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Palabras del Presidente Uribe en la conmemoración de los 50 años de Asocaña
Agosto 25 de 2009 (Cali, Valle del Cauca)
     

“Acudimos hoy muchos colombianos a felicitar a Asocaña (Asociación de Cultivadores de Caña de Azúcar de Colombia) por estos 50 años, a expresar la gratitud del país entero por este gran recorrido a favor de la Nación.

Esta industria que nació con la conquista, cuando la caña de azúcar encontró en las tierras del Valle del Cauca, el mayor potencial de productividad del universo, ha dado enorme contribución a Colombia.

Quiero resaltar a todos aquellos que han hecho su aporte, a quienes han sido los directivos de Asocaña en estos 50 años, el doctor Jaime Lozano Henao, el doctor Rodrigo Escobar Navia, el doctor Hernán Borrero Urrutia, el doctor Ricardo Villaveces Pardo y el doctor Luis Fernando Londoño Capurro.

A ellos, a sus juntas directivas, la gratitud de todos los colombianos.

Son muchas las empresas sociales, educativas, de productividad, de investigación, que han sido impulsadas por Asocaña, que se le deben a Asocaña.

Esta tarde hemos escuchado aquí el relato de esfuerzos muy importantes en el ámbito de la productividad, de la investigación, del comercio exterior, de la cohesión social.

Colombia, por ejemplo, es un país que no ha invertido lo suficiente en investigación, que recientemente ha aprobado una nueva legislación para la materia, que en medio de restricciones fiscales hace crecientes esfuerzos, pero la otra cara del balance muestra que con pocos recursos en investigación se han logrado magníficos resultados, muestra de ellos, los resultados de Cenicaña (Centro de Investigación de la Caña de Azúcar de Colombia) promovida, auspiciada por ustedes los cañicultores del Valle del Cauca, del Cauca, de Risaralda. Cenicaña que ha logrado las variedades de mayor productividad del mundo.

El trabajo en la comercialización internacional, con la promoción de empresas como Ciamsa (Sociedad de Comercialización Internacional de Azúcares y Mieles S.A.). El trabajo para contar con las personas más idóneas, más estudiadas en el tema, a través de la promoción de la asociación colombiana de técnicos de la caña de azúcar. El trabajo para garantizar la estabilidad en el largo plazo, a través de acuerdos como el fondo de estabilización de precios del azúcar y de las mieles.

Han logrado ustedes la mayor productividad de caña de azúcar en el mundo. Se mide cuántas toneladas por hectárea y son campeones, y después se mide cuántas toneladas de azúcar por tonelada de caña, y son campeones. Y no ha sido fácil.

Los estudios que ustedes mismos entregan a los compatriotas nos muestran que gracias a las investigaciones, en los últimos 25 años han duplicado la productividad en la relación de toneladas de azúcar como proporción de las toneladas de caña.

Han avanzado enormemente en el balance ambiental. Ustedes, como lo acabamos de escuchar al doctor Luis Fernando Londoño Capurro, producen mucho más oxígeno y ustedes capturan mucho más CO2. El balance positivo en un tema tan sensible es motivo de orgullo para Colombia.

Ustedes han hecho un esfuerzo enorme en la reducción de las cantidades de agua que se necesitan para la irrigación de la caña de azúcar, lo cual contribuirá a que el Valle del Cauca pueda garantizar la sostenibilidad del líquido en todas sus laderas y en el plan.

Ustedes han logrado enormes resultados en los subproductos, aquellos que producían reacción de los ecologistas porque se consideraban contaminantes y no encontraban depósitos para albergarlos adecuadamente, paso a paso, los han venido convirtiendo en fertilizantes. Y han hecho una gran contribución a la industria del papel, una gran contribución a la generación de energía.

Es bien importante destacar cómo paso a paso se están convirtiendo en uno de los mayores generadores de energía del país a partir del bagazo.

Celebro que entre las medidas de confianza inversionista que hemos podido adoptar a lo largo de estos siete años, en concertación con ustedes y con liderazgo del Ministro de Minas y Energía, se pudo eliminar el impuesto del 20 por ciento a la energía de cogeneración.

Biocombustibles

Qué bueno poder decir que un país que hace seis años no producía biocombustibles, hoy es el segundo en la región latinoamericana y del caribe en la producción de etanol, y empieza a ser el primero, el gran líder en la producción de biodiesel.

Ustedes han sido parte fundamental en este proceso, en la contribución de Colombia a la energía limpia.

Durante la administración del Presidente Pastrana, el senador Amilkar Acosta tramitó la Ley que exigía una mezcla importante de combustibles oxigenantes al combustible fósil. Cuando empezaba nuestro Gobierno, en la compañía del entonces Ministro (de Minas y Energía) Luis Ernesto Mejía y del (entonces) Presidente de Ecopetrol, que hoy nos acompaña, el doctor Isaac Yanovich, los escuchábamos a ustedes estimar que el país no iba a poder cumplir con esos requisitos de miel, porque no había quién produjera, no había quién produjera etanol.

Pues bien, se logró. En nuestra primera reforma tributaria se pudo introducir un conjunto de incentivos de gran importancia: se eliminó el IVA a los combustibles biológicos y se eliminó el impuesto global al combustible. Eso les dio muchísima competitividad sobre los combustibles fósiles.

Después el Ministerio tramitó ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) el reglamento para la producción de etanol, que finalmente no tuvo observaciones. Y ustedes confiaron en Colombia y emprendieron la instalación de las plantas, y le dan hoy la garantía al país de estar produciendo más de un millón de litros diarios de etanol, lo cual le da a Colombia un gran sello de liderazgo en energía limpia.

Tiene el país condiciones muy importantes para ello. Colombia cuenta con 578 mil kilómetros de selva.

Nuestra gran contribución a la lucha contra el calentamiento global es preservar esa selva.

La producción de biocombustibles en Colombia tiene la característica de que no es amenaza para la selva. Al contrario, en la medida que es alternativa frente al narcotráfico, se constituye en protección de la selva.

Este país tiene 42 millones de hectáreas de sabana, solamente cuatro millones 800 mil hectáreas en agricultura, 25 millones de cabezas de ganado, los solos 180 mil kilómetros de sabanas en nuestra Orinoquía, nos dan una gran posibilidad de crecer la producción de biocombustibles sin afectar la seguridad alimentaria, que ha sido otra de las objeciones a estos desarrollos en el mundo.

Ustedes ejercen un gran liderazgo, que le da una gran esperanza al país para seguir avanzando en este camino.

Aporte social del sector

Son responsables de la generación de 250 mil empleos. El balance social que presenta el doctor Luis Fernando Londoño, lo podríamos entender como el aporte de confianza de la industria azucarera colombiana para tener las mejores relaciones sociales en el largo plazo. Qué bueno escuchar esos avances tan significativos en educación en todos los niveles, en formación para el trabajo, en servicios públicos, etcétera.

Nosotros hemos creído que esta Patria nuestra necesita seguridad, inversión, cohesión social, y que la inversión requiere responsabilidad social, y como lo citaba el doctor Mauricio Iragorri, esa responsabilidad social tiene que expresarse en las relaciones laborales, en unas relaciones fraternas, opuestas tanto al odio de clases como al capitalismo salvaje.

El balance social que ustedes presentan, por el cual están trabajando, que muestra hoy el primer nivel de prioridad en la industria azucarera vallecaucana, es un aporte para unas relaciones sociales, laborales, de fraternidad en el largo plazo.

Eso me lleva a saludar a los trabajadores, a los sindicatos y a las cooperativas, a invitarlos a que construyan con ustedes todos esos puentes de confianza, toda esa garantía de estabilidad en el largo plazo.

Invitar a los sindicatos para hacer definitivamente el tránsito del viejo sindicalismo reivindicacionista y político, al sindicalismo de participación, al sindicalismo en el cual se le pone todo el énfasis a las aspiraciones sociales de los trabajadores, y también a la asunción de responsabilidades de estabilidad empresarial que les corresponde. Ese tránsito es de significativa importancia.

Ustedes están invitando a construir gracias a sus acciones, esa gran confianza para llamar también a las cooperativas de trabajo asociado. Durante los primeros meses de nuestro Gobierno expedimos un reglamento constitucional que aclaraba que las cooperativas de trabajo asociado son responsables de una compensación a sus asociados, que no puede ser inferior a los mínimos legales de remuneración. Que también son responsables de los aportes a la seguridad social y de los aportes parafiscales.

Después que ese reglamento constitucional fue declarado inexequible por el Consejo de Estado, se tramitó en el Congreso de la República un proyecto finalmente convertido en Ley que acogió estos contenidos. Avanzar en el cumplimiento de esa ley, como es el compromiso de los ingenios vallecaucanos, es de la mayor significación para la cohesión social en el país y para la receptividad de la comunidad internacional a nuestras relaciones entre la empresa y quienes le sirven.

Pues bien, hay otro punto de gran importancia: que esas cooperativas de trabajo asociado sean auténticos prestadores de servicio y que no correspondan a la ficción de intermediarios laborales.

Reconocemos los esfuerzos que se están adelantando por parte de los ingenios vallecaucanos para cumplir con ese precepto de la norma.

Diría yo que este balance social, primera prioridad hoy del esfuerzo empresarial vallecaucano, nos da un gran aliento para soñar en el país de la fraternidad, y se constituye en la mano que se le tiende para la construcción definitiva de puentes sólidos de confianza a todos los sectores de los trabajadores.

Recuperación de la seguridad

Quiero hacer algunas referencias al tema de la seguridad. Hemos avanzado, reconocemos los que falta.

Recuerdo las primeras semanas de Gobierno. Los viajes al Valle del Cauca copaban largas jornadas, solamente para examinar cómo se podía recuperar el orden público en la carretera de Buga a Buenaventura. Por supuesto se ha recuperado bastante la seguridad en Buenaventura, nos afectan todavía índices que no nos pueden dar tranquilidad, de asesinatos en Cali. El departamento en su conjunto sigue avanzando en una gran mejoría.

El país ha mejorado y el Gobierno reconoce todo lo que falta. En aquello que no se cuantifica, que es un componente del concepto democrático de seguridad, hay un balance importante, lo que llamaríamos los intangibles.

El país ha recuperado el monopolio que nunca debió perder de sus fuerzas institucionales para combatir a los criminales, y el monopolio que nunca debió perder de la justicia.

Se ha desmontado el paramilitarismo. En todo el país los únicos que hoy combaten a los criminales son los integrantes de nuestras Fuerzas Armadas. Los reincidentes de los desmovilizados, en alguna proporción participan en bandas criminales, esas bandas dedicadas al narcotráfico y que son objeto de la más severa persecución por parte del Gobierno y de las fuerzas institucionales, tienen una alianza mafiosa con las guerrillas narcotraficantes.

En algunas partes del país se enfrentan para disputarse los réditos del narcotráfico, y en otras partes del país se alían para distribuirse esas utilidades. El propósito es derrotarlos a todos.

En muchas partes del país la justicia había sido desplazada y reemplazada. La justicia no se atrevía a ejercer competencias para investigar crímenes, que apenas se ha atrevido en los últimos años, gracias a la confianza que le ha dado la Seguridad Democrática.

Jueces y fiscales en muchas regiones de Colombia eran desplazados por los cabecillas del terrorismo guerrillero y paramilitar. Estos asumían el conocimiento de las querellas de vecinos, de los pleitos de familias, de los crímenes mayores y de los crímenes menores.

Para bien de nuestra democracia se ha recuperado el monopolio de la justicia.

Las víctimas hacen parte hoy de la prioridad de las políticas públicas de Colombia. Antes no reclamaban por temor o porque lo encontraban inútil. Hoy tenemos más de 220 mil víctimas registradas, esperando el proceso de reparación en el cual avanzamos en medio de las dificultades financieras y fiscales del país.

Pero el principal derecho de las víctimas, apreciados compatriotas, es el derecho a la no repetición, y solamente una continuidad con toda la firmeza en una política de seguridad, introduciendo ajustes que la mejoren todos los días, solamente ello garantiza el derecho a la no repetición.

Cualquier duda, cualquier debilidad, cualquier vacilación, permitirá que en horas el terrorismo recupere su capacidad de victimizar a todos los colombianos. El derecho de las nuevas generaciones a no ser victimizadas, depende de la energía que el país mantenga para prolongar en el tiempo la política de seguridad.

Política que se ha practicado con pleno respeto de las libertades, con plena observancia de los derechos políticos, de las garantías civiles.

Otros países en nombre de la seguridad suprimieron el pluralismo, censuraron la prensa, impusieron la legislación marcial. Nosotros, que hemos tenido un desafío más grande, con unos terroristas inmensamente ricos, que no dependen de donaciones del extranjero sino de su propio negocio de las drogas, los hemos enfrentado, y a pesar de que no hemos ganado todavía, vamos ganando.

Y los hemos enfrentado con legislación ordinaria, lo que honra a la democracia colombiana. Los hemos enfrentado preservando todas las garantías, profundizando todas las garantías para que se expresen todas las tendencias del pensamiento democrático en nuestro país.

Hoy hay 10 mil colombianos con protección individual directa. Se protege por igual a aquellos colombianos que tienen riesgo por defender las ideas del Gobierno, que a aquellos colombianos que se expresan en oposición a las ideas de Gobierno. Hay 2 mil dirigentes sindicales con ese servicio de protección individual directa.

Esta política ha recuperado la seguridad de los periodistas. Llevábamos dos años sin asesinatos de periodistas, infortunadamente este año han sido asesinados dos periodistas, pero ya están en la cárcel los asesinos del periodista en el sur del departamento del Cauca.

La protección de todos los colombianos sigue siendo el objetivo principal de la política de Seguridad Democrática. Esta política ha logrado que se desvirtúe la presunción arrogante de la invulnerabilidad de los capos de la droga y el terrorismo. Antes se sentían intocables, hoy buscan afanosamente donde esconderse.

Es una gran ganancia haber desvirtuado esa presunción de invulnerabilidad de los cabecillas del terrorismo.

Llamado a la comunidad internacional

Tenemos una aspiración. En la relación con nuestra política internacional con nuestra política de seguridad, la aspiración es que todos los países contribuyan a la derrota del narcotráfico y del terrorismo.

Nosotros no podemos resignarnos a que simplemente nos den palmaditas en los hombros cuando estallan los carros bombas en nuestras ciudades.

Nosotros no podemos aceptar que solamente en los foros internacionales se hagan menciones de duelo cuando hay masacres en Colombia.

Nosotros, que cooperamos efectivamente y con gran sacrificio para la derrota del terrorismo, necesitamos que todos los países nos ayuden en la derrota del terrorismo.

Lo único que invocamos como autoridad moral para esa pretensión de la ayuda efectiva de los países en la derrota del terrorismo, es nuestra condición de país que practica todos los valores democráticos, nuestra condición de ser una democracia sin tacha.

Los Estados Unidos nos han ayudado de manera práctica. Si las mediciones de droga se hubieran realizado en el año 2000 con las mismas características, con los mismos requisitos con que hoy se realizan, a Colombia le habrían aparecido –de acuerdo con nuestra Policía- no menos de 400 mil hectáreas de droga en aquel año. Todavía hay muchas, Simci (Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos) dice que hay más o menos 80 mil.

El propósito del país tiene que ser derrotar la droga que financia el terrorismo en su totalidad.

Esa reducción, la reducción de la contribución colombiana al mercado mundial de la cocaína, el aumento de los precios de la cocaína en los mercados internacionales, la disminución de su pureza, la desvertebración de carteles, todo muestra unos resultados en avance.

Y el Plan Colombia, el apoyo recibido de los Estados Unidos, ha sido un apoyo fundamental. Por eso el Gobierno cree que hay que continuar con ese apoyo, con esa cooperación con los Estados Unidos, y mantenerla siempre en positivo avance.

Porque no nos podemos quedar en la mitad. Cuando nosotros reconocemos que no hemos ganado pero vamos ganando, tenemos que recorrer la milla adicional para poder ganar definitivamente. Y el nuevo acuerdo de cooperación en seguridad con los Estados Unidos, es la milla que se le adiciona al Plan Colombia para poder derrotar definitivamente el terrorismo y el narcotráfico para que sean cosas del pasado de nuestro país.

Mientras tengan donde esconderse los terroristas, nunca tendrán intereses en negociar la paz en Colombia ¿Por qué? Porque cualquier escondite que encuentren les da a ellos la esperanza que cuando haya gobiernos de otra orientación, podrán regresar triunfales a Colombia a continuar con sus actividades terroristas.

La mejor contribución que nos puede dar la comunidad internacional es perseguirlos, evitar que se alojen en cualquier sitio del territorio de la comunidad internacional.

En la medida que sientan que en todas partes se les persigue, y como ya lo han sentido, que en Colombia no van a tener finalmente lugares de refugio, solamente en la medida que sientan que en la comunidad internacional tampoco tienen refugio, en esa misma medida se aprestaran a avanzar en una definitiva negociación de paz en Colombia.

La debilidad ha demostrado ser muy dañina. Mientras en los años 90 se desmovilizaron 4 mil terroristas, el país llego a completar más de 60 mil terroristas activos.

En nuestro periodo, en nombre de la seguridad y de la fortaleza se han desmovilizado más de 50 mil, y están bastante reducidos a pesar de que mantienen capacidad de hacer daño.

Nuestro propósito es acudir con toda la determinación a los canales diplomáticos, para que en algún momento se reconozca la necesidad por parte de todos los Gobiernos, del vecindario, de impedir que los terroristas colombianos encuentren en algún sitio de su territorio refugio para evadir a las autoridades de Colombia.

Infraestructura

Hemos asistido esta tarde a un evento convocado por el Ministerio de Comercio con la ayuda extraordinaria de la Cámara de Comercio de Cali: el evento Colombia Crece, los consultorios empresariales que hemos acostumbrado repetirlos en Cali frecuentemente durante estos años.

Compartimos plenamente la propuesta de la Cámara de Comercio, de una gran alianza para el empleo en el Valle del Cauca.

En los próximos tres años debería generar 96 mil empleos directos con la confianza del sector privado, la contribución resuelta de la Alcaldía de Cali, de la Gobernación del Valle del Cauca y del Gobierno Nacional.

Compartimos plenamente los soportes que la Cámara de Comercio de Cali le ha propuesto a esa alianza para el empleo: infraestructura, confianza inversionista, solidez de la estructura empresarial y vivienda de interés prioritario.

Hay avances en el Valle del Cauca en infraestructura, es líder en el país, pero hay grandes retos.

Se ha completado la primera fase del (Sistema Integrado de Transporte Masivo de Cali) MIO. La calidad de vida de la ciudad exige que continuemos con las siguientes fases.

Se ha empezado la construcción de la doble calzada Buga-Buenaventura. Se exige una gran perseverancia para poderla realizar plenamente, y que gane en los próximos meses un ritmo importante de ejecución de obra.

Logramos recuperar el ferrocarril de Buenaventura a Cartago con un costo de 150 millones de dólares, ahora el reto es que el nuevo concesionario logre primero trasportar 300 mil toneladas y en los siguientes años un mínimo de 600 mil.

Ha avanzado bien el nuevo esquema portuario en Buenaventura, la renovación de concesiones, los compromisos de mayores inversiones, el tratamiento de zonas francas. Confiamos que eso le ayude muchísimo al comercio internacional del país y al Valle del Cauca.

La malla vial vallecaucana empieza ya a expresarse como una realidad. Hoy, por ejemplo, se reclamaba que todavía hay unos trayectos en los que se presentan como baches excepcionales. El propósito del Gobierno es seguir trabajando para superar problemas de adquisición de predios, y para poder entregar en su totalidad la malla vial vallecaucana.

La doble calzada Buga-Buenaventura, gran aspiración del pueblo vallecaucano, no es un a obra aislada, hace parte del corredor de Caracas al Pacífico. Colombia está trabajando en todo su trayecto. Con el Ejército, con la coordinación del Gobierno Nacional y con recursos de Arauca se ha hecho un tramo muy importante entre Arauca y Tame.

Recientemente se contrató una vía de muy buenas especificaciones entre Yopal y Sogamoso. Y ya tenemos construidos 140 kilómetros de doble calzada entre Sogamoso y Bogotá.

Avanza velozmente la doble calzada de Bogotá a Girardot. Ha concluido la excavación del túnel del Sumapaz, que lo denominamos el túnel Guillermo León Valencia, para honrar la memoria del ilustre expresidentes, ejemplo de firmeza.

Avanza velozmente la carretera de Girardot a Ibagué. Se construyó la parte básica del túnel de La Línea, y ahora ya ha empezado la construcción del túnel de tránsito en La Línea, que proponemos que se llame el túnel del Segundo Centenario.

Confiamos, pues, que haya una carretera de magníficas especificaciones entre Arauca y Buenaventura, para bien de toda Colombia y para bien del Valle del Cauca.

Sabemos que hay grandes reclamos en lo que son las vías secundarias y terciarias.

El país, a medida que tenga confianza en inversión, y que eso le permita al Estado ir administrando el déficit y la situación financiera, también irá avanzando en las vías secundarias y terciarias.

Colombia no ahuyenta la inversión

La confianza inversionistas es fundamental. Colombia no participa de riesgos que se corren en otros países de América Latina para ahuyentar la inversión. Aquí tenemos una voluntad política: atraer inversión, construir inversión con responsabilidad social, sacar adelante el propósito de obtener las mayores tasas de inversión.

Por eso, nosotros no nos dejamos tentar de la posibilidad de la estatización de medios de producción, ni del riesgo de la estatización de medios de comunicación.

Pedimos a los medios de comunicación que ejerzan su libertad para defender en el continente otras libertades, que en algunos sitios están afectando, como la libertad de emprendimiento.

Creemos que solamente una gran dinámica de la libertad de emprendimiento con responsabilidad social puede llevarnos a superar pobreza y a construir equidad.

Hemos introducido reformas estructurales muy importantes en los últimos años: eliminación de regímenes privilegiados de pensiones, que reforma a las transferencias, que reforma laboral, que reforma tributaria, que la reforma a 427 entidades del Estado, pero reconocemos que hay que seguir introduciendo reformas.

Quedan muchas entidades del Estado por reformar. Ahora penden en el Congreso de la República las reformas estructurales para introducirle agilidad a la justicia.

El país tiene que seguir un proceso reformista permanente. Debe, a mi juicio, tener unos objetivos claros, moverse en la vía que conduzca a esos objetivos, introducir ajustes, no quedarse en el aquietamiento, tampoco dejarse seducir de los bandazos: ni aquietamiento ni bandazos, mejoramiento continuo en seguridad, en confianza inversionista, mejoramiento continuo en cohesión social.

Por eso, nosotros defendemos lo que hemos logrado en política tributaria. Nos parece que el país puede presentar hoy una legislación tributaria altamente atractiva para la inversión.

Los estímulos a los biocombustibles, a los cultivos de tardío rendimiento, las deducciones para la inversión, las zonas francas, los acuerdos de estabilidad, constituyen un conjunto normativo bastante indicado para que el país sea competitivo en atracción de inversión.

Cuando empezamos, la tasa de inversión giraba alrededor del 12 - 14 por ciento. En los últimos años ha girado alrededor del 25 por ciento. No obstante las dificultades de la economía, en nuestro primer trimestre de 2009 la tasa de inversión se mantuvo en el 25 por ciento.

Teníamos inversión extranjera directa de 700, 500, mil, mil 500, a lo sumo en picos 2 mil millones de dólares.

En los últimos años la Inversión Extranjera Directa (IED) ha sido de 8 mil 500, 6 mil 500, 9 mil 28, 10 mil 564 millones de dólares. A 30 de julio de este año se situó en 4 mil 675 (millones de dólares) inferior que el año pasado, pero bastante superior a los periodos anteriores.

Buscar una tasa de inversión elevada y sostenida debe ser un propósito de todos los colombianos.

Por eso compartimos el programa de Alianza para el Empleo, que tiene un pilar bien importante en la solidez de la confianza inversionista, y nos proponemos darle todo el apoyo a este gran propósito del Valle del Cauca.

Desafíos del país

Compartimos la preocupación que ustedes han expresado sobre la tasa de cambio. En años anteriores pudimos ayudar a sectores afectados con recursos fiscales. La situación fiscal ahora es más difícil.

Una tasa de cambio con esta revaluación, puede crear muy graves riesgos al sector productivo y al empleo, en un momento en que el Gobierno no tiene, por ejemplo, las condiciones que sí tuvo en el primer semestre del año pasado, cuando se aplicaron 615 mil millones de recursos fiscales a apoyar a los sectores afectados.

Esta tarea de un país en permanente progreso, tiene varios desafíos: el desafío de la educación, el desafío de los acuerdos internacionales, el desafío de la demanda doméstica, el desafío de la infraestructura, al cual ya se le han hecho algunas referencias.

Celebro que en la agenda del balance social, de la responsabilidad social de la industria azucarera vallecaucana, el tema de la educación esté en primer orden.

Si ustedes me preguntaran cuál es el sector líder de la cohesión social de Colombia, yo les diría el educativo.

Si le preguntaran al Gobierno un sector que pueda ser el elemento transversal entre la seguridad, la confianza inversionista y la cohesión social, el Gobierno les contestaría el educativo.

Demora en dar resultados. La pobreza no se vence de la noche a la mañana con un proyecto educativo. Pero cuando ese proyecto educativo se sostiene, empieza a descender velozmente la pobreza, empieza a eliminarse velozmente la indigencia, y empieza a mejorar la distribución del ingreso.

Hemos pasado de unas coberturas de 78 al ciento por ciento en educación básica. Graduábamos 430 mil bachilleres, graduamos hoy 640 mil.

Los científicos de la educación nos anticipaban un colapso en calidad, porque nos proponíamos masificar la graduación de bachilleres. Eso no se ha dado. Hemos logrado mantener la calidad a pesar de la masificación, y va en proceso de mejoramiento.

Teníamos menos de un millón de estudiantes universitarios, y con los nuevos cupos del Sena, en educación titulada estamos llegando a un millón 700 mil cupos universitarios.

Financiábamos 60 mil estudiantes con el Icetex, y ya superamos la financiación de 250 mil estudiantes.

El país antes tenía 5 millones de usuarios en alimentación infantil, hoy tenemos 12 millones. Se entregan 14 millones 500 mil porciones alimentarias al día, pero tenemos un gran retraso en la cobertura de educación para menores de cinco años.

He ahí uno de los grandes retos del país.

Como otro reto del país es la construcción de infraestructura, porque las altas tasas de cobertura han venido desbordando la infraestructura.

Como otro reto es avanzar con los educadores, con los profesores, hacia el nuevo escalafón, el nuevo escalafón que es más generoso en remuneración y más exigente en requisitos, al cual ya han ingresado 60 mil de los 320 mil educadores del Estado.

Una Revolución Educativa permanente va a conducir a Colombia a superar definitivamente la pobreza, a eliminar la indigencia y a construir equidad. Aplaudimos este gran esfuerzo de la industria azucarera vallecaucana, para darle en su programa de responsabilidad social esa prelación a la educación.

Acuerdos comerciales

Estamos trabajando para que este país de 46 millones de habitantes se integre a toda la comunidad internacional.

Cuando empezamos, teníamos el acuerdo con la Comunidad Andina y el acuerdo con México. Hoy tenemos el acuerdo con Mercosur (Mercado Común del Sur) el acuerdo con Chile, el acuerdo profundización de inversiones con Perú, el acuerdo con tres países centroamericanos.

Hemos firmado el acuerdo con Canadá. Esperamos que podamos obtener una votación positiva en el Congreso canadiense.

Y también confiamos que en algún momento, más temprano que tarde, el Presidente (Barack) Obama y el Congreso de los Estados Unidos ratifiquen el acuerdo aprobado con Colombia.

Estamos en pleno proceso, ya en una fase avanzada de negociaciones con la Unión Europea. Y le estamos poniendo todo el énfasis a los tratados de promoción de inversiones y de desmonte de la doble tributación.

Hemos firmado el tratado de promoción de inversiones con China y hemos cerrado negociaciones en el tratado de promoción de inversiones con la India.

Un país con tanta pobreza tiene en la posibilidad de agregación de demanda doméstica, un gran camino para superar crisis sociales y crisis económicas.

Toda nuestra política social busca también en el corto plazo agregarle a la capacidad de demanda de los sectores más vulnerables de Colombia.

Por ejemplo, el programa Familias en Acción, que ya tiene registradas 2 millones 740 mil familias, es un programa cuyo objetivo principal es garantizar a estas familias, con un subsidio del Estado, que ellos les puedan a dar a sus hijos el ciclo completo de de educación.

Pero en el corto plazo ese programa ayuda muchísimo a detener la caída de la economía, como quiera que las familias dedican esos dineros a alimentación, a calzado, a vestuario.

Estamos buscando conectar nuestros programas sociales con la necesidad, en esta época de dificultades, de agregarle capacidad adquisitiva por parte de los sectores más vulnerables para bien de la economía colombiana.

Reflexión sobre precios

Creemos que las tendencias inflacionarias animan al país para que avancemos todas las instituciones en el propósito de tener un camino más veloz de reducción de la tasa de interés.

Y por su puesto, yo creo que así como se reclama que hay que transmitir más rápidamente la reducción de la tasa de interés de referencia a los usuarios del crédito, también hay que transmitir más rápidamente la reducción de precios de alimentos básicos a los consumidores.

Esta tarde, en los 50 años de Asocaña, quiero invitar a todos los colombianos a una reflexión: este país ya tiene un gran liderazgo en cadenas de comercio. Esas cadenas de comercio podrían ayudarnos ahora para enfrentar esta coyuntura internacional y de dificultades de la economía en lo doméstico, a transmitirles rápidamente a los consumidores la reducción de los precios en alimentos básicos.

Cuánto ayudaría eso a acabar de recuperar la capacidad adquisitiva que por cuenta de la inflación de alimentos se deterioró, en perjuicio de los sectores más vulnerables en el período de 2008.

¡Qué bueno que en los próximos días los gremios de la producción, del comercio, le anunciaran al país una acción efectiva en ese frente, de trasladarles a los consumidores de manera inmediata mayores descuentos que reflejen la reducción en la evolución de precios de alimentos básicos!

Ustedes, apreciados integrantes de la industria azucarera, le han hecho un gran bien al país, pero el país demanda su ayuda.

En muchas regiones de Colombia reclaman su presencia para hacer allí los desarrollos de etanol. Ustedes nos tienen que ayudar a que otras regiones de Colombia se conviertan en réplicas de este gran Valle del Cauca.

La Orinoquía tiene 180 mil kilómetros de sabana y apenas hay un principio de experimentación con caña de azúcar a cargo de Ecopetrol. Qué bueno que ustedes hicieran en la Orinoquía una réplica de este gran Valle del Cauca, para el futuro de los colombianos.

Luchando por la prosperidad –como ustedes lo han hecho- por la cohesión social, luchando infatigablemente por la seguridad, tenemos que garantizar a las nuevas generaciones de colombianos un futuro de azúcar, que no de hiel, como lo han padecido los colombianos torturados por la violencia.

Muchas felicitaciones”.

 

     
 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
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