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Palabras del Presidente Álvaro Uribe en la visita al Hospital Universitario Mayor

Diciembre 19 de 2008 (Bogotá)
     
 

“Soñábamos este día. Poder venir y no encontrar a los pacientes arrumados en los pasillos, sino llenos de esperanza, bien atendidos, como lo registramos en las salas de urgencias.

Soñábamos este día. No llegar aquí a encontrar a todo el mundo malhumorado, malencarado, en una pugna permanente, a ver quién sacaba más ventaja, si el exceso sindical, la politiquería, sino encontrar, como encontramos hoy, médicos, enfermeras, personal administrativo, todos contentes, con ilusión en esta transformación.

Lo felicito de todo corazón, doctor Orlando (Jaramillo Jaramillo, Presidente de Méderi), por este gran esfuerzo. Y felicito al Ministro (de Protección Social, Diego Palacio) y a su equipo, por haber hecho esta transformación, como lo decía el doctor Orlando, bien difícil.

Y agradezco infinitamente, en nombre de todos los colombianos, a Compensar, Doctor Néstor (Rodríguez Ardila, Director de la Caja de Compensación Familiar ‘Compensar’); a la Universidad del Rosario, doctor Hans (Peter Knudsen Quevedo, Rector de la Universidad del Rosario), y a los Hermanos de San Juan de Dios, apreciado Hermano Carlos (Sarmiento Ospina, Director de Méderi), por esta confianza en Colombia, y haber hecho esa integración, y haber dado este paso.

Si ustedes me preguntaran: ‘Presidente, ¿su desvelo, lo que no lo deja dormir?’. Construir confianza en Colombia. Por eso, la insistencia en la Seguridad Democrática, en la confianza inversionista con responsabilidad social, en la política social.

Y en ese concepto que se llama Estado Comunitario, que es un Estado con más participación de la comunidad para tomar decisiones, más participación de la comunidad para ejecutar decisiones, más participación de la comunidad para vigilar. Un Estado Comunitario donde las agencias del Estado se deban, no a intereses que las privatizan, de politiquería, de corrupción, de excesos sindicales, sino al propósito de servirle a la comunidad.

La pregunta es: ¿queremos desmantelar el Estado como lo hizo América Latina en las décadas del neoliberalismo? No. Advierto que en nuestro Gobierno no se han cerrado hospitales. Hemos reestructurado y abierto. No queremos desmantelar el Estado.

La otra pregunta es: ¿queremos preservar el Estado gigante, burocrático, inoperante, ineficiente? No. La otra pregunta, la tercera: ¿queremos mantener el Estado de la politiquería de los excesos sindicales? No. La otra: ¿queremos mantener el Estado? Sí. La otra: ¿Para qué? Para servirle a la comunidad.

Y la comunidad no es un ente abstracto, la comunidad es ese conjunto que va formando cada uno de nosotros: los huesitos y las carnitas del uno, los huesitos y las carnitas del otro, y de todo ese universo.

Y entonces, aquí veo esta mañana, lo primero: la alegría. La verdad es que encontrar los médicos como los saludamos, se les notaba alegría, confianza en su expresión, en su cara, a las enfermeras.

Allá en los patios. ¡Uy por Dios! Comparar eso con los patios del pasado. Los patios del pasado parecían unos muladares, constituidos en infierno para pacientes.

Hoy unos patios limpios, fluyendo. Enseguida las salas de urgencias, salas de recibo de pacientes con trauma.

Nos explicaba el doctor Orlando: primero que todo, pintaditas. Es que lo primero que necesita el Hospital, como el enfermo, es estar afeitado, peinado, con pijama limpia y planchada, y pintadas las paredes.

Pero eso, imagínense este espectáculo dantesco, este espectáculo apocalíptico: un patio lleno de pantanos, con las paredes despintadas, la gente en camillas por ahí arrumados, y las camillas todas averiadas y sin quien le ponga una pijamita limpia a un paciente, sin quien afeite un paciente, sin quien le limpie la carita a un paciente, sin quien lo peine.

Es muy distinto eso a lo que vimos hoy.

Y la verdad es que uno se reconcilia como colombiano ver que van empezando estos progresos. Y se deben a cada uno de ustedes.

Estas reformas parecían imposibles. Se las digo por mi larga vida pública siempre en estas reformas: en la Ley 50, que en la (Ley) 100, que en la reforma administrativa de la Gobernación de Antioquia.

Y la experiencia que me enseñó que estas reformas tienen tanta oposición en radicalismos políticos. Parecían imposibles.

Pero qué bueno no mostrarla hoy en la teoría sino en la práctica. Y que este apreciado grupo de comunicadores que ha venido, pueda decirle al país qué ha encontrado en esta clínica, que apenas está empezando. Y así queremos dejar todas las clínicas del Seguro Social en Colombia.

Yo creo que va a ser dos años ahora en marzo, Ministro, que fuimos a la (Clínica) Enrique de la Vega, de Cartagena. En el carro el Ministro y yo íbamos asustados; el Ministro asustado no, y yo iba algo preocupado. Le dije: “Ministro, cómo estarán de bravos los médicos por estas reformas; las enfermeras, me van a tirar allá huevos tomates”. No, encontramos todo el mundo contento.

El ambiente sin tensiones, eso limpio, los pacientes fluyendo, pocas quejas, todo el mundo bien atendido.

Esta reforma es muy importante. Yo creo que si completamos esta reforma de todas las clínicas del Seguro Social, se le puede dejar un gran legado al país.

No las cerramos, las reformamos. Hicimos el tránsito del desgreño estatal a la eficiencia social, que es el transito que tiene que dar el país.

Esto es muy bueno. Ahora hay que pensar en las clínicas que faltan, que dentro de un año –y 2009 se espera muy difícil por la situación de la economía, que las ‘pirámides’, que las inundaciones, que la situación de la economía mundial, el petróleo- pero que Dios nos ayude a sortear estas dificultades, y que dentro de un año todas las clínicas del Seguro Social hayan alcanzado ya esta transformación.

Propongámonos esa meta, que eso es posible. ¿Qué nos van a cuestionar ideológicamente?, por hacer un transito del desgreño burocrático a la eficiencia social.

Es que yo creo que es muy dañino el extremo neoliberal, adverso al Estado, y el extremo burocrático que en nombre del Estado lo desacredita, porque lo convierte en un Estado totalmente ineficiente.

Este camino de Estado Comunitario, lo prueban estas clínicas, es un buen camino para Colombia. Creo que ha habido también otra decisión muy valerosa: la liquidación de la vieja EPS, Ministro, la constitución de la nueva. Tenemos toda la esperanza en la nueva EPS.

Y quiero rendirle un homenaje a (Héctor José) Cadena y al Ministro. Cuando terminó nuestro primer Gobierno se decía: ‘no ha empezado la reforma del Seguro’. Era que no se había estudiado qué habíamos hecho.

Lo primero que ellos decidieron fue desvincular las clínicas del sector central del Seguro. Sin esa reforma, que fue tan difícil, que fue extinguir esas clínicas que formaban una unidad, que le costaba al Estado un billón de pesos al año y crear esas IPS regionales, no habríamos podido hacer la segunda reforma, que es esta reforma de las clínicas.

Podríamos llamar que esto es la segunda generación de reformas en este Gobierno: estas reformas de las clínicas, la eliminación de la vieja EPS y la creación de la nueva EPS. Tenemos mucha fe en que eso funcione muy bien.

Y tenemos mucha fe de que todo lo que se haga en pensiones y en riesgos profesionales complete esta reforma.

Hemos avanzado mucho en cobertura de régimen subsidiado. Hemos pasado de 10.7 millones (de personas) es posible que este año terminemos con 23 millones, y nos estamos avanzando a la plena cobertura.

Pero tenemos muchos retos. Un reto: terminar la reforma en todas las clínicas del Seguro Social.

Un segundo reto: aproximarnos al ciento por ciento de plena cobertura.

Un tercer reto: subir todos los integrantes de régimen subsidiado, a la base única de datos; que en junio el país no tenga sino una base única de datos y que cualquier colombiano la pueda mirar, y ahí encontrar los 23, 25, 26, 27 millones de colombianos del régimen subsidiado, porque eso nos va ayudar a tener absoluta claridad, a evitar la doble afiliación, a evitar la trampa del empleador que le dice a un trabajador: ‘yo te vinculo a esta empresa, pero no te afilias a la EPS, te afilias al régimen subsidiado’.

Eso va a ayudar a evitar esa trampa, y va a ayudar a evitar trampas semejantes. Tener esa base única, tenerla en junio con el ciento por ciento –doctora Marcela Giraldo- con el ciento por ciento de los colombianos afiliados al régimen subsidiado.

Otro reto: flujo de recursos. ¿Qué queremos para 2009? Que la platica salga de la Tesorería General de la Nación no a recorrer una cadena de intermediarios, sino la cuenta dividita, para que cada fracción de la cuenta llegue al último beneficiario.

Que por ejemplo una ARS del Distrito nos diga: ‘vea ustedes van a girar cien pesos, de esos cien pesos le tienen que girar 20 al Distrito, porque lo que él hizo vale 20’; entonces que la Tesorería General de la Nación gire los 20 al Distrito. Le tienen que girar a la ARS 40, ahí van 60, y le tienen que girar a las clínicas de Méderi los otros 40.

¿Cuál es la diferencia con lo que hay hoy?, que todo se le gira a la entidad distrital o departamental o municipal, y la entidad entonces después le gira a la ARS, y entonces tiene que venir la cuenta del hospital a la ARS, y eso se convierte en un calvario, en una gran cantidad de estaciones que se constituyen en un calvario.

Es una idea del Gobierno desde el inicio, y eso no lo podemos demorar, yo lo propongo como un gran reto para el 2009.

Y la humanidad ha venido avanzando en ese aparatito mágico que son los computadores y los Software para poder dividir esa cuenta. ¿Para qué girarle al distrito o al municipio de Titiribí?, para que él le tenga que girar al a ARS y la ARS al hospital. Porqué no se le gira a cada uno desde la Tesorería de la Nación lo que finalmente le corresponde.

Entonces se alimenta el Software, y se le dice: ‘mire, 100 para Titiribí, pero entonces me da 20 al municipio, tanto a la ARS, tanto al hospital’. Ese es otro reto

Y el otro reto: poner con mucha claridad, con mucha claridad, cómo vamos a avanzar en la nivelación de los servicios en el régimen contributivo y el régimen subsidiado.

Y retos que se complican más en un momento de muchas dificultades de la economía.

Pero esto sí que va a ser bueno para el país. Yo creo que cuando se complete toda esta reforma de las clínicas del Seguro, podremos decirle al país: unas clínicas mejores, todo el mundo contento y ya no son las viejas clínicas.

Mire la tristeza de las viejas clínicas: toda la gente renegaba y finalmente las tenía que sostener un subsidio estatal al año; final de año, que las clínicas se van a cerrar, que no hay con qué pagar, y entonces a buscar plata del presupuesto. Ese dinero el año entrante podría estar ascendiendo a un billón, de acuerdo como venía.

Entonces también allí hay un alivio para el presupuesto.

Quiero referirme al tema laboral.

Cuando nosotros decimos que promovemos en Colombia la inversión, lo promovemos con responsabilidad social. Y uno de los aspectos de la responsabilidad social es la fraternidad laboral. Me parece muy importante eliminar extremos: ni el extremo de excesos sindicales, ni el extremo de algunas cooperativas que maltratan a los asociados.

Fraternidad es lo único que da sostenibilidad.

A mí me dio mucho gusto oír al doctor Orlando (Jaramillo Jaramillo), hablando de un esquema social de relaciones laborales aquí. Que con asociaciones, con cooperativas, etcétera.

Es muy importante que las cooperativas sean de verdad, no de papel. Que cada miembro sea un afiliado activo, ¿cómo es que llamamos en el lenguaje cooperativo al afiliado?, un asociado. Que sea de verdad, que se cumpla con todo lo de la ley y que se garantice estabilidad.

Vamos a hacer una apuesta Ministro (Diego Palacio), empiecen a estudiar, a ver si las cooperativas son capaces o no de tener estabilidad. Colombia necesita estabilidad laboral.

Si no hay estabilidad laboral no hay productividad, no hay sentido de pertenencia. Si yo trabajo en una clínica por dos meses, y sé que a los dos meses me voy, qué interés voy a tener de aumentar la productividad.

No, yo creo que la figura laboral más importante del siglo 20 fue el invento de los japoneses que se llamaba: empleo por toda la vida. Ese fue uno de los factores que más competitividad le dio a la economía japonesa en su momento.

El gran reto, el gran desafío, es proponerle a estos esquemas nuevos de vinculación laboral, estabilidad. Yo les propongo ese reto, y chequeémoslo en todo el país.

Es que la sociedad colombiana no progresa si el enganche laboral es a través de un cooperativismo precario. El enganche laboral necesita equidad en la remuneración, necesita que la gente se sienta motivada a un mejoramiento continuo, y eso requiere estabilidad.

Si yo no tengo estabilidad en la empresa, ¿qué razón hay para que yo estudie y trate de aportarle más a la empresa? Si no tengo estabilidad en la empresa, ¿qué razón hay para quererla, si soy simplemente pasajero de unas semanas?

Entonces ahí hay un gran reto.

Y además tenemos que ayudarle a estas empresas tan grandes. Que sea la oportunidad para invitar a las EPS a que aumenten todos sus contratos con Méderi, a que le paguen a tiempo.

Que los periodistas nos ayuden hoy. Esta invitación no es gratuita, muchachos, esto es para que le hagan propaganda a estas clínicas que han mejorado mucho y se van a volver las mejores del mundo”.

 

 
     
 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
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