Palabras del Presidente Álvaro Uribe durante la ceremonia de ascensos de la Armada Nacional  
Diciembre 03 de 2008 (Cartagena, Bolívar)
 
 

“Este es un día de esperanza para Colombia, después de haber hecho una graduación de un grupo numerosísimo y calificado de la Policía Nacional. A primera hora de hoy ascendió a Mayor General el Director de la Policía, General Óscar Naranjo Trujillo.

Después, en la Escuela José María Córdova, 426 jóvenes fueron graduados como subtenientes del Ejército de la patria. Allí ascendió a General pleno el General Óscar González, Comandante del Ejército. Caía ya la media tarde, y en la Escuela ‘Marco Fidel Suárez’ de la Fuerza Aérea, en Cali, 200 compatriotas ascendieron a subtendientes de la Fuerza Aérea. Veinte de ellos, mujeres. Y ascendió a Mayor General el Director de la Escuela ‘Marco Fidel Suárez’, el señor General Javier Pérez Mejía.

Y da gusto para la patria, esperanza en el futuro de la patria, acudir esta noche a este campo de parada, para constatar el ascenso a Vicealmirante del hasta hoy contralmirante Daniel Iriarte Alvira.

¿Saben ustedes cómo lo reconocen sus compañeros de la Armada? Un ejemplo de rectitud, un ejemplo de ecuanimidad, quien tiene a su cargo uno de los proyectos más importantes de la patria: la dirección de Cotecmar, donde se viene todos los días perfeccionando el proceso de construir las naves para cubrir nuestros océanos y nuestros ríos.

Y es emocionante esta graduación de jóvenes: 100 jóvenes colombianos –veinte de ellos mujeres y un joven panameño, quien ha confiado en nuestras instituciones–, se gradúan hoy como subtenientes y como tenientes de corbeta.

Muchas gracias a todos ellos. Muchas gracias a los graduandos de la Armada, a los graduandos del Ejército, a los graduandos de la Fuerza Aérea, a los graduandos de la Policía Nacional.

Comentaba hoy con el señor Ministro y con los Altos Mandos que es difícil que un país del continente esté graduando con esta cantidad, con esta calidad, con este profesionalismo. Es un gran motivo de esperanza para la patria.

Todos estos muchachos pudieron haber tomado la decisión de haber entrado a la universidad, a institutos tecnológicos, a carreras técnicas. Llevar una vida más tranquila, dedicar algunos fines de semana a la rumba. Sin embargo, ellos tomaron una decisión de abnegación, de sacrificio, de disciplina, de patriotismo: la de abrazar las armas de la República.

Ese patriotismo de ustedes, apreciados jóvenes, en ustedes implica sacrificio. A sus familias les traerá honor y a sus conciudadanos les traerá paz, tranquilidad.

Los niños y los que han de venir, todos aquellos que van formando el discurrir de la patria, podrán vivir más tranquilos por el esfuerzo de ustedes, apreciados jóvenes.

Vivimos en una patria con grandes posibilidades y dificultades. Tenemos la dificultad de las ‘pirámides’, tenemos la dificultad de las inundaciones, las dificultades de la economía mundial y los grandes retos, todavía vigentes, de la Política de la Seguridad Democrática.

‘Pirámides’

Estamos haciendo un gran esfuerzo para que en aquellos departamentos afectados por las ‘pirámides’, rápidamente crezcamos los programas sociales: que Familias en Acción, que Familias Guardabosques, que irriguemos créditos para que la gente pueda encontrar un medio de trabajo lícito que les permita superar lo que perdieron en las ‘pirámides’.

Hemos pedido a los colombianos que se reflexione, que apostarle al dinero fácil, que invertir en lo ilegal, nunca trae algo bueno.

Muchos colombianos han perdido allí esfuerzos de muchos años. Y los perdieron por permitir que la criminalidad los sedujera. Por permitir que aquellos criminales hicieran gala de su cultura y de sus costumbres mafiosas, para dilapidar los ahorros de muchos colombianos.

Roban aquí, se radican en otros países, viven allí como sibaritas. Los colombianos nos aterramos cuando vimos que estaban gastando el dinero en carros Maserati y de otras marcas, que muchos colombianos, me incluyo entre ellos, nunca habíamos oído mencionar. No se puede caer en esas trampas, apreciados compatriotas.

El Gobierno va a ayudar con políticas sociales, con irrigación de crédito. Al mediodía firmamos nuevos decretos extraordinarios para avanzar en ese proceso. Pero lo que no podemos es que con recursos del Estado se devuelva lo que muchos ciudadanos perdieron.

Estamos haciendo todo el esfuerzo, con la Policía, el DAS y las autoridades internacionales, para hallar los lugares donde escondieron esos dineros estos criminales, a ver cómo esos dineros regresan a Colombia y se pueden utilizar para devolverlos a los ciudadanos que los perdieron.

Haremos todos esos esfuerzos. Pero no podemos acceder a la petición de obtener dineros del Estado para recuperar lo que muchos ciudadanos perdieron.

Lo lícito siempre prospera. Lo ilícito no se puede premiar. Crearíamos un pésimo precedente. Alguien me llama y me dice: ‘Presidente, sálgase de ese problema. Se le va a afectar el apoyo de los colombianos. Acepte devolver ese dinero. Eso le da tranquilidad’.

Y he hecho esta reflexión, apreciados compatriotas: es preferible la intranquilidad del gobernante, que la intranquilidad futura del país. Si hoy, por la tranquilidad del gobernante, incurrimos en el grave precedente de premiar lo ilícito, devolviendo esos dineros, se desarrollará una cultura de permisividad con la ilicitud, que le traería inmensa intranquilidad futura al país.

Asumimos con toda responsabilidad las dificultades del momento, y queremos manejarlas y superarlas cuidando fundamentalmente la cultura de legalidad, que debe enseñorearse de la Colombia de las nuevas generaciones.

Inundaciones

Muy afectado está el país por las inundaciones. Toda la ribera del Magdalena, del Cauca, La Mojana, municipios de Bolívar, del Magdalena, de Atlántico, de Córdoba, Gamarra, La Gloria, Tamalameque en el Cesar, Puerto Wilches en Santander, los municipios del Atrato.

La Armada está haciendo un gran esfuerzo para ayudarnos a salir adelante. Los integrantes del Gobierno quisiéramos estar en todas partes. Allí donde un colombiano tenga un dolor de cabeza.

No acudimos a más sitios porque la agenda no nos lo permite. Porque carecemos del don de la ubicuidad. Pero todos los compatriotas afectados por estas inundaciones pueden saber que no están solos.

Estamos dotando a los departamentos afectados de bancos de materiales para que, con el apoyo técnico de la Armada, del Sena, de los ingenieros del Ejército, las personas que han perdido sus casitas por estas inundaciones las puedan reconstruir.

Hemos ordenado a los concesionarios de vías del Estado, trasladar la maquinaria hacia las carreteras secundarias y terciarias que han sido afectadas por la ola invernal. Encontraremos un mecanismo transparente para pagar esos servicios, a fin de poder reconstruir la red vial, seriamente deteriorada.

Continuaremos en todos los esfuerzos para poder superar esta emergencia.

Efectos del heroísmo de la Fuerza Pública

Y por supuesto, enfrentamos las dificultades de la economía mundial. Nos ayuda que Colombia es un país con confianza inversionista.

Ayer se instalaron aquí, en Cotecmar –Corporación de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de la Industria Naval, Marítima y Fluvial–, unos equipos portuarios que era difícil anticipar hace seis años. Qué bueno.

Gracias a que en Colombia hay condiciones para invertir. Condiciones que han surgido que del manejo macroeconómico, condiciones que han surgido que de los estímulos tributarios. Cotecmar, por ejemplo, recibe para estos equipos tratamiento de zona franca.

Pero fundamentalmente, ¿saben ustedes de dónde han surgido esas condiciones? Del heroísmo de los integrantes de la Armada Nacional, del heroísmo de los soldados, del heroísmo de los integrantes de la Fuerza Aérea, del heroísmo de los policías de Colombia, que, al avanzar en la derrota de los criminales, ha devuelto condiciones para que el país salga adelante.

Hay que conectar siempre la seguridad con lo social. Un día llegaba yo, con el Almirante Guillermo Barrera Hurtado, Comandante de la Armada Nacional, a San Jacinto, cuando en los desesperos para enfrentar a los criminales, al principio de Gobierno, él trasladó su puesto de mando a El Carmen (Bolívar), y cuando hablábamos con los ciudadanos de San Jacinto, Bolívar, me decían: ‘Presidente, gracias por habernos devuelto el almacén’.

Yo preguntaba: ‘¿Cómo así?’. Y dijeron: ‘Sí, es que nuestro almacén es la carretera. Aquí tenemos la venta de hamacas, de artesanías. Y eso se había cerrado porque por aquí nadie había vuelto a pasar. La Seguridad Democrática empieza a recuperarnos el almacén’.

Ese es el efecto del heroísmo de los integrantes de las Fuerzas Armadas de Colombia, del heroísmo de ustedes, apreciados jóvenes graduandos. Y eso ayuda a enfrentar estas dificultades de la economía.

Que las enfrentaremos con más política social, avanzando en todo el programa de infraestructura. Celebro que ya exista consenso de la ingeniería sobre una de las obras de mayor reto en Colombia: la obra para que se puedan controlar los sedimentos del Canal del Dique y evitar que sigan matando la Bahía de Cartagena.

Reactivación del turismo

Y miren cómo se conecta la política social con la política de seguridad, a partir de ese pequeño ejemplo del diálogo con un artesano en San Jacinto.

En Cartagena se había desterrado el turismo. El lunes empiezan a salir desde Cartagena turistas que pueden embarcar, por primera vez, en los barcos de los cruceros del Caribe. Qué gran avance para Colombia.

Es posible que en el próximo año, desembarquen en Cartagena 300 mil turistas de los cruceros del Caribe. No habíamos soñado que una firma transnacional de cruceros tomara la decisión de permitir el embarque de pasajeros en Colombia. Eso se debe al avance de la Seguridad Democrática.

Y todo pasajero, todo turista que se desembarca, es una oportunidad para el taxista, una oportunidad para la joyería, una oportunidad para los restaurantes.

Dos días antes de iniciar nuestro Gobierno, la Gobernación de Bolívar fue semidestruida con una bomba. Pues bien, ahora en lugar de que esas bombas nos estén afectando a diario, Cartagena avanza con unas obras de gran importancia.

Relación entre la política social y la política de seguridad

Ya Cartagena tiene cerca de 50 mil Familias en Acción. Hemos reducido el homicidio, pero las Familias en Acción han pasado de 220 mil a 1 millón 700 mil. Y el año entrante, con la ayuda de Dios, serán 3 millones de Familias en Acción. Los más pobres recibiendo un subsidio del Estado para garantizar la educación de sus hijos.

A medida que hay más seguridad, hay más posibilidades de política social.

No solamente celebro la circunstancia de la graduación de estas escuelas. Hace dos noches, con la señora Ministra de Educación, Cecilia María Vélez, entregábamos los diplomas a los mejores de la educación colombiana: al mejor Icfes, al mejor profesor, a los mejores egresados de cada programa, a las mejores universidades.

Y traigo una felicitación. Me explico: el Ministerio de Educación tiene dos certificaciones. Una certificación, que es la básica, para todo programa universitario. Y otra que es la certificación de calidad, la certificación de excelencia.

Hace dos noches, dos universidades colombianas recibieron la certificación de excelencia: la Universidad de La Salle y la Escuela de Suboficiales de la Armada Nacional de Barranquilla. Yo sentí un gran orgullo.

Cuando el país estaba arruinado por la violencia, teníamos 980 mil estudiantes universitarios. Hoy tenemos casi millón y medio.

En las ruinas de la violencia que avanzaba, teníamos 1 millón 100 mil estudiantes al año en el Sena. Hoy 6 millones de estudiantes.

Por favor, apreciados compatriotas, establezcamos siempre esa necesaria relación entre la política de seguridad y la política social.

La labor de la Armada Nacional

Quiero invitarlos a que sigamos en esta magnifica tarea. Es grato visitar la Armada Nacional, ir a Cotecmar y ver que embarcaciones que habría que comprar a precios mucho más altos en el extranjero, se están fabricando allí, bajo la conducción del Vicealmirante Daniel Iriarte Alvira.

Es grato presenciar que otro día le entregan a la Armada Nacional el certificado de calidad de Icontec. Es grato asistir a la entrega del certificado de institución universitaria de excelencia a la Escuela de Suboficiales. Y es grato constatar el avance en los ríos de Colombia.

Colombia es uno de los primeros países del mundo en cantidad de agua dulce como proporción al territorio. La cantidad de nuestros ríos, las extensiones navegables, los caudales, nos convierten en uno de los cuatro países del mundo, proporcionalmente, más ricos en agua dulce.
El terrorismo pensaba que los ríos eran de ellos. Si controlaban parte del Magdalena y controlaban todo el Bajo Cauca, el Cauca navegable, y controlaban el Atrato, ¿se imaginan ustedes cómo el terrorismo controlaba el Putumayo, nuestra fracción del Amazonas, el Guaviare y el Meta?

Pero ellos se equivocaron. Ellos pensaron que la Armada Nacional se iba a quedar toda la vida en la Bahía de Cartagena, dando la noticia de la partida del Buque Gloria y dando la noticia de la llegada del Buque Gloria.

Ignoraba el terrorismo que la fuerza del pueblo colombiano nos conduciría a un gran fortalecimiento de la Armada Nacional, dirigido por su ex alumno, el Ministro Juan Manuel Santos, para que la Armada pueda cubrir todos los ríos de Colombia.

Hoy la gloria de la Armada Nacional no radica exclusivamente en nuestra fragata insignia. La gloria de la Armada radica en que sus infantes, sus embarcaciones, están en el Amazonas, en el Guaviare, en el Meta, en el Ariari, en el Guayabero, en el Guajear.

Y allí, los que se sentían dueños y señores, los amos del terrorismo, están hoy en estampida, gracias a la esa gran contribución de la Armada Nacional en los ríos de la patria. Contribución a la lucha heroica de nuestro Ejército.

Muchas gracias, queridas familias. Ustedes han aportado a la patria lo mejor: los hijos. Ustedes tienen un momento de felicidad, queridas familias: la graduación de esta noche. Pero tienen muchas horas de angustia: estos jóvenes parten en los próximos días a los ríos de Colombia. Parten a enfrentar a los criminales. Y todos los días hay un Padrenuestro, un Avemaría, una oración en la casa, y en todos los minutos angustia y preocupación.

Muchas gracias, queridas familias, porque ese sacrificio de ustedes lo tenemos que agradecer todos los demás, que son mamás o que somos papás en Colombia.

La exposición al riesgo de sus hijos es motivo de intranquilidad para ustedes, de honor de patria para ustedes, y de tranquilidad para el resto de las familias de Colombia.

Apreciados graduandos: miren a su Comandante, el Almirante Guillermo Enrique Barrera Hurtado, Comandante de la Armada Nacional. Miren a su Comandante, el Almirante David René Moreno Moreno. Sobre sus hombros están las insignias: las tres estrellas de mar. Piensen ustedes que allí hay una carrera de 40 – 41 años de servicio a la patria. Háganla ustedes. Que cuando sobre sus hombros estén las tres estrellas de mar, reconociendo su gran tránsito por la Armada, haya una Colombia a la que le haya sido posible en muchos años disfrutar las mieles de la seguridad.

Tengan una Armada con una paz consolidada y una Armada con el mayor reconocimiento científico.

Por ahora, la seguridad de todos los colombianos, el avance de Cotecmar, las nuevas dotaciones para que en adelante la Armada de Colombia esté siempre presente en los grandes desarrollos científicos del planeta. Ustedes lo van a lograr, apreciados jóvenes.
El Ministro Santos de Defensa, Juan Manuel Santos, ha traído la bellísima frase, que el señor Almirante Lemaitre le repetía esta noche a su nieto. Lo invito a algo relacionado con esa frase. Apreciados integrantes de la Armada: mantengamos la espada desenvainada hasta que Colombia logre totalmente la paz.

Muchas gracias”.

 
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