Palabras del Presidente Uribe al iniciar
el Consejo de Seguridad en San Gil, Santander

 
19 de abril de 2010 (San Gil, Santander)
 
 

“Para el Ministro (de Defensa, Gabriel Silva), los altos comandantes, los compañeros de Gobierno y mi persona, es un honor regresar a esta gran tierra.

En el Gobierno hemos procurado tener no menos de tres reuniones comunitarias a la semana: los sábados los consejos comunitarios, los lunes los consejos de seguridad y entre semana generalmente se presenta o un consejo de microcrédito, o un consejo de crédito a la pequeña empresa o especializado en alguno de los temas.

Estos consejos de seguridad en las regiones de la Patria han buscado varios objetivos:

Primero, que de la política de seguridad se apropien todos los estamentos de la vida nacional, que no sea simplemente una postura del Presidente de la República, del Ministro de Defensa, de los altos mandos, sino que descienda a las gobernaciones, a las alcaldías, a los más jóvenes oficiales, a los más jóvenes integrantes de la Fuerza Pública de la Patria.

El segundo objetivo de estos consejos de seguridad ha sido poder tener una visión más realista del avance de la seguridad, porque cuando nosotros simplemente nos detenemos a mirar nuestros informes, muchas veces pecamos por optimistas; cuando se escucha a la comunidad local, la comunidad local nos da una versión que muchas veces se contradice con la percepción que nosotros tenemos, y nos ayuda a ser más objetivos.

Al principio del Gobierno las comunidades locales temían mucho pronunciarse sobre la seguridad, a medida que ha avanzado el Gobierno las comunidades han perdido el temor y denuncian con toda claridad, y esa denuncia ha ayudado muchísimo.

Ustedes saben, apreciados compatriotas, que nosotros hemos acompañado esta política de seguridad de la política de promoción de inversiones y de la política social.

Venía en el vehículo hablando con el señor Alcalde (de San Gil), con el doctor (Ricardo) Durán Barrera, con el señor Secretario de Gobierno (de Santander) el doctor Luis Fernando Cote Peña, ex Alcalde de Bucaramanga, sobre cómo esta política de seguridad la hemos acompañado de Familias en Acción, de un gran crecimiento del Régimen Subsidiado de salud –San Gil está registrándose ya con ciento por ciento de cobertura- la hemos acompañado con un gran crecimiento de Bienestar Familiar, un gran crecimiento del Sena, de Banca de Oportunidades, cómo en esta crisis de la economía no le redujimos las transferencias a las regiones.

Hemos procurado que el país entienda la política de seguridad como un valor democrático y como una fuente de recursos, como uno de los presupuestos necesarios para que haya inversión.

Creería yo que todo este auge del turismo en la zona, en ausencia de la seguridad, no habría sido posible. Y este auge del turismo ayuda mucho al ingreso, ayuda mucho al empleo. Lo importante es sostenerlo en el largo plazo, mantenerlo en un mejoramiento continuo.

Y pienso que cuando la política de seguridad y la política de promoción de inversiones empiezan a reflejarse en la política social, esa política social se constituye en un gran validador de la política de seguridad y de la política de promoción de inversiones.

Esto necesita continuidad, esto no es flor de un día, esto no es un esfuercito de caballo discapacitado, esto es una tarea de todos los momentos, esto es una tarea de mucha convicción, de mucha disciplina, de mucha aplicación.

Política de libertades democráticas

Y además, quiero destacar lo siguiente: una de las características de esta política es que ha sido una política de libertades democráticas y no una política de represión.

A raíz de los 200 años del Grito de Independencia del 20 de julio, en todas las meditaciones que uno hace sobre la historia de Colombia, encuentra que la Patria en 200 años de vida independiente escasamente ha tenido 47 años de paz.

Las generaciones vivas desde los años 1940 no han tenido un solo día de paz.

En los años 1940 renació la violencia entre los partidos, que había terminado con los acuerdos de paz de 1902. Cuando concluye esa violencia a finales de los años 1950, con los pactos del Frente Nacional, el país empieza a derramarse de sangre por otra causa: las guerrillas marxistas, del odio de clases, de la apelación al fusil como único instrumento de acción política, del propósito de sustituir el Estado de leyes por la dictadura. Crean la reacción igualmente cruel del paramilitarismo. Unos y otros son cooptados por el narcotráfico.

Y eso es lo que ha vivido Colombia y lo que tenemos que superar apreciados compatriotas.

Uno de los homenajes que Colombia debe en este Bicentenario (de la Independencia) es al movimiento comunero.

Pensando en el movimiento comunero, escrutando en los anales de la historia, uno encuentra que fue un movimiento de aquellos que contribuyó a sembrar las semillas del Estado de leyes.

En ese proceso de formación del Estado de derecho, que empieza muy al inicio del segundo milenio en Inglaterra con la Carta de Juan sin Tierra, una de las luchas que se dio fue para que la monarquía renunciara al poder de derramar impuestos, y ese poder se le transfiriera a los delegados del pueblo. Y allí empieza a surgir aquella competencia que finalmente el Estado de derecho le asigna a los congresos, como titulares de la facultad del derrame y de la gradación de los impuestos.

La lucha de los comuneros fue una lucha en el mismo sentido, fue una lucha para trasladar poderes de la monarquía a los representantes del pueblo en temas tan delicados como el tema de los impuestos.

La verdad es que esa contribución se frustró, se frustró por la violencia, por la represión.

Cuando uno estudia el movimiento comunero puede decir: Una de las frustraciones colombianas es que el movimiento comunero, que era un proceso de construcción de Estado democrático, haya terminado en el fusilamiento de sus dirigentes.

Una política de represión, de violencia contra ellos.

Y una característica que ha tenido esta Política de Seguridad Democrática es que ha sido una política de valores democráticos, no una política de represión.

Yo estos 101 días que le quedan al Gobierno, repetiré ante mis compatriotas por qué esta ha sido una política de seguridad, de valores democráticos, una política con total respeto a las libertades, una política firme frente a los violentos, respetuosa de las libertades; una política de seguridad que nunca una política de represión.

Quiero compartir con ustedes algunos resultados, apreciados compatriotas.

Cifras de seguridad en Santander

Cuando empezó el Gobierno, en el departamento de Santander se daban 989 homicidios, el año pasado 149.

Cuando empezó el Gobierno, en la Metropolitana de Bucaramanga se daban 303 homicidios, el año pasado 212.

Cuando empezó el Gobierno, en el departamento de Santander se daban 133 secuestros, el año pasado cinco.

Cuando empezó el Gobierno, en Bucaramanga se daban 29 secuestros, el año pasado dos.

Pero no podemos estar tranquilos, un solo caso de homicidio es grave, un solo caso de secuestro es grave, el país no se puede conformar.

Ahora, unas semillas del terrorismo tan enraizadas en la vida nacional no se derrotan de la noche a la mañana, por eso he creído yo que hay que perseverar.

Y el ejemplo que ha querido sentar este Gobierno es la perseverancia a lo largo de ocho años, para sembrar una semilla de total determinación, de la más fuerte determinación contra la violencia, contra el terrorismo.

Y entonces aparecen unos temas de seguridad urbana.

En el país de 2002, cuando al nuevo Gobierno se le recibía con unos explosivos terroristas de las Farc, el 7 de agosto de 2002 en la Plaza de Bolívar, que asesinaron a varios compatriotas; cuando Bogotá, por ejemplo, estaba plagada de las milicias ‘Antonio Nariño’ de las Farc, de los grupos paramilitares de Miguel Arroyave y del señor ‘Martín Llanos’, era un país derrotado, abatido, que no tenía aire en el pulmón para protestar contra el hurto callejero, contra el hurto a personas, contra el robo de vehículos. Esos delitos pasaban a un segundo nivel de importancia.

El país, por temor, no alcanzaba a quejarse del secuestro, también porque lo encontraba inútil; no alcanzaba a quejarse del terrorismo, también porque lo encontraba inútil.

Yo creo que la queja, fue la queja silenciosa de las urnas de 2002.

Pero si la voz del país no se alzaba contra el secuestro, contra el terrorismo, contra el asesinato, menos se iba a alzar contra el hurto callejero, contra el hurto a apartamentos, contra el hurto a personas, contra el robo de vehículos.

Algo bueno que registra hoy Colombia es que la ciudadanía es más exigente.

No basta con decir que hay posibilidades de llegar por carretera a San Gil (Santander) con más seguridad para hacer turismo. Hoy la ciudadanía protesta por el robo de una moto, por el robo de un carro, por un hurto callejero.

Yo diría que el proceso de reclamo ciudadano por la política de seguridad, se da un fenómeno parecido al proceso que (Abraham) Maslow, nos describe sobre el reclamo ciudadano por la satisfacción de necesidades básicas: Satisfecha una no hay resignación, sino exigencia de la otra.

En seguridad, cuando se avaza en un tema, no hay resignación sino exigencia de que se avance en el otro.

Por eso nosotros hemos querido ponerle toda la atención a esos otros delitos.

En Santander este año se han robado 25 por ciento menos de carros que el año pasado, un siete por ciento menos de motos.

En el Área Metropolitana de Bucaramanga este año se han robado 16 por ciento menos de carros, pero 10 por ciento más de motos. Eso le tenemos que poner todo el cuidado, señores generales y coroneles, porque nosotros tenemos que bajar –y aceleradamente- todos estos delitos.

En otros delitos:

Hurto a residencias, Santander, tiene un 25 por ciento menos; Bucaramanga, un 36 por ciento menos.

Hurto a comercio, Santander, un seis por ciento menos; Bucaramanga, un 23 por ciento menos.

Hurto a personas, Santander, un 7 por ciento menos; Bucaramanga, un 27 por ciento menos.

San Gil. Hurto a residencias este año va igual al año pasado, con ocho casos denunciados. No debería ir uno solo, hay ponerle todo el cuidado.

Hurto al comercio tenemos cuatro casos menos que el año pasado, un 57 por ciento menos.

Hurto a personas van 41 casos denunciados. Si bien hay una pequeña disminución frente al año pasado a cuatro casos, no es bueno.

Yo recuerdo al inicio del Gobierno que todos los días teníamos un problema de secuestro en esta área del departamento, y el informe que yo recibía era: lo secuestraron en San Gil, lo secuestraron en el Socorro, en Pinchote, lo secuestraron ahí cerca de Barichara, lo pasaron el río y se lo llevaron y lo escondieron en la Serranía de los Yariguíes, en la Serranía de los Cobardes.

Esto era pan de todos los días.

Y la verdad es que en eso hemos mejorado y no nos podemos descuidar. Es la razón de este Consejo de Seguridad.

 
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