Palabras del Presidente Uribe en el evento de lanzamiento de ‘Latinamerican Trade Mart’, Centro Internacional de Comercio para Colombia y América Latin

 
Enero 29 de 2008 (Bogotá D.C.)
 

“Hace cuatro años, conversando con el doctor Pedro Gómez, me entusiasmaba con una serie de proyectos en el país, en muchas ciudades colombianas, que a fe, que con gran tesón, los ha venido sacando adelante.

Le pregunté: “¿Y Bogotá?”. Me habló de uno, del otro, del otro. Después me contó de en un centro de convenciones inteligente, compitiendo con los mejores del mundo, que no funciona por eventos especiales, sino que hace de todos los días un evento especial para promover a Colombia.

Sentí, desde ese día, la mayor curiosidad y el mayor entusiasmo por la llegada de esa obra.

Muchas gracias, doctor Pedro. Su vida ha sido una vida de servicio a Colombia. En un momento que el país tenía dificultades, usted aparece con Unicentro. En otro momento el país está triste por una u otra razón y usted sale con otros proyectos. Y en este momento le da al país este gran impulso.

Qué buena sociedad! Como en agosto del año pasado me dijo:” Lo voy a hacer con el doctor Luis Carlos Sarmiento”. Qué bueno.

El doctor Luis Carlos Sarmiento no para de servirle al país.

Mientras entrábamos a este acto, me contaba de un inmenso centro comercial en zonas deprimidas del sur de Bogotá, para reivindicarlas. Vi con qué bríos, con qué bríos, emprende este centro de promoción de la Patria, para todos los días.

A ambos nuestra gratitud inmensa, por esta ilusión para Colombia toda.

Y queremos agradecer la confianza en el país, en Bogotá, en nuestras instituciones, de Trade Mart y de la cadena Hyatt.

Confianza es la palabra clave que estábamos buscando para Colombia. Que en lo nacional y en lo internacional, a nuestra Patria se le asocie con la palabra ‘confianza’.

La confianza, derivada de la Seguridad Democrática. La confianza derivada de la confianza inversionista. La confianza derivada del esfuerzo por la cohesión social.

Reformamos el Estado, pero no lo desmantelamos. Cuatrocientas quince entidades del Estado reformadas, la primera Telecom, de las últimas Ecopetrol y estaremos en esa tarea hasta el último día de la administración, sin desmantelar el Estado, pero buscando hacerlo más amable para los ciudadanos, que agregue valor, más comprometido con la comunidad, menos burocrático y que le dé todo el espacio al sector privado.

No estamos en el desmonte del Estado ni tampoco en el estatismo. Creemos profundamente en la participación del sector privado doméstico e internacional, con responsabilidad social.

Responsabilidad social expresada en transparencia, en las relaciones entre los inversionistas y el Estado, en solidaridad con las comunidades, especialmente en temas como el tema ambiental, el tema de la comunidad urbana.

Responsabilidad social en las relaciones laborales, no de capitalismo salvaje, no de odio de clases. Relaciones laborales de fraternidad.

A esa confianza concurre un intangible bien importante: el compromiso del pueblo colombiano para que el país recupere, desde la democracia, totalmente su seguridad.

A esa confianza concurren esfuerzos muy grandes que ha hecho el Congreso de la República: reformas constitucionales de pensiones y de transferencias.

Cuando veía las huelgas francesas de hace pocos meses pensaba que Colombia acaba de adoptar una reforma constitucional de nivelación de privilegios pensionales. Aquí se hizo con controversia, pero con mucha sensatez, la que finalmente imperó. Y el país, con gran responsabilidad, advirtió que necesitaba ese camino.

Hemos aprobado la reforma constitucional para que las transferencias constituyan un buen equilibrio entre la promoción de la descentralización y la salud fiscal de la Nación. Por supuesto, nos faltan muchas reformas, seguiremos en ellas.

Y el Congreso nos ha ayudado muchísimo en el tema tributario. No hemos adoptado la tesis de rebajar impuestos de manera general. No es garantía de crecimiento a la inversión. La nuestra ha sido diferente: darle un tratamiento especial, favorable, a quienes se atreven a invertir para generar empleo de buena calidad, con afiliación a la seguridad social; para tener una Nación próspera que supere pobreza y que construya equidad.

El Congreso nos ha ayudado a introducir una serie de incentivos para la inversión: La deducción general del 40 por ciento a toda nueva inversión en Colombia; la posibilidad de hacerla efectiva en cuantos periodos fiscales se requiera.

Los estímulos especiales. Este hotel, más de 400 habitaciones que hará parte de este conjunto y que ha sido asignado a la cadena Hyatt, tendrá una exención de impuesto de renta durante 30 años, que hace a Colombia un país inmensamente competitivo para atraer este tipo de inversiones.

El Congreso de la República nos ha ayudado con estímulos generales y con estímulos focalizados. Se ha aprobado la nueva Ley de Zonas Francas que permite que las Zonas Francas se ubiquen en cualquier parte del país; que tengan muchos o un usuario; que produzcan o presten servicios para el ámbito doméstico o para exportar.

Se ha aprobado la Ley que nos permite firmar acuerdos de estabilidad de reglas con inversionistas a 20 años, lo cual cimenta mucho más la confianza en Colombia.

El ministro Plata (de Comercio, Industria y Turismo), que ha sido un gran promotor de los acuerdos de comercio, de las Zonas Francas, de los pactos de estabilidad, me confirmaba, ahora, lo que quiero anunciarles a ustedes:

Aquí, gracias a las nuevas leyes, el hotel de la cadena Hyatt tendrá 30 años de exención como lo tiene cualquier hotel que se construya hoy en Colombia. Y las empresas de turismo ecológico, una exención permanente.

Este centro puede ser beneficiario de la nueva Ley de Zonas Francas.

Le preguntaba al doctor Pedro Gómez cuánto estiman que puede valer el conjunto de equipos, con los cuales debe apoyarse este centro. Decía más de cien millones de dólares.

Al tener el tratamiento de zona franca, la adquisición o importación de equipos no pagará arancel ni tampoco pagará IVA y al tener el tratamiento de zona franca, la renta, la tarifa de renta ordinaria no será del 33 por ciento, nivel en el que queda la tarifa general en Colombia, sino del 15 por ciento.

Todo esto hace al país muy, muy competitivo.

Además, en la idea de que este centro, con esa dotación que se anuncia, sea una vitrina electrónica de promoción de Colombia todos los días, están todos los acuerdos de comercio.

Para nosotros el comercio internacional no es una categoría ideológica, sino un camino práctico de atracción de inversión. Nosotros, apreciados compatriotas, no creemos que pueda haber estímulos al empleo diferentes a los estímulos a la inversión. Unas (inaudible) con una creciente tendencia a la globalización encuentran imposible introducir unos estímulos al empleo, diferentes de los estímulos a la inversión.

Los mejores estímulos al empleo hoy son los estímulos eficaces a la inversión. En ellos ubicamos los tratados de comercio.

Por ejemplo, pensando en el Tratado con los Estados Unidos, muchos creemos que una vez se implemente el impacto en las exportaciones frente a los Estados Unidos no será de mucho crecimiento. El gran efecto que esperamos en el corto plazo es el de crecimiento de la inversión en Colombia.

En la misma idea nos hemos guiado para nuestro primer acuerdo, el de esta administración, que fue Comunidad Andina - Mercosur. Para el acuerdo con Chile, próximo a ser ratificado por el Congreso de Colombia y que tiene votación unánime en el Congreso de Chile. Para el nuevo acuerdo con Perú, que desmonta las barreras inversionistas que no ha destruido la organización de la Comunidad Andina. Para el acuerdo ya suscrito con tres países centroamericanos. Para el acuerdo que aspiramos a celebrar con la Unión Europea. Para el acuerdo con Canadá, que tendrá su última ronda y confiamos poder cerrarlo el 3 de marzo.

Para los acuerdos de protección de inversiones, de fundamental importancia, que aspiramos a adelantar este año con China y con India. Para el acuerdo con Suiza y los países que con Suiza integran la Asociación de Libre Comercio. Para el acuerdo con el grupo en el cual se encuentra Chile, el Grupo P4 del Pacífico.

Para los acuerdos que venimos promoviendo para desmontar doble tributación. Que los inversionistas colombianos que también tienen inversiones en Chile, a guisa de ejemplo, en Colombia solo pagan impuestos por las inversiones en Colombia y en Chile, solo pagan impuestos por las inversiones en Chile.

Todo esto es un país que trabaja con amor patrio, en cada nueva hora, tiene que ayudarnos a crecer la tasa de inversión. Planeación Nacional me ha expresado que en el tercer trimestre del año anterior ya se situó en el 27 por ciento. Si ustedes me preguntaran, desde el punto de vista económico, cuál es el principal reto del Gobierno, yo les diría que por encima del crecimiento, una tasa de inversión en niveles altos. Porque crecimiento puede haber un día y al otro día no. Pero con una tasa de inversión alta, sostenida en el tiempo, se garantiza también un crecimiento establemente alto.

Y ello nos puede ayudar en un momento de dudas sobre la economía mundial. Temores que no pueden ocultarse, pero que creemos que hay tres circunstancias que nos ponen en mejor situación que antes para enfrentar estos riesgos.

Si bien no hemos superado problemas fiscales y de endeudamiento, hemos mejorado y vamos por buen camino. Hay confianza inversionista en el país, como se revela nuevamente esta noche. Y hay en curso unos proyectos de infraestructura de gran trascendencia, en una Nación bien atrasada en infraestructura.

Transmilenio, Metro y El Dorado

Confiamos poder avanzar muchísimo en Bogotá, con su Alcalde, con su ciudadanía, con la Gobernación de Cundinamarca.

Se ha pasado de 34 kilómetros de Transmilenio a más de 80. El Gobierno Nacional seguirá financiando el 70 por ciento de esos costos para que se vaya cumpliendo todo el programa del Transmilenio.

Apoyaremos al señor Alcalde con los aportes del Gobierno Nacional para poder adelantar el Metro de Bogotá.

La concesión de El Dorado no fue fácil para el Gobierno Nacional. Porque es el aeropuerto central. Sus ingresos contribuían a sostener el resto de aeropuertos del país.

Esa concesión de 600 millones de dólares produce el efecto de que los ingresos de El Dorado se dediquen, ya no en un 46 por ciento, en un 54 por ciento, a financiar los otros aeropuertos, sino a financiar su propio mejoramiento. Pero queremos hacer lo mejor.

Hace pocos días, en una reunión con el doctor Luis Fernando Jaramillo, líder del grupo concesionario, con los interventores, con el Ministro del Transporte, con el Director de Aeronáutica, les dije y les advertí, grábenlo, para que no haya ninguna suspicacia: no podemos hacer una obra mediocre con complejo de pobreza. Para superar la pobreza hay que tener ímpetus de riqueza. Vamos a hacer un aeropuerto a la altura de los mejores del mundo.

Les expresé que yo no soy ingeniero –además, la vida política lo pone a uno a ser ignorante en todo- pero, por favor, lleguen a la mejor conclusión. No se pongan a salvar el viejo edificio, déjenlo en foto. Hagan rápidamente el nuevo edificio internacional. Apenas lo podamos utilizar, demuelan el viejo y hagan uno que compita con el nuevo de Madrid o con los nuevos del Japón. Que lo merece Bogotá y lo necesita el país entero.

Vías

Seguiremos trabajando en todas las salidas de nuestra capital para que sea más competitiva. Confío que este año empiecen trabajos muy importantes, asignados el año pasado, para un tramo de la ruta Bogotá (inaudible), entre Buga y Buenaventura.

Confío que este año se vea un gran avance en el trayecto totalmente contratado de doble calzada entre Bogotá y Girardot, con el túnel de Melgar. Que empiece ya la obra, contratada en su totalidad, de Girardot – Ibagué – Cajamarca.

Que adjudiquemos la nueva licitación de la línea, cuando ya está bien avanzado la construcción del túnel básico. Túnel de la línea que deberíamos llamar el Túnel del Segundo Centenario, para que cuando las nuevas generaciones lo crucen y pasen de la oscuridad a la luz, piensen con entusiasmo en su Patria promisoria.

Y confío que dejemos contratados este año los trayectos que aún hace falta por contratar, para garantizar la comunicación terrestre por doble calzada en esos 570 kilómetros de Bogotá a Buenaventura.

Tomó mucho tiempo superar pleitos en las concesiones. Ya finalmente, con el visto bueno del Tribunal de Cundinamarca, se pudo superar el pleito de Commsa.

Con la Corporación Financiera del Banco Mundial, se trabaja la estructuración de la salida de Bogotá al río Magdalena, por el cañón del Río Negro, y la doble calzada Bogotá - Santa Marta.

Es afán de todas las horas, en el equipo de Gobierno, poder dejar este año contratada la construcción de la doble calzada de Bogotá hasta Santa Marta, para que acompañe la recuperación del ferrocarril.

Ya pasa (inaudible) hacia el sur la recuperación de la navegabilidad del río Magdalena y otros proyectos, que venimos trabajando en los mismos, como el ferrocarril que entraría por el Cararé a la meseta cundiboyancense, con la opción, también, que la ruta pueda ser el Cañón del Chicamocha.

Con los ímpetus de los colombianos y el vigor de Bogotá, todo esto lo podemos sacar adelante.

Quiero hacer, simplemente, una sugerencia afectuosa: lo único que explica haber construido una ciudad tan importante, a mil kilómetros del mar, por una parte, y a 580 por otra, es esta sabana tan bella.

Creo que antes que seguir ampliado el perímetro urbano y poniendo la sabana debajo de una capa de concreto, hay que hacer renovación urbana. Invito al Alcalde, al sector privado, a ello.

Si el Alcalde de Bogotá, el doctor Luis Carlos Sarmiento y el doctor Pedro Gómez hacen una sociedad para demoler 100 manzanas deprimidas, las compran, vinculan muchos de los dueños de esos inmuebles al proyecto, hacen un modelo de desarrollo, generoso de espacio público, amistoso con el medio ambiente, eficiente en altura, los ingresos que perciba ese desarrollo son hoy ingresos exentos del impuesto de renta y complementarios, por decisión del Congreso de la República.

Ese es un aporte fiscal del Gobierno Nacional, a ver si emprendemos estos procesos de renovación urbana.

Doctor Luis Carlos, perdóneme que le pida tanto, para qué se aprestigian tanto. Para qué se aprestigian tanto.

Súmele a ese Centro, en el sur de Bogotá otro. Pero hagan el nuevo en un proyecto de renovación urbana, que el Gobierno Nacional estará atento a que todos los instrumentos de estímulo fiscal se puedan aplicar allí. Es una gran necesidad.

Muy distinguidos señores de Market Center Management Company y de Hyatt: muchas gracias por confiar en Colombia.

Permítanme decir a ustedes que entre las muchas virtudes colombianas encuentran otros tres grandes motivos de confianza: Colombia tiene excelente gerencia, Colombia tiene magníficos trabajadores con un infinito talento y Colombia tiene muy buena gente con quien asociarse.

Eso lo entienden ustedes muy fácilmente, porque se han asociado con el doctor Luis Carlos Sarmiento y con el doctor Pedro Gómez Barrera.

Con este tipo de inversiones, nuestra Patria va construyendo, palmo a palmo, un futuro para que las nuevas generaciones vivan felices en este noble suelo.

Muchas felicitaciones a todos ustedes”.

 
Imprimir