Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez durante el encuentro con inversionistas y empresarios brasileros  
Octubre 19 de 2009 (Sao Paulo, Brasil)
 
 

“Muchas gracias Presidente (Luiz Inácio) Lula. Es muy ilusionante participar en este proceso de integración, al cual usted le ha puesto tanto empeño.

Muchas gracias, Gobernador José Serra. Es Sao Paulo nuevamente la sede de otra etapa de gran importancia en el fortalecimiento de estas relaciones.

Muchas gracias, don Paulo Skaf (Presidente de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo, Fiesp), a usted, a los industriales de Sao Paulo; muchas gracias al doctor Luis Carlos Villegas (Presidente de la Andi) y a todos los industriales de Colombia.

No teníamos frontera, teníamos una pared. En estos años hemos pasado de la pared que queda atrás, al proceso de integración; de la indiferencia al camino de la integración.

Yo diría que a pesar de los mil 647 kilómetros de frontera estábamos siendo víctimas de la indiferencia, de los temores. Se temía al tamaño de la empresa brasilera y también se temía a la violencia en Colombia.

Para unos era imposible acceder al mercado de Brasil; para otros, el mercado de Colombia era muy pequeño y la violencia, un obstáculo insalvable.

Hemos descubierto todas las ventajas de nuestros países.

Brasil, qué gran potencia. Yo les expreso a las nuevas generaciones de colombianos: Brasil, primer productor mundial de café, primer productor mundial de maíz, primer productor mundial de jugo de naranja, primer productor mundial de soya, primer productor mundial de carne.

Una potencia en petróleo, una potencia en biocombustibles, una potencia aeronáutica, para citar, a título de ejemplo, algunos elementos.

Colombia, el país suramericano puente con Centroamérica y el Caribe; el país suramericano que además de mil 600 kilómetros sobre el Caribe tiene mil 300 kilómetros sobre el Pacífico; el país suramericano inmediatamente contiguo al Canal de Panamá.

Los dos países con una gran gerencia; los dos países con una gran clase trabajadora; los dos países con instituciones; los dos países con dos naciones más interesadas en el emprendimiento que en la subalternidad laboral.

Para Brasil, la ventaja de la ubicación geográfica de Colombia es obvia y para Colombia el liderazgo de Brasil, su proximidad a otros continentes es una gran ventaja.

Este país enorme, esta gran potencia que es Brasil, cuando uno se pone a hacer las mediciones geográficas lo posee el asombro: de la bella esquina oriental del Brasil al África hay menos distancia cruzando el Atlántico que de esa misma esquina oriental del Brasil al extremo occidental de esta gran nación.

Este proceso nos ha obligado a explicitar ventajas comunes, que muchos conocían pero que no imperaban en las decisiones que se deberían haber tomado.

Hemos avanzado en un proceso evolutivo de gran importancia. El Presidente Lula asumió el primero de enero de 2003, nuestro Gobierno había asumido cuatro meses antes, el 7 de agosto de 2002, y de inmediato procedimos a animar el acuerdo Comunidad Andina- Mercosur. Qué bueno, qué oportuno haberlo hecho venciendo todos los temores, todos los prejuicios.

Presidente Lula, le reconozco una gran tarea de liderazgo. Los líderes muchas veces se tienen que enfrentar a las presunciones, a los prejuicios, a las corrientes aparentes de opinión y mostrar caminos diferentes.

Las corrientes aparentes de opinión se oponían a la integración Comunidad Andina-Mercosur, pero se enfrentó esa corriente adversa y se sacó adelante ese gran acuerdo.

Reitero nuestro propósito de profundizar el proceso de integración con Brasil, de revisar qué tenemos que profundizar en ese acuerdo con la Comunidad Andina y Mercosur.

Como usted lo anotaba, Presidente Lula, hemos multiplicado por cuatro nuestro comercio.

Algunos compatriotas me dicen: Sí, Presidente, pero mientras Colombia exporta un poco más de 600 millones de dólares, Brasil nos exporta más de dos mil.

En efecto, hay un déficit grande. Pero esto va mucho más allá de la figura del día del déficit. También hay que mirar de dónde venimos: que no exportamos sino 600 millones de dólares, (pero) exportábamos 110. Yo creo que allí se va construyendo un avance de significativa importancia.

Pero más allá de déficit, hay que ver el tema de la inversión.

Yo celebro que la inversión brasilera haya venido ganando confianza en Colombia y que Brasil sea hoy una gran fuente de inversión en Colombia y también la confianza de la inversión colombiana en Brasil. Interconexión Eléctrica S.A. es una empresa colombiana bandera con una gran presencia en Brasil, en el estado de Sao Paulo, que nos honra muchísimo.

Hay que mirar el proceso de integración más allá del déficit comercial. Integración en la industria. Por ejemplo, el sector de automóviles y de autopartes en Colombia me dice: ‘Presidente, es que a nosotros nos iba bien con Ecuador y Venezuela, pero esos mercados se han reducido mucho por una u otra razón. La tememos a la competencia de México, a la competencia de Brasil’.

Les he expresado, con todo afecto: hay que integrarse. El mercado, más allá del concepto de la batalla de la competencia, tiene que ser guiado por el concepto del imperativo de la integración.

Le he dicho a este sector de mi Patria: Colombia agrega 160 mil vehículos al año; Brasil, tres millones. Eso muestra la gran importancia de que una industria laboriosa, de que una industria con toda la capacidad de ser eficiente, como la industria de autopartes de Colombia, pueda avanzar en el camino de integrarse con Brasil.

Los acuerdos de comercio necesitan ser sostenibles en el largo plazo; que creen tranquilidad en la opinión pública de nuestros estados democráticos. Por eso, todo lo que hagan ustedes, apreciados empresarios de Brasil y de Colombia, por la integración, más allá de la competencia del día, le da garantías de sostenibilidad en el largo plazo a estos acuerdos.

Integración en defensa, para que nos ayudemos mutuamente en la batalla contra el terrorismo, en la batalla contra el narcotráfico.

La integración para poder avanzar en el uso civil de todo lo que puedan hacer nuestras fuerzas armadas, nuestras industrias militares en los procesos de integración.

Nosotros celebramos muchísimo el desarrollo conjunto de un avión carguero, de mayor tamaño, y queremos que eso vaya dando posibilidades a la gran industria aeronáutica del Brasil; a la incipiente, pero eficiente industria aeronáutica de Colombia, de avanzar para contribuirle a todo el continente en materia de usos civiles.

Infraestructura

En infraestructura. El Presidente Lula ha mencionado retos de Colombia. Si ustedes me preguntaran obstáculos de Colombia a la competitividad, yo les diría: carencias de infraestructura.

Pero también se convierte en una gran posibilidad. Estamos ad portas de cerrar la licitación para construir una autopista entre Bogotá y el Caribe, mil kilómetros. Aspiramos una gran participación del Brasil.

El Brasil está estudiando presentar la propuesta de concesión por iniciativa privada, para el ferrocarril del Carare. Queremos que eso se dé. El ferrocarril, para entenderlo en sus grandes dimensiones, de Bogotá, por la Sabana, remontando la cordillera de Los Andes al Caribe.

Necesitamos avanzar en la infraestructura que nos integre.

Hay un sueño, el del General Rafael Reyes, Presidente de Colombia entre 1905 y 1909. En su juventud, a lomo de mula cruzó Los Andes, bajó al río Putumayo, se embarcó al Amazonas y por el Atlántico llegó a Río de Janeiro. Desde aquella época se está hablando de la ruta por Colombia del Brasil al Pacífico.

Presidente Lula, quiero darles una buena noticia: Colombia está en pleno proceso de construir, en ejecución de la obra, una gran carretera entre el puerto de Tumaco, en el Pacífico, y Puerto Asís, sobre el río Putumayo. Ya hay muchos trayectos construidos y ahora estamos en el proceso de abocar un tramo muy difícil: la variante del valle del río Sibundoy a Mocoa. Pero lo vamos a hacer.

Quiero proponerle para los esfuerzos que debemos realizar en este año largo que resta su Gobierno y en estos diez cortos meses que restan al que presido, el acuerdo para esa gran obra de infraestructura. Que Colombia aporte la carretera y todos los derechos de tránsito al Brasil, y que el Brasil nos ayude con la navegación entre el Amazonas y el Putumayo, a través del río Putumayo, concretamente entre el Amazonas y Puerto Asís, sobre el río Putumayo.

Colombia está construyendo nuevos sistemas de transporte masivo. Una gran contribución a la calidad de vida urbana, al ahorro de combustibles fósiles, a la lucha del mundo contra el calentamiento global. Y hay otros 10 sistemas próximos a iniciar.

Nos sentimos muy orgullosos del éxito que la inversión brasilera, proveedora de vehículos para este sistema de transporte, esté teniendo tanto éxito de integración.

El Brasil nos ha señalado un gran ejemplo en biocombustibles. Pero estamos siendo buenos alumnos. Empezamos hace poco nuestra política de etanol. Ya producimos un millón 50 mil litros. Y hay grandes experimentos en los Llanos Orientales, en la Costa Atlántica, para incorporar otras zonas a la producción de caña de azúcar. Porque nos habíamos restringido al Valle del Cauca, la mayor productividad del mundo, pero (son) 270 mil hectáreas, un área pequeña de tierras fertilísimas campeonas en productividad.

El Brasil, con más de ocho millones de hectáreas, nos ha dado un gran ejemplo para estudiar nosotros los Llanos Orientales y el Caribe.

Y Colombia, a partir de palma africana, ya está produciendo un millón 800 mil litros de biodiesel.

Nuestras dos naciones han asumido la tarea de integrarnos para defender en todos los foros internacionales los biocombustibles como una de las mejores opciones de energía limpia. Y lo hemos hecho con dos garantías para la humanidad: la garantía de que los biocombustibles no tienen por qué afectar la selva, ni competir o restringir la seguridad alimentaria. Al contrario, en el caso colombiano se constituyen en una alternativa a las comunidades rurales que son atraídas por el narcotráfico y, por ende, destruyen la selva.

Colombia es un país muy dependiente del avión para su movilización doméstica. Cuánto entusiasmo nos genera el avance de la inversión de Brasil en nuestra compañía aérea bandera, y los procesos de crecimiento de integración que se dan justamente en el momento de la crisis.

Integración para cumplir nuestros compromisos para preservarle al planeta la selva amazónica. Estamos dispuestos a acudir con una posición conjunta a Copenhague (Dinamarca). Colombia aporta el 0,5 del PIB (Producto Interno Bruto) del mundo, el 0,37 de las emisiones; tiene un 11 por ciento de áreas de reserva del territorio.

La administración del Presidente Barco (Virgilio Barco Vargas) abrió el camino para que hoy el 33 por ciento del territorio nacional esté asignado a comunidades indígenas y afrocolombianas, en el empeño de proteger el medio ambiente.

El promedio de emisiones en América Latina es de 270 toneladas por cada punto del producto. Colombia produce menos: 250 toneladas por cada punto del producto. Ha sido un país riguroso en materia de normatividad ambiental. Eso ayuda enormemente a construir confianza inversionista, porque es inversión sin riesgo de cuestionamiento ambiental.

Deseamos acudir con Brasil, con los países hermanos que confluimos a la cuenca amazónica, con una posición común a Copenhague.

Construir confianza en Colombia

Nosotros seguimos trabajando en Colombia por construir confianza. Que los colombianos tengan más confianza en Colombia; que los brasileros tengan confianza en Colombia; que la comunidad internacional tenga confianza en Colombia.

Construimos esa confianza sobre tres caminos que van de la mano, cada uno con los otros dos: la seguridad con valores democráticos, la promoción de la inversión con responsabilidad social y la cohesión social.

Agradezco de todo corazón al Gobernador José Serra (Gobernador del estado de Sao Paulo), la mención tan generosa que ha hecho de Colombia esta mañana, al destacar como hemos avanzado en seguridad, practicando la seguridad como un valor democrático. Nunca en desmedro de las libertades; nunca afectando las instituciones. Al contrario, la seguridad como única garantía de las libertades, como una protección de las instituciones.


Lucha contra las drogas

Nosotros pensamos que todos estos fenómenos de terrorismo tienen una relación con las drogas ilícitas. De no haber drogas en Colombia, hace rato que habríamos superado el terrorismo.

Por eso, queremos trabajar en la compañía, con el consejo de Brasil, con su Consejo Presidente Lula, para buscar mecanismos más eficaces para superar este fenómeno.

Nos parece de la mayor importancia que el mundo revise el tema.

Sin embargo, quiero hacer unas anotaciones:

En muchas partes del mundo se propone la legalización (de la dosis mínima de droga). Y yo me pregunto con asombro, desde un país que ha derramado tanta sangre en la derrota de la droga, por qué proponen la legalización si la han legalizado. La permisividad en el consumo en alguna forma ha sido una legalización por la puerta de atrás.

Es muy difícil, para un país como Colombia, derrotar plenamente la droga, cuando el mundo, cuando aun Colombia, son permisivos con el consumo.

Creo que la revisión de la política mundial contra la droga debe llevarnos a posiciones de equilibrio. Nadie propone meter a la cárcel a los adictos y a los enfermos, pero yo creo que sí vale la pena pensar en llevar a la cárcel a los criminales que escudados en la dosis personal distribuyen impunemente la droga e involucran a los niños, adolescentes y jóvenes en ese negocio criminal.

Nosotros en Colombia asistimos a un nuevo fenómeno: el microtráfico.

Ahora no es solamente la violencia de los grandes carteles, que tenemos bastante destruidos, en el proceso de exportación de drogas. Ahora es la violencia entre bandas que se crean para disputarse la distribución de drogas degradadas en pequeñas cantidades, para corromper nuestra juventud en nuestras ciudades.

No hay política social que valga para recuperar a los jóvenes, cuando el negocio criminal de la droga les bloquea la mente. Por eso proponemos esas reflexiones.

Avances de Colombia

Quiero expresar a ustedes, Presidente Lula, Gobernador Serra, distinguidos empresarios, avances de Colombia, a pesar de todo lo que falta.

Este año la Inversión Extranjera Directa en el mundo ha caído un 44 por ciento. En Colombia ha caído un 8 por ciento. A 30 de septiembre, Colombia ha recibido 6 mil 13 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa. Vamos a situarnos en el rango de aumento en los últimos años a pesar de la crisis.

Nuestro viejo rango de Inversión Extranjera Directa era entre 400 y 2 mil millones de dólares. El nuevo ha sido entre 6 mil 500. El año pasado, diez mil 574 millones de dólares. La caída del 8 por ciento es en relación con el año pico, que fue el año pasado.

Y esto va acompañado de otro fenómeno: hemos pasado, en estos años, de una tasa de inversión de 12, 14 por ciento, a una tasa de inversión entre el 24 (por ciento) y el 28 por ciento. Este año, no obstante la caída, la tasa de inversión en el primer semestre estuvo en el 25,9 (por ciento).

Las políticas necesitan validadores. Nuestra política de promoción de inversiones ha tenido este año dos validadores muy importantes: los indicadores que han entregado el Foro Económico Mundial y el Banco Mundial.

De acuerdo con el Foro Económico Mundial, Colombia aumentó 5 puestos en competitividad. Y de acuerdo con el Banco Mundial, Colombia ha pasado de la posición 80 en el Doing Business, a la posición 37.

Durante los últimos tres años hemos tenido, gracias al liderazgo del Ministro Plata (Luis Guillermo Plata, Ministro de Comercio, Industria y Turismo), la mención positiva que nos destaca del Banco Mundial. Y ya empezamos el nuevo conjunto de reformas para procurar ganar esa mención de nuevo, en el año 2010.

Con usted, Presidente Lula, hemos hablado muchas veces, y lo hemos escuchado con inmenso respeto, sobre ese validador que necesita la inversión: la política social.

Para nosotros el comercio, la inversión no son fines en sí mismos, son caminos para hacer del capital un factor de creación de riqueza social. Por eso nuestra política de cohesión social.

Los avances en educación, en salud, en crédito a los sectores más pobres, en nutrición, a pesar de todo lo que falta, han obtenido dos validadores recientemente: el Banco Mundial ha expresado que Colombia es uno de los países en su nivel de ingreso que más ha avanzado en el Índice de Oportunidades.

Y recientemente, el informe de Naciones Unidas sobre Desarrollo Humano presenta a Colombia, después de China, como uno de los países que más ha avanzado, y efectivamente nos reconocieron un avance en 5 posiciones.

Si ustedes me preguntaran qué piensa el Gobierno de Colombia, cuáles deben ser las dos herramientas más importantes para la prosperidad económica como camino de cohesión social, yo les contestaría que en la situación de Colombia acceso a mercados y promoción de inversión.

Además del acuerdo CAN-Mercosur, hicimos el acuerdo con Chile, el acuerdo con Perú, para ir más allá de la Comunidad Andina; el acuerdo con tres países centroamericanos. Estamos empezando la negociación con Panamá. Confiamos que en poco tiempo esté ya ratificado por el Congreso de Canadá el acuerdo con Colombia. Estamos bastante avanzados en la negociación con la Unión Europea. Cerramos el Acuerdo de Promoción de Inversiones con India; lo tenemos firmado con China. Estamos avanzando con los Emiratos Árabes.

Yo pienso en dos países para ayudarnos: Brasil, fundamental en toda nuestra América, más allá de la América Latina, más allá de Suramérica. Brasil, fundamental para nuestras relaciones con Asia, con África.

Confieso humildemente que cada que hay algún problemita en la región, no vacilo en pedirle ayuda al Presidente Lula. Esta mañana le hice reclamos y le pedí ayudas, como tiene que ser. ¿Qué hago? Si necesito que nos ayude. Él sabe que tareíta le encomendamos esta mañana.

Necesitamos a Brasil. Lo requerimos. Es un apoyo muy importante para Colombia.

Y hemos pensado en otra nación con la cual tenemos enormes vínculos sentimentales: Corea. Para tener con ellos rápidamente el acuerdo, a fin de que también se cumpla una tarea, la de ser nuestro camino en la integración definitiva con Asia. Nuestra oferta productiva, nuestra canasta de exportación nos ha limitado mucho la posibilidad de búsqueda de esos mercados. Pero en esta tarea hay que pensar en el largo plazo. Tenemos 1.300 kilómetros sobre el Pacifico.

Así como Brasil nos puede ayudar en muchas de las materias, algunas anunciadas, Corea puede ser nuestro camino para la asociación de países de la cuenca del Pacífico.

Y qué bueno también para Brasil tener esta integración con Colombia. Colombia, en el futuro en la cuenca del Pacifico y Colombia, también, en acuerdo con México, con los Estados Unidos y con Canadá.

Los Estados Unidos sabe de la sinceridad de nuestros esfuerzos para proteger a los trabajadores contra la violencia, para que la política de seguridad vaya de la mano de la política de derechos humanos.

Nosotros confiamos que en algún momento, más temprano que tarde, el Presidente (Barack) Obama y el Congreso de Estados Unidos van a ratificar el acuerdo negociado con Colombia, un aliado sin dobleces de los Estados Unidos.

Y eso nos conviene a todos inmensamente. Toda integración que Brasil haga con el resto del mundo es muy útil para Colombia. Y esta integración de Colombia con otros países, con Estados Unidos, Canadá, nos conviene a todos, es muy útil para el Brasil.

Nuestros países tienen muchas cosas en común. La alegría del Brasil, de su nación, que es un fenómeno cultural, se replica en Colombia. Nuestros pueblos se emulan en la alegría.

La violencia no ha afecta la alegría ni la espontaneidad del pueblo colombiano. La pasión, que corresponde a la manera de ser de ambos pueblos. La palabra pasión la incorporan ustedes ahora en el logo de los Olímpicos. Luis Guillermo Plata le dice al mundo: ‘Colombia es pasión’.

Nosotros hemos celebrado profundamente la designación de Brasil para ser la sede de los Juegos Olímpicos. Esa alegría la sentimos. Y cuando se dio el anuncio, parecía, en el sentimiento de los colombianos, que la sede se la hubieran asignado a Colombia.

Y estamos muy contentos del apoyo de Brasil, del Presidente Lula, a la aspiración de Bogota de los Panamericanos del 2015.

Tenga la certeza, Presidente Lula, que no sabemos quedar mal.

Colombia fue sede de los Panamericanos en 1971. La primera y única vez. Quedamos bien y volveremos a quedar bien. Como en los últimos años hemos quedado bien en los Juegos Bolivarianos, en los Centroamericanos y del Caribe; como quedaremos bien en marzo, en los Suramericanos de Medellín, y como quedara bien Colombia, con la ayuda de Dios, en el 2011, en el sub20 de fútbol.

Qué bueno trabajar conjuntamente en todos estos temas.

Sabemos que además de la integración Comunidad Andina-Mercosur, ha sido un paso muy importante Unasur, el Consejo de Defensa. Confiamos que las deliberaciones sean esa etapa natural de los procesos de integración. Los procesos de integración no nacen en el consenso sobre las materias. Cuando se afrontan las materias que nunca se han afrontado empieza la deliberación. Pero la deliberación construyendo fortalece esos procesos.

Es mejor enfrentar todos los temas que darle la espalda a los temas. Por eso ustedes deben saber de nuestra voluntad de deliberar para fortalecer la integración.

Felicito al Brasil por esta rapidísima superación de la crisis de la economía. A todos nos llena de entusiasmo. Aquí hay un gran motor para recuperar la economía de toda nuestra región y para contribuir a la recuperación de la economía del mundo.

Muchas gracias, Presidente Lula. Muchas gracias, Gobernador Serra. Muchas gracias, doctor Skaf y doctor Villegas. Muchos éxitos, distinguidos empresarios. Necesitamos la integración estrecha, perdurable, profunda entre nuestros dos países”.

 
Imprimir