“Un saludo muy respetuoso a todos.
Me honra mucho estar en esta gran universidad. Tengo que hacerle un homenaje a esta Universidad. Es una de las universidades colombianas que más ha crecido en cobertura, que más ha crecido en calidad en los últimos años.
Cuando la Ministra de Educación Nacional (Cecilia María Vélez White), me da estas cifras: cuando empezó nuestro Gobierno, Colombia tenía menos de un millón de estudiantes universitarios y ahora tiene millón 480 mil. Un crecimiento importante. En seis años hemos crecido el 50 por ciento de lo que teníamos en toda la vida. Una de las grandes contribuciones la ha hecho la Universidad del Norte.
Y tengo que felicitarlos por otro tema. Dados los costos, esta universidad daba muy poquita participación a los jóvenes de familias pobres. Hoy, gracias a los esfuerzos de la universidad y al sistema del Instituto Colombiano de Crédito y Estudios Técnicos en el Exterior (Icetex), que queremos seguir fortaleciendo. Un Icetex que ha crecido bastante…
Cuando empezó nuestro Gobierno, el Icetex financiaba 60 mil estudiantes colombianos. Al final de este año estará financiando 235 mil. Le quiero agradecer al Congreso de la República que nos aprobó la reforma del Icetex. Eso es de una gran importancia.
Y la universidad lo ha aprovechado muy bien y ha pasado de una participación de sectores populares que no era significativa. Hoy me decía el doctor Jesús Ferro, nuestro Rector, que ya tienen un 26 por ciento de estudiantes de sectores pobres, en buena parte gracias a los esfuerzos del Icetex. Por eso hay que seguir en esta tarea.
Yo les voy a hacer una introducción, voy a procurar que sea corta para abrirnos a las preguntas de ustedes.
Voy a tener una interrupción porque hay una llamadita internacional que debo atender y que es de un tema de urgente necesidad de Colombia. Solamente interrumpiré para atender esa llamada.
Conceptos fundamentales de Gobierno
Nosotros estamos buscando construir confianza en Colombia. Esa construcción de confianza la apoyamos en tres políticas: la política de Seguridad Democrática, la política de confianza inversionista con responsabilidad social y la política de cohesión social.
Estoy convencido, apreciados jóvenes, que sin seguridad y sin inversión no se crea un marco de prosperidad para poder construir cohesión social.
Y si no se avanza en política social, no se legitima un avance en seguridad; tampoco se legitima un avance en inversión.
Resultados intangibles de la Seguridad Democrática
Hablemos de la seguridad hoy no desde lo cuantificable. Hablemos desde aquello que no se puede cuantificar, desde lo intangible.
Diría yo que a pesar de lo mucho que nos falta, hay unos elementos intangibles importantes para destacar en seguridad.
Primer elemento intangible: hemos recuperado el monopolio del Estado para combatir a los violentos. Yo creo que eso es bien interesante. Lo que era la costumbre de crear bandas privadas criminales con el propósito de combatir a los violentos se viene superando en Colombia.
Inclusive, con la Policía del Atlántico le tenemos que poner todo el cuidado a esos avisos que han aparecido en la Universidad del Atlántico. Eso no lo podemos permitir. Nosotros no podemos dejar aquí que se vuelva a violar el monopolio del Estado para combatir a los criminales.
La Justicia también ha recuperado su monopolio. En muchas regiones de Colombia la justicia había sido usurpada, derogada de facto, porque la Justicia la querían aplicar los paramilitares, la quería aplicar la guerrilla. Yo creo que hay ahí un intangible importante.
Segundo: los colombianos tienen hoy más confianza en las fuerzas institucionales. Antes, muchos colombianos eran indiferentes o querían aislarse y resolver los problemas de seguridad por sus propios métodos. Hoy hay más confianza en el colectivo. Hay más confianza en las instituciones.
Tercero: a la gente antes de la daba miedo denunciar o encontraba que la denuncia era inútil. Hoy los ciudadanos denuncian, hay más confianza en la denuncia. Eso ha permitido que afloren muchos crímenes que antes se sospechaba sobre ellos, pero finalmente no se conocían, porque no teníamos testigos.
Lo importante es no pasar de ese extremo en el cual los ciudadanos sentían temor a dar testimonio, al otro extremo, peligroso, en el cual se puede hacer del testimonio un elemento de manipulación para alterar la justicia, para tramitar pleitos políticos, lo que sería muy grave.
Otro tema bien importante: las víctimas. Antes, las víctimas no reclamaban por temor o porque lo encontraban inútil. Hoy las víctimas reclaman. Han perdido el temor. Tenemos ya en el programa de restablecimiento de garantías de derechos de víctimas 137 mil personas inscritas. Yo creo que allí hay un avance grande.
El año entrante, en medio de nuestras limitaciones presupuestales, vamos a dedicar 200 mil millones para avanzar en esa tarea de reparación de víctimas.
En el tema de Seguridad Democrática, hay que llevar de la mano el tema de eficacia y el tema de derechos humanos: transparencia. Si se separan, se anulan.
La eficacia con transparencia produce muy buenos resultados. Pero cuando se alega que hay eficacia y no hay transparencia, en ausencia de transparencia no hay eficacia, lo que simplemente se da es crimen.
Vamos a empezar ahora una etapa nueva con otros procedimientos adicionales para enfrentar el tema de derechos humanos. Desde ayer se están organizando las divisiones del Ejército, las brigadas y los batallones; en la Policía, las regionales y los comandos locales, para tener unas oficinas de recepción de quejas de la comunidad. También se van a recibir por Internet y por teléfono.
Y los lunes -no empezaremos este lunes, sino de este lunes en una semana, Dios mediante-, el Gobierno, el Ministro de la Defensa Nacional, el Vicepresidente de la República, los Altos Mandos y mi persona, haremos unas sesiones de rendición de cuentas por televisión. La primera será de este lunes en una semana.
Nos vamos a conectar con las principales ciudades y entonces allí los jefes de división del Ejército y los comandantes de regional de Policía deberán hacer una relatoría, sobre lo que ha pasado en esa semana en recepción de quejas. Esto lo ventilaremos públicamente, sin perjuicio de los casos en los cuales haya que reservar la identidad del quejoso.
Y empezaremos a distribuir las quejas por sus materias: estas corresponden a la Procuraduría General de la Nación, estas corresponden a la Fiscalía General de la Nación y, también, las que deba tramitar el Gobierno y las Fuerzas Armadas a su interior, por razones disciplinarias.
Yo confió mucho -y lo digo al oído de los estudiantes de Derecho, de Ciencias Políticas, de sus profesores- en el control de opinión. Creo que por este procedimiento vamos a lograr, primero, más compromiso de todos los integrantes de la Fuerzas Armadas para respetar los derechos humanos y segundo, que las denuncias sean denuncias justas. Acabar, también, con aquello que es la temeridad en la denuncias. Muchas veces la denuncia se hace de manera injusta, no soportada en hechos, sin posibilidad de acreditar, de probar aquello que se denuncia.
La participación de opinión es buena para todo el mundo, porque al Gobierno lo vuelve más cumplido y más responsable; a las Fuerzas Armadas, más rigurosas en observancia de los derechos humanos y la ciudadanía, que controla y presenta quejas, más objetiva para soportar esas quejas en pruebas, para soportar esas quejas en hechos, para abstenerse de presentar quejas infundadas, quejas temerarias. Ese será un nuevo paso.
Confianza inversionista
En materia de confianza inversionista, nosotros hemos venido trabajando con condiciones y con estímulos.
Condiciones para la inversión: Que haya responsabilidad social. ¿Cómo entendemos la responsabilidad social? Dejo cuatro inquietudes en ustedes sobre responsabilidad social en la inversión:
Primera: tiene que ser con transparencia en las relaciones entre inversionistas y el Estado, transparencia en la tributación, en la asignación de contratos, en la superación de conflictos, etcétera.
Segundo: la inversión tiene que hacerse con toda la solidaridad con las comunidades, especialmente en temas tan sensibles en nuestra época como el tema ambiental. No se puede sacar el carbón del Cesar, el carbón de La Guajira, sin un riguroso respeto a la protección ambiental de las comunidades. Para producir biocombustibles, tenemos que ser cuidadosos para no destruir la selva, para no afectar la seguridad alimentaria. En una actividad productiva en la cual Colombia tiene tanto, tanto futuro como es la actividad de los biocombustibles.
Tercera exigencia de responsabilidad social o laboral: a raíz del conflicto en el Valle del Cauca, las discusiones entre los corteros de caña y los ingenios y las cooperativas, nuestro pedido es que haya fraternidad laboral, finalmente.
El país no puede tener el extremo del capitalismo salvaje ni el extremo del odio de clases; ambos hacen mucho daño en las relaciones laborales. Se necesita fraternidad.
En los últimos días el Congreso expidió dos leyes. Una ley para imponerles requisitos a las cooperativas de trabajo asociado. Esa Ley dice: Las cooperativas de trabajo asociado no pueden ser intermediarias; tienen que garantizar a sus asociados una remuneración justa por la labor; los tienen que tener vinculados a la seguridad social y tienen que pagar los parafiscales del Sena, Bienestar Familiar, las cajas de Compensación.
Y se ha expedido otra ley. Antes de la segunda ley a la que empiezo a referirme, cuando había una huelga era el Gobierno Nacional el que declaraba si esa huelga era legal o ilegal; ahora es la Justicia.
Para que haya más claridad ante la comunidad nacional e internacional, el Gobierno aceptó que se tramitara el proyecto de ley que despojó al Gobierno de la competencia para declarar la ilegalidad de las huelgas y, de acuerdo con esa nueva ley, es la Justicia la que declara la ilegalidad de las huelgas.
También ha definido, la nueva ley, que se acaba la posibilidad que existía. Cuando una huelga completaba 60 días, el Gobierno tenía la facultad de ordenar que cesara la huelga y de convocar a un tribunal de arbitramento. Ahora tiene que ser por consenso entre trabajadores y empleadores y ojalá con intervención de la Comisión de Concertación Laboral. Abogamos por fraternidad en las relaciones laborales. Es de gran importancia para la sostenibilidad de un camino de prosperidad en Colombia.
Y creo que hay un cuarto elemento de responsabilidad social: el concepto del capital.
Esta crisis del mundo tiene una causa determinante. Los estudiosos harán profundos exámenes y dirán cómo se fue gestando; nos harán un recorrido por la génesis de esta crisis. Pero esta crisis tiene un elemento común denominador: es una crisis en la cual la causa determinante es el concepto especulativo del capital.
Yo creo que responsabilidad social es entender que el capital es un factor de producción, de servicios, de calidad de vida, de mejoramiento social, no un factor de especulación.
Estos son requisitos que viene exigiendo el Gobierno en materia de confianza inversionista.
¿Y cómo apoyamos la confianza inversionista? Un resumen de los elementos:
Primero: mientras hay países, en la región latinoamericana, muy hostiles a la inversión privada, Colombia es un país garantista de la inversión privada. Colombia le ha dicho a la inversión privada doméstica internacional: bienvenida. Necesitamos la inversión con responsabilidad social para poder superar pobreza y construir equidad.
Eso que parece tan elemental hay que plantearlo de nuevo, apreciados estudiantes, porque la situación latinoamericana en muchos países ha tratado de desconocerlo.
Ayer le decía yo a un empresario internacional que el Gobierno de Colombia maneja, de manera institucional, las relaciones con la empresa privada. El Presidente de Colombia no puede decir: apoyen a esa empresa que es amiga del Gobierno, ataquen aquella empresa que no es amiga del Gobierno.
Aquí, en lugar de existir un subjetivismo en cabeza del Presidente para aproximarse a la empresa privada, aquí hay una política institucional, impersonal, de aproximación a la empresa privada para apoyarla, porque la consideramos fundamental. El concepto de emprendimiento para poder superar pobreza y construir equidad.
Situación de la economía
Punto muy importante ha sido también avanzar en el saneamiento macroeconómico de la Nación. Me voy a referir a dos indicadores:
Cuando el Gobierno empezó, el endeudamiento público estaba cercano al 50 por ciento del PIB; hoy está en el 27. Ha venido descendiendo año tras año. Ojalá la crisis no nos frustre la posibilidad de seguir descendiendo el endeudamiento público.
Es bien importante anotar allí que ya Ecopetrol no hace parte de las cuentas de la Nación por la reforma.
Si todavía tuviéramos a Ecopetrol dentro de las cuentas de la Nación, entonces el endeudamiento público no sería del 27, sino del 25, todavía menor, porque Ecopetrol es, ténganlo en cuenta, acreedor neto. Ecopetrol no tiene deuda. Ecopetrol tiene esa gran garantía: es una empresa con cero, con cero endeudamiento.
El otro tema importante allí es la reducción del déficit. El déficit consolidado de Colombia en agosto de 2002 estaba en el 4.2; ahora oscila entre el 0.8 y el 1.4.
El más importante, porque es el que tiene que hacer la mayor parte de los pagos, es el déficit del Gobierno Nacional central. Ese contiene dos componentes: el déficit que se venía declarando históricamente que era del 6.2, y el oculto, que se explicita apenas en el año 2003, que es el pago de reservas al Seguro Social o el pago de aportes del presupuesto al Seguro Social, porque se le acabaron las reservas.
Desde el 2003, el Presupuesto Nacional viene haciendo una transferencia al Seguro Social, para suplir las reservas que se agotaron. Este año esa transferencia asciende a seis billones 400 mil millones; lo que puede valer la doble calzada Bogotá-Santa Marta. Y el año entrante, esa transferencia del Gobierno Nacional al Seguro Social vale más de 7 billones.
Pero esto no es todo. El Gobierno Nacional tiene que pagar el año entrante 22 billones en pensiones. Algo más de 5 puntos del PIB.
En muchos países de América Latina, el peso de las pensiones en el PIB no va más allá del 2 y medio.
En Colombia, solamente en el Gobierno Nacional central excede el 5. Y eso no incluye las pensiones que tiene que pagar el departamento del Atlántico, la ciudad de Barranquilla, que Telecom, que Ecopetrol, todas estas empresas. Solamente las pensiones que paga el Gobierno Nacional Central.
Ese déficit, sumando el que se explicitaba, más el que se explicitó a partir de 2003 de pensiones, ascendía a 7 y medio por ciento del PIB; hoy está en el 3.2. Ojalá podamos seguir reduciéndolo.
Tenemos preocupaciones de que la crisis sea un obstáculo para continuar en el camino de reducción del déficit del Gobierno Nacional central y para continuar en el camino de reducción del endeudamiento.
La tendencia de mejoramiento de los indicadores macroeconómicos es un presupuesto esencial para que haya confianza inversionista.
Diría yo que el gran aporte que hemos hecho es el de la reforma administrativa. Nuestro Gobierno ha reformado 411 entidades del Estado: que Telecom, que Ecopetrol, que las clínicas del Seguro Social que están en reforma, etcétera.
Diría yo que nosotros no hemos estado en el neoliberalismo de desmontar el Estado. Lo reformamos, pero no lo desmantelamos. Pero tampoco compartimos el viejo concepto del Estado burocrático. Hemos reformado muchas entidades. Ahora que estamos reformando las clínicas del Seguro Social en Bogotá, que ya las hemos sustraído del Seguro Social, que las estamos manejando a través de la Caja de Compensación Compensar, de la Universidad del Rosario y de la Fundación de Hermanos de San Juan de Dios; o que hemos reformado la clínica Campo Soto de Santa Marta, que ahora la maneja la Fundación Cardiovascular de Bucaramanga; o la Clínica Enrique de La Vega, de Cartagena, que ahora la maneja la Fundación de Hermanos de San Juan de Dios, creo yo que hemos hecho el tránsito del desgreño estatal a la eficiencia social.
Estaban manejadas por una mezcla que es muy dañina, entre politiquería y excesos sindicales. Ahora están siendo manejadas por entidades sin ánimo de lucro, que procuran el mejor servicio a la comunidad.
Un Estado menos burocrático, menos controlado por excesos sindicales, un Estado más al servicio de la comunidad.
Pero allí nos falta. Nos falta reformar muchas entidades del Estado y nos falta, por ejemplo, en el caso de los hospitales públicos que han sido reestructurados, acordar con los gobernadores y con los alcaldes que esos hospitales puedan ser administrados por operadores independientes, que garanticen permanente eficiencia, para que esos hospitales no vuelvan a recaer en los déficit crónicos que los llevaron, en algún momento, al borde del cierre.
En el departamento del Atlántico, con el anterior gobernador, nuestro Embajador hoy en Madrid, con el Gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, hemos venido adelantando una tarea bien importante de reestructuración de hospitales. Ojalá podamos seguirla.
Ojalá se pueda dar el paso de que los hospitales reestructurados sean manejados por operadores independientes.
Me preocupa, sí, que así como tuvimos el extremo de excesos sindicales y politiquería, podamos tener el otro extremo del mal manejo con las relaciones laborales, que es el extremo de cooperativas que abusan.
Hay que tener un sistema fraterno de vinculación de trabajadores y empleados y de administración de las relaciones laborales.
Sí ustedes me preguntaran qué quiere destacar el Presidente de la República como el mayor esfuerzo del Gobierno en materia de saneamiento de las finanzas del Estado. Yo les diría: la reforma administrativa.
Cuatrocientas once entidades hasta hoy, que nos están ahorrando un billón 400 mil millones de caja al año. Y que en el periodo 2002-2010 le ahorran a la Nación 6.28 por ciento del PIB. Eso es un gran ahorro. Pero hay que continuar esa reforma, además de las reformas institucionales.
Cuando empezó el Presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, anunció en Francia una reforma para eliminar las pensiones privilegiadas. Y ¡oh protestas! Se paralizó Francia, se paralizaron los ferrocarriles, la aviación, los servicios públicos. Aquí el Congreso nos aprobó esa reforma constitucional.
Es una actuación de mucha responsabilidad que desmonta gradualmente las pensiones privilegiadas.
Hemos hecho otras reformas. Por ejemplo, nosotros no pudimos volver a las transferencias de la Constitución del 91 que tanto se reclamaba. Si hubiéramos llegado allá estaríamos incumpliendo.
Y miren las paradojas:
Hace año y medio nos decían: ‘Es injusto que no se vuelva a las transferencias del 91’. Hoy nos dicen: ‘El Gobierno entregó mucho’. Y hay economistas que nos dicen que estas transferencias van a ser insostenibles en la actual crisis.
Uno de los retos nuestros es sostener el nivel de trasferencias. Porque además de las transferencias a las regiones están las transferencias a las universidades públicas. Esta todo lo del pago del Fondo de Pensiones que este año asciende a 22 billones.
Y en la reforma administrativa no puedo dejar de citar el caso de reformas a universidades.
Ustedes recordarán toda la crítica en Barranquilla: ‘Uribe lo que quiere es cerrar la Universidad el Atlántico, Uribe lo que quiere es negar el derecho de los pobres a asistir a la universidad’.
Tuvimos que resistir ese debate, con el vigor de la señora Ministra de Educación. Y yo creo que la Universidad del Atlántico hoy va por buen camino. Se iba a cerrar si no hubiéramos introducido esa reforma. La iba a cerrar el desgreño, la iba a cerrar el exceso de gasto, la irresponsabilidad. Yo creo que esta reforma la ha puesto en buen camino.
La reforma administrativa yo creo que ayuda a que el país entre en mejores condiciones a afrontar esta crisis.
Estímulos a la inversión
Otro tema bien importante, en materia de confianza inversionista, ha sido lo de los estímulos tributarios. Yo creo que una de las grandes ciudades beneficiadas es Barranquilla.
Uno de los estímulos es la nueva legislación de Zonas Francas. Antes de esa legislación Colombia había acumulado 11 zonas francas. En el último periodo hemos aprobado 40 nuevas, con un gran beneficio para el Caribe colombiano. Aquí está creciendo mucho el tema de zonas francas. Hay unas zonas francas aprobadas, otras ya en instalación, se instalarán otras en los años que vienen.
Pensé yo, con esta crisis, en el susto y en la preocupación de esta crisis, que se nos iba a frenar mucho lo de zonas francas. Pero la semana pasada aprobamos 3; llevábamos 37. Hoy llevamos 40 y hay otras 5 que están en proceso de aprobación.
Yo creo que nos estamos acercando a cinco mil millones de dólares de compromisos de inversión en zonas francas.
Una zona franca aprobada tiene tres años para realizar sus inversiones. ¿Cuáles son los beneficios?
Primero, puede traer los equipos sin pagar IVA y sin pagar arancel. Segundo, no paga impuesto de renta sino del 15 por ciento. La tarifa ordinaria debe quedar este año en el 33, de acuerdo con la reducción gradual que definió el Congreso. Tercero, sobre las materias primas: si son para vender en el mercado nacional, el producto final, allí paga el IVA y el arancel de la materia prima. Si se aplican esas materias primas a productos para el mercado de exportación, no pagan IVA ni pagan arancel.
Y además, las Zonas Francas, como las nuevas inversiones que se hacen en Colombia, tienen derecho a un acuerdo de estabilidad de reglas de juego con el Gobierno, que dura 20 años, de acuerdo con la nueva ley que nos aprobó el Congreso.
Hay incentivos generales como este de las Zonas Francas.
Otro incentivo general, muy importante, es la deducción del 40 por ciento de las nuevas inversiones que se hacen en Colombia. Ustedes invierten hoy 100 pesos, en la declaración de renta de su renta líquida gravable pueden deducir 40. Y sí en un año, por ejemplo, una empresa, en un año esa empresa ganó 50 pesos; es su renta líquida gravable. Invirtió 200. La deducción tributaria le da derecho a deducir 80.
Entonces, me dirán: ¿pero cómo va a deducir 80 si la renta líquida gravable es de 50? Pues puede reducir en ese primer año 50 y los otros 30 se convierten en un crédito fiscal que lo puede utilizar en los años subsiguientes.
Yo creo que esa flexibilidad ha ayudado mucho también en estos estímulos.
Y tenemos estímulos sectoriales. Por ejemplo, el estímulo a los hoteles para que Colombia avance bastante en esa infraestructura y sea un país que pueda captar turismo a la altura de todos los atractivos que tiene.
Un hotel que hoy se construye en Colombia tiene 30 años de exención tributaria. Una empresa de turismo ecológico, también. Cultivos de tardío rendimiento, palma africana, caucho, cacao, tienen 10 años de exención tributaria, a partir del momento en que empieza el periodo productivo.
Este país venía creciendo, en materia de reforestación, hasta 1974. Yo diría que hubo dos razones que frenaron mucho la reforestación en Colombia: la violencia y el desmonte de los estímulos tributarios. Este Gobierno ha revivido los estímulos tributarios. Hoy la reforestación comercial, su ingreso, es ingreso exento.
Y a uno le da mucha tristeza que Colombia, cuando empezó nuestro Gobierno tenía 120 mil hectáreas de reforestación comercial. Hoy está llegando a 300 mil. Pero eso es muy poco. ¿Qué hay un buen avance en este Gobierno? Sí, está despegando. Pero este país tiene infinitas posibilidades. Chile, con menores posibilidades, tiene tres millones de hectáreas de bosque comercial.
En nuestro país hay especies que mientras en otros países producen 13 metros cúbicos por año hectárea; aquí, esas mismas especies producen, en una hectárea, por año, 25 metros cúbicos.
Y uno de los alegatos que hay es el siguiente: el Gobierno de Uribe da unos regalos tributarios. Esos regalos son insostenibles en la crisis.
Dos respuestas:
Primero, estos no son regalos. A diferencia de lo que ha pasado en el Gobierno de Estados Unidos, aquí nosotros no le hemos rebajado las tarifas a todo el mundo; le damos incentivos al que invierte. Es bien importante.
¿Por qué lo hacemos? Porque la teoría económica se divide. En el Banco Mundial, ustedes encuentran ensayos que dicen que la inversión no es sensible a los estímulos tributarios y ensayos que dicen lo contrario.
Pero la realidad es que nosotros, para competir en atracción de inversión, tenemos que competir, también, con estímulos tributarios. Uno de los factores que atrajo mucha inversión en Irlanda ha sido el factor tributario.
Uno ve países como Costa Rica, Cuba, República Dominicana, que introdujeron formidables incentivos al turismo y ayudaron a traer muchas inversiones para el turismo.
Entonces, nosotros, ahí, tenemos que escaparnos, relativamente, de la teoría y preguntarnos: ¿necesitamos o no necesitamos estos estímulos tributarios para competir en la atracción de capital? Los necesitamos.
Los estímulos tributarios no tienen que ver con una eventual disminución de los recaudos ¿Por qué? Porque son sobre inversiones que no teníamos.
La semana pasada inaugurábamos una planta que costó casi medio billón de pesos y tiene el estímulo de zona franca. Y alguien decía: ‘Bueno, es muy grave sostenerle el estímulo de zona franca a esta planta’. La respuesta nuestra era: si el país no contaba con ella. ¿Cuál es el ingreso que estamos perdiendo, el recaudo tributario que estamos perdiendo, si nosotros no teníamos esta zona franca?
Esto es bueno tenerlo en cuenta, porque ya percibo que muchos están diciendo que para enfrentar la crisis tenemos que desmontar los estímulos tributarios.
Los Tratados de Libre Comercio
Estamos también en la tarea de los TLC. Justamente estaba hablando allí sobre nuestro TLC con los Estados Unidos. Ojalá lo podamos negociar.
Acabamos de negociar con Canadá; está para firmarse con Canadá. Vamos a empezar a negociarlo con la Unión Europea; lo negociamos con Chile; con tres países centroamericanos.
Colombia era un país que apenas tenía negociaciones de comercio con 9 países. Al final de nuestro Gobierno debe tener acuerdos de comercio con 45 países. Creemos que allí hay un buen avance.
Hoy, en esta coyuntura, yo creo que hay que darles preferencia a los acuerdos de protección de inversiones y de desmonte de doble tributación.
Vamos a firmar, en las próximas dos semanas, el Acuerdo de Protección de inversiones con China; lo estamos negociando con India. Y ya vamos en la marcha, buscando acuerdos de desmonte de doble tributación. Frenan la inversión.
Por ejemplo, una empresa inglesa. Es una empresa basada en Inglaterra, hace unas inversiones en Colombia, aquí paga impuesto de renta por esas inversiones y también tiene que pagarlo en Inglaterra. Entonces, dice: ‘La doble tributación nos frena mucho’.
Por eso, el Gobierno le está dando prelación a firmar acuerdos para desmontar la doble tributación.
Obstáculos para la competitividad
¡Claro que nosotros tenemos todavía obstáculos! Obstáculos a la mayor competitividad del país. Un obstáculo es la falta de infraestructura.
Esta tarde vamos a hacer un anuncio bien importante: ya abrimos el camino para poder asegurar los recursos para una gran obra del Caribe colombiano, que es la Transversal de las Américas. Una carretera en doble calzada, recorriendo todo el Caribe colombiano, desde la línea de frontera con Panamá, en Palo de Letras, hasta el puente de frontera con Venezuela, en Paraguachón.
El país tiene un gran atraso en infraestructura. En esa tarea estamos.
Lo otro que tenemos que hacer es avanzar mucho en el tema educativo. Ese es fundamental. En el bilingüismo. El gran líder hoy en materia de bilingüismo es el Sena. El Sena está llegando a medio millón de estudiantes, que gratuitamente pueden aprender inglés a través de Internet. La mayoría de los profesores son compatriotas del Archipiélago de San Andrés, porque tienen como lengua materna tanto el inglés como el español.
Y el país tiene que pensar en los nuevos sectores de la economía.
El Ministerio de Comercio en buena hora está adelantando un estudio para definir los nuevos sectores y para definir qué debemos hacer para agregar valor en los viejos sectores.
Los nuevos sectores no se están seleccionando caprichosamente. Se están seleccionando en un examen de condiciones objetivas. ¿Qué es lo que más está creciendo en el mundo? ¿Qué es lo que más demanda puede tener en el mundo en los próximos años? ¿Para eso Colombia tiene actitudes? ¿Cómo las puede desarrollar y cómo las puede desarrollar al menor costo para el Estado?
Y van apareciendo unos sectores bien importantes: el sector de la producción de medicamentos, el sector de la producción de software, el sector de la industria cosmética; allí van tres. Y el otro, lo que llaman ahora los anglicistas Business Process Outsourcing, que es el concepto ampliado de los call centers.
Esto es, que un ingeniero de la Universidad del Norte, desde Barranquilla, a través de IT, pueda dirigir la construcción de un puente en China; que un contador, desde Nariño, le pueda llevar la contabilidad a una empresa en Michigan; que un arquitecto, desde Cartagena, pueda hacer los planos para un centro de convenciones en Canadá.
En eso tiene que avanzar mucho el país. Ya tenemos 48 mil empleos en los sistemas de call center. Pero aspiramos a que antes de que termine nuestro Gobierno tengamos, en esos sistemas, 100 mil empleos. Y todos son empleos de buena calidad, con afiliación a la seguridad social.
La crisis de la economía mundial
La crisis. La crisis la desata el concepto especulativo del capital. ¿En qué situación está Colombia? Lo bueno y los riesgos.
Lo bueno:
Tenemos mejores reservas internacionales. Cuando empezó el Gobierno teníamos 10.600 millones de dólares; hoy tenemos 24 mil.
Hay más alta cobertura en el sistema financiero. Cuando empezó el Gobierno, por cada peso de mora en el sistema financiero había 39 centavos de cobertura; hoy hay 1.10. O sea que hemos venido creciendo la cobertura.
Cuando empezó el Gobierno, el seguro de depósito de Colombia valía 400 millones de dólares. Este Gobierno lo ha subido a 3 mil millones de dólares. O sea que allí ha habido un ahorro importante de 2.600 millones de dólares para el seguro de depósito.
Es bueno, también, que nuestro sector privado está endeudado sin excesos en moneda extranjera. El sector privado colombiano debe 17 mil millones de dólares. Diría yo que comparando el crecimiento del endeudamiento en los últimos años, en moneda extranjera, contra el crecimiento del sector privado, se ha presentado un decrecimiento del endeudamiento privado en moneda extranjera. Eso ayuda en este momento de la crisis.
Otra fortaleza: el país no se inundó de capitales de corto plazo.
Ayer veía yo, al amanecer, en la televisión, que el Fondo Monetario estaba autorizando un crédito de 16.200 millones de dólares de crédito de emergencia para Ucrania y que ha venido apoyando 4 países con créditos que suman 42 mil millones de dólares. Y la mayoría de esos países entraron en crisis porque tuvieron una prosperidad estimulada por recursos de corto plazo.
Y ahora hay una tesis de los economistas; ahora les dicen a los capitales: ‘Fly to quality’. ¡Váyase, capital, para donde le den la mayor seguridad; inviertan en el Tesoro de los Estados Unidos. El país con la mayor crisis, el origen de la crisis y la recomendación es: inviertan en la moneda de Estados Unidos. Estas contradicciones, estas paradojas de la economía: es el país que se da el gusto de tener el mayo déficit comercial, el mayor déficit fiscal, el mayor endeudamiento y tener la moneda a la cual todo el mundo busca acudir cuando hay crisis de la economía.
¿Entonces qué ha pasado? Capitales que habían llegado a algunos países y que vieron allí una sensación de prosperidad, hoy están abandonando esos países afanosamente para irse a invertir en papeles del Tesoro de Estados Unidos. Y por eso se ha presentado esta quiebra: que en Islanda, este problema de Ucrania, este problema de Hungría. Van 4 países en problemas muy severos.
¿En Colombia qué ocurrió?
Nosotros tuvimos las regulaciones. Este Gobierno las defendió, las impuso. Hubo unas del Gobierno y otras del Banco de la República.
Por ejemplo, cuando pusimos el impuesto o el depósito del 40 por ciento y después del 50 por ciento a los capitales que llegaban al país, eso era para frenar los capitales de corto plazo y ayudó mucho.
Nosotros llegamos a esta crisis con casi total ausencia de capitales de corto plazo en el país. Eso ha ayudado muchísimo.
Otra cosa que hizo mucho bien: la empresa privada colombiana no puso sus tesorerías a invertir en el mercado de los derivados secundarios. Que en el mercado de los Estados Unidos se negocia este papel de níquel, que a 3 dólares. Y mañana lo compra otro inversionista a 3.20 y pasado mañana, otro inversionista a 3.60 y eso, en alguna forma, lo que hizo fue darle fuerza al capital especulativo.
Una empresa brasilera que está invirtiendo en Colombia me decía que ellos en esos derivados han perdido mil millones de dólares. Afortunadamente para Colombia no ha habido esa inversión.
Hasta allí las fortalezas. La mayor: hay confianza inversionista.
Tres pruebas de confianza inversionista:
El Ministro de Minas (Hernán Martínez) -hijo de esta ciudad, hoy nos acompaña-, este año ha hecho unas formidables adjudicaciones de petróleo. Hoy están haciendo una de 43 campos. Han contratado, para los próximos años, inversiones para explorar cien pozos por año en Colombia. Un país que exploraba 10 pozos, este año va a explorar cien.
Han adjudicado proyectos del sector eléctrico para generar energía que van a generar más de 4 millones de kilovatios. Sin comprometer el presupuesto y sin comprometer el endeudamiento.
En el pasado, los proyectos de generación de energía en Colombia fueron una carga muy pesada para el endeudamiento. Este sector llegó a representar el 26, 27 por ciento del endeudamiento público de Colombia.
La ventaja hoy: se están instalando esos proyectos, se están comprometiendo esos proyectos, sin comprometer el endeudamiento del Estado, porque esas empresas son concientes de que pueden tener confianza en Colombia. Se les da la posibilidad del esquema de zonas francas; se les garantiza, también, el cargo por capacidad. Esto es, el sistema les paga un dinero por cada kilovatio disponible, independientemente de que lo usen o no lo usen, de que lo despachen o no lo despachen.
Yo creo que esas son buenas señales. Es buena señal saber que la semana pasada aprobamos otras tres zonas francas. Es buena señal saber que hay cinco zonas francas que están esperando aprobación.
Riesgos. Yo veo dos riesgos: financiación y recaudo.
Nosotros hemos mejorado el perfil de nuestra deuda. Antes, la deuda pública colombiana representaba el 50, hoy el 27. El 70 por ciento estaba en moneda extranjera, hoy el 25. Tenemos menos vulnerabilidad frente al mercado financiero internacional. Aquí esta la Directora de Crédito Público, la doctora Bibiana Lara. La deuda en moneda extranjera hoy apenas representa el 25; el resto está en moneda nacional. Pero eso nos obliga a ser muy cuidadosos con el mercado financiero interno; no presionarlo. Porque le podemos hacer un enorme daño a las necesidades de financiamiento del sector privado.
Para el año entrante Colombia necesita una financiación de 2.400 millones de dólares en el mercado externo. Habíamos pensado obtener 1.400 de los bancos multilaterales y 1.000 de los mercados. Hemos asegurado ya los 2.400 en los bancos multilaterales. Al parecer, el año entrante no vamos a tener que acudir a los mercados. Basta con la financiación de los bancos multilaterales.
Podría haber necesidad de más financiación si hay una caída muy drástica del recaudo y si hubiera dificultades en el mercado financiero interno. Por eso tenemos que ser cuidados con lo uno y con lo otro.
Una de las medidas de contingencia que nosotros hemos tomado es no solamente anticipar el endeudamiento del año 2009, que ya está asegurado, 2.400 millones de dólares, sino empezar a buscar cómo aseguramos el endeudamiento del año 2010 y del año 2011. Aquí hay que llegar primero.
Nos preocupa el financiamiento para los proyectos de inversión en Colombia.
A mí me preocupa que alguien me diga: Presidente, yo obtuve este permiso para esta fábrica de zona franca en Barranquilla. Pero estaba contando con 200 millones de dólares de endeudamiento y esos 200 millones de dólares, por la crisis financiera, no he podido obtener el crédito en el mercado financiero internacional. Allí tenemos un riesgo.
¿Qué nos amortigua ese riesgo? Que Colombia es hoy un destino prioritario de inversión.
Ayer recibí en la Presidencia al Presidente mundial del BBVA y me decía: ‘Colombia es destino prioritario de inversión’.
Alicia Arango mantiene chequeado el Aeropuerto El Dorado. Todo inversionista que llega al Aeropuerto El Dorado ahí mismo lo traen a la Presidencia porque lo necesitamos. Y ahora sí que hay que traerlos. El que llegue no solamente por el Aeropuerto El Dorado, miren a ver quién llega por el aeropuerto Ernesto Cortizos, por todos los sitios de entrada del país.
Tenemos otro riesgo en el recaudo. La noticia del primero de octubre nos causó mucho nerviosismo, porque a primero de octubre registramos una disminución del recaudo, en relación con las expectativas, de 312 mil millones.
Eso nos hizo pensar que a 31 de diciembre podíamos tener entre 700 mil y un billón de pesos de disminución del recaudo. Hoy estamos menos nerviosos, porque octubre se comportó bien.
En octubre tenemos un sobre recaudo de aproximadamente 120, 130 mil millones. Lo que nos reduce de 312 a 200 mil millones el menor recaudo acumulado del año.
Y ayer veía, con el Director de la DIAN y el Ministro de Hacienda, que lo que se dé de recaudo en noviembre, diciembre, puede ser tranquilizante. Hoy, después del resultado de octubre y de haber abandonado el nerviosismo por las noticias de septiembre, hoy tenemos confianza de que el recaudo, este año, puede equilibrarse, lo que sería muy buena noticia.
Para el año entrante qué pensamos del recaudo. Los grandes contribuyentes han tenido este año un buen desempeño en la economía: los bancos, el sector petrolero, el sector minero.
Esos grandes contribuyentes nos pueden garantizar que la caída del recaudo el año entrante sea manejable, si se da esa caída del recaudo.
La gran incógnita es: ¿qué va a pasar en el comportamiento de la economía en el año 2009, cuyo efecto en el recaudo se sentirá al recaudar impuestos en el año 2010? Esa es la gran incógnita.
Entonces, es ahí donde nos estamos preguntando hasta que punto la desaceleración de la economía nos puede causar, en el 2009, una disminución grande del recaudo, que nos haga difícil el manejo del tema en el año 2010. Ahí tenemos una incógnita.
¿El Gobierno qué ha pensado?
Anticipar el endeudamiento, uno. Dos, mantener todas las normas de confianza inversionista. Tres, buscar otras fuentes de otros orígenes de inversión en Colombia.
Estamos, ahora, buscando la inversión árabe en Colombia, la inversión asiática en Colombia.
Creo que hay que buscar todas, todas las posibilidades para la inversión extranjera directa en nuestro país y también todas las posibilidades para mantener los flujos de financiamiento.
El Gobierno está a la expectativa, estudiando medidas contingentes. Tenerlas listas y estudiadas para el momento en que se necesitare aplicarlas. Pero yo creo que hay que tener unas precauciones”. |