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Palabras del Presidente Álvaro Uribe en la inauguración
del ‘Foro de Inversiones y Cooperación Empresarial Hispano-Colombiano’

Mayo 28 de 2009 (Bogotá)
     
 

“Altezas, muchas gracias por esta visita, esta agenda tan intensa que ustedes han cumplido en Colombia, tan constructiva. Muchas gracias por su interés en Colombia, lleno permanentemente de nobles detalles.

Esta mañana, antes de llegar a este foro, al cual usted (Príncipe Felipe) nos ha convocado en buena hora, en compañía de la Princesa (Letizia), colocaron una ofrenda floral en el sitio destinado por este Club (El Nogal) para honrar la memoria de las víctimas del terrorismo, cuando estalló aquel carro-bomba (7 de febrero de 2003) recién iniciado nuestro Gobierno.

En nombre de todas las familias, del dolor que sentimos todos los colombianos, del esfuerzo que hace este país para superar definitivamente el terrorismo, muchas gracias a Su Alteza el Príncipe y a Su Alteza la Princesa.

Colombia, en un gran esfuerzo por la confianza, además de la seguridad, realiza un trabajo todos los días en procura de la inversión y en procura de la cohesión social. Este ha sido un país amistoso con la inversión y lo que ha hecho este Gobierno es poner la inversión como una prioridad fundamental.

Con 46 millones de ciudadanos, sin una tasa sostenida elevada de inversión, es imposible superar la pobreza y construir la equidad.

Los derechos de la iniciativa privada no se pueden tomar hoy en América Latina como derechos a salvo. En muchos sitios de América Latina los cuestionan. El debate que se creía superado, la victoria de la iniciativa privada que se creía consolidada, han vuelto a ponerse en entredicho. Por eso, en este momento Colombia tiene que reiterar todo su compromiso con la inversión privada, doméstica e internacional.

Los procesos de estatización en América Latina no fueron buenos. El continente está lleno de malas historias de estatización. Tememos que los procesos que afecten la inversión privada, en lugar de conducir a la superación de la pobreza, finalmente creen más pobreza y depriman la calidad comparativa de vida.

Responsabilidad social y reforma del Estado

Todo nuestro compromiso con la inversión, con la condición de la responsabilidad social. ¿Cómo entendemos la responsabilidad social? Transparencia en las relaciones entre los inversionistas y el Estado, transparencia en la tributación, transparencia en la contratación, transparencia en la solución de disputas.

Responsabilidad social es compromiso con el bienestar de las comunidades. No se puede, a manera de ejemplo, avanzar en el tema extractivo creando incomodidad a las comunidades del vecindario.

Responsabilidad social es fraternidad laboral por oposición a la lucha de clases, al capitalismo salvaje. Y en esta hora de la crisis económica mundial responsabilidad social —creemos nosotros—, es comprometerse con un concepto del capital. El concepto de que el capital es un factor de creación de riqueza social, no un factor de especulación. Esa responsabilidad social es la única condición nuestra para el gran estimulo que queremos dar a la inversión.

Hemos hecho una serie de reformas y faltan otras. Muchas reformas no fáciles de aclimatar en la conciencia popular. Reformas que han tenido mucha oposición. En el nivel constitucional, incorporamos la norma que elimina los privilegios pensionales, la norma que introduce racionalidad en la transferencia del ente central a las regiones.

Hemos avanzado en reformas laborales, pensionales, tributarias. Hemos reformado 437 entidades del Estado, reformas que han enfrentado una oposición ideológica de mucho tiempo y muy fuerte en nuestro país.

Era muy difícil reformar a Telecom. Hace 10 años no nos habríamos podido comprometer a la capitalización de Ecopetrol o a esa gran reforma en las clínicas del Seguro Social, que empieza a hacer el tránsito de un estado de ineficiencia, de desgreño, a una administración social de eficiencia.

La reforma de las entidades del Estado, Sus Altezas, hasta el momento implica un ahorro de 6,28 (por ciento) del PIB. No hemos desmantelado el Estado, pero lo hemos reorientado para que no sea obstáculo de la iniciativa privada, para que no sea factor de destrucción de valor, para que le llegue con sus beneficios, finalmente, a la comunidad; para que supere talanqueras de politiquería y talanqueras de excesos sindicales.

Pereira, ciudad modelo

Tenemos muchas reformas pendientes. Ahora que nuestro Ministro de Comercio (Luis Guillermo Plata) se refería a la tarea liderada por él, tan importante, para que este país avance en el escalafón del Doing Business del Banco Mundial, allí tenemos el compromiso de que todos los centros de producción de Colombia igualen a la ciudad de Pereira.

De Pereira es hijo el presidente de los industriales (Luis Carlos Villegas, Presidente de la Asociación Nacional de Empresarios, ANDI) y el Gobernador de Risaralda (Víctor Manuel Tamayo), aquí presente, y nuestro Asesor Presidencial para el Archipiélago (de San Andrés) y para el Chocó (Juan Guillermo Ángel Mejía).

Una ciudad en el corazón andino con un esfuerzo encomiable, Altezas. Ha sido destacada por el Banco Mundial, como la ciudad de referencia para el Doing Business en Colombia. Lo que ha venido promoviendo el Ministro es que todos los centros de producción de Colombia emulen con Pereira.

Y por supuesto, nos faltan muchas reformas. Cuando miramos el panorama de las entidades del Estado, nos faltan reformas en muchas reformas del Estado. La comunidad inversionista puede tener la seguridad de que este Gobierno hasta el último día estará en pie reformador.

Confiamos en las próximas semanas agregarle a las 437 entidades reformadas, la reforma del DAS (Departamento Administrativo de Seguridad) y la reforma de Etesa (Empresa Territorial para la Salud). No nos podemos estancar en el proceso reformista.

(Michael) Porter nos decía hace muchos años en Colombia que lo importante es mantener un proceso permanente de ajustes, contrario al estancamiento. Pero ajustes también dentro de una línea, contrario a los bruscos cambios, a los bandazos.

Solución de disputas

Ha sido muy importante el tema de la solución de disputas. Encontramos 21 disputas con inversionistas en el área de telecomunicaciones; están resueltas. Encontramos todas las concesiones de primera generación en disputa; están resueltas. Y disputas en muchísimas áreas de inversión.

Ha sido muy grato, Altezas, trabajar estos años con nuestros embajadores, con nuestros empresarios, con nuestras autoridades, en ambos países, para superar esos litigios. Había mucho temor. Los funcionarios de Gobierno temían que cualquier conciliación inmediatamente los pusiera o les creara una causal de investigación en la Fiscalía, en la Procuraduría, en la Contraloría y además, suspicacia para esas conciliaciones en amplios sectores de opinión pública.

¿Qué hemos hecho? Esas conciliaciones se han adelantado con una gran participación de la opinión. Tomamos una decisión que inicialmente se recibió con mucha extrañeza, pero que finalmente se comprendió su valor: que las conciliaciones, antes de ser perfeccionadas, se difundieran ampliamente para obtener la reacción de la ciudadanía y una primera reacción de los órganos de control. Y eso ha creado confianza en los funcionarios y ha disipado suspicacias en la opinión pública.

Tenemos pendientes dos temas: uno regional, de mucho tiempo, que hay litigios que han durado muchos años. El litigio de la concesión de Comsa duró más de diez años. Lo resolvimos al principio de nuestro Gobierno, pero en una decisión que, además de haber respetado, acatamos, como lo es obligante en un Estado de leyes. El Consejo de Estado revocó esa conciliación y debimos hacer una nueva.

Hay un litigio regional que ha sido muy difícil. Pero hoy vemos un proceso de acercamiento de las partes, y quisiéramos que en algún momento, eso se pudiera resolver definitivamente.

En eso el Gobierno anima al acuerdo, pero con toda la prudencia, porque alguna de las instituciones más importantes de la democracia colombiana es el respeto a las regiones. Aquí se eligen 32 gobernadores y mil 102 alcaldes por elección popular directa, con una total libertad del electorado y desempeñan sus tareas con un marco de atribuciones que el Gobierno nacional respeta totalmente.

Salto en salud

Y tenemos algunas dificultades en el área de la salud, con inversión española, que confiamos resolver.

Años de mucho crecimiento en la cobertura de la salud, Altezas. Hace pocos días, una delegación norteamericana se asombraba de una cifra nuestra. Este país con 46 millones de habitantes tiene hoy 41 millones de ciudadanos con seguro de salud. El salto en los últimos años ha sido enorme. Hemos pasado de 23 millones de asegurados a 41 millones y tenemos problemas económicos que estamos buscando resolver.

Anoche examinábamos con el Ministro de Hacienda (Óscar Iván Zuluaga) una nueva fórmula para resolverle el problema del faltante dinero para los pagos de salud a los departamentos. Aquí hay una delegación muy calificada de gobernadores y estamos en la tarea de resolverlo.

Por supuesto, ha crecido mucho el aseguramiento. También crecen las carteras. En Colombia todavía tenemos problemas. Ese crecimiento del aseguramiento es un muy positivo avance, pero todavía tenemos muchas regiones con deficiencias en infraestructura y en calidad.

Y tenemos 23 millones de colombianos —los sectores más pobres— con un seguro de salud que tiene una menor cobertura que el seguro del que gozan hoy 17, 18 millones de afiliados, en virtud de que están afiliados por trabajadores formales.

El país tendrá que hacer un esfuerzo enorme en los próximos años para que ese plan de atención a los sectores más pobres se pueda nivelar con aquel plan que es más completo, el que se dirige a los trabajadores formales. Y diariamente se presentan reclamos. Apelan los ciudadanos a una figura, un derecho de amparo, nuestra figura constitucional de tutela, que todas las autoridades respetamos, la figura que más ha acercado al pueblo colombiano con su Constitución.

Y de ahí se derivan reclamos de empresas aseguradoras a los fondos del Gobierno. Pero confiamos que podamos vencer todos los obstáculos y llegar rápidamente, Sus Altezas y apreciados inversionistas, a una conciliación —como todo tiene que ser en este campo—, razonable. Razonable y sobre la cual no quepa la menor duda, porque estas dificultades no se crean por capricho; las normas son difíciles y los recursos escasos.

Le quiero decir a doña Silvia (Iranzo), nuestra Ministra española (de Comercio), que tenemos todo el interés en resolver esa disputa, apreciada doña Silvia, como lo hemos hecho en todas las otras. Todos tienen que ayudar.

Cuando yo era candidato a la Presidencia, me dijeron: ‘si gana, prepárese, porque arreglar los 21 pleitos de Telecom, en los cuales había involucrada mucha inversión española; le va a costar al próximo Gobierno 2 mil millones de dólares’. Esas conciliaciones la hicimos por 400 (millones), y todos quedaron contentos. O sea que aquí nos tenemos que preparar a hacer una conciliación, que deje a todo el mundo contento y tranquila a la opinión pública.

¿Por qué mi interés por la opinión pública? Porque finalmente en este Estado, donde se vive esa etapa superior del Estado de Derecho que es el Estado de Opinión, lo único sostenible es aquello que tiene recibo en la conciencia y en el corazón de la ciudadanía.

La confianza inversionista hay que aclimatarla todos los días más, en la conciencia y en el corazón de los ciudadanos.

Los inversionistas, antes que ganarse a los gobiernos, tienen que ganarse a la ciudadanía. De lo contrario no se hace sostenible la inversión y la ciudadanía vive muy pendiente de los pasos que Gobierno e inversionistas den en estas materias como las conciliaciones. Pero la vamos a lograr.

Estabilidad macroeconómica, tributaria y laboral

Y me tengo que referir a ella, porque son esos temas que algunos llaman irritantes. Y dar tranquilidad de que lo vamos a lograr, invitar a que lo logremos.

Estamos buscando tres estabilidades. Una estabilidad macroeconómica, que no ha sido ajena a este país, que construyeron con mucho tesón todos aquellos que nos antecedieron en el Gobierno y a la cual ha contribuido este Gobierno muchísimo con la reducción del déficit del Gobierno Nacional central del 6 y medio al 2,34. Con la reducción del endeudamiento del 48 al 22 por ciento y con una serie de resultados que le dan solidez a nuestra economía.

Por ejemplo, para esa estabilidad macroeconómica el Gobierno se ha propuesto que la financiación del Estado en estos años de crisis concilie el corto plazo con el largo plazo. Que la financiación para aquello que corresponde al período que resta de este Gobierno tenga el buen equilibrio de garantizar el plan anticíclico de la economía y, al mismo tiempo, de no afectar los espacios de crédito que requerirán las administraciones del futuro.

El Banco Central de Colombia, independiente, ha hecho una tarea bien importante en materia de reducción de inflación y eso nos permite mirar en el largo plazo con más tranquilidad la evolución de la tasa de interés. El sector financiero colombiano está mejor preparado para esta crisis, su solvencia es superior al 14 por ciento, sus coberturas superiores al 1,10.

Colombia es el país de la región que menos ha tenido que sacrificar de sus divisas este año para defender sus monedas. Empezamos el año con 24 mil millones de dólares de reservas; estamos alrededor de 23 mil 600.

Pero, por supuesto, tenemos unos espacios no muy amplios para enfrentar esta crisis de la economía, lo que nos obliga a ser muy cuidadosos. Estabilidad macroeconómica con miras al mediano y al largo plazo, estabilidad tributaria y estabilidad laboral.

El Gobierno pide todos los días al Congreso de la República y a los ciudadanos una gran conciencia sobre la necesidad de la estabilidad tributaria y de la estabilidad laboral.

Las normas tributarias que hemos introducido apuntan a estimular la inversión. Nosotros no hemos reducido sustancialmente las tarifas para todo el mundo. Creemos que en un país donde falta tanta formación de capital físico es necesario estimular la inversión. No se le puede dar el mismo tratamiento a aquel que invierte que a aquel que no invierte.

Esos estímulos, a los cuales se refería el Ministro (Luis Guillermo) Plata, tienen dos críticas. Una primera crítica, que aquellos que piensan que en la sociedad con empresa privada se debe aproximar con la tributación a una especie de socialismo de Estado y derramar tarifas confiscatorias. Eso lo frenaría este inicial hervor de auge inversionista que Colombia está logrando.

Una segunda crítica. Se dice que Colombia lo que necesita es una reforma estructural. Cuando uno pregunta cuál es la reforma estructural, le encuentra dos inconvenientes: una reforma que eliminaría todos estos estímulos, reduciría sustancialmente la tarifa a una tarifa plana para todo el mundo.

Puede que Colombia llegue a eso más adelante, pero creemos que en este momento Colombia tiene que privilegiar la inversión. Y nos parece que una tarifa plana eliminaría un elemento sustancial del Estado social, la progresividad. Por eso no hemos compartido esa tesis.

Algunos dicen, ‘bueno, pero es que la inversión no está mostrando sus bondades en el empleo’. Lo venía mostrando, habíamos reducido el desempleo el 18, 20 por ciento al 10, 12. Infortunadamente se nos ha estancado bastante la dinámica que traíamos de creación de empleo con afiliación a la seguridad social. Y este año hemos registrado en algunos meses 12, 12 y medio; en otros meses 14.

Todavía no hemos destruido empleo. Hemos seguido creando empleo, pero a un ritmo muy inferior al que necesita el país. Nosotros hemos dicho que hay que perseverar con el estímulo a la inversión, que en una economía que todos los días se integra más a la economía del mundo, el único estímulo al empleo es el estimulo a la inversión.

China lleva más de 20 años recibiendo 60, 67 mil millones de dólares de inversión extranjera directa al año. Y de 2 mil 300 millones de habitantes ha reivindicado 400 millones. Colombia apenas lleva una serie de cuatro años, ahora afectada por esta crisis de la economía, con una tasa importante y continua de inversión.

No hay que desesperarse. Los inversionistas toman tiempo para hacer las decisiones y después para ejecutar sus decisiones.

Y queremos también llamar la atención de la comunidad inversionista y de los colombianos y del Congreso sobre la necesidad de tener una gran estabilidad en las normas laborales.

Nos parece que no es el momento para quitarles beneficios a los trabajadores. En nombre de una tesis de empleo masivo que pudiera afectar la calidad del empleo, tampoco es el momento para que prosperen proyectos de ley en vísperas electorales, que por hacerles un bien a los trabajadores, les harían un gran mal; que por agitar unas banderas electorales le construirían unos obstáculos infranqueables al empleo.

El Gobierno está haciendo un gran esfuerzo por la estabilidad en las normas laborales.

Infraestructura

Todo esto dentro de los cuatro capítulos de nuestra política anticíclica. La infraestructura. Debemos invertir este año un 10 por ciento de nuestro PIB. Nos falta mucha infraestructura, pero ahí tenemos también una gran posibilidad.

Quiero invitar a los inversionistas españoles a participar en todo este proceso. Hemos venido cumpliendo rigurosamente, por ejemplo ahora, con la asignación de los contratos para los corredores de competitividad. Estamos haciendo un esfuerzo para que ese cronograma se cumpla estrictamente.

Todas las concesiones de primera generación que estaban en pleito hoy operan. Todas las concesiones que este Gobierno ha adjudicado están operando. Yo tengo que dar esas noticias que se sustentan en la realidad, porque eso crea confianza para invertir en infraestructura.

En Bogotá hemos pasado de 34 kilómetros a 84 en la infraestructura de transporte masivo y, con un aporte presupuestal de la Nación del 20 y del 70 por ciento, se están construyendo otros 20 kilómetros. Y en otras nueve ciudades colombianas estamos construyendo con ese aporte del 70 por ciento de la Nación sistemas de transporte masivo. Lo hemos aprobado ahora en tres ciudades intermedias y están en turno otras siete ciudades intermedias.

El país está haciendo un despegue en infraestructura bien importante. Estamos en la etapa inicial de la licitación para la gran carretera Autopista del Sol, de Bogotá a Santa Marta, que ya como proyecto ha recibido destacados premios internacionales.

Invitamos a los inversionistas españoles a participar en la Ruta del Sol, a participar en Autopistas de la Montaña, donde haremos un gran ensayo con Interconexión Eléctrica S.A (ISA) a través de un contrato de confianza; en la licitación para fusionar todas las concesiones del Caribe colombiano en una gran concesión que se le incorporen los otros tramos y que garantice la construcción de una gran carretera entre Palo de Letras, en la frontera con Panamá, y Paraguachón, en la frontera con Venezuela.

Altezas, inversionistas: ustedes encuentran en Colombia una gran gerencia. Se le reconoce nacional e internacionalmente. Una excelente calidad en los trabajadores, un gran esfuerzo en formación vocacional técnica y tecnológica. Sin duda el mejor esfuerzo del continente, a través del Sena (Servicio Nacional de Aprendizaje) y de sus complementos en el sector privado.

Encuentran en Colombia una gran ética empresarial para poder desarrollar los inversionistas extranjeros sociedades con los inversionistas colombianos. Todos estos son factores para invitarlos a que respondan positivamente a la necesidad de invertir en Colombia.

Su Alteza don Felipe: muchas gracias. Todas las inversiones que se han concretado de España en Colombia tienen mucho que ver con el esfuerzo de Su Majestad el Rey (Juan Carlos I), con su esfuerzo, Alteza; con la confianza de los diferentes gobiernos españoles. Y queremos ahora que le podamos apuntar a usted muchísimas, muchísimas más.

Tal vez le falta un detallito por vía excepcional al Ministro de Comercio (Luis Guillermo Plata): este país habla un formidable español neutro. Olvidó el Ministro de Comercio hacer una excepción con el acento del Presidente de la República.

Muchas gracias”.
 
     
 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
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