Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez,
al instalar el Consejo Comunal de Gobierno número 221

 
Diciembre 13 de 2008 (Barranquilla)
 
 

“A todos un saludo afectuoso. Estamos tristes. La ciudad de Popayán es una ciudad encantadora, esta es una belleza de ciudad. Y se está trabajando en la peatonalización del Parque Caldas y la obra avanza bien. Eso debe quedar una belleza. Pero nos hace falta definitivamente el centro de convenciones.

La doctora Alicia Arango (Secretaria Privada de la Presidencia), ayer, con la doctora Ximena Garrido (Asesora Secretaría Privada), y que quede en el acta, lograron aportar otros mil millones de pesos, provenientes de Fonade, para avanzar en el centro de convenciones de Popayán. Eso nos puede ayudar bastante.

No hemos podido llegar porque la comitiva se dividió en dos partes: unos que venían por Neiva que ya llegaron y quienes veníamos por Popayán y no hemos podido llegar a Inzá (Cauca) por dificultades en el cruce de la cordillera.

Teníamos mucho, muchísimo interés en este Consejo Comunitario con esta limitación a distancia, pero aprovechando el teléfono de aquí para allá y la televisión de allá para acá, vamos a procurar adelantar este Consejo Comunitario.

Un saludo lleno de afecto a las comunidades indígenas. Si algo nos movía a estar en Inzá era poder continuar este diálogo con ellos. Quiero hacerles llegar un saludo con afecto. La Patria hay que unirla y se une en la discusión franca y, también, la discusión tiene que aprender a ser amable.

Yo hice, en la madrugada de hoy, una reflexión sobre la diversidad colombiana. La diversidad colombiana es muy importante, pero la diversidad colombiana se tiene que invocar para que haya solidaridad de unidad, no para que haya odio, no para que haya pugnacidad.

La diversidad tiene que ser un factor de unidad, un factor de solidaridad. No un factor de odio, no un factor de pugnacidad.

Este es un país diverso. Pero también es una misma Patria, finalmente es una misma Nación.

Miren, todos tenemos que reconocer esa gran diversidad que viene desde los más remotos orígenes.

En este momento, en la ciudad de Medellín, hay una exposición sobre todo lo que ha sido la encrucijada española.

Esa exposición muestra la diversidad del pueblo español. Cómo el pueblo español, que llegó aquí hace más de 500 años, tenía un profundo origen de diversidad: venían de los romanos, de los fenicios, de los moros, y todos fueron dejando en el pueblo español una profunda huella. Entonces, el pueblo español proviene de una gran diversidad.

Yo mismo que miraba esta mañana. ¿De dónde viene uno? Yo, por ejemplo, me miraba y me decía: ‘yo soy ‘paticortico’. Tengo las piernas recortadas’. Me miro los pies y alguna gente me dice: ‘Hombre, Presidente, ¿usted por qué calza 41 si usted es muy chiquito?’. Sí, son corticos, pero gordos. Y me miro estas manitas y estas manitas mías son corticas, pero gruesas.

Entonces, uno es producto de una gran diversidad. Y yo no sé, a ratos pienso que en Colombia, en nombre de la diversidad, hemos creado factores no de unidad, sino factores de división; no hemos creado factores de solidaridad, sino factores de enfrentamiento.

Les voy a referir algo que lo tengo por allá anidado en el sentimiento:

Yo me crié en la región del suroeste antioqueño, limítrofe con el Chocó. Y hoy me extraña mucho que para uno referirse a un compatriota negro, que le tiene que decir ‘los compatriotas afrodescendientes, que afrocolombianos’. Y, entonces, si uno no hace esa referencia -que son unas referencias que marcan distancia, que no crean la calidez de la unión de Patria- entonces uno es que ofende.

Yo recuerdo en mi niñez, en mi adolescencia, que allá nos tratábamos con una gran visión de igualitarismo; entre nosotros no había diferencia.

Un vecino del Chocó nos decía: ‘¿Qué hubo paisa?’, con todo el afecto. Y le decíamos: ‘¿Qué hubo negro querido?’.

Entonces, pensemos en la diversidad para que nos ayude a respetarnos y a querernos. Pero no invoquemos la diversidad como factores de animosidad, como factores de desunión, como factores de pugnacidad. Quiero invitarlos a eso.

Y le voy a proponer un gran reto, apreciado senador (Jesús) Piñacúe:

Usted nos va a ayudar, dirigiendo este Consejo Comunitario-conversatorio desde allá. Nos va a ayudar, voy a pedir el permiso a todos para que usted suba allá a la mesa y nos ayude en la coordinación, porque esto tiene que ser un factor de unidad.

Discutir entre los colombianos francamente no tiene por qué perturbarnos. Yo sí creo que tenemos que aprender a llegar a lo que es el estadio cálido y amistoso de la discusión franca. La discusión franca no puede ser una discusión para maltratarnos, tiene que ser una discusión para unirnos.

Esta semana le dije yo al Ministro (del Interior y de Justicia) Fabio Valencia: ‘Ministro, pero si nosotros estuvimos en un Consejo Comunitario hace dos semana en La Plata (Huila), tan cerquitica, ¿por qué tenemos que ir ahora a Inzá?’. Y me dijo: ‘Presidente, porque hay que continuar este diálogo con las comunidades indígenas’.

Esta es nuestra principal razón de esta voluntad de adelantar hoy este Consejo Comunitario: continuar este diálogo. Pero yo los invito a que profesemos esto: que la diversidad no puede ser más factor de marcar distancias; no puede ser más factor de pugnacidad. El respeto a la diversidad tiene que ser factor de calidez en las relaciones entre los colombianos.

A mí me preocupa cuando a uno le dicen: mire, hay que crear un gran clima de unidad en el Cauca, porque entonces en el Cauca se empiezan a crear unos factores bien difíciles, porque se atiende a la comunidad indígena, entonces la comunidad afro reclama y dice: mire, a mí no me están atendiendo y no me están ayudando. Y después, el campesinado, como uno -que es el campesinado mestizo, porque los menos puros son los españoles; yo me miraba esta mañana lo rasgos y decía: ‘¿De qué mezcla vendré por Dios? Yo paticortíco, con estas piernas recortadas, con estos pies corticos y anchos, con estas manos como un sapito, gruesitas y cortiquiticas, ¿de qué mezcla vendré por Dios?’.

Los menos, los menos puros son los que puedan decir por allá que tienen un ojo claro español o europeo. Esos son los menos puros, apreciados compatriotas. Entonces, esto tiene que ser un principio de construcción de equidad.

Le pregunto a la comunidad de Inzá: ¿vamos a hacer del diálogo un diálogo de unidad de los colombianos? ¿Si o no?".
 
Imprimir