército, tenemos que poner mucho cuidado en estos temas.

En estas operaciones hay cosas que no se pueden hacer. Y también hay cosas de estrategia que no se deben decir.

Por ejemplo, no se pueden utilizar emblemas cuyos reglamentos internacionales prohíben su utilización. Eso no se puede hacer.

Tampoco se pueden contar algunos puntos fundamentales de la táctica de la estrategia. ¿Por qué vamos a revelar la formula del éxito? En eso hay que ser cuidadoso. Y esa autocrítica la tenemos que hacer nosotros. Pero cuando hay una investigación hay que decir la verdad, toda la verdad.

A nosotros nos perdonan si decimos la verdad. Nos tienen confianza si confesamos con incurable buena fe nuestros errores, nos pierden la confianza si llamados a una investigación no decimos totalmente la verdad.

Quiero hacer ese llamado: el Ejército glorioso que hoy tenemos, el Ejército que le va a dar la paz definitiva a Colombia, tiene que ser un Ejército que viva todos los días en proceso de perfeccionamiento.

Me decía el señor Ministro cómo hoy confían tanto en nuestras Fuerzas Armadas, en nuestro Ejército, Policía, nuestra Fuerza Aérea, nuestra Armada, que nos han pedido que ayudemos en Afganistán. No con tropas. Que ayudemos en Afganistán con expertos en minas antipersonal y con expertos en erradicación de drogas.

Este país ha adquirido mucha experiencia en eso, sufriendo. Mil 700 compatriotas mutilados de nuestras Fuerzas Armadas en los pabellones de sanidad del Ejército y la Policía sufriendo, porque han sido mutilados por las minas antipersonal.

Entonces nos piden. ‘hombre, por favor, ayúdenos en Afganistán a ver cómo se desminan los campos, ayúdenos a ver qué es lo hay que hacer, para que las fuerzas armadas que están allí no sufran estas mutilaciones por las minas antipersonal.

Que nos inviten a eso, que nos inviten a ver cómo es que estamos haciendo aquí la erradicación manual. Un país que tiene hoy 240 grupos de erradicadores, que va a erradicar manualmente 100 mil hectáreas de drogas ilícitas en el año, es un país que gana mucha respetabilidad en el mundo, y curiosidad positiva, si nos invitan a eso.

Por eso ese reconocimiento que se pone de presente cuando hay estas invitaciones, lo tenemos que cuidar. Y lo tenemos que cuidar perfeccionándonos, distinguiendo entre el error y la mentira.

Sabiendo que en las operaciones hay cosas que no se pueden hacer. Así como siempre hay que respetar los Derechos Humanos, hay otros reglamentos que tenemos que respetar, como los que impiden utilizar algunos emblemas.

Tenemos que saber que cuando nos llamen a investigaciones hay que decir toda la verdad, que con los superiores hay que definir los puntos de estrategia, los puntos de táctica que no se pueden contar, pero que con los superiores también hay que hablar toda la verdad cuando estemos en una investigación.

Seamos cuidadosos en las comunicaciones. Este es un país libre. El Presidente de la República no puede ser un censurador de comunicaciones. Este es un país de libertades, pero las Fuerzas Armadas necesitan tener mucha disciplina.

Que las Fuerzas Armadas sean las que tomen, a través de sus comandantes y de su Ministro, la decisión de aquello que se comunica. Pero que no creemos dificultades filtrando comunicaciones, filtrando noticias, sin haber consultado debidamente con el Ministro y con los altos comandantes.

El Ejército victorioso de la Patria, que ha logrado un alto grado de reconocimiento en el mundo, que tiene esta inmensa confianza de los colombianos, no puede perder el camino del mejoramiento continuo, el camino de la crítica, para todos los días mejorar.

En la Guerra de Secesión de los Estados Unidos, cuando las fuerzas que comandaba el Presidente Lincoln ganaron la Batalla de Gettysburg, casi después no ganan la guerra, porque las fuerzas pasaron del entusiasmo al triunfalismo, perdieron la autocrítica, se quedaron estancadas ante el éxito anterior, permitieron que el enemigo cruzara el (río) Potomac

Vino un invierno muy difícil, y se prolongó demasiado el triunfo final. Estas batallas que hemos ganado, nos tiene que llamar la atención para que nada no ensoberbezca, para que seamos humildes a la hora de rectificar y a la hora de hacer ajustes y de hacer críticas y de reconocer errores.

Si tenemos esa capacidad, muy difícil, en el ser humano, en el combatiente es muy difícil la humildad. Reconozco que fue muy difícil en mi caso personal, pero hay que lograrla en algunos momentos, es clave del éxito.

Si no se tiene esa capacidad para rectificar, no se obtiene el éxito que necesitan todos, todos nuestros compatriotas.

Por donde quiera que uno voltea en Colombia, se le arrima una compatriota o un compatriota, a mandarles felicitaciones a los comandantes, al Ministro, a los soldados, a los policías. Una confianza inmensa.

Vamos todos los días a merecer más esa confianza, mejorando cada uno de nosotros.

Este es un 7 de agosto muy bello, pero no podemos omitir las reflexiones que estamos obligados a adelantar para ser mejores.

Llamado al Congreso

Quiero desde aquí, aprovechando la presencia del Presidente del Congreso, hacer un llamado al Congreso, a ver si tenemos de aquí a diciembre un Congreso de excelencia, capaz de hacer todas las reformas: la reforma política, por ejemplo, para incorporar las normas que sancionen severamente a los partidos que no sean suficientemente cuidadosos para evitar la mezcla de sus integrantes con la delincuencia.

Para que la financiación todos los días sea más austera y totalmente transparente. Para que volvamos al espíritu de la Constitución del 91, que prohibió los suplentes, y allí automáticamente se resuelve el tema de la silla vacía.

Creo, señor Presidente del Congreso, que si creamos, construimos una gran conciencia en el Congreso, esta reforma la podemos aprobar.

Además, hemos estudiado las otras posibilidades para la reforma. La más expedita es la reforma a través del Congreso. Y si eso entra en vigencia el 20 de julio del año entrante y opera solamente para los hechos que se presenten a partir de ese momento, nadie se tiene que declarar impedido.

Podemos contar con que todos los que están asistiendo pueden votar, sin que las declaratorias de impedimento nos afecten el quórum. Por eso, se ha definido en principio, en el proyecto, esa fecha del 20 de julio del año entrante, como fecha para que entren a regir las reformas que se adoptan.

Así como el Ejército se ha venido ganando esta gran confianza y este gran afecto de los colombianos, hago esa invitación al Congreso de la República, para que también se lo gane.

Mensaje a la Justicia

Quiero desde aquí enviar un mensaje a la Justicia, un mensaje de respeto, un mensaje cordial: nuestro único propósito es fortalecer las instituciones, ajustarlas. Creemos en cinco principios: la seguridad desde la democracia, el respeto a las libertades, la construcción de cohesión social, la transparencia y el respeto a un Estado con instituciones independientes.

Invito a la Justicia a que nos ayude a discutir con el Congreso, tranquilamente, la reforma mejor. Nosotros no tenemos hoy dogmas en cuanto al texto, sino el propósito de obtener la mejor reforma.

Una discusión constructiva nos ayudara a eso.

Por ejemplo la doble instancia. Nadie la discute. Yo quiero declarar hoy, como Presidente de la República, que el Gobierno está dispuesto que esa doble instancia se de al interior de la Corte o entre una corte o un tribunal.

El Ministro (del Interior y de Justicia) ha hablado hoy, que podría ser la primera instancia en un tribunal y la segunda instancia en la Corte. También es posible que la primera instancia se de en una sala de la Corte y la segunda instancia se de en la Sala Plena de la Corte.

Nuestro único dogma es acertar, es lo único que queremos. Estamos dispuestos a examinar las mejores alternativas, pero hagamos las reformas que el país necesita.

Yo se que con la buena voluntad de todos, vamos a sacar esas reformas adelante.

Felicitaciones señor Ministro, felicitaciones General Padilla, felicitaciones General Montoya, felicitaciones altos comandantes, felicitaciones comandantes de nuestro glorioso Ejército, en su día.

A los hijos de los soldados, de los suboficiales, de los oficiales, de los comandantes, a sus esposas y a sus familias, nuestra gratitud. Porque mientras sus esposos han estado en el campo de batalla, dándonos tranquilidad a los colombianos, sus familias han estado sometidas a privaciones, a ausencias de papá, al riesgo del papá.

Me da mucho orgullo hoy, saber que en el mundo entero se aplaude al Ejército de Colombia.

¡Que viva el glorioso Ejército de la Patria!

 
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