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Palabras del Presidente Álvaro Uribe en la reunión con el Consejo Gremial Nacional

9 de julio de 2010 (Bogotá)
     
 

“La verdad es que fueron unos años de un diálogo muy fecundo con ustedes, que alimentaba mucho al Gobierno.

Para mí es muy extraño –y veo que llegó la hora final- no acudir esta noche a un diálogo para examinar problemas y soluciones, sino acudir para anonadarme con la generosidad de ustedes.

Hace 10 años uno de mis compañeros de campaña me regañaba, porque cuando se iba a presentar un Consejo Gremial yo me encerraba a pensar y a escribir una intervención durante largo rato.

Y les dije –creo que lo recuerda bien el Canciller Jaime Bermúdez- que los gremios de Colombia habían llenado un vacío de interpretación del país, a causa de alguna desconexión de los partidos políticos.

Quiero decir que he profundizado y ratificado mi aprecio por los gremios de Colombia en estos años.

Creo que el doctor Luis Carlos Villegas (Presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia), quien se excedió en generosidad con el Gobierno, con mis compañeros y conmigo, quedó corto para posicionar a los gremios de Colombia.

Yo no veo en el mundo una organización gremial como la de Colombia: sólida, estable, tan clara para defender la democracia, tan firme para defender la iniciativa privada, tan comprometida con la responsabilidad social.

Si a mí me preguntaran, para un full de televisión, una definición sobre los gremios de Colombia, diría: sus intereses son los superiores de la Patria, transcienden el objetivo puramente gremial. Creo que mis compañeros comparten esta apreciación.

Yo la tenía cuando llegué a la Presidencia de la República, pero lo que hemos hecho es confirmarla, ahondarla, sentirnos muy orgullosos de ella a lo largo de estos años de Gobierno.

En estos días, conversando con compatriotas de todas las regiones, con estudiantes universitarios, ha venido a mi mente la enseñanza de mi profesor John Kotter sobre tres atributos inseparables del liderazgo, que en mi concepto enaltecen a los gremios de Colombia, porque ellos tienen sobradamente esos atributos: competencia, conocimiento, preparación, dialéctica, ajuste permanente en la academia, al mismo tiempo energía, vigor para llevar a cabo todos los propósitos, y transparencia.

El profesor Kotter explica cómo cualquier combinación  de dos de estos tres elementos es dañina, y por supuesto, cómo, lo necesario y conveniente es combinar los tres.

Si se combina la honestidad con la energía, pero no hay competencia, se crea el problema de no saber cuál es el objetivo y el rumbo para aproximarse a él.

Si se combina la honestidad con la competencia, pero no hay energía, entonces falta la fuerza para convertir la visión en resultados.

Y cuando falta la honestidad, los otros atributos, en lugar de producir bien, conducen al fracaso.

Los gremios de mi Patria combinan la competencia, una gran solvencia académica, la energía para servir a Colombia en todas las horas y la transparencia, que les da infinita legitimidad.

Ustedes no saben lo importante que ha sido para nosotros poder estar en diálogo con ustedes, porque eso nos ha enseñado.

Ese  diálogo ha sido una especie de linterna para nosotros ver caminos, un espacio de reflexión para hacer rectificaciones, una posibilidad de hacer también pedagogía sobre temas de Gobierno.

Por eso, cuando creamos la consultoría del Ministerio de la Presidencia, que empezara José Roberto Arango, continuara Juan Lozano, después nuestro actual Ministro de Hacienda, Óscar Iván Zuluaga, y ahora conduce Claudia Jiménez Jaramillo, la pensamos no solamente para hacer un control de gestión permanente al Gobierno, sino para tener un enlace creativo con el sector privado de la Patria.

Esto que les digo no se los digo por lisonja ni para dejar una constancia retórica, se los digo con un sentimiento muy hondo.

Uno no aprende si no dialoga con quienes saben, y ustedes han sido una permanente fuente de aprendizaje para mis compañeros de Gobierno y especialmente para mí.

Yo digo que he ganado cielos en la tierra al poder tener estos años de diálogo con mis compatriotas, tan importantes, y en estos años de diálogo ese capítulo transcendental en el diálogo con los gremios. 

Muchas gracias.

Cuando me preguntan por qué los Consejos Comunitarios, he contestado a mis compatriotas: ‘Porque se le rogó durante muchos años diálogo al terrorismo, pero se descuidó el diálogo con la Nación; porque se percibía algún ambiente de incubación de odio, profundamente riesgoso para la democracia; porque teníamos que salirnos de esa disyuntiva a la que nos habían condenado: o el neoliberalismo que desmontara el Estado, o el social-burocratismo que quebrara el Estado, y avanzar en un esquema de Gobierno de amplia participación comunitaria con responsabilidad.

Ese diálogo para construirle credibilidad, obligó a mis compañeros de Gobierno y a mí a adelantarlo sin promesas pero con más compromiso.

Cualquier promesa en un Gobierno expuesto al diálogo todos los días, corría el riesgo de que preguntaran por ella la siguiente mañana, no pudiéramos dar cuenta de su realización y el diálogo perdiera credibilidad.

Pero el Gobierno, en un diálogo permanente, tampoco podía negarse a buscar opciones, a hacer esfuerzos; el Gobierno no podía simplemente decir ‘no se puede’. Al otro día van a preguntar: ‘Bueno, pero si ayer les planteamos este problema, ¿qué solución hay?’.

Por eso, ese diálogo nos obligó a ser buscadores de opciones, que creo que es algo bien importante para el relacionamiento del Gobierno y de la sociedad colombiana.

Aprecio inmensamente este diálogo con ustedes, lo respeto muchísimo, lo recomiendo con toda convicción a mis compatriotas, y aspiro –con la ayuda de ustedes- poder plasmar en los años que vienen, algunas líneas académicas sobre el valor de este diálogo para la legitimidad de las instituciones.

Un diálogo para hacer más políticas

Por supuesto el diálogo nos ha permitido hacer menos política, pero hacer más políticas.

En el debate del último año y medio sobre el referendo, ese pensamiento me llevó a mí a aprovechar el entusiasmo de los medios de comunicación preguntándome todos los días por el referendo, para decirles que mi preocupación era la prolongación de las políticas, no la perpetuación del Presidente.

Y cada que me preguntaban por el referendo yo hablaba de la Seguridad Democrática.

Y cuando me volvían a preguntar por el referendo, yo hablaba de la confianza inversionista con responsabilidad.

Y cuando me preguntaban insistentemente por el referendo, yo hablaba de la cohesión social.

Es muy importante, apreciados compatriotas –y lo digo con infinito afecto por esta Patria- es muy importante que en la mente, en el corazón y en el alma de los colombianos se graben unas políticas, sencillas, pero importantes, unos objetivos, mucho más que aquello que entusiasma, que es la discusión o la agresión entre nosotros los políticos.

Hemos tenido varias pruebas de que los compatriotas han pensado mucho en las políticas, que esa insistencia, esa terca repetición no ha sido en vano.

Hace pocos días, cuando estábamos en el Foro Económico Mundial en Cartagena, teníamos una oficina en un hotel cercano al Centro de Convenciones y hacíamos el cruce caminando, y yo aprovechaba para saludar ahí a mis compatriotas que estaban caminando por la calle, a la señora que vendía dulces, a los niños que iban en una buseta.

Y de pronto en un semáforo vi un taxi que estaba esperando que cambiara la luz, un taxi nuevo, tenía unos vidrios semi-polarizados, escarchados, se veía un aire acondicionado también nuevo y muy potente.

Le toqué el vidrio al taxista y él lo bajó de inmediato, y cuando yo lo fui a saludar, no me permitió saludarlo, me dijo: ‘Presidente, confianza inversionista, Seguridad Democrática, cohesión social’.

Y le dije: ‘¿Hombre y por qué decís eso?

Me dijo: ‘Pero si usted lo repite todos los días, Presidente’.

Fijar en la mente de la ciudadanía unos objetivos de país, unos caminos de país, es una acción política mucho más importante que el ejercicio rutinario de lo que hemos entendido por política.

Quisiera referirme a algunos aspectos de esas políticas y empezar a hacer un balance de lo que falta.

Con Claudia Jiménez Jaramillo (Ministra Consejera de la Presidencia), quien nos ha venido coordinando toda la rendición de cuentas, hemos tomado la decisión de que el último Consejo Comunitario de rendición de cuentas cada uno de nosotros pase al tablero a presentar un listado de lo que creemos falta y en qué nos hemos equivocado.

Seguridad con libertades

Seguridad democrática, yo creo que tiene una cosa muy buena: se ha adelantado con libertades.

Unos observadores ingleses vinieron hace 10 años a Colombia y dijeron: ‘Si gana Uribe, esa propuesta de seguridad que tiene es descabellada, va a llevar a Colombia a una dictadura’.

Hace poco regresaron a reconocer que ha sido una seguridad con valores democráticos, con libertades.

Nosotros hemos enfrentado el terrorismo más rico y lo enfrentamos avanzando, sin legislación marcial, sin supresión de libertades, con el absoluto respeto de las garantías individuales de los derechos políticos.

Hemos recuperado en alguna forma la descentralización.

Esta Patria, que durante tantos años luchó por la elección popular de alcaldes y de gobernadores, que avanzó en la descentralización con la reforma constitucional del Presidente Lleras Restrepo que introdujo el situado fiscal, con las leyes 11 y 12 de la administración Betancourt, lideradas por el entonces Ministro Jaime Castro, con la Constitución de 1991, del Presidente César Gaviria, esta Patria con 400 alcaldes que no podían ejercer, con los recursos de la descentralización que se los robaba el terrorismo, los recursos de las regalías que se los robaba el terrorismo, los recursos de la salud que se los robaba el terrorismo, era una Patria que estaba viendo que su esfuerzo por la descentralización se derogaba por el avance del terrorismo.

Creo ahí hay un gran avance.

Y eso se ha hecho trabajando con todos los alcaldes y gobernadores de Colombia, independientemente del origen político de su elección.

Yo creo, apreciados compatriotas, que Colombia tiene hoy más conflicto de retórica política que conflicto social.

La manera como hemos podido entendernos con alcaldes y gobernadores de todas las tendencias políticas, muestra que hay unos conflictos que se han venido superando para construir gobernabilidad.

El doctor Luis Carlos Villegas en sus generosas palabras, al destacar a Cecilia María Vélez, nuestra Ministra de Educación, nos recordaba que en estos años de Gobierno no ha habido una sola huelga nacional de maestros.

Y a mí me extraña. Yo esperaba muchas.

Yo decía: ‘¿Qué voy a hacer para enfrentar esas huelgas? Los sectores radicales enardecidos les han dicho: Llegó Uribe, paramilitar, fascista’. Entonces los han animado a que el Gobierno de Uribe sea un Gobierno de huelgas, de dificultades.

Y en esa materia ha sido todo lo contrario, todo lo contrario.

Eso tiene que ver con el concepto democrático de la política de seguridad. Ha sido una política para dar seguridad, no para reprimir libertades.

A las Fuerzas Armadas hay que apoyarlas

Las Fuerzas Armadas hay que quererlas, rodearlas.

Un país que en 200 años de vida independiente escasamente ha tenido 47 años de paz, unas generaciones vivas desde los años 40 que no han tenido un día de paz, la violencia entre los partidos a la cual se refería el doctor Luis Carlos Villegas, sucedida por la aparición de las guerrillas marxistas, después transformadas en mercenarias del narcotráfico, la reacción igualmente cruel del paramilitarismo, también cooptado por el narcotráfico, una realidad muy triste, nuestra gran esperanza es la Constitución, nuestra gran esperanza es las Fuerzas Armadas, nuestra gran esperanza es el apoyo popular a ellas.

Yo pido a mis compatriotas un gran afecto, una tarea de todas las horas para rodear a los soldados y policías de Colombia, porque además de ser héroes han sido muy responsables para avanzar en las depuraciones necesarias a fin de cumplir con los Derechos Humanos.

Naciones Unidas me decía hace poco que en los últimos 22 meses en Colombia las quejas de Derechos Humanos han sido mínimas, que ha habido cuatro casos, dos de ellos les preocupan, dos no.

Yo les dije: ‘Yo no estoy contento, queremos cero casos’.

Las depuraciones no se han hecho contra el consentimiento de las Fuerzas Armadas sino en conjunto con el consentimiento de las Fuerzas Armadas.

Creo que eso hay que destacarlo ante la comunidad nacional e internacional.

Avances en seguridad

La seguridad urbana.

Yo reconozco, compatriotas, que el país no está en un paraíso. Nosotros apenas hemos puesto unas semillitas –hablo de semillas para no hablar en la solemnidad de esta noche de los tres huevitos de doña Rumbo- y queda mucho por avanzar.

Uno ve todavía unas guerrillas con capacidad de hacer daño, las bandas criminales del narcotráfico, que hemos reducido el asesinato de 66 por cada 100 mil habitantes a 32, pero todavía tenemos unas ciudades con un índice de asesinato muy alto.

Vamos ganando, pero no hemos ganado, esto no es para cantar victoria.

Y hay quejas sobre la seguridad urbana.

Entonces yo miro con el doctor Gabriel Silva, Ministro de la Defensa, y con los altos mandos, que viene reduciéndose el delito de robo de carros, de robo de motos, de atraco a apartamentos, de robo de teléfonos celulares, de atracos a establecimientos de comercio, pero que todavía son altas.

Entonces decimos: ‘Bueno, hay una reducción de delitos pero hay un creciente reclamo comunitario’.

A mí me parece bien, eso es una garantía para el país.

Hace años en un país lleno de masacres, de secuestros colectivos, los ciudadanos habían perdido la fe para reclamar contra esos delitos, menos tenían espíritu para reclamar contra el hurto callejero.

Hoy vemos que en materia de seguridad la sociedad colombiana ha asumido la  actitud que describe el sociólogo (Abraham) Maslow, sobre la conducta de la sociedad frente a la escala de las necesidades básicas. Es una escala que solamente permite subir en la actitud del ser humano.

Así empieza a ser la exigencia de los colombianos en materia de seguridad, pero es el camino correcto.

Lo que tenemos que hacer  en los gobiernos es mejorar para responder mejor.

Lo que falta en el tema judicial

No obstante que en este Gobierno introdujimos el sistema penal acusatorio, la actualización de los códigos, que se ha aumentado el presupuesto de la justicia en un 47 por ciento en pesos constantes –hace ocho años la Fiscalía en el presupuesto valía 600 mil millones, este año vale billón 456 mil millones, eso cuenta- no obstante que se acaba de aprobar el arancel judicial en el Congreso, que se acaba de aprobar una ley muy importante para producir descongestión en la justicia, quedan faltando normas.

Me quiero referir a una de ellas. Una norma que limite discrecionalidades que son permisivas para excarcelar delincuentes.

Es difícil enfrentar la delincuencia cuando tenemos hoy 350 delincuentes recientemente capturados, portando armas de uso privativo de las Fuerzas Armadas en ciudades con alto índice de homicidio, que tienen prisión  domiciliaría.

Nosotros hicimos un esfuerzo con la Ley 1142, pero el capítulo garantista, que permite al juez de garantías apreciar la peligrosidad del sujeto, se ha impuesto sobre el capítulo objetivo del daño a la sociedad. Ahí requiere el país otra reforma.

Pienso que cuando se ha adoptado el Sistema Penal Acusatorio, que separa la investigación del juzgamiento, la Fiscalía que investiga no puede estar en el cuerpo de los jueces que juzgan, debe estar en el Ejecutivo, que tiene la responsabilidad de llevar la política contra el crimen.

Creo que la carrera administrativa, especialmente en sectores como la justicia, debe ser una carrera administrativa que tenga exigencias de mérito para ingresar, pero flexibilidades para remover.

A uno le preocupa mucho que haya inamovilidad de jueces y fiscales, que por razones de buen servicio no se les pueda remover. Que el ingreso sea por méritos, pero que se permita que los superiores de la justicia puedan disponer la remoción por razones de buen servicio que no tengan que motivar.

Creo que ahí se requiere un punto de reforma constitucional de gran trascendencia.

Pedagogía para defender la inversión privada

Quisiera hablar de la confianza inversionista.

Primero, en America Latina la experiencia nos ha enseñado que la libertad de iniciativa privada no estaba totalmente ganada, que el libro del fin de la historia se había equivocado, cuando aparecen gobiernos restrictivos y enemigos declarados de la libertad de iniciativa privada.

Tenemos que hacer una gran pedagogía para defenderla, una enorme pedagogía para defenderla.

Yo particularmente pienso que hay que estarle diciendo a los jóvenes  colombianos que sin iniciativa privada no hay calidad de vida, no hay creatividad, no hay disciplina de trabajo, que sin iniciativa privada los esfuerzos que se hagan en investigación científica producen un mínimo de resultados,

Hay que mostrarles a los jóvenes colombianos el espejo de la caída del Muro de Berlín, del colapso de Unión Soviética.

Todavía no está el juicio definitivo de la historia, pero lo que sí anticipamos es que fue la falta de calidad de vida la que llevó a esas rebeliones, falta de calidad de vida que se derivó de las restricciones a la iniciativa privada.

Yo quiero destacar de los gremios colombianos dos puntos muy importantes para defender la iniciativa privada:

Primero, su compromiso con el gran validador  de la iniciativa privada, que es la responsabilidad social. La responsabilidad social trasciende la calidad. La responsabilidad social tiene una connotación política de mucho fondo, es el gran validador de un sistema de libertad de iniciativa privada.

Y segundo, quiero nuevamente resaltar ante mis compatriotas y ante el mundo, un valor de los gremios de Colombia: el coraje en la defensa de sus convicciones.

(José) Stalin decía que la voracidad utilitarista del capitalismo era suficiente para que el capitalismo se auto destruyera, y eso que se dijo en los años 40, parece tener hoy validez en algunos países, que creen que con permisividad y  apaciguamiento frente a los lobos que quieren acabar con la iniciativa privada,  van a salvar sus utilidades.

(John) Kennedy nos recordaba cómo quien pretende cabalgar en las ancas de un tigre, termina en su vientre.

A mí me parece muy grave que países desarrollados, buscando salvar negocios, no salven los principios de las libertades y la iniciativa privada.

Y eso contrasta con Colombia.

Serenamente tengo que decir que ustedes han dado un gran ejemplo, un gran ejemplo en la defensa de los principios de la empresa privada, con mucho sacrificio, en el caso que hemos vivido con el Gobierno de Venezuela y que queremos que se supere.

Más que dolernos por el dinero perdido, tenemos que sentirnos orgullosos del vigor, del coraje, de la trasparencia, de la claridad de las convicciones del sector privado colombiano   

¡Ay cuando veo debilidades de países tan ricos, que creen que van a salvar sus empresas con apaciguamiento frente a los enemigos de la empresa privada!

¡Ay cómo se siente uno de preocupado, pero como se atenúa esa preocupación cuando uno observa la reacción de los gremios de Colombia!

Muchas gracias.

Esa no es una contribución a un rifirrafe de coyuntura. Esa ha sido una contribución a la solidez histórica, a la proyección futura del concepto de iniciativa privada.

Estos años de Gobierno nos han llevado a calificar la actitud de los gobiernos frente a la empresa privada en cuatro categorías.

Primera categoría: gobiernos abiertamente hostiles a la iniciativa privada.

Segunda categoría: gobiernos que no son enemigos de la iniciativa privada, que la permiten, pero no la defienden.

Tercera categoría: gobiernos que manejan la iniciativa privada de acuerdo con aquellos a quienes consideran sus amigos, o de acuerdo con aquellos a quienes consideran sus enemigos. Esto es, sin aproximación institucional. A mi amigo le permito negocios, a mi enemigo no le permito.

Colombia no está en ninguna de estas tres categorías.

Hemos procurado ubicar a Colombia en la cuarta categoría: un Gobierno amigo, no vergonzante de la iniciativa privada; un Gobierno que la defiende por convicción, y al mismo tiempo un Gobierno que ha querido tener frente a la iniciativa privada una aproximación institucional, nunca personal.

Los invito a que, lo que ustedes han hecho por Colombia, lo divulguen en nuestra América Latina, donde todavía se asoman muchos riesgos.

Reforma del Estado

Hemos avanzado en muchas reformas que valerosamente propusieron mis compañeros de Gobierno y sacó adelante el Congreso, difíciles.

Por ejemplo la reforma administrativa: ha reformado 465 entidades del Estado, las más notorias Ecopetrol y Telecom.

Era muy difícil reformarla contra los fundamentalismos políticos que se oponían a esas reformas.

Pero también están reformadas las clínicas del Seguro Social, 220 hospitales de la Patria, en total 465 entidades del Estado.

Antes un 39 por ciento de las organizaciones del Estado Central tenía fenecimiento contable de la contraloría, hoy el 89 por ciento. Solamente nos faltan los certificados de calidad en dos ministerios, y deben estar listos antes del 7 de agosto.

Hemos procurado tener una administración pública de mejor calidad.

Ahora que estoy visitando los ministerios, a despedirme y a dar las gracias, he tenido que expresar a todos los compañeros de Gobierno en los ministerios, que uno encuentra unos servidores públicos sin apelmazamiento, vigorosos, con gran mística, y eso es muy importante mantenerlo en alza.

Por supuesto, faltan reformas.

Permítanme mencionar la reforma a la justicia, sobre la cual avanzamos en unos puntos, y también el tema de la regla fiscal.

Regla fiscal y ahorro de regalías

Creo que es muy importante, en la regla fiscal, el tema de regalías

¿Qué ha ocurrido en estos años?

Las regalías de departamentos y municipios pasaron de un billón 800 mil millones, este año estarán en seis billones, en los mismo pesos, y en los próximos años pueden llegar a 12 billones.

¿Qué hizo nuestro Gobierno y qué no pudo hacer?

Nosotros eliminamos una institución politiquera, la Comisión Nacional de Regalías. Planeación Nacional asumió con seriedad el manejo de las regalías.

Esa reforma la adelantó Santiago Montenegro, nuestro primer Director de Planeación, y su veredicto sobre el fracaso de las viejas interventorías de regalías, permitió a Carolina Rentería Rodríguez (ex Directora de Planeación), desmontar esas interventorías y sustituirlas por las auditorías visibles, directamente manejadas por Planeación, que han logrado mejor control.

Lo que no pudimos hacer lo resumo en dos puntos: no pudimos que el Congreso aprobara la formula de ahorro y una mayor transferencia de las regalías regionales al Gobierno Nacional.

Pienso que en este momento, con este salto de las regalías, las regiones ya no tienen argumentos para oponerse a la formula de ahorro ni para oponerse a un traslado de regalías en mayor proporción al Gobierno Nacional.

El Presidente de los colombianos, el doctor Juan Manuel Santos, ha hecho una magnífica propuesta que tiene que ayudar a aclimatar esa reforma: dedicar un 10 por ciento de las regalías a fortalecer la investigación y la tecnología en nuestra Patria.

Dejo en la mente de ustedes la idea de estas dos reformas.

Lo que falta en el tema social

En el tema social, donde hay avances muy importantes, permítanme hacer unas reflexiones sobre faltantes en educación, sobre faltante en salud y sobre preocupaciones pensionales.

En educación se está logrando una cobertura casi total de alimentación a la primera infancia. Y aplaudo los esfuerzos históricos del Presidente (Carlos) Lleras Restrepo, cuando creó el Instituto de Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf); del Presidente Virgilio Barco, cuando introdujo la Ley de los Hogares Comunitarios. En nuestro Gobierno ha habido otro salto importante, pasar de cinco millones 900 mil usuarios, a 13 millones de usuarios.

En eso vamos bien, pero hay un punto en el cual apenas pudimos poner la cuota inicial: Colombia para niños menores de seis años necesita dos millones 400 mil cupos de educación escolar.

Creamos en los sectores pobres los primeros 650 mil cupos. Estamos lejos de la meta.

Avanzamos mucho en las coberturas de educación básica y media. En la primera pasamos del 80 por ciento al ciento por ciento, en la media del 57 al 80 (por ciento).

Graduábamos 424 mil bachilleres, este año debemos graduar 737 mil, pero con excepción de Bogotá y Medellín, las coberturas han rebasado la infraestructura.

Hemos avanzado mucho en conectividad. Podemos decir que más del 80 por ciento de la matrícula pública del país queda con una conectividad de banda ancha, pero, pero, hay unos atrasos en algunas regiones muy preocupantes.

Creo que lo que se está haciendo en calidad va a mostrar en los años que vienen unos frutos importantes, y no voy a  referirme a esas medidas que se están adelantando en calidad.

En el tema de salud enumeraría los siguientes logros: avance en cobertura de 23 millones a 43 millones de ciudadanos. Ahí hay un logro muy importante.

Segundo: se han eliminado EPS que eran propiedad de la guerrilla o del paramilitarismo. Un avance muy importante.

Tercero: las reformas del Seguro Social. La EPS del Seguro Social gastaba en funcionamiento el 28 por ciento de sus ingresos, la nueva gasta el 9 por ciento.

Con las cajas de compensación y con el apoyo del sector privado también se hizo la reforma de la institución para el manejo de pensiones. Están haciendo una institución seria, ajena al clientelismo, que es Colpensiones.

Y también, aunque en esa empresa no había problemas, reformarla a tiempo es una buena prevención. La reforma de la empresa de riesgos profesionales del Seguro Social.

Se eliminó un foco histórico de corrupción, Cajanal; se reformó a Caprecom.

No hemos cerrado un solo hospital pero hemos reestructurado 220.

¿Qué falta?

Empiezo por esto: hay que evitar que los hospitales reestructurados recaigan en el clientelismo y en la politiquería.

Nosotros los financiamos con un crédito condonable si van cumpliendo los requisitos de eliminación de politiquería y de clientelismo, unos requisitos de un sendero de competitividad, de eficiencia.

¿En qué fallamos?

Debimos haber dejado todos esos hospitales reformados, operados por instituciones independientes. No pudimos avanzar lo suficiente.

El país en los próximos años tendrá que hacer un gran esfuerzo para ir trasladando colombianos de Régimen Subsidiado a (Régimen) Contributivo.

Los primeros informes que tenemos es que podrían trasladarse cuatro millones, y eso daría un gran alivio a los costos de la salud.

¿Qué nos pasó a nosotros?

Nosotros encontramos unos sectores populares con desazón; no había situación económica posible para que la vinculación masiva se hiciera en el régimen contributivo, la opción que nos quedaba era, la disyuntiva que nos quedaba era, o negarle a esos sectores la afiliación a la salud o vincularlos al Régimen Subsidiado. Para crear unidad de Patria los vinculamos al Régimen Subsidiado.

Ahora se están haciendo los nuevos estudios de estratificación de Sisbén, y eso va a ayudar a un paso difícil que necesita mucho coraje político, capacidad de riesgo político, que la tiene toda el nuevo Mandatario de los colombianos, que es el traslado de cuatro millones de colombianos del Régimen Subsidiado al Régimen Contributivo.

Situación fiscal

En el tema de salud, los recursos.

Creo que se ha dado un gran paso con la nueva ley, pero insuficiente. Se necesita más recursos y el nuevo Gobierno, piensa uno, va a tener alguna amplitud fiscal en dos años.

Yo le he dicho al Presidente (electo, Juan Manuel) Santos que seguramente le toca uno y medio año, dos años, de restricciones fiscales.

Ustedes conocen la situación y el Gobierno en ningún momento ha tratado de ocultarla.

Pero queda una cosa buena: es más fácil manejar una situación fiscal cuando la economía está en expansión, cuando se ha desmontado el subsidio al combustible.

Yo no tendré con qué agradecer a mis compatriotas. Lo que hemos hecho nosotros en encarecimiento de precio interno de combustible era para haber tumbado al Gobierno.

Yo no tengo con qué agradecer a mis compatriotas que estoicamente hayan asimilado eso.

Es menos difícil superar una restricción fiscal en ausencia del subsidio al combustible, menos difícil superarla con la dinámica de inversión que tiene hoy Colombia.

Pero hay dificultades.

Yo creo que el presupuesto nacional necesariamente tiene que destinar unos recursos a la salud año tras año, adicionales a los de destinación específica.

Pero es que eso tampoco es extraño, porque si nosotros no hubiéramos hecho la reforma en las clínicas del Seguro Social hoy tendríamos que estar dedicándoles, para subsidiar politiquería, un billón de pesos al año.

Siempre es mejor dedicar un dinero del presupuesto nacional a garantizar la sostenibilidad del aseguramiento total de los colombianos, que a pagar politiquería en clínicas del Seguro Social.

Creo que el nuevo Gobierno tiene que hacer un esfuerzo del presupuesto nacional para completar los recursos de destinación específica.

Tema pensional, donde menos velocidad hemos tenido en el crecimiento de la cobertura de afiliaciones en pensiones.

Hay una paradoja: pensiones voluntarias, obligatorias, cesantías valían 20 billones en 2002, hoy valen más de cien billones, pero todavía hay lentitud en la afiliación al sistema pensional.

El Power Point muestra un buen crecimiento, pero el ‘people power’ nos muestra que…

Es una experiencia que deja el diálogo de este Gobierno.

Con ese gran Ministro (de Comercio Industria y Turismo) Jorge Humberto Botero, cuando empezó Banca de las Oportunidades –muchas gracias doctora María Mercedes (Cuellar, Presidenta de la Asociación Bancaria y de Instituciones Financieras, Asobancaria) todo lo que nos han ayudado en Banca de Oportunidades, y la doctora María Fernanda (Campo, Presidenta de la Cámara de Comercio de Bogotá)- en la Cámara de Comercio de Bogotá, en una de esas reuniones de microempresarios para Banca de Oportunidades –que le tengo que agradecer inmensamente a las cámaras de comercio, a Confecámaras (Confederación Colombiana de Cámaras de Comercio) doctor Eugenio (Marulanda, Presidente de Confecámaras) todo lo que nos ayudaron- estaban todos bravos en la Cámara de Comercio de Bogotá ese día, y me dijo el Ministro Botero: ‘Pero Presidente, si hemos avanzado mucho en microcrédito, ¿por qué están bravos?’.

Le dije: ‘Ministro, porque hay dos realidades, el Power Point que vemos en las paredes de la Presidencia, y los que están en ese Power Point como ya tienen el microcrédito, a qué van a venir hoy a esta reunión, y aquí llega el ‘people power’, que está integrado por aquellos que todavía no han conseguido el microcrédito’.

Entonces en pensiones uno ve que hay un problema ahí. Tenemos nueve millones de colombianos trabajadores que van a llegar a una edad de pensionamiento sin posibilidades de pensionarse.

Y ahí tiene el país un compromiso de gasto fiscal grande en los años que vienen.

Nosotros dejamos el esquema constitucional, la ley y un principio de recursos del Fondo de Solidaridad, para ayudar a pagar un beneficio de retiro a esos compatriotas, pero lo que dejamos en términos de recursos no es suficiente.

Si ustedes me preguntaran: un reto del país en los próximos años en materia social, no vacilaría en anotar esta dificultad.

Sé que en los fondos privados de pensiones hay preocupación porque se presenta un traslado al Seguro Social, no obstante las reformas que hicimos.

Yo creo que eso hay que tenerlo en observación, a ver si es el traslado lo que podríamos llamar la coorte o el grupo de pensionables con los beneficios del sistema de transición, o si es un problema general, y a ver cómo se puede enfrentar.

He ahí, pues, algunos de los problemas que vemos en estas áreas.

Con la ayuda de Claudia Jiménez (Ministra Consejera de la Presidencia) vamos a procurar entregarle al nuevo Gobierno un memorandito en cada cartera, sobre dificultades.

Empleo

Si ustedes me preguntaran qué piensa este Gobierno en materia de empleo, yo les diría de manera muy sencilla: Claro que tenemos un problema, es un problema que no podemos resolver con medidas de angustia ni con equivocaciones. Ahí hay un problema hoy más estructural que de normas.

El periodo 2003-2007 demostró que un vigoroso crecimiento de la economía, como siempre lo anticipó Juan Luis Londoño (fallecido ex Ministro de Protección Social) es la mejor determinante para una gran caída del desempleo.

Se presentó una proporción entre el crecimiento, la caída del desempleo y la caída de la pobreza.

Después nos vinieron estas dos crisis, de las cuales hemos salido mejor librados de lo que esperábamos, y la economía se está recuperando con más anticipación de lo pronosticado.

Yo creo que bajo ese triángulo de la confianza, apreciados compatriotas, el camino del empleo tiene, además de la seguridad y la confianza de inversión, el acceso a mercados, porque el inversionista dice: ‘Bueno, yo me instalo en Colombia, ¿y puedo acceder a mercados?’.

Acceso a mercados

Los ministros de comercio han hecho una gran tarea: el Acuerdo Comunidad Andina- Mercosur, el acuerdo con Chile, el acuerdo con Perú para ir más allá de las reglas andinas en materia de inversión, el acuerdo con tres países centroamericanos, ojala se pueda hacer con la hermana Costa Rica.

Está iniciada la negociación con Panamá. Yo le expresé al Presidente de Panamá la semana anterior la preocupación por la necesidad del reglamento aduanero, para poner todo el cuidado en los certificados de origen sobre esos mil millones de dólares que se estima vale lo que nos envía la zona de Colón, de Panamá, de productos fabricados especialmente en China.

Creo que lo que ha pasado con Canadá es venturoso para Colombia. En medio de semejante oposición de algunas ONG, el Parlamento canadiense con todo el compromiso del Gobierno y del principal partido de oposición, haber aprobado la ley ratificatoria, y la Gobernadora, que representa a su majestad, la Reina, haber sancionado la semana pasada esa ley. 

Y eso ayuda mucho a que en otras partes tomen las mismas decisiones.

Ayer la señora Secretaria de Estado de los Estados Unidos, que es una gran amiga de Colombia, la señora (Hillary) Clinton, me decía que tengamos confianza, que la voluntad del Gobierno norteamericano es total para sacar adelante la ratificación del Tratado (de Libre Comercio).

Me parece bien importante lo que se ha hecho con Europa.

El 19 de julio se aprueba el Conpes lechero, pero yo creo que hay –y se lo he dicho mucho al buen amigo, el doctor José Félix (Lafaurie, Presidente de La  Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegan), al doctor Rafael Mejía (Presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC), a todos los gremios que tienen que ver con el tema- yo creo que hay que creer en eso que nos decía el doctor Luis Carlos (Villegas): está creciendo más la demanda mundial de alimentos que la oferta.

Hoy yo regreso muy sorprendido de Bucaramanga, porque me senté a conversar con el sector avícola y los noté tranquilos, y les dije ‘pero ese cierre de Venezuela’ y me dijeron ‘no, aquí ha crecido enormemente el mercado local, y ya nos están comprando en China’.

Uno se preocupa mucho: una ciudad que depende tanto para el empleo, como Bucaramanga y su área metropolitana, del sector avícola, esas dificultades con Venezuela. Para mí fue un alivio enorme esa conversación hoy con el sector avícola.

Yo creo que hay que tener fe, hay que tener fe.

Yo creo que lo de Europa nos sale bien, y no podemos crearle al Gobierno del Presidente Santos ni al nuevo Congreso, temor a ratificarlo (el acuerdo con la Unión Europea).

Sería una tristeza que tuviéramos un impasse para la ratificación. Por eso nosotros vamos a dejar el Conpes de apoyo a los lecheros.

Yo creo que nos tenemos que dedicar no a impedir aquí la ratificación, sino a conseguir que el Parlamento Europeo lo ratifique, porque advierto este riesgo, advierto este riesgo: el Parlamento Europeo va a estrenar la nueva Constitución de Europa en el punto que le entrega al Parlamento la competencia para ratificar acuerdos de comercio, va a estrenar esa competencia examinando el acuerdo con Perú y con Colombia.

Entonces allá van a acudir muchos sectores que tienen nostalgia por el poder del terrorismo, a tratar de hacernos daño. Eso implica que nos dediquemos con toda energía a sacar adelante esa ratificación en Europa.

En las últimas horas el Ministro (de Comercio, Industria y Turismo, Luis Guillermo) Plata, quien no nos acompaña esta noche porque esta en una gira exitosa, ha logrado firmar el acuerdo de Promoción de Inversiones con Corea, viene el de desmonte a la doble tributación y el de comercio. Bien importante, porque es nuestro camino al Asia Pacífica.

El Presidente de Corea (del Sur, Lee Myung Bak) nos expresó la semana pasada que Corea acepta el acceso a su mercado de los alimentos colombianos e hizo una referencia específica a los cárnicos y a los lácteos.

Eso ayuda mucho, y entonces hay que empezar a verlo en concordancia con lo que ha pasado en la negociación con Europa.

El Ministro Plata firmó ayer un acuerdo que veníamos buscando desde 2004 con China, para declarar a Colombia destino de turismo de los chinos.

Ustedes saben que nos demoramos muchos años pero logramos sacar el Acuerdo de Promoción de Inversiones con China.

Y tenemos fe que antes del 7 de agostos se firma el primer acuerdo de unos que se están negociando con el Japón, que es también el Acuerdo de Promoción de Inversiones.

Hay  que diversificar estos mercados. Cuarenta y seis millones de colombianos no pueden estar encerrados.

Yo he pensado muchísimo en dos elementos: en la apertura sin acceso a merados, sobre la cual todo se dijo en este Gobierno, pero también en lo que fue el espíritu de la Comunidad Andina.

Cuando se reunieron los presidentes Raúl Leoni, de Venezuela; Eduardo Frei, de Chile; el Presidente (Fernando) Belaunde Terry, del Perú –no recuerdo quién era el Presidente de Bolivia- y ese gran líder nuestro, el Presidente Carlos Lleras Restrepo, y sacaron adelante la Comunidad Andina, ellos nunca pensaron que la Comunidad Andina era para encerrarla en estos países.

Y cuando se cometió el error de presentarla como una comunidad sin horizontes extramurales se retiró Chile. Afortunadamente en estos años pudimos, con la compañía del Perú, superar esa dificultad, porque nos querían dejar encerrados en la Comunidad Andina, no aceptaban que llegáramos a otros mercados, y qué bueno haber tenido esa compañía del Perú.

Los chilenos seguramente duermen asustados esperando un temblor de tierra, pero no duermen con susto porque se les cierre un mercado. A nosotros nos ronca un vecino y nos perturba el sueño.

Nosotros tenemos que hacer un esfuerzo enorme para seguir consolidando el acceso a mercados.

Uno se admira de los chilenos. Un país de 14, 16 millones de habitantes tiene acceso a un mercado de cuatro mil 500 millones de consumidores.

Yo agradezco enormemente el acompañamiento del sector privado.

El proceso ustedes saben que no ha sido fácil. Si miro a todos los sectores, cada uno ha tenido una dificultad en esos acuerdos. Sin embargo, se ha logrado superar esas dificultades y muchos de ustedes han hecho apuestas de riesgo y apuestas de sacrificio.

No habríamos podido avanzar sin ir de la mano con ustedes en todo.

Yo recuerdo negociando con Estados Unidos el tema de propiedad intelectual, de registro de datos de prueba en el área de la salud

¡Qué dificultades!

Todas.

El sector plástico.

El sector de la carne. Yo ese día tuve que sacrificar un Consejo Comunitario para negociar una cosa muy sencilla, después de meses de un estancamiento. La carne que mandarían a Colombia tiene los mismos requisitos que la que consumen en los Estados Unidos, y solamente se resolvió el problema cuando nos dieron la certeza de que tendría los mismos requisitos, bajo el principio de que no podía haber discriminación de calidad frente a los consumidores colombianos.

Muchas gracias al sector privado por habernos acompañado en esas negociaciones

¡Qué importante!

Pregunto: ‘¿Dónde está Luis Guillermo Plata? En tal parte, con fulano, perano y sutano, dirigentes gremiales’.

Eso le da mucha tranquilidad al país y le da mucha tranquilidad al Gobierno.

Muchas gracias por habernos ayudado a superar este problema con la OIT (Organización Internacional del Trabajo).

Nosotros recibimos a la Secretaria de Estado (de los Estados Unidos) con la noticia de que dos días antes la OIT había excluido a Colombia totalmente de la lista de países sancionados. Y ella regresó a Estados Unidos y le informó al Congreso.

Y el congresista Sander Levin, que ha sido un gran opositor a aprobar el Tratado con Colombia, le dijo que no sabía.

Esa fue la única respuesta, porque él empezó a decirle que Colombia no se podía que por tal y tal cosa laboral.

Ella le dijo: ‘Pero ¿y qué hacemos, si la OIT acaba de excluir a Colombia de países sancionados?’.

Él enmudeció y le dijo que no sabía.

Esa ayuda del sector privado puede ser el instrumento definitivo para que en los primeros meses del Gobierno del Presidente Juan Manuel Santos –ojala no más allá de enero del año entrante, cuando se instale el nuevo Congreso norteamericano que ha de elegirse en noviembre- tengamos ratificado el acuerdo con Estados Unidos.

En fin, infinita gratitud a todos ustedes.

Cualquier cosa buena se debe al diálogo con los colombianos, a su talante, a su manera de ser.

Hay cosas de la vida que a uno lo marcan mucho.

Allá al Foro Económico Mundial (en Cartagena) llegó un médico de los Estados Unidos y dijo: ‘Por primera vez vengo a Colombia. Venía pensando, por la trayectoria de violencia, que iba a encontrar unos colombianos con los ojos inyectados de odio, unos colombianos con el ceño fruncido de rabia, unos colombianos llenos de prevención y he encontrado todo lo contrario: un pueblo colombiano desprevenido, afectuoso, cálido, espontáneo’. Ahí reside un gran capital social.

Ustedes no saben lo grato que ha sido para mis compañeros de Gobierno y para mí, este diálogo intenso con todos los compatriotas a lo largo de estos ocho años. Es un cielo que la Patria nos ha permitido disfrutar en vida.

El caballito ‘Juguete’

Cualquier cosa buena reconózcanla a mis compañeros de Gobierno, y ya que el doctor Luis Carlos (Villegas) me obliga a romper la solemnidad de esta acto, para contarles algo del caballito de juguete, se los voy a contar.

Eso es una locura a la que uno llega por querer a Colombia. Es una locura, yo no sé si equivocada o acertada.

Es que uno hace locuras de amor, uno hace locuras por el amor, esas son locuras que se hacen por amor a Colombia.

El (ex) Embajador Luis Alberto Moreno, hoy reelegido Presidente del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) para honra de Colombia, para tranquilidad de Colombia, con Luis Guillermo Plata entonces Director de Proexport –entre las reformas que se adoptaron dentro de Proexport fue asignarle la responsabilidad de la promoción de inversión y de la promoción del turismo internacional- consiguieron una cita con los señores de los cruceros del Caribe en Miami.

Yo fui, los señores nos recibieron por protocolo, con desgano; amables pero no tenían ningún interés de mandar sus buques acá.

Y ante mi insistencia –yo dije, yo no me salgo de esta oficina sin que estos señores nos den alguna señal positiva- yo creo que ya cansados con la terquedad mía, que no me salía de esa oficina, y ellos necesitando seguir en su agenda, tomaron la decisión de enviar aquí a Cartagena a una señora directora ejecutiva de esos gremios.

Y entonces Luis Guillermo Plata se fue a recibirla a Cartagena y me llamó y me dijo: ‘Bueno, yo le he mostrado todo, la ciudad está muy bonita, tal cosa, pero esta señora no muestra ningún entusiasmo. Mañana vamos a ir a San Andrés, estamos esperando que usted venga y vaya con nosotros’.

Y nos fuimos, nos fuimos y yo le mostraba San Andrés: mire el mar de colores, mire esta alameda que estamos haciendo, bregaba a inspirarme para hacerle ver a San Andrés; esa señora bostezaba, y me dijo Luis Guillermo: ‘Anoche en una comida en Cartagena habló que le gustaban los caballos’.

Y le dije, le pregunté, y se le iluminaron los ojos.

Entonces veníamos para Bogotá a medianoche y ya estábamos por ahí por el VOR de Mariquita.

Yo le dije a Luis Guillermo Plata: ‘Hombre, los trabajos como las paladas esas allá en el hotel. Estos trabajos hay que hacerlos completos, Luis. Todavía nos quedan ocho o 10 horas, son las 11:00 de la noche y nos quedan ocho horas para llegar a la oficina. Camine yo le voy a pedir a los comandantes de este avión que aterricemos en Rionegro’.

Y nos fuimos allá a la casa. Yo soy mal tomador de aguardiente –donde tomara me volvería guerrero y le daría la razón a la oposición- pero he sido buen comprador y buen servidor.

Entonces abrí allá un barcito y me fui y saqué un caballo, un caballito pequeño, negro, lindo, que había criado con todo el esmero, ‘Juguete’, le serví aguardiente, hice todas las monerías en ‘Juguete’ y ayudó algo ‘Juguete’, a que llegaran 500 mil pasajeros en la última temporada a Cartagena.

Si a mí me preguntaran unos jóvenes estudiantes en una clase de liderazgo o de administración por qué eso, les diría: Porque para cumplir las metas no se puede ahorrar nada, que salga del alma. Porque para querer a la Patria hay que expresar ese amor aún con locuras. Porque ninguna tarea se puede dejar a mitad de camino. Yo les diría eso’.

Cualquier dificultad, todos los errores de este Gobierno, simplemente apúntenlos a esta carnita y a estos huesitos, apreciados compatriotas, y me los van a perdonar por una razón, porque esto se ha hecho con enorme afecto a la Patria.

Muchas gracias”.
 
     
 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
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