“Vivía el país una época muy difícil. Concurrían todas las agrupaciones terroristas en el propósito de hacerle daño insuperable a la democracia. Con gran valor civil, el Presidente Virgilio Barco defendía las instituciones y con gran confianza en Colombia nacía la Fundación Santillana.
Qué importante destacar las circunstancias de amenaza a la democracia que rodearon el nacimiento de la Fundación Santillana para valorar ese oportuno gesto de confianza en Colombia.
Quiero rendir un homenaje a todos, al Director Ejecutivo para Iberoamérica, Javier Bejarano; el patronato que la dirige y orienta Ignacio Polanco, Pedro Gómez Barrero, Nicanor Restrepo, Patricia Cárdenas Santamaría; al Consejo Directivo: don Francisco Pérez González, Emiliano Martínez, Otto Morales Benítez, Amparo Sinisterra de Carvajal, Manuel Elkin Patarroyo, Fernando Hinestrosa, Jaime Posada, Piedad Bonnet, Mario Calderón Rivera, Enrique Santos, Jorge Orlando Melo, Paolo Lugari, Lilian Suárez Melo, Bernardo Hoyos, Fernando Lastra.
A quienes hicieron parte del patronato, le dieron luces: los ex presidentes Carlos Lleras Restrepo, Misael Pastrana Borrero, Alfonso López Michelsen. A don Jesús de Polanco. Tuve la oportunidad de escucharlo en dos ocasiones, don Ignacio (de Polanco), y escucharle ambas ocasiones todo su afecto, su confianza en Colombia.
A quienes pasaron por este consejo directivo, el maestro Gerardo Molina, Ramón de Zubiría, Pedro Gómez Valderrama, Alejandro Obregón, María Mercedes Carranza, Bernardo Ramírez, Ignacio Cháves, Aída Martínez Carreño, José Manuel Martínez de Arco.
A sus directores, el primero Álvaro Tirado Mejía. A todos los que han tenido este gran encargo. A Gonzalo Arboleda.
Quiero rendir el más grande homenaje al ex Presidente Belisario Betancur Cuartas. Si pudiéramos definirlo en pocas palabras, diríamos un obrero de la cultura.
Cuando pienso en él y en su dedicación a la cultura, me parece que lo podemos comparar con los obreros de la revolución industrial inglesa. Aquellos solo descansaban el mínimo necesario para recuperar la fuerza de trabajo. El Presidente Belisario Betancur solo se retira de la cultura unas pocas horas al día para recuperar la fuerza de trabajo.
Muchas gracias, Presidente, por esta infatigable dedicación a la cultura de la Patria. Los colombianos no tenemos palabras para expresarle nuestra gratitud.
Era 1970. El país se aprestaba a elegir el Presidente de la República. Yo dirigía las juventudes liberales en mi departamento y tuve la oportunidad de dirigir el bloque de jóvenes liberales que apoyaban la candidatura del ex Presidente Belisario Betancur Cuartas. Acudía a la comarca con el ex Presidente Guillermo León Valencia, uno de los grandes por su transparencia, su carácter, su devoción por la seguridad como presupuesto de la libertad, a quien estamos recordando en este año cuando se cumplen los 100 años de nacimiento.
Recuerdo aquellos bríos del Presidente Betancur en la campaña de 1970. Eso no es lo destacable; lo destacable es que hoy, tantos años después, mantiene los mismos brios o de pronto más. Qué gran ejemplo nos da Presidente Betancur.
Yo no pudiera decirle que he sido un buen discípulo de él, porque en muchas ocasiones de la vida me ha regañado. Cuando me regañaba por mis convicciones de seguridad, la única manera de defenderme era diciéndole que las había aprendido de su maestro, Guillermo León Valencia.
Pero yo sí reclamo una sola calificación de buen discípulo: ser disidente. Fue lo que me enseñó en 1970 y es lo que he tratado de aprender del Presidente Belisario Betancur.
Presidente: Qué ejemplo ha dado usted en todos los momentos de su vida y con qué aprecio y respeto los colombianos miramos su actividad de ex Presidente de Colombia. Eso nos inspira mucho más devoción por la democracia.
Pudiéramos destacar todas las actividades de la Fundación Santillana, esta gran promoción de la cultura, de los lazos iberoamericanos. Diría yo que en buena hora la Fundación Santillana ha sido una compañera de la Secretaría Iberoamericana. Han coincidido en el tiempo y han creado de ciudadano a ciudadano esa cadena que va uniendo y que, finalmente, forma el acervo cultural iberoamericano.
Presente en todos los debates, presente en todos los momentos. En los últimos años quisiera destacar que entre sus más de 300 publicaciones está aquella magnífica edición, la mejor que se dio en el momento, al conmemorar los 400 años de la primera edición del Quijote. No hubo alguien más en América Latina que produjera un trabajo tan fecundo para conmemorar los 400 años de la primera edición de la obra de Don Miguel de Cervantes como la Fundación Santillana.
Hace pocos años celebramos el centenario de (Pablo) Neruda. El Presidente Betancur y la Fundación Santillana ejercieron un gran liderazgo. El pueblo y el Gobierno de Chile reconocieron que la conmemoración del centenario de Neruda en Colombia había sido tan importante o aún más importante que en Chile. Un gran liderazgo se distinguió en el centenario de Neruda: el liderazgo del Presidente Betancur y de la Fundación Santillana.
Y ese liderazgo ahora se perfila para la gran fecha del Bicentenario (de la Independencia), que tanto nos compromete pensar en el futuro de esta Patria. Ese espacio de reflexión que nos concede el Bicentenario es una gran oportunidad para avanzar en esta construcción de una proyección cultural iberoamericana. Sabemos que el Presidente Betancur y la Fundación Santillana, con el trabajo que vienen haciendo y el que se proponen adelantar, serán pieza formidable en esta conmemoración del Bicentenario.
Yo no puedo ignorar temas fundamentales de la Fundación Santillana: la libertad, la crítica social, el énfasis en la educación.
En el propósito de profundizar todos los días más la confianza en Colombia, hemos procurado en estos años de Gobierno trabajar por la seguridad con valores democráticos, por la inversión con seguridad jurídica con responsabilidad social y por la cohesión social.
Sembrar en el corazón de cada colombiano la necesidad de tener unas ideas tan elementales como profundas que, independientemente de los ajustes que deban imprimirse todos los días, guíen el largo plazo.
La seguridad con valores democráticos es el fundamento principal de la paz. Es una fuente de recursos, es la garantía de las libertades.
Hemos procurado en un país que es fundamentalmente de opinión y una nación de opinión -es la suprema expresión democrática de un Estado de Derecho-, que la credibilidad de la seguridad se afiance en su eficacia y en su transparencia. Y la transparencia es la lucha denodada por las libertades y por los derechos humanos.
Hay algunos intangibles que van resultando en esta lucha. Colombia ha recuperado el monopolio de las instituciones constitucionales para combatir la delincuencia.
Está superado el paramilitarismo. La palabra ‘paramilitar’ surgió para denominar bandas privadas criminales cuyo objetivo era confrontar a la guerrilla.
También está debilitada la guerrilla. Se han desmovilizado más de 50 mil integrantes de todos los grupos terroristas. Han reincidido 3 mil, hay dos mil abatidos por las Fuerzas Armadas y los mil que continúan delinquiendo están simplemente en la extorsión, en el secuestro, en el narcotráfico.
Lo importante para resaltar es que aquello que nunca se debió perder, el monopolio del Estado para combatir a los criminales, se ha recuperado. Se ha recuperado el monopolio de la justicia. Nuestra justicia democrática e independiente había sido usurpada por el poder terrorista de facto en muchas regiones.
Allí los pleitos de familia, las querellas entre vecinos, ya no las dirimía el juez; las dirimía el jefe terrorista paramilitar o guerrillero. Hemos recuperado el monopolio de la justicia.
Las víctimas, eso era tema de los funerales. No se reclamaba por temor, por desconfianza. Hoy es un tema de primer orden en la agenda nacional. Repararlas puede costar 14 billones de dólares en los próximos años. Reparación total no hay, pero todo esfuerzo de reparación, apreciados asistentes, anula una semilla de odio, un germen de venganza.
Los colombianos tienen más confianza hoy para apelar a las fuerzas institucionales y para denunciar; han perdido el temor. Antes era creciente el número de ciudadanos que querían resolver los problemas de seguridad por sus propios medios o simplemente aislarse.Esa recuperación de la confianza que avanza en las fuerzas institucionales es de gran importancia, y la confianza para denunciar.
Nosotros creemos que el proceso evolutivo del Estado de Derecho en cada nueva hora ha incorporado un sistema de control: que el control político de los congresos, que el control fiscal de los congresos, que el control disciplinario de las procuradurías, que el control de las contralorías. Por encima de todo, creemos en el control de opinión.
Por eso procuramos profundizar y abrir más espacios. El país enfrenta un desafío terrorista del tamaño que no se había enfrentado en país alguno. Terroristas de una gran capacidad criminal y con autosuficiencia y enorme riqueza por el narcotráfico.
Para destacar: esto se ha enfrentado con legislación ordinaria, sin Estado de Sitio y sin el más mínimo asomo de restricción de las libertades. Hacerlo de esa manera tiene que honrar el proceso democrático de Colombia.
Creemos en el control de opinión para la garantía de las libertades, para la transparencia. Uno de nuestros sistemas de conexión directa con el ciudadano es el de las audiencias públicas televisadas para que las Fuerzas armadas, el Ministro de Defensa y el Presidente respondan a los ciudadanos por todas las quejas en materia de derechos humanos, en materia de posibles violaciones de la ley, en nuestra política de Seguridad Democrática.
Antes de ayer celebramos la última audiencia y da gusto constatar la confianza que han recuperado los ciudadanos para denunciar y también debo destacar el compromiso de las Fuerzas Armadas para responder.
Y cómo educa esto. Hoy debo hablar en lo positivo. No dar las cuentas de los que están presos por los falsos positivos, de las cuentas de lo que han sido las falsas denuncias con las cuales se quiere atentar contra la Seguridad Democrática.
Dar otra cuenta: todos los días hay menos quejas en materia de derechos humanos y todos los días hay menos denuncias temerarias. Creo que es un gran resultado que nos invita a persistir en los espacios de participación de opinión.
La construcción de la cohesión social hace de la educación -tema prioritario de la Fundación Santillana-, un eje principal. Pensamos en confianza, seguridad con valores democráticos, inversión con responsabilidad social, cohesión social. Hay un elemento transversal: la educación.
Presidente (Belisario) Betancur, Gobernador (de Cundinamarca), don Ignacio: en 120 años nuestra Patria había tenido 102 ministros de Educación y muchos de excelencia. Hemos procurado en estos años que un Ministerio regido por excelencia, tenga estabilidad y sea prioritario.
Hemos avanzado en cobertura. Hay grandes esfuerzos para la calidad y hay reconocimiento de retrasos. Estos años el país ha pasado de un 78 por ciento en cobertura de educación básica a una cobertura que ya oscila entre al 96 y el ciento por ciento.
En educación media nos estamos acercando al 78 por ciento. Graduábamos 420 mil bachilleres; estamos graduando 640 mil.
Teníamos menos de un millón de estudiantes universitarios; tenemos más de millón y medio. Financiábamos en el Icetex 60 mil estudiantes universitarios; hoy, 300 mil. La entidad es una de las 437 entidades reformadas en nuestro Gobierno.
El Sena ha pasado de capacitar en oficios vocacionales un millón de colombianos al año, a capacitar 6 millones. Tenían matriculados en sitios técnicos y tecnológicos a 41 mil colombianos; hoy 298 mil. Y como parte de la política anticíclica, en las próximas semanas empieza la matrícula de otros 250 mil colombianos en ciclo técnico en oficios nuevos, en la convicción de que muchos de los empleos perdidos en el mundo en la actual crisis no se van a recuperar y que una de las reformas estructurales para que la crisis no sea recurrente es iluminar el camino de los nuevos oficios.
Tenemos grandes dificultades. Ciudades como Bogotá o Medellín sobresalen por infraestructura, pero en muchas regiones de Colombia los avances de cobertura han desbordado las posibilidades de infraestructura.
El país registra un gran avance en nutrición infantil, que tiene muchos antecedentes: la creación del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar por el Presidente (Carlos) Lleras Restrepo, los hogares comunitarios del Presidente (Virgilio) Barco, para no mencionar sino dos.
Ahora hay grandes avances. Se están entregando 14 millones de porciones alimentarias al día, pero tenemos un gran atraso en cobertura en educación de primera infancia para los sectores más pobres.
Estos, con el desatraso en infraestructura, se constituyen en grandes retos. Aspiramos que no menos del 80 por ciento de la matricula de estudiantes del Estado en breve tenga conectividad con banda de buena calidad.
Estamos llegando a un millón de estudiantes estudiando inglés por Internet, programa dictado por el Sena con profesores mayoritariamente de nuestro Archipiélago de San Andrés, bello Archipiélago donde los compatriotas nacen con el inglés acompañando como lengua materna a nuestra bella lengua castellana.
Estamos en el proceso de una conectividad submarina para hacer de San Andrés un gran polo en la revolución de las telecomunicaciones en Colombia.
Ya no solamente tenemos el examen de los bachilleres, las pruebas periódicas de saber y las pruebas a los egresados universitarios, el observatorio laboral de los egresados universitarios para ir midiendo su conectividad con el presente y el futuro.
Los maestros ya no se nombran por recomendación política; se hace por concurso. Hay un nuevo escalafón más exigente, pero con mejor remuneración y de los 300 mil, 320 mil maestros públicos de Colombia, ya en el nuevo escalafón hay 50 mil, lo que es muy útil para la calidad y para la remuneración.
Hace pocos días se aprobó la ley de ciencia y tecnología. En un país en el cual siempre se critica con razón la baja apropiación presupuestal para la investigación, se están haciendo esfuerzos por elevarla.
Pero algo hay que destacar, y ningún escenario mejor que la Fundación Santillana. A pesar de unos presupuestos tacaños en investigación, el país ha sido pródigo en resultados. Algo que ha faltado medir en Colombia, en el análisis público es la gran productividad en investigación.
Al reunirnos hoy para conmemorar estos 20 años, parece que la historia ha evolucionado muy rápidamente, también parece que esta estancada. En aquel momento teníamos esa crisis de todas las acciones terroristas contra la democracia, el asesinato de los candidatos presidenciales.
En este momento, además de muchas dificultades, pero en medio de también de muchas esperanzas, vivimos esta crisis de la economía. Para enfrentarla trabajamos el tema de la infraestructura, de la red de protección social, de la financiación del Estado de los particulares, de los estímulos y el capitulo de la confianza.
Muchos compatriotas me dicen: Presidente ¿para que confianza inversionista, sí en esta crisis no va a haber inversión donde hay desconfianza, pero aquí tampoco donde hay confianza?
A pesar de la crisis Colombia ha alcanzado unas tasas récord de inversión. Hemos pasado de 700 millones de dólares por año y en la última serie vemos más de ocho mil, seis mil 500, nueve mil 28, 10 mil 564 (millones de dólares).
Tasas de inversión que han pasado del 14 por ciento al 27 por ciento. Creemos que hay que perseverar en todo lo que es la confianza de inversión.
El país esta de moda. Inversionistas de todo el mundo lo miran con la mayor esperanza y los colombianos quieren hacer un gran esfuerzo para que el país avance en inversión.
Solamente un ritmo sostenido de inversión con fraternidad, con seguridad jurídica, nos puede llevar a superar definitivamente la pobreza y a construir equidad en la distribución del ingreso. Queremos hacer todos los esfuerzos para que se mantenga la confianza de inversión de Colombia en este momento tan difícil de la economía.
Del capítulo de infraestructura solamente quiero destacar esto. Hay muchas obras que se están emprendiendo para desatracar al país y muchas que se están asegurando para dar confianza. Ayer firmábamos con el señor Gobernador (de Cundinamarca, Andrés González) y el Alcalde de Bogotá (Samuel Moreno) los nuevos compromisos de la Nación con el sistema de transporte masivo de Bogotá.
La Nación se comprometió ayer a mantener indefinidamente un aporte anual de 250 mil millones -valores de hoy-, a Bogotá, año tras año. A la región de Cundinamarca, Bogotá para transporte masivo. Transmilenio, tren de cercanías, metro.
Un factor de credibilidad: en diciembre de 2002, en una situación fiscal financiera bien difícil, nuestro Gobierno entregó aportes presupuestales por 980 millones de dólares a Bogotá, que han permitido que en estos años hayamos pasado de 34 a 84 kilómetros de Transmilenio y que ahora, sin dificultades de financiación, avance la construcción del Transmilenio en la 26 y en la Carrera Décima.
Factor de preocupación: la Alcaldía de Bogotá ha dicho que estas obras de Transmilenio concluyen en diciembre de 2010. Ojalá para esa fecha tengamos empezadas nuevas rutas del Transmilenio o el tren de cercanías o el metro, para que no haya solución de continuidad en el proceso permanente de ejecución de este tipo de obras en nuestra ciudad capital.
Algún periodista me preguntaba ayer ‘esto no va a generar empleo en el corto plazo’. Le dije: es que además se necesitan decisiones que den confianza. Preparar la ejecución de esas obras no es fácil. Y lo primero que tiene que quedar claro es que hay todo el compromiso del Estado para poderlas financiar.
En el tema de financiación del Estado y de los particulares, los colombianos en esta crisis debemos tener un motivo de tranquilidad. Colombia es un país con un muy buen nombre en la comunidad financiera. Mis antecesores en la Presidencia de la Republica lo labraron.
Y este Gobierno ha contribuido con las reformas estructurales, la eliminación en 437 entidades del clientelismo, de la politiquería, de los excesos sindicales.
Reformas como la de Ecopetrol, la de Telecom. La reducción del endeudamiento del 48 por ciento del PIB al 22. Seguramente este año tiene que crecer algo más por encima del 22.
La reducción del déficit del Gobierno Nacional central del seis, al 2.34 a pesar de la gran carga de pensiones. Déficit que este año seguramente algo se eleva para poder atender la política anticíclica.
Pero lo que han hecho mis antecesores y los esfuerzos de saneamiento fiscal financiero de esta administración han permitido que sea uno de los pocos países que sin dificultades ha podido financiar a su Estado en esta crisis.
En enero salimos al mercado y colocamos mil millones de dólares en bonos del Estado colombiano. Hace tres semanas otros mil millones de dólares para financiar 2010. 2009 esta financiado.
Y el Fondo Monetario Internacional, sin ninguna exigencia política, sin ninguna cláusula de aquellas de antaño, que podría estar provocando crispación, nos ha aprobado un crédito de contingencia de 10 mil 400 millones de dólares.
Colombia es el país que en esta crisis más ha defendido su moneda con la menor cantidad de inversión en reservas. Tenemos muchas dificultades, pero también hay ventajas.
Ayer en una reunión con empresarios y trabajadores, el Gobierno les decía: no podemos pretender crear empleo masivo al costo de los beneficios de los trabajadores. El problema del empleo hay que mirarlo desde el punto de vista de los números y desde el punto de vista de la calidad.
Por eso el Gobierno ha expresado que tenemos una legislación laboral hoy bastante equilibrada y que no podemos, al menos en este momento, quitarle beneficios a los trabajadores o crearle más dificultades al empleo.
El Gobierno la semana anterior propuso una contrarreforma que, por fortuna, el Congreso archivó, que era totalmente contraproducente para el empleo. Y en todo foro el Gobierno ha dicho que los pagos parafiscales al Sena, Bienestar Familiar y a las cajas (de compensación), que son fundamentales para crear cohesión social, no se pueden eliminar.
Además de eliminarlos, podrían crearse 250 mil empleos a lo sumo por una vez y después nos quedaríamos sin esas herramientas sociales y sin más empleos.
El equilibrio entre el empleo en números y el empleo en calidad es fundamental en este momento de la vida colombiana.
Muchas gracias, Presidente Betancur, don Ignacio, a todos ustedes. Evoco la memoria de quienes se han ido. No miramos hoy los registros de obituario para nada distinto que congratularnos con lo que ellos hicieron.
Muchas gracias don Ignacio por todo el compromiso del Grupo Prisa, por compromiso de su padre, don Jesús de Polanco, con Colombia, con estas causas tan importantes de la cultura, de la sana agitación social, de la política en la más elevada dimensión, la historia, la controversia de las ideas.
Muchas gracias, señor Presidente Betancur. En el corazón de los colombianos le hemos entregado a usted la medalla. La medalla que lo consagra como el obrero ejemplar de la cultura colombiana.
Muchas gracias a todos”. |