Palabras del Presidente Álvaro Uribe durante el conversatorio sobre emprendimiento en la Universidad de la Sabana
 
Agosto 06 de 2008 (Bogotá)
 
 

“Me honra mucho volver hoy a la Universidad de la Sabana. La universidad tiene un nombre muy alto en el respeto de los colombianos por la educación, y siempre se mantiene en una senda de progreso, característica del emprendimiento.

El emprendimiento tiene que mantenerse en una senda de progreso. Es fundamental. El emprendedor no puede tener desmayo, pero tampoco conformismo. Son clavecitas de la vida, apreciados jóvenes.

Ni desmayo ni conformismo. Uno tiene que amanecer con optimismo, pensando, llenarse de optimismo con lo que hizo el día antes, y llenarse de optimismo con lo que va hacer el nuevo día. Sin desmayo. Pero tampoco el optimismo lo puede a uno a llevar al conformismo. Hay que evitar esos dos extremos.

Y lo que vemos en la Universidad de la Sabana es un entusiasmo permanente por Colombia, por la academia, por la integración entre la comunidad universitaria y la comunidad productora. Y al mismo tiempo, un camino que no tiene estancamiento en materia de progreso.

Cada vez que vengo a la Universidad de la Sabana me asombro con sus cifras. Recuerdo cuando era yo Gobernador de Antioquia. La universidad tenía 1.500 – 2.000 mil estudiantes. ¿Hoy tiene 8.000 en pregrado? Y además un gran crecimiento en calidad. Muchas felicitaciones.

La palabra confianza en el vértice superior

Permítame proponerles algunas ideas generales de lo que pensamos en el Gobierno sobre el país, de aquello que conduce al Gobierno nuestro, e inmediatamente abrimos a las inquietudes de ustedes.

Imaginémonos que el Gobierno nuestro piensa a Colombia como esta figura: aquí arriba, en el vértice superior, escribimos una palabra: confianza. Es lo fundamental. ¿Por qué? Lo comentaba ahora, tal vez me lo preguntaba ahora el doctor Obdulio. Yo les preguntaba a los estudiantes universitarios hace algunos años: ¿ustedes han pensado irse alguna vez definitivamente del país? Y me asombraba y me golpeaba constatar que la mayoría decía que sí. Había una especie de desarraigo, de desprendimiento, que es lo contrario de emprendimiento. Desprendimiento del país. Esta mañana me decía el Rector aquí al llegar: ‘Ahora los vemos es con mucho entusiasmo en el país’.

Entonces confianza para trabajar en Colombia, para estudiar en Colombia, para vivir en Colombia, para desarrollar la vida. Esa gracia que Dios nos da para desarrollarla en lo espiritual, en lo material, en lo intelectual, en lo deportivo, de manera integral.

Esa confianza soportada en tres pilares: seguridad desde la democracia. Hay que insistir todos los días, especialmente ante la comunidad internacional. Los europeos tenían la idea de unos conceptos de seguridad en America Latina desde las dictaduras. Emprender un proyecto de seguridad desde la democracia es bien importante.

Segundo: confianza inversionista desde la responsabilidad social. Y tercero: cohesión social desde las libertades.

Todos están relacionados, en dirección vertical y también horizontalmente.

Seguridad, inversión y cohesión social dan confianza. Y a más confianza, más seguridad, más inversión, más cohesión social. A su vez, la seguridad ayuda a que haya mucha inversión. Pero también hay que tener en cuenta esto: la seguridad es fundamental, pero no lo único. Llega un momento en que si solamente hay seguridad y no se dan otros elementos, la inversión se estanca.

Y esa combinación de seguridad y de inversión, generan prosperidad para poder hacer política social. Allí hay dos elementos teóricos de fundamental importancia para examinar. Son las relaciones entre el crecimiento y la política social, y las relaciones entre la seguridad y la política social.

Relación entre el crecimiento y la política social. América Latina ha tenido extremos. Estaba muy joven mi generación, éramos casi niños, estaba el desarrollismo brasileño. La tesis imperante era que se necesitaba primero el crecimiento. Y Brasil en esa época llego a tener períodos de crecimiento del 14 por ciento, pero acumulado en más pobreza.

Después se fue al extremo opuesto en América Latina: primero la distribución, primero lo social. Y estancaron el crecimiento e incumplieron con lo social y causaron más pobreza.

De ahí que nosotros consideramos que es muy importante llevar crecimiento y política social de la mano. Tienen que ir de la mano. Solamente apelo a un fundamento, para no entrar en teorías, que es la experiencia histórica latinoamericana.

El otro punto: la seguridad y la política social. Se dijo que lo primero que se necesitaba era política social. Pero la misma inseguridad no permitió que se diera, porque la inseguridad afectó todo. Se acabó la inversión en Colombia, se produjo ese desplazamiento enorme, que todavía no hemos podido frenar, se estancó el ritmo de crecimiento, y el país llegó a unos niveles de pobreza que no conocía.

Los movimientos insurgentes de los años 60 plantearon la apertura democrática y la construcción de equidad social, como banderas de su acción armada. Y después lo que hicieron fue todo lo contrario: lograr más pobreza y afectar peligrosamente la democracia, asesinando alcaldes, penetrando las instituciones, etcétera.

Nosotros creemos que se necesita la seguridad, que eso da confianza. Por supuesto, entra la política social a jugar un papel: es legitimante de la seguridad. Como también la política social es legitimante de la inversión. Si no se da política social, llega un momento en que la ciudadanía se pregunta: ¿entonces para qué la inversión, entonces para qué la seguridad, sino avanzamos en política social, si no avanzamos en superación de pobreza?

Diría que la seguridad y la inversión son el dúo que genera la prosperidad para adelantar la política social. Pero a su vez la política social es el elemento que legitima las políticas de seguridad y de inversión.

Colombia es un país amigo de la inversión

Ubiquémonos en la inversión. Nosotros hemos pensado que es más importante para el largo plazo tener una alta tasa de inversión, que altos niveles de crecimiento económico en lo inmediato. Porque uno puede tener crecimiento económico muy alto un año, porque aumentó el precio del petróleo, porque descubrió un pozo, porque el café se puso a 1.50, porque hay un boom de construcción. Pero al año siguiente eso se puede parar.

En cambio si hay una alta tasa de inversión sostenida, eso garantiza el crecimiento en el largo plazo.

Para no hablar de Occidente, el gran ejemplo lo ha dado China, con esas altas tasas de inversión a lo largo de 20 años, inversión total e inversión extranjera directa. Revisen, apreciados integrantes del Club Emprendedores, los flujos de inversión extranjera directa a China: 50, 53 mil, 60 mil, 65 mil, 70 mil millones de dólares al año, permanentemente. Veía ayer en la revista The Economist que, a junio de este año, China había sumado otros 395 mil millones de dólares en sus reservas. Solamente en el período enero–junio de este año.

Para fomentar esa tasa de inversión es muy importante la continuidad en la seguridad. El modelo. Tenemos que regresar a elementos muy simples, que nos habría parecido que ya estaba fuera de discusión, pero que hay que entrar a discutirlos nuevamente: el grado de apertura del país a la inversión o el grado de hostilidad a la inversión.

Los fenómenos de estatismo que se han dado en América Latina, que son fenómenos que finalmente son hostiles a la inversión. Países que piensan que con recursos de petróleo y emprendimientos exclusivamente estatales pueden lograr su desarrollo. Esos fenómenos crean desconfianza en las economías.

Por eso es muy importante repetir que Colombia es un país amigo, totalmente abierto a la inversión doméstica y a la inversión internacional. Repetir eso para marcar la diferencia con otras tendencias y dar una señal muy clara a la comunidad nacional y la comunidad internacional.

El manejo macroeconómico

Viene el tema del manejo macroeconómico. Nosotros hemos hecho un gran esfuerzo para disminuir el endeudamiento y disminuir el déficit.

Este país en muy pocos años pasó de un endeudamiento que representaba el 12 – 14 del PIB, a un endeudamiento que llegó a representar el 50. Creo que hoy estamos en el 27. Y nuestra meta para el año entrante es el 25.

Este país en muy pocos años pasó de unas finanzas públicas en equilibrio, a unas finanzas públicas con un alto déficit. A agosto del 2002 ese déficit era del 4,2. Este año debe ser del 1,3 el consolidado.

Entre otras cosas, doctora Alicia Arango, lo que me está ayudando la Ministra Consejera de la Presidencia, hay dos temitas. Pídele que me ayude para la Asamblea de la Andi pasado mañana.

Lo estaba mirando ahora aquí, que es: los crecimientos porcentuales en el precio de los combustibles, y en América Latina las comparaciones de los déficit consolidados. Ojalá el nuestro lo pongamos rápidamente por debajo del 1. Lo hemos rebajado del 4,2 al 1,3 – 1,4.

En el Gobierno Nacional Central, que es finalmente el que más importa, porque es el que tiene que pagar las pensiones y el que tiene que pagar la deuda, etcétera, ese déficit llegó a estar en el 7,5, si se le suma ese déficit declarado, lo que hay que girarle al Seguro Social en materia de pensiones. Este año confiamos que esté en el 2,8 – 2,9.

Claro: si nosotros no estuviéramos haciendo algunos gastos, como gastos en política social, aceleraríamos más la reducción del déficit. Pero ahí es donde hay un concepto político del Gobierno, con lo cual yo introduje. Nosotros tenemos que llevar de la mano de todo esto la cohesión social.

Entonces, seguramente, si no estuviéramos haciendo un gran esfuerzo en Familias en Acción, en Familias Guardabosques, en llegar rápidamente a la cobertura universal en régimen subsidiado de salud, todos esos esfuerzos sociales que se están haciendo, a pesar de todo lo que falta, tendríamos más bajo el déficit. Pero en el largo plazo la falta de política social crea una rebelión contra la seguridad y crea una rebelión contra la confianza inversionista. La gente pobre se pregunta: ‘¿Y para qué eso, si a mí no me toca? Yo vivo peor’.

Entonces ahí la economía política indica que hay que hacer unos equilibrios. Y en aras de esos equilibrios, muchas veces es mejor aplazar la solución del déficit, pero acelerar la solución social. Y ese es un elemento guía de economía política del Gobierno nuestro.

La reforma del Estado

Para resolver este problema, nuestra principal acción es la reforma administrativa. Creo que se discute muy poco. En el análisis público se habla de tributación y se habla de gasto público. Ahora hay unas discusiones coyunturales de tasa de interés, tasa de cambio, etcétera. Pero generalmente en el análisis público los temas que copan buena parte del espacio de discusión son el nivel de gasto público y la tributación.

Se ignora, por ejemplo, el tema fundamental en este Gobierno: la reforma administrativa. Para nosotros ese puede ser el gran legado de este Gobierno para sanear finanzas del Estado.

Hasta ahora hemos reformado 411 entidades del Estado. El último paso que se dio ha sido el nacimiento de la Nueva EPS, que reemplaza a la del Seguro, que entra en liquidación, donde creo que vamos a hacer un tránsito del desgreño estatal a la eficiencia social.

La Nueva EPSes de propiedad de una fiduciaria del Estado y de las Cajas de Compensación, administrada por estas últimas. La vieja hay que entrar a liquidarla.

¿Qué le hubiera pasado a este país si hubiéramos continuado con la vieja Telecom y el Ministro de Hacienda recibiendo al Presidente de Telecom cada año, para que el Presidente de Telecom le dijera: ‘Déme los 500 mil millones que necesito para pagar pensiones?

¿Qué nos hubiera pasado si no hubiéramos hecho primero la reforma laboral y pensional de Ecopetrol, y después la capitalización? ¿Si no estuviéramos reformando las clínicas del Seguro Social?

Uno de mis grandes sueños con Bogotá es que en diciembre el pueblo bogotano pueda decir: ‘Estamos contentos con las clínicas del Seguro Social’. Porque nosotros las liquidamos y se las entregamos a una sociedad conformada por la Caja de Compensación Compensar, la Universidad del Rosario y la Comunidad de Hermanos de San Juan de Dios. Creo que eso le va a trae mucho beneficio a la comunidad de pacientes y ahorros al fisco.

Volviendo a Ecopetrol. Ecopetrol ha pasado de invertir 500 – 700 millones de dólares al año. Este año podría invertir 4 billones de dólares. Y algo bien importante, sin comprometer el gasto de la Nación y sin comprometer el endeudamiento de la Nación. No se pone eso a riesgo.

La reforma en el sector eléctrico nos permitirá tener 4 millones de kilovatios, que se habrán de instalar en los próximos años, ya asignados. Con una gran diferencia frente al pasado: en el pasado, salvo Empresas Públicas de Medellín, casi todas las hidroeléctricas finalmente las pagaba la Nación.

Y eso nos llevó a tener un endeudamiento en el sector eléctrico, que representaba el 27 por ciento del endeudamiento del sector público. Hoy no representa más de 2,5 – 3 por ciento

Y el país va a construir una gran cantidad de centrales de generación eléctrica, varias de ellas hidroeléctricas: Sogamoso en Santander, El Quimbo en el Huila, Amoyá en el Tolima, La Miel en Caldas; Pescadero – Ituango en Antioquia. Sin comprometer recursos de endeudamiento y sin comprometer recursos del presupuesto. Y lo mismo, unas térmicas.

Yo confío mucho en la reforma del Estado. Eso nos está ahorrando en caja un billón cuatrocientos mil millones al año. Y en el período 2002 – 2010, eso ahorra 6,28 del PIB.

Y a esa reforma administrativa de entidad por entidad hay que sumarle las grandes reformas estructurales: la reforma constitucional que eliminó las pensiones privilegiadas, la reforma constitucional que reguló las transferencias, que nos exigían volver a la norma del 91. La norma del 91 es impagable por la Nación.

Nosotros buscamos en esta oportunidad una regulación de transferencias que nos permitiera combinar la necesidad de fomentar la descentralización sin arruinar a la Nación: equilibrios.

Es muy importante en esto del tema macroeconómico, apreciada comunidad de la Sabana, especialmente estudiantes. El emprendimiento necesita un país que sea capaz de manejar una macroeconomía sana. Y sería el tercer punto. Un país que dé seguridad con alcance democrático, uno. Un país que sea amigo de la inversión.

Por eso a mí me dan mucho miedo las tendencias que son enemigas encubiertas o enemigas abiertas de la inversión. Porque hay unos que son muy amigos de los empresarios, pero viven poniendo obstáculos por debajo. Y otros son enemigos declarados de la inversión.

Ese es el segundo tema: un país que sea amistoso con la inversión.

Y un tercer tema para que florezca el emprendimiento es un país que tenga una buena macroeconomía.

Regla nuestra: estimular la inversión

El tema tributario. Nosotros hemos pensado el sistema tributario colombiano más en función del emprendimiento, que en función de los ingresos de corto plazo. Y eso es muy importante para el debate actual, porque algunos critican los beneficios tributarios que le estamos dando a la inversión.

(Pausa).

Volvamos al tema tributario. Nosotros hemos pensado más en función de fomentar el emprendimiento, que en función de aumentarle al Estado los ingresos fiscales en el corto plazo.

Y hay también ahí un tema fundamental de economía política, porque muchos de mis críticos dicen: ‘Es que el Estado va a tener menos ingresos por esos regalos que esta dando Uribe’. Y ese es el análisis que escucho en la crítica en los últimos días.

Acepto que nosotros no hemos logrado un sistema tributario simple, pero sí reclamo que hemos logrado un sistema tributario muy atractivo para la inversión.

Y he ahí unas de las discusiones más importantes que, a mi juicio, se ha dado en Colombia. Porque cuando nosotros empezamos a proponer estos estímulos tributarios, en el Congreso de la República, los partidos, afuera, la academia económica, nos decían: esos estímulos no se necesita. La inversión no es sensible a esos estímulos.

Yo hice lo siguiente: escuchaba pros y contras. Y empezamos a ver la realidad mundial. Pros y contras. Ustedes en la literatura, y basta ir al Banco Mundial, encuentran ensayos que dicen que si hay estímulos tributarios hay más inversión. Y otros que dicen que no se necesitan. Entonces uno queda allí en un limbo teórico.

Pero se va uno a la práctica, ¿y que encuentra? En países donde ha florecido el emprendimiento, hay estímulos tributarios.

En el turismo, emprendimiento turístico. Uno ve unos grandes estímulos tributarios que los ha tenido Costa Rica y que los ha tenido República Dominicana y que los ha tenido Cuba. La misma Cuba: grandes estímulos tributarios para fomentar el turismo. Ese es un ejemplo que yo no dejo de proponer. La misma Cuba, de una orientación histórica, ideológica, contraria a la inversión privada. Y uno se sorprende de aperturas que ha hecho en algunos sectores, como en el sector turístico.

Irlanda del Sur. Buena parte del milagro irlandés es por la tributación. Una tributación amistosa con la inversión. Entonces esa es la regla nuestra: estimular la inversión.

En la administración Reagan en los Estados Unidos y en la administración Thatcher en Inglaterra, en esos países avanzó la idea de rebajarle a todo el mundo las tasas de tributación.

Recuerdo que estando yo, en el año 91, en la Universidad de Harvard, eso se controvirtió. Se dijo: bajarle a todo el mundo las tasa de tributación, no garantiza que la gente, lo que se ahorre en impuestos, lo invierta. Mucha gente lo que hace es consumir más y no invertir más.

Lo que nosotros hemos visto en el mundo, nos llevó a lo siguiente –porque ahora el Rector hablaba de la tasa de tributación del 30–: nosotros no hemos tenido la idea de bajarlo de manera general para todo el mundo, sino de introducir estímulos a la inversión.

Seguramente en el futuro, cuando el país logre otras instancias de desarrollo, eso lo van a bajar para todo el mundo. Y nos tocará verlo. Dios quiera que nos toque ser espectadores de esos cambios. Por lo pronto, cuando este país necesita es altas tasas de inversión, creemos nosotros que lo indicado es decir: ‘A los que inviertan, se les ofrecen estos estímulos tributarios’. Establecer una diferencia en el tratamiento tributario a favor de aquellos que inviertan, en relación con aquellos que no inviertan. Esa ha sido la norma.

Biocombustibles

¿Qué hemos hecho en esa materia? Hay estímulos específicos sectoriales y estímulos generales. Veamos algunos sectoriales.

Estímulos al turismo. Un hotel que se construya ahora en Colombia tiene 30 años de exención tributaria de renta. Las compañías, y allí hay mucha posibilidad para los jóvenes, de turismo ambiental, también tiene esa exención.

El tema de los cultivos de tardío rendimiento, en lo cual Colombia tiene mucho futuro. Cacao, café orgánico, algunos frutales, palma africana, esos cultivos tiene 10 años de exención de renta y complementarios, que se cuentan desde el momento en que empieza la fase productiva.

Y eso conecta con dos temas: biocombustibles y madera. Ustedes saben que Colombia tiene hoy dos fuentes probadas de biocombustibles: la caña, que es un cultivo de corto plazo, a pesar de que es muy exigente, para el etanol. Y la palma africana, que es de largo plazo, para el biodiesel.

Los biocombustibles en Colombia hoy no pagan IVA ni impuesto global al combustible.

Y quiero ir a lo práctico. En 2002, cuando empezaba nuestro Gobierno, después de discutir con todos los empresarios colombianos, llegamos a la conclusión de que sin esos estímulos y sin unas garantías de precios, el país no iría a tener biocombustibles. Y hemos avanzado. Este año vamos a terminar, Dios mediante, con una producción de 2 millones de litros al día, entre etanol y biodiesel.

En ese momento la teoría quedó a un lado. El dilema era tener o no tener biocombustibles. Y para tener biocombustibles, uno de los presupuestos esenciales era contar con estímulos tributarios.

La madera. Esta patria nuestra tiene un potencial productivo en madera grandísimo. Chile, con 3 millones de hectáreas de bosque comercial. Allí una una hectárea, en una de esas especies que se comercializan, produce 12 – 12,5 metros cúbicos por año. Aquí 25.

Creo que Colombia acabó con el ritmo forestal, por dos razones: por la violencia y porque en los años 70 se desmontaron los estímulos tributarios.

Nosotros hemos revivido los estímulos tributarios a la reforestación. Y ya va creciendo. Creo que hemos pasado de 111 mil hectáreas de reforestación comercial, y ya tenemos cerca de 300 mil. Que es todavía muy poquito. Este país podría tener millones de hectáreas de reforestación comercial. Basta ver que en el oriente colombiano, en la Orinoquía colombiana.

Grábense, muchachos estudiantes, estas curiosidades geográficas. Dividamos la patria en dos: lo que está al oriente de la Cordillera Oriental y lo que está al occidente. Lo que está al oriente es llanura. Son 640 mil kilómetros de llano. De ellos, hay 460 mil de selva. Y 180 mil kilómetros de Orinoquia, con predominio de sabana. Eso tendría un potencial.

(Pausa).

Entonces veíamos el oriente colombiano. Esos 180 mil kilómetros de sabanas, podrían ser 180 mil kilómetros de reforestación comercial. Teóricamente, todo eso podría ser de reforestación.

Es una tristeza que este país apenas tenga cerca de 300 mil hectáreas de reforestación comercial. Cuando podría tener esos miles de kilómetros en reforestación comercial.

Hoy creo que se están dando los dos estímulos. El tributario y el de la seguridad. Se está empezando a tramitar de nuevo el proyecto de Ley Forestal, para darles garantías a los reforestadotes de que van a poder explotar normalmente sus siembras forestales.

Estímulos generales. Toda inversión que se hace en Colombia hoy, tiene una deducción del 40 por ciento. Entonces me dirán a mí, porque me lo han planteado los jóvenes emprendedores: ‘Bueno, pero es que nosotros al principio no contribuimos porque no generamos renta? ¿Para qué esa deducción?’.

Pero le voy a decir que sí les sirve. Piensen en una empresa pequeña que está empezando, de jóvenes emprendedores de la Universidad de la Sabana. Esa empresa generó utilidades por 100 e invirtió 200. Si invirtió 200 tiene derecho a deducir 80.

Entonces me dicen los estudiantes: ‘Pero si me gané 100, deduzco 80, voy a perder los otros 20’.

No los pierde. ¿Porque? Ahora les digo por qué no los pierde.

Damos otro ejemplo: supongamos que la empresa no ganó nada porque está nueva, pero invirtió 200. ¿Entonces qué hace con esos 80, si no tiene utilidades contra qué deducir?

En el primer ejemplo le sobraban 20 y en el segundo ejemplo no tiene utilidades de que deducir. En el segundo ejemplo le sobran todos los 80. No pierde ni en el primer ejemplo ni en el segundo, porque la legislación tributaria y sus nuevas normas dicen que esas deducciones se pueden convertir en un crédito fiscal, que se hará efectivo en el número de años que se requiera después del año fiscal en que se cause. Creo que eso ayuda mucho al emprendimiento en nuestro país.

Zonas francas

Y veamos otro tema: el de las zonas francas especiales. El país en toda su vida, desde 1958 hasta hace dos años había, cumulado 11 zonas francas. Con el nuevo esquema ya llevamos 34 aprobadas.

Nosotros somos optimistas con eso. El nuevo esquema permite construir zonas francas en cualquier sitio, y además que las zonas francas estén integradas por una o por varias empresas.

Les exige unos requisitos de inversión y de empleo y les da unos beneficios.

Beneficios: pagan renta solamente del 15, no pagan IVA ni arancel para la importación de maquinaria.

En materias primas, pagan IVA y arancel, solamente si el producto final entra al mercado interno.

Pregunta: ¿la parte de los bienes de capital que se dedique, o de la maquinaria que se dedique a producir para el mercado interno paga IVA y arancel? No. En la maquinaria no. La maquinaria queda libre de IVA y arancel, sin importar que el producto final vaya al mercado interno o al mercado de exportación.

En las materias primas sí es diferente: no se paga el IVA y no se paga el arancel, si el producto final va al mercado de exportación. Al contrario, se paga si va al mercado final.

Yo he tenido fe en que estas dificultades que estamos atravesando de la economía, si nosotros mantenemos tasas de inversión –y lo de las zonas francas nos puede ayudar muchísimo–, podemos mitigar los efectos de estas dificultades de la economía.

Seguridad jurídica

Y hay una pregunta: seguridad jurídica, que es otro requisito para el emprendimiento. Después de una gran lucha, nosotros logramos que el Congreso nos aprobara la Ley que le permite al Gobierno firmar pactos de estabilidad con los inversionistas, a 20 años. Eso ayuda mucho a dar seguridad jurídica.

Limitaciones al emprendimiento

Me preguntarán ustedes: limitaciones hoy al emprendimiento. Empecemos por las dos que ustedes plantearon.

Creo que el Fondo Emprender ha sido un gran logro. Se lo debemos a nuestro primer Ministro de Protección, a Juan Luis Londoño, y al Director del Sena. Ellos lo concibieron, pero todavía es insuficiente.

He tomado nota de la sugerencia para que en esta reforma legal que se está adelantando con Colciencias, Colciencias sea más amplia en apoyar las empresas de los estudiantes de pregrado, de los estudiantes de posgrado, etcétera.

Ahí tenemos unos obstáculos: obstáculo educativo, obstáculo de infraestructura, obstáculo transitorio de inflación, tasas de interés, altos precios de combustible. Voy a referirme a cada uno de ellos.

En la parte educativa soy más optimista. Empiezo a ver que el país está cumpliendo las metas de cobertura, que vamos a lograr llegar a la plena cobertura en educación básica. Lo vi chequeando región por región. Y creo que vamos a llegar a mitad del 2010 con una tasa de cobertura universitaria del 34. En el 2002 era del 22.

Y soy optimista en la integración Universidades-Comunidad. Todo este estimulo de emprendimiento en La Sabana tiene un factor aglutinante, un eje alrededor del cual gira, que es la integración de la Universidad con la comunidad.

Los países para salir adelante necesitan una gran integración entre las comunidades universitarias y las comunidades productivas. No se pueden aislar.

Y en capacitación técnica también soy optimista, por lo que viene ocurriendo en el Sena: un gran crecimiento, una gran integración con la comunidad productiva, un mejoramiento de la empleabilidad de egresados y una apelación, masiva ya, a la formación técnica virtual.

Soy pesimista todavía en cuanto a los niveles de investigación. Son bajos, pero son más bajos los presupuestos que los resultados investigativos. Ese pesimismo allí lo contrarrestaría en alguna forma con lo siguiente: Colombia, con muy poquita plata, ha producido muy buenos resultados investigativos.

Es la demostración de que este país, si le logramos inyectar más para investigación, puede dar un gran salto. Confío en los aportes nuevos a investigación que, por ejemplo, se están haciendo con la Ley Agro Ingreso Seguro, que un porcentaje es para apalancar proyectos investigativos.

Infraestructura

Obstáculos: tema de infraestructura. Ahí hay un gran obstáculo. Primero, el país es muy difícil. Si ustedes miran casi todos los centros productivos de América Latina, están cerca del mar. Los centros productivos de América Central, cerca del mar. Los centros productivos del Perú, crezca al mar. Ecuador tiene un gran centro productivo, que es Guayaquil, todo su desarrollo en el mar. Centro productivos de Chile, cerca del mar. Argentina cerca del mar o con el Río de la Plata o planos. Paraguay, que no tiene costa, tiene el Río de la Plata. Bolivia, sin costa.

El lunes, cuando acudimos a La Línea a cruzar el túnel básico –que el viernes de la semana pasada se encontraron los compatriotas trabajadores en esa obra que iban en ambos sentidos, túnel que ojala lo llamáramos del Segundo Centenario–, recordábamos que de Bogotá a Buenaventura hay 580 kilómetros, y que prácticamente hay que atravesar las tres cordilleras. De Bogotá a Santa Marta, casi mil, y con enormes dificultades.

Construir infraestructura en Colombia es muy difícil. La gran ventaja competitiva, que ha tenido el Caribe, muy atrasado en infraestructura. Allí tenemos un gran reto.

Nosotros estamos haciendo un gran esfuerzo con las concesiones portuarias, aeroportuarias y con las dobles calzadas, a ver cómo dejamos lista la doble calzada de Bogotá – Sogamoso y pavimentándose lo que falta de Sogamoso a Yopal, pensando en la comunicación con Venezuela.

Y cómo dejamos totalmente contratado el trayecto Bogotá – Buenaventura en doble calzada, bastante adelantado. Son varios túneles: un túnel allá abajo en Melgar, el túnel de La Línea, otros túneles a salir al Tolima, a salir al Quindío.

Y cómo contratamos la doble calzada Bogotá – Santa Marta, la doble calzada Cúcuta – Bucaramanga. En esta obra está el Ministro en Barranquilla recibiendo la propuesta para dejar contratada toda la doble calzada del Caribe colombiano, desde la frontera con Venezuela hasta la frontera con Panamá.

Estamos haciendo un esfuerzo grande a ver si podemos desatrasar en infraestructura.

Telecomunicaciones

En telecomunicaciones el país esta avanzando bastante. Ayer veíamos que San Andrés, creo que lo vamos a convertir en una gran potencia en telecomunicaciones

Ya en San Andrés hay unos 300 profesores isleños, ellos tienen como lenguas maternas tanto el español como el inglés, que están enseñando inglés masivamente, gracias a un programa del Sena, vía Internet, a miles de colombianos. Y aspiramos terminar el año con 500 profesores allá, lo cual está ayudando mucho en materia de ingresos a la base social de San Andrés.

Y se ha abierto una licitación para instalar un cable submarino de Barranquilla a San Andrés, que nos ayude a hacer de San Andrés un gran centro de conectividad.

En el primer Gobierno nuestro, vimos un gran desatraso del país en telefonía celular. Ahora el gran esfuerzo es en banda ancha y conectividad. Está avanzando más rápidamente ese desatraso, que el desatraso en carreteras o que el desatraso en aeropuertos.

Lo de puertos, con el nuevo concepto de zonas francas y con la renegociación de concesiones, ha empezado ya a tomar mejores velocidades, pero ahí hay un obstáculo: el obstáculo de la infraestructura, que el país tiene que superarlo.

Tenemos estos obstáculos transitorios de tasas de interés. Yo no puedo negar mi preocupación. Tengo temor de que la tasa de interés está frenando consumo. La gente no quiere comprar hoy vivienda, en buena parte por temor a la tasa de interés. Y creo que lo que se buscaba con la tasa de interés, que era dar una señal para que se acabara cualquier imprudencia en el endeudamiento, se logró.

Además, creo que lo que se buscaba también para dar señales de lucha contra la inflación, a fin de tener no alta inflación en mediano y largo plazo, se logró.

Creo que lo que puede controlar la inflación ahora es que se estabilice, ojalá descienda algo el precio del petróleo, que se estabilicen los precios de los insumos agropecuarios –esos precios han aumentado muchísimo–, que podamos producir buenas cosechas. Que nos ayude la naturaleza para producir buenas cosechas. Temo que mantener unas tasas de interés tan altas, puede ayudarnos a lo contrario: a producir una gran contracción en la oferta y a que eso nos afecte finalmente, nos estimule finalmente más la inflación, con resultados que pueden ser muy dañinos en el empleo y en la lucha contra la pobreza.

Estos son como unos aspectos generales de lo que piensa el Gobierno en estas materias.

Colombia tiene más espíritu de emprendimiento que de subalternidad

Para escucharlos a ustedes esta conclusión: Colombia tiene más espíritu de entendimiento que de subalternidad laboral. Y eso hay que fomentarlo. La gente en Colombia, en todo nivel, quiere tener más su propia empresa, que ser un subalterno laboral.

Hoy hay que combinar las dos cosas: trabajar en una en el día y emprender otra en la noche. Dos horarios, jóvenes. O trabajar de lunes a viernes en una, y emprender sábado y domingo en la otra. Y uno va descansando con el cambio de actividad, muchachos.

A mí, mi tía mayor, una vez de adolescente me oyó decir que estaba cansado. Y me dijo: ‘No repitas eso en la vida, cambia de actividad, que es lo único que descansa’.

Colombia tiene unas condiciones excepcionales de actitud ciudadana hacia el emprendimiento. Y proyectos como el de la Universidad de La Sabana, que crean esa gran sensibilidad a favor del emprendimiento, ayudan mucho.

Creo que Colombia tiene estas ventajas humanas para el emprendimiento: muy buena gerencia. La gerencia colombiana la aplauden en todo el mundo. Excelentes operarios técnicos, excelentes trabajadores de base. Y Colombia tiene mucha gente buena que le da confianza a la comunidad internacional para tener socios. Cuando un inversionista va a ir a un país, también se pregunta: ¿habrá allá gente confiable con la cual yo pueda hacer sociedad? Y los colombianos en eso tienen muy buen nombre. O sea que el país tiene unas condiciones muy buenas para emprender.

Sus inquietudes, comunidad”.

 

 
Imprimir