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Declaración del Presidente Álvaro Uribe Vélez, al término
de la reunión bilateral con su homólogo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva
Febrero 17 de 2009 (Brasilia)
     
 

“Presidente Lula: Muchas gracias por esta visita de Estado. Nos estimula mucho en el proceso de profundizar estas relaciones. Llevaré, en nombre de todos los colombianos, con inmenso respeto, con afecto, con gratitud incancelable, la Gran Cruz de Cruzeiro do Sul. Nos compromete más con esta hermana patria del Brasil. Presidente Lula: usted ha sido un gran amigo nuestro en estos años de Gobierno.

Nosotros nos hemos propuesto una palabra en Colombia: construir con confianza. Usted nos ha ayudado a construir confianza en Colombia. Usted nos ha ayudado a que el mundo comprenda que la paz no se puede buscar sin seguridad. Que la seguridad es un valor democrático, una fuente de recursos. Que la seguridad no es un axioma de la derecha ni una negación de la izquierda, sino un imperativo de la democracia.

Cooperación oportuna, eficaz y discreta de Brasil en el tema de la paz

Usted nos ha ayudado a que los terroristas entiendan que pueden tener una gran oportunidad para la paz, pero que fundamentalmente eso tiene que darse a partir de que desistan de sus acciones violentas.

Muchas gracias por la cooperación eficaz, oportuna, que le ha prestado a Colombia, las familias de nuestros secuestrados, con ese apoyo discreto de Brasil, muy eficaz, a la Cruz Roja Internacional.

Muchas gracias por su disposición, la disposición permanente de su Gobierno, para colaborar con el Gobierno de Colombia en la búsqueda de la seguridad y de la paz.

El liderazgo del Presidente Lula en materia de integración

Usted, lo acabamos de escuchar, siempre ha sido tan consecuente en aquello de buscar la inversión con responsabilidad social. Otro factor bien importante de la confianza: que la inversión vaya aparejada de la cohesión social.

La Unión Suramericana aparecía explícitamente en las constituciones de muchos de nuestros países. En la misma Constitución colombiana se da la señal de que se debe de preferir, priorizar la integración con Suramérica. Pero la integración no avanzaba. Era simplemente materia del discurso. En el discurso público se hablaba de la integración. En el discurso privado se le temía a la integración. Lo hemos logrado, y usted ha tenido, Presidente Lula, un liderazgo muy importante.

En buena hora, usted ayudó a que Colombia pueda ser miembro de un derivado de la Unión Suramericana: el Consejo para la Seguridad de Suramérica. Porque se aceptaron allí dos puntos fundamentales para nosotros, que es el rechazo a cualquier organización violenta, y la necesidad de tomar decisiones en materias tan delicadas mediante el consenso.

La primera que vez que tuve el honor de conocerlo personalmente, Presidente, se hablo de la integración de la Comunidad Andina – Mercosur. Los empresarios del Brasil veían a Colombia como algo muy pequeño, sin significación. Y en Colombia se le tenía temor a que nuestra economía fuera devorada por la economía brasilera. Dejamos esos prejuicios atrás. Se hizo la integración Comunidad Andina – Mercosur.

Pero además nos propusimos esa integración tan importante en lo bilateral. Usted me recordaba las cifras cuando conversábamos en aquel enero de 2003. Habíamos tenido un comercio bilateral de 800 millones de dólares. El año pasado fue de algo más de tres mil 100. Un gran crecimiento.

Pero también hay integración entre nuestros empresarios. Ya se buscan complementariedades. Y Brasil ha empezado a entender que Colombia es uno de los destinos de inversión más importantes del mundo actual. Qué bueno que podamos avanzar en ello.

El ejemplo de los inversionistas brasileños en Colombia

Yo les decía ayer a los empresarios brasileños que en Colombia destacamos varias cosas de la empresa brasileña. Primero: no van a Colombia simplemente con intensión especulativa de inversión de corto plazo, sino por visión de largo plazo, con decisión de integrarse al país, con la noción de que el capital es una evidencia de producción de riqueza social, con responsabilidad social.

Por eso: porque vemos estos esfuerzos tan importantes de la empresa brasileña. Los vemos en Colombia en muchas de ellas. No quiero mencionarlas porque de pronto omito alguna en la lista. Pero cómo se integran con nuestros trabajadores, con nuestros empresarios, con las regiones de Colombia. Cómo ayudan para que en Colombia entendamos que son buenos ‘parceros’ y dan todo lo que pueden dar a fin de avanzar en esa decisión.

Brasil es una esperanza en medio de la crisis

En esta crisis Brasil es una esperanza. Una economía como la del Brasil tiene, frente a las economías más desarrolladas del mundo, una gran ventaja: los esfuerzos que haga en materia de política anticíclica encuentran en su mercado interno mucha mayor elasticidad y receptividad, que los esfuerzos que se puedan hacer en otras economías del mundo.

Nosotros apreciamos que las circunstancias de la economía brasileña, uno de los países más ricos del mundo, muy desarrollado, pero por desarrollarse, con 186 millones de habitantes, el primero del mundo en muchos renglones de la economía. Lo que se haga aquí no solamente permite sortear exitosamente para el Brasil esta crisis, sino que nos da una esperanza a todos.

Particularmente pienso que las medidas de su Gobierno van ayudar a que se mantenga el fortalecimiento de la economía brasileña en este período de crisis. Y eso tiene que contribuir a que no se paralicen las inversiones de Brasil en Colombia. Que las necesitamos, por lo que he dicho. Porque esas inversiones son generadoras de posibilidades de superación de pobreza, de posibilidades de equidad social. Y además, en alguna forma, compensan el todavía alto déficit comercial en nuestra balanza bilateral que tiene Colombia.

Esta crisis de la economía del mundo no deroga la iniciativa privada. Creo que propone unas reflexiones. Hay que entender el capital no como lo venían entendiendo en algunos mercados financieros internacionales, que lo convirtieron en un factor de especulación: cambiaron la producción y cambiaron los servicios y cambiaron a tecnología, por el mercado especulativo de derivados secundarios. Si alguna decisión política tenemos que tomar es que el capital es un factor de creación de riqueza social y no puede seguir siendo un factor de especulación.

Tenemos que aprender mucho de Brasil en biocombustibles

Esta crisis permite pensar en Brasil y en Colombia en todo el potencial de los biocombustibles y de las energías alternativas. Antes, cuando subía el precio del petróleo, había interés en las energías alternativas. Cuando bajaba el petróleo, las grandes compañías mundiales de petróleo frenaban las inversiones en energías alternativas y se acababa ese interés.

Ahora es diferente. Subió el petróleo. Ha bajado. Pero el mundo es consciente de que en 30 ó 40 años no habrá más petróleo o por razones ambientales no se podrá utilizar. Entonces hay que dar otro cambio político sustancial: la búsqueda de energías alternativas.

Brasil ha sido un maestro para todos nosotros en etanol. Aquí vine a visitar al Brasil para poder empezar una producción de etanol en Colombia. Todos los días tenemos que aprender de Brasil en etanol.

Colombia este año ya produce un millón de litros diarios de etanol de caña. Y está empezando a producir un millón 800 mil litros diarios de biodiesel a partir de palma africana.

Creo que Brasil y Colombia le podemos decir al mundo que cumplimos las exigencias universales para la producción de biocombustibles, porque tenemos dos compromisos: cuidar nuestras selvas. Brasil y Colombia hemos declarado, y estamos cumpliendo, que nuestra gran contribución en la lucha contra el calentamiento global es cuidar nuestra selva: esa inmensa porción amazónica del Brasil, la pequeña porción amazónica de Colombia, pero ambas del mismo significado cualitativo.

Segundo: podemos defender nuestra política de biocombustibles porque en ninguno de los dos países atenta contra la seguridad alimentaria. Por fortuna, la frontera agrícola de ambos permite un gran crecimiento en materia de seguridad alimentaria y un gran crecimiento en materia de producción de biocombustibles.

El esfuerzo que estamos haciendo en Colombia es que la política de biocombustibles no se dé solamente al nivel de grandes de factorías, sino que podamos tener pequeñas factorías de alta productividad en zonas de pequeña propiedad, para que el propietario rural de pequeña propiedad tenga con sus productos acceso a la fábrica de biodiesel o a la fábrica de etanol.

Y tenemos que hacer un gran esfuerzo conjunto para poder desarrollar la energía solar, la energía eólica. Para que esas tecnologías avancen más y reduzcan su costo, a fin de que podamos darle más oportunidades a nuestros pueblos y al mundo entero.

La selva que ayer nos dividía, hoy es la selva que nos une

Lo que hemos firmado hoy es otro paso adelante. Y otro paso con una visión más integral de nuestras relaciones. Creo que allí hay un punto bien importante: la selva que nos dividía, hoy es la selva que nos une.

Hace poco más de un siglo, alguien quien después se convirtiera en gran Presidente de Colombia, el General Rafael Reyes, cumplió una epopeya al remontar la Cordillera de los Andes, embarcarse en el Río Putumayo, continuar por el Río Amazonas y llegar a Río de Janeiro. Parecería que después pasamos un siglo hablando de la selva en las clases de geografía, pero ignorando nuestras responsabilidades con la selva.

Y era común decir: somos vecinos, tenemos 1.600 kilómetros de frontera, pero tenemos una selva que no nos permite ser vecinos en la realidad cotidiana. Entonces se decía: tenemos que dar una vuelta muy larga por el océano o por otros países.

Pero no. Hoy la selva es la que nos une en la investigación, en la búsqueda del desarrollo sostenible, en la protección de la selva, en el acuerdo integral que hoy hemos firmado, Presidente Lula.

Mantener el ritmo de las inversiones brasileñas en Colombia

Vemos con mucho optimismo que se puedan mantener el ritmo de las inversiones que se habían anunciado de Brasil en Colombia. Usted ha sido un gran promotor de esas inversiones. Sé que los apoyos del Gobierno de Brasil a esos inversionistas, de lo cual usted nos ha hablado esta mañana, Presidente Lula, van a lograr que se reanude la velocidad en esas inversiones.

Nosotros antes teníamos que comprar la maquinaria agrícola en países más desarrollados. Hoy Brasil provee el 90 por ciento de la maquinaria agrícola que adquiere Colombia. Y confiamos que vamos a poder tener, en los próximos días, un crédito del Banco Nacional de Desarrollo Social de Brasil para que Colombia mantenga el ritmo de adquisición de maquinaria agrícola con agregado tecnológico, que ha logrado en los dos últimos años, proveniente del Brasil.

Espero, Presidente Lula, que rápidamente se pueda firmar ese crédito entre el Banco Nacional de Desarrollo Social de Brasil y nuestros Ministerios de Hacienda y de Agricultura. Y que los campesinos colombianos sepan que vamos a tener no solamente la posibilidad de seguir comprando maquinaria agrícola en Brasil, sino también la posibilidad de la financiación.

Una nueva visión de integración

Nuestra visión de integrarnos en ampliación de una sólida Unión Suramericana, pero que haga parte también de una visión de la gran integración con Centroamérica, con el Caribe, con Mesoamérica, la integración de todo el continente; nuestra visión de que nuestra integración no se excluye con OEA, que nuestra es un camino para tener una realidad mejor con Estados Unidos y con Canadá, una realidad mejor con el mundo; la visión, Presidente Lula, de que nos integremos con los países árabes, con toda Asia, es una visión de gran importancia.

Y creo que la podemos fortalecer si hacemos que nuestros países sean mirados como destinos de inversión por toda la comunidad internacional.

Tenemos toda la esperanza en la cumbre que próximamente se llevará a cabo con los países árabes. Y ellos deben saber ya que aquí lo que tienen es destinos de inversión, destinos de intercambio, destinos de amistad.

Hemos tomado atenta nota de las sugerencias suyas y de su Gobierno para que nuestros países activen todo los mecanismos de Aladi (Asociación latinoamericana de Integración) en este momento. Y exploren también que podamos apelar más a nuestras monedas (…), en nuestras relaciones.

Creo que sería prudente que nuestros Ministerios de Hacienda encuentren unos mecanismos para que realicemos las primeras operaciones en nuestras monedas. Y si llegare haber estos mecanismos de crédito, que también haya unos mecanismos de seguro de tasas de cambio, a fin de que el riesgo de unos sobresaltos en tasa de cambio no haga perder confianza al experimento de hacer transacciones en nuestras propias monedas.

La discreción es la mitad del éxito en la política

Presidente Lula: muchas gracias. En usted hemos encontrado al Presidente del Brasil con quien hemos avanzado mucho en la integración, pero también a un gran amigo. Quiero repetirle públicamente a muchos de mis interlocutores en Colombia los consejos que he recibido de usted. Aquel día que llamé a agradecerle la eficaz cooperación en el tema de la liberación de los secuestrados, le dije: ‘Presidente, además gracias por la discreción’. Usted me dijo: ‘Uribe, la discreción es la mitad del éxito en la política’.

En usted hemos encontrado un gran equilibrio político, Presidente Lula. A mí me sorprende gratamente usted cómo le ha dado una muestra al mundo de poder estimular la inversión y al mismo tiempo la protección social. De poder animar a los empresarios y al mismo tiempo reivindicar a los trabajadores. Es el equilibrio de la fraternidad, que dista del odio de clases y que dista del capitalismo salvaje.

En estos quince meses de Gobierno eficaz que nos quedan en Colombia, vamos a hacer todo lo posible para acelerar, para que el aprendizaje de estos años de atrás nos ayude a hacer en 15 meses mucho de lo que falta en este sueño de integración.

Presidente Lula, muchas gracias. A su Gobierno, muchas gracias. Al gran Pueblo del Brasil un saludo lleno de afecto y de gratitud”.

 
     
 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
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