Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez en la presentación del Centro Regional para América Latina y el Caribe en apoyo al Pacto Mundial de Naciones Unidas

 
Octubre 29 de 2009 (Bogotá)
 
 

“Quiero expresar a todos los agradecimientos. Es un altísimo honor para Colombia. Una gran distinción.

Agradecemos a las Naciones Unidas (ONU); agradecemos a la Andi (Asociación Nacional de Industriales); a su Presidente, el doctor Luis Carlos Villegas; agradecemos a la Cancillería, a los antecesores y a su titular, el señor Ministro de Relaciones Exteriores, el doctor Jaime Bermúdez Merizalde.

Quiero agradecer inmensamente a todas aquellas empresas que han ayudado a que Colombia dé este salto. Además de la Andi, que agrupa a nuestros empresarios, la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos Domiciliarios (Andesco), Alpina, Aviatur, Bavaria, Carbones del Cerrejón, Cementos Argos, Corona, Endesa, Interconexión Eléctrica S.A., Sociedades Bolívar, Telefónica, Pacific Rubiales. A todos, nuestra inmensa gratitud.

Desde el Gobierno de Colombia tenemos toda la disposición de ayudar al buen éxito de esta iniciativa.

Los temas son fundamentales, en nuestra idea, en nuestra obsesión de que Colombia sea un país que todos los días profundice más la confianza de su propia comunidad y de la comunidad internacional: derechos humanos, condiciones laborales, medio ambiente, lucha contra la corrupción.

Respeto a los derechos humanos

Nuestras Fuerzas Armadas enfrentan el desafío más grande que se haya enfrentado en el continente: unos grupos terroristas inmensamente ricos, que no dependen de donaciones del extranjero, sino que han hecho ese negocio criminal fabuloso en cifras del narcotráfico.

Procuramos adelantar esa lucha con todo el respeto a los derechos humanos, con todo el respeto a las libertades, sin legislación marcial, sin legislación de Estado de Sitio, con legislación ordinaria. Además, con todo el respeto a la vigilancia internacional.

En esa lucha quiero destacar que para nosotros en una democracia es fundamental que la seguridad tenga credibilidad como factor de sostenibilidad. Y la credibilidad depende de la eficacia y, al mismo tiempo, de la transparencia, y la transparencia tiene su equivalente en los derechos humanos.

Nuestras Fuerzas Armadas tienen hoy una tarea inmensa en capacitación en materia de derechos humanos.

Yo creo que si miramos las horas de capacitación en derechos humanos, los esfuerzos de capacitación en derechos humanos, nuestras Fuerzas Armadas ocupan un lugar destacado en el mundo.

Todos los días se adoptan nuevas prácticas para garantizar total aplicación de los derechos humanos.

Cuando nuestras Fuerzas Armadas dan de baja al integrante de una organización criminal, una de las prácticas es que no pueden disponer de ninguna actividad, de ningún movimiento, hasta que llegue la presencia de la Fiscalía General de la Nación, que es independiente y autónoma.

Nuestras Fuerzas Armadas han estado en un proceso que llamaríamos decisión de jurisdicción.

Hoy la justicia ordinaria en Colombia es la que está conociendo, por regla general, todos los delitos que se imputen a las Fuerzas Armadas. Y es la justicia ordinaria la que finalmente nos dice cuándo son delitos dentro de la jerarquía del servicio, que deben ser conocidos por la justicia penal militar.

Hemos hecho una transición: la justicia penal militar era la regla para juzgar a los integrantes de las Fuerzas Armadas, hoy es la excepción. Y no vayan a creer que es fácil. Qué tránsito tan difícil. Porque el Gobierno es consciente de que las Fuerzas Armadas requieren un gran apoyo, en un país que ha sufrido tanto por acciones de guerrilla, de paramilitares, todos vinculados a través del narcotráfico.

Y muchas veces estas transiciones son dolorosas y crean mucha incertidumbre en las propias Fuerzas Armadas.

Pero esa transición se ha hecho en aras de la credibilidad de nuestras propias Fuerzas Armadas de la vigencia de los derechos humanos.

Colombia, como expresión de su apertura a la vigilancia internacional, ha mantenido desde el año 1995 la Oficina de la Alta Comisionada de Derechos Humanos en nuestro país. Una oficina que siente toda la libertad, como la sienten todos los organismos internacionales interesados en vigilar nuestra política de seguridad.

Bajo la dirección del Vicepresidente de la República (Francisco Santos Calderón), Colombia fue el primer país en someterse al examen voluntario de derechos humanos, hará un año en Ginebra.

Nosotros creemos mucho en los controles de las instituciones regulares del Estado, pero creemos que en el Estado de Derecho el principio fundamental, el punto medular, es el control de opinión. Por eso, periódicamente el Ministro de la Defensa, los Altos Mandos y el Presidente de la República nos ponemos en frente de la televisión a recibir las llamadas de los colombianos para quejarse en materia de derechos humanos y para buscar darle soluciones a esa problemática.

Condiciones laborales

En nuestra lucha por la seguridad, por la confianza de inversión, por la cohesión social, como lo recordaba hoy don Emilio (Emilio Gilolmo López, Presidente del Consejo Directivo del Centro Regional para América Latina y el Caribe en apoyo al Pacto Mundial de Naciones Unidas), hemos hablado del gran estímulo a la inversión como presupuesto para superar la pobreza y construir equidad, con un límite: la responsabilidad social.

Hemos dicho que la responsabilidad social es trasparencia en las relaciones entre los inversionistas y el Estado. Transparencia en la contratación, transparencia en la solución de disputas. Hemos dicho que la responsabilidad social es ir más allá de los mínimos legales, para contribuir, desde la inversión, a la construcción de armonía social.

Nos sentimos muy orgullosos de las cifras que le hemos escuchado esta mañana al doctor Luis Carlos Villegas, Presidente de la Andi: el esfuerzo corporativo de Colombia en responsabilidad social ascendiendo al 3 por ciento de las ventas totales de las empresas.

Hemos dicho que responsabilidad es ir más allá de los mínimos legales en materia ambiental.

Hemos dicho que la responsabilidad social es entender la función del capital. La crisis de la cual todavía no hemos salido, cuyo principal estrago, el desempleo, todavía tiene un largo camino a recorrer para corregirse; la crisis que todavía tiene interrogantes que pueden llevar a que se recrudezca por algún tiempo, la crisis nos tiene que dejar una lección: el capital es un factor de creación de riqueza social, no un factor de especulación.

Cuando historiadores economistas estudien la génesis de esta crisis encontrarán en los movimientos especulativos el origen que debemos superar.

En materia de condiciones laborales, en un país que ha sufrido tanto la violencia, creemos que hay extremos muy dañinos: el extremo del capitalismo salvaje y el extremo del odio de clases. Creemos que el único camino es el camino de las relaciones laborales fraternas.

Agradezco de nuevo el esfuerzo de los empresarios de Colombia, de los trabajadores, con el Gobierno, bajo los auspicios de la OIT, para superar el problema de violencia contra los trabajadores en Colombia. Una violencia que viene de muy lejos, que viene de la idea de las guerrillas marxistas de combinar todas las formas de lucha, de su penetración dañina a sectores del movimiento de los trabajadores, de los asesinatos de los paramilitares, de los asesinatos de las guerrillas. Una violencia que se viene superando.

Hoy, gracias a este esfuerzo de empresarios, trabajadores, justicia, Gobierno, ya hay 180 personas en la cárcel acusadas de crímenes contra los trabajadores. Tenemos más de 200 sentencias.

Colombia mantiene protección individual a unas 10 mil personas, ciudadanos que tienen un grave riesgo a su seguridad. Dos mil de ellos son líderes de los trabajadores. Yo diría que ahí Colombia tiene un esfuerzo muy importante para compartir con la comunidad internacional.

Responsabilidad social

Este país hace enormes esfuerzos de responsabilidad social.

Las cargas tributarias generalmente no se miden en su conjunto. Yo creo que al medirlas en su conjunto resalta para Colombia el esfuerzo enorme de la empresa formal.

Por ejemplo, la empresa formal tiene que pagar tres cuartas partes de la afiliación de los trabajadores a la salud -una salud costosa- que nos ha ayudado a que ya tengamos 41 millones de trabajadores colombianos con seguro de salud.

De 13 y medio, de 14 puntos y medio, de 15 puntos de cotización para el sistema pensional, el empleador formal tiene que pagar 10 puntos.

En cuanto a riesgos profesionales, el empleador formal paga toda la carga, que se sitúa, dependiendo del rango de las empresas, más o menos entre uno y dos y medio por ciento.

Además, los empleadores formales de Colombia tienen otras obligaciones sociales costosas, pero muy importantes para este país: pagan tres puntos de la nómina al sistema de Bienestar Familiar; pagan cuatro puntos de la nómina al sistema de cajas de compensación -sistema sui generis manejado en Colombia por empleadores y trabajadores- y pagan dos puntos de la nómina al sistema de formación vocacional, Servicio Nacional de Aprendizaje, que en Colombia está abierto al beneficio de todos los trabajadores, independientemente de que estén en el sector formal que cotiza o que no pertenezcan al sector formal que cotiza, que paga esa carga.

Gracias a ese esfuerzo, Colombia tiene hoy 13 millones de beneficiarios del sistema de Cajas de Compensación; 12 millones de beneficiarios del sistema de nutrición infantil, y este año tiene 6 millones y medio de beneficiarios del sistema de formación vocacional. Un esfuerzo enorme de los empresarios colombianos.

Tenemos una alta informalidad. Pensamos que hay que resolverla de fondo, no maquillándola. El tema no es bajar los estándares para que aparezcamos con menos informalidad. El tema es poder tener una tasa sostenida de inversión en el país, elevada, que nos permita tener también un crecimiento sostenido y elevado, y que eso nos facilite ir creando mejores oportunidades de emprendimiento, de trabajo con calidad, con afiliación a la seguridad social.

Un esfuerzo enorme hacen los empresarios y el Gobierno para sostener esas cargas tan altas de pago a la seguridad social, a los beneficios derivados de las obligaciones parafiscales, cuando muchos presionan que eso se debería desmontar o por lo menos disminuir en sus obligaciones, con el argumento de que ello contribuiría a ir superando informalidad.

Hemos resistido esa presión, en aras de crear unas condiciones que permitan que Colombia supere la informalidad, pero con buen ingreso, con trabajos de buena calidad, con afiliación a la seguridad social.

Tema ambiental

En el tema del medio ambiente este país ha sido muy riguroso desde hace muchos años. La administración del Presidente Virgilio Barco, con un gran sentido del futuro, encomendó a las comunidades indígenas la administración, al reconocerles la propiedad, de más de 33 millones de hectáreas, en un país con 117 millones de hectáreas. Y las comunidades afrodescendientes, nuestros compatriotas negros, tienen hoy más de 6 millones de hectáreas.

Eso creó condiciones para desarrollar toda una normatividad de protección de la selva. Nuestra principal contribución en la lucha contra el calentamiento global es proteger la selva. Colombia tiene un 52 por ciento del territorio todavía en selva; el gran enemigo es el narcotráfico.

Nuestro aporte es el experimento de las Familias Guardabosques; familias que estaban en el narcotráfico que han hecho acuerdos con el Gobierno para cuidar las áreas libres de droga, para proteger la recuperación de la selva; que reciben un pago de aproximadamente 2 mil dólares (por) familia al año y que están supervisadas por Naciones Unidas.

Creemos que el mundo necesita cuidar los bosques, y que eso hay que pagarlo. Porque así como en Colombia los destruyen para sembrar coca, en otros países los destruyen para ampliar la frontera agrícola. Lo más importante hoy, el cultivo más importante hoy, dado estos problemas ambientales, es proteger los árboles.

Colombia tiene un 11 por ciento del territorio en zonas de reserva, una normatividad ambiental estricta. Muchos nos dicen: Bueno, pero si Colombia es un país que hoy tiene mucha confianza inversionista, las normas ambientales desestimulan la inversión en minería, en hidrocarburos.

Entiendo, hay dificultades, pero yo que a la larga muestra condiciones de seriedad, de estabilidad. Yo creo que se pena un poquito por el cumplimiento de esos requisitos ambientales, pero que una vez se obtienen las licencias, se tiene mucha seguridad y se adquiere mucha tranquilidad de conciencia para presentar esos esfuerzos empresariales en cualquier lugar del mundo.

Colombia está construyendo sistemas de transporte masivo en nueve ciudades, y ahora empiezan en otras 10 ciudades, haciendo un gran esfuerzo para desmotivar el transporte individual, también como contribución ambiental.

Colombia aporta el 0.5 del PIB del mundo y aporta el 0.37 de las emisiones. En América Latina, el promedio es de 270 toneladas de emisiones por cada punto del producto. En Colombia, 250 toneladas por cada punto del producto.

Colombia hace un gran esfuerzo en materia ambiental. No producíamos biocombustibles. Hoy producimos más de un millón de litros de etanol -derivado de caña de azúcar-, somos el segundo en el continente después de Brasil, y el primero en biodiesel, con un millón 800 mil litros a partir de palma africana. Con dos garantías: las condiciones del país permiten un gran desarrollo de estas actividades sin afectar la selva y sin limitar la seguridad alimentaria.

Además, el país tiene hoy una serie de estímulos muy importantes a la energía eólica y a otras energías limpias.

Ustedes encuentran un país haciendo un gran esfuerzo en materia de derechos humanos.

Nosotros le asignamos a la transparencia un lugar de primera importancia en lo que llamaríamos los valores que concurren para definir una democracia como una democracia moderna.

Somos incrédulos de la conveniencia de mantener en el continente la división entre izquierda y derecha. Lo único que hace es polarizar, crear pánicos, desestimular la prosperidad. La encontramos además obsoleta, muy difícil de caracterizar.

Pensamos que hay que hacer un tránsito hacia lo que llamamos los cinco valores democráticos: la seguridad; las libertades; el Estado de instituciones independientes, que no excluyen instituciones deliberantes, y la cohesión social y la transparencia.

Hay un elemento que vincula a un ciudadano con el conjunto en el Estado democrático, que es la confianza, y esa confianza se nutre de la transparencia.

Bajo la dirección del Vicepresidente de la República (Francisco Santos) se adelanta el programa estatal de lucha contra la corrupción. Hoy en Colombia todo contrato del Estado se discute en una audiencia pública. Eso ha sido un gran avance.

Antes de abrir una licitación, se publican los pliegos, se publicitan ampliamente, se recibe todo el análisis crítico de los interesados y finalmente se adoptan los pliegos definitivos.

Combate a la corrupción

Tenemos una serie de medidas de participación ciudadana para combatir la corrupción. En muchas partes del país se viene firmando los pactos de transparencia, que vinculan a las autoridades territoriales, a las locales y a las autoridades nacionales.

Este país ha ganado mucha confianza para denunciar. Hay total libertad para denunciar.

El Gobierno repite permanentemente la instrucción a todos los funcionarios de que debemos ser los funcionarios los que detectemos los hechos de corrupción. Que nos atrevamos a denunciarlos, a tomar las decisiones para sancionar esos hechos de corrupción, no esperar que la denuncia tenga que provenir de la crítica o de los medios de comunicación. Pero en todo caso se respeta la denuncia.

Nosotros creemos que un riesgo enorme para la democracia es la falta de transparencia, porque anula ese lazo que une a un ciudadano con el conjunto, que es la confianza.

Por eso, compartimos plenamente todos los principios que a ustedes los mueven en este pacto promovido por las Naciones Unidas. Y desde el Gobierno de Colombia queremos hacer también nuestra contribución.

Les expresamos toda nuestra gratitud, para un país empeñado en tener confianza, contar con esta sede aquí es muy importante. Muchas gracias a la Andi por albergarla, muchas gracias a todos los que han dado su consentimiento para que opere en Colombia, muchas gracias a las Naciones Unidas y muchas gracias a todos los patrocinadores.

A ustedes, muchas gracias”.

 
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