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Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez en la ceremonia de entrega del Certificado de Gestión de Calidad a la Armada Nacional por parte de Icontec

Octubre 27 de 2008 (Bogotá)
     
 

“Acudimos con mucho orgullo a presenciar esta muy importante ceremonia: se le entrega a la Armada un conjunto de certificados de calidad del Icontec, de la mayor importancia; condecora la Armada a sus integrantes más distinguidos en el último periodo y la Ministra de Comunicaciones (María del Rosario Guerra) lanza la estampilla conmemorativa de los 185 años de la Batalla del Lago de Maracaibo, muy importante para la consolidación total de la Independencia, la consagración definitiva del almirante José Prudencio Padilla.

Nosotros, en esta tarea de Seguridad Democrática, tenemos que proceder con eficacia, con eficiencia y transparencia.

El provocado rescate de ayer, obra de la Policía y del Ejército en su empeño conjunto, que operó bajo el esquema que nos habíamos propuesto del bloqueo humanitario a los grupos terroristas, responsables del cautiverio de nuestros secuestrados, es un ejemplo de eficacia y de transparencia.

Se tenía identificada la zona, se venía trabajando con mucho esmero por parte del Ejército y de la Policía, se hizo un cerco humanitario, se tuvo todo el cuidado para que el cerco fuera eficaz, pero, además, para no poner a riesgo la vida del cautivo.

Finalmente, operó otro punto que se había previsto. En la planificación habíamos dicho: ofrezcamos a aquellos guerrilleros que tomen la decisión de abandonar las Farc y de traer consigo a los secuestrados, la posibilidad de que disfruten de la libertad y de que reciban una recompensa.

Hace meses creamos un fondo para tal fin y ayer, gracias a Dios, todo operó.

Fructificó lo que ha sido el diseño de la política del bloqueo humanitario. Un guerrillero tomó la decisión de abandonar las Farc, de traer consigo al doctor Lizcano secuestrado; caminó en medio de las dificultades y del riesgo de que los asesinara la misma Farc, durante varios días, y, finalmente, llegó donde tenía que llegar: al puesto de bloqueo del Ejército.

Esa fue una acción bien planificada, eficaz y transparente, que honra a las Fuerzas Armadas de Colombia.

Es muy importante conseguirle a la política de Seguridad Democrática creciente credibilidad. Esa credibilidad depende de esos tres elementos: eficacia, eficiencia y transparencia.

La eficiencia: la eficiencia nos obliga a realizar la eficacia con el mejor uso de los recursos, con la mayor austeridad y, también, con total transparencia.

Este reconocimiento del Icontec, al entregarle a la Armada Nacional estos certificados de calidad, es un reconocimiento a los esfuerzos de eficiencia.

No basta ser eficaz. Si la eficacia no está acompañada de transparencia, esa eficacia, en lugar de crear credibilidad engendra sospechas. Si la eficacia no está acompañada de eficiencia, la eficacia se vuelve insostenible, porque la destrucción de recursos puede superar a la misma eficacia. Se necesita eficacia con eficiencia.

Por eso este reconocimiento del Icontec es una certificación de los esfuerzos por la eficiencia de la Armada Nacional: producir los mejores resultados con la mayor austeridad en los recursos.

Eso vuelve sostenible a la eficacia. Un país que necesita la sostenibilidad de la política de Seguridad Democrática, nos obliga, a nosotros, a entender que esa sostenibilidad depende, también, de que adelantemos las acciones eficaces de la política de Seguridad Democrática con el mejor uso de los recursos, que es lo que hoy certifica el Icontec.

Han ganado ustedes una bellísima batalla, han ganado la bellísima batalla de obtener estos reconocimientos del Icontec. Ahora tenemos que ganar la importantísima batalla de merecer estos reconocimientos a futuro, en la acción de todos los días. Los han ganado. Ahora el reto es sostenerlos.

Por supuesto, hay una gran reciprocidad entre las instituciones y los seres humanos que las integran.

Hoy esta certificación del Icontec ha sido también acompañada del reconocimiento de la Armada a quienes la han hecho brillar en el último año. Muchas felicitaciones a todos ellos, a sus familias; las familias que son el gran soporte para poder sobrellevar estos sacrificios.

Toda acción heroica de la Armada de Colombia es un motivo de orgullo para todos los compatriotas; es una razón de más fe en Colombia.

Pensamos en el presente de Colombia y lo asociamos con la política eficaz de la Armada en los mares y en los ríos.

Este país, con 2.900 kilómetros de costa y una extensión en mar casi tan grande como la extensión territorial; este país, uno de los países del mundo con más cantidad de agua dulce, por ende, de ríos por unidad geográfica, es un país que le propone a la Armada un inmenso desafío.

¡Cuánto ha ayudado la Armada en esta política de Seguridad Democrática! ¡Qué distinta la Patria en el territorio cercano de las costas y en los ríos, gracias a la Armada!

¡Cómo se han liberado los Montes de María, el Golfo de Morrosquillo!

Hace seis años, el Golfo de Morrosquillo estaba en poder del narcotráfico y paramilitares; los Montes de María, las sabanas de Bolívar y Sucre, en poder del narcotráfico y guerrilla.

Hoy se avanza allí en un camino de paz, de tranquilidad, de recuperación de la confianza, gracias a la Armada.

Las costas colombianas, todos los días están siendo menos presa fácil para el narcotráfico. La acción de la Armada para defenderlas del narcotráfico ha sido muy importante.

La Armada ha tenido una incidencia trascendente, muy eficaz, en resultados, a pesar de que seguimos con una inmensa área en cultivos ilícitos, que todos los días estamos haciendo el esfuerzo por reducir, han aumentado, también, mucho más las incautaciones de droga que la producción.

Hace pocos días, el Zar Antidrogas de los Estados Unidos, John P. Walters, nos decía que al mercado de los Estados Unidos está llegando hoy más de un 50 por ciento menos de droga, de lo que llegaba hace seis años, por lo que ha sido la política de incautación de droga en Colombia y en el tránsito entre Colombia y los Estados Unidos.

La Armada Nacional ha tenido una gran incidencia. Todos los días, la Armada Nacional se ha hecho más presente en nuestros ríos tan difíciles.

Pensar uno en esa enorme distancia entre Puerto Asís, Puerto Leguizamo, el sitio por donde el río Putumayo abandona nuestro territorio y pasa al Brasil, su desembocadura en el Amazonas; pensar uno en más de mil 500 kilómetros del río Guaviare, sus complejidades, sus dificultades. Cómo el terrorismo lo tenía totalmente controlado. Y a pesar de que al terrorismo le quedan algunos bastiones en las cabeceras, cómo ha avanzado la Armada, por el río, acompañada del Ejército y de la Policía en el territorio para la recuperación de todos estos sitios de la Patria.

Muchas felicitaciones, muchas gracias. Pero la tarea que nos queda es inmensa.

La Patria sigue siendo desafiada y la maleza del terrorismo es una maleza que tiene mucha fertilidad de reproducción. Por eso nuestra eficacia y nuestra eficiencia tienen que ponerse a prueba todos los días.

Esta sostenibilidad de la política de Seguridad Democrática requiere, en el eslabón de la transparencia, que todos los días haya más eficacia en materia de respeto a los derechos humanos.

Seguridad Democrática y Derechos Humanos

El Ministro de la Defensa, Juan Manuel Santos Calderón, acaba de salir de la reunión para asistir a la Cancillería a una reunión con la Alta Comisionada de Derechos Humanos, Navanethem Pillay; su primera visita a Colombia.

Nosotros tenemos que ser todos los días más cuidadosos en derechos humanos.

Unas Fuerzas Armadas admiradas por el mundo. Ayer el mundo nuevamente las aplaudía al lograr esta gran victoria en la liberación del doctor Óscar Tulio Lizcano, son también las Fuerzas Armadas hoy más vigiladas del mundo.

El mundo ha puesto en Colombia a prueba. Una política victoriosa de seguridad con valores democráticos, totalmente diferente de las políticas dictatoriales de seguridad que se vivieron en el continente.

El mundo mira con asombro, con curiosidad y, también, con ojo de duda nuestra política. Por eso, esta política tiene que ser exitosa y totalmente transparente. Sin transparencia, los éxitos quedan eclipsados.

Yo aplaudo el gran esmero de los comandantes por los derechos humanos. El país los destaca. Destacamos, también, el compromiso general de todos los integrantes de nuestras instituciones por los derechos humanos.

Colombia tiene las instituciones armadas que más horas, proporcionalmente, reciben en materia de cursos y de sensibilización sobre derechos humanos. Pero ello nos obliga a señalar con toda verticalidad, a denunciar con todo coraje, a aquellos que con sus acciones manchan el buen nombre de las Fuerzas Armadas.

No podemos permitir que eso ocurra. Un día nos hacen quedar mal en Guatarilla, después nos hacen quedar mal en Cajamarca, ahora nos hacen quedar mal en Soacha. Todos los días tenemos que ser más estrictos y más rigurosos.

Yo creo que una de las tareas que tenemos enfrente en este momento es lograr que el más joven de los infantes, el más recientemente vinculado de los soldados, el alumno que acaba de llegar a las escuelas de la Fuerza Aérea de Colombia, el policía más recientemente vinculado a la institución, que todos ellos tengan el mismo grado de conciencia sobre la necesidad de respetar los derechos humanos que se observa en los Altos Comandantes, en los oficiales.

Me gustaría que la señora Alta Delegada de los Derechos Humanos pudiera hablar con todos oficiales de nuestras armas y percibiera, directamente, el compromiso de todos con los derechos humanos y que, también, percibiera que en el corazón de todos nuestros Comandantes hay un compromiso inquebrantable con los derechos humanos.

Nuestro próximo desafío, nuestro desafío inmediato: comprometer a cada uno de los 400 mil integrantes de nuestras Fuerzas Armadas con los derechos humanos.

¿Cuál es la razón para que violen los derechos humanos? ¿Cuál es la razón para que produzcan víctimas? ¿Por qué hacen ese daño si hemos estado recibiendo un gran apoyo del país en esta política de Seguridad Democrática?

Las Fuerzas Armadas de Colombia nunca habían tenido del pueblo ni del Gobierno el apoyo que han tenido en estos seis años. Y tampoco habían tenido en el pasado los éxitos que han venido acumulando en estos seis años, que le están devolviendo a Colombia tranquilidad y prosperidad en medio de estas dificultades de la economía del mundo.

¿Cuál es la razón para que algunos violen los derechos humanos? ¿Será que hay un propósito criminal de hacerle daño al buen nombre de las Fuerzas Armadas? ¿Será que hay un propósito criminal de eclipsar todos los éxitos?

Por eso, eso no se puede permitir. Por eso tenemos que tener todo el rigor en materia de exigencia de derechos humanos.

Yo leo el anverso y el reverso de una misma hoja. En una página leo la acción contra ‘Martín Caballero’, la liberación del doctor Fernando Araujo, la ‘Operación Jaque’, los decomisos de coca, la operación contra ‘Raúl Reyes’, la liberación del doctor Óscar Tulio Lizcano y así sucesivamente. Logros que llenan de júbilo al pueblo colombiano y de admiración a la comunidad internacional.

Pero volteo la página y en el reverso leo: Guaitarilla, Soacha, problemas como el de Cajamarca. Y eso causa mucho, mucho dolor. Eso nos hace inmenso daño.

En Colombia no habíamos dado una batalla que hoy estamos dando. Se acusaba a las Fuerzas Armadas de violación de derechos humanos, pero no se defendían los derechos humanos de los integrantes de las Fuerzas Armadas.

Hace 15 días llegue a una Universidad en Cali. Una Universidad contestataria, ideológica. Y expresé que era necesario detenernos a considerar la situación de 32 policías heridos en una supuesta protesta social, de un intendente de Policía que había perdido sus dos manos en esos incidentes y que había sido conducido a una clínica con un trauma craneal y con un trauma ocular.

Aquel día dijimos lo que hoy queremos repetir: los integrantes de la Fuerza Armadas de Colombia merecen el respeto de sus derechos humanos, como lo merece cualquier ciudadano civil.

Hemos emprendido la tarea de la reivindicación de los derechos humanos de los integrantes de las Fuerzas Armadas. Le estamos diciendo al Congreso que la ‘Ley de Víctimas’ no se puede poner en el mismo nivel a los integrantes de las Fuerzas Armadas que a los integrantes de las organizaciones terroristas.

En esta batalla para reivindicar sus derechos humanos, para evitar que se les irrespete, poniéndolos en alguna norma legal al nivel de los integrantes de las organizaciones terroristas, necesitamos la ayuda de que erradiquemos totalmente cualquier espíritu perverso que quede en algún integrante de las Fuerzas Armadas y que no esté comprometido con el respeto absoluto de los derechos humanos. Y que aprendamos, en todo momento, a decir la verdad.

El Estado de Derecho se caracteriza fundamentalmente por la participación de opinión.

Mientras en otros países avanzaban con una política de seguridad dictatorial que muy poco comunicaba a la opinión y que, finalmente, creó una gran rebeldía de opinión contra esas políticas, en Colombia hemos enfrentado este superior desafió del terrorismo con una política de Seguridad Democrática de opinión; con una alta participación de opinión.

Esta política no sería sostenible en la acción militar sino estuviera sostenida en el respaldo de opinión. Para sostenerla en el respaldo de opinión, que es el pilar más importante para la acción militar, necesitamos que se diga la verdad en todo momento.
Como lo expresaba la semana pasada, el problema ante la agresión no es disparar o no disparar. El problema es decir o no decir la verdad. Tenemos que comprometernos todos, en todos los niveles, a decir la verdad.

Nosotros hacemos parte del conglomerado nacional de casi 45 millones de ciudadanos. Esos ciudadanos de la Patria han depositado en nosotros la confianza de portar las armas de la República. Y para ellos darnos, mantenernos ese respaldo que tan solidamente nos han otorgado, nos exigen unas reciprocidades: la de la eficacia, la de la eficiencia, la de la transparencia, la del respeto a los derechos humanos. Aquello de decir la verdad y decirla a tiempo.

Ojalá condecoraciones tan importantes como las que acabamos de entregar; reconocimiento tan importante como el que le hace hoy el Icontec a este esfuerzo de la Armada, los pudiéramos complementar, en los meses que vienen, demostrando que nadie, que no hay un solo individuo en las Fuerzas Armadas de Colombia que tenga por ahí todavía rescoldos protervos y mezquinos, dudas frente a la necesidad del compromiso integral, total, absoluto, sin reserva, frente a los derechos humanos.

Señor Almirante Guillermo Barrera Hurtado: muchas felicitaciones a la Armada, a todo su cuerpo, por este gran esfuerzo.

Un propósito del Gobierno es que al final de la administración, todos los ministerios, todas las entidades del primer orden del Gobierno tengan las certificaciones de calidad. Y eso, que tiene que extenderse a las Fuerzas Armadas de Colombia, da hoy un paso muy importante con las certificaciones de Icontec a la Armada Nacional, que en los próximos meses las podamos ver también extendidas a las otras armas de la República.

Muy apreciados integrantes de la Armada condecorados hoy, muchas gracias. Que esto les estimule su acción eficaz, eficiente, transparente.

Hay mucho optimismo con la Armada. En los ríos, en los mares, en todas las luchas. La Armada del uso civil y la Armada del uso militar; la Armada de la tecnología aplicada y también la Armada de la gran capacidad de agregación investigativa de valor.

Hay mucha, mucha expectativa positiva en la Armada.

Que podamos responder a los colombianos frente a esa expectativa tan positiva que se ha despertado por la Armada de la Patria.

Y a la señora Ministra de Comunicaciones y al doctor Vargas (Juan Ernesto Vargas Uribe, Presidente de Servicios Postales Nacionales S.A.), muchas gracias por el lanzamiento de esta muy importante conmemoración de los 185 años de la Batalla de Lago de Maracaibo, bien importante en lo que fue la consolidación de la Independencia, en lo que pudiéramos llamar el periodo pos Puente de Boyacá: la consolidación de la Independencia en el Caribe, en la hermana República de Venezuela y lo que fue una batalla de aliento y de estímulo para que también tuvieran éxito las batallas de la Campaña del Sur, que el Libertador personalmente lideró.

Felicitaciones a la Armada y muchas gracias”.

 

 
     
 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
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