“Quiero deplorar el fallecimiento en Cali, en el día de ayer, de don Ernesto Mejía. Un empresario ejemplar de la Patria, como lo ha anotado el doctor Javier Díaz Molina (Presidente Ejecutivo de la Asociación Nacional de Comercio Exterior, Analdex), vinculado, con toda la decisión, a la promoción de las exportaciones de Colombia.
Además de una gran gestión empresarial, suma una gran responsabilidad social: el trabajo social de Baterías Mac es extraordinario. La ciudad de Cali ha sentido una profunda gratitud por ese trabajo, el departamento del Valle y el país entero.
Hace 6 años, Colombia tenía aproximadamente 7 mil exportadores. Hoy tiene aproximadamente 13 mil. Incorporemos esa cifra en nuestra mente. Yo creo que es una respuesta importante, que nos muestra que debemos persistir para incorporar muchos más colombianos a la tarea de exportar y que es posible.
Hace 6 años no contábamos con este magnifico Centro de Convenciones de Cali. Queremos felicitar a su Cámara de Comercio, al pueblo vallecaucano y caleño, por haberlo logrado.
Muy apreciados compatriotas, el Gobierno, al asimilar a Colombia a una figura como esta, sigue insistiendo en un planteamiento simple que lo considera fundamental para la Patria.
En la parte superior escribimos la palabra ‘confianza’. Confianza para invertir en Colombia, para trabajar en Colombia, para estudiar en Colombia. Confianza en Colombia.
Y la sustentamos en tres parámetros: la seguridad desde la democracia, la confianza inversionista y la política social. Tienen relaciones verticales y tienen mutuas relaciones horizontales.
Creemos que esos son unos fundamentos de largo plazo que hay que incorporar en la mentalidad de cada colombiano, en la visión individual y colectiva de la Patria.
Seguridad desde la democracia
Hemos avanzado mucho en seguridad, pero no estamos al otro lado. ¡Claro que hemos avanzado!
En el registro que lleva la Presidencia diariamente, al sumar todos los delitos que en la misma fecha del año pasado se habían denunciado y compararlos con lo ocurrido este año, hay un 30 por ciento menos de delitos. Pero la sorpresa del terrorismo, al amanecer del lunes aquí en Cali, nos muestra que todavía no estamos al otro lado.
Al salir de este Congreso de Analdex, con el señor general Naranjo (Comandante de la Policía Nacional), con los Altos Mandos Militares y de Policía, con el señor Gobernador (Juan Carlos Abadía), el señor Alcalde (Jorge Iván Ospina) y mis compañeros de Gobierno, iremos a conversar con los compatriotas afectados por ese hecho terrorista y a verificar cómo avanza el plan de apoyo del Gobierno.
Desde allí insistiremos en que los colombianos tenemos que avanzar para que el país rápidamente este en un punto de no retorno en la lucha contra el terrorismo.
(Miguel de) Unamuno decía que el fuego que derrite la manteca templa el acero. Nuestra Patria tiene un acero de la mejor calidad. Nada nos va a debilitar para derrotar el terrorismo que ha maltratado tantas generaciones de colombianos.
Venimos a Cali para que la ciudadanía se sienta acompañada por el Gobierno, por los compatriotas de todas las regiones, en el propósito de liberar definitivamente a la ciudad y al país del terrorismo.
Me preguntan muchos compatriotas: ¿y cómo se pone al país en un punto de no retorno en la lucha contra el terrorismo?
Primero que todo, es un tema de determinación oficial. Pero llega un momento en que es más importante la determinación colectiva, que la determinación del Gobierno.
Si la determinación colectiva es tan sólida que estamos en un punto de no retorno, no habrá Gobierno que sea capaz de echar para atrás o de debilitar la lucha contra el terrorismo.
Esto empezó como una propuesta política, como una acción de Gobierno, pero para darle sostenibilidad a futuro se tiene que convertir en un designio sólido de toda nuestra comunidad.
En un principio la tarea la determinó un liderazgo político y una acción gubernamental sobre la comunidad. Hacia delante, solo en la medida en que la comunidad sea la que determine los comportamientos de los gobiernos en esta materia, podremos decir que estamos en un punto de no retorno en la lucha contra el terrorismo.
Dificultades de la economía
Vivimos un año en el cual hemos tenido dificultades de la economía.
Acabamos de escuchar una juiciosa enunciación de temas del Presidente de Analdex, del doctor Javier Díaz Molina. Sin embargo, la tasa de confianza, la tasa de inversión en el país se mantiene.
Y hago esta comparación, apreciados compatriotas: casi todos los países del mundo están sufriendo hoy estas dificultades.
Tomemos cualquier país que esté sufriendo estas dificultades por inflación, por combustibles, por alimentos, por insumos agropecuarios, de tasa de interés, de desaceleración del crecimiento. Y Colombia. Si el otro país no tiene un ritmo importante de inversión, la situación se le hace menos llevadera, la situación se le hace más difícilmente superable.
En Colombia no ocultamos estas dificultades. Nos preocupan. Pero la circunstancia de que el país ha ganado una gran confianza inversionista hace que estas dificultades sean más llevaderas y que haya una ilusión realista de que las podamos superar en los meses que vienen.
Si bien hemos tenido una desaceleración en el crecimiento, hemos logrado mantener la tasa de inversión en el 27 y medio. Confianza en Colombia. Una tasa de inversión que llegó a estar en el 12 y que en los últimos 3, 4 años se ha situado en el 21, 25, 27 y medio.
El país tenía inversión extranjera directa, inconstante y no muy alta. Ahora es más constante y más alta. Antes llegaba cuando se descubría un pozo de petróleo o se daba la posibilidad de invertir en la telefonía o se anunciaba una licitación para adjudicar canales de televisión.
Ahora está llegando permanentemente y en mayores cantidades. Antes registrábamos flujos de 700, 1.000, 1.500, 2.000 millones de dólares. En los últimos años, en el año cuando entró la cervecería, la inversión fue superior a los 10 mil millones; el siguiente año la inversión fue superior a 6 mil 500; el año pasado, 9.028 y las proyecciones en las que coinciden mis compañeros de Gobierno y el sector privado indican que de mantenerse la tendencia del primer semestre, el país puede tener este año una inversión extranjera de 11 mil millones.
Y no toda concentrada en hidrocarburos y minería. Un 56 por ciento en hidrocarburos y minería y un 44 por ciento, aproximadamente, en el resto de los sectores de la economía.
Lo fundamental es mantener la confianza inversionista.
Yo insisto mucho en el tema. Y como hay que pensar en el futuro, cuando el doctor Javier Díaz dijo: ‘Pensemos en el futuro’, dije: ‘Va a hablar de política’. Afortunadamente él habló fue de innovación, de agricultura, de sectores productivos nuevos, en el lenguaje del Ministro Plata (Luis Guillermo Plata, Ministro de Comercio, Industria y Turismo). Pero yo pensé en política.
Y como uno llega un momento cuando ya el pelo se le ha desteñido, que empieza a pensar en la Patria con visión de padre de familia, pues se preocupa mucho por el futuro de la Patria. Yo creo que en ese futuro hay que pensar muchísimo en la Seguridad Democrática y en la confianza inversionista.
Todos los gobiernos hablan de política social. ¿Quién no se compromete con política social?
Al principio de mi Gobierno me decían: ‘Uribe no es de política social; es guerrero solamente’. Y ahora me regañan que porque estamos gastando mucho dinero en Familias en Acción, que porque ya tenemos 38 millones de colombianos asegurados en salud, que porque tenemos 10 millones de niños en los programas de Bienestar Familiar, etc.
Y me dicen: ‘Presidente, ¿pero por qué no ha logrado el equilibrio fiscal? Usted ya podría haber llegado al equilibrio fiscal si no gasta tanto en Familias en Acción’.
Y he contestado lo siguiente: ‘Hay países, hay países que tienen muy buenos indicadores macroeconómicos, pero tienen muy intensa confrontación social. Y esa confrontación social no da garantías de estabilidad a futuro’.
Nosotros en Colombia tenemos mucha controversia política, pero, proporcionalmente, menos confrontación social. Y al aumentar el gasto en política social, por supuesto se aplaza la llegada del equilibrio fiscal, pero se van resolviendo problemas sociales que no veían sus soluciones.
Y en la medida en que resolvamos esos problemas sociales, se va legitimando la Seguridad Democrática y la confianza inversionista; se crea un clima de cohesión social y de estabilidad social, que es la gran garantía política para el futuro del país. Todos los gobiernos hablan de política social, pero el cumplimiento de política social en Colombia ha sido bajo.
Sin embargo, no todos los gobiernos se comprometen con la Seguridad Democrática y pocos le asignan toda la importancia a la confianza inversionista.
Por pensar en el futuro voy a ser atrevido:
Yo, examinando cuidadosamente el curso de mi generación, podría decir que solo encontramos dos gobiernos comprometidos en la seguridad: el Gobierno del señor presidente Guillermo León Valencia y el Gobierno del Presidente Julio Cesar Turbay Ayala. Y no pudieron redondear sus tareas.
Es muy importante pensar en que el pueblo colombiano comprometa a los dirigentes que habrán de venir, los condicione a asumir una posición totalmente firme en materia de lucha para resaltar la seguridad.
Y también debo decir esto: todos los gobiernos de Colombia han sido amigos de la inversión, pero no todos le han puesto toda la fuerza que requiere una política de confianza inversionista.
A uno le preocupa que muchos de nuestros líderes en materia económica escriben aplaudiendo la tasa de inversión de China y la India, pero no han hecho lo posible, o se han muerto de miedo, cuando Colombia empieza a registrar altas tasas de inversión.
Los colombianos, está bien que sigamos aplaudiendo lo que ocurre en el extranjero, pero tenemos que procurar hacerlo en Colombia. Este país solamente sale adelante con una alta tasa de inversión con responsabilidad social.
¿Qué es eso? Con transparencia en las relaciones entre los inversionistas y el Estado; con responsabilidad con las comunidades en materias ambientales. No se puede extraer carbón si no hay un gran compromiso ambiental con las comunidades. No se pueden producir biocombustibles, si no hay un gran compromiso con la seguridad alimentaria, con la selva, para respetarla.
Y el tema laboral: fraternidad laboral en lugar del odio de clases o el capitalismo salvaje.
El país tiene muchos atractivos para invertir. Algunos que no se suelen mencionar: el país tiene una gran gerencia. La reconocen. Es increíble el altísimo reconocimiento a la gerencia colombiana. El país tiene una clase trabajadora con una gran capacidad de adaptación, una gran velocidad de aprendizaje. El país tiene con quién hacer sociedades.
Los inversionistas no encuentran fácilmente, en todos los países del mundo, buenos socios. En Colombia, sí.
El inversionista que llega a Colombia encuentra con quien hacer sociedades en Colombia para emprender proyectos. Y Colombia tiene una legislación laboral muy equilibrada.
El país necesita una gran estabilidad laboral
Acabamos de aprobar dos nuevas leyes laborales para completar este equilibrio. Una ley que dice que las cooperativas de trabajo asociado no pueden abusar; no pueden ser intermediarios laborales; tienen que ser auténticos empleadores; tienen que cumplir con la Seguridad Social, con los mínimos salariales; tienen que cumplir con los parafiscales.
Y siquiera se aprobó esa ley. Le agradecemos al Congreso. Porque si se abusa del instrumento cooperativo, el empresariado puede perder una gran posibilidad de un razonable sistema de flexibilidad laboral.
La otra ley que acabamos de aprobar es la que trasciende la competencia a la justicia, para declarar la legalidad o la ilegalidad de las huelgas, y dice que en adelante, cuando una huelga lleve 60 días, ya no será el Gobierno sino las partes las que podrán convocar a un tribunal de arbitramento.
Creemos que es la hora de dejar quietecita la legislación laboral como la tributaria, a lo que se refería ahora el doctor Javier Díaz. El país necesita una gran estabilidad laboral.
Es la hora de exigir cumplir con las normas para garantizar cohesión social, pero evitar algunas aventuras. Temo, cuando leo ese famoso proyecto de estatuto del trabajo en el Congreso, con unas normas de aventura que nos podrían afectar severamente la confianza inversionista.
Creo que el Congreso, que tanto ha ayudado a consolidar esa confianza inversionista, debe ayudarle al país ahora, exigiendo que cumplamos las normas laborales, pero que tengamos una gran estabilidad normativa.
Algunos compatriotas dicen, y en estas épocas difíciles de inflación y revaluación lo repiten: ‘Presidente, hay que eliminar los parafiscales’.
El Gobierno cree que no. Y un foro de exportadores como Analdex es indicado para explicar porqué no: este país todavía es muy pobre, muy inequitativo, porque en esos parafiscales que reciben el Sena, las cajas de Compensación, Bienestar Familiar, allí se hace una gran política social, que ayuda a construir cohesión social.
El Gobierno cree que el tema no hay que mirarlo a la luz de la fotografía de hoy, sino de acuerdo con la película de la legislación laboral.
Los mayores de esta reunión recordamos las dificultades para adoptar la reforma laboral de 1990. Y nos preguntamos qué habría sido del país si no se hubiera eliminado la retroactividad de las cesantías; qué habría sido del país si no se hubiera eliminado la cláusula de estabilidad de los 10 años, que lo que hacía era impedir que los trabajadores pudieran llegar a 10 años en las empresas.
Con las cesantías se iba a quebrar todo el mundo: se quebraban las empresas y se quebraban los trabajadores. Y las empresas no podían proyectar desarrollos futuros y se quebraban empresas y los trabajadores quedaban muy ricos en el papel y, finalmente, no les cumplían con el ahorro de cesantías.
Después vino la otra reforma laboral, la del principio de nuestro Gobierno, que flexibilizó el contrato de aprendizaje -hemos podido pasar de 20 a más de 100 mil aprendices-; que racionalizó los recargos; que creó el Fondo Emprender. Muy controvertida.
Cuando yo hablo de política, la oposición una de las cosas que me grita es: ‘Uribe le quitó las horas extras a los trabajadores’.
Eso no fue así. Nosotros no ampliamos la jornada de trabajo. Simplemente racionalizamos los recargos. Porque en la legislación anterior, desde las 6:00 de la tarde, el tiempo se computaba como tiempo extra, como tiempo de recargos. En un mundo muy distinto al siglo XIX; en un mundo en el cual trabaja la mujer; en el cual las familias pueden hacer mercado de noche o de madrugada, o sábados o domingos. Y creo que esa reforma ha ayudado mucho. Hay que defenderla.
Miren, hace dos días asistí a una inauguración de Homecenter en Bogotá. Me decían que hace cinco años tenían 5 almacenes; hoy tienen 15. Terminan el año con 18. Y el año entrante van a tener otros 5.
Carrefour, creo que tenía 9 almacenes, va a terminar el año con 50. El Éxito, creo que tenía ‘veintipico’ de almacenes. El solo Éxito, sin contar lo que surgió de la fusión, tendría hoy más de 80. Un gran crecimiento.
El país está construyendo 14 mil habitaciones hoteleras.
Cuando yo llegaba a Cali y preguntaba: ‘¿Y qué hubo del Centro de Convenciones? ¡Y qué bueno tenerlo! Ahora hay que preguntar: ¿y qué hubo de los hoteles? Para poder aparejar en Cali el Centro de Convenciones con la oferta hotelera.
Pero todos esos sectores han podido construir confianza en Colombia, ¿por qué? Por la seguridad; porque el país es amigo de la inversión; por los estímulos tributarios y por la legislación laboral.
Defendidas estas reformas hay que preguntarnos: ¿hay espacio para más reformas laborales? El Gobierno no lo ve. ¿Hay espacio, entonces, después de la reforma de cesantías del 90, de la reforma de los recargos del 2002, para eliminar los parafiscales? El Gobierno cree que no.
Y miremos los efectos de los parafiscales:
La semana pasada recibimos un informe de las cajas de Compensación: entre junio del 2007 y junio del 2008, Colombia creó 718 mil empleos, 442 mil ingresaron a las cajas de Compensación. Quiere decir que del empleo creado, un 61 por ciento fue formal. Eso es una buena noticia para el país, acostumbrado a tasas de informalidad del 54, 56, 58, 60.
Se incorporaron casi 50 mil empresas a las cajas de Compensación, casi todas pequeñas. Y los ingresos crecieron en términos reales por encima del 7.
Y preguntábamos por la pequeña empresa, que es donde más se siente el peso de los parafiscales.
Hay que recordarles a los compatriotas esto: generalmente coincide el salario más aproximado al mínimo con la pequeña empresa. Y esas empresas, entonces, cuando se afilian al sistema de Compensación Familiar, por ejemplo, no compensan, sino que reciben. Y eso les da un gran beneficio a sus trabajadores. ¿Por qué? Porque la mayoría de sus trabajadores están en el salario mínimo o por debajo de cuatro salarios mínimos.
Son beneficiarios del sistema, pero la empresa no produce excedentes para contribuirle al sistema.
Y es muy importante anotar también esto, en relación con la pequeña empresa: una pequeña empresa que tenga a sus trabajadores recibiendo los beneficios, por ejemplo, de la Compensación Familiar, es una pequeña empresa que allí encuentra un gran argumento para decir: no presionemos excesivamente por alza de salarios. Eso ayuda a racionalizar salarios.
Quiero pedirles a todos los empleadores colombianos que busquemos crear una gran conciencia de estabilidad de normas laborales en Colombia y de respeto a la legislación laboral.
La Planilla Integrada de Liquidación de Aportes (Pila)
La Pila. ¡Claro que es incómoda! No es fácil de aplicar, pero hemos avanzado mucho. Y estamos corrigiendo dos problemas graves.
Ustedes, empleadores, tenían que hacer mínimo cuatro pagos: Régimen Contributivo, que podía multiplicarse por tantos pagos cuantas EPS (Empresa Promotora de Salud) afiliarán a sus trabajadores; pensiones, con el mismo riesgo de crecimiento; riesgo profesionales, un pago; cajas de Compensación, Sena (Servicio Nacional de Aprendizaje) y Bienestar Familiar agrupados en un pago. Mínimo, cuatro pagos. Trámites y posibilidades de evasión.
¿Por qué posibilidades de evasión? Porque en el pago de pensiones a los fondos privados, a los fondos de capitalización, no hay evasión. Pero mucho trabajador se quejaba. Decía: ‘Yo me gano 800 mil pesos. Eso me declaran en pensiones, pero me declaran por salario mínimo en el Régimen Contributivo de Salud’.
Yo creo que la Pila, como se conoce, ayuda a reducir trámites y ayuda a evitar evasión y, finalmente, el país va a tener un buen resultado en la materia.
Yo creo que ese equilibrio laboral tiene que alegarse como un gran factor de atracción de inversión en Colombia.
Elementos para atraer inversión
Primero, Colombia es un país amistoso, garantista de la inversión. Esto no se puede tomar como ganado. La situación política del continente es difícil. Hay que volver a los elementos de economía política más simples.
Ustedes saben que en el continente hay tentaciones para sustentar nuevamente el desarrollo en monopolios estatales, a pesar de los fracasos de la Bolivia de 1950, del Brasil de los 30, de la Revolución de Velasco Alvarado en el Perú. Desconsiderando lo que pasó en Unión Soviética y en China.
La historia todavía no ha respondido qué fue más incidente en el colapso de Unión Soviética y en el tránsito de la China de Mao Tse Tung a la Deng Xiaoping: si la restricción de libertades o la mala calidad de la ciudadanía derivada de un aparato productivo y de servicios de monopolios estatales obsoleto, burocratizado y sin productividad.
A pesar de esos fracasos, en nuestra América Latina muchos insisten hoy en sustentar el desarrollo en monopolios en el Estado, con hostilidad a la inversión privada.
Por eso, Colombia tiene que repetir entre los factores de atracción de inversión: Colombia es país garantista a la inversión.
Es muy importante seguir saneando la macroeconomía. Hemos reducido el déficit del 7.5 al 3.2 en el Gobierno Nacional central. Falta un trecho. Pero es que solamente este año hay que trasladarle al Seguro Social seis millones 400 mil millones, para que complete el pago de pensiones. La doble calzada Bogotá-Santa Marta puede valer cinco billones.
Hemos reducido el endeudamiento del 50 al 27 por ciento. Podríamos estar en el 25, si aún contabilizáramos a Ecopetrol. Pero la reforma de Ecopetrol no permite ya incluirlo en las cuentas de la Nación; queda por fuera. ¿Por qué nos mejoraría? Porque Ecopetrol es una entidad acreedora neta. No debe un peso y es altamente acreedora. Seguimos en esa tarea.
Por supuesto, no podemos controlar el gasto público atrasando construcción de infraestructura ni afectando la Seguridad Democrática ni disminuyendo política social.
Se los dije desde el alma: para que este país pueda avanzar en política de Seguridad Democrática y en confianza inversionista tiene que acelerar el tema social.
Por eso, nuestra aspiración de dejar plena cobertura en educación básica, 5 millones de créditos empresariales en Banca de Oportunidades, 3 millones de Familias en Acción. De dejar un tema bien importante que es el de la inicial plena cobertura en salud.
Yo creo que tiene que contribuir a la confianza inversionista la reforma del Estado. Hemos reformado 411 entidades del Estado, contra fundamentalismos ideológicos. Entidades que estaban controladas por una mezcla de sindicalismo de extrema y de politiquería. Mezcla nefasta.
Se han reformado ya muchas de las clínicas del Seguro Social en Medellín, en Santa Marta, en Cartagena, en Bogotá, próximamente en Cali.
¿En Bogotá qué hicimos? Se la quitamos a esa mezcla de politiquería y de extremo sindical. Y las clínicas las tiene hoy una Fundación, una sociedad sin ánimo de lucro integrada por la Caja de Compensación Familiar Compensar, la Universidad del Rosario y la Fundación de Hermanos de San Juan de Dios.
Confió en que en las próximas semanas mis compatriotas de Bogotá empiecen a ver lo que otrora era factor de vergüenza, convertido en una atención hospitalaria de excelencia en las clínicas del Seguro Social.
Nosotros vamos a continuar con la reforma administrativa. Confiamos que la EPS del Seguro Social funcione bien.
Y esa reforma ha sido una reforma de ahorro, una reforma no de desmantelar el Estado, pero tener un Estado más al servicio del ciudadano y menos controlado por la burocracia y por el clientelismo.
Y esta reforma hasta ahora nos ha ahorrado 6.28 puntos del Producto Interno Bruto (PIB).
Para la confianza inversionista son muy importantes los incentivos tributarios, muy controvertidos.
Entonces, hay gente que dice: ‘No es que lo que hace el Gobierno de Uribe es darles regalos a los ricos’. Son incentivos a la inversión. Es que no se le puede dar el mismo tratamiento a quien invierte, que a quien no invierte. Un país necesitado de capital humano y de capital físico tiene que competir con los países que están atrayendo inversión. Por eso nuestros incentivos a la inversión.
Puede ser que Colombia llegue a un momento, en el futuro, donde pueda tener una tarifa plana o un sistema tributario muy simplificado.
Por ahora, el afán es construir capital físico y capital humano. Y para eso, lo correcto es introducir incentivos tributarios. No me voy a referir a ellos. El doctor Javier Díaz Molina se refirió al tema de las zonas francas. Creo que el Ministro de Comercio, Luis Guillermo Plata, debió haber examinado ayer el tema con ustedes.
El tema de bienes usados. Yo parto de la tesis del Ministro de Comercio de que el Gobierno tiene que ser muy riguroso en no permitir que se usen en las zonas francas. ¿Por qué? Porque aquello que podría deslegitimar las zonas francas es que se desmantelen empresas y se trasladen a zonas francas.
Las zonas francas constituyen un incentivo para agregar construcción de capital en Colombia. No para dar paraísos fiscales.
Entonces, así como el Gobierno ha tenido la determinación para impulsar la ley, para sacarla adelante, para aprobar 36 zonas francas que ya están aprobadas, el Gobierno tiene que ser muy cuidadoso para que no haya abusos que puedan deslegitimar las zonas francas.
Qué tal, entonces, que empezáramos a ver desmantelamiento de empresas viejas y reaparición en zonas francas. Eso no sería bueno para el país.
Y, además, hay que recordar que las empresas que están por fuera de zona franca tienen un incentivo muy importante: en Colombia, cualquier inversión hoy cuenta con una posibilidad de deducción del 40 por ciento, que se puede hacer efectiva en el número de años que se requiera, utilizándola como un crédito fiscal.
Han hablado ustedes de los tratados de comercio, de los pactos de estabilidad. Seguimos en esa lucha.
Preocupaciones: inflación, tasa de cambio, alimentos, infraestructura.
Creemos que el Banco de la República madrugó, y madrugó bien, para hacer unos ajustes de tasa de interés, que produjeron dos resultados:
Primero, corregir ese exceso de confianza que se venía presentando en el endeudamiento y segundo, advertir que Colombia no puede entrar en lo que llamaríamos una espiral inflacionaria sicológica. Esos dos resultados se han obtenido.
Nos preocupa mantener unas altas tasas de interés a futuro. ¿Por qué? Porque al afectarse más el consumo, podemos pasar de una estado de pérdida de dinámica en creación de empleo a otro peor, que es el de destrucción de empleo.
Entonces, estamos haciendo todos los esfuerzos. Nuestro primer esfuerzo de gasto público ha sido esta reforma del Estado, que lleva 411 entidades en estos 6 años de Gobierno.
Año tras año hemos recortado gastos. Con muchas dificultades. Yo voy ahora a reunirme en el centro de Cali con los afectados. Ya el Alcalde (de Cali, Jorge Iván Ospina Gómez ) me daba las cuentas de lo que va valer reparar eso allá. Con unas cosas que no se pueden sumar: el dolor de las víctimas, los heridos. Un pequeño comercio muy informal que hay que ayudarle a que salga adelante.
Unas presiones de gastos públicos imperativos muy altas. Sin embargo, hemos hecho una gran esfuerzo con el gasto público y lo seguiremos haciendo. Ojala el Banco nos ayude con costos financieros para evitar que siga una contracción de consumo en nuestra Patria.
Tasa de cambio
Tema de tasa de cambio: empieza a corregirse. ¿Qué hizo el Gobierno? Las ayudas en el primer semestre del año costaron 614 mil millones.
Han aparecido cosas buenas. Se ha empezado a crear en Colombia la cultura de que los exportadores compren seguros de cobertura cambiaria. Yo creo que eso es interesante.
Hemos venido trabajando todos los martes en la Presidencia de la República -siempre nos ha acompañado el doctor Javier Díaz Molina, Presidente Asociación Nacional de Exportadores, Analdex- en unos acuerdos bien importantes. Porque hay muchos desacuerdos entre los productores.
Entonces, en la cadena textil confecciones unos dicen: protéjanlos. Los otros dicen: ¿Cómo?, si nosotros estamos trayendo de afuera un producto más barato. Necesitamos una materia prima de mejor calidad y más barata.
Ustedes saben lo que pasó en la audiencia donde se propuso una protección arancelaria.
¿Qué ha venido buscando el Gobierno? Equilibrio. Sin fundamento aperturista y sin fundamentalismo proteccionista. Equilibrio.
¿Qué hemos hecho? Primero, una restricción de puertos de importación. Unos productos solamente pueden entrar legalmente por Bogotá y por Barranquilla. No fácil. Tenemos hoy una demanda de Panamá en la Organización Mundial de Comercio.
Segundo, medidas como la revisión de los precios de referencia.
Tercero, un arancel complementario a quienes importen por debajo de los precios de referencia.
Pero entonces aparecen los otros problemas. Uno dice: yo importo legalmente, ¿me liquidan con el precio de referencia o con mi factura? Otro dice: yo acabo de llegar al país. ¿Cómo dicen que es un país que quiere darle confianza a la inversión y no me dan tratamiento de usuario aduanero permanente?
En esas reuniones hemos venido profundizando en esos temas y corrigiendo temas, semana tras semana. Yo les decía: ‘Mire, hemos logrado esto por la enfermedad de la reevaluación’.
Cuando la tasa de cambio está en equilibrio y la gente está tranquila, no nos acordamos de esos problemas. Nos acordamos de esos problemas cuando hay estas dificultades.
Vamos a seguir ese trabajo en la Presidencia, examinando todos estos temas que podamos corregir, con toda la voluntad, martes tras martes.
Y allí viene el tema tasa de cambio, el tema del control del contrabando, el tema del transporte, el tema de los alimentos.
En materia de alimentos: venimos haciendo un gran esfuerzo para promover la producción de alimentos en Colombia. Hay esfuerzos estructurales integrados por Seguridad Democrática, por Agro Ingreso Seguro y hay esfuerzos coyunturales, como la promoción de este año a la producción de maíz, a la producción de fríjol, al almacenamiento del arroz y al almacenamiento de la leche.
Es difícil la reacción del sector agropecuario; estaba muy destruido por la violencia, por el narcotráfico, por la guerrilla, por los paramilitares.
Tiene obstáculos estructurales muy grandes, como el tema de la infraestructura.
Domingo y lunes, que estuvimos en el Magdalena Medio, por el volcamiento de un camión con unas canecas de cianuro al río, veíamos que en esa Serranía de San Lucas (Bolívar) se ha superado bastante la violencia. Hay 13 mil hectáreas de palma, no había una sola hectárea.
Hicimos el puente de Barranca. Pero ahora la demanda de la comunidad es: ‘Bueno, Presidente, necesitamos la carretera que una a Barranca, Yondó, Cantagallo, San Pablo, Simití, Regidor, Arenal’; que cuesta toda la plata del mundo. Entonces, ahí uno tiene problemas, somos concientes, pero hay que estar enfrentándolos a ver cómo los resolvemos.
Confío en que este año tengamos un buen crecimiento del sector agropecuario. Y hay sectores que halagan mucho: el país tenía 175 mil hectáreas de palma, va a terminar este año con cerca de 400 mil; hay una gran recuperación en la dinámica de reforestación, en cultivos de tardío rendimiento como el cacao, como el caucho; se ha recuperado el café.
Los procesos de renovación nos están conduciendo a tener más oferta de café orgánico. Tenemos fe en una recuperación del campo. Yo no me hago mucha ilusión en materia de precios. ¿Por qué? Porque el crecimiento del precio de los insumos ha sido muy elevado.
Y no obstante que les hemos quitado los aranceles a los fertilizantes, para el Gobierno significa mucho en respaldo y para el agricultor muy poquito en disminución de costos.
Es tan sustancial la elevación de costos de agroquímicos, de insumos agropecuarios en general, que el alivio de la eliminación de los aranceles poco los siente el bolsillo del productor agropecuario.
Infraestructura vial
Tenemos el tema de vías de comunicación y el tema de regulaciones de transporte. El doctor Javier se ha referido a algunos temas en vías, yo creo que el país esta empezando a despegar.
Si nos venimos de Bogotá a Buenaventura encontramos que el propósito del Gobierno de contratar la totalidad de ese corredor en doble calzada se está cumpliendo: contratado y en plena ejecución Bogotá-Girardot-San Rafael; contratado y en plena ejecución San Rafael-Ibagué-Cajamarca.
Hicimos la primera parte del Túnel de la Línea; lo atravesamos. El 30 de septiembre cierra la fecha para presentar propuestas para la licitación de la nueva porción del Túnel de la Línea, con la doble calzada hasta Armenia.
Hemos avanzado mucho en la malla vial vallecaucana, en la doble calzada del departamento del Valle del Cauca. Faltan tramos; no hemos encontrado la solución para lo que reclamaba el doctor Javier, que es la salida, aquí, por el Puente del Hormiguero, al Parque Industrial de Páez.
El Gobernador viene buscando unos recursos con el Ministro (de Transporte, Andrés Uriel Gallego) a ver si eso se puede hacer. Nos falta garantizar cómo vamos a tener doble calzada de Armenia a La Paila.
En el trayecto Buga-Buenaventura solamente nos faltan por contratar 14 kilómetros.
Y no voy a hablar de los puertos, porque ustedes saben que hemos avanzado muchísimo en los puertos, en los últimos meses, y que hay una gran inversión portuaria.
La doble calzada de Bogotá a Sogamoso está avanzando velozmente y ya vamos a abrir la licitación para terminar la carretera de Sogamoso a Yopal, el tramo de Cusiana.
El Banco Mundial está próximo a entregarnos la estructuración de la doble calzada Bogotá-Santa Marta, la Ruta del Sol. Aspiramos sacar la licitación de esa doble calzada, de la doble calzada Cúcuta-Bucaramanga, de la doble calzada Medellín-Turbo.
Y hay un programa bien importante para el Caribe colombiano. Nosotros tenemos una serie de concesiones empezando a construir dobles calzadas en el Caribe, pero estamos ahora en el propósito de unirlas y se hacerle una inyección muy grande de patrimonio que ya lo tenemos definido, que son los bienes saneados en Corelca y el Gobierno acaba de sanearlos, acaba de capitalizar una deuda muy grande en esos antiguos bienes de Corelca, sumándole Urrá II y sumándole una empresa térmica basada en carbón en Puerto Libertador.
Todo eso se vendería para fortalecer un propósito, que es la construcción de la doble calzada por el Caribe colombiano, de Panamá a Venezuela: Palo de Letras, en Panamá, a Paraguachón, en la frontera con Venezuela.
Y están avanzando otros proyectos. Ya está en plena ejecución el proyecto de la frontera con Ecuador a Pasto y al Aeropuerto Antonio Nariño.
Hemos avanzado mucho en el Putumayo. Diría yo que allí presentamos uno de los mayores avances en vías. Ustedes pueden llegar hoy por una carretera pavimentada hasta Mocoa y ya faltan pocos kilómetros para terminar Mocoa-Puerto Asís. Ahora estamos en la licitación para hacer Puerto Asís-Puerto San Miguel; esa va a ser una comunicación bien importante con el Ecuador.
¿Y qué nos falta en Nariño-Putumayo? Lo que nos va a quedar faltando es la variante San Francisco-Mocoa. Este Gobierno yo creo que no va a ser capaz de dejarla contratada, por el altísimo costo y porque faltan todavía estudios.
Y estamos avanzando en otros proyectos de gran importancia como completar la malla vial vallecaucana, la recuperación de toda Autopista del Café. Todas estas concesiones estaban en fletes; los hemos superado y están avanzando.
La concesión del Área Metropolitana de Bucaramanga, la concesión del Área Metropolitana de Cúcuta, con una dificultad: que la reforma que hubo que hacer en los peajes redujo mucho el ingreso.
Y otras concesiones en todo el país.
Yo tengo fe que esto empiece a despegar. Ahora, va a tomar tiempo.
Cuando a uno le hablan de los problemas de infraestructura en Chile, que se concentraron en una ciudad, Santiago. Tiene 140 kilómetros de distancia al mar, una pequeña serranía; la consideraban un gran obstáculo y la atravesaron con unos túneles.
Bogotá-Buenaventura tiene 580 kilómetros. Hay que cruzar la mitad de la Cordillera Oriental, toda la Central y toda la Occidental, con un problema geológico bien difícil.
Chile está construyendo un transmilenio. Qué problemas tiene. Nosotros estamos haciendo 9 transmilenios.
Yo he tenido la esperanza de que con lo que se está haciendo en Cali, este Centro de Convenciones, los desarrollos industriales, el transmilenio de aquí que se llama el MIO, que debe empezar a movilizar pasajeros en diciembre, esta ciudad tiene que cambiar muchísimo.
Somos concientes de ese problema de infraestructura y lo estamos enfrentando con toda la determinación.
Transporte
Hemos tenido dificultades en el transporte. No hemos dejado bloquear las carreteras, pero hemos debido afrontar tres paros. ¿Cuál es el reclamo principal? El reclamo principal es: en Colombia hay más camiones que carga.
Entonces tuvimos que restringir importaciones o encarecer importaciones con una obligación de chatarrización y con una póliza. Ese dinero se va a dedicar todo a comprar camiones viejos y a destruirlos.
Nosotros encontramos la tabla de fletes creada. Y tener una tabla de fletes es contrario a una economía de mercado, donde debe ser el mutuo consentimiento de transportadores y generadores de carga el que defina la tarifa. Pero en estas circunstancias tan difíciles, en lugar de derogar la tabla de fletes hemos tenido que ser más rigurosos en aplicarla.
Confiamos en que cuando esto se normalice, la tabla de fletes vuelva a ser simplemente indicativa de referencia y no obligatoria.
Hemos salvado los contratos de largo plazo, apreciado doctor Javier (Díaz Molina, Presidente Ejecutivo de la Asociación Nacional de Comercio Exterior Analdex). Le quería dar esa explicación. Está pendiente una reglamentación que aspiramos que salga concertada.
Allí tenemos unas dificultades, pero debemos superarlas.
El Ministro Luis Guillermo Plata (de Comercio, Industria y Turismo) va a liderar, en los 23 meses de Gobierno que nos queda, todo el proyecto de innovación productiva en el país, sobre lo cual debieron hablar ayer.
Reformas Política y a la Justicia
Hay temas bien importantes de la agenda nacional: La Reforma a la Justicia y la Reforma Política.
¿Qué pretendemos en Reforma Política? Sanción severa a partidos que permitan financiación de terroristas o candidatos con vinculaciones con terroristas.
¿Qué tipo de sanciones? Incluso, perder la personería jurídica.
Silla vacía. Hemos propuesto, como solución de fondo, regresar a lo que fue nuestra propuesta de 2003: eliminar los suplentes; la que no pasó en el Referendo.
Los suplentes: eso genera mucho vicio en la política y afecta mucho la proyección legislativa, el control político, cambiando una buena parte del Senado y de la Cámara cada tres meses, porque llegan suplentes, eso le crea muchas dificultades a la función legislativa. Se permitirían, solamente, en caso de muerte del parlamentario o de renuncia justificada.
¿Qué pasa si al parlamentario lo llevan a la cárcel? No se acepta el suplente.
Estamos proponiendo que esa reforma empiece a regir cuándo: el 20 julio del año entrante. Que ahora no haya razón alguna para invocar impedimentos que impidan la aprobación de esa reforma.
Creemos que es una buena reforma en la dirección de sanear totalmente las costumbres políticas y les pedimos a los parlamentarios que nos ayuden. Aquí están dos parlamentarios ejemplo de consagración: el doctor Gabriel Zapata, el doctor Oscar Darío Pérez, que nos sigan ayudando en el trámite de este reforma.
La Reforma a la Justicia. Para hablar de unos pocos puntos.
Tema de la doble instancia. Es que no es un invento del Gobierno; es una exigencia mundial y de nuestra Corte Constitucional.
Ha dicho el señor Presidente de la Corte que el Gobierno lo que quiere es impunidad para la parapolítica. De ninguna manera. Si este Gobierno es el que ha posibilitado acabar con los paramilitares y debilitar la guerrilla y debilitar el narcotráfico.
¿Le van a decir eso al Gobierno que los grupos paramilitares? ¿Al Gobierno que ha extraditado a más de 700 narcotraficantes? Qué impunidad era la que había cuando nosotros llegamos.
Es que todos estos delitos de parapolítica que ahora se investigan son delitos cometidos antes de este Gobierno. Y era la misma Corte. ¿Y por qué no los habían investigado? Impunidad la que había.
Un Gobierno honorable tiene autoridad moral para presentar este tipo de reformas.
¿Qué es lo que proponemos? Que haya la figura de la doble instancia. ¿Cómo? Óigase bien:
La primera instancia en la Corte Suprema y la segunda en un tribunal especial, integrado por quiénes. Óigase bien: por las mimas Cortes. Integrado por los Presidentes de las Cortes y un magistrado adicional por cada Corte. ¿Es malo eso? ¿Deteriora la Justicia, trae impunidad? De ninguna manera.
Sin retroactividad. Eso sería para parlamentarios que resulten investigados en el futuro, no para los que están hoy en proceso de investigación.
Yo creo que en lugar de estar lanzado acusaciones infundadas, hay que entrar es en el debate de los temas.
¿Que más proponemos en la Justicia?
Por ejemplo, para avanzar en la descongestión, entregarle a esa Corte especial competencias constitucionales para que, sin apelar al Congreso, puedan tomar todas las decisiones que se requieran para agilizar la Justicia.
Con la Ministra de Comunicaciones estamos trabajando para que toda la Justicia tenga conectividad; trabaje en línea. Eso puede ser un gran avance en descongestión.
Hemos incorporado la oralidad en el Derecho Penal, en el Derecho Laboral y ahora hay que generalizarlo. Cuesta la implementación.
¿Qué proponemos además para agilizar la Justicia? Que el Gobierno tenga que acoger como obligatorias algunas jurisprudencias.
Se produjo esta jurisprudencia en materia de pensiones, vamos a tomar las decisiones administrativas de acuerdo con esa jurisprudencia. Que esta jurisprudencia en materia de salud, las decisiones administrativas las tomamos de acuerdo con esa jurisprudencia.
¿Para qué? Para no estar repitiendo, todos los días, ante al Justicia, casos de salud, casos de pensiones que la congestionan mucho. Si tenemos una jurisprudencia, simplemente el Gobierno la acata, la respeta y toma las decisiones administrativas de acuerdo a esa jurisprudencia y se descongestiona la Justicia.
La Justicia y los órganos de control. Nosotros creemos que la Justicia no tiene por qué intervenir en la designación de los órganos de control. Hay un gran clientelismo.
Yo recuerdo que antes de la Constitución del 91 había clientelismo entre las contralorías, las asambleas, los concejos, el Congreso. Hoy también es con la Justicia.
Un contralor municipal me decía: ‘Vea Presidente, cuando a mí me eligieron Contralor hice el clientelismo de la siguiente manera: les di una tercera parte de la nómina a los magistrados que me ternaron; una tercera parte de la nómina, a los concejales que me eligieron y una tercera, a los amigos personales’. ¿Por qué, si hemos reformado 411 entidades del Estado no podemos seguir en la reforma del Estado?
Lo que le pedimos nosotros a la Justicia es que discutamos eso.
Este Gobierno le ha duplicado, en diálogo permanente, el presupuesto a la Justicia. Ha hechos un esfuerzo sin antecedentes para fortalecerla. ¿Por qué no se pueden discutir estos temas?
¿Entonces, qué proponemos? Que la Contraloría, la Procuraduría, las elijan los órganos políticos, pero en concurso abierto.
Todos los que se quieran inscribir, le reciban la inscripción, los sometan a un concurso. Los que pasen el concurso vayan allá, a la Asamblea, al Consejo o al Congreso y se vote. Voto público, que es otra de las propuestas de la Reforma Política. No puede haber un Congreso con voto secreto.
El congresista tiene que tener el valor civil de votar todo en público. Creemos que esa propuesta es más transparente.
Elección de los Magistrados. Antes de la Constitución del 91 se criticaba la cooptación. Decían: ellos eligen a sus amigos; hoy, la politiquería. Porque hay un sistema de preselección y ellos vuelven a elegir y entonces eso ha llevado a unas componendas politiqueras.
Temas muy difíciles: la humanidad ha pasado discutiendo estos temas y no ha logrado ponerse de acuerdo.
¿Qué propone el Gobierno? el Gobierno propone:
Los magistrados de la Corte Constitucional que se sigan eligiendo como hoy se eligen. Consejo de Estado, Corte Suprema, hagan unos concursos.
Que se inscriban todos los aspirantes; no restrinjan la inscripción. Se hace un concurso y ustedes escogen entre los que ganen el concurso, en audiencia pública. Creemos que eso es sano para el país.
Ahora, si esto no es bueno, pues que se discuta. Pero que no se descalifique.
El Gobierno ha vivido siempre abierto a la discusión. Nosotros nos reunimos con los sectores exportadores afectados por esta reevaluación a discutir y a buscar salidas, cada ocho días, los martes.
Este es un Gobierno que ha vivido en un permanente dialogo. ¿Por qué se afecta el dialogo?
Yo por eso he dicho que lo que este país necesita es un diálogo eficaz. El diálogo eficaz tiene dos enemigos: la zalamería, que aparenta cordialidades, y la hostilidad, que remplaza los argumentos.
El diálogo eficaz tiene que ser un diálogo muy bien conducido: nosotros pensamos esto, nosotros pensamos aquello; esto lo consideramos inconveniente por las siguientes razones; esto lo consideramos conveniente por las siguientes razones.
Cuando hay diálogo eficaz, los involucrados en ese diálogo tienen que desarrollar la capacidad de llegar a una síntesis de toda la contradicción, que le dé el mejor producto al país.
La verdad es que uno está hecho de carne y hueso de combatiente. Pero la urgencia del país no es que el Presidente de la República salga ahora a contestarle epítetos al Presidente de la Corte.
La urgencia del país es centrarnos en las materias de fondo. Por eso lo que tiene que hacer el Presidente de la República es hablar de esta Reforma a todos los colombianos y promover un debate que nos ayude a sacar una buena reforma, que hay que sacarla. Eso si le pido al Congreso.
Le pido al Congreso que saquemos estas reformas. Mejorémoslas, agreguémosles, quitémosles, pero saquemos estas reformas. Tengamos en cuenta que como no se van a aplicar a los actuales, no debe haber impedimentos.
Esta reforma se debería aplicar, en el caso de las investigaciones penales, para aquellos a quienes se les empiecen investigaciones después de aprobada la reforma y, en el caso político, a partir del 20 de julio del año entrante.
Creo que una buena discusión y una buena aprobación de estas reformas, acreditaría mucho al Congreso.
Yo temo que lleguemos a las elecciones de 2010 sin una reforma política que se haya constituido en un paso adicional para garantizar la transparencia en la financiación y la transparencia en la escogencia de los candidatos de todos los partidos.
Sé que en otras ocasiones hemos escuchado a muchos de ustedes. Hoy me van a perdonar no hacerlo, pero ustedes llevan aquí dos días intensos, yo les he hablado de manera muy extensa, tenemos una reunión, todos los martes, con su Presidente.
Seguimos en la mejor disposición de buscar la superación de todos estos problemas. Añoramos que el segundo semestre sea mejor.
Ustedes han sufrido mucho, este primer semestre, estos rigores de la reevaluación. Nos atrevimos a quitar parcialmente el control de capitales solamente cuando ya vimos una tendencia más o menos creíble de recuperación de la tasa de cambio. Por eso solo los eliminamos el lunes de esta semana, con el propósito de ayudar a tonificar nuestra Bolsa de Valores.
Es que manejar estos equilibrios es muy difícil.
Ojalá haya un buen segundo semestre, más dinámica en la creación de empleo. Recordémosle a Colombia, apreciados periodistas: en 2002 eran 7 mil exportadores; hoy Colombia tiene 13 mil exportadores. Aquí hay con quien.
Muchas gracias a todos y felicitaciones a los galardonados”. |