Fotografía Audio Correo Presidencia Mapa de Sitio Noticias inicio Video

DISCURSOS AÑOS ANTERIORES

2007 - 2008 - 2009 - 2010

 
2009
   
Enero
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre
   
   
   
   
     
   
   
     
 
   
 

 

 
 
Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez
en la presentación del libro ‘Años en silencio’, de Óscar Tulio Lizcano
Julio 24 de 2009 (Bogotá)
     
 

“Yo quiero felicitar al doctor (Óscar Tulio) Lizcano por este libro que lo escribe él con la mente fría y el corazón sin cólera, como lo dijera bellamente el general Rafael Uribe Uribe cuando terminó la Guerra de los Mil Días.

Lo escribe sin cólera, sin odios, simplemente reflejando unas series de aspectos que se han vivido al interior del terrorismo colombiano, narrándolos a los compatriotas con la prosa de un ilustre profesor universitario y de un humanista que es el doctor Lizcano.

Tantos años de cautiverio. No estuvo en grupo, estuvo solo, en esos climas tan difíciles, en medio de tanta adversidad, y les narra hoy a los colombianos una serie de episodios vividos que -como él dice-deben iluminar en la mente de todos los colombianos esa llama que es la llama del fervor por la seguridad, que es el camino de la paz. Lo felicito de todo corazón.

Cuando terminó la Guerra de los Mil Días, en una de esas alocuciones del momento, el general Uribe Uribe le decía a los soldados: ‘entré al horno de la guerra como los mancebos israelitas. Hoy salgo de él con la mente fría y el corazón sin cólera’. Les decía: ‘despidámonos como soldados, saludémonos como ciudadanos’. Esa actitud suya totalmente ajena al odio, al sesgo, yo creo que es otra parábola de nuestra historia bien importante.

Usted no se alió al terrorismo y tampoco tiene hoy actitud de odio. Yo diría que ese es un equilibrio bien importante, porque da mucha preocupación cuando las circunstancias llevan aliarse al terrorismo, bien sea circunstancias anímicas o circunstancias políticas.

Y tampoco es conveniente para la paz del individuo, para el sosiego de su familia y para la contribución a la Patria, irse al extremo del odio. ¿Cómo es que llaman un hecho de la historia universal reciente, aquel fenómeno mediante el cual la víctima se vuelve aliado al terrorismo? Usted no lo sufrió, es ajeno al ‘Síndrome de Estocolmo’ y es ajeno a la pasión y al odio y lo resaltamos con gran admiración por usted, doctor Lizcano. Lo aplaudimos desde el fondo de nuestro corazón.

Yo quiero agradecerle inmensamente a su familia -soportó una pena tremenda con tanto estoicismo durante todos esos años-, a las Fuerzas Armadas, que se pudo rescatar a Juan Carlos (Lizcano). Imaginen ustedes, apreciados compatriotas, el panorama que vivíamos, el doctor Lizcano sumando años en ese cautiverio y Juan Carlos, uno de sus dos hijos, secuestrado.

Gratitud con las Fuerzas Armadas

Quiero agradecer a las Fuerzas Armadas la manera como se fue avanzando en el cerco militar. Cuando tomamos la decisión de que era necesario avanzar en un cerco humanitario con el buen cuidado de facilitar que pudieran liberarse y encontrarse con el Ejército, u otra opción, que llegara un momento en que el cerco militar determinara la exigencia de que la guerrilla aceptara negociar para liberarlos.

Esto es, muchas opciones se han previsto a partir del cerco militar humanitario. Cuando tomamos esa decisión el Ejército de la Patria, desplegado en aquella región del occidente de Caldas, del occidente de Risaralda, del Chocó, fue avanzando tácticamente con toda la precaución, pero con toda la eficacia, hacia ese cerco humanitaria que finalmente se dio.

Y tengo que honrar a las diferentes Fuerzas, al Ejército y a la Policía. Porque ambos avanzaron mucho en procura de crear las condiciones para que el doctor Lizcano regresara a la libertad.

Agradezco de todo corazón a mi general (Justo Eliseo) Peña (comandante de la Tercera División del Ejército), a mi coronel Barrios (coronel Emiro José Barrios, comandante saliente de la Novena Brigada), quien recientemente deja la Brigada para irse a una comisión al extranjero, al capitán Mejía, quien dirigió aquella operación que culminó en la mañana de aquel domingo (26 de octubre).

Invitación a abandonar guerrilla y liberar secuestrados

E ‘Isaza’ (el ex guerrillero Wilson Bueno Largo, alias Ísaza’), los colombianos siempre le agradecemos a usted. ¡Qué bueno que usted tomó aquella decisión! Se lo agradecemos de corazón.

Espero que hoy esté más tranquila su familia, que su estadía en París, ajeno a los horrores del terrorismo, haya sido un gran encuentro, un gran reencuentro con su vida, con el camino de su paz espiritual, de su alegría, de la alegría de su familia. Todos los días tenemos que recordar este caso. Ojalá la guerrilla reflexionara y hubiera muchos más ‘Isazas’.

Quiero invitar a aquellos guerrilleros que tienen cautivos a los secuestrados, que los tienen allá en el horror de la madriguera, que tomen la decisión de ‘Isaza’, que los liberen, que esos guerrilleros se desmovilicen y que acudan a la vida constitucional liberando a los secuestrados.

Finalmente el sufrimiento del secuestrador es tan grande como el sufrimiento del secuestrado, pero con un agravante, el sufrimiento del secuestrador es un sufrimiento eterno. El secuestrado cuando gana la libertad va transformando el sufrimiento en reflexión de vida, pero termina el sufrimiento.

En el caso del secuestrador, mientras sea secuestrador no tiene manera de deshacerse de ese sufrimiento. Y lo mitiga cuando toma decisiones como la que tomó ‘Isaza’.

Por eso hoy invitamos a la guerrilla a que tome esa decisión, la decisión de liberar a los secuestrados, la decisión de que los secuestradores se desmovilicen y el Gobierno les cumplirá, como le ha cumplido a ‘Isaza’, con decisiones administrativas que el Gobierno, como director del orden público puede tomar, para que haya beneficios jurídicos. Y con recompensa pecuniaria, como lo hemos hecho con ‘Isaza’, quien además ha podido estar en París reconstruyendo el camino de la felicidad en su vida.

Elogio al general Peña

General Peña, rindo un homenaje a usted, a las Fuerzas Armadas de Colombia y al Ejército por esta valerosa actitud. Nos honra mucho acompañarlo a recibir hoy la Orden de la Democracia, que le entrega la Cámara de Representantes.

La tarea que nos queda es muy grande, todavía hay muchos secuestrados. A pesar de lo que se ha reducido el secuestro en Colombia, todavía se dan casos de ese delito y eso hay que derrotarlo totalmente. La guerrilla está debilitada, pero siguen con capacidad de hacer daño.

Dolor por muerte en Ruta Libertadora

Miren cómo nos asesinaron hace dos días en esa representación pedagógica, histórica, tan bella para la Patria, a un intendente de la Policía (Jimmy Téllez Ortegón) que participa en lo que es el recorrido en representación de la Ruta de la Libertad entre Tame (Arauca) y Pore (Casanare), Pisba (Boyacá) y el Puente Boyacá.

Con la ayuda de Dios, mañana nos encontraremos con sus compañeros en Pisba, en el Consejo Comunitario y allí le vamos a hacer un homenaje que nos nace del alma. Este compatriota, intendente de la Policía queda sumado a la gesta gloriosa del Libertador.

Cuando se hable de todos aquellos que participaron en la Ruta de la Libertad, del encuentro de los generales (Simón) Bolívar y (Francisco de Paula) Santander en Tame, de aquello que empezará en Pore, cuando se hable de ese valor de la lealtad que apenas tenia 14 años de edad, Pedro Vicente, él era el niño aquel José Obdulio (Gaviria, ex asesor presidencial) que rechazó las monedas, Pedro Pascasio Martínez Rojas, de 14 años.

El ejemplo de lealtad a la Patria, rechazo las monedas que le ofreció Barreiro para que lo dejara en libertad. Y en esa edad y en esa lucha, y prefirió la lealtad a la Patria que esas monedas. Cuando se hable de Pedro Pascasio Martínez Rojas y de todos estos héroes, hay que incorporar a esa lista de oro que decora a Colombia, al intendente de la Policía asesinado en este Bicentenario.

Rindo mi homenaje a las Fuerzas Armadas y les pido que sigamos esta lucha con toda la intensidad. Además de que hay que derrotar todo esto que queda del terrorismo guerrillero, hay que derrotar las bandas criminales en su totalidad, en su totalidad, apreciado general Peña, apreciado general Salazar (general Juan Carlos Salazar, Director de la Escuela Militar de Cadetes José María Córdova).

Yo sé que esta condecoración que entrega la Cámara de Representante es hoy un acicate para las Fuerzas Armadas de Colombia. Al expresarle a la Cámara toda la gratitud, al exaltarles todos los meritos en cabeza del general Justo Eliseo Peña, le entrega una confianza que es la confianza que tenemos todos los colombianos, que con el heroísmo de todos nuestros soldados y policías les vamos a devolver plenamente la seguridad a nuevas generaciones de colombianos.

Y tenemos ese deber que cumplir, ese deber que cumplir, apreciados generales y coroneles y comandantes, para eliminar el delito del secuestro en Colombia y para que nuestros secuestrados vuelvan a sus hogares, doctor (Oscar Tulio) Lizcano, doña Martha (Arango de Lizcano, su esposa), muchas gracias. Lo felicitamos de todo corazón.

Usted es un símbolo de la seguridad de la Patria. Sin ‘Síndrome de Estocolmo’ y sin odios, nos da un magnifico ejemplo.

A todos muchas gracias.

 
     
 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
Imprimir