Palabras del Presidente Uribe en la Clausura de la Convención Bancaria 2008

 
Junio 13 de 2008 (Cartagena)
 
 

“Quiero dar a ustedes un saludo muy afectuoso. Hemos escuchado una intervención completa, analítica, aguda, de la presidenta de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras, Asobancaria, María Mercedes Cuéllar López, ex Ministra de Estado. Lo amerita la coyuntura, porque los problemas necesitan una gran reflexión, una permanente reflexión para buscar las mejores opciones.

Quiero agradecer a ustedes los muchos esfuerzos y apoyos que vienen dando al país. Además de los avances del sector financiero, que registró la exposición de la doctora María Mercedes, presento a ustedes nuestra gratitud por su gran colaboración en Banca de Oportunidades, una de las acciones bandera de política social.

Quiero expresar toda la gratitud por el esfuerzo de las entidades financieras y de la Asociación para ayudar en los programas sociales que están a cargo de la oficina de Lina, mi señora. Ella y sus compañeras de trabajo mantienen permanente gratitud por ese esfuerzo permanente de la Asociación, para atender necesidades en muchas regiones remotas de la Patria.

Y quiero agradecer a ustedes la buena voluntad con que han acogido los estímulos para favorecer el acceso de los colombianos más pobres a la bancarización, los estímulos para las pequeñas cuentas.

Permítanme dividir esta intervención en dos. La primera parte para recordar unos fundamentos de visión política del Gobierno. Y la segunda para hacer unos comentarios a muchos de los puntos de la intervención de la doctora María Mercedes.

Visión política del Gobierno

Nuestra preocupación principal es construir confianza en Colombia. En los años 1999, 2000, 2001 y 2002, en la campaña presidencial, preguntaba a los estudiantes universitarios: ¿Quiénes han pensado retirarse definitivamente del país? Y una gran mayoría levantaba las manos.

Regiones en poder de la guerrilla, de paramilitares o de ambos, desvanecida la presencia efectiva del Estado, y muchos ciudadanos, amén de desconfianza en el Estado, con la única decisión de procurar resolver los problemas por sus propios medios.

Nos ha parecido fundamental tener una insignia en el vértice superior de la acción del Gobierno: rescatar confianza en Colombia.

Es importante conectar esto con el tema de regulaciones del Estado, de controles coyunturales, de capitales, que creemos que, en lugar de afectar la confianza, tienen que demostrar el interés para que las condiciones no se deterioren, porque la principal causa que iría en desmedro de la confianza sería el deterioro de las condiciones.

Esa es una reflexión política que les pido tener en cuenta.

Hemos buscando sustentar esta confianza en tres pilares: la seguridad desde la democracia, la inversión desde la responsabilidad social, y la cohesión social desde las libertades y desde la prosperidad.

Se observa una relación vertical en dos sentidos y una relación recíproca horizontal.

Si hay confianza, tiene aumentar la inversión, la cohesión social. Y esa confianza que se estimula por la seguridad, a su vez se convierte en un factor determinante de que haya más seguridad.

Es imposible lograr cohesión social, sin seguridad y sin inversión. Pero al mismo tiempo sostener, en una democracia de opinión, el respaldo popular a la seguridad y a la inversión, requiere un legitimante, que es la cohesión social.

Seguridad Democrática

En materia de seguridad hemos avanzado, pero falta un camino que recorrer.

Quisiera referirme allí a algunos temas.

Hemos frenado el ritmo del desplazamiento, pero no se ha superado totalmente. Hemos avanzado en la atención de desplazados, en salud, en educación, en Familias en Acción, pero tenemos todavía un gran retraso en materia de atención a desplazados en vivienda.

Tenemos dos grandes retos en materia de seguridad: el tema de las víctimas y el tema de la sostenibilidad. Y con ellos aparece otro: el costo y el gran reto de la reinserción.

A la fecha han comparecido más de 130 mil víctimas, y apenas empiezan a aparecer las de la guerrilla. El Gobierno produjo un decreto para la conciliación administrativa con las víctimas, para la reparación por vía de conciliación administrativa. Es una medida costosa, pero es una medida previsiva.

No quisiera, apreciados compatriotas, que el tema de las víctimas se tuviera que manejar en el futuro con condenas al fisco colombiano y al Estado colombiano, por parte de las Cortes internacionales.

Por eso avanzar en la conciliación administrativa con las víctimas, es una prioridad. Nada las repara plenamente, pero ese esfuerzo por lo menos va cicatrizando parte de las heridas.

Permítanme compartir con ustedes esta preocupación, este reto ineludible. En los años que vienen, el Estado colombiano deberá pagar no menos de siete billones en indemnización de víctimas.

Porque cuando se habla del gasto público, hay que pensar no solamente en las inflexibilidades de la ley, sino en las inflexibilidades de los hechos. Les propongo esa reflexión. Pero es un esfuerzo que vale la pena hacer, por el futuro del país.

Tenemos el tema de la sostenibilidad de la política de Seguridad Democrática.

Por eso se impuso ese impuesto por una vez al patrimonio, que presenta algunas distorsiones. Por ejemplo, acabamos de escuchar, en la intervención de la doctora María Mercedes, que el gasto público excede en un 80 por ciento al crecimiento del PIB nominal, cuando se consolida con seguridad.

Pero si se resta seguridad, el crecimiento del gasto público es inferior a la evolución del PIB nominal.

¿Y por qué se esta haciendo ese esfuerzo en seguridad? Para poder garantizar el avance de la Seguridad Democrática y su sostenibilidad.

Y también tiene impacto en el déficit comercial. ¿Por qué? Por las importaciones muy exigentes del sector Defensa.

Y el tema de la reinserción. Para llegar a él hay que hacer algunas comparaciones: la magnitud de nuestra violencia, el tamaño de nuestros grupos terroristas.

Cuando se realizó el acuerdo de paz de Irlanda, aquel Viernes Santo de 1998, se habló de 3.300 crímenes en un siglo. Ese año en la ciudad de Medellín y sus alrededores hubo más de 3.500 crímenes.

Se hablaba de 118, de 120 líderes terroristas. La ETA española, de 200. Nosotros en el 2002 teníamos aproximadamente 60 mil. Hemos desmovilizado en nuestro gobierno 48 mil.

Algunos países presentan estas cifras en Centroamérica. En un país, 4.500 desmovilizados. En el otro, 2.300. Aquí en la década de los 90, procesos de paz, 4.000 desmovilizados. En este Gobierno 48.000. Han reincidido 3.000.

Hemos logrado superar el paramilitarismo. La palabra surgió para denominar bandas privadas criminales creadas con el objetivo de combatir a las guerrillas. Hemos recuperado el monopolio que nunca debió perder el Estado.

Quienes han reincidido, muchos han sido dados de baja por las fuerzas institucionales. Otros, presos. Están actuando como criminales de los reincidentes, todavía 500.

Hemos combatido, con toda dureza, la aparición de nuevas bandas emergentes criminales. Y lo que encontramos en todo el país es que hay guerrilla, hay narcotráfico, hay delincuencia común, pero no hay bandas criminales cuyo propósito sea combatir a otros criminales.

Por ejemplo, donde tenemos hoy el principal programa de erradicación manual de droga, para mí, en la cordillera actúa las Farc produciendo coca. En el plan, donde empieza la Costa Caribe, la llanura del Caribe, actúan las bandas emergentes, comercializando la coca de las Farc. En el sur del Cesar, al oriente del Catatumbo, la guerrilla produce droga. Al occidente, en la Serranía de San Lucas, la guerrilla produce droga. En el plan, comercializan las bandas emergentes. Están asociados.

Y eso lo conocemos por el permanente contacto con los ciudadanos que viven esas regiones y con sus realidades. Pero esto ha exigido un enorme costo y habrá que continuar asumiéndolo.

Imaginen ustedes la comparación con algunos procesos de paz de Centroamérica y con los de acá de los años 90. Cuatro mil desmovilizados en los años 90 y ahora 48.000. Eso tiene unas exigencias muy grandes en materia de controles, en materia de educación, en materia de salud, en materia de pagos, en materia de empleo, en materia de proyectos productivos. Obligaciones que necesariamente tenemos que asumir.

Hasta aquí algunos de los retos de la Política de Seguridad Democrática.

Esfuerzos en confianza inversionista

Debo recordar que nuestros esfuerzos en confianza inversionista se resumen en estos titulares: continuidad de la política de Seguridad Democrática, sostenibilidad. Los ciudadanos le creen más a la sostenibilidad en la determinación, que simplemente a la muestra de resultados de corto plazo. La ciudadanía muchas veces, generalmente, perdona los resultados de corto plazo, si observa que hay total firmeza en el propósito de largo plazo.

Segundo: darle todo espacio a la inversión, a la inversión privada doméstica e internacional. Como exigencia, la responsabilidad social: transparencia en las relaciones entre los inversionistas y el Estado, solidaridad de los inversionistas con las comunidades. Los mineros, en materia ambiental, la que ustedes empiezan a tener, nos han venido ayudando con Banca de Oportunidades.

Relaciones laborales fraternas, no relaciones laborales de capitalismo salvaje, no las relaciones laborales de odio de clases.

Con esas condiciones, con esas sugerencias, con esas indicaciones, confianza inversionista, que no está ganada en el continente.

Este tema tan elemental no debería ser hoy objeto de análisis, ni de discurso. Pero cuando en el continente ha venido creciendo una tendencia de hostilidad hacia la inversión, es muy importante repetir que en Colombia hay todas las garantías para la inversión nacional e internacional.

Yo pido que cuando se hable de controles, se establezca la diferencia entre los que se imponen en nombre de la hostilidad frente a la inversión, que abundan hoy en países latinoamericanos, y los que se imponen para poder enfrentar difíciles coyunturas, evitar mayores estragos sociales y garantizar un ambiente propicio para la inversión.

Filosóficamente, cualquier control que este Gobierno impone, es para evitar que se desestime la razón de ser de la inversión.

Desde el punto de vista político, es esencial, apreciados compatriotas, distinguir entre la naturaleza y las finalidades de estos controles.

Hemos hecho un gran esfuerzo en materia tributaria para estimular inversiones, a lo cual me voy a referir más adelante, porque me preocupa muchísimo que empiece a hablarse de que eso nos es sostenible, cuando apenas se están preparado los proyectos para responder a estos esfuerzos.

Reforma del Estado

Hemos hecho grandes esfuerzos para reducir el déficit del Estado, el endeudamiento. A la fecha hemos reformado 411 entidades del Estado. Y qué difícil capitalizar a Ecopetrol, cuando la tendencia política de América Latina ha sido explotar el recurso del petróleo solamente con monopolios estatales.

Qué difícil introducir esas reformas contra el radicalismo ideológico. Qué difícil la reforma de Telecom contra el radicalismo ideológico. Qué difícil la reforma de los hospitales contra el radicalismo ideológico.

Aquí había una mezcla de radicalismo ideológico, que no se enfrentaba. De politiquería, que todavía no hemos derrotado totalmente. Y de excesos sindicales, que todavía creen llevar las representaciones de los trabajadores de Colombia.

Eso ha sido un gran obstáculo a la reforma del Estado, pero lo venimos venciendo.

La reforma del Estado ha ahorrado, en pagos de nómina por año, un billón 300 mil millones. Y consolidada en el período 2002-2010, siete puntos del PIB. Seguiremos en ella.

Ahora estamos en la reforma de todas las clínicas del Seguro Social.

Si ustedes visitan la de aquí de Cartagena, la ven ya no manejada por el viejo esquema del Seguro Social. La ven manejada por la Fundación de los Hermanos de San Juan de Dios, con excelentes resultados para el fisco y para los usuarios.

Lo mismo la de Santa Marta, administrada ahora por la Fundación Cardiovascular de Bucaramanga.

Y recientemente el paso dado en Bogotá. Confío que en diciembre mis compatriotas de Bogotá van a sentir un magnífico servicio de las clínicas del Seguro Social, que fueron liquidadas y ahora entregadas a una sociedad conformada por la caja de compensación Compensar, por la Universidad del Rosario y Fundación de Hermanos de San Juan Dios.

Alguien me preguntaba: ‘¿Cuál es el principal legado que usted quiere dejar de impacto fiscal de este Gobierno?’. Y contesté: ‘La reforma del Estado’.

Por eso, cuando se habla de gasto público, es bien importante considerar que se ha hecho en esta reforma del Estado.

Mirábamos la televisión hace pocos meses, las dificultades de las protestas francesas por la proposición del Presidente Sarkozy de eliminar los privilegios pensionales. Aquí se eliminaron recientemente por el Congreso de la República.

Ustedes saben las dificultades que se enfrentaron para otra reforma estructural: la que regula las transferencias a las regiones.

Tuvimos que enfrenar un referendo, que proponía simplemente regresar a la norma de la Constitución del 91. Qué difícil para el Congreso votar ese Acto Legislativo, con una Plaza de Bolívar abarrotada de ciudadanos protestando, muchos de ellos desorientados, mal orientados por sus líderes políticos.

Y esa reforma se logró.

Tratados de Libre Comercio

Hemos avanzado en los temas de los TLC’s. En los últimos días se cerró la negociación con Canadá. Anoche se cerró la negociación con Suiza y cinco países más que tienen acuerdos de libre comercio con Suiza.

Estamos en la negociación con la Unión Europea, en la negociación de los tratados de protección de inversiones con China, con India, con Japón.

Y me voy a referir también más adelante, en el tema tributario, al tema de las zonas francas. Y no podemos olvidar algo bien importante, que se tramitó con inmensa dificultad y que apenas empieza aplicarse: la Ley que autoriza a firmar con los inversionistas los convenios de estabilidad a 20 años.

Fue muy difícil su trámite, apenas empieza a aplicarse, por eso hay que tener mucho cuidado en no estimular echar para atrás lo que con tanta dificultad se ha conseguido y que apenas empieza a conocerse debidamente.

Sector agropecuario

Presenta la doctora María Mercedes su preocupación por el bajo crecimiento del sector agropecuario. Restablecer la dinámica en el campo es muy difícil. Confío que se ha venido restableciendo. El país ha pasado de 150 mil hectáreas de palma africana, y debe terminar este año con 400 mil. Se ha recuperado enormemente la producción de café. En este Gobierno hemos adicionado 35 mil hectáreas de cacao.

Colombia, que tiene grandes posibilidades para la madera, se había estancado. Estábamos apenas con 110 mil hectáreas de maderables y Chile con 3 millones. Ya tenemos 270 mil, muy poco, pero hemos recuperado el ritmo.

Confiamos que este año sea un año récord en arroz, en maíz. Estamos avanzando muchísimo en la tecnificación de esos productos. Aspiramos a tener este año 220 mil de maíz tecnificado. En la zona cafetera, en las áreas de soqueo, 100 mil hectáreas.

Hemos ofrecido un sobreprecio de 30 mil pesos por tonelada, que le llegue directamente al productor en maíz, y en el segundo semestre de 50 mil.

En fríjol, 150 mil por tonelada, porque el país todavía es deficiente en 18 mil toneladas de fríjol al año.

Teníamos que limitar nuestra producción de arroz para cumplir con las normas andinas y permitir que llegaran entre 70 y 150 mil toneladas del Ecuador.

Ahora el hermano país ha dicho que no nos vende arroz. Hemos tenido que acelerar el regreso a la autosuficiencia y hemos dispuesto, con mucho esfuerzo, de 25 mil millones para poder incentivar el almacenamiento, a fin de que la cosecha que viene rompa récord en área sembrada y en productividad, y permitamos un almacenamiento para los meses de post-cosecha.

Creo que la Ley Agro Ingreso Seguro va ayudar mucho en esta materia. Es el segundo año de aplicación.

Voy al sur de Bolívar. Estuvo 30 años abandonado, por guerrilla, primero, y después, por guerrilla y paramilitares. Apenas están llegando los inversionistas a analizar los proyectos.

Tenemos un gran porvenir en biocombustibles, respetando dos premisas universales: no afectar la selva y no limitar la producción de alimentos para la seguridad alimentaria.

El país les cumple. Nosotros tenemos todavía 578 mil kilómetros de selva, más del 51 por ciento. Y hemos desarrollado esquemas para protegerla, como el de Familias Guardabosques, que ya son 65 mil.

Y tenemos 43 millones de hectáreas de sabana, solamente 5 millones en agricultura y 23 millones de cabezas de ganado vacuno. Allí hay tierra suficiente para crecer la producción de alimentos y para la política de biocombustibles.

Ya producimos un millón de litros diarios de alcohol carburante. Y aspiramos concluir este año con la producción de un millón de litros diarios de biodiesel de palma africana. Pero todos esos proyectos necesitan tiempo y requieren condiciones.

La seguridad, los estímulos tributarios, los apoyos financieros y la estabilidad, necesitan tiempo.

Vemos muchas empresas y personas naturales buscando en el país donde se puede sembrar más caña, porque se ha copado el hectariaje del Valle del Cauca. Muchas personas mirando donde se puede sembrar más palma africana. A eso hay que darle tiempo.

Confío que las próximas semanas Ecopetrol pueda a dar buenas noticias sobre diversificación en estas materias, en los departamentos del Magdalena, Cesar y en los Llanos Orientales.

El sector agropecuario tiene estímulos tributarios, necesarios, que apenas están empezando a producir sus resultados.

Yo recuerdo esto: el Cauca, el Valle del Cauca y Antioquia tenían una gran dinámica reforestadota, y en alguna forma la había en el sur de Bolívar o en el centro del departamento. Y la reforma tributaria de la Emergencia de 1974 desmontó esos incentivos y se frenó la reforestación comercial.

¿Por qué hemos introducido esos incentivos a la reforestación comercial? Porque son necesarios para que un cultivo de tardío rendimiento como éste, pueda prosperar.

Nosotros no hemos incorporado los incentivos tributarios por capricho sino para hacer del país un país atractivo y competitivo en inversión.

Confío en que allá una muy buena reacción del sector agropecuario en los años que viene.

Tres limitaciones al crecimiento plantea la doctora María Mercedes: infraestructura, investigación y mano de obra.

Infraestructura

Estamos empezando el desatraso en infraestructura. Del Plan 2500, el sábado pasado completamos 2 mil kilómetros pavimentados. No es fácil verlos, porque casi nadie va a La Mojana (Sucre). Casi nadie recorre la carretera entre Granada y San José del Guaviare. Ya van algunos más. Antes no iban a recorrer la carretera entre Puerto Gaitán y Puerto López.

Y los municipios y departamentos reclaman más obras de esta naturaleza y los empresarios dicen, con toda razón: no, hagamos los corredores de comercio exterior.

Y todos tienen razón. En un país que falta de todo, todos los reclamos son justos. Y qué difícil conciliarlos, en medio de la escasez de recursos, en muchas ocasiones crítica.

Estamos empezando las grandes carreteras de competitividad. Tenemos contratado ya buena parte del trayecto de doble calzada Bogotá – Buenaventura: 580 kilómetros de una topografía muy abrupta. Ya faltan unos pocos trayectos para tener totalmente cubierta la distancia con los contratos de doble calzada.

Y allá hay unos trayectos donde ya han aparecido las fuentes de financiación, a las que se refería la doctora María Mercedes.

Cito solamente un ejemplo: el tramo de Girardot a Ibagué y a Cajamarca, que ya ha empezado a ejecutarse.

Gracias a esas nuevas fuentes de financiación provenientes del sector privado, se pudo adjudicar a un consorcio muy serio, con un costo de 380 mil millones, cuando el proponente más costoso requería un billón 200 mil millones.

Confiamos que en septiembre termine la estructuración, por parte del Banco Mundial, del corredor Bogotá – Santa Marta, doble calzada. Y allí la concesión, como en muchas obras, tendrá que tener un gran apoyo del fisco, porque habrá muchas dificultades para lograr la autosuficiencia.

Lo que necesitamos es obtener la mayor financiación al plazo más extenso posible y con la menos tasa de interés, lo cual redundará en menores aportes fiscales.

Ustedes saben las dificultades que había con todas las concesiones, porque todas estaban en pleito. Y casi no superamos el pleito de Commsa, que duró más de 11 años, de Bogotá al Río Magdalena.

Está bastante avanzada la doble calzada de Bogotá – Sogamoso, que tenemos que continuar con el mejoramiento de la carretera de Sogamoso al Llano.

Confiamos, con los activos que se sanearon de la vieja Corelca, contratar rápidamente toda la doble calzada del Caribe colombiano. De Paraguachón, en la frontera con Venezuela, a Palo de Letras, en la frontera con Panamá.

Ya muchos de estos trayectos han sido contratados en los últimos años, y apenas van a empezar la ejecución.

Por ejemplo, hay una doble calzada ya contratada, por La Cordialidad, entre Barranquilla y Cartagena. Y ya hay unos trayectos de doble calzada financiados por la Vía al Mar, que comunica a Cartagena con Barranquilla.

Hace pocos días pudimos firmar la extensión de las concesiones portuarias, con una gran inversión. Sí que ayudaron los incentivos tributarios.

Lo cual facilitó que estas nuevas inversiones portuarias vayan a poder ajustarse a la figura de zonas económicas especiales, las nuevas zonas francas. Si no, no habrían podido ser competitivas.

Entonces pasamos unos años en la discusión sobre las contraprestaciones de los concesionarios portuarios. Y aparecía que por la tributación preferían irse los inversionistas a Panamá o a otros países, y no venir a Colombia.

Es que en una economía crecientemente globalizada, la tributación no la puede imponer unilateralmente un Estado, ni una economía, ni una teoría. Nosotros encontramos una teoría económica y una política de orientación económica, muy renuentes a los incentivos tributarios.

Pero encontramos también unos países que nos compiten, muy inclinados a los incentivos tributarios.

El caso de los puertos es paradigmático. O damos estímulos o no tenemos puertos. Allí no tenemos alternativa diferente, apreciados compatriotas. Pero vemos con mucho optimismo lo que se ha firmado recientemente para la infraestructura portuaria del país.

Como vemos con mucho optimismo las concesiones aeroportuarias, empezando por la de El Dorado, que implica gasto público, y de qué manera, por lo siguiente: porque ese es el aeropuerto rentable, ese es el aeropuerto que nos permitía sostener los otros aeropuertos.

Ahora creo que el 44 – 46 por ciento de sus ingresos va al concesionario, para el mejoramiento del propio aeropuerto. Entonces sobre los otros aeropuertos, el fisco tiene que hacer un gasto compensatorio.

El país tiene un gran atraso en infraestructura y muchas dificultades.

Unos me hablan de Chile. Pero es que la distancia de Santiago de Chile al mar es de 140 kilómetros. Una cordillerita, que la remontaban por una carretera que a los colombianos no nos daba temor la pendiente, y le hicieron unos túneles.

De Bogotá a Santa Marta hay mil kilómetros. De Cali a Buenaventura, de Buga a Buenaventura, hay 140 kilómetros, pero de qué geología y de qué topografía. De Medellín a Turbo hay 400 kilómetros, con una inestabilidad geológica bien difícil para la ingeniería.

El problema de Chile hoy de transporte masivo, es de adicionarle al Metro de Santiago un Transmilenio. Y qué dificultades están teniendo. Nosotros estamos construyendo nueve Transmilenios en Colombia.

Solamente Bogotá, en este Gobierno, ha pasado de 32 kilómetros a 90 kilómetros de Transmilenio. Tenemos bien adelantado el de Cali, en servicio parte del de Pereira, avanzando con el de Soacha, avanzando con el del área metropolitana de Medellín, con el de acá, con el de Barranquilla, con el Bucaramanga. Y hay otras 10 ciudades colombianas esperando su turno.

El reto colombiano de infraestructura es bien grande.

Planes de aguas y de vías

Confío en dos planes que estamos adelantando. Los planes departamentales de agua, con una gran disciplina para exigir que los departamentos de regalías, las comprometan en la cobertura total de agua potable.

Y los planes departamentales de vías. Les hemos dicho a los departamentos: el Gobierno Nacional se tiene que concentrar en los corredores de comercio exterior. Para las vías departamentales, un plan departamental de crédito.

Investigación, mano de obra y educación

Yo no tengo tanto escepticismo en materia de investigación. Solamente en el país se habla de lo que invertimos en investigación en relación con el Producto, inversión muy baja. Estamos haciendo un esfuerzo para llegar al 1 por ciento del Producto, que todavía será bajo, pero qué difícil dar el salto de 600 mil millones en investigación al año, a 3 millones 800 mil.

Lo que no se analiza en el país es que aquí ha habido en Colombia muy buena productividad en investigación. Colombia, en proporción con el dinero invertido, ha logrado grandes resultados. Esa parte también la debemos mirar. Pero acepto que tenemos que hacer crecientes esfuerzos en investigación.

En mano de obra. Uno de los atractivos para invertir en Colombia es la calidad de su gerencia. Otro de los atractivos es la calidad en su mano de obra, y otro de los atractivos es que los inversionistas encuentran con quien asociarse en Colombia. Y eso lo destacan los inversionistas que miran a Colombia, en cualquier parte del mundo.

Yo creo que la tarea educativa tiene que producir un desatraso en materia de falencia en mano de obra.

Y quiero llamara la atención sobre el Sena. Ha pasado de capacitar un millón 100 mil colombianos al año, y este año va a capacitar a 6 millones de colombianos. Tenía 30 mil estudiantes en técnicas y tecnologías, va a terminar el Gobierno con 300 mil. Hemos dado el paso de que los técnicos y los tecnólogos del Sena, después puedan entrar a las universidades, completar los créditos y acceder a los grados de educación superior.

Está trabajando masivamente para enseñarnos a los colombianos el inglés como segunda lengua, a través de Internet. Este año debe terminar con un millón de estudiantes de inglés a través de Internet. La mayoría de los profesores compatriotas sanandresanos, raizales, enseñando inglés a través de Internet desde San Andrés.

Lo que además va a tener un gran impacto social en San Andrés: 500 profesores, compatriotas raizales en San Andrés, deben recibir el año entrante –este año la parte proporcional, porque el programa apenas empezó en febrero–, 12 mil millones, de pagos laborales del Sena. Eso va a ayudar enormemente en el tejido social del archipiélago.

Ha incorporado el Sena una magnifica plataforma tecnológica, que le permitirá tener permanentemente un millón 200 mil estudiantes en ambiente virtual. ¿Y cómo lo medimos? En empleabilidad. Ha pasado de una empleabilidad del 40 por ciento. Y ya tiene programas con empleabilidades superiores al 90 por ciento.

Hemos disminuido a la mitad la nómina administrativa, y hemos multiplicado por tres la nómina de instructores. Hemos tenido todas las dificultades con los excesos sindicales que había allí, pero pensamos que la institución va por buen camino.

Parafiscales

Por eso a mí me preocupa mucho la insistencia de que eliminemos los parafiscales, en un país con tantas necesidades sociales, que necesita ese tercer capítulo de confianza, que es la cohesión social.

Por un lado dicen en el análisis: no van a ser sostenibles los incentivos tributarios. Y por el otro lado, dicen: eliminen los parafiscales.

Según eso habría que eliminar los incentivos tributarios a la inversión y los parafiscales. Una de las razones para los incentivos tributarios a la inversión, ha sido la de no tener que eliminar los parafiscales.

Particularmente comparto la apreciación de muchos economistas que creen que el mejor estímulo a la creación de empleo, en una economía que crecientemente se integra a la economía mundial, es el estímulo a la inversión.

Nosotros pensamos que los estímulos introducidos a la inversión en Colombia, van a repercutir muy positivamente en la creación de empleo.

¿Por qué? Tenemos una negativa a la eliminación de los parafiscales, porque se han introducido estos estímulos a la inversión, porque no ha sido fácil introducir las reformas laborales y pensionales, porque uno no puede tomar la fotografía sino que tiene que ver el video.

Recuerdo aquel año 90, cuando sacamos adelante en la reforma laboral, la Ley 50. Y qué difícil fue, desde el punto de vista político y de orden público. ¿Qué habría sido de la empresa privada colombiana si no se elimina la retroactividad de las cesantías y si no se cambia por los fondos de cesantías?

Recuerdo aquel año 2002, la reforma liderada por el Ministro Juan Luis Londoño, que todos los días nos hace más falta. Hace poco todavía, con concepto del Procurador, para declararla inexequible, sufrimos mucho esperando un pronunciamiento de la Corte Constitucional, que por fortuna fue contrario al pedido de inexequibilidad.

Haber adelantado esas reformas, ha sido muy difícil. Pongamos mucho cuidado con los parafiscales.

Creo que hay que exigir un gran manejo del sena, de Bienestar Familiar y de las cajas, pero pienso que Colombia tiene que hacer el esfuerzo de los parafiscales.

Uno se pregunta: bueno, desmontamos los parafiscales, y ¿qué hacemos con el Sena, con las cajas y con Bienestar Familiar? Los sostiene el fisco. Los sostendrá el primer año, después se olvidan de ellos, como ha pasado en otros países.

Les pido mirar este equilibrio, que hemos buscado lograr entre mantener los parafiscales e introducir los incentivos a la inversión.

Zonas francas

Quiero referirme al tema de las zonas francas, a la deducción del 40 por ciento.

Ustedes recuerdan que aquí teníamos una figura de zonas francas, que esa figura estaba condenada a desaparecer por las decisiones de la Organización Mundial de Comercio.

La sustituimos por la nueva figura, flexible. Hoy se permiten zonas francas en cualquier sitio del país, de una o varias empresas. Recuerden que en la anterior figura, la tarifa de renta era del cero por ciento. ¿Entonces por qué nos preocupamos porque en la nueva figura queden con una tarifa de renta del 15?

Hace poco, con una misión de Irlanda, llegábamos a esta conclusión: la legislación tributaria colombiana sigue siendo compleja, no hemos podido simplificarla, pero muy atractiva en materia de inversión.

No nos quejemos de eso. Aquí con la tributación se le ponían permanentes talanqueras a la inversión. La tributación y la violencia frustraron que este país fuera una potencia forestal, que estamos tratando de recuperar.

Apenas estamos comenzando con las zonas francas. El país tenía 11, debemos terminar el año con 50 aprobadas. Pero si empezamos a maldecir de esos pasos, entonces los inversionistas ahí sí que se van a asustar.

¿Por qué nos asustamos tanto por unos controles transitorios, que le dicen al capital de corto plazo: ‘mire, aguante un ratico, que aquí tenemos una revaluación’, y no nos asustamos proponiendo inestabilidades en incentivos tributarios como el incentivo a las zonas francas?

Estos incentivos hay que dejar que maduren, hay que dejar que produzcan sus efectos, que la gente les tome confianza.

Nosotros estamos haciendo un gran esfuerzo para lograr, después de tantos intentos reformistas, estabilidad tributaria.

Incentivos

La deducción del 40 por ciento. ¡Cómo ha ayudado! Hace poco la analizamos. Con causa, que ha contribuido determinantemente a subir la tasa de inversión al 28.

Sí, las deducciones nos cuestan este año en recaudo 3 billones 300 mil millones. Pero nos ayudaron a pasar la tasa de inversión del 12 y del 14 al 28.

Y lo que no se analiza de las deducciones y de los estímulos, es su efecto en el empleo, en el IVA, su efecto posterior en el recaudo de renta, su efecto en el impuesto predial, su efecto en industria y comercio, su efecto en las cotizaciones de seguridad social.

Aquellas personas que son a la vez economistas y empresarios, concluyen que estos incentivos tienen una tasa de retorno muy elevada.

Este Gobierno está haciendo unos esfuerzos que, con seguridad, los van a cosechar los próximos gobiernos, que van a tener el recaudo proveniente de las inversiones instaladas, gracias a la Seguridad Democrática y a los estímulos de ahora.

Ley Páez y Ley Quimbaya

La Ley Páez, ahora la Ley Quimbaya. ¿Qué ocurrió? En el 2002 la comisión de reforma tributaria propuso que se eliminara. Nos pareció en el Gobierno lo siguiente: estaba bien eliminarla para nuevos entrantes, pero no suprimir los beneficios para quienes los habían ganado. Eso crearía desconfianza, y así se hizo.

¿Qué ha ocurrido ahora? Las personas naturales y jurídicas que instalaron esas empresas, dicen: nos queda muy difícil, en la zona donde estamos, competir, pasando a la plena tributación.

Se les ha dado la oportunidad de pasar de impuesto cero de Ley Páez, a una zona franca de 15 por ciento en renta, para proteger esa región.

Uno ve en el Gobierno mexicano del Presidente Calderón, bien aplaudido por la economía privada internacional, unos estímulos diferenciales por regiones. Yo sinceramente creo que estos son pasos razonables.

Ayer me proponían todos los parlamentarios y diputados del Eje Cafetero sostener la Ley Quimbaya, que se venció. Les dije: ‘¿Pero por qué?’.

Me dijeron: ‘Porque el temor causado por el sismo de Armenia no permitió que llegaran las inversiones en el corto plazo de vigencia que tuvo la Ley’.

Dije: ‘¿Y por qué no pasamos los inversionistas a zonas francas?’

Y me contestan: ‘Porque son inversiones pequeñas, que no alcanzarían a reunir los requisitos de zonas francas’.

El Gobierno tiene que estar, con la misma atención con que escucha los análisis de unos sectores, tiene que escuchar también los requerimientos de las regiones. Este es un Gobierno que vive en permanente diálogo con los compatriotas, y buscando opciones y salida a todo. Ahí ven ustedes esas dificultades.

Déficit y gasto público

Reducir el déficit. Menos gasto público. ¿Quién más lo quisiera? Ya les mencioné la reforma al Estado, y lo que ha ayudado y lo difícil que ha sido políticamente.

Algo que hay que valorar: este Gobierno eliminó los presupuestos adicionales.

En 2005 no tuvimos presupuesto adicional, en 2006 tampoco, era año de elecciones. Algún día habrá que recordarlo a la memoria de los historiadores. Nosotros llegamos a unas elecciones, con reelección presidencial en el 2006, sin presupuesto adicional. Y 2007 sin presupuesto adicional, 2008 sin presupuestos adicional. La decisión de este Gobierno es eliminar los presupuestos adicionales.

Esta semana tuve que mermar las horas de sueño pensando en los temas de la Asociación Bancaria y en otros. Y en los temas piadosos. Y les pedí a las doctoras Cecilia Álvarez y Carolina Soto que me ayudaran con una serie de anexos para esta Convención Bancaria.

Y encontramos lo siguiente: en la serie de años de adiciones presupuestales, el Gobierno proponía 10 pesos y la adición presupuestal salía con 13 o con 15, por lo que agregaba el Congreso.

Haber suprimido esas adiciones presupuestales ha sido una gran fuente de ahorro del gasto público. Es que no podemos ignorar esto: el Presidente Barco en 1990 dejó al país prácticamente en equilibrio. El déficit del Gobierno Nacional central era del 0,8. Nosotros lo encontramos, si sumamos al explícito el agotamiento de reservas del Seguro, en el 7 y medio. El año pasado marcó el 3,3.

Las estadísticas que hemos encontrado en endeudamiento público datan del año 96. El endeudamiento público estaba en el 14,16. Estamos haciendo la investigación sobre el año 90, donde era muy inferior. Nosotros lo encontramos casi en el 50. Lo hemos reducido al 28.

Creo que hay un esfuerzo enorme en materia de gasto público. Nosotros estamos abiertos a seguir mirando el gasto público.

Yo le decía el doctor Uribe, Presidente del Banco de la Republica, la semana pasada: ayúdenos.

Pero miren los limitantes. Ya les conté desplazados, les conté víctimas, les conté el otro tema: el de los reinsertados.

Miren una cosa que nos ha obligado a corregir el Congreso: una doceava a las regiones, se venía pagando en enero del año siguiente. Entonces eso mostraba menos déficit. Pero era una cosa simulada, ficticia.

El Ministro de Hacienda y el Congreso acordaron ir desmontando eso. El desmonte nos implica cuatro años. De a 350 mil millones adicionales por año. Las sentencias, como la de Granahorrar, etcétera. Nosotros tenemos unos imperativos de gasto público bien difíciles de evadir.

“No podemos aflojar”

El tema de infraestructura. Estamos haciendo todo el esfuerzo para tener la mejor financiación, la más sana. Pero tenemos que avanzar en infraestructura.

Ya tenemos casi encontrados los dos frentes de trabajo del Túnel básico de la Línea, de 8 kilómetros. Ahora estamos en la licitación de la segunda parte del Túnel.

Y hablando con muchos compatriotas, me dicen: ‘¿Y por qué no incluyeron más recursos del sector privado?’. Porque allí lo concesionable es apenas el mantenimiento.

Lo que tenemos que buscar es la mejor financiación para la obra. Nosotros tenemos toda la disposición de vincular al sector privado a todas estas obras, pero hay restricciones, porque todavía los ingresos de muchas de nuestras vías no permiten la autosuficiencia, como sería lo ideal.

En materia de seguridad, está bien austeridad y transparencia. El Ministro tiene una junta asesora del sector privado, que le está ayudando en todas las inversiones con el impuesto de patrimonio. Pero todavía nos faltan muchos.

Yo no pienso en aquellos que han sido capturados por la Fuerza Pública, sino en lo que siguen haciendo daño.

A mí me cuentan de ‘Reyes’, y el pensamiento se me pasa en un minuto, porque empiezo a pensar es en don ‘Jorge Briceño’. Entonces, apreciados compatriotas, en eso no podemos aflojar.

En política social. ¿Ustedes creen que podemos aflojar en política social, para abrir las compuertas al contagio de los nuevos estatismos?

La política social es el legitimante. Ustedes no saben la ayuda de ustedes con Banca de Oportunidades. O lo que ayudan los programas sociales, como Familias en Acción.

Ayer me decía un colombiano muy importante: ‘Desacelere Familias en Acción’. Y le dije: ‘¿Cómo? ¿Vamos a hacer el ajuste con los sectores sociales?’.

Eso da un discurso político para que derrote el sistema de libertades en Colombia. Uno no puede engendrar un discurso político para permitir que ganen proyectos políticos hostiles a la inversión privada. Hay que cuidar mucho eso.

¿Vamos a debilitar los programas sociales, ahora que hay que fortalecer, que tenemos que evitar que se deteriore más la capacidad adquisitiva de los sectores más vulnerables, con estas amenazas de inflación y de inflación de alimentos?

A mí me da mucho miedo entrar a hacer ajustes de gasto público con programas de esta naturaleza.

Algunos subestiman el esfuerzo del sábado pasado, pero es que en la nueva Ley presupuestal se dice: ‘El Gobierno tiene que enviar al Congreso, en tal fecha, los requerimientos de inversión para el año siguiente’.

Eran por 32 billones. Bajarlos, cuando estaban notificados al Congreso a 22, implica una decisión muy difícil.

Y miremos el gasto público. Si hay un espacio este año, al Gobierno no le temblará la mano, para contribuir a que avancemos en la solución de los otros problemas que tanto nos preocupan.

Pero tengamos en cuenta que, excluyendo seguridad, el gasto público ha venido creciendo por debajo del PIB nominal. Así se da este año. Y así está proyectado para el año entrante.

Remesas

En el déficit hay dos factores: Defensa y bienes de capital.

El crecimiento de la importación de bienes de capital ha sido muy alto. Es bueno descontarlo del déficit. Y es bueno reiterárselo a Defensa, aspiramos a que sea transitorio.

Ahora, sí nos preocupa el crecimiento de importaciones, en perjuicio de la producción nacional, en artículos de consumo y en vestuario y en calzado, en parte por la apreciación de nuestra moneda.

El tema de las remesas. El país ha sentido un crecimiento enorme de los giros de los colombianos que viven en el extranjero. Un crecimiento enorme.

Al eliminar el impuesto de remesas, también se aceleran los giros de las utilidades de los inversionistas extranjeros a los países de origen de esas inversiones.

Es un costo que tenemos que pagar. Se estudió cuidadosamente en la reforma que eliminó ese impuesto a la remesa.

Efectos de la apreciación

El tema de la apreciación. Allí hay varios subtemas. ¿Qué nos pasa frente a otros países? Tienen todos los sectores afectados la posibilidad de convertirse. Los protegemos o no los protegemos.

¿Qué nos pasa frente a otros países? Al mirar la economía peruana, la chilena, la argentina, la brasilera, la mayoría de los productos que exportan han tenido un crecimiento de sus cotizaciones en el mercado internacional, muy superior a la pérdida de ingreso interno por la apreciación de sus monedas.

Los ultimos 6 - 8 años del níquel, del cobre, de la soya, de la carne, de la leche, del maíz, así lo acreditan.

¿Qué nos ha pasado a nosotros? Sí, vale más el petróleo, el carbón. El café en alguna manera ha compensado, aunque por el crecimiento del costo de los fertilizantes, ya tienen serias dificultades, no obstante que está entre 1,38 y 1,44 en el mercado internacional.

Pero miremos otros productos: las flores generan 100 mil empleos en la Sabana de Bogotá, más los del oriente antioqueño. No han crecido en su cotización internacional.

Tampoco el banano, tampoco el plátano, tampoco los textiles, tampoco las confecciones, tampoco el calzado.

La misma suerte ha corrido mucha manufactura colombiana. Estos productos no han tenido, en la cotización internacional, una elevación que compense la pérdida de ingreso interno por la apreciación.

¿Que no han hecho esfuerzos de competitividad? Enormes. La sola creación de variedades de flores en Colombia en los últimos 20 años, denota un esfuerzo de productividad monumental.

Lo que pasa es que una productividad alta, no se traduce en competitividad con esta apreciación.

Que se reconviertan estos sectores. Alguien me decía hace dos años cuando el TLC: ‘No, no pongan cláusulas de protección al arroz; conviertan eso’.

Le dije: ‘Muy fácil convertir 400 mil hectáreas de arroz, vamos a convertirlas en frutales’.

Es que convertir economías de este tamaño, en un país con tanta dificultades, en esta extensión geográfica, no es lo mismo que convertir, como se convirtió la economía de Irlanda, además en el corazón de Europa.

¿Convirtamos las flores de Bogotá? Da noche a la mañana, no se sustituyen esos 100 mil empleos. Y creo que le haríamos un gran daño, si la conversión que se hace es que desmonten la producción de flores y urbanicen esos terrenos.

Ojalá se pueda avanzar hacia la fresa, las aromáticas, etcétera, pero creo hay unas recetas que son facilistas y que le podían hacer daño al país. Yo pienso que eso sectores hay que protegerlos.

Recursos para proteger a sectores afectados

Quiero anunciar en la Convención Bancaria, y desobedezco al Ministro de Hacienda, que para proteger a estos sectores en el primer semestre, el Gobierno tiene gastarse 500 mil millones de pesos. Y que debemos prepararnos para protegerlos en el segundo semestre.

Alguien me preguntaba esta semana: ‘¿Y con qué criterio?’. Exigiendo que se preserven los empleos.

A algunos de estos sectores les hemos condicionado el apoyo a que compren coberturas (cambiarias). A otros les hemos orientado el apoyo exclusivamente a que introduzcan los controles y las prácticas fitosanitarias. Pero sí tengo que decir muy francamente: le haríamos un gran daño al país, si permitimos que se pierdan esos empleos.

Y empieza a sentirse en la economía en general la pérdida de ingresos de esos sectores.

Control de capitales

Yo creo que hay una cosa buena en el país: la plata que está llegando no es de narcotráfico. La prosperidad que se observa es de economía lícita. Uno ve el crecimiento de hoteles en Cartagena, Medellín, Bogotá, las construcciones, nuevas factorías, bodegas. Y ya la gente no tiene sospecha que aquello es de tal mafioso o de tal otro. Un gran crecimiento de la economía lícita.

En el campo colombiano, gracias a la extinción del dominio, está bastante paralizada la compra de bienes rurales por el narcotráfico. Pienso que allí tenemos un gran avance.

En la economía lícita, el Gobierno no piensa que hay inversiones buenas y malas. Todas son buenas en la economía lícita. Pero también hay que cuidar algunas cosas.

Si las inversiones de corto plazo nos pueden hacer daño en más apreciación y afectar los sectores generadores de empleo, hay que ponerles algunos controles, así sean pasajeros.

Entonces la tesis es, y se lo escuchábamos también a la doctora María Mercedes ahora, en su muy completa intervención: se han introducido estos controles y ha seguido la apreciación. Nosotros nos preguntamos lo mismo en el Gobierno.

Pero también hay otra pregunta que vale la pena hacerse: ¿qué habría pasado si no se introducen esos controles?

Cuado me dicen: es que me le han hecho daño al mercado de acciones y al mercado de los TES. Eso prueba que han dejado de entrar unos dineros. Y si han dejado de entrar esos dineros, es que para algo han servido los controles.

Claro, reconozco, habíamos logrado mayor dinamismo en el mercado de acciones y teníamos menores tasas en los TES. Ojalá todo se pudiera recomponer.

Con las acciones se atendió el reclamo sobre los ADR’s, se les quitó el depósito. También se quitó el depósito para las inversiones en emisión primaria de acciones. Queda un tema, el mercado secundario de acciones. Tienen razón en el reclamo.

En este Gobierno había crecido mucho el diario de transacciones en acciones. Restando Ecopetrol, estábamos en 90 – 100 millones de pesos al día. Eso se ha reducido a 50 mil. Y es un reclamo importante.

Yo los invito a estar dialogando con el equipo económico del Gobierno. Estaré con toda la atención a ver si las circunstancias nos permiten para destinos como el mercado secundario de acciones, ir desmontando esos controles.

Esta semana le preguntaba a un destacado economista: ¿qué pasa si los desmontan? Me dijo: no estén mostrando a toda hora desespero, tomando una decisión y la otra, cálmense un poquito en decisiones.

Y me decía: pongan cuidado, porque de pronto le llegan 30 ó 40 millones de dólares al día, que le tonifican el mercado de acciones, pero le complican la apreciación.

Soy consciente de que esos recursos de corto plazo ayudan en el mercado de acciones y en la tasa de interés, pero tenemos mucho temor a esta apreciación. Mantengamos el diálogo a ver qué se puede hacer.

Ayúdenme también a darle este mensaje a la comunidad internacional. Estos controles no tienen aquí la misma razón filosófica que en otros países. En otros países hay tipos de controles de estos por hostilidad del sector privado. Aquí, para no afectar al sector privado, porque pensamos en las flores y pensamos en la manufactura, en una cosa, en la otra.

Lo peor que le puede pasar a Colombia es no seguir reduciendo el desempleo. Y tenemos mucho temor que no podamos seguir reduciendo el desempleo. Eso sí que deslegitimaría la política de confianza inversionista.

Aquí las decisiones que se toman en materia de controles no son por restringir la empresa privada, sino por protegerla.

Ayúdennos a decirle eso a la comunidad internacional.

Y también somos conscientes que tenemos que prepararnos para cumplir con los TLC.

Si alguien pregunta en los Estados Unidos: ¿Pero cómo quieren TLC si imponen estos controles?

Primero, ellos han firmado el TLC con países que han mantenido algunos controles de estos. Recordemos con Chile.

Y segundo, en el momento que se apruebe con Estados Unidos o con otro país, pues Colombia tiene que cumplir todo lo que se diga en materia de capitales.

Inflación

La inflación. Primero, reitero nuestro respeto a la institucionalidad. Yo quisiera con todos mis interlocutores mantener la discusión franca y constructiva que mantengo con el doctor José Darío Uribe, Gerente del Banco de la República. Una discusión permanente, muy franca, muy constructiva. Yo creo que es muy buena para las instituciones. Pero no tengan la menor duda de respeto a las instituciones.

Tenemos discusiones. Ahora me tengo que preparar yo para responderle a la Sala Penal de la Corte por qué extradite 14 arcángeles. Claro que hay discusiones. Pero eso no afecta el respeto a las instituciones.

Comprendemos que el país venía tomando un exceso de confianza en las solicitudes en el otorgamiento de crédito, y que había que frenar eso. Pero ojalá no lleguemos a lo que preocupa a la doctora María Mercedes, preocupación que compartimos: un crecimiento de la cartera inferior al crecimiento del PIB.

Ojalá el Espíritu Santo ilumine al Banco de la República, para que por evitar una orgía crediticia, no paremos la economía.

Nosotros pensamos, y la explicación la dio con todo el rigor académico, con toda la pedagogía, la doctora María Mercedes, que aquí hay que crecer oferta para combatir inflación. Que aquí hay que crecer oferta de alimentos para combatir inflación. Y nos da temor que la tasa de interés, el costo del dinero, sea un obstáculo.

Pero confiamos que el diálogo colombiano conducirá a unas buenas y oportunas decisiones en esa materia.

También hay que decir que al Banco de la República de Colombia le han aplaudido que se anticipó a tomar medidas, que en otros países apenas están tomando.

Pero no se queden en el aplauso. Es como si nosotros en seguridad nos enguayabamos por lo de ‘Reyes’, o nos quedamos dormidos por la partida de defunción que dio por allá un filipichín de la guerrilla sobre Marulanda.

Petróleo

Esa es. Voy a indagarlo. Primera noticia que tengo de que la participación de privados en Ecopetrol lo elimina. No lo elimina. Hay todas las posibilidades para continuarlo.

Lo que nos angustia es que estaba reglamentado en función de la producción. Crecía con el crecimiento de la producción y decrecía con el decrecimiento de la producción. Y como veníamos decreciendo, decreció.

La reforma ahora de regalías propone que crezca por producción o por precios. Cuenten ustedes con toda la decisión política del Gobierno de guardar en el extranjero recursos que resulten, si podemos hallar petróleo.

Hasta ahora hemos hallado charquitos. Todavía no pozos grandes. Hemos pasado de explorar 6 –10 pozos al año. El año pasado casi 70. Este año aspiramos a explorar más 100.

La autosuficiencia cuando llegamos estaba certificada hasta el 2008, ahora hasta el 2015. Esperamos que en los próximos meses la podamos certificar hasta el 2016, 2017.

Todavía seguimos muy preocupados por la falta de hallazgos significativos en petróleo y gas. Estaremos atentos, con los oídos conectados con ustedes, para determinar qué dineros, si llegaren a resultar, se mantienen en el extranjero para no presionar, con monetización, más apreciación.

Subsidios combustibles

Desmontar los subsidios a los combustibles. Lo hemos venido haciendo. Miren: cuando empezó el Gobierno, el petróleo se puso a 30 dólares. Y dijimos: en dos años desmontamos los combustibles. Y cuando íbamos a llegar a 50 dólares, y cuando íbamos a llegar a 80 dólares, y cuando íbamos a llegar a 130 dólares.

Yo creo que este Gobierno ha hecho esfuerzos sin precedentes recargándole un alto costo al pueblo colombiano.

Yo les llegué algo tarde, porque estaba con los transportadores intermunicipales en Santa Marta, discutiendo medidas de combustibles. Yo creo que hemos hecho un esfuerzo, con toda la responsabilidad política y sin cálculos: el de aumentar el costo de combustible para desmontar el subsidio.

El último esfuerzo fue este: se congeló la sobretasa a los municipios el IVA de combustible, en razón de 80 dólares barril de petróleo. Y se va a aumentar apenas en función de la inflación. No estamos liquidando esos impuestos sobre 130 dólares, sino sobre 80. A ver si mitigamos, si por lo menos acostamos un poquito la curva de crecimiento de los precios.

El Gobierno ha tenido toda la voluntad en desmontar el subsidio a los combustibles, pero no nos alcanza. A pesar de estos aumentos todavía el subsidio nos cuesta 5 billones. Y, además, es que en estos años hemos crecido el parque de vehículos, más o menos, en millón 350 mil.

El país vendía 40 mil motos por año; en los últimos dos años vendió 350 mil, 500 mil y este año puede también tener una venta muy alta de motos, aunque en el último mes eso se enfrió.

Estamos estudiando medidas de combustibles. Pesan mucho los impuestos. A mí se me acercan muchos compatriotas y me dicen: ‘Mire, cuando yo voy al surtidor hago esta cuenta: convierto lo que pago allí por 10 ó por 14 galones en barriles y yo estoy pagando el equivalente al precio internacional del petróleo’.

Y hay que dar esta explicación: ‘No, no lo estás pagando. Lo que pasa es que lo que tú pagas hay que distribuirlo entre municipios, departamentos, Nación y productor. Y cuando le restas en lo que llega al productor, en lo que tú pagas, lo que va para las entidades territoriales y la Nación, lo que llega al productor es todavía muy inferior al precio internacional y, entonces, el Estado tiene que pagar la diferencia.

Seguimos en esa tarea con bastante preocupación. No hay duda, yo comparto plenamente los esfuerzos del sector financiero. A pesar de preocupaciones porque no está tan baja la cartera morosa, de todas maneras las coberturas son muy altas, impresionantemente altas, cuando se mira la serie histórica.

Yo creo que también un factor de encarecimiento del costo financiero ha sido la adopción por parte de la Superintendencia de unas medidas prudentes, de exigir provisionar no solamente por mora, sino también por riesgo anticipado. Eso tiene un efecto de costos en el corto plazo, pero da mucha seguridad en el largo plazo.

Yo quiero reconocer todos los esfuerzos que vienen haciendo ustedes para que todos los días el sistema financiero colombiano sea más sólido. Celebro cómo hemos aumentado la bancarización, el número –todavía muy bajo, pero con una buena tendencia de crecimiento- de deudores, las cuentas de ahorro. Y no ha sido en vano aquello de permitir que cada ciudadano pueda tener una cuenta registrada para no pagar el 4 por mil hasta cierto monto de transacciones. Ya tenemos alrededor de casi 5 millones de cuentas registradas para este efecto, donde los colombianos están moviendo hasta el tope al mes sin pagar el 4 por mil.

Lo de la tasa de usura, el microcrédito. Sí, ustedes saben que el Gobierno es cansón, especialmente mi persona, todos los sábados. Entonces, mañana hay que hacer el mismo ejercicio en Zapatoca (Santander). Darle las gracias a todos los que contribuyen en Banca de Oportunidades, llamar a los que van a recibir los créditos, preguntarles a la señoras si habían prestado o es la primera vez.

Preguntarle: ‘¿Le debes al gota a gota?’. Si responde que sí, decirle al coronel: ‘Por favor, coronel, llévela a pagar al gota a gota, porque ella no puede pagarle a la Caja Social y seguir pagándole al gota a gota’. ‘¿Tiene la plancha empeñada?’ ‘Sí’. ‘Coronel, llévemela a que desempeñe la plancha y trae la plancha y la muestra aquí’.

Esa pedagogía es muy difícil pero hay que hacerla a toda hora.

‘¿A ustedes les prestan por segunda o tercera vez?’. ‘Sí’. ‘¿Por qué?’. ‘Porque ha sido buena paga; paguen en la víspera’.

Ustedes saben que gestionarle un crédito a un riquito por 100 millones, eso es por teléfono. Crédito de 400 mil pesos, 500 mil pesos, a una persona pobre es muy difícil.

Yo les quiero agradecer todo lo que han ayudado. La doctora María Mercedes trajo las cifras de las entidades vigiladas. El consolidado es mucho mayor.

En el año 2002 el saldo de cartera en favor de los microempresarios colombianos era de 732 mil millones. En marzo de este año, 6 billones 300 mil millones.

En el primer Gobierno se otorgaron microcréditos a un millón 800 mil familias. A marzo de este año, de la meta de 5 millones en el segundo Gobierno, íbamos ya en 2 millones 300 mil familias.

La cartera del microcrédito representaba en uno y medio la cartera total; hoy representa el 5 y medio. Yo creo que ese es un resultado social bueno, pero hay que seguir empujando en eso y ustedes han sido unos socios formidables. No quiero sino darles las gracias.

Tengamos en cuenta que cuando ustedes piden más flexibilidad hacia arriba en la tasa de usura, nunca han pedido flexibilidad hacia abajo, siempre piden flexibilizar la usura, pero subiendo el techo.

Los sectores populares que reciben el microcrédito dicen: muchas gracias, estoy sustituyendo un crédito de ‘gota a gota’. Y dicen: ‘ya hay 750 mil personas que por primera vez han recibido un crédito en este Gobierno, en el segundo Gobierno. Pero dicen: ¿por qué, cuando fulano, un empresario aquí vecino me dijo que él estaba consiguiendo crédito a esto, por qué a mí me lo cobran a esto? No es barato.

Es que recuerden que hemos dos cosas, producto de las discusiones con ustedes donde yo me he tenido que declarar derrotado. Para terminar esas discusiones he dicho: acepto, me declaro derrotado, asumo el costo político. No es fácil explicar que por sobre ese tope de usura hay una comisión del 7 y medio. Eso no es fácil explicarlo a los sectores populares de la Patria, pero seguimos en eso.

He tomado nota de las preocupaciones de ustedes sobre la reforma financiera. Le quiero decir amablemente al Congreso lo siguiente: es mejor seguir concertando destinaciones de crédito, que imponiendo inversiones forzosas.

Pero también le quiero decir al sector financiero lo siguiente: en países hostiles a la inversión, le imponen una inversión forzosa al sector financiero y la aceptan.

Alguien me decía hace dos años: ‘No, allá nos pusieron una inversión forzosa en vivienda y la vamos a hacer, pero vamos a ir a construir la vivienda’.

Yo quiero hacer ese comentario muy constructivamente ante el sector financiero. Pero le comentaré al Ministro de Hacienda (Oscar Iván Zuluaga) y lo hablaré con los congresistas: es mejor seguir la trayectoria de concertar con criterio social, que seguir imponiendo destinaciones de porcentajes de crédito por decreto o por Ley de la República.

Es mejor seguir el camino que traíamos de tasa de interés, que la regulación administrativa estricta o que los techos legales.

Creo que para los techos legales, para que no haya esa presión, para poner unos techos legales más restrictivos, es bueno mostrar, en el futuro próximo, una tendencia en reducción en tasas de interés.

Es muy difícil decirle al Congreso que no las baje para vivienda social, por ley, cuando en el país hay una queja general de altas tasas de interés. Hay que crear también condiciones para las decisiones políticas.

Revaluación e inflación

Tenemos esta dificultad de revaluación y de inflación. Pero que no nos falten las pilas para resolverlas. Les ofrezco el diálogo más constructivo. En época de dificultades, nadie puede tirar la primera piedra.

Sigamos todos mirando a ver qué tiene que hacer el Gobierno, en qué nos puede ayudar el Banco central, en qué nos puede ayudar el sector privado.

Esta mañana me decían unos parlamentarios del Parlamento Latinoamericano que les habían regalado un muñequito, por ahí, que lo sacaron imitándome a mí. Y les dije a esos parlamentarios: ‘Veo que somos parecidos en el tamaño, que habla con el mismo dejo mío, que tiene unos atuendos que me gustan; tenemos una diferencia: a ese muñequito hay que cambiarle pilas, espero que al Gobierno nuestro no. Que las mantenga sin necesidad que se las recarguen.

Muchas gracias a todos”.

 

 
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