“Muchas gracias a SABMiller, a Bavaria, por esta gran obra. Muchas felicitaciones a los inversionistas, a quienes concibieron el proyecto, a quienes lo ejecutaron, a quienes aportaron su talento, a los que van atener la oportunidad de trabajar en la labor cotidiana de esta gran fábrica.
Muchas felicitaciones a mis compatriotas del Valle del Cauca. De Cali, de Yumbo. Una gran consolidación de esta milla de la esperanza, como hemos llamado a este esperanzador trayecto que une a Cali y a Yumbo.
Muchas gracias, señor Graham Mackay, presidente de SABMiller; señor Barry Smith, presidente de SABMiller para Latinoamérica, y señor Karl Lippert, presidente de Bavaria, por su confianza en Colombia.
Ustedes nos han ayudado mucho con confianza en Colombia. Lo acaban de decir bellamente: creer es un acto, en este caso, un acto de inversión. Han creído que este es un país de instituciones, un país de seguridad jurídica, un Estado de leyes, un país amistoso con la inversión.
Su confianza ha permitido tener esa inversión. Nosotros queremos que haya confianza para trabajar en Colombia. Con esta inversión ustedes permiten el trabajo de muchas personas. Cada empleo en la cervecería genera 94 empleos adicionales, todos de alta calidad, con afiliación a la seguridad social.
Nosotros queremos que haya confianza para estudiar en Colombia. Ahora cuando entrábamos al centro de control, unos compatriotas nos mostraban cómo controlan todo el proceso productivo. Ustedes, con la incorporación de toda esta tecnología, dan a los colombianos confianza para estudiar, porque van a tener todas las posibilidades de aplicar y expandir todos sus conocimientos.
Nosotros queremos confianza para que las nuevas generaciones vivan felices en Colombia. Ustedes, con este tipo de inversiones, contribuyen para que construyamos esa confianza, para que las nuevas generaciones vivan felices en Colombia.
Buscamos confianza basados en la lucha por la seguridad democrática, por la inversión, por la cohesión social.
La seguridad democrática y la inversión crean un marco de prosperidad que permite avanzar en cohesión social. Y la cohesión social se constituye en el gran validador de la seguridad democrática y de la confianza inversionista.
Hemos avanzado en seguridad democrática. No voy a hablarles hoy de cifras. Voy a retomar aquella conversación de Londres con el señor Mackay. En uno de los pasajes de esa conversación, le dije: no podemos garantizar los resultados ni el tiempo necesario para lograrlos, pero sí el compromiso del pueblo y del gobierno para luchar día y noche por la seguridad.
Hoy hay unos resultados que se pueden cuantificar y otros no cuantificables.
No cuantificables: los colombianos mayoritariamente entienden que la seguridad es un valor democrático, una fuente de recursos. Instalar ese concepto en la conciencia de los colombianos, no ha sido una tarea fácil. Los colombianos estaban indiferentes o querían resolver el problema de seguridad por sus propios medios, por desconfianza en las instituciones. Hoy hay confianza en el colectivo, en las instituciones, para buscar seguridad.
Los colombianos no se atrevían a dar testimonio. Lo consideraban riesgoso, le temían y además lo consideraban inútil. Hoy los colombianos denuncian, dan testimonio.
Los colombianos hablábamos de las víctimas en voz baja. No estaba en la agenda política defenderlas. Tampoco las víctimas reclamaban en público, porque les daba temor o lo encontraban inútil. Hoy reclaman y es una prioridad nacional repararlas.
Esta tarea de seguridad tiene dos artífices: el pueblo y el heroísmo de soldados y policías.
Cuando asistimos al feliz acontecimiento de inauguración de esta planta, recordamos a todos los soldados y policías sacrificados en la tarea de la seguridad.
Permítanme rendir un homenaje a ellos. Rindiendo un homenaje a quien se debate en la Clínica del Valle del Lili en Cali: el señor intendente Aldíver Giraldo Galeano.
Con otros 32 policías, fue gravemente herido hace dos días, porque cumplía el deber de evitar taponamientos violentos a nuestras carreteras en La María.
El intendente Aldíver presenta amputación traumática de ambas manos, trauma ocular, auditivo y en el tórax, quemaduras de tercer grado en el rostro. Recluido en la Clínica Valle de Lili en Cali.
Le hacemos a él un homenaje por su heroísmo, que es el homenaje a todos los soldados y policías de Colombia que están rescatando, con su exposición al riesgo, la seguridad, para que esta patria prospere.
Nos compromete el sacrificio de tantos, como el intendente Giraldo Galeano, a no ceder un milímetro a los violentos. A no ceder un milímetro a los violentos. A levantarnos todos los días con el espíritu reconstruido en acero para derrotarlos.
Buscamos la confianza inversionista. Tiene condiciones y tiene garantías.
Condiciones: la inversión tiene que ser transparente en las relaciones de los inversionistas con el Estado en la tributación, en la solución de disputas.
Ustedes, distinguidos inversionistas de SABMiller, Bavaria, han procedido con transparencia, que Colombia les aplaude. La inversión tiene que ser responsable con la comunidad, especialmente en temas ambientales. Esta fábrica es un modelo de compromiso en materia de medio ambiente. Lo que nos mostraron ahora: la manera como tratan los residuos, como limpian lo que han de ser los vertimientos, tanto los que van a la atmósfera como aquellos que van a los ríos, la manera como reciclan, es la expresión de un compromiso superior en materias ambientales.
La inversión tiene que tener unas relaciones laborales fraternas. Dos años de ustedes en Colombia, han granjeado un gran afecto en sus trabajadores, lo que demuestra su esfuerzo para conducir con fraternidad unas relaciones laborales.
Nosotros creemos que no puede haber relaciones laborales de capitalismo salvaje, que no puede haber relaciones laborales de odio de clases, que tiene que haber relaciones laborales fraternas, como las que se dan en Bavaria SABMiller.
El mundo debe aprender de esta crisis. El capital tiene que cumplir una función social, productiva, generadora de bienestar, no especulativa.
Ustedes, además de la adquisición que hicieron en Colombia, han invertido millones de dólares en nuestro país. Ni un dólar en actividades especulativas. Todo en producción, para prosperidad de Colombia y de los colombianos. Muchas gracias.
Este país considera muy importante la confianza inversionista. Primero, es un país que da todas las garantías a la inversión. Y eso, que es muy elemental, hoy hay que repetirlo. Porque en América Latina tienen prelación tendencias hostiles a la inversión, que equivocadamente piensan que el desarrollo se puede lograr con monopolios estatales basados en la incertidumbre de los hidrocarburos.
El mundo vivió esas experiencias. La historia todavía no nos ha dicho qué influyó más en el colapso de Unión Soviética, en la transición de la China de Mao Tse Tung a la de Deng Xiao Ping, en la caída del Muro de Berlín, si la falta de libertad o la falta de calidad de vida. Porque la iniciativa privada fue anulada, suplantada por monopolios estatales obsoletos, que condenaron la gente a vivir deprimida, mientras sus vecinos occidentales prosperaban.
América Latina vivió experiencias de los monopolios estatales: Brasil de los 30 a los 60, Velasco Alvarado en el Perú, la revolución boliviana de los 50. Y todos fracasaron.
Nosotros creemos que si en un país está creciendo por precios de producción de petróleo, por ejemplo, y los precios se deprimen, la producción se estanca, el crecimiento puede ser negativo.
Y si a eso se le suma la destrucción de la confianza inversionista, la destrucción de la producción en otras áreas de la economía, la situación puede ser de muchas complicaciones.
Es la hora de repetir que nosotros somos totalmente amigos para dar todas las garantías a la inversión privada, doméstica e internacional, con la convicción de la responsabilidad social, a la cual me he referido.
Hacemos un gran esfuerzo para reducir el endeudamiento y el déficit fiscal. Hemos transformado 411 entidades del Estado: Ecopetrol, Telecom. Ahora estamos transformando las Clínicas del Seguro Social.
Nuestra idea es que no se puede desmantelar el Estado, como lo desmanteló el neoliberalismo. Pero tampoco podemos mantener el Estado al servicio de esa mezcla de entre politiquería y excesos sindicales, que tanto daño le hacen.
Nosotros queremos un Estado de verdad al servicio de la comunidad. Por eso ese esfuerzo en reformarlo.
Hemos introducido estos incentivos tributarios. Decía el señor Karl Lippert que esta factoría, que cuesta 410 mil millones de pesos, gracias al incentivo que obtiene como zona franca especial, que le permite no pagar arancel aduanero, ni pagar IVA por la importación de todos los equipos que aquí se han instalado, obtuvo un ahorro de cerca de 45 mil millones de pesos. Eso estimula la inversión.
Tenemos una serie de incentivos que el Congreso de la República nos ha aprobado. Es hora de que Colombia los mantenga, sobre todo en esta crisis. Lo que nos puede ayudar a mitigar los efectos de esta crisis, es tener confianza inversionista. Y esos incentivos generan confianza inversionista.
Alguien decía que los debemos eliminar porque se nos ha caído el recaudo. El recaudo no se ha caído por darle tratamiento de zona franca a esta empresa. Era una inversión que no existía.
El recaudo no se ha caído por darles deducciones del 40 por ciento a las nuevas inversiones. Eran inversiones que no existían.
El recaudo no se ha caído por darles estímulos tributarios a los biocombustibles, a la hotelería. Eran inversiones con las cuales no contábamos.
El recaudo se ha caído porque este año hemos tenido que quitarles el arancel a los insumos agropecuarios, por el problema de la inflación mundial de fertilizantes.
Hemos tenido que quitarles el arancel a materias primas de calzado, de la cadena textil-confecciones, para importarlas, porque su producto final se exportó con una tasa de cambio muy revaluada y quitar ese arancel era proteger el empleo.
El recaudo se nos ha caído en 312 mil millones frente al presupuesto inicial, porque la dinámica de importaciones se desaceleró. Y lo que se importó, se importó con una tasa de cambio menor a la esperada. Por ende, la base de liquidación de impuestos aduaneros fue menor.
Si se esperaba traer un carro que costara 100 dólares y los impuestos se liquidaran con una tasa de cambio de 2 mil pesos el dólar, ese carro había pagado los impuestos sobre una base tributaria de 200 mil pesos. Pero los tuvo que pagar sobre una base tributaria de 180 mil, porque la tasa de cambio no estaba en 2 mil sino en 1.800 pesos.
Al contrario, estos incentivos, traducidos en estas inversiones, van a aumentar el recaudo en el futuro.
Una cuenta que hoy ha faltado hacer es cuánto se aumenta la contribución de SABMiller Bavaria a los departamentos, por el impuesto de consumo de cerveza, gracias a esta factoría.
Otra cuenta que hay que hacer es cuánto se aumenta la contribución por el IVA. Otra cuenta que hay que hacer es cuánto se aumenta, gracias a los empleos de buena calidad, la contribución a la seguridad social.
Y cuánto se va a aumentar el recaudo de renta. Porque si bien el tratamiento de zona franca le reduce la tarifa de renta, los volúmenes y la competitividad en el mediano y largo plazo deben aumentar mucho el recaudo estatal.
Quiero llamar la atención desee Cali, desde la inauguración de esta planta, desde Yumbo, a mis compatriotas sobre ese tema.
El señor Lippert ha reconocido que otro estímulo es el de la estabilidad en las reglas de juego por 20 años, gracias a una ley que nos aprobó el Congreso. Eso da la predecibilidad por la que me preguntaba el señor Mackay hace algunos años en Londres.
Estamos buscando los acuerdos internacionales de comercio con Estados Unidos, con Canadá, con Chile, con la Unión Europea, con India, con China, justamente para que nuestro país tenga más atracción de inversión.
Vivimos un momento difícil de la economía mundial. Nosotros tenemos riesgos, pero estamos haciendo todos los esfuerzos para reducir esos riesgos.
Por fortuna, ya se ha asegurado la financiación del país en moneda externa para el año 2009. Necesitamos 2.400 millones de dólares en financiación en moneda externa, que ya los ha asegurado el Ministro de Hacienda.
Ahora vamos a empezar a prenegociar el endeudamiento en moneda extranjera para los años 2010 y 2011.
Nos preocupa que muchas inversiones que quieren hacerse en Colombia se puedan aplazar por falta de financiación a los inversionistas. Pero queremos pedirles a ustedes, distinguidos directivos de SABMiller, que sean nuestros embajadores para pedir a los inversionistas que aplacen inversiones en cualquier otro país, menos en Colombia.
Ayúdennos en eso. Desde hoy sean embajadores de nuestro país. Al que tenga susto por invertir, díganle: ‘Cn respecto a Colombia quítese el susto, que allá hay 45 millones de ciudadanos apoyando estas inversiones’.
Yo le dije al señor Mackay hace algunos años en Londres: ‘N le vaya a dar susto invertir en Colombia. Verá que todo le sale bien en Colombia. Allá no hay sino gente buena. Hay unos poquiticos malos, que ahí vamos a ver cómo los vamos acabando, pero allá no hay sino gente buena’. Excepciones tiene que tener el mundo.
Nos toca a toda hora, en este momento de crisis, estimular la inversión en Colombia.
Veo esta factoría todavía rodeada de cañaduzales. ¿Cuándo hay que sembrar caña? Cuando la panela está barata. Ahora que hay una crisis mundial hay que hacer inversiones productivas, y saber dónde se hacen. Y hay un país, que es Colombia, para hacerlas.
Estamos haciendo todos los esfuerzos para manejar esta crisis con prudencia fiscal, para apoyar con el gasto público a los sectores más pobres, y hay que apoyarlos en crisis. Por eso Familias en Acción. Pero para hacer todos los esfuerzos para que no se nos desacelere muchísimo el crecimiento y la tasa de inversión.
El señor Mackay me preguntó en aquella reunión de Londres por la tasa de inversión de Colombia. Le dije: estábamos en 14 pesos por cada 100 producidos. Vamos a procurar subirla a 25 (pesos). El año pasado se puso en 27,5. Nuestro objetivo es que esta crisis no nos reduzca por debajo de 25 la tasa de inversión.
La inversión extranjera directa en Colombia era más reducida y menos constante. Teníamos años de inversión de 700 millones de dólares, de mil, de 2 mil. Fluctuaba mucho. Llegaba con ocasión de un negocio y se adormecía. Ahora es más constante y más voluminosa.
En los últimos años hemos tenido, cuando ustedes entraron, 10.500; el siguiente año, 6.500, y el año pasado, 9.028. Ojalá en este resto de año la crisis no nos afecte lo proyectado, porque, de acuerdo con el comportamiento del primer semestre, si no hay una variación dramática, podríamos pasar este año de 10 mil millones de dólares: 56 por ciento al sector de minería y petróleo, 44 por ciento a otros sectores.
Este es un gran ejemplo de confianza, de inversión en Colombia. Y quiero saludar las nuevas inversiones.
En este país habíamos perdido la fe, y que fuésemos capaces de producir competitivamente cebada y otras de las materias primas de la industria cervecera, especialmente por nuestra localización tropical.
Los ensayos que están haciendo ustedes, son ensayos con muy buenos auspicios. Muchas gracias por hacerlo. Hay mucha esperanza en campesinados de Boyacá, de Nariño, de Cundinamarca. Están muy a la expectativa de que SABMiller Bavaria pueda salir adelante con esos experimentos.
Sigan ayudando a Colombia. Este es un país que los acoge con afecto.
Muchas gracias por su vinculación a tantas iniciativas de alcance social en nuestro país.
Compatriotas: no aflojemos, seguridad y confianza inversionista nos pueden conducir a superar la pobreza.
Hay dos aproximaciones a la pobreza para superarla: el discurso demagógico, que ignora la necesidad de la inversión; la incitación al odio de clases, que genera violencia y destrucción. Otra: la construcción de prosperidad, en el entendido de que la prosperidad es sostenible si hay superación de pobreza. Este es un paso adelante en esa dirección.
Jamás olvidaré aquella reunión de Londres. Señor Mackay, usted me dijo que estaba pensando en una inversión en Colombia, que probablemente tomarían ocho meses en definir esa decisión. Yo le hablé con un entusisamo, yo no sabía cómo más hablarle, me esforzaba en mi ‘paisa english’ para convencerlo. Y a las dos semanas de esa reunión, no pasaron ocho meses sino dos semanas, hicieron la negociación y se vincularon a Colombia.
Ustedes le han cumplido a este país, y este país les va a cumplir a ustedes.
¿Pero qué vamos a hacer ahora cuando todas las regiones nos empiecen a pedir otras plantas como ésta? Se acreditaron ustedes. Ahora piensen cómo nos ayudan a que el Valle del Cauca tenga más inversiones grandes como ésta. A esta ciudad hay que rescatarle totalmente la tranquilidad, a este departamento y a todas las regiones de Colombia.
Ustedes son socios de la prosperidad de Colombia. Y desde hoy embajadores de Colombia en esta crisis, para decirle al mundo que la platica que les quede, que hayan logrado escapar de esa crisis, la traigan y la pongan aquí, que aquí queda segura.
Muchas gracias”. |