Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez, durante el acto de
condecoración a la organización empresarial Riopaila – Castilla S.A.

 
Enero 15 de 2009 (Bogotá)
 

“Muy apreciados compatriotas:

Nos honra mucho entregar la Orden del Mérito Industrial a una empresa como Riopaila.

En las palabras del doctor Álvaro Hernando Caicedo (Presidente de Riopaila – Castilla S.A.), que acabamos de escuchar, vemos allí plasmados un conjunto de valores de gran importancia: la perseverancia, la capacidad de superar dificultades, la tenacidad en la iniciativa privada y la visión de solidaridad social.

Usted, antes de referirse, doctor Álvaro H., a los ochenta años del ingenio, a su tarea social, a su promisorio futuro, se refirió a los esfuerzos de su padre para formarse como abogado en la Universidad del Cauca, venir a ejercer a Palmira y emprender la tarea que en septiembre del año pasado cumplió ochenta años de inauguración.

Plausibles, ejemplares, los esfuerzos de su padre; plausible la tarea empresarial de todos ustedes, que han mantenido siempre en ascenso la empresa a lo largo de estos ochenta años.

Iniciativa privada con responsabilidad social. Uno de los tres valores que nosotros hemos propuesto para profundizar la confianza en Colombia: la Seguridad Democrática, seguridad con valores democráticos; la confianza inversionista con responsabilidad social y la cohesión social con libertades.

¡Qué importante es escuchar sus palabras! Y constatar que hacen una radiografía a la realidad empresarial de lo que ustedes han hecho y presenta un balance social de suma importancia a lo largo de 80 años y las bases para el balance social que seguirán presentando en el futuro.

La crisis económica mundial

Quiero animarlos a acelerar esfuerzos.

Esta crisis que los economistas más agudos no anticiparon es una crisis que puede ser profunda y extensa, pero aquellos países en los cuales hay confianza inversionista pueden salir adelante con menos dificultades, que aquellos países donde no han cultivado la confianza inversionista.

Cuando nadie lo esperaba, la confianza inversionista empieza a dar réditos. La semana pasada Colombia salió al mercado internacional, obtuvo oferta por 2.700 millones de dólares y colocó papeles por mil, que era lo que demandábamos, a pesar de que recibimos ofertas por 2.700. Plazo a 10 años y unos intereses aceptables, dadas las condiciones del mercado financiero internacional.

La balanza cambiaria muestra que, sin incluir diciembre, la inversión extranjera directa en nuestro país había ya llegado en 2008 a 8.200 millones de dólares. Si a eso se le suma diciembre y se le suma lo que entra por Banco de la República, en inversión de capitales, 2008 fue un año en el cual Colombia tuvo una inversión extranjera directa, superior a los 10 mil millones de dólares.

El país mantenía flujos de inversión extranjera directa de 700 millones, de mil, picos de dos mil. En los últimos años, cuando entró Bavaria, 10 mil quinientos; al año siguiente, 6 mil quinientos; el año 2007, 9 mil 28 y ya podemos asegurar que 2008 superó los 10 mil millones de dólares.

El país había visto descender su tasa de inversión al 12, 14 por ciento; llevamos 3 años consecutivos con tasas de inversión superiores al 26 por ciento.

Sabemos que esta crisis trae sus costos para todos. Estamos trabajando para poder enfrentar lo que ya se asoma en el horizonte, que es un menor cumplimiento de los recaudos.

Este año nos tenemos que preparar para obtener unos recaudos bastantes menores a lo inicialmente programado; nos estamos preparando para ello.

Nos estamos preparando para anticipar desde ya todo el financiamiento externo de 2010 y ojalá de 2011. El financiamiento externo de 2009 está cerrado, está completo.

Vamos a seguir toda la reforma administrativa del Estado, para seguir ahorrando, para acabar esa máquina que creó el burocratismo del Estado politiquero, burocrático, destructor de recursos.

Y diría yo, en las palabras que le escuchamos esta semana al ex Primer Ministro inglés Tony Blair, que es la hora de Colombia. Él dijo: ‘Colombia es uno de los pocos puntos que brillan en el mundo en este momento’. Está de moda Colombia, tenemos que seguir haciendo el esfuerzo y creo que eso nos ayuda.

En el peor de los casos puede ser que este año las múltiples inversiones programadas en Colombia se desaceleren mucho, porque los inversionistas -entre los cuales están los de zonas francas, los inversionistas del sector eléctrico, etcétera- no puedan obtener las financiaciones que habían programado para llevar a cabo esas inversiones. En el peor de los casos eso puede darse.

Así como (esta crisis económica mundial) es la más profunda, también es la que ha logrado concitar mayor reacción de todos los gobiernos del mundo para inyectar liquidez a los mercados: los gobiernos del mundo parecen haberle perdido hoy el miedo a la inflación; le perdieron el miedo al déficit, hoy lo que quieren es obtener dinero de donde venga para inyectárselo a los mercados, para dar liquidez suficiente y para reactivar la economía.

Yo diría que es una crisis muy profunda, pero también con unas reacciones muy rápidas.

Y tiene que superarse esta crisis. Si durante la crisis se nos cae mucho el nivel de inversión, una vez termine la crisis, si Colombia persevera en este camino, pues los inversionistas dónde van a invertir: allí donde hay confianza.

Y eso nos da una gran ventaja frente a muchos países, inclusive del vecindario, que han fundamentado sus modelos de desarrollo en monopolios sustentados en recursos naturales, monopolios estatales de hidrocarburos, etcétera.

Hoy, en una situación bastante difícil por la incapacidad de aumentar producción, por la situación del precio, y a eso se le suma que tras de sus dificultades en hidrocarburos se encuentran con una economía privada bastante destruida, porque en la euforia de los hidrocarburos y de la ideología se dedicaron a espartar a los inversionistas. Colombia ha hecho todo lo contrario.

Nosotros, a nuestra política de Seguridad Democrática le hemos sumado la política de confianza inversionista. Ningún Gobierno en Colombia ha sido hostil a la inversión, pero creemos que el nuestro es el que más énfasis ha puesto en la inversión y que eso puede ayudarle mucho a Colombia en esta crisis y a superarla rápidamente, una vez se vayan normalizando los flujos de recursos en el mundo entero.

Y para eso necesitamos contar con empresarios como ustedes: con tenacidad, con perseverancia, con responsabilidad social.

En ese tema de las relaciones laborales, es tan grave el odio de clases que sembraron los marxistas, como el desdén de subestimar los conflictos laborales y creer que no hay que prestarles atención, pensar que no se dan y mirar los temas desdeñosamente, con actitud de capitalismo salvaje.

Por eso el balance social de Riopaila, que nos acaba de sintetizar en su magnifica intervención el doctor Álvaro H. Caicedo, es un balance extraordinario. Iniciativa privada con responsabilidad social, que es lo que necesitamos en esta Patria colombiana.

Energía limpia

El nuevo Presidente de Estados Unidos (Barack Obama), entre sus prioridades llega con la de la búsqueda de energía limpia. Solamente Brasil tenía esa prioridad en América Latina. Por fortuna, Colombia hoy es el segundo.

Y ahora que Estado Unidos empieza a hablar del tema, nosotros ya llevamos un buen rato.

El país hoy produce un millón, un millón 50 mil litros diarios de alcohol carburante, y con las plantas que se inauguran en los próximos días queda en capacidad de producir millón 200, millón 300 mil litros diarios de biodiesel a partir de palma africana.

El Brasil no produce biodiesel aún. Creo que somos los primeros y mayores en América Latina en biodiesel.

Y el Gobierno ve lo siguiente:

En los anteriores altibajos del petróleo, cuando el petróleo bajaba después de una gran subida, todo el mundo se tranquilizaba; se ignoraba la necesidad de buscar energías alternativas.

La normalización del petróleo desestimulaba la imaginación para examinar esas otras opciones energéticas. Hoy, no. El petróleo tocó picos de 146 dólares y hoy está oscilando entre 38 dólares, 36 dólares, 46, 48 dólares.

Además de las volatilidades, no podemos tranquilizarnos. Porque los entendidos, los estudiosos del tema vaticinan que en 40 años, o no habrá petróleo o el mundo, por razones ambientales, no podrá utilizarlo.

Póngase el petróleo a peso es la hora de las energías limpias y Colombia no puede desaprovechar sus inmensas posibilidades y ustedes hacen parte de esa gran posibilidad.

Por eso el Gobierno no solamente ha insistido en las mezclas. Ahora nos proponemos tomar la medida de anticipar las fechas en las cuales deben entrar al país los motores flexibles.

Colombia no puede ir a la zaga en el tema. Tenemos que presionar a los fabricantes y ensambladores de vehículos para que traigan esa tecnología más tempranamente. Esos aplazamientos tan extensos hacen mucho daño. Estas empresas creen que la cosa no es en serio.

Colombia, además con la conducción del Ministro Mejía (ex ministro de Minas y Energía, Luis Ernesto Mejía), obtuvo la aprobación del reglamento de biocombustibles en la Organización Mundial de Comercio.

Se introdujeron estímulos tributarios de gran profundidad. Por ejemplo, estos combustibles no pagan IVA ni impuesto global al combustible, lo cual les da una gran competitividad frente a la gasolina.

Además, para producirlos a partir de fuentes de tardío rendimiento, como en el caso del biodiesel a partir del aceite de palma africana, esos cultivos de tardío rendimiento tienen una exención tributaria de diez años.

Creo que el conjunto de estímulos tributarios que han incorporado Colombia en esta administración, sumado a la norma que permite los acuerdos de estabilidad por 20 años, deben ayudarnos, como nos han ayudado en los dos años anteriores, a que sigan unos proyectos de inversión bastante importantes en Colombia.

Ustedes saben que hoy cualquier inversión generadora de renta en Colombia tiene una deducción tributaria del 40 por ciento, que se puede hacer efectiva en el número de años que se requiera, a partir del momento en el cual se realice la inversión.

Y, además, no es difícil hoy tener una zona franca en Colombia.

Cuando uno ve el potencial de inversiones de ustedes, reúnen fácilmente los requisitos para que sus nuevas inversiones puedan operar como zona franca. Zona franca en la cual no hay IVA ni hay arancel para los equipos que se compren, para las materias primas; equipos que se compren independientemente de que el producto sea para el mercado doméstico o para el internacional. Y tampoco hay esos impuestos para las materias primas que se utilicen para alimentar con un producto final el mercado doméstico.

Y la tasa de renta es una tasa de renta del 15 por ciento, bastante favorable.

Es deber del Gobierno estimular a todos los empresarios que, como ustedes, son una fortuna para Colombia contar con ellos para que avancen hacía este tipo de inversiones que requiere nuestra Patria.

2008 fue un año muy difícil en el sector azucarero. El conflicto político que se generó en el Valle del Cauca fue traumático. Ustedes resistieron. Creo que el acompañamiento que hizo el Gobierno a través del Ministro Diego (Palacio, Ministro de Protección Social) fue sensato.

Si bien nosotros estimulamos una legislación que se aprobó para que las cooperativas de trabajo asociado no se conviertan en un factor de evasión de obligaciones laborales, no podíamos tampoco hacerle juego a la pretensión política del extremismo y de la demagogia de eliminar el cooperativismo de trabajo asociado.

El mundo entiende la necesidad de la tercerización de muchas labores para poder tener altos niveles de competitividad. Nosotros fuimos conscientes, lo somos, de que no podíamos acabar ese mecanismo. Dijimos: tiene que utilizarse con responsabilidad social, pero no se puede eliminar.

Confiamos que ustedes estén haciendo una sensibilización de opinión pública permanente para contarle a la ciudadanía colombiana el balance social de los ingenios del Valle del Cauca. Porque el año pasado, la verdad es que hubo una mala sorpresa:

Mientras en un primer momento la industria azucarera vallecaucana guardaba silencio, los promotores del movimiento político le traían al país el mensaje de que allí no había responsabilidad social. Y se creó mucha distorsión en la opinión pública.

Yo, respetuosamente, sugiero que no esperemos otro momento de presión del extremismo político; que el sector azucarero vallecaucano, y empresas como esta gran empresa de Riopaila Castilla, se anticipen en todo momento y le estén contando al país ese balance social.

Yo escuchaba ahora al doctor Álvaro H. Caicedo y decía: ‘¡Qué bueno que el país escuchara esto frecuentemente, en tiempo oportuno! Creo, y lo digo a manera de análisis constructivo, que faltó decirlo, repetirlo en muchísimas ocasiones, antes del conflicto político del año pasado que sigue latente.

Ellos no quedaron contentos. Ellos estaban seguros que se eliminaba el cooperativismo de trabajo asociado en el Valle del Cauca; que se creaba un gran sindicato político revolucionario de extrema izquierda; que se obligaba a la negociación de industria y que se empezaba a inyectar un veneno destructor a la competitividad de la industria azucarera vallecaucana. Y creyeron que iban a tener rápidamente el apoyo de todos los trabajadores del Puerto de Buenaventura (Valle del Cauca), de los trabajadores portuarios de Cartagena, de los trabajadores portuarios de Santa Marta y, por fortuna, eso no se dio.

El Ministro (Diego) Palacio procedió con toda la diligencia, no solamente con ustedes en el Valle del Cauca, sino también en el Puerto, allá en Buenaventura, en los puertos de la Costa Caribe, pero los extremistas de la política quedaron muy enfadados y buscarán el momento de repetir esa aventura. Por eso es muy importante tomar en el discurso del doctor Álvaro H. Caicedo un gran ejemplo, para estar mostrándole a la opinión pública en los medios masivos de comunicación, periódicamente, el balance social de la industria azucarera vallecaucana.

Honramos hoy la memoria del doctor Hernando Caicedo, sus esfuerzos, los 80 años que en septiembre del año pasado cumplió esta gran industria. Honramos el esfuerzo de cada uno de ustedes, de sus colaboradores, de todos los directivos, de sus trabajadores.

Y al entregar esta Orden al Mérito Industrial la entregamos con los más fervientes votos de que esta gran industria pueda dar los nuevos pasos, sin aplazamiento en los meses que vienen, para bien de nuestra Patria colombiana.

Los felicito de todo corazón. Es un gusto para los ministros y para el Presidente de la República poder entregar la Orden del Mérito a Riopaila Castilla y denle al país la buena noticia en breve de que empezarán los nuevos proyectos.

Muchas gracias”.
 
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