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Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez en el panel de
apertura del Foro Económico Mundial para América Latina

7 de abril de 2010 (Cartagena)
     
 

“Bienvenidos a Cartagena, una de las cunas de la independencia americana, reliquia de la historia, tesoro del presente y del futuro.

Muchas gracias, Profesor Schwab (Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial), a usted, a don Emilio (Lozoya, Director para América Latina del Foro Económico Mundial), a todo el equipo que lo acompaña, por esta confianza en Colombia. Por haber permitido que esta ciudad de Cartagena, en nombre de toda la Patria colombiana, sea la sede de este evento tan importante. Le queremos dar un aplauso de gratitud a usted, a su señora y a su equipo.

Quiero agradecer a todos ustedes, distinguidos visitantes internacionales, esta presencia en Cartagena. En nombre de la señora alcaldesa (Judith Pinedo), de toda la comunidad de Cartagena, infinitos agradecimientos.

Agradezco a mis compañeros de Gobierno, al equipo encabezado por Luis Guillermo Plata, Ministro de Industria, Comercio y Turismo, y por María Elvira Pombo, Directora de la Agencia de Promoción de Exportaciones y de Inversiones (Proexport), todo el esfuerzo que han realizado.

Muestra de confianza en Colombia

Esto es una muestra de confianza en Colombia; la confianza que hemos buscado profundizar a lo largo de estos años. Confianza que hemos buscado a través de la seguridad con valores democráticos, de la inversión con responsabilidad social y de la cohesión social.

La seguridad es una fuente de recursos. La seguridad es un valor democrático. Es uno de los cimientos sin los cuales no opera la inversión. Y ambas, la seguridad y la inversión, generan las posibilidades de construir cohesión social que, a su turno, en una sociedad democrática, opera como el gran validador de la seguridad y de la promoción de inversiones.

Avances en seguridad

Hemos reducido la tasa de homicidios, de 66 homicidios por cada 100 mil habitantes a 32. Varias de nuestras ciudades ya figuran entre ciudades altamente seguras en el continente y en el mundo. La meta para el años 2015 es que tengamos la tasa de homicidios no superior a aquella de los países desarrollados.

Hemos reducido el secuestro a un 6 por ciento de lo que era, y hay una gran determinación en todo el país para eliminar este flagelo. Los pocos secuestros que aún se dan, y en la lucha por eliminarlos nos encontramos, ocurren especialmente en regiones remotas de esta Patria colombiana.

Nuestra Fuerzas Armadas merecen todo nuestro homenaje. Colombia producía entre 800 y mil toneladas de cocaína. Hemos venido derrotando ese flagelo año tras año. En el último informe internacional se registra que Colombia bajó la producción a 400 toneladas y los decomisos han permitido que menos de la mitad pueda salir a los mercados internacionales.

Todavía hay una larga lucha por delante para recuperar plenamente la seguridad, para derrotar el narcotráfico que ha alimentado este fenómeno de inseguridad. Pueden saber ustedes que hay toda la determinación en las grandes mayorías de Colombia de ganar esta lucha. Antes se estimaba que el narcotráfico representaba el 6 por ciento de la economía; todavía tiene algún peso, todavía representa el uno por ciento.

Podríamos hablar de los intangibles de la Seguridad Democrática. Permítanme referir solamente a tres:

Hemos recuperado el monopolio que nunca debimos perder, del Estado para combatir a los criminales y para administrar justicia. La eliminación de los grupos paramilitares ha permitido que Colombia recupere, a través de sus Fuerzas Armadas, el monopolio para combatir a los criminales. Son las Fuerzas Armadas de Colombia las únicas que hoy combaten a todos los criminales.

Antes las víctimas no reclamaban por temor o porque lo encontraban inútil. Hoy hay confianza: 280 mil víctimas han presentado sus reclamos y hacemos un gran esfuerzo por repararlas. Sabemos que reparación total no hay, pero todo esfuerzo de reparación elimina posibilidades de venganza, elimina gérmenes de odio. La más importante reparación es garantizarles a las nuevas generaciones el derecho a la no repetición. Es este nuestro empeño.

Y algo que quiero que ustedes lleven en su mente y en su corazón: Colombia ha enfrentado este desafío de un terrorismo poderoso y rico, que no requiere de donaciones internacionales porque se alimenta de su negocio del narcotráfico, Colombia ha enfrentado este desafío con pleno respeto a las garantías democráticas, a los derechos civiles, a los derechos políticos, a las libertades.

Es muy importante que en todos los grupos de estudio y de pensamiento se conozca que para nosotros ha sido tan importante la eficacia de esta política como su adhesión a los derechos humanos; la eficacia de esta política como su respeto a las libertades democráticas. Esta política ha sido regida por la legislación ordinaria, no por la legislación marcial.

Promoción de la inversión

El segundo pilar de nuestro camino de construcción de confianza es la promoción de la inversión. Primero, ratificamos nuestra fe en la iniciativa privada. Sin iniciativa privada no hay prosperidad.

La historia se ha equivocado en muchas ocasiones cuando ha intentado restringir o eliminar la iniciativa privada. Y la libertad de la iniciativa privada no está garantizada. En América Latina hay muchos atentados contra la iniciativa privada. Colombia reitera toda su fe en la iniciativa privada con responsabilidad social.

La iniciativa privada es el camino de superación de pobreza y de construcción de equidad. Sin iniciativa privada no hay creatividad. Sin iniciativa privada la mente de los pueblos se ‘apereza’; no surgen los proyectos de investigación. Sin iniciativa privada las comunidades adormecen su laboriosidad; se pierde la dinámica del trabajo.

Y aquellos países cuyos sistemas comunistas colapsaron son la indicación de que por falta de iniciativa privada tuvieron un rezago enorme en calidad de vida, que los condujo al colapso de sus sistemas.

Nosotros hemos logrado en estos años tener un muy buen crecimiento económico entre 2003 y 2007. Se cayó en 2008 al 2,4 (por ciento). En 2009, en medio de una circunstancia tan difícil, logramos tener un crecimiento positivo del 0,4 (por ciento), a pesar de que sufrimos los efectos de la crisis internacional y una crisis con el mercado de Venezuela.

Colombia empieza a tener una inflación de país desarrollado. En los últimos 12 meses hemos tenido la inflación más baja de los últimos 55 años, una inflación de 1,84 (por ciento).

Habíamos reducido el déficit consolidado casi al equilibrio. Y el del Gobierno Nacional central, que paga pensiones, paga deuda, hace transferencias a las regiones, lo habíamos reducido del 6 y medio al 2,3 (por ciento). Para enfrentar la crisis, el déficit consolidado ha subido al 3,2 (por ciento) y el déficit del Gobierno Nacional central ha subido al 4,1 (por ciento). Confiamos que su techo esté no por encima del 4,4 (por ciento).

El endeudamiento del sector público se había reducido del 48 por ciento del PIB (Producto Interno Bruto) al 22. Confiamos en que los esfuerzos que hemos tenido que hacer con motivo de la crisis no lo pongan por encima del 27 por ciento.

Hemos reformado 431 entidades del Estado. Nosotros creemos que América Latina se ha equivocado en aquellas décadas cuando ha tratado de eliminar el Estado y en aquellas décadas cuando ha tratado de eliminar la iniciativa privada.

Hemos reformado 431 entidades del Estado. Me voy a referir a unos pocos casos.

La empresa de petróleos ha tenido tres reformas: una reforma laboral, una reforma pensional y, después de un proceso democrático en el Congreso de la República, se aprobó una capitalización por parte de los particulares que asciende al diez y medio por ciento de su estructura accionaria.

Resultado: esta empresa invertía 500 millones de dólares al año. En 2009 y en 2010 invierte sumas anuales superiores a los 7 billones.

Colombia estaba condenada a perder la autosuficiencia petrolera para el año 2008. El país consume 234 mil barriles de petróleo al día; deberíamos estar produciendo menos. Estamos produciendo 785 mil. Confiamos en pocos meses estar produciendo un millón de barriles de petróleo al día y, en pocos años, estar produciendo millón y medio de barriles de petróleo.

Hicimos la reforma de la empresa estatal de telecomunicaciones. Lo que era un patrimonio negativo del Estado, es hoy un patrimonio positivo de una empresa mixta. Siempre hay que reconocer lo que falta. Debe hacerse ahora la tercera reforma de esa empresa, para que pueda entrar con socios que participen en la telefonía móvil.

Para hablar de un sector del cual poco se comenta: hemos reformado 250 clínicas públicas del país, Las clínicas del Seguro Social han pasado del desgreño del Estado a la eficiencia social. No se han cerrado, pero ya no se manejan con el viejo clientelismo, con la vieja politiquería. Se manejan a través de entidades sociales sin ánimo de lucro, de la mayor eficiencia.

Si ustedes me preguntaran nuestros principales legados al saneamiento fiscal de Colombia, no vacilaría en afirmar dos: la reforma de las entidades del Estado y el desmonte del subsidio al combustible.

Este país debería estar pagando hoy tres mil millones de dólares al año por subsidio al combustible. Los colombianos han absorbido –heroicamente- un crecimiento muy elevado del precio interno, pero esto le permite un alivio, en el presente y en el futuro, a las finanzas públicas, en la medida en que se elimina ese subsidio.

Nosotros tenemos hoy un sistema tributario de incentivos. No se puede gravar en la misma forma a aquel que invierte, que aquel que no invierte. Hemos introducido incentivos muy importantes a la inversión y la Ley de Estabilidad, que permite acuerdos de 20 años para garantizar la estabilidad de las reglas de juego en favor de los inversionistas.

La prosperidad y el empleo, en nuestro concepto dependen de la seguridad, de la promoción de la inversión, del acceso a mercados.

Entre 1989 y 2003, Colombia abrió unilateralmente su economía, pero tenía accesos muy restringidos a mercados, solamente a la Comunidad Andina y un acuerdo con México; a la luz de las necesidades de hoy, necesita su profundización.

Aspiramos, que en agosto de este año hayamos cerrado acuerdos con 45 países, en el proceso de incursión de Colombia en la economía mundial.

Innovación productiva

Cuando los inversionistas perciben que hay seguridad, condiciones para la inversión, acceso a mercados, la pregunta es qué vamos a vender.

Colombia está en un proceso muy intenso de innovación productiva, a través de la concertación entre el Estado y los particulares. Y la innovación productiva requiere una permanente revolución educativa, a la cual haré en breve algunas referencias.

Por supuesto, hay un sexto elemento bien importante para la prosperidad y el empleo: la infraestructura.

De nuestra capital, Bogotá -situada en la sabana más bella de la Cordillera de los Andes- a la ciudad más cercana del Caribe colombiano hay mil 70 kilómetros; una topografía muy difícil en esta Patria Andina. Estamos en el proceso de que Colombia se desatrase en infraestructura. Uno de los proyectos más importantes del continente es la contratación de esa carretera, con condiciones de autopista, entre nuestra capital y el Caribe.

Hemos avanzado mucho en puertos, a través de la iniciativa privada y los estímulos tributarios. Hemos avanzado mucho en los sistemas de transporte masivo, se están construyendo en 9 ciudades colombianas y empezarán en otras diez.

El mundo tiene confianza para generar energía en Colombia. Teníamos una capacidad de 13 mil megas. Hace año y medio adjudicamos a empresas independientes la instalación de otros 4 mil megas. Los generadores de energía en Colombia hoy tienen el estímulo de zona franca, la garantía de una compensación a su inversión a través de una figura que se llama ‘el cargo por confiabilidad’, el acuerdo de estabilidad de reglas de juego por 20 años.

Creemos fundamental la responsabilidad social en la inversión, que es transparencia en las relaciones con el Estado, cumplimiento riguroso con las normas ambientales, fraternidad en las relaciones laborales. Ni capitalismo salvaje ni odio de clases. Fraternidad.

En América Latina hay una terrible acusación a lo que pudo ser la causa de la crisis de la economía mundial: los movimientos especulativos. Creemos en un cuarto punto de la responsabilidad social: reorientar la definición del capital; entender el capital y la inversión como factores de construcción; no de especulación, sino de riqueza social.

Colombia, país competitivo

Colombia ha mejorado la competitividad. Durante tres años ha sido destacado por el Banco Mundial como uno de los países que más ha avanzado en el Doing Business; en ese escalafón hoy es el primer país de América Latina. También el Foro Económico de Competitividad reconoció el año pasado otro avance de Colombia de cinco puestos. Naciones Unidas ha expresado que Colombia es, con Perú, después de China, el país que más ha avanzado en el Índice de Desarrollo Humano.

También hemos obtenido certificaciones de un gran avance en el Índice de Oportunidades.

En América Latina, el año pasado, se sumaron nueve millones de pobres. Contrario a ello, Colombia continuó reduciendo la pobreza. En estos años de Gobierno hemos pasado el gasto per cápita del Estado en favor de los más pobres, de 200 a 412 dólares.

El año pasado, al ponderar la tasa de inversión pública y la privada, Colombia, con el 25,8 (por ciento), tiene la tasa de inversión más alta de América Latina. Cuando la desagregamos por sectores, encontramos que en tasa de inversión en equipos industriales, en nuestros años de Gobierno, hemos pasado del cuatro al nueve y medio.

Hoy, este país de 46 millones de habitantes tiene 43 millones con seguro de salud. Trabajamos en una revolución educativa permanente. Hemos logrado plena cobertura en educación básica; una cobertura superior al 80 por ciento en educación media. Hemos pasado, en estos años de Gobierno, del 22 al 36 por ciento en cobertura de educación universitaria, y tenemos hoy un gran liderazgo en formación vocacional. Colombia el año pasado formó, en oficios vocacionales, 7 millones 800 mil ciudadanos.

Hacemos un enorme esfuerzo en el apoyo a los sectores más pobres de la población, en microcrédito, en la necesidad de llegarle con crédito a los sectores más pobres. En este Gobierno, el saldo de cartera en favor de los microempresarios ha pasado de 300 millones de dólares a 4 mil millones de dólares.

Cartagena, ejemplo de ciudad

Cartagena es un ejemplo de lo que procuramos hacer en este Gobierno: el avance de la política de seguridad, el avance de la política de promoción de inversiones y el avance de la política social.

Esta ciudad, apreciados visitantes, en un corto periodo de tiempo pasó de 500 mil habitantes a un millón. La violencia desplazó muchos ciudadanos de otras partes para que engrosaran cordones de miseria en Cartagena. El desatraso social aquí es costoso y toma tiempo. Pero estamos avanzando, con un esquema que se llama la Red Juntos, para que todas las familias pobres reciban el conjunto de medidas sociales, a fin de que puedan superar la pobreza.

Pedimos que nadie albergue terroristas colombianos

Quiero hacer dos reflexiones finales:

Nosotros queremos tener buenas relaciones con todos los países del mundo. Mantenemos una alianza con los Estados Unidos para trabajar, conjuntamente, en la derrota del narcoterrorismo.

Tenemos un problema interno que vamos a superar, pero no estamos en la carrera armamentista internacional. Lo único que les pedimos a nuestros vecinos es que nadie albergue terroristas colombianos, porque este pueblo de Colombia tiene el derecho a quitarse la amenaza del terrorismo.

Veo con mucha preocupación el desprecio de muchos gobiernos latinoamericanos por el tema de la seguridad. Crece y crece la inseguridad en sus países sin que se le preste atención, y el día que despierten los habrá desbordado.

Hay permisividad con nuevos comunismos plebiscitarios

Permítanme, apreciados asistentes, hacer un llamado de atención a lo que podríamos llamar el capitalismo mundial, a lo que podríamos llamar el liderazgo de la iniciativa privada mundial:

Desde Colombia observamos que en sectores del capitalismo mundial, en sectores de la iniciativa privada, en gobiernos y en empresas hay permisividad con los nuevos comunismos plebiscitarios.

Muchos países y muchas empresas simplemente quieren ser conniventes y permisivos con esos gobiernos, en la equivocada creencia de que esos gobiernos les van a respetar sus derechos.

Esos gobiernos no se atreven a reconocerse como reproducciones del viejo comunismo, pero eso son así no acepten que se les llame de esa manera.

El Presidente Kennedy (John Fitzgerald Kennedy, ex presidente de Estados Unidos) le dijo a la humanidad que aquel que pretende cabalgar en las ancas de un tigre termina en las fauces del tigre.

Aquellos que pretenden vivir en connivencia, mantener actitudes permisivas contra el comunismo plebiscitario, contra las dictaduras restrictivas de las libertades, finalmente serán devorados porque esos gobiernos no respetan los intereses de la iniciativa privada.

Nos quedaremos con el imperio de esos gobiernos y con el destrozo de la iniciativa privada. Despertemos frente a esos riegos. El único riesgo que ustedes tienen en Colombia es el de quedarse definitivamente con nosotros, para lo cual estaríamos muy complacidos.

El profesor Schwab nos puso una limitación: que no podíamos recibir más de 550 asistentes a este Foro Económico Mundial.

Profesor Schwab, hágame un gran favor:

Que estos 550 ciudadanos del mundo que le han hecho el honor a Colombia de visitarnos, sean embajadores que nos ayuden a que en todo el mundo se pase una voz: Colombia un nuevo destino.

Muchas gracias”.
 
     
 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
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