Palabras del Presidente Uribe en la imposición de la
‘Medalla del Decano’ del Wharton School- Universidad de Pensilvania

 
Mayo 21 de 2009 (Bogotá)
 
 

“Difícil encontrar las palabras para expresar la gratitud a la Universidad de Wharton, en Pensilvania, por este inmenso honor. La única manera de justificar recibirlo es en nombre del pueblo colombiano, que comparte valores fundamentales de la democracia estadinense, defendidos con gran coraje por la Universidad de Wharton.

Los padres de los Estados Unidos, en un gran debate alrededor de cómo debían expresarse las democracias, crearon ese gran equilibrio entre la democracia participativa y la democracia representativa. Los Estados Unidos lo han mantenido a lo largo de su historia. Por supuesto, la bandera ha flameado victoriosa en la Universidad de Pensilvania.

Colombia en todo su desarrollo democrático desde el Libertador Bolívar, el Hombre de las Leyes, el General Santander, ha construido ese gran equilibrio entre democracia participativa y democracia representativa.

La Universidad de Wharton, en Pensilvania, ha sido una batalladora insomne en favor de la iniciativa privada, en favor de la creatividad de la economía privada, en favor de la integración de la economía mundial, en favor de la buena gerencia, en favor de aquel concepto fundamental que tenemos que rescatar, que el capital es un elemento esencial de creación de riqueza social, en favor de la superación de la pobreza y de la construcción de equidad a través del gran empuje de la iniciativa privada.

La Universidad ha sido una gran formadora en gerencia, en aquello que la supera, liderazgo, y en aquello que mantiene lo uno y lo otro fuerte: la adhesión a la ley, el compromiso con el prójimo, que se da alrededor de los conceptos fundamentales de la ética.

Es un honor muy grande, un privilegio enorme llevar esta Medalla. Solamente me atrevo a llevarla al pensar que lo hago en nombre de los colombianos.

Estamos haciendo un esfuerzo en esta Patria colombiana por construir confianza, confianza para invertir en Colombia, para trabajar en Colombia, para estudiar en Colombia, confianza doméstica e internacional en Colombia.

Soportamos la construcción de confianza en tres pilares: la seguridad con valores democráticos, la inversión con responsabilidad social y el resultado de ambas, la cohesión social, que tiene que ser su gran validador.

Hemos mejorado en seguridad, pero falta. Quiero referirme esta noche a intangibles logrados en seguridad. No fatigarlos con las cifras de reducción de secuestros de homicidios, masacres, destrucción de municipios –en todo hay progreso, pero en todo falta- sino compartir con ustedes algunas reflexiones sobre los intangibles, sobre los no cuantificables.

Algunos intangibles de la seguridad

Este país ha recuperado dos monopolios que nunca debió perder: el monopolio del Estado para combatir a los violentos y el monopolio de la justicia.

La palabra paramilitar se utilizó en Colombia, para denominar bandas privadas criminales cuyo propósito era combatir a la guerrilla. El paramilitarismo está desmantelado, la guerrilla debilitada, las Fuerzas Armadas de Colombia, regidas por la Constitución, han recuperado el monopolio para combatir a todos los criminales.

Colombia tiene una justicia independiente, autónoma, es una de las características de nuestra institucionalidad de Estado de Derecho, de Estado del (XXX) and Law.

Pero esa justicia había perdido su eficacia en muchos sitios de Colombia. En unas partes esa justicia había sido reemplazada y desplazada por líderes terroristas guerrilleros, por líderes terroristas paramilitares. Los conflictos de familia, las disputas entre vecinos, los pequeños pleitos económicos de las parroquias eran conocidos ya no por los jueces de la República en muchos sitios del territorio, sino por los líderes del terrorismo. Hoy está recuperado el monopolio de la justicia en el territorio nacional.

De las víctimas se hablaba en funerales. Hoy es una primera preocupación de la agenda nacional. Repararlos a todos plenamente será imposible, pero todo esfuerzo de reparación elimina una semilla de venganza, un germen de odio.

Los colombianos denuncian, encuentran hoy más útil denunciar, tienen menos temor, se aíslan menos, se exilian menos.

Se ha recuperado un gran valor del colectivo: que la gente no busque resolver el problema de seguridad por sus propios medios, sino apelando a las instituciones del Estado. Se nota un gran avance en esa materia.

Colombia ha enfrentado el desafío mayor del terrorismo de que da cuenta el mundo contemporáneo. Un terrorismo numeroso, rico, autosuficiente. Nuestro terrorismo no ha dependido de donaciones extranjeras, se ha autofinanciado con el narcotráfico. Un terrorismo tenebroso entre los tenebrosos, sin embargo ha sido enfrentado con legislación ordinaria, con plenitud de libertades, sin suspender las libertades constitucionales, sin legislación de estado de sitio.

Yo creo que esto tiene que honrar a las Fuerzas Armadas y al pueblo de Colombia.

Y ninguna entidad mejor para difundir que Colombia enfrenta al terrorismo exitosamente con legislación ordinaria, con todo el respeto a las libertades, ninguna entidad mejor para difundir esta realidad que la Universidad de Wharton.

A mí me complace mucho como Presidente y ciudadano de Colombia, explicar ante ustedes, distinguidas autoridades de la Universidad y distinguidos ex alumnos, que cuando otros países de América Latina, en nombre de la seguridad condujeron a dictaduras, suspendieron libertades, censuraron la prensa, expatriaron el disenso, Colombia ha hecho todo lo contrario: en nombre de la seguridad ha fortalecido la eficacia de las libertades.

Estos son algunos intangibles.

Hemos mejorado en inversión. La tasa general de inversión doméstica e internacional, sumadas, ha pasado del 12 - 14 por ciento, lleva cuatro años, tres años por encima del 25 (por ciento). Más confianza de inversión.

La inversión extranjera directa que era de 700 - 1.500 millones de dólares, ahora es más alta y más sostenida. En los últimos años tuvimos un año de 8 mil 500, uno de 6 mil 500, uno de 9 mil 28, el año pasado 10 mil 564 millones de dólares. En este año de dificultades, en los primeros cuatro meses, tuvimos más de 2 mil 500 millones de dólares. En cuatro meses de un año de crisis, más que lo que era el promedio de los años anteriores.

Nosotros hemos realizado una serie de esfuerzos para que Colombia sea uno de los principales países del mundo en atracción de inversión.

Primero. El rol con el sector privado y del Estado. El Estado tiene que garantizar la cláusula social, no se puede desmantelar, pero el Estado no puede anular la iniciativa privada, el emprendimiento.

Mientras en otros países de América Latina, de manera más sutil o más abierta, se avanza en aquello de afectar la iniciativa privada y a socializar medios de producción o de marchitar esa iniciativa privada, en Colombia la fomentamos con toda energía y con toda determinación.

Ninguno de los gobiernos anteriores ha sido hostil con la iniciativa privada, pero este Gobierno se distingue por haber hecho un gran esfuerzo para que el país sea mucho más atractivo en inversión con responsabilidad social.

Responsabilidad social es la transparencia entre la inversión y el Estado. Responsabilidad social es el respeto a las exigencias comunitarias, como las exigencias ambientales; es la fraternidad en las relaciones laborales por oposición al odio de clases, al capitalismo salvaje, es el concepto de que el capital es un factor de construcción de riqueza social, no de especulación.

Hemos hecho muchas reformas estructurales y faltan. Reforma estructural para eliminar los privilegios pensionales, para racionalizar las transferencias del ente central a las regiones, reformas laborales, tributarias.

Hemos reformado 437 entidades del Estado. Lo difícil no ha sido la concepción técnica de la reforma, sino su aclimatamiento político, porque todas estas reformas han tenido mucha oposición política.

Si a mí me hubieran preguntado hace 10 años si Colombia podía vincular capital privado a la empresa nacional de hidrocarburos, yo habría dicho que eso era imposible por los fundamentalismos políticos que se oponían. Hemos logrado vencer esas resistencias y avanzamos con esa reforma del Estado.

Ustedes visitan hoy las clínicas del Seguro Social en Bogotá, y ya no están manejadas por esa mezcla de excesos sindicales y de politiquería, cuyo resultado era el desgreño administrativo, sino por esquemas de eficiencia social que se sienten en más bienestar para la comunidad.

Pero seguimos la tarea reformista.

Nosotros hemos avanzado en cohesión social. Este país tiene 46 millones de habitantes, ya hay ya hay 41 millones de colombianos con seguro de salud. Por supuesto falta, que en muchas regiones de Colombia la calidad no es buena, hay deficiencias en infraestructura.

Tenemos dos regímenes: uno para los trabajadores formales y uno de menor cobertura de riesgos y de eventos para los trabajadores informales. Todo esto habrá que superarlo, pero hemos logrado un avance en estos años, de 23 millones de colombianos asegurados a 41 millones de colombianos asegurados.

Hay un gran avance en el tema de educación. En educación básica hemos pasado de un 78 por ciento de cobertura a prácticamente un ciento por ciento. En educación media de un 57 a un 76. Teníamos menos de un millón de estudiantes universitarios, hoy nos aproximamos a millón 600. Financiábamos 60 mil estudiantes universitarios, hoy financiamos 300 mil estudiantes universitarios.

Tenemos, sin duda alguna, la mejor institución de formación vocacional en América Latina, el Sena (Servicio Nacional de Aprendizaje). Formaba un millón 100 mil trabajadores al año, este año forma seis millones de trabajadores. Tenía matriculados en oficios, técnicos y tecnológicos, a 41 mil colombianos, ahora tiene matriculados de 298 mil. Y ha abierto matrículas para otros 250 mil en los nuevos empleos. Porque hay que aceptar que esta crisis eliminará muchos empleos, que con la superación de esta crisis económica no se van a revivir muchos empleos que han sido eliminados por esta crisis.

Y una de las reformas estructurales para superar esta crisis, es el imperativo de avizorar cuáles pueden ser los nuevos empleos. Por eso, este nuevo esfuerzo que hace Colombia.

Pero nos falta, por ejemplo, mucha infraestructura educativa. Estamos haciendo un gran esfuerzo en conectividad. El país tiene 578 mil kilómetros todavía en selva, que hay que preservarla como la mejor contribución de Colombia en la política contra el calentamiento global.

Tenemos aún 13 millones de ciudadanos que viven en la ruralidad. Estamos haciendo grandes esfuerzos para que el año entrante el 80 por ciento de la matrícula estudiantil de Colombia tenga conectividad, con una banda de buena capacidad.

Hemos aprobado la nueva Ley de Ciencia y de Tecnología.

Este país ha sido un país de pocos recursos destinados a la investigación, pero de grandes logros. Ha sido un país de mucha productividad en la investigación, y creemos que con mejores aportes este país pueda hacer un gran salto en investigación y tener mayor rapidez en la transferencia de conocimientos.

Estamos haciendo un gran esfuerzo en la financiación de los sectores más pobres de la Nación para su acceso a la educación. Es finalmente lo único que ayuda a superar pobreza, a construir equidad. Que evita que las familias pobres estén condenadas a que sus hijos también sean pobres. La democracia necesita abrir esos caminos de movilidad social.

Este año, además de un gran esfuerzo en gratuidad educativa, tres millones de familias colombianas, los más pobres, reciben un subsidio directo del Estado a condición de garantizar la asistencia escolar de sus hijos.

El país hace un gran esfuerzo, todas sus instituciones, banca pública, privada, primero, segundo piso, fondos de garantías, fundaciones, en microcrédito. Este año debemos tener un millón y medio de microcréditos.

El microcrédito representaba el uno y medio por ciento de la cartera financiera del país. Hoy representa el cinco y medio.

Por supuesto tenemos grandes retos, los desplazados. Tenemos el gran reto de la reinserción. Cincuenta mil colombianos, más de ese número, han sido desmovilizados de los grupos terroristas en estos años.

Y el reto de incorporarlos a la vida civil y constitucional es un reto costoso y difícil. Pero eso está muy bien conducido por el doctor Frank Pearl, Consejero Presidencial para el tema de desmovilización y de reintegración.

Política anticíclica

Enfrentamos esta crisis de la economía con una política anticíclica que distribuimos en cuatro capítulos: capítulo de infraestructura, la red de protección social, la confianza inversionista y la financiación del Estado y de los particulares.

Esta es una economía de aproximadamente 220 billones de dólares. Y este año hacemos una inversión en infraestructura de 22 billones de dólares.

El más alto porcentaje está a cargo de concesionarios y de contratistas independientes. Nueve billones de dólares a cargo de recursos del Estado. Tenemos avances y rezagos.

Esta ciudad está a mil kilómetros del Caribe, a 580 kilómetros del Pacífico. Uno mira esta ciudad y dice: es un milagro de competitividad a estas distancias y con una topografía muy difícil.

Hace poco celebró Bolivia un día que llamaron el ‘Día del Mar’. Y me puse en la curiosidad de medir la distancia entre La Paz y el Pacífico, y compararla con la distancia entre Bogotá y el Caribe. Es mayor la distancia de Bogotá al Caribe, que de La Paz al Pacífico.

Solamente eso les dice a ustedes los retos de infraestructura de este país.

Pero todas las concesiones de primera generación que estaban en pleito, hoy operan.

Las nuevas concesiones adjudicadas por este Gobierno están operando, y tenemos grandes obras para adjudicar en los días que vienen. Las próximas dos semanas adjudicaremos la rectificación y pavimentación de mil 600 kilómetros en corredores de competitividad.

Y está abierta la licitación para contratar una carretera de especificaciones, de autopista de Bogotá a Santa Marta, en el Caribe: mil kilómetros. Amén de otras obras de gran importancia.

El país está construyendo nueve sistemas de Transporte Masivo en nueve capitales, idénticos al sistema de Transmilenio de la ciudad de Bogotá.

Recientemente inauguramos el primer tramo en la ciudad de Cali.

Estamos haciendo un gran esfuerzo en infraestructura. Aquí tiene el país un gran atraso, que es una gran oportunidad.

Y veníamos preparando todos estos proyectos, que en buena hora toman fuerza, ahora que se requiere que además produzcan un efecto anticíclico, en esta fase negativa de la economía.

Segundo capítulo es el de la Red de Protección Social, a algunos de cuyos elementos ya me referí.

El tercer capítulo es el de la confianza inversionista. Muchos compatriotas me dicen: ‘Presidente, ¿para qué confianza inversionista, si no va a haber inversión por la crisis? No va a haber inversión donde hay desconfianza y tampoco aquí donde hay confianza’.

Yo les he dicho a mis compatriotas: ‘no, aquí hay todavía inversión’. El resultado de los primeros cuatro meses en inversión fue menos grave de lo que esperábamos, y vemos que sigue fluyendo la inversión en Colombia.

Pero pensamos lo siguiente: en el evento extremo de que la prolongación y severidad de la crisis nos privaran de inversión, hay que persistir en la confianza, porque en el momento en que empiece a superarse la crisis, la inversión se establecerá allí donde haya confianza.

Y una apuesta de Colombia hoy, un objetivo fundamental que pido que ustedes todos nos ayuden a transmitir, es el objetivo de situar a Colombia como uno de los mejores destinos, de los más atractivos destinos de inversión en el mundo.

Para garantizarle calidad de vida a 46 millones de colombianos, necesitamos mantener un gran flujo de inversión.

Le he dicho a mis compatriotas: ‘no podemos desesperar’. La revolución de Den Xiao Ping lleva más de 20 años. Han tenido 60 - 70 mil millones de dólares de inversión extranjera directa al año. Y de los mil 200 millones de chinos han superado la pobreza 400 millones.

Nosotros apenas tenemos cuatro años de una tasa sostenida de elevada inversión. Por eso hay que persistir.

Estamos en la tarea de financiar al Gobierno y de financiar a los particulares para esta crisis, a los empleadores.

Todos los gobiernos de Colombia hicieron un gran esfuerzo por la buena reputación financiera de Colombia. Colombia nunca ha entrado de default, ha sido sumamente cumplido, ha tenido un manejo macroeconómico muy serio. Nosotros hemos contribuido.

En nuestro Gobierno el déficit del Gobierno Nacional Central se ha reducido del seis y medio al 2,34 (por ciento). El endeudamiento del 48 al 22 (por ciento). Todas las reformas han contribuido a ello. Especialmente la reforma de 437 entidades del Estado.

Tenemos financiado el Estado para 2009. Y ya hemos avanzado en la financiación del Estado para 2010.

El Fondo Monetario Internacional nos acaba de aprobar un crédito de 10 mil 400 millones (de dólares), sin que hubiéramos tenido que avanzar en una negociación que hoy fuera objeto de debate de antagonismos políticos en Colombia. Por eso el país ha recibido tranquilamente ese crédito de contingencia.

Hemos salido dos veces a los mercados este año con éxito. En la segunda oportunidad, hace unas pocas semanas, colocamos bonos del Estado colombiano del orden de un billón de dólares, y recibimos requerimientos por cuatro billones.

Tenemos muy claro que hay que equilibrar la necesidad de financiamiento del corto plazo, con la necesidad de no cerrar las puertas del financiamiento en el mediano y largo plazo.

La crisis la enfrentamos con la prudencia de no cometer excesos por el desespero de la crisis, que priven a los gobiernos que habrán de venir de financiarse oportuna y adecuadamente.

Ese equilibrio entre el corto y el mediano plazo y el largo plazo, es fundamental en este proceso.

Estamos tratando de garantizar todos los flujos de financiamiento a los empleadores, a través de garantías del Estado, de subsidios de tasa de interés a la vivienda, de créditos en los bancos de segundo piso del Estado, y de aprovechar que la situación del sector financiero colombiano es una situación bastante sólida, lo que le permite a Colombia tener una herramienta efectiva para enfrentar estos momentos de crisis.

TLC con Estados Unidos

El Tratado (de Libre Comercio) con los Estados Unidos. Nosotros trabajamos por ese Tratado con esa difícil mezcla entre urgencia y paciencia.

Quiero referirme a los elementos que lo han obstaculizado: el asesinato de trabajadores y algunas normas laborales.

Hubo años en Colombia cuando asesinaron más de 250 trabajadores. El año pasado 38, este año 11. Quisiéramos cero casos, cero casos.

Desde la hora inicial de nuestro Gobierno, en nombre de los valores democráticos empezamos la protección de los trabajadores, de los empresarios contra el secuestro, la protección de los periodistas, la protección de los alcaldes, de los concejales. Hemos avanzado muchísimo, pero falta.

¿De donde surge el asesinato de los trabajadores? Se los dice alguien que es testigo de excepción. Estaba yo en la universidad pública y las guerrillas marxistas trajeron a Colombia la idea de la combinación de las formas de lucha. Asesinaban y secuestraban e incursionaban en el movimiento obrero, en el movimiento estudiantil, en la política, en el periodismo.

Después la cruel reacción paramilitar. Hicieron lo mismo. Y los paramilitares empezaron a asesinar trabajadores, acusándolos de ser guerrilleros. Y después la guerrilla empezó a asesinar líderes de los trabajadores, acusándolos de ser traidores.

Nosotros hemos enfrentado eso. Nos faltan más resultados.

Yo diría que hay unos elementos positivos.

Primero, la disminución –aunque no deberíamos jactarnos de la disminución, porque queremos es cero casos- pero la disminución es importante.

Y hay que verla también en cifras relativas. Colombia tenía una tasa de homicidios de 55 por cada 100 mil habitantes. La hemos reducido al 32 - 33. Tenemos que reducirla mucho más.

Y la tasa de asesinato de trabajadores organizados es del dos, tres, por cada 100 mil trabajadores organizados.

Por supuesto, no estamos contentos, pero creemos que allí hay un gran avance.

Segundo. Se ha desmantelado el paramilitarismo, donde había un propósito sistemático de eliminar trabajadores. Todavía lo hay en sectores guerrilleros, como en estos terroristas de las Farc.

Pero hoy la mayoría de los casos son casos aislados, que ya no corresponden a un designio criminal. Eso es bien importante. A un designio criminal generalizado colectivo.

Impunidad. Hemos hecho un gran esfuerzo para fortalecer la justicia. Ya tenemos 176 personas en la cárcel, responsables de asesinatos de trabajadores.

Protección. Este año Colombia tiene 10 mil personas bajo protección individual directa otorgada por el Estado. De ellos, dos mil son trabajadores. Eso cuesta más de 40 millones de dólares al presupuesto del Estado. Ninguno de los que ha recibido protección individual ha sido asesinado.

Entonces hacemos un gran esfuerzo por la protección, por superar la impunidad y por eliminar, desmantelar, desarticular cualquier designio criminal contra los trabajadores.

Legislación. Colombia tiene hoy una legislación laboral muy equilibrada. Una legislación laboral con suficiente garantía de estabilidad para los trabajadores y suficiente espacio de flexibilidad para contratar y para desvincular.

En los últimos años por Ley de la República reglamentamos las cooperativas de trabajo asociado que agrupan hoy alrededor de 800 mil trabajadores en Colombia. Se han obligado por Ley a cumplir con toda la afiliación a la seguridad social.

El Gobierno Nacional era incompetente para calificar la ilegalidad de la huelga. Por Ley el Gobierno renunció a esa competencia y se le transfirió a la justicia.

Hoy hay una discusión internacional: las cooperativas de trabajo asociado. El Gobierno de Colombia cree que no se les puede permitir ser intermediarios laborales, deben ser auténticas cooperativas, no ficciones para eludir normatividad laboral.

Pero también cree el Gobierno de Colombia que a las que cumplan con los requisitos de la Ley no se les debe eliminar.

El paso siguiente es: en el proceso de investigación de cooperativas, de supervisión de cooperativas, concluir cuáles no se ajustan a la exigencia legal de que no sean intermediarios laborales y esas, suspenderlas.

Confiamos, pues, que con una tarea paciente, pero al mismo tiempo con un sentido de urgencia, podamos avanzar para que el Congreso de Estados Unidos ratifique el Tratado de Comercio con Colombia.

No tenemos muchas expectativas de aumentar sustancialmente nuestras exportaciones a los Estados Unidos en los años que vienen, pero la aprobación de un tratado de esta naturaleza produce muchos efectos positivos. Me refiero a dos:

Primero, Colombia está realizando muchos otros tratados. Entonces, se preguntan en los otros países: ¿y por qué estados Unidos no ha ratificado? ¿Por qué si Estados Unidos tiene tratado que con México, que con Perú, con Chile, con los países centroamericanos, no lo tiene con Colombia, su mejor aliado en la región?

El otro efecto bien importante es una señal de inversión: nosotros consideramos que el tratado hoy es más importante como señal de inversión, que como posibilidad de incremento de exportaciones a los Estados Unidos en el corto plazo.

Ninguna mejor institución que la Universidad de Wharton, para ser embajadora de Colombia ante el Congreso y la opinión de los Estados Unidos, para obtener la aprobación de este Tratado de Comercio con Colombia.

Vengo con la premeditación, apreciado Decano y apreciada comunidad, de pedirles a ustedes que se constituyan en gestores de la aprobación de ese tratado.

La voz, el mensaje de la Universidad de Wharton es siempre bien recibido, con mucho respeto, en el Congreso de los Estados Unidos. Los necesitamos a ustedes.

Sé que esta es una reunión presidida por la formalidad. Pero también sé que muchos de ustedes son sumamente curiosos, y que en ocasiones anteriores estas sesiones han permitido preguntas, comentarios, examen de dificultades.

Sin el ánimo de romper la formalidad, pero con el propósito de hacer esfuerzos para que ustedes despejen dudas, contribuir a una mejor visión de ustedes sobre Colombia, si quieren hacer una pregunta, formular un comentario, con el mayor gusto.

Llevaré esta medalla siempre, señor Decano. Cuando la vea siempre pensaré en los valores de la democracia pluralista y en la razón de ser de la iniciativa privada, regida por la Ley, por la ética y por la consideración de que el bien colectivo es el bien superior.

Quien quiera formular una pregunta, con el mayor gusto.

Muchas gracias a todos”.
 
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