Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez al iniciarse la reparación por vía administrativa de las víctimas de la violencia  
Julio 05 de 2009 (Popayán, Cauca)
 
 

“Quiero agradecer a todos los compatriotas que hacen posible este avance. Al Congreso, que aprobó la Ley de Paz, de Justicia, de Reparación; a quienes me han acompañado en el Gobierno a lo largo de estos años: los ministros de Defensa, los ministros del Interior. Al Ministro Fabio Valencia (Ministro del Interior y de Justicia), todo su empeño para sacar adelante este proceso.

Quiero hacer llegar desde aquí una mención especial al interés del Vicepresidente de la República, doctor Francisco Santos Calderón.

Quiero agradecer enormemente a Luis Carlos Restrepo, Comisionado de Paz de hasta hace poco meses, y a Frank Pearl, quien ha sido el Alto Consejero de la Reintegración y ahora también Comisionado de Paz.

Quiero dar un agradecimiento muy grande a esa Comisión (Nacional de Reparación y Reconciliación), que ha trabajado bajo la dirección del doctor Eduardo Pizarro Leongómez, una Comisión que honra a la democracia de Colombia.

Muchas gracias, doctor Eduardo; muchas gracias Patricia (Helena Perdomo González, Representante de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación). Ustedes combinan una serie de atributos, ustedes expresan al pueblo colombiano en esta institución, ustedes tienen toda la preparación, todo el sentimiento, todo el compromiso del alma para llevar adelante estos procesos.

Ustedes han entendido, se lo agradecemos de corazón, que lo mejor que puede pasar para las víctimas es garantizar el derecho de no repetición. Y que en alguna forma ese derecho corresponde a hacerlo cumplir a la política de seguridad, a las Fuerzas Armadas y a la justicia colombiana.

Ustedes han anticipado cómo, para la reconciliación de los colombianos, hay que hacer estos gestos, que son apenas un pequeño componente de una reparación integral.

Quiero agradecer a Acción Social, a Luis Alfonso (Hoyos, Director de la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional), a todo su equipo, este magnífico esfuerzo.

A la Defensoría del Pueblo, a los organismos internacionales. Muchas gracias a los organismos internacionales por su apoyo.

Muchas gracias, especialmente, a las víctimas. Podrían ponerse en una actitud de fomento del odio. El desespero y el dolor podrían llevarlas a una actitud de provocación de la anarquía. ¿Por qué les agradecemos? Porque su dolor no ha sido obstáculo para que las víctimas asuman esta tarea tan generosa de contribuir a la reconciliación de colombianos, participando, como lo han permitido y como lo hacen, en este proceso, en este gesto de reparación.

Reparación total no hay. Lo han dicho aquí todos quienes han hablando. ¿Qué significa este esfuerzo de reparación? Significa un gesto del alma para que no haya semillas de odio, para que no haya ánimo de venganza, para que el país vaya creando todas las condiciones espirituales para la reconciliación total.

Sí, hay un esfuerzo presupuestal, grande, en un país de limitaciones presupuestales, en un país todavía con un gran déficit, con un alto endeudamiento, en un momento muy difícil de la economía internacional.

Pero el país hace este esfuerzo dejando atrás lo que representa el significado económico presupuestal, poniendo por encima de ello la necesidad de dar una expresión del alma de las instituciones de Colombia, para contribuir a crear ese ambiente propicio para la reconciliación sentida de todos los colombianos.

Quiero que todos sientan la expresión de nuestra gratitud. Cuando escuchaba al doctor Eduardo Pizarro Leongómez, en nombre de la Comisión de Reparación, pedirles perdón a todas las víctimas, yo me hacía esta reflexión:

Es una violencia ininterrumpida desde mitad de los años 40 de la pasada centuria. El 50 por ciento de las familias colombianas han sido víctimas directas de esta violencia. Por eso nuestro empeño en la política de Seguridad Democrática, para ponerle fin a esta violencia.

Una violencia que tiene muchos actores, pero que finalmente la solución material y espiritual corresponde al Estado y a la conducción de la jefatura del Estado, en cabeza del Gobierno y en las manos del Presidente transitorio de la Nación.

Entonces finalmente es a la jefatura del Estado, al Gobierno, al Presidente, a quien le corresponde asumir la responsabilidad para resolver este problema integralmente, para ponerle fin a esta violencia y para hacerles llegar un gesto de afecto a todos los colombianos que la han sufrido.

Por eso, yo, con la responsabilidad de ser Presidente de la República, de encarnar hoy por generosidad de los colombianos la jefatura del Estado, y también por mandatos del alma, por recuerdos, por dolores, por nostalgias, quiero también sumarme a lo que ha dicho Eduardo Pizarro, para pedirles perdón a todos los colombianos y comprometer que no ahorraremos esfuerzos para rescatar la paz a través de la seguridad con valores democráticos.

Cuando nuestras Fuerzas Armadas han entregado uno de estos gestos, lo han hecho significando que las Fuerzas Armadas tienen un compromiso de eficacia y un compromiso de transparencia.

Aquí tenemos que ser tan eficaces como respetuosos de los derechos humanos, para que definitivamente la credibilidad popular en la acción de las instituciones, en esa acción como es la política de seguridad, nos permita rescatar plenamente la paz en Colombia.

Siento un gran alivio del alma que este proceso cumpla hoy esta etapa aquí, en esta capital histórica de la Nación tan martirizada por la violencia, en la ciudad de Popayán.

Muchas gracias al Gobernador (del Cauca, Guillermo Alberto González Mosquera) y al Alcalde (de Popayán, Ramiro Antonio Navia Díaz) por albergarnos, y a toda la comunidad de Popayán y del Cauca por la generosidad de albergarnos hoy para dar este paso.

Esfuerzos

Se han hecho esfuerzos: la ley, los decretos. Acción Social, desde 2003 a la fecha, por presupuesto ordinario, ha hecho giros que sobrepasan los 300 millones de dólares, para tener ese pequeño gesto de apoyo con los familiares de los asesinados, con las víctimas de las acciones terroristas.

El presupuesto nacional ha incluido 200 mil millones para este año. Y antes de diciembre, con la ayuda de Dios, se habrá entregado ese gesto a las primeras diez mil víctimas.

Muchos compatriotas me preguntan: ‘Presidente, ¿cómo es el proceso? ¿Necesito abogado?’. Es muy simple. Acudan a la personería, acudan a la Comisión. No necesitan intermediarios. A la Defensoría, a la Procuraduría, a todas las entidades. Es un proceso de buena fe, donde vamos a presumir la buena fe de quien reclama. Sé que no habrá engaño. Y donde el Estado quiere proceder con todo el afecto por la Patria, por los compatriotas, para poder adelantar este proceso.

El presupuesto seguirá incluyendo, partida año tras año, para cumplir con este propósito. El Ministro (del Interior y de Justicia) ha explicado el tema de la ley.

Ojalá se apruebe una ley que le dé más base a toda esta normatividad, pero una ley cumplible. Yo no se qué es peor, si mantener a las víctimas en el cuarto del olvido o simplemente lisonjearlas con un proyecto de ley que no se va a poder cumplir.

Por eso aquí hay que ser comprometidos y, al mismo tiempo, realistas. Trabajar con mucho esfuerzo en procura de aquello que la Nación pueda cumplir.

Creo que una de las consecuencias de esta política de Seguridad Democrática es este proceso de visibilización, de expresión sentida de la solidaridad nacional con las víctimas, de esfuerzo para esa reparación, la que solamente se puede, esa reparación parcial, esa reparación simbólica de las víctimas.

Antes de esta política de Seguridad Democrática se hablaba de las víctimas en los funerales, pero las víctimas no hacían parte de la agenda nacional y tampoco reclamaban. No reclamaban porque les daba temor reclamar o porque le sentían inútil.

Hoy tenemos inscritas 240 mil víctimas para participar en este proceso. No obstante, de 2003 a la fecha, el presupuesto ordinario de Acción Social ha permitido apoyar, en el caso de homicidios a 39 mil, y en los otros casos a un número también significativo.

Me decía el doctor Eduardo Pizarro Leongómez, como lo escrito en sus columnas, que este es uno de los esfuerzos más grandes hechos en el mundo.

Algunos países que publicitaron mucho sus compromisos con las víctimas en nuestro Cono Sur, sumaron 30 mil reparaciones. Nosotros hemos dado, solamente en homicidios, de 2003 a la fecha, 29 mil.

Y ahora tenemos registradas 240 mil víctimas. Y entre hoy y diciembre, este gesto del alma que lo llamamos reparación, pero reparación total no hay, es un apoyo solidario con las víctimas, les llegará a 10 mil compatriotas.

A todos un saludo de afecto.

Ahora vino niñita y me dijo: ‘Le traigo esta orquídea de regalo, porque yo también cumplí años ayer’. Le pregunté: ‘¿Cuántos?’. Y comparé con los míos y le dije: ‘Puedo ser tu abuelo’.

¿Qué se me hizo la cumpleañera? Ven para acá. Lo único que le quiero decir a ella es que todo el esfuerzo que hacemos, que implica muchos sacrificios de los soldados y policías de la Patria, tiene una razón de ser: que las nuevas generaciones puedan vivir felices en el suelo de la Patria.

A todos, muchas gracias”.

 

 
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