“A pocos días de asumir el Presidente Juan Manuel Santos Calderón, nuestro Gobierno realiza uno de sus últimos Consejos Comunitarios, en esta ocasión de rendición de cuentas.
Nos acompañan hoy el señor Vicepresidente de la República, doctor Francisco Santos, sus principales colaboradores; el señor Canciller Jaime Bermúdez, sus principales colaboradores.
Corresponde hoy la rendición de cuentas de la Vicepresidencia de la República y de la Cancillería.
Agradecimientos al Vicepresidente y al Canciller
Quiero anticiparme con un agradecimiento infinito al Vicepresidente, al Canciller.
En el Vicepresidente Francisco Santos Calderón hemos encontrado su inteligencia; su visión del mundo, que no nos sorprende; hemos encontrado gran solidaridad. Él nos ha permitido tener una hermandad en estos 8 años, que contribuye bastante a Colombia.
Yo salgo de la Presidencia de la República con enorme afecto, admiración, por el Vicepresidente Francisco Santos Calderón. Y me pongo muy contento por la Patria, que él tenga tanto afecto por La Guajira, que le haya dedicado tiempo, energía, cariño a La Guajira. Y que sea hoy en La Guajira donde se hace su rendición de cuentas.
Procuramos, en este Gobierno, que llegará un conjunto de colombianos menores de 35 años. Juventud con la mayor capacitación, con la más clara visón, para que asumieran de una vez posiciones de liderazgo.
Uno de aquellos que nos ha acompañado en 8 años de Gobierno, en tantos años de lucha, es Jaime Bermúdez Merizalde, en la última etapa del Gobierno Canciller de la República.
Yo diría que es uno de los prospectos más importantes para Colombia, por su inteligencia, su sentido común, la combinación de prudencia y carácter; una gran visión del mundo, un gran talento, un hombre firme sin estridencias, un gran compañero de lucha.
Quiero rendir un homenaje al Canciller que representa las nuevas generaciones de colombianos en las cuales tenemos enorme esperanza.
Estos dos equipos han trabajado con lo que el profesor John Kotter llama ese triángulo de la confianza: con solvencia académica, con honradez y con energía.
Gobierno con mística
Al referirme esta semana a los compañeros de la Función Pública, encabezados por Elizabeth Rodríguez (Directora General del Departamento Administrativo de la Función Pública), al visitar las diferentes dependencias del Gobierno he dicho que este contacto con la comunidad nos ha obligado a tener un Gobierno con mística; no una burocracia apelmazada.
Un Gobierno con energía, un Gobierno vibrando, un Gobierno que no está esperando las seis de la tarde para descansar, sino las seis de la mañana para empezar a trabajar.
Un Gobierno que no está esperando el viernes para salir a descansar, sino la mañana del sábado para llegar a los Consejos Comunitarios.
Es bueno para la Patria que el Gobierno tenga mística, energía, ganas; que el Gobierno no sea un conjunto de burocracia apelmazada, sino un conjunto de colombianos con amor a la Patria.
Agradezco inmensamente a todo el equipo de la Vicepresidencia de la República y a todo el equipo del Canciller todos estos años de compañía en el Gobierno, con mística.
Muy apreciado Gobernador (de La Guajira, Jorge Eduardo Pérez Bernier), muy apreciado Alcalde (de Riohacha, Jaider Antonio Curiel Choles), muy apreciadas alcaldesas y alcaldes: grato para nosotros haber trabajado con esta gran tierra Guajira.
Lo que se ha hecho es poco, pero queda un prospecto muy importante: hoy hay más tranquilidad, más esperanza.
Y todo lo que faltó, les ruego ponerlo en cabeza mía. Y tenemos una sola razón para pedir perdón por errores que se hayan cometido y por lo que quedó faltando: hemos procedido con inmenso afecto por esta tierra.
Muy grato haber trabajado intensa, coordinadamente, con ustedes estos años.
Agradezco a los congresistas aquí presentes. Este Gobierno eliminó los auxilios parlamentarios, contratos; introdujo la meritocracia, la carrera administrativa. Un Congreso en un momento muy difícil de la vida nacional, juzgado por crímenes anteriores a este Gobierno, pero se pudo mantener la institucionalidad.
Y ninguna de las leyes aprobadas es distinta a aquello que conviene a Colombia. Así lo diré el 20 de julio, al agradecer al Congreso que sale; al despedirme del Congreso, inaugurando las sesiones del nuevo Congreso.
Hemos avanzado, pero no estamos en un paraíso. Quedan apenas semillitas. Lo que afectuosa y coloquialmente yo he llamado unos huevitos para cuidar, apreciados compatriotas.
Agradecemos muchísimo la presencia del Ministro de Planificación de Chile (Felipe Kast Sommerhoff) y de las tres señoras representantes del Gabinete de la Presidenta (de Costa Rica) Laura Chinchilla.
En Colombia sentimos gran afecto y admiración por estas dos naciones hermanas. Nos honran mucho con su presencia. Hemos procurado aprenderles. Permanentemente citamos los grandes aciertos de Costa Rica y de Chile, y los proponemos como ejemplo para nuestra Nación.
Un Gobierno de participación comunitaria
Nos honra mucho que vengan a un Consejo Comunitario. El de hoy es atípico porque tiene mucha menos participación, porque es de rendición de cuentas. Pero estos años fueron muy interesantes en la participación comunitaria.
Algunos antecedentes de estos Consejos Comunitarios se los conté en el avión.
Nosotros hicimos la campaña con una gran participación comunitaria, ordenada, en unos ejercicios de planeación estratégica que se llamaban los Talleres Democráticos. Ahí se fue definiendo el programa de Gobierno que se resumió en cien puntos, de un manifiesto que se llama el Manifiesto Democrático.
Nosotros creemos que América Latina se ha debatido equivocadamente entre el neoliberalismo que deroga el Estado y la deformación del Estado Social, que lo quiebra. El uno aparece en la extrema derecha y en el otro en la extrema izquierda, pero esas extremas se juntan y acaban con el Estado; el uno por voluntaria derogatoria, y el otro, por la conducción irresponsable a la quiebra del Estado.
Nosotros hemos buscado un Estado que estimule la iniciativa privada con fraternidad; que sea garante de la cláusula social; ampliamente participativo.
Un Estado en el cual la comunidad participe ampliamente para definir políticas, para ejecutar políticas, para vigilar, para reclamar.
Creemos profundamente en el ejercicio comunitario como garante de buenas prioridades, de buena ejecución y de transparencia.
Yo soy un convencido de que en la historia del Estado de Derecho, que ha sido la historia de la creación de controles para limitar los poderes infinitos, el más importante elemento de control es la participación de la comunidad. Es lo que garantiza eficiencia, transparencia.
Nosotros pensamos que la democracia participativa y la representativa no se excluyen. Ahora que estamos en el Bicentenario de la Independencia uno se hace una reflexión:
En aquella época, en la cual la única comunicación era el correo humano, las postas, se dio ese proceso emancipador en todo el Continente al unísono. Quiere decir que había un Continente con muchas dificultades en las distancias, sin los elementos modernos de la comunicación, pero en alguna forma interconectado.
Si se interconectó hace 200 años, cómo se niega ahora la participación en la revolución de las comunicaciones.
Hoy más que nunca se hace necesario abrir todos los espacios de participación. Algún día escribiremos -y les pido a los compañeros de Gobierno que lo hagan-, lo que ha significado este diálogo con las comunidades en Colombia.
Nosotros pensamos que se requiere un gran equilibrio entre la participación y la representación. Si la representación no se alimenta todos los días en la participación, se deslegitima. Y si la participación no encuentra una representación legitima para expresarse, se anarquiza.
Construcción de gobernabilidad
Es importante conocer cómo hemos construido gobernabilidad. En Colombia se ha construido gobernabilidad.
Tres días antes de elegir al nuevo Presidente de Colombia, un Congreso saliente, con gran responsabilidad, aprobó muchas leyes, entre ellas dos reformas tributarias: una para darle más ingresos a la salud y otra para crear un Arancel Judicial, a fin de mejorar la financiación de la justicia. Eso es gobernabilidad.
Permítanme referir algunos temas de construcción de gobernabilidad:
Primero, el diálogo. La gobernabilidad no se ha construido entre un Gobierno y un Congreso en el cual el Gobierno le da prebendas al Congreso para que el Congreso le dé votos al Gobierno. Este ha sido el Gobierno que eliminó los auxilios parlamentarios y que introdujo la meritocracia.
Cuando se construye la gobernabilidad por esa coalición de prebenda-voto, hay buen entendimiento entre Ejecutivo y Legislativo, pero ambos terminan deslegitimados ante la comunidad. Y Colombia ha vivido esos espacios de la historia.
La gobernabilidad nuestra ha tenido una fuente: la legitimidad. Y la legitimidad se ha construido en un dialogo popular permanente.
Otra fuente de legitimidad muy importante ha sido nuestro respeto a todos los alcaldes y gobernadores de Colombia, independientemente del origen político de su elección.
Otra fuente de legitimidad ha sido que nuestras políticas sociales no han tenido sesgo en favor de nuestros amigos o con exclusión de quienes nos critican. Han sido para todos los colombianos.
Otra fuente de esa legitimidad, de esa gobernabilidad ha sido que la Seguridad Democrática no ha tenido sesgo. Hemos procurado que haya Seguridad Democrática para todos los colombianos, afectos o críticos del Gobierno.
Este ejercicio comunitario ha ayudado mucho a construir gobernabilidad en la Patria.
¿Qué ha significado este ejercicio comunitario para nosotros en el Gobierno? Nos ha exigido ser menos promeseros pero más comprometidos.
Uno hace una promesa hoy y como mañana tiene que volver nuevamente a darle la cara a la comunidad, le van a preguntar qué pasó con aquella promesa; la incumple y se desacredita el diálogo.
Pero el Gobierno, también, además de no ser promesero tiene que ser comprometido. Yo llego un día a La Guajira y me dicen: ‘¿qué hubo?, llevamos 40 años esperando la represa del Ranchería’. Si yo no busco opciones para sacarla adelante, se pierde la razón de ser del diálogo.
Llego un 2 de febrero a saludar a Nuestra Señora de los Remedios, y después hacemos un Consejo Comunitario y acuden los transportadores y el Gobernador y dicen: ‘esta perdida la carretera de Riohacha a Urumita; no ha avanzado la carretera de Urumita a Maicao’. Hay que buscar opciones.
Muchas veces dijimos: es que no tenemos el presupuesto, con toda franqueza, pero busquemos opciones, a ver qué pone la Gobernación, qué ponen las alcaldías, qué puede hacer el Ministerio, qué se puede hacer con el Inco (Instituto de Concesiones).
Menos promesas, más compromisos.
Es tan grave la promesa como la falta del compromiso. La promesa crea desconfianza, y la falta de compromiso crea rabia.
Y es muy fácil decir: no hay plata; lavarse las manos. Uno encuentra muchas disculpas para no comprometerse. No comprometerse es una excusa para refugiarse en la pereza. Y eso, en lugar de promover esperanzas de los compatriotas, lo que hace es promover frustraciones.
Creo que estos Consejos Comunitarios han logrado una comunidad más informada; unos alcaldes más informados; han logrado más orden en los reclamos; han logrado calidez.
Yo recuerdo el primer Consejo Comunitario en La Guajira qué pasó. Había rabia, rabia. Talvez lo hicimos en el Sena. Había rabia por muchas cosas: porque las empresas españolas de energía eléctrica a mí me habían dicho que querían irse de Colombia y perder el precio, y la comunidad aquí estaba incendiada contra esas empresas. Algo se ha mejorado a través del diálogo. Falta mucho. No estamos en un paraíso, pero se ha recorrido un camino.
Había rabia, incredulidad. Decían: ‘¿Van a hablar del Distrito del río Ranchería? Llevan 40 años hablando de eso’. No creían.
Había rabia por esa presencia que estaba desangrando a La Guajira, de guerrilla y paramilitares. Había rabia.
Hoy tenemos una Nación que reclama con toda la dignidad, pero un diálogo mucho más positivo. Yo creo que hemos un tránsito de rabia en la base popular de la Nación, a más esperanza, a más confianza. La construcción de ese tránsito tiene que continuar.
Nosotros necesitamos una Nación cohesionada socialmente, fraterna.
Recuerdo aquí en el vecino Cesar dos experiencias: la experiencia en la Jagua de Ibirico y la experiencia en La Loma. Sectores extremistas con rabia. La comunidad maltratada por falta de capacitación o por mala calidad del medio ambiente, etcétera, y algunas empresas indolentes, de espalda.
¿Qué hicimos nosotros? Dijimos: ‘Nosotros no vamos a llevar piquetes del Ejército a maltratar la protesta comunitaria, como lo hacen las dictaduras de derecha. Nuestra seguridad es democrática, no es de represión’. Pero también dijimos: ‘Tampoco vamos a incurrir en las posturas demagógicas de la izquierda, expropiando y expulsando inversionistas’.
Los sentamos a todos, largas horas, largos días, en las plazas públicas, comunidad, autoridades locales, empresas, trabajadores, Gobierno, a encontrar diálogos.
Se han resuelto muchos problemas y a eso se le hizo seguimiento. Es la manera de construir una Nación menos antagónica, una Nación en camino a ser más fraterna.
Estos Consejos Comunitarios han sido muy útiles para que el Gobierno no piense que todo está bien. Estos Consejos Comunitarios nos han enseñado que se necesita mucho más de lo que el Gobierno piensa que ha hecho.
Hoy ajustamos el Consejo Comunitario 302. Mañana, Dios mediante, el 303. Sábado y domingo de la semana entrante, 305, y el sábado siguiente, el 306.
En esto ha habido disciplina, seguimiento, afecto.
Nos hemos tomado unas goticas en estos años para no tener cansancio. Unas goticas de amor por Colombia. Cuando hay amor por la Patria no hay cansancio. Cuando hay amor por la Patria da lo mismo que sea viernes a las 6 de la tarde, que lunes a la 4 de la mañana. Cuando hay amor por la Patria uno no se tiene que detener a pensar si hay ‘puente festivo’ o no. Cuando hay amor por la Patria uno se cansa es de que no haya más oportunidad de trabajo.
Esas son las goticas que hay que tomarse todos los días en Colombia para vibrar infatigablemente trabajando por la Patria: goticas de amor por Colombia. Recomiéndenlas a todos.
Y hemos tenido muchos otros esquemas de relacionamiento con las comunidades.
El Vicepresidente (Francisco Santos), entre toda su tarea, ha adelantado una magnífica tarea con los compatriotas afrocolombianos, en infatigables reuniones, para lograr lo que fue ese gran Conpes (documento del Consejo Nacional de Política Económica y Social) de acciones afirmativas.
El Canciller (Jaime Bermúdez), sus antecesores, tuvieron una infatigable tarea buscando a ver cómo Colombia llega a atender mejor las fronteras, donde todavía falta tanto. Apenas se han puesto semillitas.
Aquí está el doctor Eugenio Marulanda (Presidente de la Confederación Colombiana de Cámaras de Comercio, Confecámaras), el Presidente de la Cámara de Comercio de Riohacha (Álvaro Romero Guerrero), a Confecámaras, a las Cámaras de Comercio, nuestra gratitud.
Voy a mencionar dos de los eventos que nos han ayudado a realizar en nombre de este Gobierno comunitario: los Consejos de Banca de Oportunidades de Microcrédito y los Consejos de ‘Colombia Crece’ y los Consejos de empleo.
Recordemos cómo se hizo aquí aquel acuerdo en un consejo, que nos ayudó tanto la Cámara de Comercio, para que ONG de microcrédito pudieran tener una presencia en toda La Guajira, de Banca de Oportunidades. Eso ha ayudado muchísimo.
Hemos hecho innumerable cantidad de consejos de seguridad divididos en dos sesiones: la sesión de participación comunitaria, y la segunda, en la cual intervienen el Ministro (de Defensa), los Altos Mandos, los mandos regionales, el Gobernador, el Alcalde, el Presidente de la República.
Inicialmente, la comunidad estaba muy inhibida; no denunciaba. Hoy denuncia todo. Qué bueno. Hoy la comunidad dice: cuidado que en tal parte hay guerrilla, en tal parte hay bandas criminales de narcotráfico, en tal parte están secuestrando. Y la comunidad no ha pasado una sola violación de derechos humanos, las ha denunciado. Y las Fuerzas Armadas han hecho una gran depuración, un gran mejoramiento.
Yo creo Vicepresidente que llevamos 22 meses, 22 meses con una enorme reducción de las quejas en materia de violación de derechos humanos.
Esto ha ayudado enormemente, la participación comunitaria en la política de seguridad. Y ha ayudado a que seamos más objetivos. Porque cuando hay participación comunitaria uno ve cosas que no piensa. Si la reunión se hace solo entre quienes están en las Fuerzas Armadas y el Gobierno, nuestra tendencia es a verlo todo ‘color de rosa’, sin problemas. La comunidad nos ha enseñado a ver problemas que nosotros no queremos ver.
Repito hasta la saciedad una experiencia que tuve con nuestro buen amigo y gran colombiano Jorge Humberto Botero, (ex) Ministro de Comercio (Industria y Turismo):
Estábamos en los primeros años de Banca de Oportunidades en la Cámara de Comercio de Bogotá. -Este Gobierno ha avanzado en microcrédito. Cuando empezó (este Gobierno), la cartera del microcrédito en Colombia valía 365 millones de dólares. Hoy vale 4 mil millones de dólares. Ese es un enorme crecimiento-. Y llegamos a la Cámara de Comercio de Bogotá y había mucha crítica. Que está bien. Me dijo el Ministro Botero: ‘Presidente, ¿pero por qué tanta crítica si estamos entregando mucho microcrédito?’.
Le dije: ‘Porque a nosotros, el power point en las pantallas de la Presidencia nos hace creer que estamos entregando mucho, pero estamos entregando mucho menos de lo que la comunidad necesita. Los que vimos anoche en el power point de la Presidencia, que ya recibieron el microcrédito, están tranquilos en sus pequeñas empresas, ¿a qué van a venir hoy aquí? Aquí vienen los que todavía no han recibido crédito’.
Uno no se puede quedar en el Gobierno en lo virtual, en el power point. Es una herramienta de trabajo organizada, pero hay que creer es en el ‘power people. Porque el power point tiende a mostrar lo bueno, y la participación comunitaria, todo lo que falta y todas las dificultades.
Yo agradezco este diálogo con mis compatriotas porque ha sido un diálogo muy bueno; ha sido un diálogo franco, pero amable. Experiencias muy difíciles. En muchos Consejos Comunitarios hemos tenido a los familiares de los secuestrados. Han hablado sin restricciones. Nos pedían cosas que nosotros no podíamos atender. Pero cómo los respetamos.
Yo recuerdo cuando empezábamos la reforma de Emcali, allí tuve un diálogo difícil con el Presidente del Sindicato y le contesté duro. No me quedó bien, no me quedó bien. Porque la verdad es que yo no soy ‘perita en dulce’ con algunos altos dirigentes de la política, yo no los trato con reglas de cortesía a algunos altos dirigentes de la política, pero yo a mis compatriotas de la base colombiana he procurado tratarlos con mucho cariño.
Colombia tiene hoy un mejor diálogo social que el diálogo político. Colombia tiene hoy menos conflicto social, aunque tiene más debate político.
¿Ustedes saben una cosa? En este Gobierno no ha habido un solo paro nacional de maestros. Ha habido algunas protestas y algunos movimientos regionales. Era impensable. Decían: ‘No, ahí llegó Uribe a la Presidencia, Uribe es fascista, Uribe es dictador. Este país va a vivir en huelga’. Nada, nada.
Los movimientos laborales se han venido resolviendo con una gran participación del diálogo. El Vicepresidente ha hecho un gran esfuerzo para ayudarnos en ese tránsito del sindicalismo reivindicatorio y político, al sindicalismo de participación.
El Primero de Mayo fue una bellísima oportunidad en Popayán, cuando firmamos el Decreto de Contratos Sindicales. Es un caminito que se deja abierto para que las empresas contraten servicios de ‘tercerización’ con sus propios sindicatos. Para que los sindicatos sean más participativos, más comprometidos con la estabilidad y prosperidad de las empresas, y las empresas, más abiertas al camino de la fraternidad.
Este ha sido un diálogo muy importante. Nunca le hemos prohibido la palabra a una persona por su voz crítica. Y ha habido mucho reclamo. Y está bien, es un país con mucha pobreza, con mucha inequidad. Pero ha sido un diálogo muy respetuoso.
Cuando hemos hecho esos Consejos Comunitarios de temas especializados, que de educación, que dos días de salud, y abiertos al teléfono, teleconferencia, nunca hemos filtrado una llamada. Y todas han sido inmensamente respetuosas.
Yo agradezco eso.
La posibilidad del diálogo que nos ha dado el pueblo colombiano en estos ocho años ha sido inmensa para mis compañeros de Gobierno y para mí.
Para mí, haber podido dialogar ocho años incesantemente con mis compatriotas ha sido la posibilidad de vivir un cielo en la tierra. Siempre lo agradeceré.
Algunos decían: ‘No, es que el Gobierno se va a cansar; no resiste’. Cuando llevábamos los primeros cinco Consejos Comunitarios. ¿Cuál cansar, cuál cansar?
Yo veo este pelo mío ya blanco, pero todavía siento las energías intactas. Dios quiera que se preserven y hay que seguir tomando goticas de amor a Colombia.
Otros decían: ‘No, pero este Gobierno a toda hora hablando con la ciudadanía, se va a gastar la plata, qué irresponsabilidad presupuestal’. Nunca. En mil ocasiones hemos dicho ‘no se puede’, pero con razones. Pero no un ‘no’ de pereza; un ‘no’ de realismo.
Ha habido una gran participación comunitaria construyendo responsabilidad. Creo que eso es bien, bien interesante. Esto deja una lección en el alma muy importante.
Sé que una vez escuchemos la introducción del Gobernador (de La Guajira, Jorge Eduardo Pérez) y del Alcalde (de Riohacha, Jaider Antonio Curiel), antes de escuchar la rendición de cuentas del Vicepresidente y del Canciller, hay un temita bien importante de turismo. Y el Ministro (de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial) Carlos Costa va a dar un informe, no se en qué momento, sobre unas viviendas; y el Ministro de Agricultura (y Desarrollo Territorial, Andrés Fernández), sobre qué sigue con el rancherío.
Ahora me decían los pilotos del avión: ‘Presidente, ¿no vio la represa?’. Dije: ‘No, no la pude ver’. Dijeron: ‘Bellísima, bellísima’.
Gobernador Jorge, usted me va a volver a invitar a esta tierra. Usted sabe que tengo que venir por aquí el 2 de febrero. Mantengo endeudado allí cerquita.
En la tarde del 7 de agosto, cuando jure el nuevo Presidente y nosotros salgamos del Gobierno y regrese yo a la condición de simple ciudadano de Colombia, tendré siempre, tendré siempre una llama eterna de afecto por La Guajira.
Muchas gracias a todos”. |