“La continuidad en estos procesos en todo el país nos ha demostrado que esto es una tarea de perseverancia. Si no se le hace seguimiento continuo a las decisiones, no se sacan adelante.

Hoy vemos una cantidad de asuntos pendientes y otra cantidad resueltos, lo que nos demuestra nuevamente la norma de la vida pública, de la vida comunitaria: uno realiza mil esfuerzos, resuelve un problema, pero al otro día tiene que emprender otros mil esfuerzos para resolver otro problema. Esta es una constante de disciplina, una constante de trabajo, una constante de perseverancia.

Mi gratitud inmensa a ustedes por su dedicación, a mis compañeros de Gobierno, muy especialmente a la Cámara de Comercio (de Cartagena). La Cámara de Comercio ha sido de un gran apoyo, sin ella no habríamos podido mantener la continuidad, esta serie de exámenes de esta temática para ir avanzando.

Muchas gracias al señor Gobernador (de Bolívar, Joaco Berrío), a la señora Alcaldesa (de Cartagena, Judith Pinedo), a sus equipos.

Debo recordar todos los días a mis compatriotas que hay un camino importante, para que cada compatriota lo tenga por allá anclado en el corazón, en su conciencia, elemental y simple, profundo y necesario: construir confianza en Colombia con tres pilares: la seguridad con valores democráticos. Segundo, hemos hablando de inversión con responsabilidad social.

Al escuchar a mis antecesores en el uso de la palabra veo que deberíamos hablar más de emprendimiento, porque si algo importante demuestra esta reunión es que hay una vocación empresarial incluyente en Cartagena, desde grandes empresas como la Refinería, hasta las más pequeñas empresas, como el comercio informal.

Entonces cuando uno ve esa gama, ese universo tan amplio, piensa que aquí no hay inversión equivalente a empresa sino a emprendimiento, porque el emprendimiento tiene una cobertura social mucho más amplia que lo que podría ser la noción sociológica de empresa o la noción como los colombianos entendemos el concepto de empresa.

La cohesión social.

El tema de la salud, el tema de la educación, el tema de la financiación del sector microempresarial: Familias en Acción, la vivienda. Celebro mucho allí las referencias de la señora Alcaldesa (de Cartagena) al tema de la educación.

Esta Patria nuestra necesita hacer de la Revolución Educativa una gran constante para poder lograr los mayores resultados en productividad, en competitividad, en superación de la pobreza, en construcción de equidad.

Estos ejercicios, apreciados compatriotas, corresponden a nuestra visión de Estado comunitario. Un Gobierno todos los días más comprometido con la comunidad, pero en un proceso permanente. Esto no es por esnobismo ni por moda, tiene que ser por dedicación.

Control de opinión

El diálogo con la comunidad tiene que ser de todos los días. Por eso en agosto completaremos 7 años de este proceso ininterrumpido de diálogo con la comunidad, que creo que ayuda bastante; crea una conciencia de que lo que finalmente caracteriza al Estado de derecho hoy es el alto nivel de participación de la opinión.

Yo diría que los politólogos contemporáneos, más que hablar de Estado de derecho, deberían empezar a hablar de Estado de opinión. Es el que finalmente necesitamos para cumplir con todos los objetivos de Estado de derecho y del Estado social: el Estado de opinión.

Entre más participe la ciudadanía como Estado de opinión, más cumplimos con el Estado de derecho y con el Estado social. La participación de la ciudadanía es garantía para esa norma del Estado de derecho que nos sujeta a todos –empezando por los gobernantes- a la ley, y para ese valor del Estado social que nos somete a todos a la solidaridad.

La participación de opinión genera mejor priorización en el gasto público, menos promesas, pero más compromiso. Y también genera mejor información a la comunidad, para que la comunidad sepa por dónde debe avanzar la Nación.

Diría yo que en estos años de diálogo ha sido muy importante aquello de crear conciencia de que entre más participe la comunidad hay más vigilancia y más transparencia, y se siente más forzado el Gobierno a cumplir.

Estos procesos de diálogo no han sido de promesas, eso generaría incredulidad. Un Gobierno que prometa hoy por ganarse un aplauso, por ganar una tranquilidad transitoria, y que está expuesto a rendir cuentas al siguiente día y a la semana siguiente e incumpla, es un Gobierno que afecta la credibilidad, que debe ser lo fundamental en el diálogo público.

En este diálogo, en mi concepto, lo importante no es la unanimidad, lo importante es la credibilidad. Muchas veces hay que decir no, hay que destacar desacuerdos, pero lo importante es que todo eso se de en un marco de credibilidad.

Y así como es fundamental para la credibilidad que haya un Gobierno no ‘promesero’, también es fundamental para la credibilidad que haya que Gobierno comprometido, que esté todos los días buscando soluciones a uno y otro problema.

Y creo que la práctica de este diálogo con la comunidad, que le exige a mis compañeros y a mí saber que lo que hoy definamos aquí, por eso tendremos que rendir cuentas en muchos escenarios en lo próximos días; saber que lo que decidimos el pasado sábado en Chinchiná (Caldas), tenemos que rendir cuentas todos los días; que lo que vayamos a definir este sábado en el Pacífico, en Guapi (Cauca), tendremos que rendir cuentas todos los días, eso obliga al Gobierno a ser más cuidadoso, más responsable.

Mis compañeros y yo no podemos salir de este consejo a pensar que todo se acabó, estamos condicionados a saber que vamos a tener que rendir cuentas. Entonces tenemos que emprender la tarea de hacerle seguimiento a lo definido aquí, a bregar a sacarlo adelante.

Y también encuentro mucho más razonable, más ordenado ese universo de peticiones de la comunidad.

Yo creo que hay más información en la comunidad sobre las prioridades del desarrollo, sobre el plan de desarrollo, sobre las posibilidades del país.

La comunidad en este diálogo ha avanzado mucho en el acierto para priorizar, me parece que ese es un gran avance en este proceso del Gobierno comunitario.

Refinería de Cartagena

La refinería (de Cartagena): el compromiso es total. Ecopetrol hace todas las inversiones para sacarla adelante.

El Ministro de Minas ha estado enfermo esta semana –siguió la fórmula del Presidente, que el Presidente no práctica, que es el cuidado casero de la gripa- pero ahora me escribió para que le reitere a ustedes todo el compromiso. Aquí está el director regional de Ecopetrol. El Gobierno y Ecopetrol han acordado que con los recursos de Ecopetrol se echa esa refinería para adelante, sin demoras.

Ustedes saben que el proceso ha sido largo, difícil. Primero una gran discusión. Yo recuerdo que cuando empecé el Gobierno aquí me pedían la refinería y muchos técnicos del país y del Gobierno opinaban que no, ‘que para qué hacer refinería, que lo que había era que apelar a las refinerías del Caribe para maquilar productos’.

Y esto cambia tanto que en ese momento los costos de refinación estaban bajos, y meses después se encarecieron totalmente y esas refinerías que aparentemente tenían capacidad disponible se saturaron. O sea que no hay duda. Esa fue la primera discusión.

La segunda discusión fue ¿con qué la hacemos? El Ministerio de Hacienda decía ‘yo no tengo plata’; Ecopetrol decía, ‘para poderla hacer yo, necesito que el Gobierno Nacional me permita no trasladarle dinero’; y el Ministro de Hacienda decía, ‘si Ecopetrol no le traslada dinero al Gobierno Nacional, el Gobierno Nacional se paraliza’.

Entonces después de esa larga discusión se convino desprender la refinería de la empresa matriz Ecopetrol, lo que generó una profunda discusión.

Yo recuerdo en muchas ocasiones sentado en una mesa de la Presidencia de la República, en compañía de los directivos de Ecopetrol, de los trabajadores de la USO (Unión Sindical Obrera, el sindicato de la empresa) una polémica muy grande.

Y esa polémica se acentuó cuando se tomó la decisión de buscar el socio, porque había el prurito ese político de que tenía que ser exclusivamente estatal, y no fue fácil superar ese debate. Pero este es un Gobierno que toma riesgos por el bien público, este es un Gobierno que no vive buscando aplausos sino caminos del bien público.

Por eso este Gobierno tomó la decisión, viniera la controversia que viniera, de sacar la refinería adelante como empresa mixta.

Ganó la licitación Glencore, y por diversas razones empezó a quedarnos mal. En un diálogo con testigos este año yo le dije a los directivos de Glencore lo siguiente: ‘miren el Gobierno nuestro estimula la inversión, la estimula con patriotismo, la estimula como una necesidad nacional, pero ustedes los inversionistas no pueden quedar mal, porque este no es un compromiso personal con el Presidente, sino un compromiso con el pueblo colombiano’.

Entonces les expresé a estos señores: ‘arreglemos este problema o el Gobierno Nacional tendrá que tomar decisiones frente a todos los contratos de ustedes en Colombia, porque aquí hay que definir si es una promoción a la inversión simplemente para que haya unos negocios, o una promoción a la inversión por el bien público’.

Y como este Gobierno lo tiene muy claro: es una promoción a la inversión para poderle dar calidad de vida a 45 - 46 millones de colombianos, como tal se manejan estos programas.

Así como se les dan todas las facilidades, también el Gobierno les hace todas las exigencias. Y estos señores de Glencore respondieron bien y facilitaron la transacción con Ecopetrol.

Ha habido dos tesis: algunos que piensan que Ecopetrol necesita un socio que reemplace a Glencore, al interior de Ecopetrol he observado la tesis de que quieren quedarse solitos con la refinería, que lo consideran más conveniente. Lo que yo les he pedido es: mientras siguen discutiendo háganla. Me han prometido que así va a ser.

El último informe que he tenido del señor Ministro de Minas, y que les ha dado a ustedes su coterráneo (el Ministro de Minas y Energía, Hernán Martínez) es que se están adelantando las inversiones, inclusive ya con mayor prontitud y cumplimiento, porque se acabó la discusión con Glencore.