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Palabras del Presidente Álvaro Uribe en el ‘Primer Congreso
Internacional de Libertad Religiosa’
Septiembre 29 de 2009 (Bogotá)
     
 

“Uno habla generalmente en esta época de las dificultades de la economía, del empleo, de la política, de tantos temas, y diría yo que pocas veces hablamos del esfuerzo que ustedes hacen. El esfuerzo que ustedes hacen es fundamental, porque es el esfuerzo que finalmente forma la base de todo, que forma la calidad humana.

Nosotros en nuestro país venimos luchando para que esta Nación gane más confianza, más prosperidad, más equidad. La palabra que nos guía es la palabra confianza. Y trabajamos por la seguridad, trabajamos por la inversión con responsabilidad social, trabajamos por la política social. Pero todo eso tiene un elemento vinculante, el hombre.

Y todo eso es posible en la medida en que el ser humano proceda con ética, entendida en su más elemental acepción, ética como la intención de hacer bien al prójimo.

En la medida en que esa ética esté conectada por allá con unas convicciones internas que sean la fuente de la cual emane esa fuerza para hacerle bien al prójimo, ese conjunto de convicciones, la moral y las creencias religiosas ayudan muchísimo a que se proceda en la vida pública con ética, con el propósito de hacer bien al prójimo.

Alguien podría decir ‘bueno, pero el no creyente también puede tener ética’. Y esa es una discusión que no debe darse. Y uno debería decir, bueno se acepta. De todas maneras, la profesión de fe y los esfuerzos de las iglesias ayudan muchísimo a construir en el ser humano esa actitud sólida de la ética, esa predisposición a no hacer daño al prójimo a hacerle bien al prójimo.

Yo celebro mucho esta reunión, porque es una reunión de unidad de Patria alrededor de unidad en aquello de profesar unas creencias, que todas contribuyen a la ética del ser humano. Qué bueno que Colombia pueda decirle al mundo: Colombia un país que conecta la libertad con la ética.

Aquí están libremente reunidos todos aquellos que libremente lideran los cultos religiosos de nuestro país, pero que están unidos alrededor del propósito de construir una Colombia en la cual todos los ciudadanos procedamos con la intención, con la firme determinación de hacerle bien al prójimo.

Por eso los saludo con mucho afecto y con mucho respeto. Acudo a esta reunión después de la amable invitación que nos hicieran el pastor Héctor Pardo (presidente de la junta directiva de la Confederación Colombiana de Libertad Religiosa, de Conciencia y de Culto), y el honorable senador, Charles Schultz, con todo el respeto por ustedes, por su tarea.

Jornada electoral y Seguridad Democrática

Esta Patria avanza en medio de las dificultades. Yo diría que hace dos días todas las instituciones democráticas estuvieron al servicio de un proceso político que fue plenamente respetado. Yo creo que es expresión de un avance de la democracia colombiana y quiero destacar la circunstancia de que eso transcurrió en paz.

Yo diría que ese elemento debemos relevarlo, destacarlo, cómo en todo el territorio nacional todas las instituciones apoyaron un proceso democrático de unas colectividades políticas y el proceso transcurrió en paz, en total paz.

La Seguridad Democrática viene avanzando en Colombia. El país ha avanzado mucho, pero todavía tenemos muchos retos pendientes.

Hemos disminuido mucho el secuestro, el asesinato, pero todavía el asesinato es muy alto. Hemos eliminado masacres, pero no se debería dar una sola.

Hemos reducido muchísimo el asesinato de periodistas, tuvimos tres años sin un solo caso, pero nosotros queremos que nunca haya un sólo asesinato.

Hemos reducido muchísimo el asesinato de líderes sindicales, pero nuestro propósito es que lleguemos a cero casos de asesinato de líderes sindicales.

Hay que trabajar todos los días y ustedes son un componente fundamental, porque ustedes dirían ¿yo qué? Ustedes nos ayudan a los que tenemos la tarea del servicio público de seguridad, porque ustedes son los pacificadores de los espíritus y eso no se puede desconectar, apreciados asistentes.

Primero, como hay algunos visitantes quisiera repetir para ellos por qué llamamos este proyecto Seguridad Democrática. Porque es para todos los colombianos.

Lo del domingo fue una gran expresión, que éste es uno de seguridad para los valores democráticos, para la aplicación de los valores democráticos; que esta es una seguridad para todos los colombianos, independientemente de que tengan afinidad con las ideas del gobernante de turno o que sean críticos y opositores a esas ideas.

Lo del domingo fue una expresión de carne y hueso, en todo el territorio, del valor democrático de nuestro proyecto de seguridad. Yo diría que algún pequeño examen puede presentar el hecho de antes de ayer como la Seguridad Democrática de carne y hueso en todo el territorio.

Guerrilla y criminalidad

Tenemos logros además de los retos. Colombia ha recuperado dos monopolios que nunca debió perder: el monopolio para combatir a los violentos, el país ha dejado atrás la historia del paramilitarismo. La palabra paramilitar se escogió por muchos colombianos para denominar las bandas privadas del crimen, cuyo propósito era combatir a las guerrillas; hoy es el Estado el único que combate a los delincuentes de todo origen, diría yo que ese es un gran avance.

Queremos saludar a monseñor Córdoba (Juan Vicente Córdoba) quien es el Secretario de la Conferencia Episcopal de Colombia y Obispo Auxiliar de Bucaramanga, quien nos acompaña en este momento. Muchas gracias, monseñor.

Las bandas criminales y la guerrilla mantienen una relación mafiosa. En algunas partes del país se unen para repartirse los dividendos del narcotráfico; en otras partes del país se confrontan para disputarse los dividendos del narcotráfico.

Nuestro gran objetivo tiene que ser la derrota del narcotráfico, porque eso es lo que le ha dado gasolina al terrorismo en ausencia del narcotráfico este país habría podido superar la pesadilla del terrorismo hace un buen rato.

Pero para destacar, haber recuperado ese monopolio del Estado para combatir a los violentos, para destacar haber recuperado el monopolio de la justicia.

La justicia en Colombia es independiente del Ejecutivo y además es autónoma, pero en muchas regiones de Colombia había sido desplazada por los grupos violentos. Fiscales, jueces no podían operar. Había ese intento de usurparlos por parte de cabecillas guerrilleros del terrorismo, cabecillas paramilitares del terrorismo.

Hoy la justicia de Colombia se ha reinstalado en todo el territorio, la recuperación de un monopolio fundamental del Estado de Derecho.

Reparación y descentralización

Las víctimas no reclamaban por temor, porque lo encontraban inútil. Toda esta política ha permitido un gran avance para que los ciudadanos denuncien, para que pierdan el temor a la denuncia. Hoy en la psicología de los colombianos hay un sentimiento de más libertad para denunciar, los colombianos no sienten hoy esa opresión que sentían en el pasado y que a muchos les impedía denunciar. Hoy hay denuncia y hay reclamo, y eso está muy bien.

Nosotros ya tenemos registradas 240 mil víctimas y estamos en ese proceso de repararlas. Sabemos que reparación total no hay, pero todo esfuerzo de reparación anula gérmenes de venganza, anula semillas de odio.

Este país es muy descentralizado. Ahora que se habla tanto en las instituciones, es bueno repasarlas. Es un país que, además de tener una justicia autónoma, independiente, una prensa libre, una seguridad con valores democráticos como se probó el domingo, todas las instituciones del país al servicio de un proceso político que todos los ciudadanos respetaron, que el Gobierno protegió con las armas de la República y que se dio en paz en todo el territorio.

Además de esas expresiones de la democracia, hay otra bien importante, la descentralización. Es un país muy descentralizado. El 51 por ciento del gasto público en Colombia lo hacen las regiones. Cuando nosotros empezamos había 400 alcaldes que no podían desempeñarse en sus municipios por las presiones del terrorismo. Colombia tiene 1.102 alcaldes de elección popular, 32 gobernadores de elección popular.

En muchos municipios los presupuestos eran saqueados por la penetración del terrorismo. Hoy todos los alcaldes de Colombia, gracias a la Seguridad Democrática, se desempeñan en sus municipios, los gobernadores con sus departamentos, independientemente del origen político de su elección.

Gobernadores y alcaldes de los más diversos orígenes políticos y todos con la garantía efectiva que manda nuestra Constitución, para que cumplan sus obligaciones en su municipio, en su departamento. Los presupuestos ya no tienen esa presión, a la cual lo sometió en el pasado el terrorismo para saquearlos.

Narcotráfico y terrorismo

Y algo bien importante —yo lo reflexionaba antes de ayer—, el desafío terrorista que ha sufrido Colombia es muy grande. Porque nosotros hemos tenido, no unas guerrillas contra dictaduras como lo hubo en otros países de América Latina, sino un narcotráfico contra la democracia. He ahí una gran diferencia.

Las guerrillas en otras partes dependían de donaciones internacionales y aspiraban a que sus países se abrieran a la democracia. Aquí dependen de su negocio del narcotráfico y lo que quien es destruir una democracia que se ha construido paso a paso, durante mucho tiempo en este país.

Este país ha enfrentando un terrorismo inmensamente rico y peligroso, como todo terrorismo. Pero lo hemos enfrentado con legislación ordinaria, con plenitud de libertades, con garantías individuales, con derechos, con derechos políticos. Yo creo que eso honra a nuestra democracia.

Confianza y responsabilidad social

El segundo pilar, apreciados asistentes, para construir confianza en Colombia es fomentar la inversión con responsabilidad social. Nosotros creemos profundamente en eso. Nosotros creemos que el Estado no puede desaparecer, pero el Estado tampoco puede hacer que desaparezca el sector privado. Se requiere el emprendimiento con responsabilidad social.

¿Cómo entendemos la responsabilidad social en el emprendimiento?

Primero, transparencia. Transparencia entre los inversionistas y el Estado, transparencia en la tributación, en la contratación, en la solución de disputas.

Segundo, responsabilidades de los inversionistas con las comunidades más allá de los mínimos legales. No se puede extraer carbón sacrificando el bienestar de las comunidades del vecindario; hay que respetar el medio ambiente, la salud pública, todos esos elementos.

Tercero —y ustedes son un gran actor para conseguirlo—, las relaciones laborales no pueden ser relaciones de odio de clases. Tampoco de capitalismo salvaje, tienen que ser relaciones de fraternidad. Eso es una expresión fundamental de la responsabilidad social.

Cuarto, la crisis de la economía debe hacernos reflexionar que el capital no puede ser un activo especulativo; es simplemente un activo de construcción de riqueza social. El capital como activo especulativo destruye la economía, al ser humano, destruye la cohesión social. Como factor de construcción de riqueza social constituye comunidad.

Reformas al Estado e incentivos

Hemos venido haciendo esfuerzos muy grandes en reformas estructurales, en incentivos tributarios. Seguimos reformando la administración pública, hemos reformado 427 entidades del Estado, las clínicas del Seguro Social, que pasaron de el desgreño administrativo a la eficiencia social. Por ejemplo las de Bogotá manejadas hoy por una alianza de la Fundación de los Hermanos de San Juan de Dios, la caja de compensación Compensar y la Universidad del Rosario.

Y hay que seguir reformando, reformando permanentemente. Pero, cuidado. Hay que saber para dónde vamos, tener un caminito, pedirle a mi Dios que nos ilumine a los colombianos un punto de referencia, procurar aproximarnos a él lo más cercanamente posible.

Ese punto de referencia, en mi concepto, tiene que ser confianza en Colombia. Un país con seguridad, con valores democráticos, un país con inversión, con responsabilidad social y un país con coberturas sociales que superen pobreza y construyan equidad.

Hacer reformas pero sin salirnos del caminito, reformas para mejorar el caminito, no para abandonar el caminito. Me parece eso de la mayor importancia. Y quiero durante todos estos meses repetirlo a mis compatriotas en uno y otro escenario. Y ninguno mejor que éste al cual concurren para unirse los pastores, los guías espirituales de la Nación, que son ustedes.

Inversión y mercados con responsabilidad social

Es bien, bien importante que el país se convierta en un gran país que atraiga inversión, pero con responsabilidad social. Si ustedes me preguntaran dos valores de la economía, dos aspiraciones de la economía para que Colombia salga adelante, les diría yo con bastantes ganas de conectarme a lo práctico: acceso a mercados e inversión.

Si nosotros no tenemos mercados para vender nuestros productos, si seguimos limitados en materia de mercados es muy difícil que salgan adelante 46 millones de ciudadanos. Y si no tenemos un flujo suficientemente grande, sostenido de inversión, es muy difícil que hagamos esa formación de capital humano y físico que se requiere para que este país salga adelante.

Es que somos 46 millones y necesitamos hacer inversión para que haya prosperidad con responsabilidad social, para que sea prosperidad colectiva y necesitamos mercados para esa prosperidad colectiva. En esa tarea estamos.

En estos años hemos querido acompañar la seguridad de las coberturas sociales se decía: ‘No, llegó Uribe, aquí lo que va a haber es guerra, paramilitarismo. Uribe es fachista, es neoliberal. Aquí no va a ver nada por lo social’.

Nosotros hemos entendido siempre que hay que unir la Nación. Yo diría que este país tiene hoy más debate político, que social. Es una buena ganancia.

Hace pocos días —y una expresión de cómo hemos venido aclimatando lo social—, la Ministra de Educación (Cecilia María Vélez) firmó un acuerdo bien importante con Fecode (Federación Colombiana de Educadores). Se acaba de firmar una convención con cinco años de duración en Ecopetrol. Eso no se veía. Era un conflicto de todos los días. Agudo, pugnaz. Y se acaba de firmar una convención con una vigencia de cinco años.

Nosotros hemos querido en todos estos años, que las coberturas sociales, acompañen la seguridad. Por eso el impuesto al patrimonio. Dicen ‘es que es muy pesado’. Sí, para algunos que lo pagan es pesado, para todos no. Pero le ayuda mucho a Colombia, porque eso nos ha permitido financiar la seguridad, con una platica que pagan los más pudientes del país, sin arriesgar, sin dejar de financiar las coberturas sociales.

Y por eso estamos ahora en el Congreso de la República empeñados en extender la vigencia del Impuesto al Patrimonio.

¿Qué tal? Qué habría sido de la nación si nosotros hubiéramos avanzado en seguridad, pero no hubiéramos avanzado en coberturas sociales. Yo creo que algo que honra a Colombia hoy es ver que hay un avance simultáneo en seguridad y coberturas sociales.

Cobertura educativa

Estamos pasando en cobertura básica de educación del 78 (por ciento), y nos estamos acercando al ciento por ciento.

En cobertura de educación media estamos pasando del 57 (por ciento), 58, al 78 (por ciento). Teníamos menos de un millón de estudiantes universitarios, estamos llegando a un millón 700.

Nos falta mucho en crédito educativo. Pero miren, el Icetex financiaba 60 mil estudiantes, hoy día ya financiamos más de 250 mil.

El Sena. El Sena formaba al año un millón 100 mil personas; este año 6 millones, todo formación gratuita. El Sena este año deberá terminar con un millón de estudiantes aprendiendo inglés por Internet, la mayoría de los profesores desde nuestro archipiélago de San Andrés y Providencia. Todo gratuito.

Como la transmisión hoy de esas clases es por señal satelital, costoso y con restricciones, hemos contratado un cable que se está instalando para comunicar a Barraquilla con San Andrés, un cable submarino, para hacer del archipiélago un gran centro de revolución de informática, para esta Patria nuestra.

El Congreso nos aprobó recientemente —gracias Senador (Charles) Schultz— la nueva Ley de Ciencia y Tecnología, que es bien importante para que el país avance todos los días más en investigación y en transferencias.

Para apoyar la educación tenemos hoy, dos millones 840 mil Familias en Acción, familias pobres, que están recibiendo un subsidio del Gobierno, para garantizar la asistencia escolar de sus hijitos.

Avances sociales

Hemos avanzado en gratuidad de educación por un lado, pero es que no es suficiente. El Gobierno, este año, le garantiza la gratuidad a cinco millones de niños, llega el dinero para esa gratuidad, pero no es suficiente, porque las familias más pobres dicen ‘nada me gano con que no me cobren matricula, pero yo no tengo manera de darle alimentación a estos muchachitos, no los puedo mandar al colegio’. Por eso Familias en Acción.

Dos millones 840 mil Familias en Acción es un buen salto. Si ustedes me preguntaran ¿Está contento con eso? No, hay que hacer mucho más.

En este Gobierno hemos pasado de 220 mil, a dos millones 840 mil (Familias en Acción). Claro que uno se entusiasma con eso.

El pastor Schultz me acompañó hace dos semana por allá a Ciudad Bolívar. Y y los ciudadanos contentos. En Bogotá hay 150 mil. Pero es que este país necesita aceleradamente crear condiciones para derrotar la pobreza, con el mismo entusiasmo con que estamos derrotando la delincuencia. Es una necesidad.

Nosotros hemos avanzado en Banca de Oportunidades. Si ustedes me preguntaran factores de exclusión social, yo diría, la falta de acceso de los sectores populares de la nación al crédito institucional.

Por eso, ahora al entrar me entregaron una Biblia muy linda, y entonces al final hay unas guías que facilitan la lectura. Y preguntan qué se debe hacer el sábado. Yo no la quiero abrir, porque entonces me ponen de pronto a cerrar los consejos comunitarios.

Y eso sí que me parece grave. Ojala los pudiéramos hacer todos los días, por lo siguiente. Por ejemplo, en el segmento de Banca de Oportunidades. conseguirle un crédito a una persona pudiente es muy fácil, se lo mandan por teléfono. Pero, ¡ay¡ conseguirle un crédito a una humilde mujer, compatriota, que tiene una pequeña venta callejera, que necesita 500 mil pesitos, 200 mil para pagar un crédito de usura y 300 mil para comprar el abastecimiento de la pequeña venta, es muy difícil.

Y eso necesita entrega, dedicación, repetir, convertir la fuerza del Gobierno en una fuerza entregada a la Patria, a sacar adelante esos objetivos.

Esto necesita mucha constancia, mucha constancia. Pero ya estamos llegando a 4 millones 600 mil familias que en este segundo Gobierno han recibido microcrédito. De ellos, millón 200 que lo han recibido por primera vez.

Eso es muy triste, que una familia no pueda empezar una pequeña empresa por falta de recursos o no la pueda sostener; y que tenga que irse al mercado de la usura y pagar el gota a gota.

El país todavía tiene ahí, un enorme retraso. Por eso hay que trabajar todos los días con todo el esfuerzo.

Nosotros ya hemos logrado 41 millones de colombianos con seguro de salud, entre el régimen contributivo y el régimen subsidiado. Cuando yo veo ese problema de los Estados Unidos, que tiene 37 millones de trabajadores sin seguro de salud, digo, esta Patria nuestra, ahí calladita, ha avanzado.

Pero todavía tenemos dificultades, porque cuando yo comparo el seguro que hemos logrado para los trabajadores formales, el régimen contributivo, es un seguro que cubre muchos más eventos, que el seguro que tenemos para los trabajadores subsidiados.

Entonces un gran reto del país es mirar cómo lo nivelamos. Y si bien hay gran avance hospitalario en muchas ciudades de Colombia, también hay muchas regiones todavía con retrasos, con falta de calidad. Por eso hay que trabajar con todo entusiasmo, todos los días.

Infraestructura

En un país que tiene muchas dificultades y mucho potencial. Por ejemplo, todo lo que nos falta en infraestructura. Es que mi Dios no nos la puso fácil en eso, hay que decirle que ya que nos la puso tan difícil, que nos dé la platica para hacerla toda.

Porque si ustedes miran el mapa de Suramérica y miden cuánto hay de la Paz (Bolivia) al Pacífico, hay 540 kilómetros. De Bogotá al Pacífico hay 580 (kilómetros). Ahí estamos haciendo la doble calzada.

Con el túnel allá abajo, en Melgar, que hemos propuesto que se llame el Túnel Guillermo León Valencia, en honor al ilustre ex presidente que este año, hemos conmemorado el centenario de su natalicio.

Y más adelante, en plena construcción, el Túnel de La Línea, que hemos propuesto que se llame el Túnel del Segundo Centenario.

Y construyendo la doble calzada, en el trayecto tal vez más difícil, que es el trayecto: Buga – Buenaventura.

Ahora el 20 de octubre se cierra la licitación, para poder contratar la totalidad de la doble calzada de Villeta a Santa Marta, la Ruta del Sol. De Bogotá a Santa Marta está en plena construcción. En fin.

A este país le hace muchísima falta la infraestructura para la prosperidad colectiva. La semana pasada se aprobaron unas decisiones bien importantes, para poder adjuntar la Transversal de las Américas, juntar las siete concesiones del Caribe en una sola y lograr una gran carretera de Palo de Letras —en la frontera con Panamá— a Paraguachón, en la frontera con Venezuela.

Hacer también las autopistas que conecten el Eje Cafetero y Antioquia con el Caribe, y la doble calzada, en un trayecto sustancial de la vía, de Bogotá a Villavicencio.

De Bogotá al Norte, yo diría que vamos bien con la doble calzada Duitama – Sogamoso. Ahora estamos haciendo —ya empezamos—, la carretera en muy buenas especificaciones de Sogamoso a Yopal. Y hemos avanzado Tame – Arauca, para no ganar indulgencias con padrenuestros ajenos. Eso lo financiamos con regalías de Arauca, para decirles toda la verdad.

El país está construyendo nueve transmilenios y el Gobierno Nacional aporta el 60 por ciento en cada uno. Pero las ciudades que no lo tienen hoy, todas reclaman. Entonces ya se le aprobó a Pasto, se le aprobó a Santa Marta, y hay que aprobarle a todas estas ciudades intermedias grandes de la Patria para que sus ciudadanos tengan mejor calidad de vida.

Todo esto es muy importante. Pero lo más importante es la calidad del ciudadano de Colombia. Y ustedes son los formadores de calidad del ciudadano.

Yo acudo con inmenso respeto por ustedes. Y además le dan un bello ejemplo a la convivencia.

Esta conferencia, a la cual acuden los representantes de las diferentes religiones en este espíritu de unidad y de Patria, es un bello ejemplo que nos dan a todos sus conciudadanos.

Yo les agradezco de corazón, los felicito.

Me acompaña el Padre Julio (Solórzano), nuestro capellán de la Casa de Nariño. Y acudimos con el mayor respeto y, simplemente, a decirles: los aplaudimos por esto que ustedes hacen hoy tan importante por Colombia.

Si tuvieran dos o tres preguntas que formularme, con el mayor gusto buscaría contestárselas.

Sé que fue difícil acomodar esta agenda mía y que algo les he sacrificado lo que debería ser su hora de descanso y de almuerzo.

Saludamos también al senador Jacobo (Gómez Toro). Muchas gracias, y ofrezco la palabra a dos de entres ustedes. El pastor Héctor Pardo me ayuda asignándola”.

 
     
 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
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