Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez en la clausura del Congreso de la Asociación Nacional de Cajas de Compensación Familiar (Asocajas)

 
Octubre 10 de 2008 (Cartagena)
 
 

“Acudo a este Congreso (de la Asociación Nacional de Cajas de Compensación Familiar, Asocajas), con entusiasmo por la tarea de las Cajas, con preocupación por la situación de la economía mundial y los efectos a todos nos atemorizan en todos nuestros países.

A lo largo de estos meses he venido argumentando en contra de la idea que algunos compatriotas proponen para eliminar la parafiscalidad, que es la que alimenta este sistema, la que alimenta al Sena y al Bienestar Familiar como condición para que el país genere más empleo. Deseo referirme hoy también a este punto.

Quiero agradecer a las Cajas de Compensación inmensamente por su apoyo a toda la política social del país. Donde hay un avance en salud tienen que ver las Cajas de Compensación. Han sido nuestros socios para poder hacer el transito del Seguro Social, del desgreño del Estado a la eficiencia social.

Algunos observadores internacionales piensan que Colombia tiene que vivir en la contradicción entre el estado o la pura empresa privada. Ignoran esta institucionalidad social que tiene Colombia, que nos permite hacer profundas reformas al Estado sin tener que incurrir en el ánimo de lucro, que nos permite hacer el transito del desgreño administrativo estatal a la eficiencia social.

Creemos que la Nueva EPS, que en buena hora, ustedes han liderado con el Ministro de Protección (Social), Diego Palacio, tiene el reto de mostrarle al país que es un formidable paso en materia de eficiencia social.

Agradezco también la participación de muchos de ustedes, recientemente, en la adquisición y operación de clínicas en el país. Eso nos tiene que ayudar a que las clínicas de la seguridad social se pongan a la altura en materia de  calidad de servicios, y de eficiencia de las mejores clínicas del país y del mundo.

Muchos motivos para expresar nuestra gratitud a las Cajas de Compensación Familiar.

Permítanme referirme a los siguientes temas:

Primero. La reiteración de lo que piensa este Gobierno y los ejes conductores de nuestra política.

Segundo. Responder al tema del subsidio familiar, el sistema de cajas de Compensación, el sistema de parafiscalidades y el empleo.

Tercero. Hacer unos comentarios sobre la crisis mundial e invitar a unas reflexiones.

El primer punto. Nuestro Gobierno sigue trabajando para que Colombia construya confianza. En el año 99, en el año 2000, en el año 2001 preguntábamos a muchos jóvenes universitarios sí querían irse definitivamente de la Patria. Y levantaban la mano diciendo que sí, definitivamente.

Eso nos inspiró la necesidad de trabajar la consecución de confianza como primera prioridad para la Patria. Confianza para vivir en Colombia, para invertir en Colombia, para encontrar empleos de buena calidad en Colombia, para estudiar en Colombia, para emprender en Colombia.

Hemos soportado nuestra política de búsqueda de confianza en la seguridad democrática, en la confianza inversionista con responsabilidad social y en la cohesión social. Son tres pilares.

Estos seis años han demostrado que la Seguridad Democrática no es como algunos pensaban, un camino a la dictadura, ni un eufemismo para recortar libertades. Se ha demostrado todo lo contrario, que es un valor democrático, una fuente de recurso, una posibilidad de convivencia dentro del debate.

La Seguridad Democrática y la confianza inversionista crean ese marco de prosperidad que permite avanzar en la cohesión social. Sin prosperidad, la cohesión social se queda en el discurso, en la agitación de la campaña y en la frustración de los Gobiernos.

Pero sin cohesión social la prosperidad no dura, porque se deslegitima. Entonces la cohesión social obra como el gran validador, para darle sostenibilidad en el largo plazo a la seguridad democrática y a la confianza inversionista.

Hemos avanzado a pesar de todo lo que falta. Norma del Gobierno es reivindicar avances y reconocer todo lo que falta. Aceptar dificultades y buscar caminos.

Hace poco la revista Foreign Policy sacó una estadística bien importantes, donde muestra que ciudades como Caracas (Venezuela) tiene hoy 130 asesinatos por cada 100 mil habitantes. Cape Town, 95; New Orleans, 65; Bogotá, 19; Medellín, 34; Barranquilla, 28. Hay un avance bien importante en el país.

Si medimos los hechos criminales de 2008 a la fecha, contra los de 2002, la reducción general de criminalidad es del 70 por ciento. Si medimos 2008 contra 2007, la reducción de criminalidad es del 27 (por ciento), pero falta mucho.

Cuando había 3 mil secuestros o 35 mil asesinatos, uno más hacía llorar a los familiares, pero no conmovía a la sociedad, ni desataba la reacción del Estado. Hoy, cuando hay conciencia de la seguridad la ciudadanía todos los días exige más, y esta bien.

Uno no puede pretender que la ciudadanía siga contenta porque se rescató el derecho de poder salir a una carretera.

El tema de seguridad es como el tema de las necesidades básicas del ser humano. Cuando se asciende un escalón se olvida el de abajo y se mira el de arriba. Por eso el Gobierno, todos los días le reclama a las Fuerzas Armadas y a la justicia que avancemos más. No podemos pretender consolarnos con los éxitos de las últimas horas cuando quedan muchos problemas por resolver.

Permítanme en materia de seguridad, como en todo generalmente se apela a las cifras, permítanle hablar de unos intangibles.

Todos los resultados positivos para el país, pero difíciles de cuantificar.

Primero hemos recuperado el monopolio del Estado para combatir a los violentos y para ejercer justicia.

Hemos superado los grupos paramilitares. ¿De dónde viene la palabra paramilitares?  Se escogió para denominar organizaciones privadas criminales cuyo propósito era combatir a la guerrilla. Hoy la única organización que combate a la guerrilla y a todos los criminales es la organización armada legitima del Estado.

Podría argumentarse en contra alegando que hay reinsertados reincidentes. Sí, de los 48 mil desmovilizados de este Gobierno han reincidido unos 3 mil, hay uno 400 activos, pero en qué están.  No están organizados para combatir otros criminales sino para la extorsión, para el secuestro.

Encontramos en muchas zonas del país es que están confabulados con la guerrilla. Visitamos Aguachica (Cesar) y allí la población nos deja conocer que mientras la guerrilla cuida  los cultivos de coca en el Catatumbo, las bandas criminales, los comercializan en el plan del Cesar. Mientras la guerrilla cuida los cultivos de coca en Nudo de Paramillo, la guerrilla los comercializa en Tarazá, Montelibano, las bandas criminales los comercializan en Tarazá, Montelibano y  Puerto Libertador.

Hoy uno visita Nariño y no encuentra ninguna diferencia entre una organización que algunos pensaban que era paramilitar, de acuerdo con la vieja acepción del término, y el Eln, dedicados los dos, el Eln y esa organización que se llama ‘Nueva Generación’, a la extorsión, a la droga, al secuestro, y confabulados.

Yo creo que hay algo bien importante y es que al país ha superado el paramilitarismo y ha debilitado la guerrilla, y ha recuperado el monopolio del Estado para combatir a los criminales, y ha recuperado el monopolio estatal de justicia.

En muchas zonas de la Patria la justicia había sido usurpada, derogada por la justicia terrorista de guerrilla, de paramilitares o de ambos, y eso no se dio de la noche a la mañana, eso fue un proceso de descuido de 40 años.

Aquí se han enjuiciado a muchas personas, pero no se ha visto el proceso histórico. No se ha enjuiciado el proceso histórico y no se ha enjuiciado a los culpables del  proceso histórico.

Otro intangible bien importante es que los colombianos han ganado confianza. Veamos: muchos ciudadanos no se atrevían a dar testimonio por temor o porque los consideraban inútil; muchos ciudadanos no se atrevían a pedirle al  Estado protección en el servicio público de seguridad, porque encontraban que en el Estado no había respuesta, uno y otros buscaban resolver su problemas por sus propios medios.

Hoy los colombianos confían más en el colectivo de las instituciones, buscan apoyarse en las instituciones para obtener el servicio de seguridad.

Los colombianos han perdido el temor a testificar, hoy dan testimonio. Lo que no podemos pasar es del viejo estado de cosas, donde los ciudadanos no se atrevían a  rendir testimonio por temor o por encontrarlo inútil al otro extremo, el de la manipulación política del  testimonio.

La seguridad como valor democrático exige que su ejercicio sea totalmente imparcial.

Otro intangible, las víctimas. Se contaban en privado. No era un  problema de la agenda pública. Las victimas no se atrevían a reclamar por temor o porque lo encontraban inútil, y nadie se atrevían a proponer su resarcimiento. Hoy las victimas reclaman. Han aparecido más de 150 mil y estamos en la tarea de repararlas, puede constar 7 billones en los próximos años.

Reparación total no hay apreciados compatriotas, pero cada esfuerzo de reparación ayuda a que en un caso de dolor cuando se le repara se elimina un germen de odio, se elimina un germen de venganza.

Cuando abandona los intangibles y vuelve a los cuantificables encuentra también noticias interesantes.

Ayer recibíamos esta noticia de los Estados Unidos. Hoy el examen de los cultivos de droga en Colombia se hace con unas metodologías que no existían en el año 2000, lo que le ha permitido a nuestra Policía decir que si  hoy hay entre 100 y 150 mil hectáreas de coca en Colombia,  el año 2000 había 400 mil, no siento 180 mil.

Ayer en una larga conversación con el Zar Antidrogas de los Estados Unidos, el embajador (John) Walters, vimos nuevamente esa realidad. ¿Pero qué vimos bien importante? Las mediciones muestran que se ha reducido la producción de cocaína en un 24 por ciento, y que sí a eso se le suma la cocaína que se decomisa en Colombia, y en los mares y en el transito, la que está llegado al mercado de Estados Unidos, proveniente de Colombia, se ha reducido en un 54 por ciento.

Uno se angustia mucho de ver que aquí extraditamos, hemos extraditado en esta Gobierno 850 personas, y eso no tiene antecedentes. Nadie se atreve a hacer eso en el mundo hoy. Ayer me preguntaba el Presidente de Honduras: ¿Cómo han hecho ustedes para tener la Ley de Confiscación que la reformó este Gobierno? Y para confiscar 10 mil vienes en los últimos 3 años? Eso no lo entiende el mundo, un  esfuerzo enorme, entonces cuando uno ve ese esfuerzo de los compatriotas y ese heroísmo de la Fuerza Pública, se pregunta y cómo tenemos todavía 100 ó 150 mil hectáreas de coca.

El Gobierno reconocer ese problema, pero también quiere mostrar resultados positivos para poder mantener el ánimo de seguir avanzado, no se puede claudicar. 

Nos preocupa si la liberalidad del país en el consumo. Hay riquitos en Colombia que pasan un viernes por la noche inhalando coca y hablando mal del narcotráfico. Eso hace mucho daño, esa doble moral hay que acabarla, a mí me parece eso de la mayor gravedad.  Por eso estamos insistiendo ante el Congreso de la República en la necesidad de autorizar la penalización de la dosis personal.

Aquí en Cartagena si que hemos sufrido. Un video muestra que vienen turistas a buscar coca y nos desacreditan la ciudad. En un país que está haciendo este enorme esfuerzo por recuperar el turismo. Llega nuestra Policía y captura a los distribuidores y los jueces los tienen que poner libres porque lo que les encuentran es una dosis personal que no es penalizable. Detrás de la permisividad de la dosis personal hay un crecimiento enorme de criminalidad.

En lugar de mantener el mundo el debate estéril en pro de la legalización, el mundo debería entender, es que la legalización se dio con la despenalización del consumo, eso está legalizado. Yo creo que el debate que hay que proponer es el otro, examinar el daño que hace esta permisividad del consumo, como estimula la criminalidad y entonces buscar la verdadera penalización.

No me digan a mí que un planeta que en tantas partes tiene legalizado el consumo hace un planteamiento lógico cuando el debate que se propone es en contra de la penalización, cuando no hay penalización de lo que finalmente estimula todo esto, que es el consumo. Tenemos que seguir esta batalla. 

Ahora se encuentran cosas positivas. Uno ve avances muchos, en el país, hace una semana fue la magnifica Asamblea de Cotelco, 11, 14 mil habitaciones hoteleras construyéndose en Colombia entre 2002 y 2011, sin plata de narcotráfico. Uno ve edificios nuevos en todas las ciudades colombianas, sin plata de narcotráfico.

Yo pregunto en las zonas agrícolas permanentemente, ¿Está el narcotráfico comprando tierras? y me dicen han dejado de comprar tierras porque muchos están presos y porque le temen a la extinción de dominio.

Yo diría que nuestra economía está marchando hoy con muchísima menos presencia de los dineros del narcotráfico, de lo que ocurría antes. Yo creo que eso es una cosa buena.

El tema de la confianza inversionista

El país antes de cada 100 pesos que producía, invertía 12, 14, en los últimos años, 21, 24, 27.5; este año, hasta ahora, la tasa de inversión está en el 28 por ciento.

Teníamos una inversión extranjera directa, inconstante y menos voluminosa que la actual.

Se descubría Caño Limón, y llegaba el dinero. Ya después no llegaba. Se abría el país a la telefonía móvil, llegaba el dinero, llegaba circunstancialmente, por casos específicos. Montos de 700 millones, a lo sumo 2 mil.

En los últimos años hemos tenido un flujo constante y más cuantioso.

El año que entró la cervecera, el flujo fue de mas de 10 mil, al siguiente 6 mil 500, el año pasado 9 mil 028, ojala las circunstancias de la economía mundial, no nos afecten la posibilidad de tener este año más de 10 mil millones de inversión extranjera directa.

¿A qué va? Un 56 por ciento a minería e hidrocarburos, un 44 por ciento al resto de la economía.  Y yo creo que ha ayudado bastante, no es sino ver el caso de los almacenes de cadena, donde ha intervenido bastante la inversión extranjera directa. Yo creo que ahí hay una gran ayuda a la creación de empleo de buena calidad, afiliado a la seguridad social.

Condiciones y estímulos a la confianza inversionista.

Las condiciones. Es que tiene que ser una inversión con responsabilidad social.

¿Qué entendemos en el Gobierno por responsabilidad social? Muy importante la transparencia, transparencia en las relaciones entre los inversionistas del Estado, en la asignación de contratos, en la solución de disputas. Transparencia en la tributación. Responsabilidad social es responsabilidad de los inversionistas con las comunidades, más allá de los mínimos legales.

Este país producía 34 millones de toneladas de carbón, este año va a producir más de 80 millones, pero no puede ser que el carbón se extraiga maltratando los derechos ambientales de los vecinos.

Este país tiene una gran posibilidad de producir biocombustibles. Va a terminar este año, con la ayuda de Dios, produciendo un millón de litros diarios de alcohol, a partir de caña de azúcar, y un millón de litros diarios de biodiesel, a partir de palma africana.

La responsabilidad social implica, que eso no se puede hacer destruyendo la selva, ni limitando la seguridad alimentaria.

Responsabilidad social es estimular el capital productivo, pero no el especulativo.

Esta crisis que todavía no ha llegado a su fondo nos debe dejar una lección. Cómo se equivocan aquellos economistas que viven pidiendo que no haya regulaciones. Que al capital especulativo se le de el mismo tratamiento que al capital productivo.

Lo hemos visto en Colombia. A mí me han dicho en el último año y medio, Presidente, es que mientras el Gobierno suyo no acepte desmontar regulaciones a los capitales de corto plazo, no le van a devolver el grado de inversión, grado de inversión que lo da Wall Street.

Y yo he dicho pero ¿por qué? Sí nosotros lo que tenemos que hacer es proteger la verdadera inversión, que es la que tiene vocación de largo plazo, criterio productivo.

La inversión especulativa se vuelve un potro salvaje, como lo hemos visto ahora en el mundo. Eso sin rienda y sin bozal, eso no lo amarra nadie y termina destruyéndolo todo.

Creo que una responsabilidad social de la inversión, es el freno a la inversión especulativa.

Y una cuarta expresión de responsabilidad social es la fraternidad laboral, a lo cual ustedes contribuyen enormemente. En Colombia ha hecho mucho daño el odio de clases, el capitalismo salvaje.

Quienes vivimos la universidad pública en los años 70, el predominio doctrinario del Marxismo, sabemos el daño que a esta sociedad se le hizo con esa infusión tóxica de odio de clases, pero también sabemos el daño que hace el capitalismo salvaje.

La fraternidad es el gran punto de equilibrio en las relaciones entre trabajadores y empleadores. Fraternidad tiene que ser la predica y la práctica.

Me voy a referir más adelante al tema de la justicia y como lo anuncié, el tema del impacto de los parafiscales en el empleo.

Esas son las condiciones para la inversión, ¿y cuáles son los estímulos?

Primero, mientras hay unos países de la región muy hostiles a la inversión, aquí damos todas las garantías a la inversión.

Y a uno lo preocupa lo de la región. Veía yo el último reporte, al salir de Bogota, que el petróleo cerró hoy a 77 dólares, cuando estuvo a 146 dólares.

Entonces ¿qué les puede pasar a países, que están sustentando su crecimiento económico en producción y en precio de petróleo? si no les crece la producción y el precio viene para abajo, pero además con un agravante, que han sido hostiles a la inversión y han destruido un aparato productivo del sector privado por crear desconfianza.

Eso puede ser calamitoso, y de efectos muy graves para nosotros. Nosotros quisiéramos que en todo el vecindario se hiciera un replanteamiento sobre la necesidad de darle toda la importancia a la inversión. Todas las garantías, toda la seguridad, con la condición de que cumpla una tarea social, de que sea inversión social.

Nosotros hemos venido mejorando los indicadores macroeconómicos del país, el déficit del Gobierno Nacional Central era del 7.5 por ciento, ahora está en el 3.2 por ciento, ojala por este problema de la economía, no vuelva a subirse.

El Gobierno ha hecho todo el esfuerzo para bajarlo, pero tenemos retos muy grandes, miren ustedes:

Las inflexibilidades del presupuesto para el año entrante son 140, 141 billones de pesos de presupuesto, a las regiones hay que trasladarle 22 billones, y eso que dimos la batalla para no regresar a la Constitución del 91, porque no la podíamos pagar.

¿Saben cuánto valen las pensiones, que paga el Gobierno Nacional Central?, otros 22 millones, ahí van 44 billones.

¿Cómo se distribuyen los 22 billones de pensión en el Gobierno Nacional Central? Se tiene que trasladar al Instituto de los Seguros Sociales 7 billones y tiene que pagar directamente 15 billones.

Ahí van más de 5 puntos del PIB, y todavía no hemos contabilizado las pensiones de Ecopetrol, las de Colombia Telecomunicaciones, las de los Distritos, Municipios, Departamentos y tantas empresas públicas del nivel territorial o nacional.

Solamente en el Gobierno Nacional Central, una carga pensional de 5 puntos del PIB, en América Latina el promedio es de 2.5 puntos. Aquí ha habido Responsabilidad Social, aquí no se permitió que la combinación de inflación y ausencia del reajuste, deteriorara totalmente la capacidad adquisitiva de las pensiones.

Pero nos cuesta mucho. Seguir al servicio de deuda, a pesar de que hemos bajado ese endeudamiento del 50 al 27 del PIB, nos cuesta 37 billones.

Los subsidios de combustibles, que van a costar menos. Eso podemos llegar a no tener que subsidiar combustibles, pero ojo, también se nos rebajan las utilidades de Ecopetrol con esta tendencia decreciente de los precios del petróleo.

Teníamos previsto para los subsidios del combustible 5 billones, 25 billones en inversión y es chiquitica frente a las necesidades del país.

Y a mí me hacen reclamos todos los días, en este dialogo con los compatriotas y todos tiene razón, todo el mundo tiene razón porque es un país en el que falta mucho.

Entonces ahí van viendo ustedes como se consume este presupuesto. Tenemos todavía muy serias dificultades a pesar de lo que ha mejorado la macroeconomía del país.

Creo que hay que dar una señal seria, de que queremos seguir manejando la macroeconomía bien, para que haya confianza inversionista.

Hemos reformado 411 empresas del Estado. Yo creo que ese es nuestro mayor logro en esta materia.

Pero miren, porque es importante entenderlo doctrinariamente. Nosotros no hemos practicado la receta neoliberal de desmantelar el Estado, pero tampoco nos hemos aferrado al fundamentalismo socialista del burocratismo.

Nosotros no acabamos con Telecom, acabamos con la que estaba quebrada. Hicimos la Sociedad Colombia Telecomunicaciones, tiene valor positivo, la otra tenía valor negativo; es capaz de pagar las pensiones, la otra no era capaz; puede invertir 8 billones en el cuatrienio, la otra no era capaz.

Nosotros no privatizamos Ecopetrol, lo capitalizamos. Con 465 mil colombianos que aportaron el 10,5 por ciento, y eso le ha permitido pasar de una capacidad de inversión de 700 millones de dólares y este año puede invertir más de 4 mil millones de dólares.

Y esta ayudando a que el país extienda, en el largo plazo, la autosuficiencia petrolera.

Nosotros teníamos autosuficiencia petrolera apenas hasta el año 2008. Yo creo que al final de este año, con unos pequeños descubrimientos que se han venido sumando, el Ministro de Minas y Energía, Hernán Martínez, va a certificar autosuficiencia petrolera hasta más allá, probablemente al año 2017, y hay unos prospectos buenos.

Nosotros hemos reformado el Estado, pero no lo hemos desmantelado.

Van a ver ustedes, que va a ser mucho más importante como valor social y valor económico, la participación del estado en la Nueva EPS, que lo que valía la vieja EPS.

Cuánto mejor una clínica, como las clínicas del Seguro Social de Bogotá, hoy en poder de una sociedad; de la Caja de Compensación Compensar, por aquí saludé al representante, el doctor Luís Gonzalo Giraldo Marín.

Los otros socios son la Universidad del Rosario y la Fundación de Hermanos de San Juan de Dios, quedaron con las clínicas del Seguro Social en Bogotá y eso va a mejorar enormemente, ya se nota la mejora.

¿Qué prefiere Colombia? Esas clínicas así administradas o con los pacientes arrumados en los pasillos, en poder de la politiquería y de los excesos sindicales.

Que tampoco es bueno lo de las cooperativas. Por eso estamos pidiendo en la administración de las clínicas, operadores con criterio social, inmunes a la politiquería de los excesos sindicales, pero tampoco indolentes.

Se necesita solidaridad, fraternidad.

Creemos mucho en esta reforma del Estado. Los analistas del gasto público no estudian cuanto ha significado. ¿Ustedes se imaginan qué sería hoy de Ecopetrol diciéndole al Ministro de Hacienda, denme plata para invertir, yo necesito invertir cuatro mil millones y no tengo sino 700?

¿Qué sería de este país con el Gerente de Telecom diciéndole al Ministro de Hacienda, páseme 500 mil millones para pagarle a los pensionados?

Esta reforma ha ahorrado mucho. Yo creo que es nuestro gran logro en gasto público.

Y hay que seguir reformando el Estado.

Yo quisiera que el Ministro (de Protección Social) Diego Palacio concretara con ustedes otros pasos en materia de administración de clínicas. Ahora viene todo lo del Valle del Cauca y el sur del país.

Qué bueno poder avanzar con las Cajas, en soluciones parecidas a las que se han dado por ejemplo en Bogotá.

Ustedes visitan hoy la Clínica ‘Enrique de la Vega’, del Seguro Social, aquí en Cartagena, era un desastre. Hoy es una maravilla. Hoy operada por la Fundación de Hermanos de San Juan de Dios.

Qué bueno poder avanzar con ustedes en riesgos profesionales, en Administración de Pensiones. Ojala, lo deseamos. Porque eso es garantía de administración social.

Nosotros hemos introducido incentivos tributarios para la inversión. Algunos critican que ese es un regalo a los ricos. ¿Cuál? Es un estímulo al que invierte.

Si se hace un hotel -que no era fácil encontrar inversionistas- entonces hay treinta años de exención tributaria. Pero ¿cuánto genera ese hotel trayendo turistas? ¿Y cuánto genera pagando contribuciones a la Seguridad Social, los parafiscales? ¿Y cuánto ayuda en el balance social de la Nación con la creación de empleo de buena calidad?

Estímulos tributarios a los biocombustibles. Toda inversión que se hace hoy en Colombia tiene un 40 por ciento de deducción.

Esta semana un economista me decía: Presidente, con la crisis va a tener que quitar esos incentivos. Le dije: “¿Y por qué?, no tiene ninguna incidencia frente a la crisis. Porque esos incentivos se dan en la medida en que se invierta. Si no hay inversión, no se dan. 

Al contribuyente que no invierta no se le premian con los incentivos. El incentivo es solamente para quien invierta. Yo creo que en este momento eso es bueno clarificarlo.

Yo creo mucho en esos incentivos, y nos han ayudado muchísimo a crecer la tasa de inversión en Colombia.

Como creemos en los acuerdos de comercio. Para nosotros los acuerdos de comercio no son categorías ideológicas, sino caminos prácticos.

Es que cuando uno vende petróleo en un mundo sin energéticos, el mundo se lo arrebata. Pero cuando tiene que salir a competir con agricultura, con manufactura, necesita acuerdos de comercio para poder entrar a los mercados.

Tenemos los pactos de estabilidad a 20 años. Un conjunto de medidas para estimular la inversión.

Y el tercer tema es el de la cohesión social.

Para no hablar ahora, entonces creo que con Luis Alfonso Hoyos y el Ministro han hablado. Conocen muy bien los avances en Régimen Subsidiado, en Régimen Contributivo, las metas, los avances en educación, Familias en Acción, Juntos, Banca de Oportunidades.

Déjenme hablar. Yo creo que es muy importante, en unos pocos temas allí, es muy importante la ayuda de ustedes en Red Juntos. No necesita reforma legal, ni nada, sino coordinación, coordinación con Acción Social.

¿Qué busca la Red Juntos? ¿Cómo la entiendo yo de manera elemental y sencilla?

Que en lugar de repartir la política social, dándole a una familia un subsidio para el abuelo, y a la otra familia un tratamiento de Familias en Acción, y a la otra un subsidio de vivienda, y a la otra un programa de nutrición de Bienestar Familia; juntar las familias más pobres para que todas reciban este conjunto de herramientas. Pienso que ahí necesitamos al Sena, a las Cajas y a Bienestar Familiar.

Yo creo que ustedes nos van a tener que ayudar más en microcréditos. El Programa Banca de Oportunidades ha avanzado, pero hoy se necesita más por esta crisis.

Yo creo que nos está faltando agresividad. Nos quedó corta la Ley, que fue tan difícil, demoró dos años. Pero nos está faltando agresividad para aplicarla. Yo le rogaría con el Ministro Diego Palacio, y con el Presidente de Banca de Oportunidades, y con el Fondo Nacional de Ahorro, hacer una revisión para  ver cómo ustedes pueden tener una intervención más agresiva, apreciados directores de las Cajas de compensación, en Banca de Oportunidades.

La falta de crédito a los sectores populares es un factor de exclusión social, enormemente dañino en cualquier comunidad. El microcrédito ayuda mucho a que esta economía crezca, a darle capacidad adquisitiva a los sectores populares.

Yo creo que es el punto donde más rápidamente la economía logra que se encuentren la oferta y la demanda. Un microempresario bien asesorado que recibe un crédito, inmediatamente crea un empleo o estabiliza su familia, compra una máquina y aumenta su producción.

Se juntan ahí. Una capacidad adquisitiva que da más capacidad de demanda, y una oferta productiva que da más bienes y servicios.

Yo quisiera pedirles a ustedes respetuosamente avanzar en eso.

El pedido de algunos colombianos. Presidente, desmonte los parafiscales. Yo les voy a repetir a ustedes lo que he venido diciendo en muchos foros del país.

Primero, nosotros tenemos que estudiar las reformas laborales hechas. No podemos olvidarnos, hay que ver la película, lo que ha sido la tendencia. En el 90 se hizo una reforma laboral, a mí todavía me la cobran.

Y los mayores aquí recordamos esa reforma, la Ley 50. Eliminó la retroactividad, creo los Fondos de Cesantías, eliminó la acción de reintegro, cuando el trabajador era despedido con más de 10 años.

¡Oh, disputa! ¡Oh, controversia! Creo que fue buena para todo el mundo.

La empresa colombiana no tenía oportunidad de avanzar sin poder predecir costos laborales, y los trabajadores, cada que se quebraba una empresa veían perdidos sus ahorros de cesantías. Yo recuerdo en esa época la quiebra de Aerocondor y de muchas entidades financieras, que dejaron enormes saldos insolutos de créditos de trabajadores.

Después vino la reforma Laboral de 2002, que la sacó Juan Luis Londoño – que en paz descanse- Muy controvertida e incomprendida y mal difundida. Porque se ha confundido lo que hizo la Reforma, que fue la racionalización de los recaudos, con lo que no hizo.

Algunos la acusan de haber eliminado las horas extras. Eso no lo hizo, lo que hizo fue racionalizar recargos. Hasta hace poco subjúdice en la Corte Constitucional.

Yo creo que sin esa reforma no habríamos tenido tanto ofrecimiento en hotelería, en restaurantes, en almacenes de cadena, en servicios que necesitan trabajar dominicales, festivos y las 24 horas.

Ese es el factor positivo que le vemos a esa reforma.

Y esa reforma hizo otra cosa muy buena, que fue flexibilizar el contrato de aprendizaje, lo que ha permitido que el país tenga hoy alrededor de 100 mil aprendices, tenía 20 mil, y crear el Fondo Emprender.

Recientemente hemos sacado adelante dos leyes. Una ley que le traslada a la justicia la competencia para calificar la legalidad o ilegalidad de la huelga. Hoy es la justicia, por ejemplo, la que tiene que decir si es legal o ilegal su propia huelga. Antes era el Gobierno.

Ayer se pensó en un decreto de conmoción, regresarle esa competencia al Gobierno, transitoriamente, para calificar la huelga de la justicia. Alguno de los Presidentes de las Cortes dijo que eso era una conquista de la justicia, que no se le quitara, y el Gobierno aceptó.

Voy a explicar por qué nosotros queremos manejar la conmoción con ceñimiento riguroso a los valores democráticos. Que como es una conmoción que tiene que ver con la justicia, consultar los contenidos con la justicia.

No arrebatarle competencias a la justicia. Que no se pueda pensar que esta conmoción es para trasladar competencias de la justicia al Gobierno. El Gobierno no quiere, de ninguna manera arrebatar poderes, sino crear facilidades a la propia justicia para poder desatrasarnos y superar esta situación tan grave.

Ya les anticipé lo que les iba a decir de ese tema, entonces bórrenlo. Ese es el alcance de la conmoción, apreciados compatriotas.

Y la otra ley reciente, es la ley que cambio lo de las huelgas de larga duración. La ley anterior decía que cuando una huelga legal tiene 60 días, el Gobierno tiene la facultad de ponerle punto final y de convocar un tribunal de arbitramento obligatorio. Eso se eliminó.

Ahora es el consenso de trabajadores y empleadores, con participación de la comisión de concertación laboral. Creo que hemos avanzado en eso.

Ahora, hay temas de mucha controversia. Los trabajadores dicen. En Colombia la tabla de indemnización por despidos es muy barata, y los empresarios dicen que es muy cara.

Lo que dicen los unos, en contradicción de lo que dicen los otros, muestra que es más o menos equilibrada. Recogiendo las palabras de Santa Teresa, eso parece una distribución equitativa de la inconformidad.

Yo pienso que allí hay un equilibrio, eso que hemos venido buscando en la normatividad. Un margen suficiente de flexibilidad para enganchar y desenganchar, y un margen suficiente de garantía de estabilidad.

Por todo esto, he venido diciendo yo que no es la hora de más reformas laborales, sino de buscar aplicar la legislación vigente, que el país debe dar una señal de estabilidad en materia de normas laborales; como la tiene que dar en normas tributarias: estabilidad en esos fundamentos, que eso da confianza inversionista.

¿Qué le contesto a los que dicen: quitemos los parafiscales? Lo siguiente:

Primero, este país tiene mucha pobreza y mucha inequidad. ¿Por qué los vamos a quitar, si están financiando unas políticas sociales de equidad bien importantes?

Segundo, ¿por qué los vamos a quitar si hemos hecho todas estas reformas laborales? Hay que equilibrar la legislación laboral, pero tampoco se puede abusar. Y cuando se pasa del equilibrio hacia cualquier extremo, se abusa. Yo pienso que hay un relativo equilibrio.        

Si quitamos los parafiscales, de pronto lo que hacemos es avanzar hacia un extremo que rompe el equilibrio. Este país tiene más controversia política que conflicto social. Yo creo que eso es bien importante anotarlo y compararlo con otros países. Tema que no han estudiado sociólogos, ni politólogos.

Y me parece que una reforma que lleve la legislación laboral, por ejemplo, eliminando los parafiscales del equilibrio a extremos, es una reforma que incentiva muchísimo la controversia social, que le hace mucho daño a la Patria.

Además, hemos dado los estímulos a la inversión. Yo creo que es muy importante recordar en todas partes por qué si este Gobierno ha introducido los estímulos a la inversión, ahora se alega que para crear empleo hay que eliminar los parafiscales. 

Nosotros pensamos, apreciados compatriotas, que lo único que finalmente genera empleo es el estímulo a la inversión. Colombia no puede pretender crear empleo con mano de obra barata. Eso se está volviendo un imposible en las economías que necesitan ser competitivas.

Y finalmente, una economía abierta que quiere abrirse es una economía que tiene que entender que no puede decir, miren, en el Transmilenio no cobren en una tiquetera, sino que pongan un portero; no compren ascensores automáticos, sino que pongan un ascensorista; no hagan carreteras con maquinaria de última generación, sino con pico y con pala.

Eso ya no funciona en una economía que tiene que ser competitiva.

Por eso yo pienso que lo único que genera empleo hoy es el estímulo a la inversión.

Supongamos que pongan el empleo bien barato en Colombia, pero no hay condiciones de inversión. Esa gente no lo crea, por barato que sea.

Hay que preguntarse, y es bueno para el análisis de los economista, ¿qué determina qué?, si empleo barato determina la inversión, o si la confianza inversionista determina la calidad de empleo.

Y si lo que queremos es empleo de alta calidad, con afiliación a la seguridad social, es mucho más importante pensar en la relación en la cual la inversión es la que determina el empleo.

Y no es la otra. Que a mí me parece imposible, pero que muchos la plantean, que es: el empleo barato es el que determina la inversión. Yo creo en la primera.

Las condiciones de inversión, son las que determinan empleo. Porque ahí el resultado puede ser un empleo de buena calidad, un empleo con afiliación a la seguridad social.

Y me ha parecido muy convincente un estudio que examinamos con Asocajas hace pocos días en la Presidencia, y con el Ministro Diego Palacio. En el año junio 2007, junio 2008, se crearon en Colombia 718 mil puestos de trabajo. 442 mil se afiliaron a las Cajas.

El país traía una tendencia histórica en la cual por cada 100 empleos creados, se afiliaban a las Cajas 25. En el último año 61. Eso es una tendencia de formalización muy importante.

Yo creo que el empleo no se puede medir solamente en lo cuantitativo, hay que medirlo en lo cualitativo.

Hay que destacar cómo se afiliaron 442 mil trabajadores, de 718 mil empleos creados, a las Cajas, en el periodo junio 2007 – junio 2008.

Entonces dicen que la pequeña empresa no lo puede pagar. La mayoría de las nuevas empresas afiliadas son pequeñas. Donde hay otro error: se sigue contabilizando a la pequeña empresa como empresa informal. ¿Por qué? Si hay pequeñas empresas con ingresos muy altos, donde todos los vinculados a esa empresa están formalizados.

Creo que ahí hay un error. Partir de la base de considerar informal a toda la pequeña empresa, es un enorme error. Creo que consideran informal la empresa de menos de 10 trabajadores. Ese es un error. Pónganme una empresa de cuatro consultores exitosos en Bogotá. Y la califican como informal. Creo que hay también un error de cifras. Aquí somos masoquistas. Gozamos creando cifras malas y alimentándonos la rabia con cifras malas. Pienso que eso hay que corregirlo, apreciados compatriotas.

Pero también las cifras que ustedes encontraron muestran lo contrario: la mayoría de empresas que se afilió en el periodo 2007 – 2008 son pequeñas empresas.

Y entonces la pregunta es: ¿Afectan los parafiscales la pequeña empresa? Digamos la verdad: es un costo, pero les trae mucho beneficio. Porque asumamos que la pequeña empresa no es la de los cuatro consultores de nuestro ejemplo sino empresa de pocos ingresos. La mayoría de los trabajadores ahí están aproximándose al salario mínimo, debajo del techo cuatro salarios mínimos. Son beneficiarios del subsidio familiar. Esas empresas no compensan. Son compensadas.

En cambio la gran empresa o aquella que tiene salarios altos, esa empresa compensa el sistema. El sistema no la compensa a ella. Porque tiene muchos de sus trabajadores por encima de cuatro salarios mínimos, lo que le permite a esa empresa compensar al sistema.

Y poniendo solo en el papel de pequeño empresario, ¿qué piensa? Si tengo mis trabajadores afiliados a las cajas, a Bienestar Familiar y al Sena, pues son trabajadores de salario mínimo. Sus hijos están en unos colegios públicos, van a recibir los restaurantes escolares de Bienestar Familiar.

Trabajamos con el Sena en la capacitación de estos trabajadores o en la tecnología, de sus hijos. Y estos trabajadores son los que se benefician de las cajas de compensación, por su rango familiar, por su rango de ingresos. Y eso crea en la pequeña empresa armonía laboral y también frena apetito salarial.

El pequeño empresario les puede decir a los trabajadores: si ustedes están en el Sena, en las cajas de compensación y en Bienestar, estoy haciendo un enorme esfuerzo, frenemos las aspiraciones laborales, seamos razonables con las aspiraciones laborales.

Pero hay una cantaleta en el país y en muchos sectores, de que no se crea más empleo por el costo de los parafiscales. Creo que tenemos que hacer una gran pedagogía y mostrar cómo la pequeña empresa sí se puede afiliar al Sena, a las cajas y a Bienestar Familiar. Ustedes han ayudado mucho el último año con lo de la Pila, que ha sido benéfico para todos. Hay que poner mucho cuidado porque todavía las personas naturales se quejan.

Ministro de la Protección Social, Diego Palacio: El último mes, 8 millones 400 mil, personas a través de las planillas. De esas, un millón 400 mil independientes, un recaudo de 2 billones 200 mil, un poquitico más de 2 billones 200 mil.

Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez: De todas maneras todavía hay quejas. Y ese ha sido un salto grande. Sigámoslo puliendo, que ha sido muy bueno.

Esta crisis de la economía mundial, esta crisis es muy honda, muy honda, más honda de la cuenta. Ayer nos decían unos economistas muy competentes: en Japón no pasa nada, Japón está vacunado contra la crisis. Y hoy hubo una gran caída en el Japón y ya apareció con la enfermedad una aseguradora grande del Japón.

Esta crisis es muy honda. Ustedes han oído las noticias: que ayer cayó a la cama Islandia, pero que ahora viene otro grande, que lo han mencionado, que ojalá no se dé.

¿Qué quiero proponerles? Hay qué pensar cómo vamos a contribuir todos a esta crisis.

No creo que el remedio sea, por la hondura de la crisis que se viene para nosotros, decir: quitemos parafiscales. Pero sí repensar cómo se aplican.

Quiero invitarlos a ustedes, al Sena y a las cajas de compensación a que hagan el esfuerzo de sentarse, ponderar la gravedad de esta crisis y decirnos cómo reorientan sus inversiones sociales.

Creo que en esta crisis uno no puede pretender atender todo a medias. Hay que concentrarse en unos rubros sociales que sean los más eficaces para conservarles ingresos a la gente más pobre.

¿Por qué mi defensa del programa Familias en Acción? Porque les da unos ingresos a las gentes más pobres, que les permiten mantener a sus hijos en los establecimientos escolares, y los obligan a tener a sus hijos sometidos a unas pruebas médicas para chequear que efectivamente estén avanzando en nutrición.

Los invito a que hagan una profunda reflexión, pero que empiecen, desde el martes, Sena, cajas y Bienestar Familiar, con mucha disciplina, a mirar qué podemos hacer para enfrentar esta crisis.

Desde ya digo que en mi concepto la solución no es quitar los parafiscales, pero sí priorizar las inversiones. No se le puede tirar a todo como con escopeta de regadera. Va a haber que focalizar las inversiones en aquello que más eficacia tenga en la protección de los ciudadanos más pobres en esta crisis. No quiero pontificar sobre eso. Solamente los invito y que lo digan ustedes.

Han tenido la oportunidad de escuchar a excelentes economistas, excelentes expositores, en estos dos días, y ustedes han sido toda la vida en este oficio unos estudiosos de política social. Dígannos, pero movámonos. Aquí nos vamos a tener que mover todos porque esta es una crisis muy honda.

Financiación y liquidez

Creo que tenemos serias amenazas sobre la liquidez y sobre la financiación.

Hablemos de financiación. Hay que financiar al sector privado y al público. Veamos los riesgos. El sector público colombiano necesita el año entrante financiar en moneda externa 2.400 millones de dólares: 1.400 con los bancos y 1.000 con el mercado.

Hasta hace dos semanas, los bancos multilaterales estaban llenos de plata. Y nosotros no nos preocupábamos porque Colombia tiene muy buena posición, lo aprecian mucho, nos estaban era persiguiendo para que recibiéramos plata.

En las últimas dos semanas los bancos multilaterales han recibido una avalancha de requerimientos urgentes de crédito, que no alcanzan a atender. Entonces lo que parecía que jamás iba a tener problema para Colombia, puede tener problema, por la situación de los bancos multilaterales.

Hace seis años, la deuda pública colombiana se distribuía: 70 por ciento en moneda extranjera y 30 por ciento en moneda nacional. Hoy es al revés: 25 por ciento en moneda extranjera y el resto en moneda nacional. Menos difícil de manejar. La hemos venido trayendo del mercado externo al interno.

Y nos tenía muy tranquilos porque decíamos: en 2009 necesitamos apenas 1.400 millones de dólares de los bancos multilaterales y 1.000 de los mercados. Y como Colombia es un país con tanto prestigio en los mercados, estábamos muy tranquilos. Hoy no.

Si se puede hacer saber a Asonal: el Gobierno no ha sido irresponsable ni insolidario. El Gobierno no puede, menos en esta crisis, asumir unas responsabilidades que no se puedan pagar. Sería un engaño. ¿Qué tal un Presidente, por salir del paso, para evitar problemas, firme y firme, y que después no se pueda pagar, dejando esas cuentas que no las pueden pagar los que vienen?

Esa manía en Colombia de cometer irresponsabilidades para que el que venga de atrás arree, eso hay que acabarlo. Y es un momento para recordárselo al país.

Pero el Gobierno tampoco ha sido insolidario. Hemos hecho sustanciales aumentos a los empleados de la justicia, a los jueces, a los magistrados. Uno en el 2004, otro en el 2005, otro en el 2006. Esos valen 200 mil millones el año entrante. Y los nuevos valen 111 mil millones. Son 311 mil millones recurrentes, año tras año, para la justicia.

¿Pero qué les decía? Ayúdennos con su comprensión. Tenemos muy serias dificultades presupuestales. Por ejemplo, este año no vamos a tener superávit de recaudo como el año pasado. Porque tuvimos que eliminar aranceles, estimular traída de fertilizantes, etcétera, por el problema de inflación y por el problema de apreciación, de revaluación. El problema de revaluación nos costó, para defender el empleo de los sectores productivos, 614 mil millones el primer semestre. Nosotros probablemente vamos a tener este año un déficit de recaudo.

Les decía a estos amigos de la justicia: ¿de dónde sacamos plata y de dónde la vamos a financiar? El Gobierno se ha aproximado a ese diálogo con afecto. El Gobierno, por ser responsable, no es insolidario ni quiere serlo. Quiere ser solidario pero dentro de la responsabilidad, apreciados compatriotas.

A un empleado de la justicia, un compatriota muy inteligente, Tarcisio, le decía: ‘¿Vos has sido buen pagador?’.

Me dijo: ‘Claro, doctor, claro’.

‘¿Debes mucha plata?’.

‘No, doctor, muy poquita’.

‘Mirá lo que puede pasar: tú vas aquí por la Séptima a tu banco, y llegás allá y te dicen, por elegante que llegués, y moviéndote aquí y ajustándote el vestido: Don Tarcisio, usted ha sido de lujo, pero este banco se quebró’.

Yo mando al Ministro de Hacienda el año entrante a Nueva York con vestido nuevo y digo: ‘Ministro, antes de irse a Nueva York, cómprese un Everfit nuevo en Medellín. Y llegue a Nueva York y móntese en una limusina. Llegue bien elegante, no se vaya a dejar ver las llagas. Y ajústese el vestido aquí cuando vaya a entrar al banco’.

Y le dicen: ‘Ministro, good morning. Colombia un excelente pagador, nunca nos ha quedado mal, pero es que estos bancos se quebraron’.

Nosotros tenemos muy serias dificultades de financiamiento. Entonces esto no lo vemos fácil. Me dirán ustedes: ‘Pero, Presidente, ¿por qué le tiene tanto temor al mercado externo, si usted nos acaba de decir que la mayor parte de la deuda pública está concentrada en el mercado interno en pesos?’. Porque los mercados se contagian. Y entonces esta crisis del mercado externo puede contagiar el interno. 

Y sobre el sector privado. El Gobierno ha tenido este año muchos éxitos en confianza inversionista. Hemos adjudicado proyectos de generación de energía por cuatro millones de kilovatios, 4.000 megas, en un país que tiene instaladas 13 mil megas. Eso no le va a costar un peso al presupuesto ni al endeudamiento.

Un gran avance para el país, porque hay confianza inversionista, porque se instalan en zonas francas, un incentivo tributario, porque tienen el pago de cargo por capacidad. Instalan la planta. Así no generen, el Gobierno les garantiza, del sistema tarifario, un pago, para que tengan eso disponible, porque tienen un plan de estabilidad de reglas de juego a 20 años.

¿Saben qué preocupación tenemos con el Ministro? Todas esas empresas necesitan créditos internacionales para sus tareas. ¿Los van a obtener? Miren la preocupación.

Mucha gente que quiete hoy invertir en Colombia puede encontrarse que estaba contando con un crédito para poder hacer una inversión en Colombia. ¿Y que no le den ese crédito? Entonces ahí vemos también los riesgos para el sector privado.

Los concesionarios de carreteras. Ellos van haciendo sus carreteras y se van cobrando peajes, pero las tienen que financiar. ¿Y si se cierran esos créditos, si se cierran esas fuentes de crédito, como se están cerrando?

Hablé hace hora y media con el Ministro de Comercio, que está en Londres, y me dice: esto aquí está derrumbado. Aquí todo el mundo dice que esto no se sabe dónde va a llegar.

Miren lo de Japón, esta semana lo de Inglaterra. Inglaterra ya dijo que aseguraba todos los depósitos. En Alemania no han podido. Uno no sabe qué pasa en Rusia.

Los países vecinos sin crecer la producción de petróleo, y el petróleo bajando y sin inversiones en otros sectores de la economía. Esto es muy grave. No enfrentar eso con seriedad es jugar con candela.

Por eso vamos a tener que hacer una contribución todos los colombianos. La de ustedes es repensar cómo focalizan y priorizan las inversiones.

¿Por qué no hacen otra cosa? Se los digo con una razón de cariño: en mi larga carrera pública siempre he sido un defensor de las cajas de compensación, de las cooperativas. Y creo que he estado en esa batalla permanente porque hay que defender los parafiscales de ustedes. ¿Por qué no nos ayudan a fusionar cajas de compensación? Uno piensa que son muchas y que puede haber más eficiencia en la medida en que se fusionen. Háganlo, piénsenlo.

El país no lo puede a ver a uno a la defensiva, simplemente defendiéndose. No. El país lo tiene que ver a uno también proactivo, tomando decisiones, avanzando.

Si el país los ve a ustedes con unas iniciativas, diciendo: vamos a priorizar nuestras inversiones en esto, que es lo mejor para enfrentar la crisis; si nos ve fusionándose para poder reducir costos, ganar economías de escala, el país recibe eso muy bien.

Yo he venido acosando mucho esta semana a los compañeros de Gobierno por un decreto, por el otro, por esa reforma de amnistía. Y digo: si nos ven a nosotros con iniciativas razonables, los colombianos no pierden la confianza. Creo que el sistema de compensación familiar necesita también en este momento también mostrarle iniciativas al país, para que los colombianos todos los días confíen más.

Quiero hacerles esas invitaciones: ayúdennos más en la Red Juntos, intégrense a ella. Estudien cómo vamos a priorizar las inversiones, la aplicación de sus recursos, que lo tiene que hacer Bienestar Familiar y el Sena. Acabemos la idea de disparar con escopeta.

Y ayúdenos con Banca de Oportunidades. Y piensen ustedes seriamente en fusionarse. Este sistema se defiende también dándole confianza al país, haciendo reformas. Que las haga el propio sistema. Que no sea una propuesta del Congreso o del Gobierno sino de ustedes mismos. Cuánto ayuda.

Quería formularles esa invitación. El Gobierno tiene que hacer todos los esfuerzos posibles a ver cómo esta crisis nos golpea lo menos posible. En un momento bien difícil. Alguien me decía: ‘Presidente, no le dé miedo, que el endeudamiento colombiano está bajito’. Y dije: ¿Y si me pasa lo que le puede pasar a Tarcisio? ¿Y si no nos prestan, porque se quebraron los bancos?

Es un momento bien difícil, apreciados compatriotas. Afortunadamente Colombia tiene para estas dificultades seguros. Uno de los seguros son ustedes. Fogafin está en buenas condiciones hoy, que no estaba en el pasado. Los bancos están en buenas condiciones, mejores que en el pasado. De cada pero de cartera mala, en el pasado tenían 39 centavos de provisión y hoy tienen 1,10.

Pero es que esto es tan hondo, que no hay parte del cuerpo que no corra riesgo. Le dicen a uno: ‘Es que el tumorcito va a dar en la uña, no vale la pena’. Pero es tan hondo que puede hacer una metástasis. Nosotros estamos hoy expuestos a este riesgo de la economía mundial. Ahora: no es para alarmarnos, pero sí para trabajar.

Quería hacerles esas sugerencias muy respetuosas a ustedes, desde la visión de un Gobierno que les agradece a ustedes, que los tiene como compañeros del trabajo social, y que ha sido un permanente defensor de las cajas de compensación familiar.

Muchas gracias, apreciados compatriotas”.
 
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