Palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez
en el Banquete del Millón, en Nueva York
 
Septiembre 22 de 2009 (Nueva York)
 
 

“Para mis compañeros del Gobierno y para mí ha sido una infinita posibilidad desde regocijo espiritual haberlos acompañado estos años en el Banquete del Millón, hasta hace dos años en Nueva Jersey y ahora aquí, en Nueva York.

Disfrutar al padre Diego (Jaramillo, Director de la Organización Minuto de Dios), en el recuerdo que nos hacía esta noche de lo que significó y sigue significando el padre García-Herreros (Rafael García-Herreros), es un bálsamo para el alma, es una gran motivación para el espíritu.

El año pasado, por alguna circunstancia difícil, no pude llegar y debí enviar a ustedes una comunicación vía teléfono. Qué bueno hoy estar con ustedes.

Padre Diego, gratitud y felicitaciones por esa obra del Minuto de Dios de todos los días. Esa revolución de las cosas pequeñas, que es la única que en la medida que se practique sin interrupción hace la gran revolución. Lo único que cambia el mundo para bien es la revolución de las cosas pequeñas, acumulando un cambio tras otro, haciendo una mejora tras otra. Eso finalmente se traduce en reivindicación del ser humano.

Muchas gracias a los organizadores, John Bustamante. Muchas gracias. Esa manera como todo el equipo organizador ayuda al padre Diego, al Minuto de Dios. Muy generosos todos ustedes.

Muchas gracias a los asistentes. Su generosidad y compromiso con el Minuto de Dios, que es un compromiso del alma de ustedes con la Patria colombiana.

Esta mañana o al mediodía, en un foro sobre política social convocado por la Organización de Estados Americanos (OEA), aquí en el marco de la Asamblea anual de las Naciones Unidas, hacíamos algunas referencias a la Patria que quiero compartir con ustedes.

Construcción de confianza

Nosotros, apreciados compatriotas, hemos seguido en la tarea de construir confianza en Colombia.

¿De dónde surge la palabra confianza? En el año 2000, en el año 2002, cuando adelantaba yo la campaña a la Presidencia solía preguntarles a los muchachos de las universidades: ‘¿Jóvenes, en algún momento ustedes han pensado en irse de Colombia sin tiquete de regreso?’ Y me golpeaba muchísimo constatar que la mayoría levantaba la mano en señal de que sí se habían querido ir de Colombia sin tiquete de regreso.

Era una especie de desprendimiento, de desarraigo colectivo. Por eso nos propusimos construir confianza en Colombia sobre tres pilares: la seguridad con valores democráticos, esto es, la seguridad sin dictaduras, la seguridad con libertades, con respeto a la opinión ajena; la promoción de la inversión, sin ella el país no sale adelante, sin inversión la única manera de reivindicar a los pobres es con el discurso, no hay modo práctico de sacar adelante a los pobres; inversión con responsabilidad social, y la política de cohesión social.

Van de la mano. Si no hay seguridad no hay inversión y si no se dan la seguridad y la inversión no aparece la fuente de recursos para poder avanzar en las políticas sociales. Y si no se avanza en las políticas sociales, no se crea cohesión social, no se crea armonía de Nación, no se construye esa aceptación popular a la seguridad y a la promoción de la inversión.

Hemos avanzado pero en todo falta. La vida pública es un discurrir permanente en el cual hay que tener amor a la Patria, que es lo que realmente da energía, permite superar dificultades. Es un discurrir en el cual uno hace mil esfuerzos y obtiene un pequeño resultado. Pero al otro día, si se quiere obtener otro pequeño resultado es necesario emprender otro camino de otros mil, mil esfuerzos.

Avances en seguridad

Falta mucho entonces. Me quiero referir a algunos avances, por ejemplo en seguridad. No voy a hablarles de las cifras de reducción de los hechos de violencia, que son significativas a pesar de lo que pasa, sino lo que se podría llamar algo que no se puede traducir en números.

Colombia ha recuperado dos monopolios: el monopolio de la justicia y el monopolio de las fuerzas institucionales.

Se ha desmontado el paramilitarismo, se han debilitado las guerrillas, hemos debilitado el narcotráfico. La palabra paramilitar se utilizó en Colombia para denominar las bandas privadas criminales cuyo objetivo era combatir a la guerrilla. Nosotros hemos recuperado para el Estado el monopolio de combatir a todos los criminales.

Hoy en Colombia hay guerrillas vinculadas al narcotráfico, bandas de narcotráfico, pero por fortuna, la única institución, la única organización que confronta a los criminales es la fuerza institucional del Estado.

Haber recuperado los monopolios es una ganancia para la Patria, da autoridad moral ante las nuevas generaciones, ante los mayores y ante la comunidad internacional.

Hemos recuperado con orgullo la justicia. En muchas regiones de Colombia, apreciados compatriotas y ciudadanos de los Estados Unidos, los jueces y fiscales ya no podían actuar, estaban interferidos por el terrorismo. En muchas regiones eran los cabecillas del terrorismo guerrillero y del terrorismo paramilitar los que querían resolver los pleitos de familia, las querellas de vecinos, atender los crímenes mayores y menores. La justicia no podía operar.

Hemos recuperado la posibilidad de que la justicia opere en todo el país. Se ha recuperado ese monopolio.

Reparación

Las víctimas. Las víctimas no reclamaban, les daba miedo, lo encontraban inútil. Ahora tenemos 239 mil víctimas que han registrado sus reclamos y hemos enfrentado el proceso de repararlas. Reparación total no hay.

Yo le expresaba a unos muchachos universitarios que reparación total no hay. Y me decían: ‘¿Entonces para qué hacen ese esfuerzo de repararlos?’ Por lo menos cuando las víctimas sienten que hay un esfuerzo por reparar, así no sea reparación total, se frenan reacciones de odio, se eliminan gérmenes de venganza.

Estamos en el proceso de reparar víctimas. Hasta este año nos habíamos gastado en el primer apoyo a las víctimas 300 millones de dólares. Este año nos gastamos 100 millones de dólares y seguirá el Presupuesto Nacional, año tras año, en este proceso de apropiar partidas para poder avanzar en la reparación de las víctimas.

La descentralización de Colombia estaba bastante afectada. El Gobierno nuestro empezó el miércoles 7 de agosto de 2002 y al otro día, antes de las 6 de la mañana, estábamos aterrizados en Valledupar para empezar la política de Seguridad Democrática. No había manera de trasladarse de Valledupar a Riohacha, ni de Valledupar a Santa Marta, ni de Valledupar a Bucaramanga. Y además, ya a los ciudadanos los secuestraban y les lanzaban bombas a los casas en el casco urbano de Valledupar.

Y esa tarde nos trasladamos a Florencia para empezar la revolución educativa. Estaban todos los alcaldes de los municipios del Caquetá en Florencia. Y les dije. ‘Y por qué no están en sus municipios?’ Y me dijeron: ‘Porque los terroristas no nos dejan actuar, nos tienen amenazados’. Había 400 alcaldes colombianos que no podían desempeñar sus funciones. Hoy todos operan.

Libertad para política y lucha contra terrorismo

Hay mil 102 alcaldes. Y una cosa bonita para el país, apreciados compatriotas:
el Gobierno nuestro se entiende con todos los alcaldes y con todos los gobernadores sin importar el origen político que representan. Hemos colaborado todos, desde el Alcalde de Bogotá (Samuel Moreno) hasta el alcalde del más humilde de los municipios colombianos para construir sobre la realidad social esa mínima unidad de Patria.

La historia habrá de referirse qué pasó con la política. En mi concepto, la política estaba capturada, secuestrada por los terroristas. En mi concepto el gran culpable fue el Estado, que dejó que avanzara el control terrorista de regiones.

Nosotros hemos recuperado la posibilidad de que se ejerza libremente la política. Los terroristas tenían el poder para involucrarse, inmiscuirse en los presupuestos departamentales y municipales, en las regalías. Se habían enseñoreado de la corrupción para robarse esos dineros. Hoy hemos recuperado protección a ese presupuesto para que no sea dominado por el terrorismo.

Y algo que les voy a pedir que lo repitan ustedes, apreciados compatriotas. El esfuerzo que ha hecho este Gobierno –seguramente con muchos errores humanos, pero con infinito amor a Colombia–, a pesar de todo lo que falta, es un esfuerzo que se ha hecho sin suprimir libertades, sin censurar la prensa, con dedicación civilista, con garantías ciudadanas, con total respeto a los derechos políticos, sin Estado de Sitio, sin dictaduras.

Colombia ha enfrentado el terrorismo más rico y peligroso del mundo. Rico porque no depende de donaciones internacionales, sino del negocio de la droga. El terrorismo que fue capaz de destruir la Corte Suprema, de matar esa cantidad de candidatos a la Presidencia. El terrorismo que en un año llegaba a asesinar 30 mil personas.

Hemos enfrentado ese terrorismo sin afectar las libertades. Es algo bien importante para Colombia.

Inversión y responsabilidad social

En el tema de inversión el país ha mejorado. Se preguntarán ustedes: ‘Cuando habla de responsabilidad social ¿a qué me refiere?’ Nosotros creemos que hay que hacer la inversión en un marco de contenidos de responsabilidad social.

El primero, que haya transparencia en las relaciones entre los inversionistas y el Estado. El segundo, que se responda por aquellas exigencias que se requieren para que la comunidad viva bien. Por ejemplo, el respeto al medio ambiente. El tercero, que las soluciones laborales no sean de capitalismo salvaje ni de odio de clases. Que sean de fraternidad, como tantas veces lo predicó el padre Rafael García-Herreros.

El cuarto, nosotros pensamos que estas crisis de la economía, que tuvo epicentro aquí en Nueva York, debe dejarle al mundo una lección: el capital no puede ser un factor de especulación, el capital solamente debe ser un elemento de construcción, de riqueza social, de beneficio para la comunidad.

Hemos introducido una serie de normas a las cuales no me voy a referir. Solamente menciono incentivos tributarios, racionalizaciones del tamaño del Estado, eliminación de privilegios pensionales, racionalización de transferencias a las regiones. Y reformas que faltan.

Ahora están en curso reformas a la justicia de gran importancia. El proceso reformista hay que mantenerlo todos los días. Hay que avivarlo.

Yo les he dicho a mis compatriotas que los gobiernos no pueden incurrir en el aquietamiento ni tampoco en los bandazos. Ni estancamiento, ni bandazos.

Los gobiernos tienen que tener una línea clara, transmitirla a los compatriotas y aprobarla con los compatriotas. Nuestra idea es una Patria en la que haya confianza sobre la seguridad, la inversión y las políticas sociales. Insistir en esa idea, pero todos los días introducir ajustes.

Poner esa idea como un punto de referencia, ver el cielo, para tratar de aproximarse a ese punto lo más cercanamente posible, en cada día, en cada nueva hora. Y en ese camino, hacer mejoramiento. Mejoramiento continuo. No se puede descansar el camino, pero tampoco se puede abandonar el camino,

Por eso hemos dicho ni estancamiento ni bandazos.

El país antes de nuestro período tenía una tasa de inversión de 12, 14 por ciento. Por 100 pesos del producto se invertían 12, 14. En los últimos años, por encima del 25 por ciento. Este año, en estas dificultades de la economía, y en el primer trimestre, la tasa de inversión fue del 25. En el segundo trimestre del 26 y medio.

El país recibía 700, mil, mil 500, picos de 2 mil millones de dólares, excepcionales. En los últimos años, en un año 8 mil 500, en otro año 6 mil 500, 9 mil 28, el año pasado 10 mil 574. Este año ha habido un descenso del 6,6 por ciento. A 30 de agosto se completaron 5 mil 365 millones de dólares de inversión extranjera directa, 6,3 menos que el año pasado.

Pero es una caída muy inferior a la caída mundial. La inversión mundial en el mundo este año ha caído un 42 por ciento. O sea que cuando en el mundo ha caído un 42 por ciento y en Colombia se había subido a un pico bien alto, apenas ha caído un 6,6, quiere decir que hemos ganado confianza.

Yo creo que en la interlocución de ustedes con sus compatriotas colombianos aquí, con la comunidad hispana, con los ciudadanos de los Estados Unidos, de pronto perciben eso, que hoy hay más confianza en Colombia.

Otro indicador: el turismo en el mundo entero ha caído un 12 por ciento; en Colombia se ha aumentado un 9 por ciento.

El TLC con Estados Unidos

Hay más confianza. A mí me preguntaba el Presidente Bill Clinton (ex presidente de los Estados Unidos), en una reunión ahora, que fui a hacer lo que tengo que hacer con ustedes. A pedirle a él que siga apoyando el TLC como les tengo que decir a ustedes esta noche. Porque yo no sé qué va a pasar. Si esto va a tardar primero. Aquí algunos de no aprobarlo o nosotros de pedir que lo aprueben.

Nosotros no tenemos cansadero posible. Ustedes lo saben. Nosotros no tenemos mucha esperanza de que en los años inmediatamente siguientes a la aprobación del TLC vaya a haber un gran crecimiento de exportaciones colombianas a Estados Unidos. Pero que Estados Unidos apruebe ese TLC, eso es una gran señal de confianza en Colombia que nos aumenta la tasa de inversión, que es lo que requerimos.

Yo les repito a mis compatriotas eso, ‘miren, hay que ser prácticos, hay que tener sentido común’. Además de la academia, hay que tener sentido común. El país nuestro necesita dos cosas, necesita inversión y mercados.

Sin inversión ¿cómo superamos la pobreza? No hay manera. Sin inversión ¿cómo creamos 600 mil empleos nuevos que necesitamos al año para reducir sustancialmente el desempleo? Y mercados para poder colocar nuestros productos, nuestros bienes, nuestros servicios.

Inversión y mercados. Con esto hay que tener mucho cuidado en la conducción del país del futuro en estas materias.

Y el tema de la cohesión social. Cuando al principio de nuestro Gobierno me decían: ‘va a salir Uribe… Entonces no va a haber política social. Uribe es paramilitar, de derecha, militarista, fachista, mafioso’. Bueno, ya enterramos a mi mamá, por fortuna’.

Nosotros nos propusimos adelantar una política de seguridad, pero al mismo tiempo adelantar las coberturas sociales. Regiones donde llegaban nuestros soldados, llegaba Bienestar Familiar el Sena, Régimen Subsidiado de Salud, etcétera.

Le derramamos a los sectores más pudientes de la Nación el impuesto al patrimonio. Y ahora lo vamos a volver a derramar. Se está tramitando en el Congreso para patrimonios de más de 3 mil millones de pesos. Yo creo que es bueno para la Nación poder decir ‘vea, una Nación que ha tenido muy poquitos recursos ha logrado avanzar en seguridad pero también en política social.

La seguridad no se ha financiado en desmedro, en perjuicio de la política social. La seguridad social se ha financiado y al mismo tiempo se han financiado las coberturas sociales. Y los sectores más pudientes de la economía han pagado el impuesto al patrimonio para poder financiar la seguridad. Eso ayuda a crear confianza en el país, afecto entre los colombianos.

Yo diría que hoy Colombia es un país con mucho debate político pero con menos conflicto social. Yo me extraño de ver por ejemplo el entendimiento nuestro con sectores de trabajadores del sector privado. Ecopetrol acaba de hacer una convención colectiva de trabajo a cinco años. Eso demuestra confianza, mejor manejo de las relaciones. La Ministra de Educación (Cecilia María Vélez White) logró un acuerdo formidable con los maestros.

Yo llevo siete años larguitos en la Presidencia y con todo lo que se dice de mí los mayores deberían haberse mantenido en huelga. No. Han sido los años de más tranquilidad, las relaciones con ellos son buenas, hemos tenido mucho cuidado en eso. Sí, avancemos en seguridad, pero también en política social.

Déjenme compartir con ustedes algunos avances y también atrasos.

Avances en educación

Educación. En educación básica hemos pasado de una cobertura del 68 a coberturas del ciento por ciento. Faltantes. Solamente en Bogotá y Medellín están muy bien de escuelas. En el resto del país ese crecimiento de la cobertura ha desbordado la infraestructura. Un gran faltante en infraestructura.

Hemos avanzado mucho en educación media, los bachilleres ya de los últimos grados. Hemos pasado de 58 a un 76, 78 por ciento. Estamos graduando 650 mil bachilleres; antes graduábamos 420 mil. Faltantes: tenemos que lograr ciento por ciento de cobertura en educación media.

Educación universitaria. La población colombiana en edad de universidad, un 22 por ciento llegaba a la universidad; hoy esta llegando un 34 por ciento, 35 por ciento. Faltantes: hay países como Chile que están en más de un 40 por ciento. Entonces nosotros no nos podemos conformar con nuestros avances, tenemos que mirar que pasa en los países más avanzados en esta materia.

Teníamos menos de un millón de estudiantes universitarios; hoy tenemos más de un millón 700 mil. El Sena una revolución, es motivo de orgullo para Colombia. Ha pasado de formar un millón de estudiantes al año a formar seis millones. Tenia 42 mil matriculados en técnicas y tecnologías; hoy tiene 295 mil. Acabamos de abrir una inscripción en el Sena para matricular otros 250 mil muchachos, todo gratuito. En técnicas y tecnologías que tengan que ver con los nuevos oficios.

Ahora me dijo el padre Diego algo, gracias a Dios. ¿Qué noticias, qué notición me dio? Cuando yo empecé el Gobierno y antes no allá a la Universidad El Minuto de Dios, yo recuerdo que tenia 2 mil trecientos estudiantes. Hoy con unos programas técnicos tiene más de 30 mil estudiantes la Universidad Minuto de Dios. Esa noticia la traigo fresca.

Le pregunté, por la Universidad, por el padre Camilo y me dijo: ‘vea, a mi me anonadó en el buen sentido de la palabra.

Internet y conectividad

El Sena debe terminar diciembre de este año enseñándole ingles a un millón de colombianos vía Internet. Gratuito. La mayoría de los profesores sond e San Andrés. Faltantes: la trasmisión se hace vía satelital; la tenemos que hacer por cable, estamos instalando el cable, debe estar en año y medio listo, para hacer de San Andrés un gran centro de informática.

Colombia es el país de la región latinoamericana, después de México, que más expone a los estudiantes a pruebas internacionales de educación y que más pruebas domésticas tiene después de México. Antes no había sino las pruebas del Icfes; ahora están las pruebas Saber, las pruebas a los egresados universitarios, los concursos de los profesores, las evaluaciones de los profesores. Todo buscando avanzar en calidad.

En materia de conectividad vamos mejorando la relación alumnos por computador. En agosto del año entrante debemos tener el 76 por ciento de los estudiantes de matricula del Estado con una buena conectividad. Faltante: en las grandes ciudades vamos muy bien, pero en comunidades rurales todavía muy atrasados.

En unas llevamos los computadores y nos dicen ‘muy malo el servicio de energía’. En otras llevamos los computadores y nos dicen ’todavía muy mala la señal. Entonces, cuando hablo de un 76 por ciento, para ser totalmente franco con ustedes, hay que tener en cuenta que el progreso no es lineal en todo el país.

Hay partes muy bien servidas, con el ciento por ciento, y partes muy mal servidas, donde empieza apenas a ver un computador. Pero ahí se viene haciendo el esfuerzo.

Salud y bienestar

En Salud. Cuando empezó nuestro Gobierno Colombia tenía 23 millones de ciudadanos asegurados, hoy tenemos 41 millones. En la posesión del Presidente de El Salvador (Mauricio Funes), que tuve la oportunidad de compartir una mesa con la señora Secretaria de Estado (de Estados Unidos), la señora Hillary Clinton. Me preguntó durante dos horas por el proceso y cómo tenemos la opción privada, la opción pública, la solidaridad, etc. Me dijo ‘¿Pero usted cuántos habitantes tiene?’ 46 millones. ‘¿Y tiene 41 millones asegurados?’ Sí.

Yo no debo decir mentiras. Pero todo mundo que a mí acude, tenemos un gran avance, pero tenemos problemas. Les voy a contar en cuáles. Ustedes saben que hay dos regímenes, el contributivo, que es para los trabajadores normales, que la mayor parte de la cotización la paga el empleador, que es justo. Ese va relativamente bien.

Pero el subsidiado, que es para los trabajadores más pobres e informales, mientras la cobertura del contributivo está allí, la del subsidiado está aquí. ¿Qué tienen que hacer en los próximos años? Ir nivelándolos. Y también hay trampas. Hay mucho trabajador formal que no hemos podido que se vinculen al régimen contributivo, entonces los empleadores lo mandan al subsidiado y nos hacen el daño.

Allí donde haya empresa, actividad económica de capital, allí deben estar todos en el contributivo. Pero estamos trabajando todo esto, hemos avanzado a 41 millones de ciudadanos colombianos.

Bienestar Familiar. En Colombia las empresas formales hacen un bonito esfuerzo. Por un peso de salario tienen que pagar 77 centavos de prestaciones. Tienen que pagar las prestaciones y ustedes saben que la mayor parte de la seguridad social en Colombia la paga el empleador. De 13, 13 puntos de pensiones, 15, 16, el empleador paga 11.

De 12, 15 puntos de salud, el trabajador paga cuatro. Riesgos profesionales los paga todos el empleador. Sena, Bienestar Familiar y cajas de compensación, todo el empleador.

Yo diría que en la empresa organizada colombiana se paga todo eso, hay justicia. El problema es que todavía nosotros tenemos un 53 por ciento de la población en la informalidad.

Entonces Bienestar Familiar recibe tres puntos del salario que los paga el empleador. Ha pasado estos años de cinco millones de usuarios a 12 millones de usuarios. Estamos bregando a que Colombia sea un país con plena cobertura de alimentación para los niños. Ahora, con dificultades.

Por eso muy difícil llegarles a comunidades indígenas en el Chocó, en el Caquetá, en el Pacífico, en el patía. Muy difícil. En las grandes ciudades y en las localidades donde no hay problemas para llegar vamos bien, pero en esas distancias todavía tenemos problemas para un objetivo: Colombia con plena nutrición infantil.

Faltantes: así como hemos avanzado en nutrición infantil, todavía nos falta avanzar en escolaridad para niños menores de seis años. De los sectores pobres apenas estamos logrando ahora 300 mil niñitos menores de seis años con gratuidad.

Un programa muy bello, Familias en Acción. Nosotros ya tenemos dos millones 840 mil familias pobres que están recibiendo un subsidio del Gobierno para garantizar la asistencia escolar de sus hijos. Yo creo que eso puede transformar el país, porque la familia pobre le pueda garantizar la educación de sus hijos, cuando esos muchachitos ya educados entren a la vida de emprendimiento, a la vida laboral, la situación mejora porque mejora.

Crédito, vivienda y vías

Yo diría que los esfuerzos mejorarán el índice de oportunidades, para que esta Patria nuestra pueda en algún momento cosechar sus resultados y ver una reducción sustancial de la pobreza y un mejoramiento de la equidad.

Semana tras semana, el padre García—Herreros o el padre Diego. ¿Cuántos años lleva entregando una casa semanal? 15 de diciembre de 1998. Once años.

Gran ejemplo, gran ejemplo. Mis compañeros del Gobierno y yo procuramos estar todos los sábados en las comunidades con los consejos comunitarios de Gobierno y con Banca de Oportunidades.

A mi me dicen, ‘ese es un señor cansón’. Prenden la televisión y dicen ‘allí están, entregando el crédito. Que preguntándole a la gente, ¿usted había participado antes en Banca de las Oportunidades o no? Deberle al gota a gota. ¿Qué va ser con esa plata?’

Entonces les digo. Sí. Voy con siete testigos semanalmente. Este problema de falta de crédito para los colombianos pobres no se resuelve sino con constancia, con entrega.

Prestarle a un riquito es muy fácil, llama por teléfono y le mandan la plata. Prestarle a una mujer humilde que tiene una venta callejera, 400 mil pesitos para que pague 100 mil por allá en una casa de empeño y los otros 300 mil de capital de trabajo, es muy difícil. Esto exige constancia.

Este programa Banca de las oportunidades va bien. En este segundo gobierno se han entregado créditos a cuatro millones y medio de colombianos, millón 800 mil que por primera vez lo recibe.

El país tiene un inmenso atraso en vivienda social, de ahí la importancia de aprobar entidades como el Minuto de Dios.

Nosotros ahora para ayudar a recuperar la dinámica de la economía, nos estamos gastando 600 mil millones de pesos (300 millones de dólares), para subsidiarle a los colombianos créditos. Casitas hasta 167 millones de pesos, tienen un subsidio en tasas de interés.

Las que van hasta 65 millones, se les subsidian cinco puntos durante siete años. A la tasa de interés se le quitan cinco puntos que los paga el Gobierno. Casitas hasta 135 millones se les subsidian cuatro puntos. Y de ahí hasta 165 millones se les subsidian tres puntos. Son 80 mil créditos, se han adjudicado ya unos 39 mil, quedan 41 mil.

Confiamos que en los próximos meses se debe reanudar en Colombia un buen nivel de construcción y que eso tiene que producir un buen impacto en el empleo.

Me cuenta el señor Ministro de Ambiente y Vivienda (Carlos Costa), que estuvo este fin de semana, que la feria de Camacol en Nueva York fue muy buena, que van a duplicar lo del año pasado, no obstante la crisis. Y que algunas personas que se apuntaron a comprar casa en Colombia, lo hicieron para beneficiarse de ese subsidio a la tasa de interés.

Ahí tiene el país una gran dificultad. Había muchos temas de qué hablarles. Por ejemplo las carreteras. Ahí vamos, yo creo que ahora se va a adjudicar la autopista Bogotá — Santa Marta. Estamos avanzando bien en la autopista Bogotá — Duitama — Arauca, de Bogotá a Buenaventura en el túnel de La Línea, que lo deberíamos llamar túnel del Segundo Centenario, y procurando avanzar con una serie de obras en todo el país. Un país muy faltante en infraestructura. Pero yo creo que el país empieza a desatrasarse en eso.

Yo quiero felicitarlos a ustedes por su afecto a Colombia, su solidaridad con la Patria. Muchos de ustedes tuvieron que venirse de allá por la violencia, o porque los arruinaron o porque no hay oportunidades. Y han mantenido aquí esa disciplina de trabajo, esa alegría y ese amor a Colombia. Muchas gracias. Eso no tenemos con qué pagarlo.

Yo les voy a decir las dos noticias que uno recibe. La prensa titula lo malo, lo bueno no es noticia. Pero con toda persona del extranjero que uno habla, lo primero que le dicen es ‘los colombianos son de lujo’. Qué lujo los profesionales colombianos, qué lujo los gerentes colombianos, qué lujo los trabajadores colombianos. La comunidad colombiana es extraordinaria, de una gran calidad. Un pueblo como el nuestro que ha sufrido tanto, debería ser un pueblo amargado, resentido. Y es un pueblo feliz.

Los felicito de todo corazón”.

 
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