En este acto que nos congrega, se genera alegría que produce confianza y esperanza. Alegría, porque familiares y compañeros ven ascender a unos ciudadanos con toda abnegación, han dedicado su vida a servir a la Patria, a través de una actividad con decoro, con profesionalismo, con eficacia en las Fuerzas Militares de la Patria.
Un acto de confianza, unos generales ascendidos, unos coroneles que llegan a brigadieres generales, todo eso genera confianza en la Patria. Todo compatriota, al registrar este ascenso, se hace la reflexión de que hoy tenemos todavía quien haga más esfuerzos por defendernos.
Quiero felicitarlos de todo corazón. Da mucho gusto poner hoy el segundo sol sobre los hombros de quienes han servido bien a la República, en términos eficientes, transparentes, y en años tan difíciles.
Desde hoy son mayores generales:
Jorge Octavio Ardila Silva; muchas felicitaciones y a su señora Patricia, (a sus hijos) Daniela, Juan Diego.
El mayor general Luis Felipe Paredes Cadena. Muchas felicitaciones a su señora, a sus hijos Ana Paola, Fabio, Angela María, Luis Felipe y Alba.
Mayor general Alejando Navas Ramos. Muchas felicitaciones y a su señora Ana.
Mayor general Luis Alfonso Zapata Uribe, y a su señora Melba Miriam.
Mayor general Clímaco Solórzano Aguilar. A su señora Nubia y sus hijos Sara y David.
Cuenta la Patria, desde hoy, con un conjunto brillante de brigadieres generales; un conjunto que viene de cumplir una gran tarea como coroneles de la República.
Muchas felicitaciones, brigadieres generales:
Ernesto Maldonado Guarnido. Lo acompaña doña Leonor, su madre; María Laura y Alberto, sus hijos.
Brigadier general Jaime Lasprilla Villamizar; doña Carmen, su señora madre; su señora Soraya y su hija Natalia.
Brigadier general Juan Gilberto Valencia Hurtado; su señora madre, Nelly; su esposa Ana María; sus hijos Juan Camilo y Sergio.
Brigadier general Miguel Ernesto Pérez Guarnido; su señora María Consuelo; sus hijos Miguel, María y Valentina.
Brigadier general Hernán Giraldo Restrepo, su señora Betty.
Brigadier general Juan Carlos Salazar; su señora madre, doña Nelly; Janneth, su esposa; sus hijos María Camila y Mateo.
Brigadier general Germán Giraldo Restrepo; su señora Mercedes.
Brigadier general Antonio Pinilla Molano; su señora Patricia; Angélica y Antonio David, sus hijos.
Brigadier general Fernando Cabrera Artunduaga; su señora Clara; sus hijos David, Paula y Juan.
Brigadier general Rafael Alberto Neira Weisner; su señora Marlen; sus hijas María Alejandra y Angie.
Brigadier general Ricardo Melo Quijano; su señora Martha; sus hijos Eduardo y María Alejandra.
Brigadier general Félix Iván Muñoz Salcedo; su señora madre Aura; su señora Susana, y sus hijos María Camila y Juan José.
Contraalmirante Roberto Sáchica Mejía; su señora Sandra; sus hijos Isabel y Juan Felipe.
Pocas veces en la historia de la República hemos tenido generales honorarios. Hoy, por disposición de los altos mandos, el Ministro de Defensa y la Presidencia de la República, se le impone el sol como general honorario a monseñor Ariel Gutiérrez Marulanda. Una vida al servicio de la Patria, desde el clero, de apoyo a las Fuerzas Armadas de Colombia.
Hemos condecorado con la medalla 35 años de servicio al mayor general Óscar Enrique Gonzalez Peña, Comandante del Ejército; al vicealmirante Edgar Augusto Cely Núñez; mayor general Carlos Ovidio Saavedra; mayor general Ricardo Rubianogroot; vicealmirante Jaime Alberto Parra; mayor general José Vicente Urueña.
35 años, más los años en las escuelas, demuestran una única vocación: la de servir a la Patria y a la seguridad de todos los colombianos.
Esto nos llena de esperanza en un momento donde hay que enfrentar dificultades. Las Fuerzas Armadas han venido poniéndose siempre por encima de los retos y dificultades.
Colombia estará orgullosa y el mundo, impresionado, por la capacidad de nuestras Fuerzas Armadas, de ser eficaces, totalmente, para la derrota del terrorismo y transparentes, totalmente, para la observancia de los derechos humanos.
Seguiremos con una frecuencia, dos semanas, tres semanas, en la televisión, mostrándole al mundo el pundonor, mostrándole al mundo el compromiso de nuestras Fuerzas Armadas en materia de derechos humanos, como un puente más fuerte de confianza con la ciudadanía.
La transparencia es munición del alma; la transparencia es esa savia vital que les da toda la energía a los integrantes de las Fuerzas Armadas, para proceder con toda la beligerancia, con toda la ardentía, con toda la agresividad en la iniciativa a combatir a los delincuentes.
Nosotros estamos, como hemos estado desde un principio, en esta tarea de derechos humanos, porque la consideramos fundamental para el honor de nuestras Fuerzas Armadas, la confianza de la ciudadanía y la prolongación en el tiempo de una política que le ha servido bien a Colombia: la política de Seguridad Democrática.
Allí donde se ha cometido un error se reconoce. Pero allí, también, donde hay una crítica temeraria, de aquellos que buscan invocar los derechos humanos simplemente para desacreditar a nuestras Fuerzas o causarle parálisis a la Seguridad Democrática, en esos casos, también, con argumentos a la mano tenemos que señalar a los adversarios de la Seguridad Democrática, que quieren escudarse en la bandera y en el argumento fácil de los derechos humanos.
Y de la Patria, otras dificultades: que las pirámides, que las inundaciones, que las dificultades de la economía mundial.
Las ‘pirámides’
Nos habíamos defendido de los dineros especulativos que pretendían llegar del extranjero, que han sumido en la crisis a muchos países; que le han creado crisis a Hungría, a Pakistán, a Ucrania, a Islandia.
Los controles que impusimos y mantuvimos firmes operaron y el país no se inundó de capitales extranjeros con vocación de corto plazo.
Pero nos asaltó otra fuente criminal: las pirámides internas, especialmente en departamentos como el Putumayo, Nariño, el sur del Cauca, el sur del Huila.
Contrarrestarlo ha sido una tarea difícil. Eso fue creciendo, especialmente en las últimas semanas, con una especie de silencio colectivo. Grave.
Y fue necesario expedir una legislación de emergencia para poder enfrentar esta problemática.
En las conversaciones con la comunidad de Putumayo y con la comunidad de Nariño, el Gobierno ha dicho que estamos tomando todas las medidas para apoyar la reactivación económica, allí donde tanto se puede deprimir, por la gran estafa de las pirámides.
Por ejemplo, en Putumayo pasaremos, en las próximas semanas, de 27 mil Familias en Acción, a 50 mil Familias en Acción. 50 mil Familias en Acción producen un efecto benéfico sobre 250 mil de los 360 mil ciudadanos del Putumayo.
En Nariño, en las próximas semanas, pasaremos de 98 mil Familias en Acción, a 168 mil Familias en Acción. Un gran salto. Cuando empezó nuestro Gobierno, Nariño tenía 8 mil Familias en Acción.
De la misma manera actuaremos en otros departamentos.
Nos hemos propuesto que el año entrante pasemos de millón 700 mil a 3 millones de Familias en Acción y a que a eso se le sume un número extra para atender estas dificultades de muchos ciudadanos que perdieron su dinero en las ‘pirámides’.
Estamos buscando cómo, también, llegamos con más Familias Guardabosques. Las Fuerzas Armadas saben que nuestra política ha sido no solamente enviar al soldado o al policía a recuperar el orden público, sino poner en marcha un programa integral de protección social a las comunidades.
Y Familias Guardabosques ha ayudado mucho. Es un compromiso que han tenido en este Gobierno 90 mil familias; hoy hay 68 mil activas. Adquieren la obligación de no relacionarse más con la droga, de no sembrar droga. Adquieren la obligación de preservar un área, la que se les determine libre de droga, y de supervisar la recuperación del bosque. Y el Gobierno paga a esas familias 3 millones 600 mil pesos, por periodo de año y medio.
Estamos buscando cómo en estas zonas afectadas aumentamos ese programa, que al decir de Naciones Unidas y a la observancia de nuestras Fuerzas Armadas sobre el terreno, ha sido tan exitoso.
Estamos concluyendo la legislación de emergencia en la parte que corresponde a la activación de créditos para los colombianos afectados por las pirámides; créditos con un plazo amplio, con una tasa de interés baja, con un acceso relativamente ágil, para que esas economías no vayan a postrarse aún más.
Esperamos, antes de las primeras horas de mañana, tener expedidas las normas adicionales que se estudian, para que los colombianos más pobres tengan mejor acceso al sistema financiero, a menos costos.
En este Gobierno hemos avanzado, pero falta mucho.
Cuando empezó el Gobierno, un 32 por ciento de los ciudadanos tenían alguna vinculación con los bancos; ahora, un 57 por ciento, pero hay un 43 por ciento que aún no la tienen.
Entonces, estamos haciendo el esfuerzo para acelerar esa bancarización, para reducirles costos a las pequeñas cuentas y para facilitar los créditos que ayuden a las personas que han perdido en las ‘pirámides’.
No solamente para otorgar nuevos créditos, sino para resolver otro problema: muchas personas habían tomado plata de los bancos y la invirtieron en ‘pirámides’. Y ahora se preguntan: ¿con qué vamos a pagar esos créditos?
Entonces, las medidas buscan que esos créditos se renueven y que la renovación incorpore unas condiciones más favorables, que son aquellas que estamos creando para los nuevos créditos. Darle un tratamiento de condiciones favorables a los nuevos y a la renovación de los anteriores, con retroactividad hasta uno de los primeros meses de este año. Lo está definiendo el Ministerio de Hacienda. Estamos trabajando en todo eso.
Lo que no podemos hacer es que el Gobierno Nacional les pague el dinero a aquellos que lo perdieron en las ‘pirámides’. Creo que sería un precedente muy grave entrar a reponer un dinero que se perdió en una actividad ilegal.
Yo hago una diferencia: no podemos mezclar en el mismo costado a los criminales dueños de esas ‘pirámides’, promotores y cómplices, que a los ciudadanos que de buena fe que cayeron en esa trampa.
Y como les decía a los compatriotas de Nariño el domingo, cuando nosotros, personalmente, digo que detrás de esto hay una gran cadena criminal y una cultura mafiosa, la referencia es expresa a los promotores, dueños y cómplices. No a la comunidad asaltada.
Claro que en los promotores, dueños y cómplices hay una cultura mafiosa. Lo primero que debe hacer quien capte dinero del público es tener unos intereses razonables para que eso se pueda pagar. ¿Cómo no va a ser cultura mafiosa ofrecer intereses del 60 por ciento, del 100, del 150, del 300 por ciento?
Lo primero que tiene que hacer quien capte dinero del público es tener austeridad para cumplirle al público. ¿Cuál austeridad tenía el señor delincuente que se capturó en Panamá cuando estaba en fuga, viviendo allí una vida de sibarita, mientras les quedaba mal a cientos de miles de colombianos que invirtieron allí?
Él, con unos vehículos, yo no había oído mencionar esas marcas de vehículos en mi 56 años de edad, que Maserati y otros vehículos de esos.
Para que no caigamos en la trampa de los que dicen ahora que liberen a don David, que don David es muy bueno y que nos estaba cumpliendo. Estaba estafando al pueblo colombiano y tenía la manera, como todos estos señores, los ardides para estafar a la gente. Decían: ‘Es que él no ha incumplido’.
¡Claro! A su manera. El ciudadano que le va a cobrar a un estafador, el estafador no le dice: ‘Mire, yo no le voy a pagar’. El estafador lo endulza y lo va llevando y le dice: ‘Hombre, no retire ese pagaré de hoy, usted tiene ahí 110, déjemelo un mes y viene por 300’.
El estafador utiliza todos esos ardides y así era que estaba procediendo y así procedían en Nariño y en otras partes las diferentes ‘pirámides’.
Yo creo que hay que tener mucha claridad del origen criminal y de los responsables criminales de este daño que se le ha hecho a la sociedad colombiana. Hay que capturarlos a todos.
El domingo, en Nariño, decían que el señor Carlos Suárez, de una ‘pirámide’ de allí, quería regresar al país para pagarles el dinero a los ciudadanos. Se autorizó al señor general Óscar Naranjo para darles todas las garantías, pero es la hora que no aparece.
¿Y a dónde está el dinero? ¿Si tienen algo de buena fe por qué no dicen a dónde está el dinero que le robaron al pueblo colombiano?
¿Por qué creo yo que detrás de eso hay un montaje criminal enorme, un desquite de guerrilla, narcotráfico, paramilitares?
Porque eso no se monta de la noche a la mañana. Porque para ese operativo se necesita mucha gente de mala fe.
Los informes que tenemos indican que la mayor explosión se dio en las últimas tres semanas, que abrieron gran cantidad de puestos de captación.
Entonces, recogieron un grupo de criminales enormes. Eso no lo recogen sino criminales de superior capacidad de hacerle daño a la sociedad.
Hay que fortalecer las investigaciones, avanzar con toda dedicación en las investigaciones, buscar que todos vengan a responder ante la justicia y ante el pueblo colombiano y, además, perseguirles ese dinero, en el extranjero, donde lo tengan. Vamos a hacer ese esfuerzo.
Se ha aprovechado la legislación de emergencia, también, para hacerles unas exigencias a los bancos y darles a los bancos unos apoyos, a fin de que le puedan ayudarle a la gente. Por ejemplo, para que los bancos mejoren su atención en esas regiones, le presten a los ciudadanos, les renueven préstamos, se les está diciendo: ‘ahí tienen apoyo del Fondo de Garantías’.
Todos esos equipos que requieran para expandir allí sus servicios, los pueden importar sin pagar IVA y sin pagar arancel.
El valor de esos equipos lo pueden deducir no de su renta, sino todavía más favorable, tratarlo como un descuento de la masa liquidada de impuestos. Y en esos créditos para apoyar a los ciudadanos, desde que sean créditos blandos, se les va a autorizar no contabilizar los intereses dentro de su renta líquida gravable.
Y se está aprovechando también esta legislación para enfrentar el gana-gana, el ‘gota a gota’. Para enfrentar esos fenómenos de usura.
Me preguntan los colombianos: ‘Presidente, ¿están cerrando los prenderías?’. No. Pero obligándolas a que cumplan la ley. Y tenemos que hacer una gran divulgación del tema.
La legislación dispone que cualquier tipo de forma jurídica que se utilice en oficinas de esa naturaleza, como prenderías, compraventas, etcétera, tienen que respetar los topes de usura. Que si cobran por encima, eso se trata como un delito no excarcelable.
Creo que nos toca enfrentar este problema en todas sus aristas. Lo que no podemos, apreciados compatriotas, es entrar a devolver el dinero que perdieron allí los que allí los pusieron; crearíamos un precedente muy grave.
¿Por qué vamos, con el dinero de todos los contribuyentes, a devolverle un dinero a quienes lo pusieron en actividades ilegales?
Me decía alguien en Nariño: ‘Sí, pero es que cuando usted dice que actividad ilegal, es porque está tratando como delincuente al dueño de la ‘pirámide’ y al ciudadano de buena fe que puso allí la plata’.
No. Delincuente es el dueño de la ‘pirámide’ y el cómplice. El ciudadano de buena fe nosotros presumimos que no es delincuente, pero sí puso la plata en algo ilegal.
No puede crearse el precedente de que vayamos a devolver ese dinero. Todos los esfuerzos sociales estamos dispuestos a hacerlo, pero no podemos crear el mal precedente de aceptar la devolución de ese dinero. Seguiremos examinando cómo resolvemos la problemática social, cómo les agregamos a estas medidas las decisiones que ayuden a resolver la problemática social.
Pero voy a pedir una reflexión del pueblo colombiano, de mis compatriotas:
Así como es necesario el mayor esfuerzo posible del Gobierno para darles soluciones sociales a estas regiones, sería un precedente gravísimo que el Gobierno, por resolver presiones de coyuntura, aceptara devolver dineros que se perdieron en actividades ilegales. El Gobierno no puede hacerlo.
Donde hubiéramos dicho, hace dos semanas, que el Gobierno aceptaría devolver esos dineros, seguramente hoy no tendríamos problemas en estas regiones de la Patria. Pero el Gobierno tiene que pensar en el futuro del país. Para el futuro del país sería funesto, como precedente, que el actual Gobierno, por curarse el dolor de cabeza de esta presión, aceptara devolver esos dineros.
Es preferible que este Gobierno tenga que enfrentar dolores de cabeza y dificultades, que este Gobierno tenga que asumir el desgaste y decir: ‘No se pueden devolver esos dineros. Soluciones sociales sí; pero devolución de dineros, no’.
Es preferible que este Gobierno tenga que asumir este desgaste a que este Gobierno, por salir del paso, por pasar el mal momento, creara el nefasto precedente de aceptar la devolución de esos dineros.
Emergencia invernal
El tema de las inundaciones cómo nos golpea. Quiero agradecer a las Fuerzas Armadas toda su tarea. Cómo agradece la ciudadanía cuando la Policía, el Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada, llegan, prestos, solícitos, a socorrer a la ciudadanía.
Cómo ha agradecido Panamá la presencia de nuestra Fuerza Aérea allí con dos aviones, para ayudar en la hermana Panamá en esta emergencia. Es una emergencia que ha afectado mucho el continente.
Veamos los últimos meses: bastante destruida Cuba, Haití; un daño enorme en República Dominicana. Las inundaciones prácticamente partieron geográficamente a Panamá. Un daño enorme en el sur de Brasil.
¡Y qué no decir de nuestra Patria!
Yo le pido a Dios que no se repita en Colombia lo que se vivió con esa cosa terrible de Armero, durante la administración del Presidente Betancur. Le pido a Dios que no se repita lo que vivimos con Armenia, en la administración del Presidente Pastrana. Y pidámosle a Dios que se normalice este desorden ambiental.
Creo, nuestro Obispo Fabio Suescún Mutis, que tenemos que pedir una rogativa; que empiece una rogativa en el país para que esto se normalice, porque la afectación es muy grande.
En el Gobierno, la indicación ha sido, a lo largo de todo este periodo que ha tenido bastantes dificultades de emergencia, que los funcionarios del Gobierno hagamos presencia en todas partes.
Uno quisiera que allí donde le duela una muela a un colombiano llegue el Presidente de la República. Que los colombianos sientan que se ejerce el Gobierno con amor, con solidaridad, con afecto sin límite por cada compatriota.
Hemos procurado hacer uso al máximo de las 24 horas del día para que mis compañeros de Gobierno, mi persona, estemos en los diferentes lugares afectados.
Se está haciendo un gran esfuerzo en atención de primeros auxilios, en atención de salud. Hay mucho temor de epidemias en algunas partes.
En el tema de vivienda, fue ejemplar la ayuda que nos dio la Armada en Providencia. En pocos meses reconstruimos mil casas en Providencia. Queremos replicar la solución Providencia en muchos sitios del país.
¿Cómo?
El Gobierno Nacional entrega los materiales; los pone a disposición de los fondos locales de Emergencia y con ayuda de los ingenieros de la Armada, de los ingenieros del Ejército, de los instructores y aprendices del Sena, se asesora a todas las personas afectadas para la reconstrucción de sus casitas, sin perjuicio de los programas formales de vivienda que podamos adelantar.
En materia de vías hemos tomado las siguientes decisiones:
En los lugares en los cuales se han dañado las vías por esta emergencia, que tengan concesionarios operando allí cercanamente, se ha instruido a todos esos concesionarios para trasladar su maquinaria a arreglar las vías del vecindario y el Gobierno Nacional tiene que buscar un mecanismo transparente y ágil para pagar esas cuentas.
Cito ejemplos: esa vía veredal que sube por Ibagué al sur de Cajamarca, que llega hasta la Cordillera El Toche y que baja a Salento (Quindío), quedó destruida por los sismos del cerro–volcán de Machín.
Se ha venido reconstruyendo a través de la concesión que está haciendo la doble calzada entre Girardot-Ibagué-Cajamarca. Esa concesión le tiene que facturar al Gobierno y el Gobierno tiene que pagar esa cuenta.
En el Valle del Cauca, con la concesión que tenemos construyendo la doble calzada entre Cerrito, Obando y La Victoria, estamos llevando toda la maquinaria a reconstruir las vías afectadas del norte del Valle del Cauca y así sucesivamente.
Se ha autorizado a todos los alcaldes para que los recursos que les habíamos asignado a cada municipio para vías, los prioricen ahora, en la emergencia. Y con unos dineros del Fondo de Regalías estamos adelantando una contratación de urgencia para atender esto en todo el país.
Hemos dedicado, en los últimos años, los recursos de Cormagdalena a atender las obras de defensa en la parte baja del río Magdalena, de Barrancabermeja hacia el norte. Sin embargo, no hemos alcanzado a construirlas todas. Y ahora se nos vuelven a presentar allí emergencias en Gamarra, en Puerto Wilches, en La Gloria, en Tamalameque.
Hemos avanzado mucho en la construcción de diques y vías y obras de defensa en La Mojana. Pero todavía no es suficiente. Y los altísimos niveles, los niveles récord del río Cauca, han vuelto a presentar inundaciones graves en La Mojana, en los últimos días.
Toda la obra que hemos adelantado se ha hecho sobre la margen izquierda del Cauca -no hemos empezado obras sobre la margen derecha- y en la inspección que hacíamos allí, el día viernes, encontrábamos una gran inundación sobre la margen derecha.
Hay ciudades colombianas que pueden crecer hacia terrenos altos. Nosotros hemos dicho: Valledupar no puede seguir creciendo sobre el río Guatapurí. Más aún, hemos prohibido a la Policía que todos aquellos lotes que han quedado vacantes, después de que hemos reubicado a los moradores del río Guatapurí, no permitamos que los vuelvan a invadir. Valledupar puede crecer hacia zonas libres de inundación.
Montería. Montería puede crecer al sur, puede crecer al occidente, al oriente, hacia zonas libres de inundación. Sucre-Sucre, en el departamento de Sucre, para citar un ejemplo, no tiene para dónde crecer en zonas que no sean de inundación: por un lado lo inunda el caño de La Mojana y también le llegan aguas del río Cauca, que se han salido por un sitio que se llama Playa Alta; y tiene otros corregimientos inundados por el río San Jorge y no tiene un milímetro cuadrado de tierra alta. Es un bajo total.
Hoy están allí los ingenieros de la Armada, ayudándonos a estudiar un sistema de acordonamiento con tierra o de terraje, para, por lo menos, proteger el casco urbano de Sucre-Sucre de esta presión de las inundaciones.
Temas bien difíciles, apreciados compatriotas; lo importante es que con el trabajo de todos podamos sacarlos adelante.
Recesión de la economía mundial
Y también sufrimos la recesión de la economía mundial. Por fortuna, y gracias a las Fuerzas Armadas, Colombia es un país que goza hoy de confianza inversionista.
Esta mañana, antes de venir acá, a esta estimulante ceremonia de ascensos, recibía otras cadenas hoteleras: la cadena Four Seasons y la cadena Hard Rock, a presentar una serie de proyectos en Colombia, que en Bogotá, que en Barranquilla, que en Cartagena, que en Melgar, que en Medellín, que en San Andrés. Gracias a que hay seguridad.
Amén de otros esfuerzos que se han hecho en el manejo de la política económica, como los estímulos tributarios. Para que haya empleo, este Gobierno ha definido que un hotel nuevo que se construya en Colombia no pague impuesto de renta durante 30 años.
Entonces, cada vez que llega una nueva inversión a Colombia yo no le doy gracias solamente a Dios. Doy gracias a Dios y le doy gracias a las Fuerzas Armadas por la política de Seguridad Democrática.
La política de Seguridad Democrática es empleo. Lo que pasa es que los resultados en empleo y en superación de la pobreza no se consiguen de la noche a la mañana. Hay que persistir.
Vamos a ver cómo avanzamos con toda la política de infraestructura, la política social, para poder tener el menor descenso en la actividad económica, en esta crisis de la economía mundial.
Los desafíos hay que enfrentarlos con amor a Colombia. Uno no se puede poner a renegar de la naturaleza, sino a buscar opciones para proteger a los colombianos afectados por las inundaciones.
No nos podemos quedar lamentándonos de las pirámides. Hay que tomar caminos para decomisar esos dineros, devolverlos, meter a todos esos criminales a la cárcel y buscar soluciones sociales que compensen la depresión de la economía causada por esas ‘pirámides’ en tantas regiones de la Patria.
Con la ayuda de todos ustedes vamos a salir adelante.
Yo quiero dar una especial felicitación a las familias de quienes han sido hoy ascendidos.
Queridas familias: ustedes tienen hoy un momento de goce, porque sus seres queridos ascienden de brigadieres generales a mayores generales o porque sus seres queridos ascienden de coroneles a brigadieres generales o de capitanes a contraalmirantes.
Tienen un momento de goce porque sus seres queridos reciben hoy la medalla ‘35 años de servicio’. Es una ceremonia de dos horas de satisfacción para las familias, cuando han tenido 40 años de sufrimiento.
Cuando imponemos hoy un ‘Sol’ o imponemos el segundo ‘Sol’, o la medalla ‘35 años de servicio’, y los familiares y los amigos aplauden, la reflexión es esta: aplauden porque están cosechando algo que les ha implicado un sufrimiento de 40 años.
Gracias al heroísmo de quienes son hoy mayores generales de la República, de quienes hasta hace una hora eran coroneles y ahora son brigadieres generales de la Republica, hay un camino más despejado para las nuevas generaciones de colombianos.
Monseñor Ariel, muchas gracias. ¡Qué bueno que tengamos hoy en él un General Honorario, por todo lo que ha servido a nuestras Fuerzas desde el clero! Muchas gracias a Monseñor Ariel Gutiérrez Marulanda.
Mayores generales: que ese Sol que les entrega la República, el segundo Sol; mayores brigadieres generales, que ese primer Sol que les entrega la República, que esos Soles sean fuente de energía para derrotar con eficacia y con transparencia a los criminales que aún hacen daño en nuestra Patria.
Esposas, mamás, papás, hijos y familiares: muchas gracias.
Es un ascenso en una ceremonia cálida, amable, patriótica, que simplemente registra un sacrificio de ustedes durante más de 40 años y anticipa los nuevos sacrificios.
Muchas gracias a ustedes por el bienestar que le dan a Colombia”. |