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Palabras del Presidente Uribe
en el Foro ‘El agro en manos de nuevas generaciones’

Octubre 24 de 2008 (Bogotá)
     
 

“Es un gran honor estar esta mañana en la Universidad de La Salle. Estaes la segunda ocasión en que tengo oportunidad de venir a esta sede, y he estado en otras de las dos sedes de Bogotá.

Quiero felicitar a la Universidad por todos los logros en materia de certificación. Nos acaba de decir el rector (Hermano Carlos Gabriel Gómez Restrepo), muestra cómo la Universidad se ha venido poniendo a la vanguardia en materia de certificación de calidad a sus programas. Eso es un logro de trascendental importancia.

Para que nos refiramos al sector agropecuario, insertemos el sector agropecuario en la visión que este Gobierno ha venido desarrollando para Colombia.

Nosotros nos hemos propuesto construir confianza en Colombia, y ahora hay que sostenerla, en esta época de grave crisis de la economía mundial.

Para construir confianza en Colombia trabajamos tres supuestos: la seguridad con alcance democrático, trabajamos la confianza inversionista con responsabilidad social y la política social.

Esa mezcla de seguridad y de inversión crea un marco de prosperidad, que es el que puede hacer posible la construcción de política social. Y a su vez, ésta es la que valida la seguridad y la que valida, le da razón de ser, a la búsqueda de la inversión en nuestro país.

Hoy los colombianos tienen más confianza en el Estado como proveedor del servicio de seguridad que antes. Antes muchos colombianos querían resolver los problemas por sus propios medios o eran indiferentes. Hoy hay más confianza en el colectivo, en el Estado, en nuestras formas democráticas. Diría yo que este es un muy buen avance para el país.

Antes, mientras nos debatíamos en la destrucción, por intermedio de la violencia, negábamos la seguridad, la considerábamos como un camino a la dictadura, como una propuesta de derecha, militarista. Hoy las grandes mayorías colombianas aceptan la seguridad como un valor democrático.

Antes, el Estado había perdido el monopolio para proveer el servicio de seguridad, la justicia del Estado había perdido el monopolio. Hoy lo hemos recuperado.

Si bien falta mucho por lograr en materia de seguridad, y todavía hay problemas –como estos petardos de ayer en Bogotá, que tanto incomodan; estaba hablando esta mañana con la Policía y reiterando la oferta de una recompensa de 50 millones de pesos para dar con los integrantes de ese grupo terrorista que lanzaron esos petardos ayer en Bogotá- a pesar de que todavía hay estas dificultades, el país en todas las zonas, en términos generales, viene avanzando en seguridad.

Hemos desmontado el paramilitarismo. El paramilitarismo se concibió como una organización privada, criminal, con el propósito de enfrentar la guerrilla. El Estado hoy es el único que enfrenta a los grupos delincuenciales. Ha recuperado el Estado el monopolio que le corresponde para enfrentar a los grupos criminales.

Queda guerrilla en un proceso de debilitación, narcotráfico. Reincidentes de los paramilitares desmovilizados tratan de ponerse caretas políticas, como el caso de ‘don Mario’, a quien esperamos que la Policía y el Ejército puedan poner preso, ojalá en breve tiempo. Pero sabemos que son simplemente extorsionistas, narcotraficantes, que están trabajando de la mano de la guerrilla, están unidos.

Lo bueno de todo esto es que el Estado ha recuperado el monopolio para combatirlos a todos. La justicia había perdido mucha vigencia en todo el país, y era sustituida por los paramilitares, por la guerrilla.

Hoy en el país prevalece la justicia del Estado. Los colombianos temían denunciar, temían dar testimonio. Hoy los colombianos ya dan testimonio.

Lo que no se puede pasar es de un Estado de cosas en el cual se le temía dar testimonio, al otro extremo en el cual se maneja el testimonio con el mezquino interés político de utilizarlo con razones de animadversión política, de manipularlo.

El tema de las víctimas

En el país las víctimas no reclamaban. Temían reclamar y les daba miedo. Lo encontraban inútil.

Entonces las cosas se han venido invirtiendo. Hoy las víctimas reclaman. Tenemos más de 150 mil personas que han aparecido como víctimas a reclamar por sus derechos. Y en la agenda nacional está la necesidad de reparar a las víctimas.

Reparación total no hay. El asesinato de un ser querido, el secuestro, deja una herida profunda que perdura con la vida misma de las personas allegadas, de las personas que sufren ese dolor.

Pero allí donde hay un esfuerzo de reparación, también se evita que prospere un germen de odio, que prospere una semilla de violencia, una semilla de venganza.

El Gobierno dictó el año pasado el decreto para reparar las víctimas. Ahora hay una Ley en el Congreso, lo que pedimos es que esa Ley sea cuidadosa en términos de gasto público.

Por reparar las víctimas no podemos producir en la Ley la necesidad de llegar a unas cuantías inalcanzables. Ahí nos ganaríamos un aplauso en lo inmediato y traeríamos una gran frustración nacional.

El proyecto de Ley que ahora está en la Cámara (de Representantes) debe moderarse. Tampoco es correcto vincular en un mismo propósito a los agentes del Estado con los grupos delincuenciales.

Cuando un agente del Estado comete un delito, hay una normatividad para sancionarlo –de hecho hay muchos agentes del Estado en la cárcel- y también hay acciones administrativas de jurisdicción contenciosa para reparar a la víctima.

Tenemos que separar todos los hechos causados por los gruidos terroristas, de los hechos que puedan causar los agentes del Estado.

Diría yo que hoy hay más confianza en Colombia y los colombianos tienen más confianza en su país, a pesar de todo lo que falta en esta lucha por la Seguridad Democrática.

Ustedes, que son estudiantes de Ciencias Agropecuarias, apreciados jóvenes, ya deben saber bastante de malezas. Ustedes saben que hay unas malezas que retoñan todos los días, que si uno no madruga a atrofiarlas, a combatirlas, esas malezas se recuperan. Eso pasa con el terrorismo. Por eso no se le puede dejar coger ventaja.

Si uno se duerme el terrorismo se recupera. Hay que estar encima, en un país que lo ha sufrido durante 60 años, hay que combatirlo a toda hora, para no dejarlo que vuelva a tomar vigor.

Inversión con responsabilidad social

El segundo presupuesto de este Gobierno es la confianza inversionista. Le exigimos requisitos y le damos posibilidades.

El requisito es la responsabilidad social: transparencia en las relaciones de los inversionistas con el Estado. Eso es responsabilidad social. Transparencia en la tributación, en la asignación de contratos, en la solución de disputas, en la asignación de recursos fiscales.

Responsabilidades ambientales. Qué importante referirse al tema en esta Universidad que hace parte del corazón del campo colombiano.

Colombia es un país que puede llegar a producir 110 millones de toneladas de carbón al año. Cuando empezó nuestro Gobierno producía 34 (millones de toneladas), este año va exportar más de 80, pero eso hay que hacerlo con responsabilidad social.

Hay que hacerlo sin afectar las condiciones ambientales de los habitantes de las zonas donde se produce la extracción de carbón. Hay que cumplir allí con todos los requisitos ambientales.

La distancia frente a las poblaciones, el reasentamiento de las poblaciones, el cuidado con las emisiones gaseosas, el cuidado con los subproductos líquidos, el cuidado con las aguas residuales, el cuidado con los bosques de protección, el cuidado con las vías de comunicación, el cuidado con los árboles.

Este país puede ser una gran potencia en biocombustibles. De hecho hace 5 años no producíamos, y vamos a terminar este año produciendo un millón de litros de alcohol carburante a partir de caña de azúcar, y un millón de litros de biodiesel a partir de palma africana.

Pero eso hay que hacerlo con gran responsabilidad ambiental. No se puede afectar la selva, no se puede afectar la seguridad alimentaria.

Este país nuestro tiene un millón 160 mil kilómetros cuadrados, de eso hay 578 mil en selva. Es un porcentaje muy considerable, apreciados estudiantes.

La contribución de Colombia al crecimiento sostenible de la economía, a la lucha contra el calentamiento global, tiene que ser la protección de la selva.

Nosotros no podemos destruir la selva para producir biocombustibles, ni para seguir extendiendo la frontera agrícola. Allí hay una responsabilidad social.

Nosotros tenemos que avanzar mucho en seguridad alimentaria.

De todas maneras las sabanas que tiene el país, el país debe tener 42 - 43 millones de hectáreas en sabanas, tenemos 4 millones 800 mil, 5 millones de hectáreas de agricultura, 23 - 24 millones de cabezas de ganado vacuno, con 42 millones de hectáreas de sabana, nosotros podemos intensificar la ganadería, intensificar la seguridad alimentaria y tener una gran expansión en biocombustibles.

Lo importante es que Colombia y el mundo tengan la certeza de que nosotros no sacrificamos la seguridad alimentaría para la producción de biocombustibles. Eso es responsabilidad social.

Responsabilidad social es tener unas relaciones laborales fraternas, no de odio de clases, no de capitalismo salvaje. Es pertinente en una universidad vinculada al campo colombiano, expresar que el Gobierno desea que haya una solución rápida entre los ingenios y los corteros de caña en el Valle del Cauca, que haya una reconstrucción de armonía social, de fraternidad.

Nosotros creemos que lo que finalmente le da gran estabilidad a la empresa agropecuaria es la fraternidad de las relaciones laborales. Es muy grave tener relaciones laborales de odio de clases, de capitalismo salvaje. Ayudaron mucho a crecer la violencia en los campos de Colombia.

Lo único que le da estabilidad a la paz en los campos de Colombia, en el largo plazo, es tener unas relaciones laborales de fraternidad, totalmente fraternas. Eso es responsabilidad social.

Responsabilidad social, apreciados jóvenes, es entender que el capital es un recurso para el bienestar de la población, no una herramienta para la especulación.

Crisis financiera internacional

Lo que ha pasado en la economía mundial es lamentable. Toda esa tendencia especulativa que ha quebrado la economía mundial hace un profundo daño, y está poniendo todas economías del mundo en riesgo. Y nosotros, que veníamos por una senda muy importante de crecimiento, ahora miramos muy serios riesgos.

Es el momento de que el mundo haga una distinción entre lo que es el capital productivo y el capital especulativo.

Durante los dos últimos años se sostuvo en Colombia un profundo debate. El Gobierno hace dos años dijo: nosotros no podemos facilitar que lleguen al país los capitales de corto plazo, vienen buscan una ganancia, se van, distorsionan la tasa de cambio. Estaban acentuando la revaluación que tanto daño le hizo al campo colombiano, porque se perdió mucho en el valor de muchos productos, con graves riesgos en el empleo y en el ingreso campesino.

Y mantuvimos, a pesar de las críticas nacionales e internacionales, esos controles. Dijimos: el país tiene que estimular la producción, la inversión, eso se estimula con las seguridades al capital productivo, pero el capital productivo finalmente entra en abierta oposición con el capital especulativo.

Por eso el Banco de la República adoptó unas decisiones y el Gobierno otras en el mismo sentido: la decisión de imponerle un depósito del 50 por ciento a los capitales que llegaron al país con vocación de corto plazo.

La defensa del capital productivo, el rechazo al capital especulativo, se convierte en una responsabilidad social de nuestra época. Y eso hay que repetirlo ahora que el mundo está sufriendo esta grave tragedia económica.

Estas son condiciones para la inversión.

Respeto por la iniciativa privada

¿Y cómo le ayudamos a la inversión? En Colombia hay total respeto por la iniciativa privada. Otros países del continente son muy hostiles con la iniciativa privada.

Yo creo que así como a la iniciativa privada hay que exigirle responsabilidad social, también hay que darle todas las garantías.

Temo que fracasen modelos de desarrollo en América Latina, de otros países, que son hostiles a la iniciativa privada y han querido fundamentar sus procesos de desarrollo en monopolios estatales de hidrocarburos.

¿Qué tal que no crezca la producción de hidrocarburos, que siga bajando o no vuelva a subir el precio del petróleo, y que además esos países no tengan alternativas productivas porque se les ha destruido industria, se les ha destruido producción de alimentos, todo por el temor infundido de la iniciativa privada?

Podría haber una debacle que a todos nos afecta. Si a Colombia le va mal, a nuestros vecinos les va mal. Si a nuestros vecinos les va mal, a Colombia le va mal. Son economías muy interdependientes, donde necesitamos el bienestar de todos.

Yo creo que los procesos de desarrollo fundamentados en monopolios de Estado han fracasado en todo el mundo y en todas las épocas de la historia.

En el siglo pasado fracasaron en América Latina. Fracasó la Revolución Estatista de Bolivia de 1952, el proceso estatista de Brasil entre los 30 y los 60, la Revolución Estatista de Velasco Alvarado en el Perú, fracasó el estatismo de Unión Soviética, de la China de Mao Tse-tung, de la Alemania Oriental.

¿Por qué se cayó el Murto de Berlín?, ¿por qué colapsó Unión Soviética?, ¿por qué colapsó la China de Mao Tse-tung? La historia todavía no ha contestado si colapsaron por falta de libertades o por falta de calidad de vida.

Probablemente la historia va a decir que la variable más influyente fue la falta de calidad de vida.

Se asomaban los alemanes del Este por las rendijas del Muro de Berlín, a curiosear a ver qué ocurría en Alemania Occidental. Y observaban que mientras en Alemania Occidental había prosperidad, mejoramiento del nivel de vida, en Alemania Oriental había una gran depresión de la calidad de vida.

Los soviéticos veían con asombro que crecían en su carrera armamentista, pero que se reducía su calidad de vida. Y lo mismo los chinos de Mao Tse-tung.

¿Qué determinaba eso? Mientras en occidente se premiaba la iniciativa privada, allá todo se fundamentaba en monopolios estatales, con corrupción y obsolescencia, que finalmente se desplomaron y produjeron el desplome de esos sistemas. Volver a ello en América Latina es muy grave.

Nosotros le damos aquí todas las garantías a la iniciativa privada, por supuesto, con responsabilidad social.

Situación macroeconómica

Hemos venido mejorando la situación macroeconómica del país. Una reducción severa del déficit y del endeudamiento. El endeudamiento que estaba en el 47 por ciento del PIB, hoy está en el 27.

Sería menos si pudiéramos contabilizar Ecopetrol, pero ya no lo contabilizamos porque el 10 y medio por ciento de Ecopetrol ha sido capitalizado por particulares, entonces hay que sustraerlo de las cuentas nacionales.

Pero Ecopetrol no tiene deudas, tiene grandes activos. Ecopetrol es un acreedor neto. Con Ecopetrol la situación financiera de la Nación sería mejor. Hemos reducido el déficit fiscal del 7 y medio al 3.2. Todavía con un déficit del 3.2 es bastante preocupante, sobretodo para entrar a unos tiempos difíciles, como estos tiempos de la crisis mundial de la economía, en los cuales ya estamos incursionados.

Sin embargo, esa lucha por el mejoramiento macroeconómico da confianza a la inversión.

Hemos reformado 411 entidades del Estado: Ecopetrol, Telecom, ahora la reforma de las clínicas del Seguro Social, que el IFI; que todas esas instituciones que tenía el Ministerio de Agricultura las fusionamos en Incoder. Yo creo que es una gran reforma que ha pasado de miles de funcionarios a 600 funcionarios que tiene el Incoder.

Nosotros creemos que el Estado no se puede desmantelar, pero el Estado tiene que servirle a la comunidad.

Cuando uno observa las clínicas del Seguro Social que estamos reformando, eran muy inútiles para la comunidad y le servían era a esa mezcla de politiquería y de excesos sindicales que las manejaba.

Nosotros creemos en el Estado Comunitario, un Estado con más participación de la comunidad en la toma de decisiones, en la vigilancia, en la ejecución de decisiones. Y un Estado más útil para la comunidad.

Yo confío, por ejemplo, que ahora en diciembre los bogotanos sientan la bondad de esa reforma de las clínicas del Seguro Social, y así las vamos a reformar en todo el país.

Estas clínicas del Seguro Social de Bogotá ya no están en poder de esa mezcla entre politiquería y excesos sindicales. Ahora están a cargo de una sociedad, cuyos integrantes son la Caja de Compensación Compensar, la Fundación de Hermanos de San Juan de Dios y la Universidad del Rosario.

No desmantelamos el Estado, como lo hizo el neoliberalismo, pero tampoco podemos tener al Estado al servicio de burocracias ineficientes, de clientelismos corruptos, como se dio a partir del burocratismo, que se ponía un ropaje de socialismo.

Nosotros creemos en un Estado al servicio de la comunidad. Vamos a seguir reformándolo.

Si a mí me preguntaran los economistas cuál cree el Gobierno que es el principal logro para introducirle razonabilidad al gasto publico colombiano, yo diría la reforma del Estado.

La reforma del Estado es lo que le da mucha seguridad a las finanzas colombianas en el largo plazo. Pero hay que continuar en esa reforma del Estado, todavía hay muchas instituciones sin reformar.

Incentivos tributarios

Nosotros hemos introducido incentivos tributarios, difíciles de entender. Este país es muy opuesto a los incentivos tributarios. Todavía hay quienes levantan la mano en contra de los incentivos tributarios y dicen que los eliminemos.

Déjenme referir a algunos. Por ejemplo, incentivos tributarios sectoriales. Quien siembra madera hoy en Colombia tiene derecho a una exención tributaria por la madera.

Este país iba muy bien hasta 1974 en expansión del bosque comercial, pero las cargas impositivas que a partir de allí se le impusieron al bosque comercial y el crecimiento de la violencia, frenó en Colombia la reforestación.

Cuando Chile tiene casi tres millones de hectáreas de bosque comercial, nosotros empezamos este Gobierno con 114 mil debemos tener hoy unas 270 mil.

Quiero repetir en todas partes que están estos incentivos tributarios ofrecidos, para que pueda recuperarse el bosque

Ahora está el transito de una nueva ley forestal en el Congreso, que la consideramos importante, porque algunos dicen: ‘mire, necesitamos seguridad. No puede ser que sembramos un bosque comercial y después nos digan que no, que por razones de conservación no lo podemos cosechar’.

Yo sinceramente creo que con las normas administrativas del Gobierno, esa garantía se puede dar, pero algunos creen que es más sólido si esa garantía se incorpora a la ley. Ese es un elemento que está hoy en discusión en la ley. Creemos que ese paso no sobra, para poder que este país avance mucho en bosque comercial.

Hasta hace algunos años las comparaciones de productividad nos indicaban que mientras en Chile una hectárea de ciertas especies producía 13 metros cúbicos por año, aquí 25 metros cúbicos por año.

En este país tropical hay una gran fuerza de crecimiento de maderas. Allí tiene el país una gran posibilidad, por eso hemos introducido esas exenciones tributarias.

Exenciones tributarias para los cultivos de largo plazo.

En este país del trópico, con lluvias desordenadas, momentos de mucha lluvia, momentos de sequía pronunciada, también con pendientes que estimulan la escorrentía y que estimulan la erosión, hay que pensar mucho en los cultivos permanentes, que además amarren el suelo y le den sombrío al suelo, lo protejan de los rayos solares.

Por eso nosotros introdujimos exención tributaria de los cultivos permanentes, que opera durante de los primeros 10 años del periodo productivo.

Ustedes siembran cacao, siembran palma africana, siembran caucho, cualquiera de esos cultivos tiene una exención tributaria por 10 años, a partir del momento en que empieza la fase productiva.

Pero además hay lo que se conoce desde hace muchos años como el Incentivo a la Capitalización Rural, que para los pequeños propietarios es del 40 por ciento del valor de instalación de la plantación, y para los grandes propietarios del 20 por ciento.

La tendencia que vemos es que el gran propietario escoge la exención tributaria y el pequeño el Incentivo de Capitalización Rural, porque tienen que ser excluyentes: o lo uno, o lo otro.

Si yo como empresario de cacao digo: ‘prefiero la exención tributaria’, no tengo derecho al incentivo de capitalización, o al revés.

¿Qué pasa con el campesino que siembra cacao? El campesino que siembra cacao generalmente no es contribuyente de renta, entonces le es muy útil, le es muy útil poder tomar el incentivo de capitalización rural.

A través de esa combinación entre incentivos fiscales como el incentivo de capitalización rural, e incentivos tributarios como es la exención, estamos promoviendo los cultivos de tardío rendimiento. Y ahí se van recuperando.

Este país empezó hace seis años con 175 mil hectáreas de palma africana. Estoy seguro que este es un año que terminamos con 400 mil hectáreas de palma africana.

En el Gobierno se han sembrado unas 50 mil hectáreas más de cacao. Ahí va creciendo, no con la velocidad que quisiéramos, el caucho, pero esto, en la medida que haya paz, que se vaya avanzando en infraestructura, y que haya estabilidad en estos incentivos, todos estos cultivos tienen que ir expandiéndose en Colombia, y a medida que la gente adquiera más confianza estos cultivos pueden tomar más velocidad

Incentivos tributarios a los biocombustibles. Este país puede ser un gran productor de biocombustibles. Ya vimos las limitaciones que hay que imponerle para preservar la selva y la seguridad alimentaria, y todas las posibilidades que tenemos para expandirlos, con 42 millones de hectáreas de sabana.

¿Qué incentivos tributarios tienen los biocombustibles? No pagan el impuesto al valor entre los combustibles, ni tampoco el IVA de los combustibles. El productor de biocombustibles sí paga impuesto de renta.

Pero también tienen otro incentivo. Hoy las plantas de biocombustibles se pueden instalar en zonas francas. ¿Qué beneficio tiene? En la zona franca no se paga IVA ni se paga arancel por la adquisición de equipos. Eso les ayuda mucho.

Importar esos equipos entre arancel e IVA, eso puede pagar 25 - 26 por ciento de impuestos aduaneros. En la zona franca esos impuestos aduaneros no se pagan. Y la tarifa de renta en las zonas francas no es de 33 - 34 (por ciento) que es la tarifa ordinaria de renta. La tarifa de renta en la zona franca es del 15 por ciento.

Hago una disgreción allí, para hablarles de la zona franca, y seguir con estos incentivos.

En el país entre finales de los años 50 y la fecha se habían instalado 11 zonas francas. Este Gobierno ha aprobado 37 más. Hay un gran furor por zonas francas en Colombia, gracias a la nueva legislación.

Hoy se puede instalar una zona franca en cualquier sitio del territorio, por una sola empresa o por muchas.

En el sector agropecuario los empleos para cumplir el requisito de zona franca, puede ser el producto de sumar el empleo de la planta industrial más los empleos que genere la plantación donde se producen los insumos para la planta industrial.

Y esto además tiene unos contratos de estabilidad a 20 años.

Una de las nuevas leyes que se ha producido durante este Gobierno es la que permite firmar pactos de estabilidad a 20 años. Creemos que esto ayuda mucho en todo ese sector de biocombustibles.

Hay discusiones. Por ejemplo hace poco se presentó una planta lechera, que está construyendo unas nuevas instalaciones industriales, al comité de zonas francas, y el comité dijo ‘no le podemos dar un beneficio de zonas francas como agroindustria, porque para agroindustria los requisitos son menos exigentes, aquí estamos en presencia de una actividad industrial, mas bien le damos un plazo para que complete los requisitos y se constituye en zona franca como industria’.

Y he recibido algunas protestas, pero también en esto hay que ser cuidadoso, porque una figura de tanta avanzada para estimular la producción, la inversión, como la zona franca, si permitimos que se abuse de ella, la desacredita. Y aquí hay mucha gente que quiere eliminar esos incentivos y el Gobierno los tiene que defender.

¿Porque dicen que hay que eliminarlos? Muchos dicen: ‘mire, como al Gobiernos se le ha deteriorado el recaudo, y estamos entrando en esta crisis no se pueden mantener esos incentivos’. Yo me he preguntado ¿pero por qué?, ¿qué culpa tienen los incentivos de esta crisis?, si los incentivos son para nuevas actividades con las cuales no contábamos.

Entonces esas inversiones que tienen los incentivos no estaban, ¿cuál es el perjuicio que nos causan los incentivos?, al contrario, nos dan beneficios, porque en la medida que esas actividades se instalen, en esa misma medida van a llegar a ser contribuyentes en el futuro, y eso ayuda muchísimo.

Veníamos hablando de estos estímulos para los biocombustibles, la posibilidad de zona franca, que no pagan IVA, no pagan impuesto global al combustible, el estímulo tributario a cultivos de tardío rendimiento, el caso de la palma africana que se convierte en materia prima de los biocombustibles, hablamos de los otros incentivos.

Y hay otros incentivos en la economía colombiana, de gran importancia hoy. Por ejemplo, toda inversión que se realice en Colombia tiene una deducción del 40 por ciento. Ustedes hacen una inversión hoy de 100 pesos, pueden deducir de la base gravable, el año entrante, 40.

Y alguien me dice: ¿qué me gano yo, Presidente, si mi renta fue de 30 pesos, si yo podía deducir 40?, ¿pierdo 10? No los pierde, deduce 30, y los otros 10 se los puede llevar como un crédito fiscal para los siguientes años, y los deduce en el número de años tributarios que se requiera, después del año en que se hace la inversión.

Yo creo que eso hay que estudiarlo muy bien, porque eso hace muy atractiva la economía colombiana.

Ayer recibimos muchos inversionistas en la Presidencia. Uno de ellos venía acompañado de consultores irlandeses. Ustedes saben el milagro de Irlanda. Y nos decía: ‘mire, encontramos hoy la legislación tributaria colombiana muy atractiva para invertir en Colombia, y eso nos ha ayudado a aumentar la inversión en Colombia’.

Nosotros de cada 100 pesos que producíamos invertíamos 12 – 14. En los últimos años hemos invertido 21 - 25, hasta 28. Conservar esa tasa de inversión tiene que ser el gran objetivo, porque eso nos puede ayudar a pasar esta crisis con menores dificultades.

Un país que tenga confianza inversionista, es un país llamado a tener menos problemas en una crisis económica, que un país que carezca de confianza inversionista. Eso es una reflexión importante, apreciados jóvenes.

Política social e infraestructura

En política social estamos trabajando objetivos muy ambiciosos en materia de educación: plena cobertura en educación básica, un gran avance en el Sena, la conexión del Sena con la educación básica, la articulación también con las universidades, un esfuerzo grande en el Icetex, un esfuerzo grande en la alimentación de niños, un esfuerzo grande en Familias en acción, en Banca de Oportunidades, un esfuerzo grande en Bienestar Familiar, un esfuerzo grande en régimen subsidiado de salud, un esfuerzo grande en electrificación rural.

Yo creo que los proyectos de electrificación rural que se están emprendiendo en todo el país con los nuevos recursos que hemos creado, son bien importantes.

Los planes departamentales de agua. Yo tengo que decir la verdad: le dan al país un gran avance en agua, pero primero en cascos urbanos. Todavía no alcanzan a incursionar la ruralidad colombiana. Es un acuerdo de la Nación con cada uno de los 32 departamentos, donde la Nación hace un aporte, le da un crédito subsidiado a los departamentos, y ellos también pignoran ingresos que reciben de la Nación a título de transferencias año tras año, y vinculan a los municipios.

En lugar de ayudarle a cada municipio aisladamente con un plan de agua, aquí hemos querido agruparlos a todos a través de ese ente intermedio del Gobierno, que es el departamento. Yo creo que eso es mucho más ordenado y mucho más justo.

La limitación, que debo confesarla en esta universidad, no nos está alcanzando sino excepcionalmente para llegar a la ruralidad.

¿Dónde nos alcanza excepcionalmente para llegar a la ruralidad? En aquellos departamentos y municipios donde esos entes locales reciben regalías, que estamos procurando que comprometan una porción grande, para avanzar en el tema de acueductos rurales.

En vías, donde hay otro escollo. Nosotros nos propusimos un plan, el plan 2.500, para pavimentar 3 mil 300 kilómetros de carretera. Hoy llevamos más de 2 mil 200, pero todo parece pequeño para el país.

Por ejemplo, en el Llano estamos haciendo la vía Granada - San José del Guaviare, tiene 230 kilómetros, hemos pavimentado 200, nos faltan 30, que los vamos a pavimentar.

La vía Puerto López - Puerto Gaitán: creo que tiene 114 - 120 kilómetros. Nos faltan 20 por pavimentar, lo otros lo hemos pavimentado.

Entonces allá me dicen: ‘bien Presidente, esas dos vías van avanzando bien, eso sí Presidente, que el Gobierno las concluya’. Tienen toda la razón.

Y enseguida me dicen: ‘un gran avance Presidente, pero ¿y las otras vías?, ¿y que hacemos de Gaitán a Rubiales?, ¿y de Gaitán a La Antioqueña y a Puerto Carreño?

Entonces un esfuerzo que parece muy grande, visto desde aquí, y a la hora de la verdad de irse uno allá es muy pequeño.

Por ejemplo el país había hablado hace 50 años de La Mojana. Esas 400 mil hectáreas que están allá en los deltas de los ríos San Jorge y Cauca, donde confluyen ellos finalmente con el río Magdalena, en la depresión Momposina.

Hemos estado haciendo un gran esfuerzo en construcción de diques de protección, y un gran esfuerzo para la rectificación y pavimentación de 100 kilómetros entre San Marcos, Majagual y Achí, para incursionar esa zona y posibilitarle un gran desarrollo agropecuario.

Pero entonces ahora qué me dicen: ‘Presidente, ha avanzado muy bien el Dique en toda la orilla izquierda del río Cauca, pero se está derramando en la derecha’.

Y ayer me llamaban y me decían: ‘de aquí hacia el sur, el dique ha resistido este invierno, pero se está derramando al norte de Achi, en un sitio que se llama Playa Alta’.

Entonces uno resuelve un problemita y quedan por resolver mil problemas. Por eso hay que seguir un esfuerzo de todas las horas, y hay que hacerlo con amor y con entrega, y con patriotismo.

Esto necesita esfuerzos sostenidos, apreciados jóvenes, porque los problemas son muchos.

Y tengo esta discusión con el sector agropecuario y con los alcaldes, por las vías municipales, que me dicen: ‘mire Presidente, sí, que el Plan 2.500 es bueno, pero nos falta mucho’.

Y al otro día llego a la Andi y me dicen: ‘¿cómo se gasta la plata, Presidente, en el Plan 2.500, haciendo vías de municipios? Nosotros necesitamos los corredores de comercio exterior, la doble calzada Bogotá - Santa Marta, Bogotá - Buenaventura, Medellín – Turbo’. Y también tienen razón.

Un país en el cual hay tantas necesidades, finalmente todo el que reclama tiene razón. Por eso hay que estar trabajando todos los días a ver cómo se puede responder.

El Gobierno también está trabajando en esas grandes vías. Nosotros aspiramos dejar contratadas y en plena ejecución la doble calzada Bogotá – Buenaventura, con el túnel de La Línea, la doble calzada Bogotá - Santa Marta, la doble calzada Cúcuta-Bucaramanga, la doble calzada Medellín - Turbo, hemos avanzado mucho en todo lo que se llama la malla vial vallecaucana, en la Autopista del Café.

Yo creo que los que han viajado a Boyacá han visto el avance de la doble calzada Bogotá - Sogamoso, ya estamos abriendo la licitación para complementarla con dos carreteras al Llano, de gran importancia para la productividad de este país: la carretera que baja por el Sisga a San Luis de Gaceno, y la carretera que baja de Sogamoso a Cuisana. ¿Cómo se llama eso allá? el Crucero, tal vez, el Crucero de donde sale la carretera a Aquitania.

Más adelante, donde hay 14 kilómetros muy malos, eso tiene otro nombre que se me escapa en este momento, jóvenes. Pajarito, ahí llegando a Cusiana.

Infraestructura agropecuaria

Estamos haciendo todos esos esfuerzos en planes de irrigación. Tenemos en construcción dos grandes distritos de riego: el distrito de riego del río Ranchería, en La Guajira, y el distrito de riego del Triángulo del Tolima, valen 700 mil millones.

Ayer me dijo el Ministro de Agricultura: ‘Presidente, para que no viva tan preocupado le mando tres buenas noticias y una de esas buenas noticias es que ya adjudicaron la consultoría para la concesión del distrito de riego del río Ranchería’.

El Estado está construyendo lo básico, pero queda faltando los canales terciarios y la administración, para que eso no sea un desastre lo vamos a concesionar, y vamos a procurar concesionarlo desde ya.

Pero miren, no alcanza. Acabamos de adjudicar en la Ley Agro Ingreso Seguro pequeños distritos de riesgo, alrededor de 20 mil millones, casi 30 mil. Y el reclamo es enorme en el país. Me dicen: mire quedaron faltando muchos distritos en Nariño, muchos distritos en Boyacá. Y me dicen: Presidente ¿qué hay del distrito de Paicol en el Huila? Por eso hay que estar trabajando en esto todos los días.

Eso ha sido otro gran esfuerzo: la ley Agro Ingreso Seguro. Esa ley Agro Ingreso Seguro por lo menos le da un recurso adicional al campo año tras año. Yo creo que es un gran logro del Ministro de Agricultura con el Congreso y con los gremios del sector agropecuario, representados hoy aquí por la SAC.

Yo veo que la ley va bien. Por ejemplo, ¿qué aspectos quiero destacar de la ley? La ley le está haciendo un gran aporte a la investigación en el campo. Este año es un aporte de 100 mil millones, que jalona contrapartidas que pueden ser de otros 100 mil millones. Eso le trae 200 mil millones de investigación al campo.

La ley ha permitido este año que el campo colombiano, en medio de esta tasa de interés tan alta y de estas dificultades, tenga créditos a tasas razonables, créditos a tasas más bajas que las tasas del mercado.

Por primera vez en Colombia se le está adjudicando al campesinado tierra, pero con proyecto productivo.

Este año en la caja de compensación Compensar, hace un par de meses asistimos, invitados por el Ministro de Agricultura, a la entrega de los primeros títulos. Entregaron 16 mil hectáreas a gran cantidad de familias campesinas, pero todo con proyecto productivo.

Y año tras año se va a dedicar un porcentaje de la Ley Agro Ingreso Seguro a eso. Nada nos ganamos en entregar tierras que se conviertan en unas rastrojeras o que sean unos calichales sin futuro. De ahí la importancia de que eso sea con proyecto productivo incluido.

La ley ha empezado a estimular un sector que tiene mucho futuro en Colombia, que es el sector piscícola. En casi todo el país uno ve un gran futuro piscícola. Hace un año les decía en el Putumayo: ¿por qué le estamos insistiendo aquí a elefantes blancos del Plan Colombia, a unas fábricas enormes? Aquí con los ríos, la topografía, la vocación de la gente, si en cada casa campesina instalamos unos estancos piscícolas, el Putumayo puede asegurar la alimentación de sus habitantes y puede producir unos grandes excedentes.

Yo veo que empieza a despegar la piscicultura en Colombia. Hay esfuerzos de gran importancia como el de la represa de Betania en el Huila. Allí hay mil campesinos trabajando en piscicultura, tienen las jaulas piscícolas y están cebando pescado, aprovechando el espejo de agua de la represa de Betania. Ojala con todos los espejos de agua del país pudiéramos hacer lo mismo.

Ojala por ejemplo en la ciénaga de la Zapatosa, ahí en la confluencia de los ríos Cesar y Magdalena, se pudiera hacer un gran desarrollo piscícola como este que se ve en la represa de Betania.

A todo eso está contribuyendo la Ley Agro Ingreso Seguro. Hay es que darle sostenibilidad en el tiempo. Ella nació con vocación de ser un instrumento de largo plazo, y hay que procurar que opere en Colombia como un instrumento de largo plazo, bien orientada, bien ajustada todos los años, bien revisada, bien supervisada. Ahí tenemos nosotros bastante entusiasmo.

Nuevos sectores

El Ministerio de Comercio, de cara al futuro del país, viene trabajando en la selección de cuáles deben ser los nuevos sectores que promueva la economía colombiana, y cómo agregar valor en los viejos sectores.

Y eso lo ha hecho por concurso, no por capricho. No puede ser el Presidente, que con dos o tres ministros se sienten en un salón a decir ‘aquí hay que producir moras o aquí hay que producir uchuvas’. Eso hay que poner los sectores a concursar, de acuerdo con unas matrices objetivas.

Entonces el Ministerio de Comercio ha hecho unos concursos y ha determinado sectores nuevos que tengan un fuerte crecimiento en la economía mundial en los últimos años, que puedan tener un fuerte crecimiento en Colombia, que haya condiciones en Colombia para ello.

Y ha encontrado estos sectores: sector de cosméticos, que es un sector que puede ser muy dinámico en demanda de materias primas del campo. El sector de medicina de salud turística, ciudadanos del mundo que quieren venir a Colombia a una cirugía, que quieren venir a Colombia a un tratamiento médico. El país ya va a tener en los próximos meses la primera zona franca de salud, un gran paso.

El otro es el de los call center, pero en una visión más amplia, porque le dicen a uno: ‘mire hay call center de primera generación y ya los hay de última generación’.

Primera generación. Usted llama a una empresa a preguntar por un tiquete aéreo, y no le contestan de la empresa sino de un call center. Eso es un servicio muy sencillo.

Pero usted de pronto necesita un contador para una empresa de una economía muy compleja, o necesita un consultor que le haga un diseño de un gran edificio. Lo puede conseguir a distancia.

Usted va hacer un edificio en Nueva York y es muy posible que los arquitectos estén en la India, y que estén trabajando a través de la conectividad.

En eso Colombia tiene un gran futuro, prestar esos servicios. Eso lo llaman ahora BPO (Bussines Process Outsourcing). Tengo que grabarme esa nueva sigla, aquí van a necesitar un diccionario de siglas de anglicismos, y para el campo sí que es importante jóvenes.

Yo creo por ejemplo que una universidad puede hoy incursionar en eso en el campo. Tener para muchas regiones de Colombia un servicio a través de conectividad. Decirles ‘conéctense a Internet, campesinos, van a estar conectados con esta universidad, y esta universidad les estará informando de los pronósticos de lluvia, les estará informando por Internet de los pronósticos de sequía, les estará informando de los mercados, les estará informando de semillas, y les estará prestando servicios’.

Si yo tengo una finca en Titiribí (Antioquia) y quiero hacer un análisis de suelo, puedo tener un servicio a distancia, virtual, entonces por Internet escribo aquí a la universidad, y la universidad me puede decir, ‘vea señor Uribe, tome unas muestras así y así, tanta profundidad, tanto diámetro, póngalas en unas bolsitas de esta naturaleza, llévelas al ICA de Caldas, allá le entregan un reporte y me lo digita. Y yo aquí le hago el análisis, le digo qué le pasa a su suelo y le hago una recomendación’.

Yo creo mucho en la necesidad de la conectividad para el campo colombiano. Y ahí el campo colombiano puede tener un gran futuro. En eso el país está creciendo, en conectividad.

Yo creo que está creciendo velozmente año tras año, ahí tenemos una gran posibilidad.

Ahora se va a hacer otra convocatoria para seguir escogiendo. Y también en los viejos, estudiar qué se puede agregar.

Por ejemplo en la panela, esto lo ha hecho el Ministerio de Agricultura: ¿uno qué ve en la panela?, primero es de gran importancia social, este país tiene 240 mil hectáreas de caña tecnificada aproximadamente en el Valle del Cauca, con la mayor productividad del mundo, pero finalmente pequeñas. Eso equivale a tres fincas del Brasil. Hoy nos quedan de caña panelera unas 220 mil hectáreas, muy distribuido, eso es sumamente democrático.

Uno encuentra regiones de caña panelera con muy buena productividad en la producción de caña, pero en la parte industrial del trapiche, con trapiches de tecnología de hace 100 años.

A eso hay que agregarle valor. Que introducir el trapiche Simba, que introducir el trapiche a vapor.

Ahora tecnología del Ministerio de Agricultura, de Corpoica, estamos empezando a producir alcohol carburante.

Hace cinco años, para comprar maquinaria de alcohol carburante, había que ir a la India, a Suecia, al Brasil. Aquí, con la tecnología de trapiches a vapor, ya se ha complementado, y hoy hace una semana, allí en Barbosa (Santander), inauguramos la planta en pequeña escala para producción de alcohol carburante.

En un país que tiene tantos núcleos dispersos, de pequeños agricultores, es muy importante hacer también desarrollos de pequeña escala.

Espero que el Ministerio de Agricultura pueda avanzar en eso, a través de la investigación, de ir indicando productos en los cuales debe avanzar mucho el país, y cómo agregarle valor a los productos viejos.

Si ustedes me preguntaran ¿qué necesita el campo colombiano?, yo les diría paz. De ahí la importancia de la Seguridad Democrática.

Infraestructura. Todavía estamos muy atrasados. Hace pocos días estuve en el Magdalena Medio, a raíz de ese derrame de unas canecas de cianuro al río Magdalena, y me decían allá en el otro lado del río –porque en este lado de Wilches y Barranca ahí hay más desarrollo en infraestructura y eso se ha convertido en una mancha de palma africana- me decían, al otro lado; ‘vea, aquí hace 5 años no había sino guerrilla, paramilitares y coca, ahora hay paz.

Ya hay entre 13 y 18 mil hectáreas de palma africana, pero todavía estamos carentes de infraestructura.

Y tienen toda la razón, apenas se está empezando con unas carreteritas allí. Se necesita riego, se necesita avanzar en investigación, se necesitan todos los días tener un avance en productividad.

También hay cosas muy buenas. Yo recuerdo mi primera visita, al inicio de la Presidencia, a la región de Boyacá, en Villa de Leiva. Había un invernadero campesino de producción de tomate. Hoy eso está lleno de pequeños invernaderos campesinos para producción de tomate.

Y los hacen con una tecnología muy barata, con madera rústica, con un plástico sencillo y con unas mangueras de polietileno para el riego, y manejan con mucha austeridad el agua. Saben poner con una poca inversión el riego gota a gota.

Uno de los problemas del riego en Colombia es que la tecnología importada es muy costosa. Yo creo que ustedes tienen, jóvenes, la gran oportunidad de investigar todos los días, para lograrle a este país sistemas de riego por goteo, de menos costo de inversión por hectárea.

Y hay proyectos fabulosos. Yo les recomendaría –si no han ido- conocer el proyecto de Aliar en los Llanos, en (Puerto) Gaitán. Es una revolución.

La impresión que teníamos en Colombia es que el Llano era muy malo, que ácido una cosa y la otra, pero el llano está lleno de virtudes.

Algunas virtudes del Llano

Todo tractorable, pero con una ligera ondulación, salvo en las vegas de los ríos, una ligera ondulación que predomina, que escurre. Eso ayuda mucho.

El Llano tiene un régimen de lluvias mucho mejor que el del Caribe. El del Caribe colombiano tiene una precipitación muy alta en dos meses y medio, el resto es muy, muy seco.

En el Llano cae 2 mil 300, 2 mil 600 milímetros de agua, bien repartidos al año. Y en cuanto más cerca del pie de monte, mejor repartidos.

Tiene inmensas virtudes el Llano.

Tiene problemas: que es ácido. Pero por ejemplo en este experimento de Aliar que está completando ya 10 mil hectáreas y va para 47 mil, que han tenido asesoría del Embrapa del Brasil, dijeron: ‘no mire, aquí no se puede pretender corregir acidez aplicando una tonelada de cal por hectárea, están aplicando cuando empieza, están aplicando, cinco toneladas de cal por hectárea, para corregir acidez, así es’.

Ahí necesita el país desarrollar más fuentes de cal. Y ojala pudiéramos desarrollar fuentes de roca fosfórica, porque ustedes saben lo que han crecido en el mundo los precios de esos insumos.

¿Que he visto yo allá, en ese proyecto de Aliar? Lo primero que hacen es que encalan la tierra, aplican 4 - 5 toneladas por hectárea, enseguida encuentran otro problema: es una tierra con una capa vegetal pobre y es una tierra que no es permeable, entonces caen 2 mil 600 milímetros de agua y la mayoría se los lleva la escorrentía, no permean el suelo.

Por eso, a pesar de que las épocas de verano, de sequía son muy cortas en el Llano, se produce mucho daño en los cultivos.

Y uno se pregunta ¿pero por qué si aquí llueven 2 mil 600 milímetros? tan repartido todo el año, ¿por qué no resisten un verano de 2 meses, de dos meses y medio? La respuesta es: porque la tierra no tiene capacidad de absorción de agua.

Entonces después de que encalan le siembran brachiaria (pasto). Una de las condiciones de la brachiaria, una de las virtudes es que la brachiaria tiene una raíz muy potente, que parece un taladro. Entonces la brachiaria empieza a romper ese suelo.

No le dan la brachiaria al ganado, sino que la queman con un glifosato y la dejan descomponer para darle materia orgánica a ese suelo. Y después, no utilizan el arado, ni el rastrillo, ni la mínima labranza, siembra directa.

Por siembra directa, siembran soya. Uno ve la raíz de la soya, jóvenes, ustedes la tienen que haber visto muchas veces, y la raíz de la soya tiene unos nódulos, es como una roca pero con nódulos, para complementar la tarea de perforación del suelo, que inicialmente se hizo con la brachiaria.

Pero la soya también fija nitrógeno, es leguminosa, y están produciendo ya –sorprendente- 4, 5 toneladas de soya por hectárea, lo mismo que en la Pampa Argentina.

Y después, por siembra directa, están sembrando maíz. Me dijeron que la primera cosecha de este año fueron 6 - 7 toneladas por hectárea, pero que van para 11.

Y le muestran a uno cosas tan importantes como esto: me dicen vea, cuando empezamos estos cultivos la capa vegetal era así, y con este esfuerzo que hemos hecho ya la tenemos así.

Y hacen otro experimento bien importante: ponen un recipiente lleno de agua, dice tiene 10 litros, y van soltando el agua por un pedacito de terreno y al final ponen otro recipiente.

Entonces si pusieron 100 litros, y al final, por ese recorrido llegaron 50 (litros), quiere decir que el terreno absorbió 50. Así están midiendo cómo van progresando en el tratamiento al suelo, para que el suelo tenga mayor capacidad de absorción de agua.

Y uno nota gran progreso allá, en productividad, en absorción de agua, en formación de suelo. Y para eso tenemos una llanura inmensa.

El oriente colombiano –guarden esta cifra, jóvenes- el oriente colombiano tiene 640 mil kilómetros. Eso de la cordillera oriental a la Amazonía y a la Orinoquía, es más grande que el resto del país. Tienen 640 mil kilómetros.

460 mil kilómetros están en selva. Es que el solo departamento de Amazonas tiene 110 mil kilómetros, y deben quedar allá, con los otros 180 mil kilómetros, puede haber unos 15 - 20 mil kilómetros en la cordillera, de sur a norte y el resto en sabanas.

Es muy posible que allá tengamos 160 mil kilómetros en sabana para hacer unos esfuerzos. Yo creo que eso puede ser tan bueno como el cerrado brasilero.

Inclusive los técnicos de Embrapa (Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria) dicen que allí tienen menos dificultades que en el cerrado brasilero, porque hay mejores condiciones de agua.

Gran limitante: infraestructura. Por eso hay que seguir en construcción de infraestructura. Nosotros estamos construyendo allá las dos carreteras a las que me referí: las nuevas vías para bajar de la sabana al Llano.

Ahora en noviembre nos entregan los concesionarios una propuesta a ver si se puede hacer la doble calzada al Llano, por lo que es hoy la autopista Bogotá - Villavicencio. Y estamos construyendo ya las primeras obras para la navegabilidad del río Meta.

Un año muy difícil este, por la inflación de alimentos y de petróleo, y de insumos agropecuarios.

El Gobierno le quitó este año los aranceles a los insumos agropecuarios, a los fertilizantes. Eso cuesta en el recaudo. ¿Y qué le dicen los campesinos a uno? ‘Presidente sí, gracias, pero no nos ha servido, porque ha crecido tanto el costo de los insumos agropecuarios, que el alivio que ha dado el Gobierno al quitar los aranceles no ha sido suficiente’. Ahí tenemos una preocupación.

Vamos a ver, con la caída del precio del petróleo, si se puede obtener una caída proporcional en la urea, en los fertilizantes derivados de petróleo y en hermanos de ellos que no son derivados de petróleo, pero que por alguna razón los acompañan en la tendencia de precios, como el fósforo y el potasio, tan importantes en esto.

Apreciados jóvenes, sus preguntas, sus preocupaciones, y de nuevo es un gran honor estar hoy en esta universidad dedicada al futuro de Colombia, que está en el campo.

Muchas gracias rector, y ofrezcámosle la palabra a algunos estudiantes”.

 
     
 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
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