“Un saludo muy afectuoso a todos ustedes.
Diría yo que una institución sólida por excelencia en Colombia es la descentralización. Por excelencia y por comparación, porque es tan sólida, es tan sólido el grado de la descentralización en Colombia, que la descentralización, para bien de Colombia, se ha vuelto algo intangible, se ha vuelto algo intocable. Y qué bueno que así sea.
Diría yo que la descentralización, conjuntamente con el alto nivel de participación de la opinión pública, constituyen las características más sobresalientes de nuestro Estado de Derecho.
El Estado de Derecho, que empezara en los inicios del segundo milenio con la carta de Juan Sin Tierra en Inglaterra, fue un proceso en el cual se fue reconociendo paulatinamente que el poder debería residir en el pueblo, no en el capricho del monarca, no en el capricho del gobernante.
Y por eso se llegó a aquel primer elemento característico del Estado de Derecho: el sometimiento del gobernante a la ley, a la ley externa a él, a la ley producto de ese proceso legislativo que tiene que ser un gran equilibrio entre la participación y la representación.
Descentralización
Avanzó el Estado de Derecho hacia su configuración más general, la existencia de órganos de poder de control independientes, la separación del poder en ramas. El nuestro con una justicia independiente del Ejecutivo, con un gran balance entre la democracia representativa y la participativa, con una creciente participación de la opinión pública. Y yo diría que algo que caracteriza hoy y que distingue a este Estado de Derecho de Colombia es la solidez de la descentralización.
La elección popular de alcaldes y gobernadores, la circunstancia de que el 51, 52 por ciento de todo el gasto del Estado lo realizan las regiones. Una cosa es la descentralización y otra cosa muy distinta es la falta de recursos, que faltan en todos los niveles del Estado; recursos le faltan al Gobierno Nacional que tiene esa gran carga pensional que, solamente este año en el presupuesto central, vale veintidós billones. Recursos les faltan a los gobiernos departamentales, recursos les faltan a los gobiernos municipales.
No obstante que en los últimos años se han hechos tantos esfuerzos. Por ejemplo, le estaba pidiendo al Director de Planeación (Esteban Piedrahita), y aquí está con nosotros el Director del (Instituto Geográfico) Agustín Codazzi, doctor Iván Darío (Gómez Guzmán): el país debe ser informado de lo que ha pasado en materia predial en los últimos años. Predial y catastral.
El Gobierno Nacional a través del Agustín Codazzi tiene el liderazgo para todo el catastro nacional, con excepción de Medellín y Antioquia, Bogotá y Cali. Esos son los únicos catastros autónomos, los otros son liderados por el Agustín Codazzi.
Y es bueno reconocer esto. En el año 2003 ese catastro valía 225 billones; el aumento de avalúo nos ha llevado a que hoy valga 373 billones.
En el 2002 se recaudó por ingreso catastral un billón 760 mil millones; en el 2008, dos billones 510 mil en el 2008. Un crecimiento en pesos reales del 42 por ciento. Y este año se está a la espera de otro crecimiento de 452. Esto es en el stock, o sea que este año el avalúo ya no debe sumar 373 billones sino 452 billones. Esto es bien importante tenerlo en cuenta.
Es una respuesta que se le da a un viejo anhelo del país requiriendo, no solamente más ingresos municipales, sino también más equidad en el gravamen de la tierra, en el gravamen de la propiedad inmobiliaria, en el gravamen de esa base de riquezas.
Con una anotación -comentario que siempre le hago a mis compañeros de Gobierno-, no se puede confundir la economía inmobiliaria especulativa con la economía productiva. Una cosa es gravar esa especulación inmobiliaria que se ha dado, por ejemplo, cuando las mafias se han lanzado en avalancha a adquirir la tierra, y otra cosa es el buen cuidado que hay tener con lo que es el gravamen de la economía productiva.
El país ha avanzado bastante en descentralización. Miren este año. El año pasado y este año ¿Cuánto han ganado las regiones? Recuerdo los reparos al acto legislativo territorial. El Congreso de la República lo aprobó en medio de inmensas protestas y hoy ganan las regiones.
El año pasado el crecimiento de la economía fue apenas del 2,3, 2,5. Las transferencias mucho más. Este año estamos luchando a ver si no hay un crecimiento negativo de la economía, a ver si de pronto hay algún crecimiento positivo en medio de estas dificultades de la economía internacional.
¿Y el crecimiento de las trasferencias es de…? Este año la formula del acto legislativo es inflación más cuatro, más 1,3 por el tema educativo ¿El año pasado cuánto fue? De lo mismo. O sea que han venido creciendo estas transferencias bastante por encima del crecimiento económico del último año y medio. Allí tiene el Gobierno Nacional que hacer un enorme esfuerzo y por supuesto eso le ayuda a las regiones, no obstante que muchas tienen enormes dificultades de ingresos.
Yo quiero, antes de entrar a los puntos que ustedes han planteado y a escucharlos, apreciadas alcaldesas y alcaldes, resaltar esto que significa para la democracia colombiana la descentralización.
Diálogo con alcaldes y gobernadores
Creo que a lo largo de casi siete años de Gobierno, con siete que se completarán ahora el 7 de agosto, ha habido un dialogo intenso con los ciudadanos, con los alcaldes, con los gobernadores, con todas las instituciones.
Un diálogo que nos ha ayudado a construir unidad de Patria, un diálogo que nos ayudado pedagógicamente, un diálogo que ha sido sincero, respetuoso; un diálogo que nos ha creado más conciencia de las restricciones, mejor sentido de las prioridades. Por supuesto un diálogo sin promesas, un diálogo que, como es tan frecuente, en cada ocasión que termina una sesión de diálogo, mis compañeros de Gobierno y yo sabemos que rápidamente nos espera la siguiente. Entonces tenemos que prepararnos para la siguiente, lo cual nos compromete muchísimo.
Un diálogo que ha hecho que el Gobierno Nacional esté en diaria rendición de cuentas, en diario examen de la opinión pública.
Y yo agradezco la posibilidad de haber tenido a lo largo de estos siete años un diálogo tan intenso con las alcaldesas y con los alcaldes de Colombia, con su Federación (Nacional de Municipios), con el doctor Gilberto (Toro) su Presidente Ejecutivo.
Creo que esto nos ha ayudado a construir aquello que los politólogos llaman gobernabilidad. La circunstancia de haber buscado este entendimiento con todos los alcaldes de Colombia, independientemente del origen político de su elección.
Yo creo que allí hay un gran avance de consolidación de la descentralización y un gran motivo de orgullo para la democracia colombiana. En los últimos años nos ha tocado este diálogo frente a un testigo muy importante, el señor Contralor General de la República (Julio César Turbay Quintero), que ha sido tan cumplido con los alcaldes de Colombia y tan paciente para escucharnos examinar una a una de las cuitas que diariamente nos preocupan. Muchas gracias al Contralor.
Yo quisiera entrar sin rodeos al menú temático de ustedes. Pero al presidente de Colombia le corresponde estar recordando diariamente ante sus compatriotas ese marco que guía al Gobierno, la idea fundamental de Gobierno.
Los gobiernos tienen que repetirla, mejorarla, sembrarla en el corazón de todos los ciudadanos. Y por supuesto, entender que los temas no se pueden tratar aisladamente, desordenadamente. Que los temas hay que enmarcarlos en esas ideas fundamentales que jalonan la actividad del Gobierno.
Confianza
La palabra que sigue jalonado a nuestro Gobierno es confianza. Profundizar la confianza en Colombia.
Algunos de ustedes me han preguntado por qué. Yo recuerdo el 8 de agosto de 2002. Llegué a la Presidencia después de haberme reunido con muchísimos jóvenes de Colombia y cuando les preguntaba si alguna vez habían pensado irse del país definitivamente, la inmensa mayoría contestaba que sí, que sin ánimo de volver.
Había una especie de desarraigo, había una especie de pérdida de capital social. Había un desprendimiento del país.
Recuerdo la situación en que encontramos el Cesar al amanecer del 8 de agosto de 2002. Controlado por guerrilla y paramilitares. Los ciudadanos totalmente pavorizados.
Y en la tarde cuando fuimos a lanzar el programa educativo al Caquetá, todos los alcaldes de Caquetá estaban refugiados en Florencia. Aquel día 400 alcaldes en Colombia no podían atender sus obligaciones en sus respectivos municipios.
Emprendimos, pues, la tarea de construir confianza en Colombia. Buscando la seguridad con valores democráticos, la confianza para invertir y emprender con responsabilidad social, y la política social.
Si algo caracteriza a Colombia hoy es que está haciendo un tratamiento integral del tema. Y yo creo que lo reconoce bastante ya la comunidad internacional.
Sí, estamos avanzando en seguridad, pero al mismo tiempo estimulando la inversión.
Hemos puesto todo el empeño en la inversión, pero al mismo tiempo buscando cómo avanzamos en la política social.
Seguridad
Yo creo que la integralidad para asumir la problemática colombiana y enfrentarla es algo bien importante sobre lo cual debemos tener más claridad todos los días.
Y ha ayudado. En los primeros años de Gobierno había una especie de sentimiento excluyente entre el reclamo por seguridad y el reclamo por política social. Todavía rondaba la idea que la seguridad y la política social eran excluyentes.
A mí me sorprende hoy gratamente cuando las alcaldesas y alcaldes de Colombia, cuando mis compatriotas piden por igual Policía que Familias en Acción, seguridad que política social. Piden por igual una base del Ejército que un gran avance en el mejoramiento de la calidad en la atención del Régimen Subsidiado de Salud.
Yo creo que esa es una gran ganancia para el país. Haber avanzado tanto en la conciencia de cómo todo esto está integrado. Cómo para sacar adelante 46 millones de ciudadanos necesitamos un marco de prosperidad, que contribuyen a darlo la seguridad y la inversión, a fin de poder superar pobreza y construir equidad.
Y que si no avanzamos con la política social pues nadie entenderá por qué el esfuerzo en seguridad y por qué el esfuerzo en inversión.
He pedido a Altos Mandos que nos acompañen esta mañana para poder hacer una audiencia con ustedes más luego en un saloncito que nos preste Coldeportes (Instituto Colombiano para el Deporte) aquí al lado, sobre el tema de seguridad.
Porque muchos de ustedes me han llamado y me han puesto mensajes recientemente diciéndome que necesitan que hablemos de seguridad en esta reunión. Por eso he pedido que se haga en una oficinita una reunión en particular con cada uno de ustedes. Y me van a ayudar los Mandos presentar para analizar la situación de seguridad que ustedes quieran plantear sobre algunos de los municipios de la Patria.
Ese cáncer, esa maleza es muy invasora: el terrorismo. Es muy difícil de derrotar. Por eso hay que ser tan perseverantes.
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La señora Secretaria de Estado de los Estados Unidos (Hillary Clinton) me preguntaba hace unas semanas: ‘Presidente ¿usted cree que ya Colombia en la recuperación de la seguridad llegó a un punto irreversible?’ Dije: ‘no, señora Secretaria de Estado, todavía tenemos muchos riesgos’.
Y lo que hemos enfrentado en las últimas horas demuestra, todavía, la dimensión de los riesgos. Entonces por eso hay que mantener la guardia en alto, trabajar a todas horas.
Monopolio de la justicia
Hemos avanzado. Yo diría que hay avances en cifras y avances en elementos que nos son cuantificables. Creo que le país ha recuperado dos monopolios que nunca debió perder. El país ha recuperado el monopolio para combatir los violentos, para combatir los criminales, se ha desmontado el paramilitarismo.
La palabra paramilitar surgió en Colombia para denominar bandas privadas criminales cuyo objetivo era combatir la guerrilla. Se perdió ese monopolio, el Estado lo ha recuperado.
Hoy tenemos unas guerrillas en proceso de debilitamiento. Tenemos las bandas criminales del narcotráfico y lo que ve uno en Colombia es que tienen una relación mafiosa. En algunas regiones están unidos y en otras regiones pelean, pero se unen por razones mafiosas o se enfrentan por razones mafiosas. La razón mafiosa es el botín del narcotráfico.
Un día les da por matarse entre ellos por el botín del narcotráfico. Y al otro día o en otra región están totalmente aliados, se entienden, para repartirse las utilidades de ese botín del narcotráfico. Lo importante es que hemos recuperado el sentido del monopolio del Estado para combatir a los criminales.
Hemos recuperado el monopolio de la justicia. Ustedes recordarán en muchas de sus regiones que la justicia había ido desplazada y remplazada. Eran jefes cabecillas del terrorismo guerrillero, cabecillas del terrorismo paramilitar, los que fungían de jueces y fiscales. Atendían querellas de familia, pleitos entre vecinos, atendían crímenes mayores o menores, habían suplantado la justicia. Hemos recuperado la justicia en todo el territorio.
Reparación de víctimas
Las víctimas. De las víctimas no se hablaba sino en los funerales. Las víctimas no reclamaban por temor o porque lo encontraban inútil. Todos los pasos que hemos dado con la Seguridad Democrática, con la Ley de Justicia y Paz, con la nueva Ley de Extinción de Dominio, todo eso ha creado confianza.
Hoy tenemos 220 mil víctimas registradas esperando la reparación pecuniaria, que reparación total no hay. Pero todo esfuerzo de reparación anula venganza, anula posibilidades odio.
El domingo empezaremos en Popayán (Cauca), la ciudad regida por el nuevo Presidente de la Federación (Nacional de Municipios, el alcalde de Popayán, Ramiro Antonio Navia) el programa de reparación pecuniaria de víctimas.
En los últimos años, a través de Acción Social nos hemos gastado más de 300 millones de dólares en aquello que es la atención inmediata a las víctimas.
Y ahora empezaremos a gastar los primeros 200 mil millones apropiados en nuestro presupuesto para una reparación pecuniaria más de fondo. Aspiramos poder reparar las primeras 10 mil víctimas. Y que presupuesto tras presupuesto el país vaya avanzando en ello para ayudar, a través de la reparación, a construir reconciliación.
Así como hemos creado confianza y mecanismos para la reparación de las víctimas y sus reclamos, lo que no podemos es destruir al Estado.
Nosotros tuvimos que oponernos a un proyecto de ley porque el Ministerio de Hacienda cuantificó que la reparación que ese proyecto ordenaba costaba 85 billones. En un país que escasamente este año recaudará 67 billones. O sea que por halagar las víctimas por 85 billones, finalmente las íbamos a dejar sin posibilidades de que las repararan. Una ley de esas dimensiones no pasa de ser letra muerta.
Y por otra razón. Porque igualaba los terroristas, igualaba los agentes del Estado con los terroristas. Entonces quería darle el mismo tratamiento a un policía, a soldado de la Patria, que a un terrorista.
Entonces quería crearle a la gente del Estado, de la Patria, al policía, al soldado, al agente del Estado, el riesgo permanente de que cualquier acción del agente del Estado contra el terrorismo, inmediatamente pudiera ser acusada y definida como una acción del Estado que produjo una víctima. Que pudiera sobrevenir un reclamo y que ese reclamo se tuviera que atender, por injusto que fuera, sin sentencia judicial.
Si yo soy policía y pienso que si disparo contra un terrorista, hay una ley que le permite inmediatamente a ese terrorista o a las personas que lo rodeen, a acusar de que yo violé los Derechos Humanos y que me pueden condenar por vía administrativa, sin sentencia judicial y que entonces van a decir por vía administrativa sin sentencia judicial ‘no, mire, el soldado tal no actuó legítimamente contra ese terrorista, violó los derechos humanos’ y entonces hay que reparar a esta víctima sin sentencia judicial y enseguida el Estado dice, ‘bueno, tengo que repetir contra el soldado tal’, ¿En qué nos hubiera quedado la Seguridad Democrática?
Yo creo que esos excesos se orientan a paralizar la Fuerza Pública. Y la Fuerza Pública tiene que vivir a la iniciativa. Si la Fuerza Pública no vive a la iniciativa, le quitamos la ventaja, no acabamos de recuperar lo que Colombia necesita, que es la recuperación total de la seguridad.
Porque todavía hay muchas amenazas. Yo estuve el sábado en el San José del Guaviare y ver que el domingo allá, cerca de la carpa, a 40 kilómetros de la localidad principal, ocurrió aquel hecho. O lo que ocurrió en Garzón (Huila). Yo creo que en Garzón nos mató un exceso de confianza y en esto no nos podemos confiar. En esto no podemos dormir sino por un ojo. Esta maleza se recupera de media noche para el día.
Desplazados
Hemos avanzado mucho en la atención del desplazamiento. Este Gobierno ha multiplicado por doce los recursos para los desplazados. Hay avances en medicinas para ellos, hay avances en afiliación al régimen subsidiado, en Familias en Acción, en educación.
El gran atraso frente a desplazados está en vivienda, lo reconocemos. Donde todavía tenemos mucho problema, a pesar de que este Gobierno ha pasado del presupuesto para vivienda social de 150 mil millones al año a 750 mil.
Pero miren también qué ha pasado en desplazados. El año pasado el número total de registrados de desplazados mostró lo siguiente: en el total apareció un número de 157 mil ciudadanos registrados como desplazados, que se habían desplazado entre los años 1950 y los años 1980. Y por el principio de la buena fe fueron registrados y hay que atenderlos.
Yo también temo que la atención a desplazados se convierta en un incentivo perverso. Y que entonces crezca y crezca el número y que crezca el número de aquellos sobre los cuales no hay certeza de desplazamiento, sobre los cuales no hay certeza que la causa de desplazamiento sea violencia.
Tenemos unos lugares que nos preocupan mucho como el río Baudó (Chocó), el Pacífico Sur, Caquetá. Hemos pedido a la Fuerza Pública trabajar en la construcción de enlaces de confianza, como el que tenemos en la Sierra Nevada (de Santa Marta), que nos ha ayudado mucho.
Hace cinco años yo fui a la Sierra Nevada, a Nabusímake y un mamo me dijo: ‘Presidente nosotros no podemos creer, no tenemos confianza. Antes de ayer vino aquí un grupo en uniforme, dijo que eran guerrilleros. Ayer vino otro grupo en uniforme, dijeron ser paramilitares. Y esta mañana, anticipándose a su llegada aquí, vino un grupo en uniforme y dijeron ser soldados. ¿Qué hacemos Presidente?’
Nosotros creamos, en reacción a la queja de aquel compatriota mamo, de la comunidad kogui en la Sierra Nevada, nosotros creamos una figura que se llama Enlaces de Confianza. Un coronel del Ejército a quien se le asignó la tarea, es el enlace de confianza entre las comunidades de la Sierra y la Fuerza Pública.
Estamos buscando ahora replicar esa figura en muchos sitios del territorio. Y que la Cruz Roja Internacional nos ayude. Que no nos ayude simplemente en la reacción frente al desplazamiento, sino también en construir confianza con la comunidad, para que las operaciones militares contra el terrorismo no desaten desplazamientos.
Yo diría que lo más importante de esta política de Seguridad Democrática es que se ha practicado en medio de libertades, sin restricciones, sin ley marcial, sin Estados de Sitio, sin suspensión de garantías políticas, sin suspensión de garantías constitucionales.
Otros países que tuvieron unos desafíos menos poderosos de inseguridad rompieron la civilidad para enfrentar la inseguridad, suspendieron las libertades, afectaron los derechos políticos. En Colombia hoy hay libertades más reales, libertades que han dejado de ser retórica.
Yo creo que haber avanzado en esta lucha frente al terrorismo, profundizando las libertades, sin suspender las libertades, yo creo que honra profundamente a la democracia colombiana.
Inversión extranjera y responsabilidad social
Algunos ciudadanos me decían: ‘Presidente, usted suele decir que el Gobierno actual en Colombia se quiere distinguir por ser el Gobierno que más énfasis ha puesto en la inversión. Presidente ¿para qué eso? Si con esta crisis de la economía no va a haber inversión donde hay desconfianza, pero tampoco en Colombia donde hay confianza’.
Sigue habiendo inversión. A 20 de junio de este año, en medio de esta crisis, llevamos más de 3 mil 600 millones de inversión extranjera directa. En los últimos cuatro años hemos tenido inversiones de 8 mil 500, 6 mil 500, 9 mil 28. El año pasado 10 mil 564. ¿Qué tal que no las hubiéramos tenido?
Los 3 mil 600 a 20 de junio de este año, a pesar de que hay una gran caída frente al año pasado, se constituyen en una cifra muy superior a lo que fue el promedio de inversión en los periodos anteriores. Quinientos, setecientos, mil, mil quinientos millones de dólares. Hay confianza en el país.
Ahora, nosotros exigimos responsabilidad social. Primero, transparencia en las relaciones entre el Estado y los inversionistas. Transparencia en la solución de disputas, en los contratos. Segundo, entendimiento transparente con las comunidades.
Por ejemplo en La Jagua (Cesar) ante los reclamos que hubo, el Gobierno no se dio a la tarea de reprimir la protesta comunitaria, ni de ahuyentar a los inversionistas. Con toda paciencia nos dedicamos a promover allí un diálogo público para buscar el entendimiento, que se la ha hecho seguimiento y que hay que estarle haciendo ajustes diariamente. Yo creo que ese es un buen punto de referencia para replicarlo a todo el país.
Responsabilidad social es eso. Responsabilidad social es fraternidad en las relaciones laborales. Nosotros hemos dicho que el país no puede tener en las relaciones laborales odio de clases; tampoco capitalismo salvaje. Fraternidad.
Se han aprobado unas leyes laborales bien importantes. La que reglamenta las cooperativas. Está bien que existan las cooperativas, pero no para maltratar trabajadores. Está bien que existan las cooperativas, pero para que sean verdaderas cooperativas, no pueden ser intermediarios laborales.
Espero que rápidamente el Ministerio (de la Protección Social) y la Superintendencia terminen la primera investigación sobre cooperativas de trabajo asociado, para decir: bienvenidas las que están trabajando bien y a sancionar las que utilizan el mecanismo cooperativo para ser meros intermediarios laborales.
Nosotros le pedimos al Congreso que no se echara para atrás la Reforma Laboral de 2002. Y también le hemos pedido que no hagamos hoy caso a quienes dicen que debemos desmontar los parafiscales. Creo que hay que mantener ese equilibrio en la legislación laboral, buscar que se cumpla la actual.
La gente dice ‘ah bueno. Pero es que es muy caro en Colombia generar empleo formal’. Si, es empleo de buena calidad el formal. Yo creo que los parafiscales ayudan mucho, yo creo que ustedes sienten en sus municipios los beneficios del Sena (Servicio Nacional de Aprendizaje), de Bienestar Familiar (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar), en casi todos de las cajas de compensación. ¿Qué tal que quitáramos eso? En un país con tanta pobreza y con tanta inequidad.
Entonces eso también hay que mirarlo en su conjunto. Porque también por el otro lado hemos dado muchos incentivos a la inversión: que las deducciones, que las zonas francas, que los incentivos a los hoteles, a los cultivos de tardío rendimiento, etcétera.
Y se ha impulsado muchísimo la idea de que no es el momento de echar para atrás reformas laborales como la del 2002, porque eso crearía más obstáculos al empleo. Que importante ha sido esa reforma laboral para el crecimiento de hoteles en Colombia, para las entidades que tienen que trabajar 24 horas como los hospitales, para restaurantes, para ese sector servicios. Pero tampoco podemos irnos a quitarles beneficios a los trabajadores, por eso queremos manejar eso muy equilibradamente y ese diálogo lo hemos tenido con el Congreso.
Pienso, apreciadas alcaldesas y alcaldes de Colombia, que hay que hacer una gran reflexión sobre la necesidad de que este país, en todos los niveles, impulse la inversión. A mi me agrada mucho cuando escucho a un alcalde decir: ‘estoy promoviendo tal zona franca aquí en el Magdalena, estoy promoviendo esa fábrica de etanol aquí en el Cauca, estoy promoviendo ese cultivo de palma africana aquí en el Meta, aquí en el Casanare. Presidente estamos promoviendo un hotel, una empresa de ecoturismo’.
Yo creo que está dada la legislación, hay confianza en Colombia. Colombia está hoy muy de moda. Hay que ver la buena curiosidad con que se mira a Colombia en la comunidad internacional. El país está muy de moda.
Por eso tenemos que ser muy cuidadosos, porque si nos equivocamos ahora. A mi me dicen: ‘Presidente, como esta economía está tan mala, quite los incentivos’. ¿Cómo los vamos a quitar si los acabamos de introducir? Dejaríamos de tener seriedad. Entonces dirían los inversionistas: ‘ah, ahora que vamos a invertir en Colombia nos van a quitar los incentivos. Apenas los acaban de poner, apenas nos estamos dando cuenta, apenas queremos ir a Colombia y ya los quieren quitar’.
Hay que perseverar. Estas políticas son muy nuevas y hay que perseverar en ellas para que produzcan sus resultados. Pero yo no veo manera distinta de que este país supere pobreza, supere inequidad, que mantener una tasa sostenida de inversión, elevada en nuestro país, con responsabilidad social. Eso es lo que nos caracteriza, emprendimiento con responsabilidad social, emprendimiento entendido como un medio para que el país genere condiciones de superación de pobreza.
TLC
¿Por qué reclama uno el TLC (Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos)? Yo no lo reclamo por un capricho ideológico. A mi me parece tan grave el fundamentalismo ideológico que dice no a los tratados de comercio, como el fundamentalismo ideológico que los niega.
Nosotros lo reclamamos por razones prácticas, porque lo que Colombia vende, lo que la economía colombiana produce y podrá producir, necesita acuerdos de comercio que nos dejen que eso se venda en los otros países, como en el mercado de los Estados Unidos. Y por una razón, porque eso nos da posibilidades de que inviertan en Colombia.
Hay mucha gente en el mundo esperando a ver si ese TLC lo aprueban en Washington para poner una platica en Colombia. Y realmente 46 millones de compatriotas necesitan que en este país florezca la inversión. Sin inversión ¿Qué hacemos?
Política social
Yo les decía el pasado viernes en el Chocó: este reclamo permanente es justo, que por más carreteras, que por más electrificación. Que ya está bien el Hospital San Francisco de Asís de Quibdó, pero mal los 27 hospitales del departamento; que es insuficiente el plan departamental de agua, que solamente llega a los cascos urbanos, que excepcionalmente algunos en este primera etapa podrán llegar a las ruralidades.
Todos esos reclamos son justos. El país para atenderlos qué necesita, necesita recursos. Y esos recursos de dónde nacen, de los contribuyentes. Y la contribución qué la da, una tasa sostenida de inversión grande en Colombia. De resto lo único que hacemos es echar discursos y repartir pobreza.
Y en esta visión integral, yo que creo que a pesar de todo lo que falta, hay cosas buenas en política social que tienen que mostrar en el futuro resultados de reducción drástica de la pobreza. El Plan Juntos, que va a completar millón y medio de familias.
Yo no creí cree que pudiéramos llegar. Hoy estamos pagando 2 millones 700 mil Familias en Acción. El país tenía un programita de 220 mil que era transitorio; hoy 2 millones 700 mil Familias en Acción. Yo creo que eso es bien importante.
Cuando yo veo eso en su conjunto les digo: si estamos en un momento muy difícil, pero si no estuviéramos haciendo todo esto yo creo que el desempleo no estuviera en 11,7, que marcó antier, sino que de pronto se nos habría subido a un desempleo general otra vez al 20, 18, 17, como estuvo al principio de este Gobierno.
Yo creo que en esta crisis de la economía si no se estuvieran haciendo todas estas cositas… Ayer me decía el Presidente de México (Felipe Calderón) que ellos en el primer trimestre tuvieron una decaída del 12 por ciento. Estados Unidos en el primer trimestre, una caída de la economía del 6; nosotros, para nosotros es grave muy grave pero fue del 0,6.
Bueno, cómo se dice, mal de todos, consuelo de tontos, pero por lo menos es lo que me dicen los economistas: ‘Presidente no se desespere tanto que nos ha ido menos mal de lo que se esperaba. Ahora lo que tenemos que hacer es todos los esfuerzos para que nos vaya bien’.
Yo creo que todo lo que se está haciendo en la compañía de ustedes ha ayudado a que la situación sea menos grave.
Ahora, uno ve que hay problemas con Familias en Acción. Siempre a las reuniones van aquellas (personas) que no reunieron un requisito, no les pagaron, que tuvieron que hacer una fila, ahí viene todo el proceso de bancarización.
O unos de ustedes se me quejan, y con toda razón, y se me han quejado especialmente en los Consejos Comunitarios del río Magdalena en los últimos meses: ‘Presidente, a una familia le cuesta más el tiquete en una lancha para ir a reclamar lo que le van a pagar que lo que le dan’. Entonces por eso hay que avanzar en esa bancarización, que todos tengan una cuentica y que se avance en bancarización.
Educación y vivienda
Yo creo que es bien importante lo que este país está haciendo en educación. Miren ustedes sus coberturas de 2002 a la fecha. De 2002 a la fecha este país ha pasado de una cobertura en educación básica del 78 a una cobertura que ya en muchas partes está alcanzando el ciento por ciento. Les aseguro que muchos municipios que ustedes representan hoy aquí tienen la totalidad de los niños en edad de educación básica ya asistiendo a los establecimientos.
En educación media no vamos tan bien, pero hemos pasado del 57 al 78. Que en el Sena. Yo creo que allí ha habido un gran avance y hay que seguir ajustando. Hemos pasado de darle formación vocacional a un millón de colombianos al año, este año a 6 millones. Vamos a llegar a un millón de colombianos estudiando en el Sena inglés como segunda lengua a través de Internet.
Y esa cosa de tener hoy 295 mil muchachos en el Sena matriculados en técnicas y tecnologías, pero vamos para otros 250 mil. Hace dos semanas empezamos la matricula de los nuevos 250 mil. A ver cómo el país puede avanzar en lo que es la capacitación de los jóvenes hacía los nuevos oficios, porque en esta crisis se van a perder muchos de los viejos oficios, casi hay que reinventar las posibilidades del trabajo.
Bienestar Familiar ha avanzado enormemente. El tema universitario. El país tenía menos de un millón de estudiantes universitarios, ahora estamos llegando a millón 700 mil. Financiábamos allá en el Icetex (Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior) 60 mil, ya pasamos los 250 mil y vamos para 300 mil.
Ahora, yo reconozco todo lo que falta. ¿Ustedes saben con la ayuda de muchos de ustedes y de muchos gobernadores, cuántas porciones alimentarias está entregando Bienestar Familiar al día? 14 millones 156 mil. Y estamos pasando de atender 122 días a atender 152. La idea es llegar a 180. Hemos avanzado mucho con las Madres Comunitarias, con los hogares múltiples.
Ustedes están recibiendo tres recursos nuevos que se los creó el Congreso. Un Congreso que ha trabajado en este Gobierno sin auxilios parlamentarios y sin clientelismo. Este ha sido el Gobierno que introdujo la carrera administrativa para 120 mil cargos, el Gobierno del concurso de maestros, el Gobierno del concurso notarial, el Gobierno de la meritocracia.
Ustedes están recibiendo tres nuevos recursos: el recurso para vías terciarias, ahora nos vamos a referir a lo de maquinaría. Aquí están empiezan a llegar Congresistas como el doctor (Eduardo) Enríquez Maya, yo les agradezco esto, lo resalto ante el país, porque en las sociedades democráticas somos muy dados siempre a pasar el Congreso por la guillotina. Entonces nos toca reconocer las cosas buenas.
Un segundo recurso en ese acto legislativo para la primera infancia. Ustedes el año pasado recibieron el Conpes 115 (Documento del Consejo Nacional de Política Económica y Social) , este año el Conpes 123, que mucho nos ayuda para primera infancia.
Tengo una preocupación para el año entrante, porque el año entrante sería en relación con la economía 2008, que no creció por encima del cuatro. Entonces para el año entrante se podría interrumpir ese Conpes. Yo creo que tenemos que buscar con su Federación (Nacional de Municipios) , Planeación Nacional y el Congreso a ver cómo hacemos un anticipo, para que no se queden sin ese Conpes en el año entrante, porque ya lo han tenido dos veces.
Y un tercer recurso nuevo, el de gratuidad educativa, que este año es como de 150 mil millones, 30 mil pesos por niño estrato uno o dos. En algunos que la información llegó a tiempo estuvo pero muy bien el año pasado; otros se quedaron retrasados. Espero que este año les mejore para todos. Yo creo que ahí hay avances importantes.
Ahora, me dirían ustedes: ‘Presidente, y cosas malas’. Muchas. Todo el esfuerzo en vivienda, pero insuficiente. Por ejemplo ahora hicimos un nuevo esfuerzo, ahora sacamos una línea de crédito que vamos a subsidiar. Eso nos cuesta 600, 700 mil millones. Vivienda creo que hasta 60 millones, 5 puntos de tasa de interés de subsidio a 7 años; vivienda hasta 120, 140, 4 puntos; y de ahí a 160, 170, 3 puntos.
Esos nos alcanza para 47 mil viviendas y ya la semana pasada había casi 8 mil créditos desembolsados, más de 17 mil aprobados. Ahí estamos estudiando con el Ministro de Hacienda (Óscar Iván Zuluaga) qué podemos hacer para que cuando se copen los 47 mil cupos podamos incorporar otros cupos, en un país que todavía tiene alto déficit y alto endeudamiento.
Yo veo, por ejemplo, que hemos avanzado mucho en la nutrición infantil. Y lo he visto en departamentos como el Chocó, donde esa dispersión de las comunidades rurales hace tan difícil atender los niñitos que están en las áreas más remotas, selváticas, inaccesibles. Pero tenemos un gran problema, un gran retraso en cobertura educativa para niñitos menores de 5 años.
Para reconocer el problema en el país, porque es que la educación tienen que empezar, algunos estudiosos del tema dicen que la educación tiene que empezar en la concepción.
Nosotros estamos ahora buscando la meta de que Colombia tenga los primeros 400 mil niñitos menores de 5 años de los hogares pobres con cobertura escolar. Cobertura escolar especial, por supuesto, a ver cómo podemos avanzar en eso. Este año la idea es llegar a 300 mil y necesitamos trabajar muy de la mano con todos ustedes para lograrlo a través de ese Conpes 123.
Salud y seguridad social
La comunidad internacional se asombra cuando conoce esta cifra: Colombia este año tendrá de 41 millones de ciudadanos con seguro de salud.
Nosotros diariamente tenemos que ver los problemas, el viernes pasado en el Chocó veíamos cosas muy buenas. Ese edificio del Sena, una revolución; la recuperación del Hospital San Francisco de Asís de Quibdó, una revolución; el hogar múltiple, una revolución. Pero enseguida me decían, ‘bueno pero aquí hay unos centros de atención en Quibdó, todavía sin reestructurar, en pésimas condiciones y de muchos municipios en pésimas condiciones’.
Y entonces me dicen los colombianos: “Presidente, sí un gran avance 41 millones de colombianos con seguro de salud, 23 millones de cupos en régimen subsidiado; 17, 18 millones de colombianos en régimen contributivo; pero Presidente recuerde el régimen subsidiado tiene un plan de atención mucho más bajo que el del régimen contributivo’. Es cierto. Y eso lo tenemos que reconocer. Resolverlo hoy nos valdría 6 billones. Por eso estamos estudiando todos los mecanismos para que el país pueda decir que tiene un régimen igual para todos.
Ahora, ¿Qué nos hace falta? Impulsar más la inversión y el crecimiento de la economía porque eso es lo que nos permite avanzar en régimen contributivo. Yo sinceramente creo que el país no llega a puntos ideales superiores en salud si no hay un gran avance de régimen contributivo, si eso lo vamos a sostener solamente con régimen subsidiado, que en este Gobierno hemos avanzado mucho, hemos pasado de 10 millones 700 mil y este año hay 23 millones de cupos, es un salto enorme.
Pero miren lo que nos queda faltando: fuera de completar la cobertura pensar en 6 billones para que ese régimen subsidiado haga esto y cubra tantos riesgos como los que cubre el régimen contributivo.
Y para ser comprometido -sin faltar al compromiso pero también realista con mis compatriotas-, el camino al que tenemos que darle prioridad es el camino de que haya formalización empresarial y colombianos en el régimen contributivo, porque ese es mucho mejor y es que el que no implica esos costos fiscales para el Estado inalcanzables.
Yo creo que hemos avanzado mucho, pero hay que estar reconociendo diariamente lo que hace falta. Me preguntan mucho ‘bueno Presidente y entonces si reconocen tantos problemas ¿cuáles son los cambios que hay que hacer?’ Yo digo: todos los días hay que hacer ajustes, apreciadas alcaldesas y alcaldes.
Yo hice un posgrado cuando ya estaba viejo y no lo pude hacer joven porque cuando me iba a hacerlo mataron a mi papá. Entonces hacerlo viejo ya, que tenía que estudiar con unos muchachos que parecían más de la generación de mis hijos que de las mías, y cuidando desde el extranjero los voticos en Antioquia -en esa época no había celular-, eso era muy difícil y me hacía estudiar con mucha responsabilidad. Y recuerdo que un profesor mío de competitividad decía ‘mire, hay que tener una visión clara y moverse dentro de ella, hacer ajustes todos los días para llegar a esa visión y eso me produjo una reflexión: uno no puede tener estancamiento y dar bandazos.
Por eso yo le repito a mis compatriotas con todo amor a Colombia, tengamos esos objetivos, confianza en Colombia, seguridad democrática, inversión, responsabilidad social, política social, hagamos ajustes todos los días, no nos estanquemos.
Un país con tanta pobreza y tantas dificultades y el gobernante que piense que todo está bien está en la olla. Pero tampoco dejemos que los desesperos o las faltas de decisión nos lleven a bandazos. Ajustes, ajustes sin estancamiento, ajustes que impidan el estancamiento y también mucha conciencia para impedir bandazos, porque yo creo que hay un caminito que si lo mejoramos y lo mejoramos nos puede llevar a resolver muchas, muchas dificultades.
Los escucho con el mayor gusto y voy a tratar de que mis compañeros y yo vamos dando algunas respuestas, apreciadas alcaldesas y alcaldes.
Entonces el doctor (Ramiro Antonio) Navia y el doctor Gilberto (Toro) dicen en qué orden van a hablar ustedes”. |